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A todo modo de hacer, fijo o no, que puede ejercer sobre el individuo una imposición exterior; o
también, que es general en la extensión de una sociedad dada, al mismo tiempo que posee existencia
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… Respecto a las reglas de la explicación se afirma que un hecho social no se explica en primer lugar
por su utilidad, finalidad o función, sin por su causa eficiente. De esta manera, se trata de evacuar las
explicaciones finalistas que provienen tanto de la psicología como del a religión. La causa de un hecho
social debe remitirse necesariamente al medio social, entendido este como un elemento de naturaleza
sui generis distinto de cualquier otro objeto de la realidad y determinado por la interacción de los
individuos independientemente de los rasgos psicológicos de cada uno de ellos… De allí la idea
según la cual la explicación de un hecho social debe remontarse siempre a otro hecho
social. Se le reprocha a este razonamiento la incoherencia de negar la finalidad de acción de los
hombres concretos y adjudicarle finalidad a una entidad abstracta y sin volición como sería la
sociedad… Durkheim cree firmemente en la existencia real de la sociedad como objeto diferente de los
individuos y con capacidad e imponerse sobre ellos sin que eso niegue los rasgos psicológicos de los
individuos, entre ellos la volición.
Durkheim se preocupa particularmente de invalidar todo reduccionismo psicológico y por allí toda
concepción atomística de la sociedad… lo que no implica que deseche la existencia concreta de la
psique de los individuos, ni de la participación de ésta en los hechos sociales.
ANTES DESPUÉS
PSICOLOGISMO (los h. S. resultan de SOCIOLOGISMO
la voluntad individual) utilitarismo
Intuición directa Método empírico positivo (objetivo)
… “lo que le proporciona sus caracteres específicos es la naturaleza del grupo cuya unidad asegura;
por eso varía según los hechos sociales… en los tipos sociales donde la división del trabajo aún no se
encuentra muy desarrollada… existe una solidaridad social que procede de que un cierto número de
estados de conciencia son comunes a todos los miembros de la misma sociedad. Es la que, de
manera material, representa el derecho represivo. Estamos entonces ante lo que el autor denomina
la solidaridad mecánica o por semejanzas.
Inversamente, en las sociedades en las cuales los individuos se especializan cada vez más en una
parcela de trabajo… “está en la naturaleza de las tareas especiales el escapar a la acción de la
conciencia colectiva, pues para que una cosa sea objeto de sentimientos comunes, la primera
condición es que sea común, es decir, que se halle presente en todas las conciencias y que todas se la
puedan representar desde un solo e idéntico punto de vista.
Aquí las conciencias parciales desbordan la conciencia común y “… las reglas que las determinan no
pueden tener esa fuerza superior, esa autoridad trascendente que, cuando la ofende, reclama una
expiación. En este tipo de sociedades el derecho deja de ser represivo y pasa a ser restitutivo de los
órdenes parciales que conforman el orden general… estamos ahora ante la solidaridad orgánica,
mecanismo de cooperación que aumenta la libertad de los individuos y distribuye la sanción con mayor
justicia. Pero al mismo tiempo, en ese relativo desapego del individuo respecto del grupo, acecha un
peligro: la anomia.
Es interesante detenerse un momento en la causa de la división del trabajo. La causa última según
Durkheim reside en ele aumento de la densidad social.
Tratando de comprender el alcance sustantivo de esta sociología que se traduce en una preocupación
moral respecto de la organización social deseable… la cuestión puede bocetearse siguiendo
esta evolución universal y progresiva que observa Durkheim desde la lejana solidaridad
mecánica a la solidaridad orgánica que finalmente se traduce en una creciente autonomización
del individuo respecto del grupo y un consecuente desajuste de las normas morales de
regulación de la sociedad que necesita de normas sociales consistentes con la nueva relación
que se establece entre el individuo y lo colectivo.
EL INDIVIDUO
Refiriéndose al individuo, Durkheim sostiene ciertos principios psicológicos universales que le sirven
para anclar su sociología en una determinación antropológica universal.
A) Simpatía “Una sociedad no es una colección de individuos a los que una máquina monstruosa
mantiene unidos y comprimidos unos contra otros por medio de la fuerza. No: la solidaridad viene de
adentro y no de afuera. Los hombres están unidos entre sí tan naturalmente como los átomos de un
mineral… la afinidad que muestran entre ellos se basa en la simpatía, un sentimiento cuyos gérmenes
pueden encontrarse en las sociedades animales: esto se expande, se diversifica y se transforma con el
progreso.
B) Egoísmo “… pero no es menos natural al hombre que el egoísmo, al cual el economicista quiere
reducir la mente humana.
C) Insatisfacción … el individuo es siempre un ser insatisfecho, sus necesidades son insaciables.
Sólo la sociedad puede limitar sus necesidades y así colmarlo. El ser individual es infeliz, sólo
socializándose puede alcanzar algún grado de felicidad, limitando su egoísmo.
El individualismo deviene así otro hecho social a analizar. La creciente individuación implica un riesgo
de acrecentado egoísmo. Es esta no obstante una forma especial de egoísmo: la anomia. Es esta la
crisis de identidad de los individuos respecto a los valores que hacen a la conciencia colectiva.
El suicidio se relaciona con la integración social del individuo… es una de esas manifestaciones
colectivas que nos permitirían observar un fenómeno social más profundo que de hecho es su causa
antecedente: en este caso la naturaleza de la solidaridad social planteando la tensión entre el individuo
y el grupo.
El individuo pare existir necesita un límite a su natural egoísmo… este egoísmo no contrarrestado por
la sujeción social es el origen de:
a) El suicidio egoísta: aquel que actúa sobre los individualistas… los que al separarse del grupo no
tienen contención… los que no encuentran abrigo en la familia o en la religión.
b) El suicidio altruista: por excesiva integración, por excesiva simpatía… aquel que se impone
como un deber… propio de la solidaridad mecánica.
c) El suicidio anómico: característico de la modernidad, que más que una tensión entre egoísmo y
simpatía, corresponde a las situaciones en las cuales hay disociación entre los mecanismos en los que
habitualmente se desenvuelve la solidaridad social y las normas de la conciencia colectiva: el individuo
sufre esa desintegración… sería propio de los aspectos “patológicos” del desarrollo de la Solidaridad
Orgánica.
El desarrollo de la División Social del Trabajo es inevitable y sus efectos no son siempre negativos
(anomia), son también positivos (crea condiciones para el desarrollo de la libertad individual y por allí
genera un incremento de la creatividad y la justicia). En el fondo la inquietud de Durkheim es la de
Comte: cómo asegurar orden en el progreso.
– Si el hecho social es normal no hay que eliminarlo aunque repugne a nuestra conciencia
individual.
LO NORMAL Y PATOLÓGICO
La observación, practicada de acuerdo con las reglas anteriores, confunde dos órdenes de hechos,
muy disímiles desde ciertos puntos de vista: los que son todo lo que deben ser y los que deberían ser
distintos de lo que son, los fenómenos normales y los fenómenos patológicos.
El problema tiene suma importancia: pues de la solución que se elabore depende la idea que uno se
forme del papel que corresponde a la ciencia, y sobre todo a la ciencia del hombre.
Todo fenómeno sociológico puede revestir formas diferentes según el caso. Pero estas formas pueden
clasificarse en dos clases. Unas son generales para toda la especie (los encontramos, por lo menos,
en la mayoría de los individuos). Otras, por el contrario, son excepcionales.
Llamaremos normales a los hechos que exhiben las formas más generales, y asignaremos a los
restantes el nombre de mórbido o patológico.
Cada especie tiene su propia salud, porque cada una posee un tipo medio que le es propio y la salud
de las especies más bajas no es menor que la salud de las especies más elevadas. El mismo principio
es aplicable a la sociología, aunque a menudo se la ignore. Es necesario renunciar a la costumbre que
consiste en juzgar una institución, una práctica o una máxima moral como si fuesen malas o buenas en
y por sí mismas para todos los tipos sociales indistintamente.
Un hecho social es normal para una especie social dada solo en relación con una fase de su
desarrollo.
Después de haber establecido mediante la observación, el hecho en general, se remontará a las
condiciones que han determinado esta generalidad en el pasado y luego procurará determinar si estas
condiciones aún aparecen dadas en el presente, o si por el contrario han cambiado. En el primer caso
tendrá derecho a considerar que el fenómeno es normal, y en el segundo a negarle ese carácter.
No hay otro fenómeno que exhiba del modo más irrecusable todos los síntomas de la normalidad,
como el delito, puesto que aparece vinculado con las condiciones de toda la vida colectiva. Lo normal
es simplemente el hecho de que exista una criminalidad. En primer lugar, el delito es normal porque
una sociedad exenta del mismo es absolutamente imposible.
EQUILIBRIO Y CAMBIO
La división durkheiniana entre lo normal y lo patológico, así como la visión organicista que tiene de
la sociedad, lleva a procurar el mantenimiento de los equilibrios que se suponen propios a la buena
salud de la sociedad.
Que los grupos humanos podían a su vez ser tipificados para dar cuenta de los cambios históricos en
un proceso evolutivo, era lo que debía demostrar la sociología.
Pero la evolución implica cambio y como tal, alteración del equilibrio. El cambio es inevitable a ña
evolución y esta es concebida desde una tendencia natural a una siempre mayor división del trabajo.
La cuestión es encontrar las formas normales –acordes al tipo social- del cambio.
La naturaleza del cambio social está claramente planteada en la teoría durkheniana. El cambio,
es consecuencia del aumento de la división del trabajo y la causa de esta es, en el fondo,
meramente física: aumenta el volumen de población y de allí la densidad de sus interacciones
que reclamarían, para la correcta circulación entre los individuos, de una mayor diversidad de
funciones. Entonces el resultado de ese incremento demográfico es la adaptación de la especie
mediante la división del trabajo, lo que por lo tanto hace cambiar la estructura social.[1]
… los demógrafos, al construir este modelo, han supuesto el camino inverso: la cantidad de seres
humanos se había incrementado como consecuencia de las revoluciones tecnológicas.