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La vejez y sus enfermedades más comunes.

La tercera edad es un grupo de riesgo en el punto de mira de algunas


enfermedades y afecciones.
Tercera-edad recopila algunas de las más comunes .En España hay
más 6 millones de personas que superan los 65 años de edad más de
un millón y medio que superan los 80 años. Las enfermedades de las
personas mayores tienen características especiales que han de ser
tenidas en cuenta a la hora de su atención sanitaria. Los ancianos
constituyen un grupo de riesgo en algunas enfermedades que suelen
estar relacionadas precisamente con el envejecimiento, son las que
denominamos enfermedades crónicas.

Consideramos enfermedades crónicas aquellas de larga duración que


progresan de forma lenta y aunque cualquier persona puede desarrollar
una enfermedad de este tipo, independientemente de la edad que
tenga, éstas son más comunes en los ancianos. De hecho, el Instituto
Nacional de Estadística (INE) establece que 1 de cada 6 españoles
adultos padece algún tipo de enfermedad crónica.

Por este motivo, para cuidar de la salud de los mayores es


imprescindible conocerlas e identificarlas para poder acudir al
especialista ante cualquier signo de aparición de una de estas
afecciones. Aquí enumeramos algunas de las enfermedades más
comunes en personas mayores:

Demencia Senil: Pérdida progresiva de las funciones cognitivas,


debido a daños o6 desórdenes cerebrales. Característicamente, esta
alteración cognitiva provoca incapacidad para la realización de las
actividades de la vida diaria. La principal causa de estas
enfermedades degenerativas es el envejecimiento del cerebro que
provoca que las células nerviosas se vayan debilitando y atrofiando
algunas zonas del cerebro.
Alzhéimer: Enfermedad mental progresiva que se caracteriza por una
degeneración de las células nerviosas del cerebro3 y una disminución
de la masa cerebral; las manifestaciones básicas son la pérdida de
memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro
intelectual y personal.

Parkinson: La enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno del


movimiento. Ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) no
producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en
el cerebro conocida como dopamina. Algunos casos son genéticos
pero la mayoría no parece darse entre miembros de una misma
familia. A medida que los síntomas empeoran, las personas con la
enfermedad pueden tener dificultades para caminar o hacer labores
simples. También pueden tener problemas como depresión, trastornos
del sueño o dificultades para masticar, tragar o hablar.

No existe un examen de diagnóstico para esta enfermedad.

La enfermedad de Parkinson suele comenzar alrededor de los 60


años, pero puede aparecer antes. Es mucho más común entre los
hombres que entre las mujeres. No existe una cura para la
enfermedad de Parkinson.

Artrosis: también conocida como osteoartrosis u osteoartritis


(OA), es una enfermedad articular degenerativa que afecta tanto al
cartílago como al hueso y tejidos blandos de la articulación. Forma
parte de las enfermedades reumáticas y, dentro de esta
clasificación, es un tipo de artritis.

Puede darse en cadera, rodillas, manos, pies y columna vertebral,


siendo las tres primeras las más frecuentes. Produce dolor y afecta
directamente la movilidad y autonomía de la persona que la sufre
con el desgaste psicológico que ello supone. La tarea más habitual
puede convertirse en un gran obstáculo que afrontar debido a las
limitaciones asociadas a la patología. Además, se vincula a otros
problemas de co-morbilidad como la hipertensión o las
enfermedades cardiovasculares entre otros.

Los síntomas de la artrosis son progresivos y dilatados en el


tiempo. En un primer estadio aparece el dolor asociado al
movimiento y al esfuerzo al que se somete la articulación, aunque en
esta primera fase el dolor cesa con el reposo. En un segundo estadio
el agravamiento de la artrosis hace que el dolor aparezca tras el
reposo y el ejercicio, por lo que el malestar es más continuado y
prácticamente constante. Otro síntoma característico de la
enfermedad es la incapacidad progresiva de la función articular
conllevando a la larga la pérdida de la movilidad. Con la evolución
de la enfermedad pueden producirse deformaciones de los huesos y
contracturas musculares que agravan el dolor, además de atrofia de
los músculos que rodean las articulaciones.

Presión Arterial Alta: es una afección grave que puede causar


enfermedad coronaria (conocida también como enfermedad de las
arterias coronarias), insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular
(derrame cerebral), insuficiencia renal y otros problemas de salud.
Osteoporosis: Enfermedad ósea que se caracteriza por una
disminución de la densidad del tejido óseo y tiene como consecuencia
una fragilidad exagerada de los huesos y que afecta
fundamentalmente a las mujeres de edad avanzada.

La osteoporosis es una enfermedad silenciosa. Tal vez no sepa que la


padece hasta que se fracture un hueso. Un examen de densidad
mineral ósea es la mejor manera de controlar la salud de sus huesos.

Para mantener huesos resistentes, consuma una dieta rica en calcio y


vitamina D, practique ejercicios y no fume. Si es necesario, existen
medicamentos que pueden ayudar. Es importante también evitar las
caídas, la principal causa de fracturas en personas mayores.
Arterioesclerosis: La arterioesclerosis es una afección en la cual
placa se acumula dentro de las arterias. Placa es una sustancia
pegajosa compuesta de grasa, c1olesterol, calcio y otras sustancias
que se encuentran en la sangre. Con el tiempo, esta placa se
endurece y angosta las arterias limitando el flujo de sangre rica en
oxígeno.

Artritis: Inflamación de las articulaciones de los huesos con una


hinchazón dolorosa que limita los movimientos.

Síntomas
Algunos de los signos y síntomas más frecuentes de la artritis afectan
las articulaciones. Según el tipo de artritis que tengas, los signos y
síntomas pueden comprender:

 Dolor
 Rigidez
 Hinchazón
 Enrojecimiento
 Disminución de la amplitud de movimiento hazón dolorosa que
limita los movimientos.

Hiperplasia benigna de próstata: La hiperplasia benigna de próstata


(HBP) es un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática
cuya prevalencia aumenta progresivamente con la edad. Sus causas
más corrientes son el envejecimiento y la presencia de andrógenos u
hormonas sexuales masculinas.
Sordera: no es específica de personas mayores, puede padecerse
a cualquier edad y momento de nuestra vida. La pérdida de audición
altera a nuestro sistema auditivo, afecta a la salud de nuestro oído e
influye en la capacidad para relacionarnos con los demás.

La sordera puede clasificarse de varias maneras y según su momento


de adquisición puede ser:
 Prelocutiva: aparece antes del desarrollo del lenguaje
 Postlocutiva: aparece cuando ya existe el lenguaje

http://www.carflor.com/blog/la-vejez-y-sus-10-enfermedades-mas-
comunes/
https://medlineplus.gov/spanish/parkinsonsdisease.html

http://www.tercera-edad.org/salud/enfermedades.asp

http://www.carflor.com/blog/la-vejez-y-sus-10-enfermedades-mas-
comunes/

Comportamientos
Conducta perseverante y repeticiones - "Afecta a la capacidad de las
personas para recordar algún suceso."

Alucinaciones, suspicacias e ideas delirantes - "Las personas que sufren


alucinaciones ven u oyen cosas que para los demás no existen, pero que para
ellos forman parte de una realidad."

Enfado y agresividad - "Se incluyen todas aquellas conductas que manifiesten


enojo o agresividad por parte de la persona que recibe los cuidados."

Comportamientos sexuales inapropiados - "Los efectos del deterioro


cognitivo sobre la vida sexual y la desinhibición del comportamiento sexual."

Problemas del sueño - "En el envejecimiento normal es frecuente que se


produzcan cambios en los patrones de sueño."

De ambulación - "Padecen algún tipo de demencia y pueden cambiar durante


un tiempo extenso aparentemente sin motivo alguno."

Miedo: como emoción es algo que se impone al adulto mayor, sin necesidad
de planteamientos racionales que den explicación lógica a lo que siente,
miedo a todo lo que pueda dañar la integridad física, tras años de lucha
profesional para conseguir una estabilidad económica. Esto explica la
previsión, ahorra cuanto puede, para protegerse a sí mismo o a su
descendencia; además desea conservar el prestigio.

El adulto mayor teme que le quede poco tiempo: debe crear, debe proyectar
realidades, ha de trascender y dejar huella; suele aparecer el temor al daño
físico, como hipocondría que le hace estar atento a cualquier trastorno, teme
excederse y no resistir un ritmo fatigante y reaparecen los temores
adolescentes de hacer el ridículo, se afecta en su narcisismo.

El daño emotivo que se acerca le agobia y su reacción resulta dramática, no-


menos real. La previsión en este terreno, sólo puede lograrse si otros
contenidos más hondos le han dado plenitud y conciencia del propio valor.

- Cólera: emoción básica, poco estudiada y muy mal tratada, adentra sus
raíces en el conjunto de las emociones que la filosofía tradicional ha
denominado virtudes o pulsiones irascibles que se vinculan a la agresividad.

En el adulto mayor la cólera aparece cuando el mundo “lógico y ordenado”,


que se ha construido tras años de lucha, se ve alterado por “algo” que no
encaja; cólera difícil de controlar porque nace en capas hondas del ser
humano. Lo que la desata es aquello que le resulta ilógico, inesperado y
carente de sentido, no es el dato objetivo lo que le molesta, sino el torbellino
emotivo que remueve tal dato. La emotividad queda como desamparada, con
peligro de desencadenar –otra vez- la agresión física o la verbal, porque son
los modos aprendidos.

- Ternura: es la emoción más compleja y en la edad adulta de hace práctica,


identificando lo práctico con lo pragmático, lo rentable, que da beneficio o
reporta una ventaja sin ser “interesada”, es más sosegada, agridulce, como
dar sin apenas esperar, lo que no le quita emotividad.

Aparece un amor incondicional, que sabe dar, quiere dar, que sabe renunciar
sin angustia ni ira, éste es el carácter práctico; no es ternura sensualizada y
erotizada, sino una ternura madura y coherente, precedida por el principio
de la realidad y no por el del placer y del interés. No es puro egoísmo,
tampoco altruismo total; no pocas veces buscará ser atendido, escuchado,
comprendido y en otras demostrará que sabe atender, escuchar y
comprender; resulta que está buscando, sin saber, un modo “práctico” de
llenar su necesidad de ternura.

La ternura está implicada con el miedo, el adulto mayor ama y es tierno,


aunque teme dominar y desea conquistar con la misma ternura. Puede
canalizar su afecto hacia quienes le aseguren corresponder a su ternura.

Es cierto que la madurez proporciona estabilidad, como también aparecen


tensiones al buscar una nueva forma de vida y que tienen raíces profundas
con tres manifestaciones psicológicas: tensión por frustración, agresividad
compensatoria y adaptación progresiva.

La tensión por frustración se refiere a que todo ser humano está en


crecimiento continuo y cualquier interrupción en este proceso lleva a una
tensión, o un desajuste; esta interrupción puede ser por la presencia de un
obstáculo físico, psíquico o social, o puede ser un conflicto derivado de la
presencia de varios deseos de incentivos que no se alcanzan al mismo
tiempo; esa tensión lleva a la frustración por no conseguir lo buscado.

La presencia de obstáculos obliga a buscar caminos de superación: el


transitorio uso de mecanismos como defensas inconscientes, la aceptación
más o menos soportada o el más sano, el de la adaptación equilibrada y
eficaz.
La vejez es el éxodo de una persona que, por razón de su crecimiento
en edad, sufre la decadencia biológica de su organismo y un
receso de su participación social. Se puede entender como una
situación existencial de crisis, resultado de un conflicto íntimo entre
nuestra aspiración natural a crecer y la decadencia consecuente con el
avance de los años.
La vejez tiene limitaciones, pero también unos potenciales únicos y
distintivos: serenidad de juicio, madurez vital, experiencia, perspectiva
de la vida histórica personal y social, etc.
Este periodo involutivo se caracteriza psicológicamente por los
esfuerzos que necesita realizar el mayor para adaptarse a los
cambios biológicos, a las limitaciones físicas y a las nuevas
condiciones de vida que supone el envejecimiento.
Las aptitudes cognoscitivas del individuo se ven afectadas en distinta
medida durante el proceso de envejecimiento. El descenso de la
capacidad intelectual en los ancianos no se produce en función de la
edad cronológica sino que va ligado a enfermedades y circunstancias
psicosociales desfavorables.
Desde el fin de la madurez, el individuo sufre una confrontación
entre sus realizaciones existenciales y sus proyectos ideales.
Este conflicto se precipita con la aparición de algunos momentos
críticos.
 La jubilación. Una de las crisis consiste en el desplazamiento
social y familiar que representa la jubilación. Supone, a menudo,
una pérdida económica, además de la privación de estatus social
y prestigio. Cada persona vive de modo completamente
diferente su jubilación; para algunos supone una liberación y la
posibilidad de disponer de tiempo para realizar sus sueños,
mientras para otros se convierte en el comienzo de su final.
 El sentimiento de inutilidad. El deterioro de sus facultades va
conduciendo al mayor, inexorablemente, a perder autonomía
personal y depender de los demás; esta es la realidad que
mayores repercusiones psicológicas tiene para los ancianos.
 La soledad. Al cumplir años vamos perdiendo a las personas
que amamos. El sentimiento de soledad va aumentando
progresivamente junto con nuestro temor al futuro social
inmediato. El sentimiento de pertenencia social se debe a la
necesidad del ser humano de tener raíces, un punto de
referencia y de continuidad. No se trata únicamente de una
necesidad circunstancial en una etapa particular de la vida, sino
de una necesidad fundamental.

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