La historia se desenvuelve en el puerto de Pisco, en la costa desértica peruana, a fines
del siglo XIX. El autor narra una experiencia inolvidable que tuvo siendo niño: su encuentro con el mundo del circo (una de las pocas distracciones de los niños en ese entonces), y su amor platónico por una hermosa niña que actuaba de trapecista en dicho circo. El circo llega a Pisco. Abraham, un niño del lugar se detiene en el muelle para ver a los artistas olvidando la preocupación que causaría en su casa su tardanza. Entre estos, una niña rubia cautiva su atención y su imagen va con él a todas partes. El día de la función, Abraham y su familia acuden ansiosos y gozan de los primeros números del espectáculo. pero al llegar al “Vuelo de los Cóndores”, cuya estrella es nada menos que la frágil niña, mis Orquídea, sucede algo trágico. Ella cae del trapecio y solo la salva de la muerte, la red. El Vuelo de los Cóndores no se vuelve a repetir ya más. Días después Abraham descubre a miss Orquídea sobre una terraza, inválida en su sillón. Se miran, sonríen y así día a día un sentimiento va naciendo entre ellos que solo se manifiesta en dulces miradas y sonrisas. Un día llega lo inevitale, el circo debe partir y con el la dulce miss Orquídea. Abraham sigue con la mirada “el vapor, que mancha con su cabellera de humo el cielo sangriento del crepúsculo.