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Tema 1: COMPETENCIAS DE LOS MECANISMOS EXPLÍCITOS EN LA

CONSTRUCCIÓN DEL DISCURSO.

1. CORRECIÓN Y CLARIDAD

A lo largo de muchos años, a los alumnos españoles les resulta difícil enfrentarse con
situaciones que exigen un uso formal de la lengua. Especialmente, hoy en día, la
comunicación se ha convertido más irreflexiva debido al Internet.

De modo que es necesario y obligatorio aprender algunas técnicas que suelen usar en
las exposiciones. Sin embargo no podemos limitarnos a conocer las teorías solo,
debemos practicarlas con frecuencia para lograr la habilidad de expresarnos ante el
público.

Pues empezamos desde los conocimientos más básicos, que son las competencias de
los mecanismos explícitos. Hay cuatro principios que consideremos necesarios a la
hora de elaborar una buena exposición:

VIRTUDES PARA CONSTRUIR EL ARTE DEL “BIEN DECIR”

 Principio de corrección
 Normas gramaticales
 Léxico propio y genuino
 Principio de claridad
 Claros y precisos
 Exposiciones ordenadas y bien estructuradas
 Estrategias discursivas
 Principio de eficacia
 Evitar monotonía
 Ser creativos
 Expresiones que impresionen al interlocutor
 Evitar expresiones vulgares o muy gastadas
 Principio de adecuación
 Mensajes adecuados al interlocutor

1.1. PRINCIPIO DE CORRECIÓN

La corrección de la lengua nos exige hablar según el empleo de los libros de estilo. Y
de acuerdo con la audición de discursos dados en la asignatura, hay varios errores que
solemos cometer.

A. El mal empleo de los relativos

En el rico sistema de relativos: que, quien, cual, cuyo, cuando, donde y como, el que
se emplee de manera casi absoluta. Es decir, olvidamos usar otros relativos aunque a
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veces el que resulta inadecuado.

B. El monótono uso de los conectores

La situación que acabo de mencionar también ocurre en el uso de los conectores. Por
ejemplo, si queremos expresar una relación causal, siempre usamos porque, si es
cotraargumentativa, usamos pero, si es continuativa, además. En realidad, en el español
existen muchas palabras que tienen el mismo sentido. El porqué se puede reemplazar
por dado que, puesto que, ya que. Conviene que sepamos más conectores
contraargumentativos como sin embargo, no obstante y continuativos como a
continuación, luego etc.

C. El mal manejo de preposiciones

Se nota que a veces confundimos algunas preposiciones, como por ejemplo bajo mi
punto de vista, al objeto de ver su casa, la solución de este problema, que son todos
inadecuados. El buen empleo preposicional no es sencillo, consultar a los libro será un
método más eficaz para resolver este problema.

D. La pérdida de la D intervocálica

En la vida cotidiana, los españoles se han acostumbrado a hablar en el registro


coloquial. Por ejemplo, Graná en vez de Granada, pa en lugar de para. Cuando damos
un discurso, debemos prestar más atención en este fenómeno y hablar a la norma
estándar del español culto.

E. La utilización del léxico

Poder dividir los empleos léxicos que conviene evitar en nuestros discursos en cuatro
partes.

a. léxico difuminado. Como tener, dar, hacer, cosa, asunto, esto, eso que resultará
informal

b. léxico desgastado. Como increíble que va a causar ambigüedad, es mejor utilizar


las palabras más concretas

c. léxico anglicado. Si el término español existe, debemos usarlo en vez del ingles

d. léxico archisilábico. Según la forma de las palabras, se puede crear palabras de


acuerdo con determinada norma alargando algunas ya existentes. Como el influir y el
influenciar, el culpar y el culpabilizar etc. Aunque significan lo mismo, no podemos
utilizar en un discurso las palabras nuevamente creadas.

1.2. PRINCIPIO DE CLARIDAD

Al igual que el principio anterior, éste es, también, muy importante a pesar de que el
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contenido de estos principios sea diferente:

A. Debemos evitar que nuestros discursos sean redundantes. Este caso se puede
dar cuando a un discurso le falta preparación o fluidez, lo que lleva a una
repetición constante de una misma idea. Esto conlleva a que, por mucho que
hablemos, la información que transmitamos sea siempre la misma. Para evitar
estas situaciones, lo recomendable es introducir nuevas ideas. Aquí tenemos un
ejemplo de la redundancia en un discurso:

el barrio estupendo/ mu (y) tranquilico // yo vivo en mi casa // no vivo en el


barrio // vivo en la casa / como ya sabes // y ya está/// No me preocupa a mí
las vecinas // y es que nos metemos aquí en la casa / y no me preocupo yo de
si pasa / o no pasa algo a las vecinas /// Yo si me asomo a mi ventana o mi
balcón doscientas veces / no me importa // bueno, estoy en mi casa // pero
preocuparme de las vecinas y eso no // yo vivo en mi casa y ya está ///

B. Habrá que impedir que nuestros mensajes resulten ambiguos. La mejor manera
de evitar la ambigüedad en nuestros discursos es mediante una selección léxica
adecuada, alguna comparación adecuada, una argumentación oportuna, uso de
citas pertinentes, etc. Aquí un ejemplo de ambigüedad: El Papa clama contra
el ‘abominable’ abuso de menores en la misa del gallo. Aquí podemos
interpretar la frase de dos maneras diferentes. Para que no haya ninguna duda la
frase correcta debería ser así: Durante la misa del gallo, el Papa clama contra
el ‘abominable’ abuso de menores.
C. Debemos huir del empleo pobre y monótono de los marcadores textuales, así
como el uso de muletillas. Este empleo de marcadores textuales y muletillas se
suele dar tanto al inicio de una intervención, en el paso de una idea o acto
discursivo a otra idea o acto discursivo y al final de la intervención. Como en el
siguiente ejemplo, el uso de entonces le da monotonía y pobreza al discurso,
pudiéndose corregir mediante el uso de otros conectores más variados y con
significado semejante:

hombre / son tardes en las que uno pone el corazón / pone toda tu ilusión
y toda tu esperanza // entonces cuando pasan esas tardes es verdad que el
cuerpo ufff como que se afloja / o se poneen calma // entonces es cuando
se ven las cosas // y entonces me vino ese propio bajón que todos los
toreros tenemos después de pasar por San Isidro //

D. Debemos ordenar nuestro discurso. Ha de prepararse de manera ordenada lo que

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se va a decir y hacer una estimación aproximada sobre el tiempo que durarán
las diferentes partes. Las partes son, primero, el inicio, dónde se debe captar la
atención de los oyentes y se van a plantear los puntos que se van a tratar durante
el discurso. En la parte del desarrollo expondremos las ideas de nuestro discurso
reforzándolas con preguntas retóricas. Y en la parte final, se hará un breve
resumen y se repetirán las partes importantes del discurso. Esta división en
partes estará presentada de forma clara y ordenada, siendo el inicio y el final de
menor duración que el desarrollo.

Li Siyu

Jesús V. Parras García

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