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Entre la fiesta y la burla, la bulería se ha convertido desde el último tercio del siglo XX en el
estilo más popular entre flamencos y público en general. Pero no siempre fue así, en
principio no eran consideradas ni siquiera estilos flamencos, se denominaban chuflas o
cantes por fiesta y eran la parte menos jonda del repertorio del cante, el toque y el baile.
Sobre la etimología del nombre existen diversas teorías: de burla (burlería), bulla
(bullería), bolero (bolería), fulero (fulería). Bulero (engañador).
Artistas como Pastora Pavón o Manuel Vallejo tomaron la iniciativa con sus impecables
interpretaciones de elevarlo al panteón de los cantes más considerados. Lo que en un
principio fue un cante para acompañar el baile acabaría siendo el rey de los escenarios y
grabaciones.
En los años setenta Camarón y Paco de Lucía llevaron la bulería al no va más, aportando
infinidad de elementos que han enriquecido sobre todo la rítmica del estilo, y del flamenco
en general.
Todo apunta a que pudo nacer en Jerez, como un particular remate acelerado de la soleá.
Algunos estudiosos se refieren al Loco Mateo como el principal cultivador de este tipo,
cuando hacia 1870 remataba la soleá con un compás ligero y redoblado, hecho este difícil
de demostrar.
También pudo nacer en Cádiz, al desprenderse de las alegrías de baile unos cantes,
conocidos como chuflas, con las que se rematan. Así la evolución del estilo partiría de los
remates de cantiñas que a su vez provenían de los jaleos que abundaban en la primera
mitad del XIX.
Jaleos hubo de Cádiz, Jerez, Ronda y otras decenas más. El jaleo más famoso fue el de Jerez,
y de su música pudieron surgir muchos elementos que finalmente cristalizarían en
soleares y cantiñas y por fin en bulerías. Sin embargo el famoso jaleo de Jerez no nos da
muchas pistas al respecto.
La primera vez que aparecen rotuladas como tales bulerías fue en un disco de Pastora
Pavón la Niña de los Peines, reina primera del estilo, grabado en 1910.
Sin embargo grabaciones más antiguas y que, aunque rotuladas como chuflas, se trata de
bulerías en toda regla. Por ejemplo la que realizó El Pena padre hacia 1906.
También el jerezano Garrido grabó chuflas, esta vez en el modo mayor más propio de
Cádiz, y que son claramente bulerías.
En general, muchas cantiñas gaditanas y hasta tangos acabarán dando el salto a bulerías.
La bulería es un estilo que come de todo y todo lo asimila.
González Climent añade, como variantes regionales, las de Granada, las malagueñas y las
de Triana, mientras que las de Utrera y Lebrija se hacen más pastueñas, remarcando los
acentos básicos. Entre las numerosísimas variantes escogemos algunas que aparecen en la
discografía flamenca, tales como bulerías arrieras, cortas, con fandango, festeras, gitanas,
al golpe, del molinero, de la molinera, navideñas, por peteneras, de la Alameda, del
Albaicín, de Arcos, de Cádiz, de Córdoba, del Estrecho, de Granada, de Huelva, de Jerez, de
Málaga, de los Puertos, del Sacromonte, de Sevilla, de Utrera.
Pero realicemos un recorrido por las variantes más representativas del estilo, en las que
destacan las de Cádiz, Jerez y Lebrija.
CÁDIZ
En Cádiz las bulerías son airosas y repletas de sal como es propio a los cantes de esa
capital flamenca.
JEREZ
Está sobradamente reconocido no obstante que Jerez es la tierra buleaera por
antonomasia. El aire jerezano por bulerías conmueve al más aburrido. Por fiesta se dice al
estilo bailable que allí se practica.
En esta grabación seis ases del flamenco jerezano, Sernita, Borrico, Terremoto, Sordera,
Diamante Negro y Romerito, en una fiesta en el barrio de Santiago dedicada a Tío Parrilla.
Manuel Torre
Maestro de maestros en Jerez fue Manuel Torre, gitano de San Miguel que compartió su
gloria con el gachó Antonio Chacón. Entre uno y otro formaron la revolución que vivió el
género flamenco desde los primeros años del siglo XX. Con la guitarra de Miguel Borrull
hijo grabó Manuel Torre esta joya.
Otro fenómeno por bulerías, y por todo lo que cantó, fue El Gloria, más conocido como
creador de fandangos y excelente intérprete de los estilo más flamencos.
La lista sería interminable. En Jerez hay bulerías para todos los gustos. Majestuosas las de
la Paquera.
LEBRIJA
Lebrija es otro centro de la bulería, con aire de jaleos o romances.
Las bulerías de Antonia Pozo han quedado como los cantes más característicos de esa
población sevillana.
UTRERA
Bernarda por bulerías fue, como su hermana, un portento. En este ramillete de cantes
podemos apreciarlo.
SEVILLA
Sevilla por bulerías ha dado auténticos fenómenos. Ya hemos escuchado a Vallejo y a
Pastora Pavón. Otro grande de sangre gaditana aunque sevillano de nacimiento fue
Manolo Caracol. La personalidad de su cante también dejó huella por bulerías.
Vallejo fue el fenómeno. Su cante por bulerías, ya lo hemos escuchado en los estilos
gaditano, ahora en el tono modal nos regala algunas joyas de su arte.
MÁLAGA
La capital cantaora no podía menos que estar también aquí. La Repompa fue una fugaz
estrella del cante que nos dejó, entre otras cosas, unas bulerías marca de la casa. Se las
escuchamos a su hermana Rafaela Reyes ‘La Repompilla’.