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La democracia como sentimiento de amor y

comunión universal. Uno de los principios del


trascendentalismo (la corriente filosófica
fundada por Ralph W. Emerson) que mayor
influencia ejerció en el pensamiento de
Whitman fue la creencia en la unidad cósmica
que envuelve a todos los seres. En
sus Ensayos, Emerson explica el significado de
esta doctrina: “En el interior del ser humano se
halla el alma de todo, el silencio sabio, la
belleza universal con la que cada parte y cada
partícula están igualmente relacionadas, el
Eterno Uno”. Este es uno de los temas más
presentes en la obra de Whitman. En el
Prefacio de Hojas de hierba declara: “Creo
profundamente en una pista y un propósito en
la Naturaleza, único y a la vez múltiple; y los
resultados espirituales invisibles, tan ciertos y
reales como los visibles, dan lugar a la vida
concreta y a todo materialismo, a lo largo del
tiempo”. Para justificar esta unidad con el
universo vivo, argumenta que cada uno de
nosotros se relaciona, integra y disuelve en
aquello que lo rodea: “Mi lengua, cada átomo
de mi sangre, provienen de este suelo y de
este aire”. O también: “Me doy cuenta de que
incorporo gneis, carbón, musgo de largos
filamentos, frutos, granos y raíces comestibles.
Que estoy hecho enteramente de cuadrúpedos
y pájaros”. Esta creencia le lleva a rechazar los
dualismos que atraviesan el pensamiento
occidental (cuerpo/alma, bien/mal,
individual/social, etc.) y a afirmar la unidad y
cohesión entre los seres humanos y el
ambiente: “La diversidad no será menos
diversa, sino más fluida y unida”.
Al amor cósmico, fraterno y plural que enlaza la
humanidad, Whitman lo llama democracia, que
se traduce en una actitud ética y social que
implica actuar con responsabilidad y
reciprocidad, asumiendo la obligación
compartida de cuidarnos mutuamente. Para
Whitman la democracia no es una forma de
gobierno ni un método de selección de
gobernantes. Tampoco se trata sólo ni
fundamentalmente de elecciones, partidos y
representantes. La democracia es más que un
proceso político. Es un proceso social y cultural
dinámico capaz de transformar nuestra
identidad y nuestras formas de sociabilidad
para fundar una organización social basada en
la fraternidad, la camaradería y la igualdad. Un
proceso que sólo tendrá éxito cuando arraigue
en la mentalidad popular y ocupe el centro de
las actividades humanas, afectando a las
costumbres, creencias e instituciones que rigen
nuestra vida individual y colectiva.

La crítica de la ficción democrática liberal. En la


época de Whitman las luchas emancipadoras
por la democracia estaban directamente
relacionadas con la causa abolicionista, la
lucha por derechos civiles y políticos
igualitarios y el progreso social en general. Sin
embargo, Whitman comprendió que los
sistemas representativos, instrumentalizados
por acaudalados propietarios de esclavos en
defensa de sus intereses particulares, eran una
ficción democrática, un régimen de dominación
clasista renovado que bajo una fachada
electoral ocultaba la tradicional apropiación de
la riqueza y el poder por una minoría
privilegiada y antidemocrática.
Indignado con las perversiones de la
democracia institucional, en 1871
publica Perspectivas democráticas, donde
muestra su desencanto con el sistema político
estadounidense, cada vez menos democrático
y más sujeto a esquemas electorales al margen
de la voluntad popular. Allí denuncia los
mecanismos de una democracia falsamente
representativa caracterizada por el predominio
del varón blanco propietario y en la que los
partidos ignoran las necesidades del pueblo. Y
aquí Whitman toca de lleno el problema de la
representatividad: la clase política tiene una
agenda propia que da la espalda a la gente y
es independiente de la soberanía popular. La
democracia como gobierno del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo, según la célebre
expresión de Lincoln, ha degenerado en una
partitocracia en la que los partidos “serán útiles,
quizá necesarios, pero son brutales
instrumentos de cinismo”. De ahí que Whitman
se refiera a la necesidad de una ciudadanía
activa, crítica e independiente de los partidos
para la construcción de una sociedad
democrática: “Te aconsejo que entres en
política con más fuerza aún. Aconsejo a todos
los jóvenes que lo hagan. Infórmate siempre;
da siempre lo mejor de ti; vota siempre.
Deslígate de los partidos. Han sido útiles y, en
cierta medida, siguen siéndolo; pero los
electores fluctuantes, no comprometidos con
ningún partido, ya sean campesinos, oficinistas,
mecánicos, […], que observan desde el
margen, inclinando la victoria hacia un lado u
otro, son precisamente los más necesarios”.

Un proyecto educativo humanista y renovador.


Whitman concibe la democracia ante todo
como un proyecto colectivo y popular capaz de
contribuir a la renovación cultural, cognitiva,
moral y pedagógica de la sociedad: “La
democracia únicamente es útil en los lugares
donde puede desarrollarse y dar sus frutos y
flores: en las costumbres, en las formas más
elevadas de interacción entre los hombres, en
sus creencias, en la religión, la literatura, las
universidades y las escuelas, democracia en
todas las vidas públicas y privadas”. Whitman
vio que los principales males que aquejaban a
la democracia eran el individualismo y el
egoísmo como patrón de conducta. Entendió la
necesidad de un proyecto pedagógico
superador de las viejas formas de pensar y
actuar para inaugurar una nueva humanidad;
una humanidad heterogénea, plural y educada
en un sentimiento de interdependencia entre el
individuo y su entorno natural y social, que
genera una actitud de asombro, gratitud,
solidaridad y respeto ante el mundo.
Pero si hay un aprendizaje valioso que pueda
extraerse del pensamiento de Whitman es su
capacidad para inspirar la recreación continua
de la democracia. La democracia es una
experiencia inacabada, una palabra a medio
escribir, un proceso cargado de posibilidades y
riesgos: “Con frecuencia hemos impreso la
palabra ‘democracia’. Sin embargo, no me
cansaré de repetir que el significado real del
término permanece aún dormido, todavía no ha
sido despertado, a pesar de la resonancia y de
las airadas tempestades en que se han ido
formando sus sílabas, desde la pluma o la
lengua. Es una gran palabra cuya historia, creo
yo, no se ha escrito aún, porque esa historia
está todavía por vivirse”.
Mucha gente conoce de la poesía de Walt Whitman, sin duda ha
disfrutado de “Hojas de Hierba”, sin embargo la obra de Whitman
va más allá del fenómeno poético, fue un escritor de su época, y es
gracias a su obra que podemos entender el entorno en el que vivió,
una época de cambios, de cambios políticos, cambios culturales,
cambios sociales, de un Estados Unidos en camino a una
transformación, que por lo menos en ese entonces anhelaba ser
ilustrada.

Hoy gracias a Capitan Swing podemos leer una obra formidable


“Perspectivas Democráticas”, un trabajo que se compone por el
ensayo que lleva el mismo nombre de la obra y más de treinta cartas
y apuntes fragmentarios que tienen como características que
primeramente son en prosa y segunda todas ellas tienen como
objetivo hablar de la Democracia.
Las obras que se presentan en este ejemplar fueron escritas durante
la Guerra de Secesión, en la cual Whitman fue voluntario y
enfermero de la Unión, y unos años después, en los que el observó
la reconstrucción nacional de los Estados Unidos, como es clásico
de toda la obra de Whitman, con un tono de esperanza, con aires de
libertad.
Whitman nació en West hills, Nueva York el 31 de mayo de 1819,
para muchos es considerado como el Padre de la poesía moderna
norteamericana, influyendo a autores como García Lorca,
T.S.Elliot,Fernando Pessoa entre otros. Gran parte de su
experiencia derivó de su trabajo en imprentas, diarios y revistas de
la época.

En “Perspectivas Democráticas observamos en Whitman desazón


por lo que veía en los Estados Unidos, los efectos de la Guerra civil,
la muerte de Abraham Lincoln y los efectos de un país en plena
industrialización. Este trabajo no tiene propiamente una
organización sustancial, repite ideas, algunas están en desorden, lo
cual no disminuye en lo más mínimo la potencia del pensamiento
y las observaciones de este poeta norteamericano.
Una de las tesis que pueden ser claramente observables en esta obra
es que en la medida en que Estados Unidos rebasa a otras naciones
industrialmente así como con otras facilidades materiales, se va
adoleciendo de una cultura disintiva, de una identidad espiritual.

Para el poeta la identidad sólo puede venir a través de la literatura,


de una literatura escrita en nuevos estilos literarios, con nuevos
artistas, Estados Unidos cuenta con la infraestructura para lograrlo,
sin embargo no lo ha hecho, No observa valores únicos, no observa
expresiones reales de los nuevos conceptos, sólo una sociedad
materialista que confía en ideas antiguas y expresiones
tradicionalistas. Las grandes obras literarias pueden ser el
fundamento de una nueva sociedad.
” Yo afirmo que la democracia no podrá nunca mostrarse como
es allende la pura teoría sino se lanza a fundar y a cultivar
lujuriantemente sus formas nuevas de arte, poemas, escuelas,
teología, desplazando todo cuanto existe o que haya sido
producido en cualquier momento o lugar del pasado bajo
influencias contrarias. Me parece curioso que, mientras tantas
voces, plumas, mentes debaten en la prensa, en las salas de
conferencias de nuestro Congreso, etc., temas intelectuales,
peligros pecuniarios, problemas legislativos, cuestiones de
sufragio, tarifas laborales, y los diversos negocios y las benéficas
necesidades de Norteamérica, junto con propósitos, remedios,
merecedores con frecuencia de la mayor atención, haya una
necesidad, un hiato, el más profundo de todos, que ningún ojo
parece capaz de percibir, ninguna voz parece capaz de declarar.
Nuestra fundamental necesidad actualmente en Estados Unidos,
con intimísima, amplísima referencia a las actuales condiciones
y al futuro, es de una clase, y de la clara idea de lo que es una
clase de escritores indígenas, literatos, muy distintos, mucho más
altos de categoría que cualquiera otros ya conocidos.”
Los Estados Unidos para Whitman es un “nuevo experimento”
fundado en nuevos principios que no pueden sujetarse a viejas
ideas, observa que su país se encuentra viciado en todas sus ramas
y departamentos, con la excepción del Poder Judicial (hasta ese
momento aunque no niega que la tentación puede ser muy fuerte),
todos los demás departamentos están saturados en corrupción,
falsedad, mala administración.
La respuesta para esos problemas
es un nuevo fundamento de la literatura, una que sea consistente
con la ciencia, y que pueda unir tanto los elementos como las
fuerzas necesarias para poder hacer personas educadas, entrenadas,
con poder de ser competentes. El nacimiento de los Estados Unidos
está generando una personalidad masiva que tiene coraje y que
tiene gran potencial, negar esta identidad cultural sería como
destruir todo su potencial.
Como comentaba a lo largo de sus casi cuatrocientos páginas uno
lee relatos sobre como se ha ido construyendo esta nación, sin duda
este documento que hoy publica Capitán Swing es de primer nivel
y necesario tanto para los amantes de la democracia como para los
amantes de la poesía, yo no había tenido la oportunidad de leer la
prosa de Whitman y sin duda me deja ese grato sabor de boca que
también suele dejar su poesía, una prosa inspiradora y
recomendable para todo amante de la libertad

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