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Esta situación me motiva a dedicar esta ponencia con profunda admiración, a todos esos
padres valientes, que luchan incansablemente, que no se permiten desfallecer y que dedican
su esfuerzo y coraje para recuperar lo que queda de sus niños despojados, porque sus niños
han sido queridos al revés, al revés de los sentimientos verdaderos y de las emociones
sagradas de la vida.
A objeto de entender la enmarañada y lidiada denuncia de abuso, es una dinámica que instala
la judicialización de la violencia psicológica como proceso, producto del interjuego abusivo de
la ex pareja vincular y su familia, asociado a peritajes inadecuados en conjunto con múltiples
evaluaciones diagnósticas de variados especialistas (que difuminan el límite entre estrés post
divorcio y la sintomatología de abuso) y la distancia impuesta por sentencia judicial, mientras
se tramita la causa.
Este contexto abusivo victimiza a padres e hijos porque ¿si injuriamos severamente al padre a
través del niño, qué tipo de relación retorna del campo minado de la presunta denuncia, una
vez constatado que el hecho aberrante es falso?
Al Padre
I.- INTRODUCCIÓN
Es incuestionable que familia y justicia son instituciones sociales, pero, los cambios
socioculturales han permeado mayoritariamente a la familia, la cual plasma en la actualidad
configuraciones de estructura variable a través de nuevos modos de uniones vinculares, que a
su vez, plasman la emergencia de nuevas prácticas familiares en el proceso disolutivo de la
pareja.
Como esta normativa legal continua vigente, origina una alta intensidad emocional
tanto en la etapa de disolución de la pareja como en las vivencias post-quiebre vincular,
potenciada por la custodia monoparental, la pensión alimenticia y el conflictivo tema del
contacto directo y regular, temáticas centrales, desde las cuales no existe una disposición
colaborativa e integral que responda al bienestar de los hijos.
Si bien es cierto, las modificaciones legales han ido entroncando nuevas normas civiles y
procesales orientadas a la familia, es indiscutible que el terreno donde se fraguan situaciones
de facto lesivas, es en el ámbito de las - visitas- .
(“Luego de que el niño fue sacado del parvulario, se perdió durante tres meses junto a la feliz
familia, la madre y su nueva pareja. Ante esto, decidí demandar pero, todo ha sido un intento
inocuo por garantizar nuestra relación, cuestión que derivó en un ir y venir, una discusión
constante y carabineros una vez por semana”.)
Las visitas son regulaciones de derecho, pero concita situaciones de hecho, que alteran la
destreza y responsabilidad socio afectiva parental, ya que por su condición efímera no
cimientan la dinámica afectiva pre-existente al quiebre, y sí, detonan estados ansiógenos,
estresores. En sí mismas, configuran la instancia que detona el ejercicio de conductas
inapropiadas del progenitor custodio, para obstruir y destruir el enlace emocional paterno-filial,
utilizando la artificiosa denuncia de abuso sexual.
El verdadero abuso sexual a la infancia implica un maltrato perverso al niño y es innegable que
este ultraje a la niñez constituye un delito penal.
Desde lo investigado, los casos clínicos de las falsas denuncias de abuso sexual, (sean éstas
tocaciones, insinuaciones, incitaciones) registran una presunción entre la articulación de la
falsa denuncia y la negación concreta y compulsiva de compartir al hijo. Este fenómeno lo
conceptualizo como el ‘triángulo de las Bermudas’ porque succiona al padre y al hijo.
A la ampliación de visitas se suma una demanda materna por violencia intrafamiliar. Una vez
sobreseída ésta y/o lograda la ampliación, se estampa la falsa denuncia, práctica sustentada
desde la experticia coactiva de la madre, utilizada como último recurso para condenar
definitivamente al padre, lo que traduce la violencia interna que deviene de la desvinculación
conyugal pero que se encubre como las fortalezas del amor y del cuidado al hijo.
(“En primera instancia las visitas fueron situadas para el día domingo, entorpecidas por la
madre, aduciendo que la niña requería de cuidados especiales por su intolerancia a la lactosa y
fructosa. Cuando el padre solicita ampliación de visitas y el tribunal lo concede, la madre
anexa al tribunal una acusación de violación”)
Mente Infantil
Al respecto, “está comprobado que los niños menores de siete años son incapaces de
inventar una historia con el propósito deliberado de perjudicar a un tercero. De esta manera,
cualquier historia no verdadera de abuso sexual, no ha sido inventada por el niño pequeño ni
es el resultado de una mentira propia: ha sido instalada (por diversos motivos) en la mente
infantil por uno o más adultos, y no es infrecuente que, sin quererlo a conciencia, se presten a
ello profesionales a intervenir, especialmente si se encontraban dispuestos a comprobar a toda
costa que el abuso existió y si se han abanderado en una ’campaña’ en favor de una de las
partes.
Si una persona vincular y/o adulta con influencia sobre un niño lo induce a considerar como
verdadero, hechos que no acontecieron, una vez que se forma una construcción de este tipo en
su mente, ese niño actuará y hablará con la mayor convicción de que está en lo cierto. No está
mintiendo, sino que estará convencido y de tal forma, que puede ser difícil conseguir que se
rectifique aún cuando se le demuestra que los hechos no sucedieron. ” [3]
Entre los síntomas, cabe mencionar los trastornos biológicos (enuresis, encopresis)
trastornos alimentarios (exceso y/o disminución del apetito) trastornos del sueño (pesadillas,
insomnio, dificultad para dormir solo) trastornos del carácter (irritabilidad) trastornos afectivos
(labilidad emocional, insatisfacción del juego) trastornos conductuales (reacciones agresivas
con hermanos y pares del colegio).
2.-Exceso Evaluaciones
Tal como lo consignan algunos autores, el ámbito terapéutico no debe ser tomado
como prueba en los procesos, en el sentido que si las entrevistas y/o evaluaciones con
propósito diagnóstico han tomado el giro ‘terapéutico’ éstas no deben ser aceptadas por el juez
como elemento probatorio (a menos que por fallo, éstas sean requeridas para mayor
información de la causa). No obstante lo anterior, en nuestro país esto es una realidad que
opera sin fallo, con lo cual se trasgrede la norma dilapidando una cantidad de tiempo
importante.
La terapia iatrogénica altera el estado normal del paciente y es producida por el médico,
psicólogo o cualquier otro profesional de la salud en el ejercicio de su profesión. Un ejemplo de
terapia iatrogénica es la derivación de niños no abusados o sin certeza de abuso sexual, a
grupos de niños victimizados, para “ayudarlos a revelar o develar” el presunto delito. Asimismo
ha sido duramente criticada la iatrogenia, provocada por profesionales que usan muñecos
sexuados y otros métodos, en sesiones de terapia para niños que no se sabe si fueron
abusados.
En este escenario, médicos psiquiatras como Campbell, Jones y muchos otros, han
señalado que no puede negarse, que en la terapia individual con muñecos sexuados, se da una
psicopedagogía adaptativa donde el niño debe adaptarse al rol que le asignan ciertos
entrevistadores con expectativas de confirmar un abuso mediante preguntas directivas,
conductivas, y/o con respuestas inducidas. Así, en casos de denuncias erróneas o por hechos
falsos, tiene que actuar como niño abusado sexualmente.
En este sentido, hace mucho tiempo que la Academia Americana de Psicólogos advirtió
lo contraproducente del uso de los muñecos sexuados para diagnosticar abuso sexual infantil.
También la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescencia sostuvo que su uso
debía ser prudente, y sólo para tratar casos con evidencia física o constatación de la ciencia
jurídica. Se demostró que ejercen un efecto combinado de sugestión, distorsión y/o
contaminación de los dichos y juegos infantiles. Además, al no existir un protocolo científico
válido y universal para el análisis de los juegos de niños con ellos, cada entrevistador puede
interpretarlos subjetiva y arbitrariamente en pro o en contra de la ocurrencia del abuso. [6]
De acuerdo a la Dra. Kupermann, existen dos modalidades dentro de esta ‘presunción de falsa
denuncia’: una forma consciente, que llamaríamos psicopática y vengativa y la otra que estaría
motivada por la angustia de pérdida que pone en marcha un estado depresivo frente a la
separación de la pareja y al temor a la pérdida de amor de los hijos. La primera modalidad la
llamaríamos en términos legales ‘con dolo’ en tanto la segunda sería ‘sin dolo’. [7]
(“Creo que la falta de experiencia y claridad me llevó a tener un hijo con la persona
equivocada, a comprometer mi trabajo y mis sentimientos con una persona, aprovechadora,
violenta y abusadora, quien cuando decidió mostrar sus verdaderas tendencias, solo ha
generado dolor y amargura, lo cual, de la forma más inexplicable, no ha reparado en el
bienestar del niño, habiéndolo comprometido en un drama de lejanía, incomprensión,
incertidumbre y perjuicio, como si el mundo tuviese que responder por sus propios traumas,
dándole incluso a mi hijo el peso de las brutalidades que habitan en su interior”)
Este escenario de rechazo inductivo hacia el padre a través del hijo, post quiebre vincular de la
pareja, tiene como propósito amparar la nueva historia y memoria familiar que construye el
progenitor alienador en beneficio de su presente-futuro, para disfrutar en plena libertad a sus
hijos, así como el conjunto de gananciales obtenidos por ley.
Accionamiento
Esto motiva que los niños alienados, sean niños lesionados, perturbados, confundidos y
desamparados emocionalmente porque asumen el rol de niño abusado.
(“Desde un menor: los niños abandonados son como los perros vagos”)
IV.1.- SÍNDROMES
Los síndromes en base a los matices alienadores más frecuentes detectados en esta causa
penal, dicen relación con el síndrome Medea, Turkat, Saíd, Progenitor Delirante y Segunda
Pareja.
Síndrome Said: “Este síndrome consiste en que el niño repite todo lo que dice el progenitor y/o
programador, adopta su terminología, se refiere a situaciones que decía recordar pero que no
habían sucedido y que de haber sido reales no podría recordar por su edad”. [8]
(“Nuestra hija constantemente me decía que su madre le decía que yo era malo, tonto, feo, y
que la hacía repetir que yo le había metido el dedo en el potito”)
Progenitor Delirante: “El progenitor acusador (madre) sufren de trastornos de delirio cuando
influyen delirantemente para sucumbir a los hijos en su comportamiento psicótico, lo que
provoca un trastorno paranoide compartido: 'locura a dos'. Las primeras fases del trastorno
delirante de la madre pueden presentarse durante el matrimonio”. [9]
Se distinguen tres grupos de díadas: psicosis simultánea (surge al mismo tiempo en dos
personas que conviven y presentan igual predisposición premórbida); psicosis impuesta, en la
que el trastorno surge primero en el miembro enfermo y pasa después al sano y psicosis
comunicada en la que el sujeto inductor transmite la psicosis al receptor y en éste se desarrolla
posteriormente de un modo autónomo que no se interrumpe con la separación del inductor”.
[10]
(“Desde la madre: el origen del acoso no se de donde venían, eran caras conocidas, se
repetían en situaciones distintas, no se si era un sistema contratado, o amistades, porque eran
caras conocidas, nunca me preocupó, pero sí me angustiaba. Cuantos seguimientos fueron
reales y cuántos no lo fueron por mi angustia, no lo sé Me llamaban y se reían , me sentía
perseguida, denuncié que era seguida”
“Desde la menor: en el computador mi papá tiene fotos mías piluchitas se las manda a varios
amigos, yo lo veo porque lo ando espiando. Mi papá tiene sus cosas más cool, los videos con
partes privadas, en veladores con llave en la casa de la abuela. El papá me dijo que ponía
esas cámaras para reírse de todos”)
Síndrome de Medea. “La venganza materna alcanza sus extremos en este síndrome y lo
logran destruyendo la relación entre el otro progenitor y el niño. Se inicia con el matrimonio en
crisis y la separación subsiguiente.
(“El fin de la relación queda marcado ante mi rechazo. Sencillamente no estuve dispuesto a
esclavizarme por una persona como ella. Ya había cometido barbaridades y el diálogo se
convirtió en constante demanda hacia sus necesidades. Obviamente me acusó de tocaciones
al niño”)
(“Tengo nociones concretas de como mi ex mujer buscó mi descrédito entre amigos comunes y
profesores, sin mencionar carabineros, juzgado de familia y de garantía, fiscalía y de alguna
manera enfermizamente sutil, ante los dichosos centros psicológicos. He sido calumniado por
ella y fui hasta acusado por su pareja ante el ministerio público”)
Segunda Pareja
La nueva pareja puede ser el instigador primario de los esfuerzos para retener a los niños.
(“Después de separados, cuando ella sabe que tengo otra relación y una nueva hija, nace un
odio hacia mi persona y me dice a garabatos - nunca te vas a olvidar de mi-. Me acusa de falso
abuso”)
La manipulación materna centrada en obviar al padre como referente parental, no solo expresa
centramiento en sus necesidades e intereses particulares, sino que al modelar esta conducta
frente al niño, está condicionándolo a disfuncionar el eje afectivo valórico de la matriz
familiar. Y, como el aprendizaje en la infancia es mimético, considerará que el control, el
dominio y el poder, son el sustrato de los vínculos familiares.
1.- Cambios cognitivos, sufren trastornos de carácter, pueden inventar y/o ningunear al padre.
3.- Cambios afectivos expresan una afectividad plana, niegan la tristeza, la incomodidad y entre
los matices más exteriorizados, se detecta el miedo, la angustia, el desconcierto. Se observa
su deseo de instalarse en el nicho emocional de la madre, para construir un vínculo de apego
seguro.
4.- Cambios emocionales: estos están relacionados con la expresión del estrés post
separación, con la vergüenza, la rabia, penitas, labilidad emocional.
5.- Cambios sociales: estos están relacionados con trastornos de interacción social - no sólo
con la pérdida de los juegos con sus pares sino con la pérdida del deseo de recrearse-.
6.- Cambios familiares: están relacionados con la ausencia afectiva de la familia de origen del
padre, entre ellos, no poder visitar a sus abuelos y abuelos que deciden no acercarse a ellos,
por temor a ser denunciados de situaciones lesivas.
(“Desde una abuela: capaz, que si le doy un jugo y se enferma de la guatita, la madre dirá que
lo estoy envenenando”)
Abuelos Maternos: Es posible deducir que el contexto vía materno y/o toda la
dinámica integral como proceso, a través de comportamientos conscientes y/o
inconscientes han sentado las bases de una familia alienada con el padre.
Internalizarán una figura paterna ambivalente.- por haber sido participantes activos
y porque la madre ha condicionando sus mentes para parcelar los gratos y amorosos
recuerdos del padre. Lo que puede producir si la situación judicial persiste, un cuadro
psicoafectivo que se relaciona con la escisión de los afectos-(padre bueno-padre malo-.
(“Desde una menor: mi papá era bueno en Santiago, pero ahora no”)
V.- INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO
El principio del interés superior del niño, singulariza la afectividad relacional que envuelve a
progenitores e hijos, vinculación que intensifica la dinámica intrafamiliar en las constelaciones
íntegras, y diálogo emocional imprescindible para dinamizar la interacción familiar en las
configuraciones disueltas, para que esta realidad familiar, perviva desde el núcleo dinámico de
la vinculación relacional y dialógica.
En Chile, desde el ámbito jurídico, el interés superior del niño está irreductiblemente
ligado a la directriz teórica articulada y erigida como uno de los principios vectores que
inspiraron la reforma e incluido preceptivamente en la ley 19.585 (Estatuto Filiativo) “se
consignó la protección del interés superior del niño, Art.222 inc.2. Del Código Civil, que
prescribe: la preocupación fundamental de los padres es el interés superior del hijo, para lo cual
procurarán su mayor realización espiritual y material posible, y lo guiarán en el ejercicio de los
derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana de modo conforme a la evolución
de sus facultades”. [12]
A su vez, el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que:
“Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o
mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de
cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.
“Conceptualmente el principio del interés superior del niño nos sitúa frente a cada niño
como un ser único y particular, lo que precisa el interés superior del niño como un suceso
casuístico, procesado en la dinámica vincular del núcleo interactivo que constituye su propia
familia. El suceso, refleja el ritmo participativo en el espacio de sus redes familiares y el
proceso nos sitúa frente a un niño con capacidad instalada de respuestas emancipadas,
situación que deviene de las innovaciones socio-culturales y de las vivencias familiares que han
universalizado a la niñez actual.
Sin embargo, entre la vivencia del concepto y la singularidad del niño, se implanta un
espacio que corresponde a su autonomía, aspecto que implica entender el interés superior del
niño desde el propio niño. Esta orientación implica respetar su independencia de criterio,
tomando en consideración dos aspectos: la etapa evolutiva de su ciclo vital y la necesidad de
compartir con sus dos figuras parentales, en todos los ámbitos de trascendencia significativa
canalizados a su desarrollo como individuo.
(“Su maltrato se extendió, y este proceso ratifica cada vez más mi argumento inicial, es mi hijo
quien importa en esta situación, pero ella se ha remitido a utilizar un sistema incompetente
para sus mezquinos fines, aún a costa de mi hijo. La profunda motivación de la crisis, la cual
ha subsistido por casi cuatro años, es la miseria en el alma humana. Supuse que lo legal era
serio, pero solo he visto prejuicios aplicados en este caso, intereses de las más diversas
índoles que empañan ese loable objetivo del bienestar de la infancia”)
A su vez, este principio debe ser respetado y propulsado por los progenitores, pues les
incumbe a ellos participar en la crianza y socialización, desarrollar y fomentar la ligazón
afectiva, otorgar estabilidad psico-social y salvaguardar los derechos e intereses que son
inalienables a su persona, aspectos que plasman en definitiva el significado del interés superior
del niño tanto en una constelación intacta como disuelta: su familia”.[14]
La situación vivencial del niño en la instancia judicial penal, acentúa el duelo afectivo que se
inicia con el proceso de desapego mental y emocional, su participación y declaración en
Fiscalía, su preparación con los abogados del progenitor alienador y cuando procede a
testificar en el tribunal penal.
Asimismo, la instalación del niño en el tribunal oral penal, plasma el doble discurso imperante.
Por un lado, el ámbito jurídico considera al niño como un sujeto jurídico de derecho íntegro que
impregna su soberanía y por el otro, el ámbito familiar lo considera un proceso potencia
beneficiario de derechos vivenciales orientados a su progreso socializador y a su
perfeccionamiento integral en el aspecto físico, psicológico, afectivo, moral y espiritual.
A la Ciencia Jurídica
.- Es necesario afinar la participación de los niños en las audiencias de los juicios penales,
dado el daño psicosocial a presente y futuro. Si no existiera unanimidad con respecto a los
variados diagnósticos de especialistas varios, sólo podría declarar en áreas aledañas al
tribunal y bajo supervisión de expertos en el área de la familia y de la salud mental, en conjunto
con el juez respectivo.
- No es ventajoso que los tribunales suspendan el contacto entre padres e hijos, mientras dure
la investigación de la causa penal. Si con fallo del tribunal se dispusieran visitas supervisadas,
la causa penal podría esclarecerse aún más rápidamente, a través de la observación dinámica
de la comunicación dialógica y analógica por los mismos profesionales que intervengan en la
intervención in situ.
“El Tribunal de Familia, otorga el cuidado personal y patria potestad de la menor a la madre,
fija monto en materia alimentos y compensación económica, los cuales han sido fielmente
cumplidos a pesar de la precaria situación de salud y laboral del padre debido a esta calumnia.
Pero, El régimen de relación directa y regular con mi hija queda diferido hasta la fecha de
conclusión de estos autos”
.- Sentar jurisprudencia en esta temática, al tipificar como delito las falsas denuncias de abuso.
.- Un debate socio jurídico, a través de los medios de comunicación, en base a los problemas
éticos emergentes y su vinculación con la obstrucción del vínculo.
Al Ámbito Terapéutico