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Arte prehistórico
Neolítico
Talayots baleáricos
Arte egipcio
Tumba de Sethi. Muestra de los estilos pictóricos del Arte Egipcio Antiguo.
El arte egipcio es, indudablemente, la manifestación artística que más ha subyugado al hombre moderno.
La civilización egipcia no sólo creó una arquitectura, escultura y pintura de impresionante belleza, sino
también toda una cultura que ha hecho soñar a investigadores, literatos y personas corrientes, donde se
funde lo histórico, lo mítico y lo misterioso. El arte egipcio es un arte que está muy relacionado con el medio
en el que se desarrolla. Este medio influye en diferentes aspectos: por un lado el medio geográfico
determina una cultura cerrada que hace un arte impermeable a influencias exteriores, que va a evolucionar
poco y cuando lo va a hacer va a ser sobre sus propias formas debido a la falta de comunicación con el
exterior.
Por otro lado, el medio va a determinar unos materiales que nos indican una despreocupación por la vida
terrestre y un deseo de eternizar la moral del difunto y del dios, por lo que el arte muchas veces está en
función de templos y tumbas. Esto está relacionado con los dos factores determinantes del arte que también
vienen dados por el medio: la monarquía y la religión. Así, el faraón (y los nobles) y los sacerdotes van a ser
los principales clientes. Se trata de un arte aúlico y oficial, que se desarrolla en virtud de la religión
fundamentalmente, y a ésta está vinculado el faraón. No es por tanto un arte autónomo. El arte egipcio está
siempre sometido a unas normas, por esto es muy semejante y monótono, tan homogéneo. Es un arte
estereotipado en el que se valora más la precisión del acabado que la originalidad. Además, tienen un gran
carácter simbólico y mágico.
Los artistas egipcios van a perder en líneas generales en el anonimato, aunque se conocen algunos artistas
ya del Imperio Antiguo, aunque son más los que se conservan del Imperio Nuevo. De los artistas los más
considerados son los arquitectos, que se relacionan con los clientes. Sin embargo, los pintores y escultores
son considerados como simples artesanos.
Va a haber dos tipos de talleres: los talleres oficiales, que están en torno a los palacios y los templos y es
donde se forman los grandes artistas y obras, y los talleres privados, destinados a clientes que no
estuvieran relacionados ni con la monarquía ni con la religión. De éstos últimos se han conservado muy
pocas obras, entre otros motivos debido a que utilizaban materiales más endebles que los talleres oficiales.
Arte mesopotámico
Arte Persa
Arte persa
La Antigua Persia ocupaba aproximadamente el territorio de la actual Irán. Limitaba al norte con el Mar
Caspio, Armenia y Rusia, al este con Afganistán, al sur con el Golfo Pérsico y al oeste con Irak. En la época
aqueménida (Ciro el Grande, Cambigen II, Darío I, Jerjes, Artajerjes, Darío II, Artejerjes II, Artejerjes III,
Dario III) el arte se expresa en escultura y la arquitectura, en grandes ciudades: Pasargardas, Susa,
Persépolis, fundadas por estos dos últimos. No hay arquitectura religiosa, sólo estos altares con fuego y
unas torres donde estaría ese fuego. Los altares eran muy sencillos, a veces para proteger el fuego tenían
una pequeña bovedilla. No se han conservado pero los conocemos por relieves. Las torres eran altas,
cuadradas y sin vanos, de las que si se conservan algunos restos. Existió arquitectura funeraria persa.
Tenemos la tumba de Ciro, de tipología única.
También existieron hipogeos excavados en grandes acantilados, con una fachada muy importante esculpida
dentro, con dos o tres cámaras muy sencillas. No realizaban inhumación del cadáver por miedo a que
contaminarán la tierra, por lo que sólo conservaban los huesos. Los palacios eran tan complejos que se
formaron verdaderas ciudades-palacio. Cuando Darío fijó la capital en Susa, el palacio de Pasagarda quedó
abandonado quedando como capital religiosa. Susa estaba cerca de Babilonia y obtiene influencias de ella.
El recinto de estos palacios estaba cerrado por murallas. Al igual que los mesopotámicos, estaban
construidos sobre terrazas. Las estructuras eran adinteladas y empleaban cómo soporte la columna. El
palacio tenía unos propileos donde aparecían toros alados, como símbolo de poder y majestuosidad. Había
también una sala de audiencias llamada apadana. Junto a ella había una sala de recepción y el salón del
trono que era la parte pública del palacio.
La arquitectura persa, en general, presenta unas características y procedimientos constructivos muy
semejantes y derivados del mundo mesopotámico y no aporta novedades de importancia. La decoración,
escultura y arquitectura es el resultado de la fusión de distintas influencias: Babilonia y Siria (uso de la arcilla
para la construcción de los muros, animales a la entrada del palacio, remate en almenas escalonadas,
decorado con bajorrelieves en el interior y también en el exterior del palacio, remate en gola especialmente
de los vanos, el papel importante de la columna y el tipo de tumba).
También el arte y arquitectura persa se ve influida por el arte de Grecia (especialmente en la escultura,
como en los relieves donde hay un cuidado en la proporción y en los plegados). Pero también el arte persa
aporta algunas novedades, como la decoración con finalidad de exaltación del imperio pero con un carácter
pacífico. De igual manera, es destacable el uso de la columna tauriforme, que llega a tener gran altura,
hasta 20 metros de altura y el capital hasta cinco metros. A veces se construían en piedra y a veces en
madera estucada. Podía ser completa o incompleta si el capitel no estaba desarrollado. La basa era
campaniforme, el fuste estriado o liso y el capitel con tres cuerpos: cuerpos de hojas, cuerpos de dobles
volutas y por último, las figuras de toros tumbados y enfrentados.
Los palacios estaban decorados con esculturas a base de relieves, no habiendo escultura exenta. Eran
bajorrelieves excepto los toros alados que eran imitación de los babilónicos técnicamente pero algo
monótonos. Representaban las figuras de perfil y con movimiento pausado y tranquilo. Los adornos se
esculpían con gran detallismo y se tenía gran cuidado con la proporción.
Arte Prehelénico
Arte Prehelénico
Se incluye en el período prehelénico todo el arte desarrollado en las islas y costas de la Grecia continental
en el entorno del mar Egeo. Es el arte cretomicénico, que tiene dos grandes componentes:
La isla de Creta fue la más importante desde el punto de vista artístico, pero también en otras islas, como
las Cícladas, hay representaciones artísticas de valor. El de Creta es un pueblo en el que desde un principio
hay representaciones plásticas en relación a la religión. La diosa de la fecundidad es la principal figura, que
fue muy representada, como mujer, a veces con su hijo, y con animales: serpiente, paloma y toro, que se
van a convertir en símbolos de la religión cretense y que tendrán su representación en las artes. Otros
símbolos religiosos son el labris (la doble hacha), la columna y los cuernos de consagración. Hay más
dioses que surgen en la cultura micénica, con nombre helénico, que pasarán al panteón griego.
En esta época ya se crean algunas estatuillas como culto a la diosa de la fecundidad. Son muy simples y
comunes a todo el Egeo. También se conoce la cerámica, decorada con incisiones simples y geométricas.
Ya es en el minoico antiguo cuando se forman las primeras ciudades. Son interesantes las representaciones
de las Cícladas: pequeñas esculturas de formas humanas. También se han encontrado necrópolis con
restos de cerámica pintada y decoración geométrica. Al mismo tiempo se podujo el desarrollo de la
metalurgia.
En el minoico medio se produjeron obras muy interesantes. Creta destacó en todo el Egeo. Es el momento
de las grandes construcciones, la época de los primeros palacios que después serán ampliados o
reformados en el siguiente periodo. Destaca la cerámica de Kamares, muy rica, con decoración figurativa.
También aparecen esculturas, figurillas cada vez más realistas y mejor formadas. En el minoico reciente,
Creta sigue siendo importante, pero será invadida por los micénicos, que acabarán con su cultura. En esta
época continúa la arquitectura, la escultura, desarrollo de la orfebrería, pintura en palacios y cerámica de
palacio, también muy fina.
Arte fenicio
El propio nombre de fenicio deriva del griego phoenix, que significa "los de púrpura", en referencia al
preciado tinte que fue el origen de su riqueza. Además fueron excelentes navegantes, avezados
mercaderes, hábiles artesanos, exploradores intrépidos y posiblemente los mejores constructores de barcos
de su época. La estratégica situación de las los primeros asentamientos en Asia Menor hizo del territorio un
lugar privilegiado para la conquista comercial del Mediterráneo y las naves fenicias pronto surcaron los
mares desde Biblos, Sidón y Tiro a la búsqueda de nuevos productos con los que comerciar. Fue
precisamente el abastecimiento de materias primas como la plata, el cobre o el estaño, lo que motivó el
establecimiento de las primeras colonias en la Península Ibérica.
La gran demanda de metales preciosos en oriente motivaron que las minas de Huelva y Sevilla se
convirtieran en objetivo de los púnicos, que se establecieron en Cádiz intercambiando sus productos por el
oro y la plata tartésicos. La influencia de aquéllos se ha podido constatar en los restos de tumbas
monumentales y en numerosos objetos valiosos que se han encontrado en los asentamientos y con los que
los fenicios pagaban la mano de obra indígena. También se han hallado restos de almacenes, fortificaciones
y necrópolis de las que se han desenterrado urnas, ánforas para guardar vino o aceite (cuyo cultivo
introdujeron, por cierto, en nuestra tierra), lámparas, joyas y piezas de cerámica.
Como buenos mercaderes que eran, los fenicios se adaptaron al gusto de sus clientes y, aunque durante un
tiempo se limitaron a actuar como tratantes de productos ajenos, pronto comenzaron a elaborar su propia
artesanía, permeada de influencias griegas, egipcias, mesopotámicas, sirias, etc. Así surgieron un tipo de
creaciones que sintetizaban de forma armónica las tendencias del momento y dieron origen a un tipo de arte
sumamente original y ecléctico: desde figurillas y otros objetos tallados en madera, hasta ornamentos de
metales preciosos, paneles decorados, cerámica, miniaturas de marfil o frascos de vidrio. Sin embargo, el
hecho de que los mercados mediterráneos se vieran inundados de productos del comercio púnico
procedentes de otras regiones ha hecho muy difícil el poder reconocer en la actualidad su verdadero estilo.
Las localizaciones de las colonias obedecían a emplazamientos bien escogidos, cercanos a la costa, bien
comunicados y con abundantes materias primas y las ciudades contaban siempre con su necrópolis
cercana. Las tumbas de la costa malagueña y almeriense estaban construidas con sillares y contaban con
cámaras y corredores en las que los difuntos eran incinerados y, en ocasiones, inhumados. Todas ellas
presentan un gran tamaño y una riqueza que contrasta con la modestia de los enterramientos de otras
colonias cercanas como Ibiza. Sin embargo, el posterior desarrollo económico de la isla hizo surgir
necrópolis como Puig d'es Molins, con cerca de cuatro mil sepulturas que dan cuenta de diferentes tipos de
ritos funerarios. De entre los objetos rescatados de los santuarios ibicencos destacan los sarcófagos de
piedra, los ajuares con cerámica y joyas o las figuras votivas de terracota (como las de bustos femeninos
con alas que representan a la diosa Tanit). En gran parte de las piezas encontradas se han encontrado
influencias orientalizantes y es que los fenicios trajeron con ellos además su religión mezcla de elementos
cananeos, griegos y egipcios.
Las creencias del pueblo fenicio se organizaban en torno a una tríada de dioses de la que destacaba Baal,
al que se asociaba el ciclo de las estaciones y, aunque cada ciudad nombraba a sus deidades con nombres
diferentes, un rasgo común a todas ellas era el gran poder de que gozaban los sacerdotes, entre cuyas
prácticas se encontraba el sacrificio de animales (como lo atestiguan restos de huesos y cenizas
encontrados dentro de vasijas en los santuarios), para propiciar las buenas cosechas o el favor del dios
correspondiente, e incluso el de seres humanos, lo que provocó en su época la reprobación de otros
pueblos contemporáneos.
La presencia fenicia en nuestra península se manifiesta sobre todo por la abundancia de restos cerámicos,
especialmente platos, lucernas o jarras de barniz rojo o gris, realizados con torno (desconocido por las
poblaciones autóctonas pero difundido de manera rápida), y que destacaban tanto por su utilidad como por
su belleza; y de ornamentos de metales preciosos como anillos, pendientes o collares realizados con
técnica de filigrana y granulado. El vidrio y la pasta vítrea, cuya invención Plinio atribuye a los fenicios, son
también elementos característicos de su artesanía con los que fabricaban delicados frascos y vasos para
perfumes.
Arte Griego
Período geométrico: 1000 - 750 a.C., período breve que nos va a dejar pocas aportaciones.
Fase orientalizante: s. VII - principios s. VI a.C.
Período arcaico: 610 - 480 aprox. a.C. El s. VI es el momento más significativo.
Período clásico: siglos V y IV
Cuerpo aplastado.
Pies y manos juntos y muy grandes, ambos pies apoyados en el suelo.
Cintura muy alta y marcada.
Caras demasiado geometrizadas, muy triangulares y con la frente ancha.
Las korai posiblemente también eran exvotos. Se han encontrado en santuarios, muchas en la Acrópolis de
Atenas. Son figuras femeninas vestidas con una túnica larga que llega hasta el suelo (xitón) encima del cual
llevan el peplo, que da una cierta simetría ya que cae vertical y está formado por una tela gruesa que forma
pliegues rectos y verticales. Muchas veces también llevan un manto o himation, que da a la escultura una
riqueza plástica ya que es una tela más fina y delicada que forma pliegues diagonales que dan movilidad.
Escultura Griega del Periodo Severo
Es un periodo muy breve, que se desarrolla entre el 480 y el 450 a.C.. Se consiguen algunas notas que se
desarrollarán aún más en los siglos V y IV en cuanto a anatomía, expresión, postura, etc. de las figuras.
Éstas estarán siempre proporcionadas y habrá una búsqueda de realismo. Se conservan esculturas de
frontones y metopas pero también exentas, y algunas de carácter público, como: Los Tiranicidas, El Auriga
de Delfos, El Poseidón de Artemisón, Frontón del templo de Zeus en Olimpia.
Arte Íbero
Es heredero de los tartesos y estuvo muy influido por las culturas griega y fenicia.
Urbanismo ibérico
El tamaño de las ciudades ibéricas varía mucho, desde las 300 hectáreas hasta apenas una. Las ciudades
más grandes se concentran en el sur y sureste de la Península, mientras que en la costa oriental son más
reducidas. La mayoría de las ciudades se intentaban situar en lugares elevados, aunque también hay
algunas que se encuentran en llano. Prácticamente todos los poblados ibéricos estaban rodeados por una
muralla, a veces totalmente y a veces, en los casos en que se encontrasen en un terreno de difícil acceso,
sólo por las partes más accesibles. Los íberos construyeron distintos tipos de murallas: De mampostería:
construida con sillares más o menos regulares, que forman dos paramentos, el exterior de piedras más
grandes y el interior de piedras pequeñas. El espacio intermedio se rellenaba de tierra y piedras. Muchas de
estas murallas parece que estaban revestidas con un grueso enlucido de arcilla pintada de rojo.
De todas formas, de estas murallas sólo se ha conservado la parte inferior, por lo que no se sabe si se
realizaban enteras con una única técnica o si eran como la muralla de Tarragona, que tiene un zócalo
ciclópeo sobre el que se asientan sillares de mampostería. Tampoco se sabe con seguridad si estaban
enlucidas con arcilla o no. Por regla general, todas las murallas ibéricas se refuerzan con torreones de tipo y
ubicación variable.
Los planos de ciudades y poblados que conocemos son muy pocos, y casi siempre corresponden a aldeas
pequeñas, que por eso han sido fáciles de excavar. Las casas son de reducido tamaño y con pocas
habitaciones, quizá con un androceo y un gineceo. Suelen estar construidas con muros de adobe sobre un
zócalo de piedra y revestidos con arcilla encalada. Podían tener umbrales de entrada y en su interior
existían hogares y bancos. Los vanos de las puertas podían estar reforzados por postes, que a veces
servían también para sostener la techumbre, de ramas recubierta por una capa de arcilla. Solían ser casas
de un solo piso, pero también se han encontrado de dos, con una escalera adosada a la fachada.
Templos
Se han encontrado muy pocos restos de templos íberos que sólo dejan hacer conjeturas sobre este aspecto
de su arte. Por un lado, han aparecido recintos cuadrangulares, aparentemente descubiertos y con una losa
en el centro, que se han interpretado como santuarios hipetros similar a los conocidos como "lugar abierto"
del mundo oriental. Esta idea se ha visto reforzada por la aparición en las cercanías de uno de ellos de un
quemaperfumes de tipo oriental.
Por otro lado, se han encontrado un cierto número de edificios con una estructura bastante compleja que se
piensa que podían tener una finalidad religiosa. Estos se datan desde fechas muy tempranas, como el s. VII
a.C., y todos tienen una estructura muy similar: la planta es rectangular y se accede al edificio a través de
un vestíbulo que ocupa todo el ancho del edificio. Está dividido en tres espacios longitudinales, los laterales
más estrechos y cortos, por lo que la estancia central se ensancha adoptando forma de T, con el espacio
del fondo partido de nuevo en dos por un muro perpendicular a la pared trasera situado en el eje longitudinal
del edificio. Este tipo de edificio se puede relacionar con edificios similares del Próximo Oriente que también
aparecen en la Italia prerromana.
Arquitectura Funeraria
Tumbas de cámara
Podían estar excavadas en el subsuelo o construidas sobre él y generalmente cubiertas por un túmulo. Son
características del mundo ibérico meridional y las más importantes se encuentran en Galera (Granada). Casi
todas eran de planta rectangular, aunque también las había circulares, y las urnas cinerarias se depositaban
sobre el suelo, un poyete no muy alto o en una cavidad abierta en el suelo y cubierta con losas planas. La
más importante estaba construida sobre el suelo, contaba con un dromos de acceso cubierto con una falsa
bóveda y una cámara de planta cuadrada cubierta con losas que descansaban sobre un pilar central. Todo
esto estaba realizado con sillares y cubierto por un túmulo de tierra que tenía marcado su perímetro con
piedras.
Monumentos turriformes
El más importante es el de Pozo Moro, que es un edificio de planta cuadrada, que sobre un podio
escalonado presenta un cuerpo principal cuadrangular, con sus esquinas inferiores adornada por leones
yacentes. Algunos de los sillares de este cuerpo están decorados con relieves de una gran importancia. Por
encima, una serie de molduras que culminan en gola constituyen el remate. Algunos estudiosos afirman que
sobre este primer cuerpo había otro muy similar, de un tamaño algo menor, pero no se puede asegurar con
certeza. Posiblemente pertenecía a un rey o príncipe indígena con una cronología bastante alta, hacia el
500 a.C. aproximadamente. Es importante destacar el uso de grapas en forma de cola de milano para trabar
los sillares entre sí.
Pilares-Estela
Hay muchísimas por todo el ámbito ibérico. Consisten en un basamento, por lo general escalonado, sobre el
que se alza un pilar con un remate en forma de capitel, que es la base de una escultura de animal,
normalmente un toro. El mejor ejemplo de este tipo de monumento es el pilar de Monforte del Cid.
Arte celta
Pocas manifestaciones artísticas han sido tan difundidas entre el gran público como las relacionadas con la
cultura celta.
Desde la caligrafía, pasando por la decoración hasta la proliferación de representaciones religiosas como
las cruces o los manuscritos miniados, numerosos son los ejemplos que encontramos a nuestro alrededor y
que nos remiten a una cultura legendaria y fascinante que ha sido sistemáticamente mitificada por
antropólogos e historiadores, quizá debido al hecho de que sus tradiciones fueron transmitidas de manera
oral, y los pocos textos encontrados nos han llegado a través de autores clásicos que describían a los celtas
como bárbaros de apariencia amenazadora. Sin embargo, este pueblo, lejos de ser tan rudo como griegos y
romanos creían, nos ha legado exquisitas muestras de un arte que, aún hoy, sorprende por su delicadeza.
Del pueblo celta se han encontrado vestigios en gran parte de la Europa continental y las islas británicas
que se remontan a más de veinticinco siglos, a la conocida como Edad de Hierro. El primer estadio se
conoce como cultura de la Hallstatt (por la zona austriaca en la que fueron encontrados los restos) y de esa
época se han encontrado tumbas impresionantes y fortificaciones que denotan la riqueza de que gozaban
por aquel entonces.
Posteriormente, en torno al siglo VII antes de Cristo, los intercambios culturales con griegos y etruscos
darían lugar a un periodo del arte celta conocido como La Tène (Suiza). Es a partir de aquel momento
cuando los rasgos característicos del arte celta comienzan a perfilarse.
Sin embargo la estabilidad no duraría eternamente, y cuando llegaron los malos tiempos, las tribus celtas se
vieron obligadas a emigrar, invadiendo el territorio griego y romano y siendo invadidos a su vez por éstos
últimos, a los que acabarían por asimilarse. Sólo zonas de Britania y de la Bretaña lograron mantener sus
costumbres y su lengua durante siglos.
La sociedad celta solía organizarse en torno a fortificaciones asentadas por lo general en lo alto de colinas
para dominar el territorio de alrededor. Las llamadas oppida por Julio César contaban con lugares para
almacenar el grano y estaban divididas en zonas específicas para cada actividad. Tenemos buenos
ejemplos de estos asentamientos en la zona sur de Alemania y también en la Península Ibérica, donde
adoptaron el nombre de castros.
La llegada del cristianismo, con la introducción de nuevas costumbres marcó una nueva etapa en la historia
celta, que a partir de ese momento vivió un periodo de esplendor. La tradición artesana basada en la
escultura, el trabajo de metal y la talla de la madera que habían cultivado hasta alcanzar un nivel admirable
vino a unirse a las formas de representación traídas por los misioneros para originar un arte espectacular y
delicioso que nos ha dejado muestras tan admirables como el conocido manuscrito iluminado de Kells.
Tendencias
Se pueden distinguir dos tendencias bien diferenciadas en el arte celta; una es aquella que se basa en la
representación de la naturaleza. Para entender este tipo de manifestación debemos señalar que estamos
hablando de un pueblo que basaba su economía en la agricultura y que mantenía una estrecha relación con
la naturaleza y los fenómenos celestes.
Sus creencias espirituales se fundamentaban en dichos ciclos naturales y en la continuidad entre el mundo
material y el más allá. Los druidas enseñaban que cada fenómeno terrestre tenía su correspondencia en el
mundo celeste y de ahí que sus representaciones tuvieran un significado eminentemente simbólico. Así,
encontramos numerosas manifestaciones que imitan elementos de la naturaleza de complicada fantasía:
hojas, flores, guirnaldas, animales, etc. que se interpretan de manera estilizada, siendo reducidos a
esquemas.
Por otro lado tenemos la tendencia geométrica, que consiste en una ornamentación basada en
decoraciones abstractas de líneas intrincadas que dan lugar a complicados y bellos diseños de una gran
armonía. Un ejemplo de este tipo de decoración lo encontramos en los llamados knotworks, o trabajos a
base de dibujos entrelazados realizados con una línea continua que fluye formando curvas, nudos y
zigzags. También son muy frecuentes las espirales que tenían una profunda carga simbólica y solían
representarse solas o formando grupos, como el conocido triskel, consistente en tres espirales unidas que
aludía las tres naturalezas del alma humana (o los tres elementos sagrados: tierra, mar y cielo).
Todos estos elementos los podemos encontrar también en los que son, quizá, el más bello ejemplo del arte
celta: los manuscritos iluminados, auténticas obras maestras de una práctica que los artesanos dominaban,
la caligrafía. En ellos encontramos bellísimos diseños realizados con gran habilidad y decorados con
fantásticos colores que aun hoy provocan asombro de quien los contempla.
Sin embargo se han hallado otros ejemplos en los que los artesanos celtas demostraron su destreza. Tal es
el caso de la orfebrería, de la que tenemos restos como collares, pendientes o las fíbulas usadas tanto a
modo de alfiler para sostener la ropa como de amuleto, y que muestran en algunos casos deliciosas formas
zoomórficas; o de los llamados torques, pesados collares utilizados frecuentemente por los miembros
relevantes de la sociedad, que se realizan de diferentes metales, algunos estaban ricamente decorados con
filigranas y otros motivos. Entre los objetos cotidianos los celtas demostraron su creatividad en las máscaras
ceremoniales, los calderos o las figuritas votivas.
Otro ejemplo del dominio que este pueblo tenía sobre la manufactura del metal lo tenemos en las armas:
espadas con grandes empuñaduras ricamente ornamentadas o escudos y cascos de hierro y bronce
decorados con figuras muy elaboradas que simbolizaban fuerza y poder.
Sin embargo la herencia que con más nitidez podemos rastrear en al actualidad son los mitos, cuentos y
leyendas que han llegado hasta nosotros a través de la tradición cristiana, muchas de cuyas propias
historias están basadas en fábulas de la historia celta. Tal es el caso de la mitología que incluye seres
fantásticos como hadas, héroes, duendes o gigantes, o como las fascinantes narraciones del Rey Arturo y
los caballeros de la Tabla Redonda, historias cuyas raíces más profundas se hunden en el brumoso y
evocador pasado de bardos, vates y druidas transmitidas de generación en generación.
Arte etrusco
En la cultura etrusca, se da una cierta discontinuidad de periodos con distintos momentos de auge y de
declive, y distintas calidades en sus manifestaciones artísticas. Los etruscos desarrollaron enormemente el
urbanismo. También se conoce su cultura por sus ajuares funerarios, que ponen de manifiesto su gusto por
el lujo y su carácter vital. Estuvieron muy preocupados por la vida de ultratumba. Las raíces de su cultura
están en la cultura Villanoviana, que florece en la primera Edad del Hierro y que continúa hasta el siglo VIII.
En su arte podemos ver influencias orientales y griegas, especialmente de la fase arcaica, que funden y
recrean con la suya.
Etapas
Las etapas del arte etrusco son:
Periodo primitivo: (s.VII y VI). En el siglo VI se dio su gran apogeo. Nace la estatuaria, la pintura mural y
se tiende al realismo. En esta etapa se aprecian claras influencias griegas.
Periodo medio: (s. V y IV). La producción artística disminuye y se empobrece.
Periodo tardío: a partir del s.III hasta su fusión con Roma. El desarrollo urbanístico alcanzó su mayor
apogeo y es cuando el arte etrusco influye en Roma. En este perido nacen los primeros retratos.
Arte Romano
El mundo griego fue fundamental para el desarrollo del arte romano junto a las aportaciones de la cultura
etrusca. Sin embargo, también tuvo una indiscutible personalidad, manifestada principalmente en la
arquitectura. Posteriormente el arte romano repercutió enormemente en las culturas occidentales, siendo la
base cultural de Occidente hasta la actualidad. El arte en Roma se puso al servicio de nuevas necesidades.
Esto explica el nacimiento de nuevas manifestaciones y también la aparición de un arte con gran
centralización y unitarismo, no sólo en Roma sino también en el resto del Imperio.
Las principales características que aporta el arte romano como novedad son:
Preocupación, en la arquitectura, por el juego de masas que viene por los elementos usados en la
construcción.
Arquitectura mucho más colosal.
Como elemento arquitectónico básico, se van a utilizar el arco, la bóveda y, por tanto, la cúpula.
Se va a crear el retrato en la escultura.
Roma fue la creadora del relieve histórico, continuo y narrativo.
El arte romano se puede dividir de forma similar a la historia del Imperio en tres periodos:
Periodo de la República: s. VI (hacia el 510) - 27 a.C.
Periodo de Augusto: la época clásica: 27 a.C. - 14 d.C.
Periodo imperial: dividido a su vez en:
Arquitectura romana
Las principales características de la arquitectura romana son:
Es una arquitectura caracterizada por la monumentalidad, no sólo por el espacio que ocupa sino
también por su significado. Esto viene dado también por la idea de la inmortalidad del Imperio.
Es una arquitectura utilitaria, práctica, funcional. Por esto y también por la propia estructura del Estado,
aparecen nuevas construcciones, con un gran desarrollo de la arquitectura civil y militar: basílicas,
termas, etc.
Es una arquitectura dinámica., como consecuencia del empleo de algunos elementos constructivos
como el arco y la bóveda.
Los materiales utilizados son muy variados: piedra cortada en sillares regulares y dispuesta a soga y
tizón, hormigón, ladrillo, mampuesto, madera... Cuando el material era pobre se solía revestir con
estucado, placas de mármol o con ornamentación de mosaicos o pintura.
Se usa el orden toscano y también el jónico y el corintio. Aunque lo más significativo fue el uso del
elegante orden compuesto. También fue muy frecuente la superposición de órdenes en edificios muy
altos. Normalmente en el piso bajo se empleaba el orden toscano, en el medio el jónico y en el superior
el corintio. Los capiteles, en general, presentan motivos con mayor libertad que en Grecia y hay algunos
con figuración.
Aparecen las guirnaldas y los bucranios como elementos decorativos.
También la arquitectura romana empleó la superposición en el mismo vano del arco y el dintel.
Pese a estas diferencias, existen muchas semejanzas con el arte griego ya que Roma asimiló numerosos
elementos artísticos y arquitectónicos de los países que incorporaba a su imperio. También fue frecuente
emplear artistas nacidos y formados en otros territorios, siendo los principales originarios de Grecia.
Templos romanos
El templo romano se conformó en base a la tradición de dos mundos: el etrusco y el griego. Estaban
atendidos por sacerdotes adscritos que administraban el templo y todo lo concerniente a los ritos con sus
dioses. En el Imperio Romano existió una gran relación entre el mundo religioso y el político, de manera que
el Sumo Pontífice será el propio emperador. Otras figuras destacadas en el templo fueron las vestales,
figuras femeninas dedicadas a los templos, especialmente a aquellos que estaban dedicados a diosas
femeninas.
El templo romano se levanta sobre un podio y para acceder a la cella existía un escalinata en la parte
delantera. La cella se desarrollaba en sentido longitudinal y podía ser única o triple. En los templos se
utilizaban especialmente los órdenes compuesto y corintio. Los frontones solían ser lisos con inscripciones
en la parte delantera del entablamento. Progresivamente se fue imponiendo la bóveda para la cubrición
interior de la cella. También hubo templos circulares, generalmente dedicados a Vesta. En etapas tardías se
construyeron templos de estructura más complicada, como templos dobles, de planta poligonal, etc.
Las Tumbas
En líneas generales, las tumbas romanas derivan de las etruscas, aunque con el tiempo fueron adquiriendo
una mayor libertad y complejidad. Todas las tumbas se encontraban fuera de la ciudad. El rito funerario
podía ser por inhumación o por incineración. Hubo tumbas colectivas, llamadas columbarios, que podían
estar en una roca o en construcciones con nichos donde se colocaban las urnas. Los mausoleos son
enterramientos que podrían derivar en un principio de los tholoi de Etruria y del mausoleo de Halicarnaso.
Suelen ser circulares, grandes y, generalmente, cubiertos por un túmulo donde se va a colocar vegetación,
estatuas, etc. También hubo enterramientos con otras formas: de templo, de torre, de monumento, etc.
Muchas veces se formaron verdaderas necrópolis que seguían la forma de los hipogeos egipcios.
Escultura Romana
La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato. El retrato romano tiene su origen en el arte
etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, máscaras en cera de los muertos que
se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones. Los materiales más utilizados en
el retrato fueron el bronce y el mármol y la estatuas eran apolícromas, salvo en un primer momento en que
los ojos se coloreaban, práctica que se abandonó para ser tallados. En un principio eran bustos que sólo
recogían la cabeza y parte del cuello, pero que se irán alargando poco a poco llegando a representar
también los hombros y el pecho.
También hubo retratos de cuerpo entero, de pie o sedentes (esto fue más frecuente en los cuerpos
femeninos), y retrato ecuestre, del que debió haber varios ejemplos, pero que sólo nos ha llegado uno
importante. Sólo se representaba así al emperador y es importante por la influencia que tendrá en épocas
posteriores. El retrato más frecuente de la escultura romana es el del emperador, que constituye el modelo
para el resto de retratos. Hay tres tipos de retratos:
Retrato togatos: Se esculpe al emperador con toga y manto sobre la cabeza. Le representa como
pontífice máximo.
Retrato toracatos: Representa al emperador como cónsul o militar, por lo que aparece con coraza.
Retrato apoteósico: Representa al emperador como una persona heroizada o divinizada. Aparece con
la parte superior del cuerpo desnudo, corona de laurel y algún atributo de un dios. Es la representación
más rica, aunque no la más frecuente.
El retrato romano evolucionó según las distintas etapas, y para poder distinguir la época en que fue creada
la escultura es necesario observar algunos pocos detalles, como los ojos, la barba y el cabello. En el retrato
femenino, además, quedan patentes las modas en los peinados.
Retrato de Patricio llevando máscaras: Aparece de pie, mostrando los retratos de sus antepasados.
Son tres personajes con rasgos distintos.
Retratos de Catón y Porcia: Es un retrato doble. Pese a ser de la época de la República, el busto es
largo. La mujer está más idealizada, es más joven y está peinada con raya en el medio, cayendo el pelo
sin ondas a los lados. Reflejan la idea de ser un matrimonio por la actitud de sus manos.
Retrato de Pompeyo: El cabello comienza a abultarse, pero sin grandes rizos. El conservado
probablemente no es el original, sino la copia de un retrato anterior. A través de su rostro se trasluce su
carácter. Es un rostro menos cadavérico, con los rasgos más redondeados.
Retrato de Augusto: Es similar al anterior y sólo se conserva la cabeza. Está cubierto con el manto y
mirando hacia arriba.
Retrato de "Joven de pie": El pelo es igual y el modelado también es suave. Inclina la cabeza un poco
hacia abajo y sonríe ligeramente.
Retrato toracato de Augusto - Augusto de Prima Porta: Augusto se está dirigiendo al ejército, por lo
que está vestido de militar y con el brazo en alto. Se esculpe con precisión el contraste entre la coraza
lisa y dura y la tela blanda. La coraza está llena de relieves alusivos a la paz augústea. En la parte
interior hay una figura infantil sobre un delfín, alusiva al origen divino de la familia Julia.
Retrato toracato de Calígula: Exactamente igual, pero con el brazo hacia abajo.
Retrato apoteósico de Augusto: El emperador está aquí divinizado, con la corona de laurel.
Pintura
En la pintura romana va a influir decisivamente el arte griego, ya que ya desde la época de César llegaron
pinturas griegas que arrancaban de las paredes y se llevaban a Roma. Ésta es una de las razones por las
que apenas se conservan pinturas murales griegas. Al igual que otras artes, la pintura en Roma tenían una
finalidad práctica: decorar las casas y palacios. La condición social del pintor era la de un artesano, aunque
los que pintaban sobre tabla tenían mayor prestigio. La pintura mural se realizaba con la técnica del fresco,
aunque también se discute que en algunas ocasiones se utilizaran técnicas mixtas. Para la pintura sobre
tabla se utilizaban las técnicas al temple y a la encaústica.
La gama de colores era amplia, ya que a la del mundo griego y egipcio se les suman algunos colores más.
Destacan el negro, el blanco, el rojo y el amarillo, aunque a veces también se utilizaron verdes, azules y
violetas. Se aplicaban mezclados con agua y a veces con cola. La pintura romana se clasifica en cuatro
estilos a partir del siglo XIX y fueron establecido en base a las pinturas conservadas en Pompeya.
Las pinturas de Pompeya son las mejor conservadas ya que en el año 79 d.C. una erupción del Vesubio
cubrió toda la ciudad, permitiendo que se conservaran las pinturas (entre otras muchas cosas) como no se
han conservado en ninguna otra ciudad. Todas las pinturas de Pompeya se encontraban en Domus.
Estilos de Incrustación
Este estilo de pintura romana se desarrolla desde mediados del s.II a.C. hasta principios del s.I a.C., todavía
en época republicana. Es así llamado porque imita la decoración de mármoles que se aplicaban en época
helenística. Es un estilo muy colorista, de aspecto muy suntuoso. El muro suele estar dividido en tres: un
zócalo pintado imitando granito, una zona media imitando mármol y un remate a modo de cornisa realizada
en estuco.
Estilo Arquitectónico
Se desarrolla durante el s.I a.C, en la época de César. Es llamado estilo arquitectónico porque imita no sólo
revestimientos sino también arquitecturas. También es llamado "Estilo de perspectiva arquitectónica" porque
busca profundidad y perspectiva. Esto hace que las estancias parezcan más grandes. Se dan
frecuentemente las ventanas, tras las que se puede ver edificios, y resulta más teatral, además, aparece el
paisaje. En definitiva se trata de una pintura romana que tiende a la disolución del muro. Es un estilo ya de
plena creación romana.
Mosaicos romanos
Aunque al principio los mosaicos se utilizaron para decorar fundamentalmente paredes y techos, con el
paso del tiempo y la mejora de las técnicas, comenzaron a usarse también para cubrir la superficie del
suelo, elaborando así unos espectaculares pavimentos que conferían a las villas y palacios una
majestuosidad adicional, denotando la posición social y el poder de sus inquilinos. Con la llegada de la
época imperial el mosaico se popularizó y comenzó a utilizarse también en los templos, teatros, baños
públicos e incluso en las tiendas.
Los mosaicos están compuestos por pequeñas piezas cúbicas llamadas teselas (del latín tesselae, que a su
vez proviene del griego tessellae es decir "cuatro"). De hecho este arte era conocido también como opus
tesselatum. Los materiales pueden ser muy variados y van desde las rocas calcáreas hasta el vidrio
pasando por la cerámica. Se tallaban de diferentes tamaños y dependiendo de ésto, de los motivos elegidos
o de el lugar en el que debía ser lucido, los mosaicos adoptaron diferentes nombres.
Los temas más frecuentes en los que se inspiraban los artistas (o aquellos que les encargaban las obras)
eran los relacionados con la mitología, aunque también eran muy apreciadas las escenas de caza y de la
vida cotidiana o los símbolos y monstruos marinos, muy empleados en las termas, por ejemplo. También
encontramos mosaicos puramente geométricos, con elaboradas grecas o intrincados diseños en forma de
estrella.
Fuentes
INTRODUCCIÓN
El biohuerto es un excelente recurso para convertir los centros educativos
en lugares que posibiliten a un alumnado mayoritariamente urbano,
múltiples experiencias acerca de su entorno natural y rural, entender las
relaciones y dependencias que tenemos con él, y poner en práctica
actitudes y hábitos de cuidado y responsabilidad medioambiental;
experiencias interesantes para el desarrollo de las capacidades fundamentales
en Educación Ambiental.
El proyecto que presentamos tiene como objetivo trabajar los contenidos
básicos de la Educación Ambiental, partiendo de un recurso educativo
interesante y estimulante como es el biohuerto escolar. Pretendemos aportar
información suficiente para realizar distintas actividades tales como salidas
de observación , labores agrícolas, temas organizativos, observaciones de
campo, etc. En cuanto a la metodología propuesta se han tenido en cuenta
los siguientes aspectos:
Actividad investigadora: se pretende que los alumnos hagan observaciones,
planteen dudas, formule hipótesis y realicen comprobaciones, que conecte
sus ideas y conocimientos con nuevas fuentes de información para poder ir
reelaborando dichas informaciones y sacando sus propias conclusiones.
Trabajo en grupo: Nuestros educandos tendrán que realizar su trabajo en
grupo, rotando las actividades, intercambiando informaciones, tratando de
llegar a acuerdos para solucionar los problemas que surjan o prever lo que
pueda ocurrir.
Globalidad: El biohuerto escolar es un recurso transversal en el que se
pueden estudiar temas como el consumo, la alimentación, la basura y el
reciclaje, la salud, el desarrollo de los pueblos, etc. Es el entorno donde se
puede experimentar la interdisciplinariedad, donde las disciplinas serán
instrumentos que ayuden y contribuyan a descubrir e interpretar la realidad,
donde se percibe la globalidad de la naturaleza, en la que todo está relacionado,
nada está incomunicado y todo forma parte de todo: el agua, el suelo, el aire,
el sol, la tierra, los alimentos que nos ofrece y nuestro esfuerzo al trabajarlo.
El biohuerto escolar es un recurso didáctico que puede utilizarse en todos
los niveles educativos. Nuestro trabajo como educadores y educadoras
consistirá en seleccionar, organizar y secuenciar los contenidos a trabajar,
definir distintos niveles de complejidad en su tratamiento y distintos itinerarios
didácticos, de forma que el alumnado desarrolle la sensibilización y
concienciación hacia el medio ambiente y la capacidad de combinar la
conservación del medio con la utilización sostenible de los recursos naturales.
Tendrá que adecuarlo a su realidad, necesidades y situación concreta.
ANTECEDENTES
JUSTIFICACIÓN
Viendo la necesidad de mejorar las experiencias acerca de su entorno
natural, entender las relaciones y dependencias que tenemos con él, y
poner en práctica actitudes y hábitos no solo alimenticios, si no de cuidado
y responsabilidad medioambiental; nos vemos con la necesidad de promover
y presentar este proyecto con la finalidad de despertar en el alumno el interés
por la conservación del medio ambiente, promoviendo estrategias y
herramientas educativas al currículo. Este proyecto también fomentará en
el estudiante el aprecio por la naturaleza insertándolo a tomar conciencia
por la valoración de su entorno natural.
ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS
La perspectiva socio constructivista preside el diseño del biohuerto escolar
invitando a los alumnos a comentar las ideas y conocimientos previos que
tienen sobre las tareas o investigaciones que tienen que desarrollar.
Posteriormente se sugieren vías de descubrimiento de otros puntos de vista
y actividades de desarrollo en las que interactúan con otros compañeros y
experimentan con la tierra o con las plantas. Mediante ello van reconociendo
otras formas de ver y actuar que les pueden resultar “útiles” para incorporarlas
a su conocimiento. Al final se recuerda o sintetiza las actividades, se aconseja
sobre usos correctos o se proponen nuevos caminos de estudio e investigación.
El aprendizaje en el biohuerto se convierte en un proceso social en el que los
alumnos en comunicación con el medio, van interpretando la realidad y
conectando las nuevas experiencias con sus conocimientos previos.
La investigación en el medio es el método más común en el estudio puesto
que se adapta bien al método de pregunta, exploración y búsqueda de
soluciones. Después, necesariamente, a esta fase exploratoria tiene que
suceder una fase reflexiva para analizar, relacionar los hechos, ordenarlos,
sintetizarlos, etc.
OBJETIVOS Y CONTENIDOS
ARTE Y MÚSICA
Instrumentos musicales y su relación con el medio rural, canciones populares.
Calificación de texturas, colores y formas. Representación del medio.
Análisis de imágenes. Diseño de eslóganes, etiquetas, campañas, etc.
Formas naturales y artificiales del entorno; composición de carteles,
collages, murales; semilleros, etc.
ÁREA DE MATEMÁTICAS
Plano del terreno y parcelación. Cálculo de superficies. Medidas,
estimación y cálculo de magnitudes, organización de la información,
gráficas y estadísticas, etc. presupuesto, gastos y beneficios.