Você está na página 1de 18

Alan García Pérez: Primer period0

1.- Biografía. 5

2.- Antecedentes. 5

2.1.- Fernando Belaunde Terry (antecedente): segundo periodo. 6

2.2.- Influencia en la Economía. 6

2.3.- Aparición del terrorismo. 7

3.- Aspecto Económico. 8

3.1.- Crecimiento económico: “obras”. 9

3.2.- Problema de la deuda externa. 11

3.3.- Crisis y estatización de la banca (1987). 12

4.- Terrorismo: concepto. 15

4.1.- Terrorismo en el primer periodo de Alan García. 16

4.2.- Influencia en nuestro País. 16

4.3.- Consecuencias económicas en nuestra nación. 17

5.- Bibliografía. 19
1.- Biografía.

Alan Gabriel Ludwig García Pérez (Lima, 23 de mayo de 1949) es


un abogado, orador y político peruano. Fue presidente del Perú en dos mandatos no
consecutivos: de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011.

En su vida política, ha sido además diputado constituyente (1978-


79), diputado (1980-85), y senador vitalicio (1990-92). Como miembro del Partido Aprista,
fue instruido por el fundador Víctor Raúl Haya de la Torre, siendo uno de sus pupilos
predilectos; ha ocupado diversos cargos partidarios y es en la actualidad el presidente de
su partido. Desde sus inicios se caracterizó por su destacado verbo y oratoria.

Llegó a la presidencia en las elecciones generales de 1985, en donde ganó en primera


vuelta. Esta primera gestión de gobierno se caracterizó por la peor crisis económica en
la historia del país con una insólita hiperinflación, un recrudecimiento de los embates
del terrorismo liderado por Sendero Luminoso, y por diversos actos de corrupción que
involucraban a gente del régimen que repercutió en un gran descontento social. A la caída
del régimen fujimorista, García retornó al país para postular en 2001; sin embargo, fue
vencido por Alejandro Toledo, durante cuyo gobierno (2001-2006) fue el líder de la
oposición. Triunfó en las elecciones de 2006 al derrotar a Ollanta Humala (UPP) en segunda
vuelta. Su segundo gobierno se caracterizó por el inicio de proyectos económicos y la
reestructuración de las relaciones diplomáticas; sin embargo, también fue acusado de actos
de corrupción.

2.- Antecedentes.

Como principal antecedente de este periodo presidencial, tenemos la influencia de un


gobierno representado por Fernando Belaunde T., el elevado endeudamiento externo afectó
la precariedad del sistema y desde 1982 el crecimiento económico descendió en gran
magnitud. Como consecuencia se presentó un enorme número de desempleados,
debilitamiento de la sociedad civil, crisis de los partidos políticos y la informalización de las
clases populares.
2.1.- Fernando Belaunde Terry (antecedente): segundo periodo.

El segundo gobierno belaundista inicia con Manuel Ulloa Elías como ministro de
Economía y Presidente del Consejo de Ministros. Ante la crisis económica descrita, Ulloa
aplicó una tímida reducción del gasto fiscal. Se reanudaron las negociaciones con el Fondo
Monetario Internacional tras las grandes sumas que acumulaba la deuda externa nacional. En
1983, el FMI exigió por primera vez al gobierno que aplique las cláusulas del Consenso de
Washington, algo que no haría efectivo hasta el gobierno de Fujimori, mientras que en países
como México ya se estaban aplicando.

2.2.- Influencia en la Economía.

La crisis económica que sumergió al Perú en la década de 1980 no fue un caso aislado
dentro de la región latinoamericana: fue un fenómeno socioeconómico territorialmente
extenso que se caracterizó por la agudización de la deuda internacional y el estancamiento
económico. Popularmente llamada década perdida, fue el periodo económico más traumático
a lo largo de la historia sudamericana según José Antonio Ocampo, ex director de la
Comisión Económica para América Latina en el 2014 (CEPAL). La aparición de políticas de
ajuste ante el endeudamiento internacional, heredado de la década anterior por una fuerte
intervención del estado en la economía, abrió paso a diferentes impactos a nivel social,
económico y político en cada Estado.

Entre 1982 y 1983, como para llover sobre mojado, ocurrió el Fenómeno del Niño,
que golpeó fuertemente a la costa norte de Perú, ocasionando graves daños en la
infraestructura vial y en la agricultura. Los estragos del Niño afectaron al PBI que disminuyó
en −6 %. La inflación subió en un 135 % al año. A partir de 1983, la caída de los precios de
los metales desencadenó una preocupante crisis económica, que se evidenció con las
dificultades para el pago de la deuda externa, un fuerte aumento de la inflación y la
devaluación del sol.

El segundo gobierno belaundista, apoyado en el legislativo por el Partido Popular


Cristiano, apostó por tomar medidas orientadas a restablecer el orden económico y la
estabilidad política. Enfrentado a la crisis de la producción agraria, la debilidad de la
burocracia pública, el surgimiento de Sendero Luminoso/MRTA y al fenómeno del Niño
(1983), encaró un obstáculo mayor que determinó la necesidad de ajustes económicos
importantes en el país: la agobiante deuda externa heredada del decenio anterior.

2.3.- Aparición del terrorismo.

En 1980 empezaron las actividades armadas del Partido Comunista del Perú-Sendero
Luminoso. Para comprender los orígenes del mismo es necesario explicar las diferentes
divisiones que sufrieron las agrupaciones comunistas peruanas durante ese periodo.

En 1964, el Partido Comunista se dividió en Partido Comunista del Perú-Patria Roja


(PCP-PR) y Partido Comunista del Perú- Bandera Roja (PCP-BR) ambos de ideología
maoísta. La diferencia se debía fundamentalmente a que el PCP-Patria Roja entró a la
legalidad y el PCP-Bandera Roja aprobó el uso de la violencia para fines políticos. En 1970,
el PCP-BR sufrió otra escisión debido a diferencias entre Saturnino Paredes y Abimael
Guzmán. Paredes estaba «preocupado en la construcción de gremios campesinos» y Guzmán
consideraba de mayor importancia «la reafirmación de una ideología y la definición de una
línea política general». Este acontecimiento, generó el surgimiento del Partido Comunista
del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), encabezado por Guzmán.

El 3 de marzo de 1982 los senderistas asaltaron la cárcel de la ciudad de Ayacucho,


para liberar a sus correligionarios presos, acción que fue planeada por el mismo Abimael
Guzmán desde Lima, y en la que murieron dos guardias civiles. Este hecho, que fue muy
resonante, originó la represalia de un grupo de policías, que mataron a cuatro prisioneros
senderistas que se hallaban internados en un hospital público.

La policía, que debía enfrentar tan inesperada amenaza, evidentemente no estaba


preparada para responsabilidad de tal magnitud. Fue entonces cuando el gobierno decidió
encomendar a las Fuerzas Armadas el restablecimiento y mantenimiento del orden en las
regiones afectadas.

El 27 de diciembre de 1982, el presidente dio un ultimátum al PCP-SL para que


entregara las armas antes de la intervención de las Fuerzas Armadas. Finalmente, el 29 de
diciembre de 1982 se dio el decreto supremo que declaró en estado de emergencia las
provincias de Huanta, La Mar, Cangallo, Víctor Fajardo y Huamanga en Ayacucho;
Andahuaylas en Apurímac y Angaraes en Huancavelica, asumiendo las Fuerzas Armadas el
control del orden interno.
Nunca se diseñó una estrategia tendiente a combatir a la subversión, sino simplemente
se declaró el Estado de Emergencia y se envió a las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales
a combatir a los alzados en armas. Este hecho agravó mucho el conflicto, pues los
uniformados, en la práctica sin control civil, se entregaron a una brutal campaña represiva
que costó miles de vidas, las que se sumaron a las víctimas, más numerosas, de Sendero
Luminoso. El historiador Héctor López Martínez, que por entonces era viceministro del
Interior, dice al respecto: «Sería absurdo negar que hubo excesos aislados de parte de las
fuerzas del orden, pero en el gobierno del presidente Belaunde no hubo ninguna directiva que
diera luz verde a la llamada “guerra sucia”, es decir, a que se procediera sin ningún
miramiento y sin tomar en cuenta el costo social que, por desgracia, terminó siendo muy
alto.»

 La aparición del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru: En 1982,


facciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el Partido Socialista
Revolucionario formaron el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA), cuya organización postulaba por la necesidad de reanudar la lucha
armada en el Perú, uno de sus cabecillas era Víctor Polay Campos. Inspirado
en la victoria del FSLN en Nicaragua en 1979 y el creciente auge de la lucha
armada interna en Colombia, sus acciones se iniciaron el 31 de mayo de 1982
a partir de un robo de un banco en La Victoria. Se fueron expandiendo por
todo el país, pero siempre serían vistos como una amenaza secundaria a
comparación de Sendero Luminoso.

3.- Aspecto Económico.

En un comienzo, las medidas adoptadas aparentemente dieron resultados positivos.


Ya en septiembre de 1985, la tasa de inflación bajó a 3,5 % (comparada con el 12,5 % en
abril del mismo año). Hacia el segundo trimestre de 1986, la economía dio señales de una
supuesta recuperación. Los sectores que dependían de la demanda interna (manufactura,
construcción, agricultura) crecieron, no así los sectores dedicados a la exportación primaria
(minería, pesca). En 1986, la economía creció 10 %. Fue el mayor crecimiento desde los años
50, con ello García parecía disfrutar entonces de una popularidad récord en América Latina.
Cuando la capacidad del gasto público se agotó comenzaron las dificultades económicas.
La política económica de García se caracterizó por presentar, en su política
cambiaría, dos tipos de cambio, uno oficial llamado dólar Mercado Único de Cambios (dólar
MUC) y otro que existía en el mercado negro, y, en su política monetaria, excesivas
emisiones inorgánicas de moneda nacional. Igualmente se rechazaron los consejos del Fondo
Monetario Internacional y se limitó el pago de la deuda externa al 10% de los ingresos que
por concepto de exportaciones obtenía el país. Esta decisión causó el retraso en el pago de la
deuda externa y que el país fuera declarado, en un principio, como valor deteriorado y luego
como inelegible por el FMI en 1986.

El punto de ruptura de su gobierno fue la intención de estatizar la banca privada como


una supuesta forma de controlar la inflación que, al 28 de julio de 1987, ya resultaba
incontrolable. En efecto, los indicadores macroeconómicos señalan que el Perú, durante su
mandato, llegó a sufrir una hiperinflación de 1 722,3% en 1988 y 2 775% en 1989. Para
inicios de 1990 estos índices alcanzaron el 854% (inflación acumulada a julio de 1990). La
devaluación de la moneda fue altísima y durante su gobierno hubo que cambiar dos veces la
moneda oficial (sol e inti) debido a que quedó rápidamente sin valor. Ello derivó en una gran
especulación y en la escasez de productos de primera necesidad.

3.1.- Crecimiento económico: “obras”.

Inicialmente, García aplicó una política económica de corto plazo calificada de


“heterodoxa”. Contaba al respecto con asesores izquierdistas. De manera sencilla, García
explicó su plan: Para estabilizar y hacer crecer la economía, el punto de partida sería aumentar
el consumo de la población. Esto se lograría mejorando los salarios reales de los trabajadores;
con el aumento del consumo, las empresas y los productores agrarios aumentarían sus ventas,
y ello, a su vez, incidiría en un aumento en las utilidades, lo que haría posible un aumento de
la inversión, de la producción, de los puestos de trabajo y de la recaudación fiscal. El plan
parecía lógico, pero tenía un punto crítico: confiar en que los empresarios no cayeran en
prácticas especulativas y reinvirtieran sus ganancias en el país (lo cual no ocurriría).

Las medidas de corto plazo fueron las siguientes:

 Se aumentaron los salarios reales en un 18%;


 se congelaron los precios de los alimentos y los alquileres al valor que tenían al 27 de
julio de 1985;
 se redujeron las tasas de interés bancario de 280 a 110%;
 la moneda fue devaluada en 12%;
 se rebajaron los precios de los materiales de construcción y los medicamentos;
 se controló el tipo de cambio fijándose en 13.908 soles por dólar, instaurándose el
llamado Mercado Único de Cambios, MUC (pero surgió a la vez un mercado paralelo y
libre que llegó a cotizar el dólar en 20.000 soles);
 los certificados de divisas quedaron congelados por 90 días (pero se siguieron cotizando
en moneda extranjera);
 las tarifas de electricidad y teléfono subieron en 20%, pero se anunció que permanecerían
congeladas hasta fin de año.

Al mismo tiempo, se emprendió un programa de empleo masivo y de apoyo crediticio a la


agricultura.

En un comienzo, las medidas adoptadas dieron resultados positivos. Ya en setiembre


de 1985, la inflación bajó a 3,5 % (comparado con 12,5 % en abril del mismo año). Hacia el
segundo trimestre de 1986, la economía dio señales de clara recuperación. Los sectores que
dependían de la demanda interna (manufactura, construcción, agricultura) crecieron, no así
los sectores dedicados a la exportación (minería, pesca). En 1986, la economía creció 10 %.
Fue el mayor crecimiento desde los años 50; con ello García disfrutó entonces de una
popularidad récord en América Latina (76% a fines de 1986). Cuando la capacidad de gasto
del estado fue agotada entonces comenzaron múltiples problemas.

El primer problema fue que, a pesar de la reactivación económica, el Estado casi no


percibía mayores ingresos. Otro problema consistía en que, después del gran crecimiento de
1986, la capacidad productiva de la modesta industria nacional estaba llegando a sus límites.
Hacían falta inversiones para instalar nuevas capacidades y así continuar con la reactivación.
Para ello, era necesario recurrir a inversiones y préstamos extranjeros.

La poca confianza de la ciudadanía en las políticas económicas del Gobierno condujo


a que, hacia fines de 1986, muchos cambiaron sus intis por dólares temiendo –y, al mismo
tiempo, originando– una devaluación del inti. El paquete de medidas adoptadas por García
incluía el congelamiento del tipo de cambio inti-dólar. Pero tal congelamiento tendía a ser
artificial en tanto la demanda real de intis iba perdiendo cada vez más terreno frente al dólar.
Este cambio se vio reflejado en la tasa de cambio libre, aquella de los cambistas de la calle,
paralela al cambio oficial.

Obras del periodo de García:

a. Comienza el tren eléctrico.


b. Inauguró la represa de gallito ciego en el norte del país.
c. Promulgó la ley de la Estatización de la Banca.
d. Descubre la gran reserva de Gas en Cusco-Kamisea (1987).
e. Descubre un reservorio de petróleo en Ucayali; etc.

3.2.- Problema de la deuda externa.

Fue durante el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado (1968-1975) en que la


deuda externa creció en un nivel alarmante, debido en parte a la masiva compra de armamento
soviético, que convirtió por entonces al Perú en una potencia militar en la sub-región. El
gobierno militar de Francisco Morales Bermúdez (1975-1980) tuvo que renegociar la deuda,
aceptando las severas condiciones que impusieron el FMI y los acreedores internacionales.

En el segundo gobierno constitucional de Fernando Belaúnde Terry (1980-1985), la


situación continuó agravándose, tanto así que en 1984, el Perú dejó de hacer algunos pagos,
aunque manteniendo siempre su voluntad de pagar. Eso sí, se pidió al FMI ser más flexible
en el cobro de los intereses y amortizaciones, exigiendo plazos más largos y rebaja de tasas.
De los 10 mil millones de dólares que se debía en 1980 como herencia del régimen militar,
se elevó a 14 mil millones en julio de 1985.

Tal era la situación al momento en que asumió el poder el gobierno aprista. En los
primeros días del gobierno, el ministro de Economía, Luis Alva Castro, siguiendo la política
trazada por García, anunció que se atendería el pago de la deuda externa sin sacrificar más
al pueblo y sin aceptar las condiciones propuestas por el Fondo Monetario Internacional.

En septiembre de 1985, García viajó a los Estados Unidos para presentarse en la


Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, donde dio un discurso
memorable. Allí reafirmó su voluntad de destinar solo el 10% de las exportaciones peruana
como amortización de la deuda externa. Pero hizo más: amenazó con retirar al Perú de la
organización si el sistema internacional no era reformado y dejara de servir solo a los
intereses de un solo país (esto es, los Estados Unidos). Esta posición, con lo que pretendía a
todas luces asumir un liderazgo tercermundista, le valió una exposición mediática a nivel
internacional: el New York Times le dedicó un titular a cinco columnas, y en la primera
semana de octubre de 1985, la revista Newsweek lo calificó como la estrella política más
importante que emerge en América Latina desde Juan Domingo Perón. En diciembre, dicha
revista colocó a García entre las diez personalidades más destacadas del mundo.[cita requerida]

En noviembre de 1985, García asistió a la Asamblea bianual de la FAO en Roma, en


donde tuvo a su cargo la disertación en memoria de McDougall. En el discurso reafirmó su
tesis de la deuda externa, acusó al Fondo Monetario Internacional de ser el causante de la
crisis alimentaria en el tercer mundo y anunció que el Perú orientaría su economía a la
sustitución de los productos alimentarios extranjeros por propios.

Naturalmente, los países del orbe socialista saludaron complacidos aquella propuesta
muy atrevida. En cambio, el FMI declaró al Perú país “inelegible” (es decir, no propenso a
crédito) e “insolvente”. La marginación del Perú de la comunidad financiera internacional
traería graves consecuencias, tratándose de un país con urgentes necesidades de
financiamiento e inversión extranjera.

3.3.- Crisis y estatización de la banca (1987).

Crisis; en 1987, el peligro de una crisis en la balanza de pagos y en las reservas


internacionales era evidente. Sin embargo, el Estado Peruano siguió confiando en un
crecimiento económico rápido hasta 1988. Al mismo tiempo, se vio obligado a devaluar el
inti, y a subir los sueldos y los precios.

En líneas generales, la política económica estatal empezó a caer en contradicciones.


Por un lado, el Gobierno buscaba el contacto directo con los empresarios importantes
(llamados los doce apóstoles, por ser solo una docena de grupos empresariales) con el fin de
persuadirlos a invertir en el desarrollo de la capacidad productiva. Por otro lado, y en su
necesidad de aumentar los ingresos del Estado, supuestamente obligó, a comienzos de 1987,
a las empresas a prestarle dinero al Estado.
En concreto, las empresas fueron forzadas a comprarle al Estado Peruano bonos
obligatorios por un valor que llegaba hasta el 30% de las utilidades brutas que las empresas
habían obtenido en 1986. Con esta medida, el Gobierno provocó airadas reacciones en el
sector empresarial. Al poco tiempo, algunas empresas fueron exoneradas del pago obligatorio
y finalmente el programa fue cancelado.

Este tipo de marchas y contramarchas, de reacciones sobre hechos ya consumados,


de pasividad frente a los peligros venideros contribuyeron a la percepción de que la política
económica del Gobierno estaba siendo improvisada y, sobre todo, perdiendo el control. La
situación se agudizó con la renuncia, en junio de 1987, del Ministro de Economía Luis Alva
Castro. A esas alturas la inflación ya resultaba agobiante. Al finalizar el año 1987, la crisis
ya era evidente: La inflación empezó a ascender bruscamente (114,5 % en diciembre del
1987), la producción –y, por consiguiente, la reactivación económica– se había estancado y
la balanza de pagos tuvo, en 1987, un saldo negativo de 521 millones de dólares, el hueco
más grande desde 1981. Consecuentemente, las reservas internacionales siguieron
decayendo. A falta de dólares, el Banco Central se vio atado de manos en el control de la tasa
de cambio (una demanda creciente de dólares se puede contrarrestar poniendo en circulación
los dólares ahorrados, pero estos ya no había).

En octubre de 1987, el gobierno procedió a devaluar el inti en 24 %. Los llamados


paquetazos siguieron dándose, de forma periódica, a lo largo de un año, llevando a una gran
recesión económica. Pero García seguía sin aceptar la necesidad de una línea clara.

El plan, denominado Plan Cero, contribuyó a generar una inflación aún mucho
mayor, sobre todo en relación con los productos importados. Así, por ejemplo, el precio de
los productos farmacéuticos subió 600 % y el de la gasolina 400 %. Además, se eliminó el
sistema del control de precios con excepción de 42 productos básicos.

A partir de setiembre de 1988, la inflación se convirtió en lo que los economistas


denominan hiperinflación. Ese mes, los precios subieron 114 %. Fue el mes con mayor
inflación en el gobierno de García y, probablemente, en la historia del Perú. En época
contemporánea, además del Perú, pocos países han caído en hiperinflación: Alemania,
Austria y Hungría en 1920 (países europeos que salían de un desastre bélico); y Bolivia y
Nicaragua, en Latinoamérica. El shock parecía llegar muy tarde. En todo caso, no pudo
controlar la inflación.

Un largo paro en la industria minera contribuyó a que las exportaciones cayeran aún
más agravando así el déficit comercial. Las reservas internacionales, por su parte, se
aproximaban a cero.

Intento de estatización de la banca; el presidente García, de igual manera, empezó a


mostrar esta posición públicamente a través de sus discursos. Había mencionado la
posibilidad de desarrollar un “proyecto histórico” de largo plazo junto al sector privado. Para
ello, manifestó su intención de convencer al sector empresarial de que invierta y reinvierta
su capital financiero, reorientándolo al desarrollo de un proyecto nacional. Esto marcaba una
clara diferencia con “El Futuro Diferente”, en el cual el Estado tenía un rol esencial, pues era
“el centro de acumulación”, mientras que los circuitos financieros quedaban neutralizados.

La idea de estatizar la banca se formuló primero en el círculo más cercano a García.


Entre ellos estaban Daniel Carbonetto, Carlos Franco, Javier Tantaleán, Agustín Mantilla e
incluso Pilar Nores. Luego, se comunicó al Consejo de Ministros, en el cual solo Manuel
Romero Caro, Javier Labarthe Correa y Guillermo Larco (Ministro de Industria, Ministro de
Pesquería y Primer Ministro respectivamente) no coincidían con esta disposición. Sin
embargo, se le comunicó al gabinete esta noticia cuando la medida ya estaba decidida.
Previamente había existido algunas reuniones del entorno presidencial más cercano para
coordinar algunos aspectos generales, pero no hubo un trabajo concreto y anticipado en
donde se haya desarrollado un plan que expresara los pasos a seguir luego de haber
nacionalizado la banca.

García explicó las razones de su medida: los empresarios, -y en especial los grupos
de poder económico-, pese a beneficiarse con las bondades de la política heterodoxa, no
habían tomado conciencia en invertir en el país, dedicándose a especular y sacar sus capitales
al exterior. Por lo que García creyó necesario, en aras del bien público, tomar el control del
principal mecanismo de captación y distribución de capitales: el sistema financiero. Ya en
1982 había publicado un libro (El futuro diferente) en el que criticaba a los bancos privados
por excluir del sistema de créditos a los sectores informales, campesinos así como las
pequeñas y medianas empresas (PYMES). Según García, era necesario “democratizar” el
crédito y, dado que el sector privado no estaba dispuesto a asumir esa tarea, el Estado debía
tomar las riendas.

Con miras a la aprobación de esta medida, en el Congreso de la República del Perú los
apristas ganaron el apoyo de los representantes de la Izquierda Unida, con lo que lograron
una sólida mayoría, frente a los representantes del PPC y AP. García empezó a recorrer el
país, explicando con su oratoria convincente las supuestas bondades de su proyecto. De otro
lado, sectores altos y medios de la población se mostraron reacios al mismo, y se agruparon
en torno al Movimiento Libertad encabezado por el escritor Mario Vargas Llosa, lo que
marcó la aparición de la prédica liberal y anti estatista en el discurso político nacional (hasta
entonces dominado por los extremismos de izquierda y derecha). En las cámaras del
parlamento se discutió tempestuosamente la aprobación del proyecto, siendo finalmente
sancionado (se expropiaría hasta el 70% del capital social de los bancos y financieras del
sector privado). Sin embargo, esta ley, en la práctica, no se aplicó. Solo dos comisiones
interventoras se activaron, la del Banco de Crédito y la del Banco Wiese, pero en la práctica
no hubo mayor cambio.

En definitiva, el intento de estatización de la banca constituyó en otro de los fracasos


del gobierno alanista.

4.- Terrorismo.

Concepto: El terrorismo es el uso sistemático del terror, utilizado por una amplia gama de
organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos
políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también
por corporaciones, grupos
religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores y gobier
nos en el poder.

El terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se distingue del terrorismo
de Estado por el hecho de que en este último caso sus autores pertenecen a entidades
gubernamentales. Se distingue también de los actos de guerra y de los crímenes de guerra en
que se produce en ausencia de guerra. La presencia de actores no estatales en conflictos
armados ha creado controversia con respecto a la aplicación de las leyes de guerra.
La palabra «terrorismo» tiene fuertes connotaciones políticas y posee elevada carga
emocional y esto dificulta consensuar una definición precisa.

El terrorismo es la dominación por medio del terror, el control que se busca a partir
de actos violentos cuyo fin es infundir miedo. El terrorismo, por lo tanto, busca coaccionar y
presionar a los gobiernos o la sociedad en general para imponer sus reclamos y proclamas.

4.1.- Terrorismo en el primer periodo de Alan García.

Otro tema que sacudió el gobierno de García fue la actividad terrorista que se inició
durante el anterior gobierno de Fernando Belaúnde Terry pero que alcanzó los picos más
altos de violencia en los años de 1986 y 1988. Dentro de este contexto se produjo el caso de
la matanza de terroristas amotinados en los distintos centros penitenciarios de Lima el 19 de
junio de 1986. (Matanza de las prisiones).

Durante el gobierno de Alan García, junto a la violencia subversiva, que costó miles
de vidas, se realizaron actos de represión militar, como la de la matanza de las prisiones y la
masacre de decenas de campesinos en el pueblo ayacuchano de Cayara en 1988. Aunque
inicialmente García mostró interés en frenar las violaciones a los derechos humanos, tras la
matanza de los penales, permitió que continuase la violencia contrasubversiva de las fuerzas
armadas y se formaron escuadrones de la muerte (Comando Rodrigo Franco), los que
amedrentaron a sospechosos de terrorismo y a críticos de la política antiterrorista.

A partir de 1988 y 1989 los grupos terroristas intensificaron su ola de atentados


en Lima y varias otras ciudades frente a la impotencia gubernamental.

4.2.- Influencia en nuestro País.

La actividad terrorista llevada a cabo por Sendero Luminoso y el MRTA se había


iniciado durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry, pero se extendió y se
intensificó casi a nivel nacional bajo el gobierno de García. Extensas regiones como la selva
del Huallaga y casi todas las alturas de los Andes Centrales cayeron bajo control de las
huestes terroristas. Estos irrumpían de improviso en los pueblos, asesinaban con extremada
crueldad a los policías y las autoridades locales, reclutaban a la fuerza a los pobladores y
luego, ante la proximidad de las fuerzas militares, se retiraban a las alturas, rehuyendo
presentar combate frontal.
Cuando se hizo muy fuerte la presencia militar en el campo, los senderistas optaron
por otra estrategia: centrar su accionar dentro de las ciudades, particularmente Lima. En ellas
se hallaban infiltrados en las universidades y sindicatos. Sus atentados nocturnos eran
precedidos por voladuras de torres de alta tensión que provocaban apagones; asimismo,
acrecentaron sus asesinatos selectivos de dirigentes populares, personal policial y
funcionarios públicos.

A partir de 1988 y 1989 los grupos terroristas intensificaron su ola de atentados


en Lima y varias otras ciudades, frente a la impotencia gubernamental. Los estallidos de
bombas y los asesinatos selectivos ocurrían a diario. El inicio del proceso electoral de 1990
fue otro motivo para que se desatara una escalada de crímenes selectivos, ya que la cúpula
terrorista consideraba de interés prioritario impedir la realización de las elecciones generales.
Un comando del MRTA dio muerte al ex ministro de Defensa Enrique López-Albújar Trint,
en una céntrica calle de Lima (9 de enero de 1990).

4.3.- Consecuencias económicas en nuestra nación.

Los terroristas también se dedicaron a destruir todo signo de progreso en las regiones:
puentes, plantas eléctricas e hidroeléctricas, plantas experimentales de agricultura y
ganadería, maquinarias, hasta el ganado de las comunidades. Y ahuyentaron o asesinaron a
los pequeños productores y al personal extranjero de ayuda técnica.

Mataron aproximadamente 26,000 inocentes, y causaron pérdidas al país por 20


mil millones de dólares. A continuación, un listado de víctimas por categorías y las
justificaciones de los asesinos para su acción:
Policías en servicio; para robarles sus armas. Principalmente solitario se indefensos policías
de tránsito, blancos fáciles.
Alcaldes, regidores y autoridades locales: de ciudades, pueblos, villorios, etc. porque
representaban la presencia del estado en las zonas "liberadas".
Asesinatos selectivos; personalidades del gobierno, oficiales de alta graduación, personajes
de la alta sociedad (después de secuestrarlos, torturarlos y cobrar rescate por ellos), con gran
despliegue de medios. Marketing que le dicen.
Profesores y estudiantes universitarios; que se oponían al acoplamiento de los cargos
dirigenciales estudiantiles por dirigentes terroristas.
Sindicalistas; también porque que se oponían al acoplamiento de los cargos dirigenciales
estudiantiles por dirigentes terroristas.
Dirigentes populares en barrios pobres; de Lima y otras ciudades, por oponerse y señalar
a los líderes terroristas.
Terroristas que se rendían; por lo menos aquellos que no alcanzaron a refugiarse en países
europeos.
Militares y policías destacados en la zona de emergencia,
y sus familias.
Ingenieros nacionales y extranjeros; cuando viajaban a trabajar a zonas alejadas, porque
representaban el falso progreso del "viejo estado fascista y corporativo".
Ecologistas; no se sabe por qué.
Mineros, empresarios mineros e ingenieros de minas; con el fin de robarles dinamita.
Campesinos indefensos; acusados de colaborar con las fuerzas del orden, porque rechazaban
la ideología maoísta, o porque se negaban a mantener la economía de subsistencia a la que
los terroristas los obligaban, en su afán de estrangular a las ciudades o "cercar las ciudades
desde el campo" como rezaba el manual maoísta.
Homosexuales, prostitutas y delincuentes menores; de los pueblos tomados, para
aparentar la imagen de moralistas y tratar de ganarse a la población, cosa que nunca lograron.
Terroristas del bando opuesto; Realmente se odiaban entre ellos. Por si no los recuerdan
los dos bandos eran Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
En (1995) se afirma que “cada torre de alta tensión derribada le cuesta al Estado
30,000 dólares y la formación de un profesional desde el inicio de su educación hasta su
culminación, nada menos que 20,000 dólares. La primera torre fue derribada el 28 de julio
de 1980 en Huancavelica, en momentos que el recién reelecto, arquitecto Fernando Belaúnde
Terry, leía su primer mensaje al país, en el Congreso de la República como Presidente
Constitucional; el lugar elegido por SL para esta primera acción fue el caserío de Chonta,
Huancavelica a 5,000 msnm; esta torre pertenecía a una de las tres líneas dela troncal del
sistema interconectado del Mantaro (Isco) que abastece de energía eléctrica a gran parte del
territorio nacional. El número de torres de alta tensión derribadas, fue de aproximadamente
de 1,811 en trece años de lucha armada”.
Bibliografía

 https://es.wikipedia.org/wiki/Terrorismo.

 https://definicion.de/terrorismo/.

 https://es.wikipedia.org/wiki/Segundo_gobierno_de_Fernando_Bela%C3%
BAnde.

 https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Presidentes_del_Per%C3%BA.

 https://es.wikipedia.org/wiki/Primer_gobierno_de_Alan_Garc%C3%ADa_P
%C3%A9rez.

 https://es.wikipedia.org/wiki/Alan_Garc%C3%ADa.
Introducción

Mediante el presente trabajo se pretende demostrar que la economía peruana, fue en


algún sentido dañada no solo por el gobierno saliente y entrante, es este caso hablamos del
gobierno de Alan García Pérez, que, siendo antecedido por Belaunde, recibió a su cargo un
país con una estructura económica en declive, por influencias no solo del terrorismo, sino
también por una deuda externa.

En la segunda parte de este trabajo monográfico, daremos cuenta de cómo, el segundo


gobierno de Belaunde influye de manera dramática en la economía peruana, esto aunado con
la aparición de movimientos que iban en contra del estado, llamado terrorismo.

Como punto número tres, manifestaremos la crisis de una estatización de la banca,


también, una crisis económica (inflación), y al igual que con el gobierno anterior, se sigue
con el problema de la deuda externa con matices mucho más complicados, y de alguna
manera también referiremos el crecimiento económico que quizá existió en ese periodo.

Cuarto y último punto, mencionaremos al terrorismo, diremos un pequeño concepto


general de la palabra terrorismo, además hablaremos de sus consecuencias económicas en el
país, y de cómo influenciaron estas consecuencias económicas y el terrorismo en el gobierno
de esa etapa presidencial.

Você também pode gostar