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Cápsula (medicina)

Las cápsulas son pequeños contenedores o envases solubles generalmente fabricados a base de
gelatina en cuyo interior se halla la dosis del fármaco que se administrará por vía oral. Es la
segunda forma farmacéutica más utilizada, después de los comprimidos.

Ventajas

Las cápsulas poseen más ventajas si se comparan con los comprimidos, ya que se integran más
rápidamente en presencia de los líquidos gástricos. Quizá la única ventaja sea el que puede
presentarse un tiempo de absorción variable. Se administran en forma de cápsulas. Existen unas
ventajas, que son: Proteger el fármaco de los agentes externos, pero no de la humedad. Presentan
una elevada resistencia física, se potencia si se condiciona en un blíster. Enmascara las
características organolépticas desagradables. Las cápsulas rígidas presentan una composición y
elaboración sencillas. Con las cápsulas blandas se consigue una gran exactitud en la dosis.
Permiten sistemas de liberación controlada. Presentan características de biodisponibilidad.

Inconvenientes

Existen algunos inconvenientes, que son: Un mayor coste de producción en comparación con otras
formas farmacéuticas. La necesidad de garantizar unas condiciones determinadas de temperatura
y humedad. Limitaciones en sus aplicaciones. (no se pueden fraccionar, no pueden ser utilizadas
por pacientes no cooperantes,...) Limitaciones en el contenido. ( no se pueden encapsular
fármacos sólidos muy compactos, sólidos eflorescentes, higroscópicos, que reaccionen con la
cubierta, que disuelvan la cubierta, que impermeabiliza la cubierta, que se pueda ir a través de
ella.)

Antecedentes

En el pasado, los farmacéuticos recibían la prescripción del médico y elegían los materiales
farmacológicos para ingresarlos dentro de las cápsulas que él mismo preparaba. Hoy día, son los
laboratorios farmacéuticos quienes fabrican las cápsulas en máquinas especiales automatizadas
según los estándares internacionales y de acuerdo con la farmacopea vigente en cada país.[cita
requerida]

El origen de las cápsulas gelatinosas se sitúa en la primera mitad del siglo XIX, su introducción se
atribuye al farmacéutico francés Mothes, quien, en un intento de enmascarar el mal sabor de
algunos fármacos utilizados en aquella época, preparó ampollas de gelatina rellenas con el
fármaco y selladas con una gota de una solución de gelatina. En 1834, Mothes registró en París,
junto con el farmacéutico Dublanc, la primera patente de cápsulas, cuyo uso se extendió
rápidamente a otros países, como Alemania y Estados Unidos. A partir de entonces, y dado que la
patente restringía la producción de cápsulas al propio Mothes, se realizaron numerosos intentos
en la búsqueda de materiales y métodos de producción alternativos.[cita requerida]

La inclusión de glicerina en la formulación con objeto de mejorar la suavidad y elasticidad de las


cápsulas, haciéndolas más fácilmente deglutibles, se debe a otro farmacéutico francés: Taetz
(1873). Esta modificación llevó a la producción de cápsulas elásticas, lo que supuso un avance en la
administración de algunos fármacos, como las vitaminas liposolubles. Sólo hasta 1932 Scherer
perfeccionó el proceso de fabricación de estas cápsulas, incorporando el primer sistema continuo
de encapsulación.[cita requerida]

Las cápsulas rígidas, tal y como se conocen actualmente, fueron introducidas por el francés
Lehuby, quien en 1846 las patentó como sistema para el recubrimiento de fármacos. Al
perfeccionamiento en su elaboración contribuyó el farmacéutico norteamericano Hubel, quien
introdujo el uso de punzones metálicos, muy utilizados en otras áreas industriales. De estos
trabajos surgieron dos nuevas formas farmacéuticas: las píldoras cubiertas de gelatina y las
cápsulas duras de dos piezas. El primer proceso de fabricación a escala industrial de las cápsulas
rígidas data de 1874. En 1942, la Farmacopea Americana (USP) registró por primera vez las
cápsulas como forma farmacéutica

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