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PRODUCTIVIDAD, EMPRENDIMIENTO E

INNOVACIÓN

REFLEXIONES PARA EL PLAN NACIONAL DE


DESARROLLO DE COLOMBIA 2019 – 2022 Y MÁS ALLÁ

Autor

Jaime Acosta Puertas


jacostapuertas@gmail.com
Bogotá, Colombia, 2019
Esta publicación está basada en una recopilación de columnas publicadas en el
año 2018 en http://www.confidencialcolombia.com/, en
http://www.razonpublica.com/, y en mi blog
http://www.jaimeacostapuertas.blogspot.com/, y están ordenadas en cuatro
secciones: una primera, la economía y las industrias del futuro en el mundo; una
segunda, fallas del modelo de desarrollo y de las políticas para la productividad y
la competitividad en Colombia, y los desafíos para superarlas; una tercera, en
torno a la economía naranja del presidente Duque; y una última, conversación
sobre el futuro de Colombia.
I

LAS INDUSTRIAS, EL FUTURO DEL MUNDO Y DE COLOMBIA


La Fundación Pro Bogotá Región realizó en noviembre de 2018 un seminario
internacional sobre Transformación Digital en el entorno cambiante de las
industrias 4.0 y de otros paradigmas disruptivos de una sociedad inteligente, con
motivo de la presentación de BICTIA, una incubadora y aceleradora de empresas
que recibió apoyo del gobierno de Noruega.
Excelentes presentaciones de otros países y algunas de Colombia, como las de
Miguel Cortez, Presidente del Grupo Bolívar, y la de McKinsey. Sin embargo, me
referiré primero a una intervención que me pareció iluminadora, la del señor
Haisong Tang de China, nación que será la primera superpotencia en pocos años.
El futuro del mundo no es el software, es el hardware
Dijo “que el mundo del futuro no son las empresas de software, si mañana
desaparece Google, no pasa nada, la reemplaza el buscador de Microsoft”. Sin
embargo, si cierran las industrias de hardware, por ejemplo, las fabricantes de
superconductores, desaparece la actual economía, y si cierran dos o tres de las
más grandes, la economía global entra en crisis. Esto no sucederá, pero muestra
que las apuestas estratégicas de Colombia deben estar en las industrias de
hardware, así se haya destruido gran parte del tejido industrial desde el año 1991,
a pesar de todas las evidencias de que el corazón del desarrollo es la industria, sin
importar si los servicios tienen una participación mayor, porque ese no es el centro
del asunto, pues los servicios dependen de la industria. Sin esta no se pueden
desarrollar como cadenas de alta complejidad y liderazgo innovador. En Alemania,
Corea, Taiwan, representa más del 25% del PIB, en Colombia el 11%.
Tang terminó diciendo que el futuro nuestro está en un mix entre industrias de
baja, media y alta tecnología, y en agricultura, y queda implícito el avance en los
servicios de alto valor agregado, los cuales emergen y proyectan desde el
desarrollo industrial. Y sugirió que la educación debería centrarse en ingenierías y
ciencias, y todo como parte de una visión de largo plazo con sólidos arreglos
institucionales. Esto también lo hemos registrado algunos en Colombia, en
columnas de opinión y en estudios, como el que hice hace pocos meses para
ACIEM, sobre el futuro de la electrónica en el mundo.
Entonces, éste país no solo debe desarrollar aplicaciones de software, debe ante
todo, y dada su matriz productiva, hacer una apuesta aún más grande que la
economía naranja, en las industrias de hardware: electrónica, energías
alternativas, materiales, industrias y servicios del sistema de movilidad, industrias
bio, aeronáutico y naval, en consecuencia, en las industrias 4.0. Así como hay
oportunidades para desarrollar aplicaciones hay espacio en las industrias de
servicios electrónicos, porque el hardware necesita software y el software necesita
hardware.
Los vehículos autónomos son electrónica
Mobileye, nació como una start up en Israel hace 19 años, y la compró hace pocos
años Intel (hardware) en USD15 mil millones. Es una EMS mundial, como lo
mostró Mar lyora Gottileb, en otra presentación relevante, pues mostró lo que
hacen en el mundo, Colombia y lo que harán en el futuro, y esto es electrónica, es
industria, es hardware. El estudio de ACIEM dedica una sección a las industrias de
servicios electrónicos, porque las empresas de servicios en electrónica, son
empresas industriales.
Respecto a la agricultura como uno de los sectores estratégicos al 2050, será
posible si ocurre una reestructuración absoluta del sector, pues si bien se
reconoce su importancia, es el culpable de todas las grandes violencias, injusticias
e inequidades de Colombia, y de los rezagos estructurales que sufre éste país
desde siempre. El sector agrícola no alcanza el 7% del PIB, aunque se lo
reivindica como un sector del futuro por razones de seguridad alimentaria, todos
los días se lo destruye por malas tecnologías, el abuso y mal uso del agua, la
ilegalidad que deforesta y quita vidas, y por malas prácticas éticas, jurídicas,
tributarias, prediales, económicas e ideológicas, que lo atraviesan. A pesar de ello,
existen a lo largo y ancho del país experiencias asociadas a pequeños territorios
con buenas prácticas y modelos admirables de organización productiva colectiva.
Transformar las empresas agrícolas en agrotechs, sobre todo pequeñas y
medianas, es también industria, es hardware, es electrónica.
El emprendimiento necesita de datos fuertes, de planes de negocios, y no
todos los emprendimientos se hacen en seis meses
En cuanto a emprendimiento, magníficas reflexiones de Laura González Estefani y
de Rosa Jiménez-Cano de la firma The Venture City. Como emprendedor, las
buenas ideas para que se conviertan en start ups necesitan de financiación, sea
del emprendedor vía recursos propios, familiares, amigos, o por capital semilla,
público o privado, para la incubación. Emprendimientos sin plata son papeles que
se rompen y desaparecen. No hay emprendimiento sin capital semilla, propio y de
ángeles inversionistas, para que la etapa de incubación transite con menor riesgo,
hasta llegar a la fase de aceleración donde fondos más grandes llegan a
consolidar el emprendimiento. Lo que si es cierto, es que de acuerdo al tipo de
iniciativa, esta requiere de más o de menos dinero, y las que son de mayor
complejidad tecnológica, requieren aún más de ese recurso inicial y de más
tiempo, para ir más allá del Power Point y del Excel. Así las cosas, no se puede
caer en la trampa de que todos los emprendimientos se hacen con un peso y en
seis meses. Una start up disruptiva de hardware, jamás. Una de software,
tampoco.
Además, todo emprendimiento necesita de una hoja de ruta estructurada a través
de un plan de negocios o esquema similar, y fuertes datos, para que los ángeles
inversionistas o los fondos de capital de riesgo tengan fundamentos para tomar
decisiones. Sin embargo, los modelos que existen son varios, se pueden mezclar,
se pueden simplificar, hacerlos más rápidos, pero no se pueden obviar. Y lo que
está en la cabeza del emprendedor siempre hay que validarlo antes de soltarlo al
mercado. Los que niegan la importancia de estas herramientas están equivocados
y hacen daño.
Sin embargo, las empresas basadas en aplicaciones tienen un periodo de puesta
a punto más temprana, por eso también requiere de menos capital de arranque y
porque además el instrumento tecnológico (un computador) es menos costoso
que el de una empresa de hardware. Es por eso que consigue más pronto
despegar, sus crecimientos son muy altos y rápidos durante un tiempo
determinado y por tanto los retornos prontos y la rentabilidad elevada, no obstante,
muchas caen después como coco.
Entonces, hay quienes reniegan de los planes de negocios, de los datos fuertes,
que descargan en el emprendedor los costos de partida, y forman clubes de
inversionistas que los ponga a ganar después del almuerzo. Este tipo de
mentalidades en vez de hacer bien al mundo del emprendimiento, lo distorsiona y
atrofia, porque niega las condiciones, verdades e importancia de otros
emprendimientos, que al final del día son los que verdaderamente transforman las
economías y las sociedades. Una start up disruptiva o de alto impacto basada en
hardware, incluidas las 4.0, no se hace sin ángel inversionista, en seis meses y
sin plan de negocios, sin política pública y sin agentes del mercado potentes,
capaces, visionarios y responsables.
Así las cosas, Colombia, debe recomponer sus ideas, teorías, enfoques y
políticas, y darse cuenta que el mundo del futuro es el hardware. En otras
palabras, la sociedad del mañana es la nueva sociedad industrial de la
inteligencia, y las políticas de desarrollo productivo, de ciencia y tecnología, de
emprendimiento, y la gestión gremial, no están decisivamente dirigidas hacia allá.
Se necesitan focos estratégicos, instrumentos diferenciados, recursos abundantes,
estado emprendedor del tipo de Mazzucato, potentes ecosistemas de innovación,
en otras palabras, mejores políticas públicas y de los privados, y de nuevos
arreglos institucionales para un pacto por el desarrollo y para el bien común.
LA ELECTRÓNICA LA MAYOR INDUSTRIA DEL MUNDO LA
CENICIENTA EN COLOMBIA
Por sus características, la electrónica no es visible como otras tecnologías e
industrias, por eso, no está en el radar inmediato de los actores y de la sociedad,
olvidando que detrás de todos los desarrollos humanos hay electrónica, y
dependiendo del grado de desarrollo de la economía y la importancia que esta le
otorgue, es el valor que tiene en el imaginario de los funcionarios públicos, en el
sistema productivo, en la educación, en el sistema de CTeI, y en la sociedad. Para
ilustrar al lector, estos son los subsectores de la electrónica: computadores,
aparatos de comunicaciones, instrumentos de medición, control, navegación y
médicos; medios magnéticos y ópticos; dispositivos de audio y video; y
componentes electrónicos.

 Colombia en la retaguardia de la industria más inteligente. Ocupa el puesto


72 en las exportaciones mundiales de electrónica, y en América Latina el
séptimo, es decir, peor posición que en el ranking de la competitividad donde
tiene escriturado un lugar por allá en los puestos sesenta, el mismo que tiene
escriturado en las exportaciones de alta tecnología, en el valor agregado
manufacturero de media y alta tecnología, y en el índice de complejidad
económica de Harvard.
Tiene el déficit comercial electrónico más alto de países comparables y por
supuesto respecto a economías más avanzadas: la relación es 40 a 1. Esto
indica que siendo la industria más potente del sector manufacturero mundial y
uno de los más importantes en servicios de alto valor agregado, en Colombia
prácticamente no existe, y explica en gran medida la baja competitividad,
productividad e innovación de la producción y de las exportaciones
colombianas, por la siguiente razón.

Es la industria en la cual se invierten más recursos en I+D+i en el mundo


según fuentes de la OCDE: 26% de todos los sectores productivos, y en los
sectores más intensivos en electrónica, como el aeroespacial, industrias de
transporte, bienes de capital y energía, la I+D+i es del 78% de todos los
sectores manufactureros. Entonces, la industria inteligente más importante del
mundo, es de las menos importantes en Colombia, aunque existen grupos A1 y
A con muy buenos desarrollos esperando la reglamentación de la ley de spin
offs, y cuando además se gradúan más de 3.500 ingenieros electrónicos cada
año.

 Políticas diferentes en los países. Las políticas del sector no son idénticas
en ningún país, hay aprendizajes de otras experiencias y al final tienen su
propia identidad, sin embargo, es un sector clave en las políticas de desarrollo
productivo, de CTeI y de emprendimiento, y en algunos territorios que se
reconocen como espacios de la electrónica, como la ciudad de Dresde en
Alemania, base del Silicon Saxony, y muchas más en el mundo.
En la Unión Europea y desde la Comisión, emanan orientaciones claras con
generosos fondos económicos de cofinanciación, no obstante, la
implementación en cada país tiene rasgos propios en cuanto a
direccionamiento y resultados, porque las matrices productivas, los sectores
estratégicos, y otros factores endógenos, son propios de cada nación, y de
cada territorio electrónico.

En Colombia ni siquiera se puede hablar del barrio, de la zona, de la manzana,


y menos del distrito de la electrónica en alguna ciudad, salvo los centros
comerciales y calles donde se venden todos los juguetes electrónicos
importados o de contrabando.

• En las políticas de desarrollo productivo, de CTeI y de educación, la


electrónica es una industria estratégica. No hay apuesta estratégica de
sectores claves del orden nacional donde la electrónica no esté a través de
programas transversales y de desarrollos específicos con grandes proyectos
de I+D+i para desarrollar esta industria, y por tanto está en todos los
programas de investigación de alta tecnología o de investigación aplicada para
la sofisticación de sectores tradicionales con alto potencial de innovación.

• Electrónica y las industrias 4.0 y las energías alternativas. En todos los


países avanzados y en los emergentes más dinámicos, las matrices
productivas son sofisticadas y fuertes en sectores de alto valor agregado, lo
cual incluye y requiere del avance en subsectores específicos de la electrónica.
Según el nivel alcanzado y la orientación de la especialización, unos países
son más fuertes en unos subsectores que en otros.

En este sentido, la electrónica hace parte de la revolución de las industrias 4.0


y de las energías alternativas, como base tecnológica o hardware de la
economía digital, o porque es una 4.0, como la robótica. En otras palabras, no
habría industrias 4.0 ni energías alternativas, sin electrónica. Por eso, las 4.0 y
la electrónica deben ser parte estratégica de las naranjas digitales del nuevo
gobierno, y por tanto de una apuesta estratégica de la política de desarrollo
productivo.

Desde el 2012 todos los países desarrollados y todos los emergentes más
veloces, tienen planes estratégicos para las industrias 4.0, y todos tienen
programas estratégicos en altas tecnologías donde está la electrónica. Por
supuesto, los países más avanzados construyen proyectos para suscitar
nuevos paradigmas, y los emergentes en una frontera superior a la que ahora
tienen para poder avanzar, por ello se alían con países de la vanguardia
tecnológica con el fin de hacer el mejor aprendizaje.

• Ciencia tecnología Innovación. Los países emergentes que pasan del 1% del
PIB su inversión en CTeI, dan igual importancia a la investigación básica y
aplicada, con recursos importantes, y proyectos donde se integran los dos tipos
de investigación. Sin embargo, en economías emergentes, el ascenso de la
investigación básica en los presupuestos nacionales es porcentualmente más
alta que en los países avanzados, con el fin de cerrar la brecha tecnológica, y
para desarrollar actividades donde tendrán posicionamiento internacional. En
este esquema siempre está la investigación asociada a la electrónica.

La CTeI tiene impacto positivo en términos de empleo, nuevas empresas,


exportaciones, si la inversión es cada vez más alta porque es un sector
económico del conocimiento, por tanto sus inversiones deben responder con
resultados e impactos positivos al estado, la sociedad y la economía. Esto es
posible cuando los recursos son crecientemente importantes. Imagínese el
impacto de los billonarios recursos en I+D+i en electrónica para la economía, la
sociedad y el estado. Si la inversión en CTeI es baja, como en Colombia, no
tiene impacto macroeconómico, salvo en casos micro y de algunos
subsectores muy escasos.

• Emprendimiento. Si se desarrolla la tecnología se desarrollan industrias


nuevas a través de incentivos a las spin offs, start ups y pymes de tecnología,
entre ellas las de electrónica.

• Clusters electrónicos existen en todos los países avanzados y emergentes.


• Parques tecnológicos y centros de emprendimiento y de innovación,
donde la electrónica es un sector estratégico.

• Educación de calidad: énfasis según como se desarrolle la industria.

• La integración entre países y la electrónica. El despegue de la industria


electrónica y sus fases iniciales de consolidación, se logran atendiendo el
mercado interno y los mercados de los países vecinos (Europa- Asia - Norte
América), luego se lanzan al resto del mundo. En América Latina, con el
fracaso absoluto, relativo o parcial de los acuerdos de integración, la
electrónica no es un sector que lo piensen y desarrollen entre países. ¿A caso
está en la Alianza del Pacífico siendo México el exportador de electrónica
número 11 del mundo?

Conclusión, Colombia sigue estancada en el enfoque transversal de la política


productiva, entonces, la electrónica debe ser una apuesta estratégica de esta
política, porque es transversal, ya que aplica a todos los sectores productivos. Se
deja esta inquietud al alto gobierno y a las mentes transversalistas, a ver como la
resuelven, porque las naranjas digitales son una apuesta estratégica de impacto
transversal, y las 4.0, las energías alternativas y la electrónica, también. Muy
importante será atender las recomendaciones del Centro de la OCDE para mejorar
la política de desarrollo productivo y el sistema nacional de competitividad y de
CTeI.
II

POR QUÉ FALLA COLOMBIA EN PRODUCTIVIDAD Y EN


COMPETITIVIDAD. Reflexiones a partir del informe del Consejo
Privado de Competitividad 2018 - 2019
He asistido a la mayoría de entregas del informe anual del Consejo Privado de
Competitividad (CPC), eventos de los cuales resalto cinco cosas: primero, traen un
conferencista de relevancia internacional; segundo, resalta los avances y también
las debilidades en temas estructurales; tercero, el balance final para quienes
asistimos y leemos el informe, es bastante regular, por lo cual en vez de registrar
grandes avances se acumulan grandes rezagos; cuarto, queda en evidencia la
debilidad institucional en términos de la ausencia de proyecto de nación que
sustente un proyecto social y económico de largo alcance y objetivos estructurales
estratégicos con una gobernanza que articule actores para un crecimiento alto,
sostenido, competitivo, y transparente para el bien común y no solo para los
agentes del mercado; y quinto, no ha tenido en los últimos 30 años un presidente
que lidere el proceso o una dirigencia que se lo imponga. ¿Por qué ocurre esto?
Primero, se ha inducido una especie de pensamiento único y ajeno. Cuando esto
sucede, el espíritu crítico desaparece y con ello la razón para la construcción de
nuevas narrativas del desarrollo. En parte esto acontece por los millonarios
contratos de consultoría de las universidades y los apretados presupuestos para
investigación; porque las tecnocracias son muy sensibles a la crítica; y los
empresarios aun no ven la importancia de la investigación y de la innovación para
sus organizaciones y para la economía, pues priorizan el cabildeo por incentivos
económicos y no los incentivos para el desarrollo, por tanto, las reformas
tributarias solo sirven para cuadrar la caja pública de los siguientes dos años y
nada más.
De esta manera, académicos del nivel del profesor Acemoglú, coautor del libro
“Por qué fracasan los países”, invitado este año por el CPC, sorprende por la
manera rigurosa, creativa y contundente con la que muestra problemas
estructurales de Estados Unidos y del mundo, y esto ocurre porque en países más
avanzados, profesores e investigadores tienen condiciones para construir teoría y
análisis no cooptados, mientras otros se dedican a la consultoría.
Si Colombia libera y destina más recursos a la investigación básica en la
economía y en otras áreas de las ciencias sociales, podría profundizar en los
diagnósticos con mayor rigor y creatividad, construir big datas analíticas y
pensamiento que nutra las políticas y a los políticos, alimente el contenido
intelectual y creativo de la tecnocracia, y eleve el porte en conocimiento,
emprendimiento e innovación en gremios y empresarios.
Segundo, el responsable de los malos desempeños en productividad y
competitividad es el enfoque transversal de la política de desarrollo productivo,
que tiene efectos negativos en las política de ciencia, tecnología, educación,
emprendimiento, trabajo y en el desarrollo territorial, porque se dedica a impulsar
factores transversales, como: educación, logística, transporte, salud, comercio
internacional, y pone todos los sectores productivos en el mismo nivel sin
discriminación por características, potencialidades, madurez, novedad, efectos en
otros sectores, es decir, no diferencia sectores viejos con rendimientos
decrecientes y sectores nuevos con rendimientos crecientes e impactos difundidos
en la economía, en la sociedad y en las arcas del estado.
Los primeros tienen limitados campos para la investigación, la innovación y el
emprendimiento; y los segundos, concentran las mayores capacidades en
investigación, innovación, emprendimiento y en el desarrollo de territorios
innovadores y sostenibles. Esto que parece trivial, es el corazón del desarrollo
desde Adam Smith y desde la segunda revolución industrial, porque reivindica los
focos estratégicos que deben tener todo estado, toda sociedad, toda economía y
toda ciencia. Así lo han hecho y siguen haciendo los países desarrollados y los
países emergentes inteligentes, como lo ha mostrado el Centro de la OCDE, los
expertos que trae cada año el CPC, y la teoría sobre el desarrollo económico,
incluso, no lo niega la ortodoxia neoliberal, porque en los estados de la vanguardia
del mercado siguen discriminando sectores y áreas del conocimiento según
evoluciona la tecnología a partir del desarrollo de sus capacidades en recursos
humanos, investigación, cultura para emprender y crear, y las instituciones que
han formado para que el desarrollo sea un sistema sostenido de crecimiento, de
oportunidades y de cambios disruptivos para el bien común, lo cual solo se logra
con proyecto de nación, con sectores productivos estratégicos y áreas de
investigación igualmente estratégicas, que empujan, desarrollan y transforman el
sistema de producción, de educación, de innovación y de emprendimiento, y los
territorios donde se generan las disrupciones que la ciencia y la tecnología
entregan.
Por no adoptar un enfoque más riguroso, estratégico y creativo, lo que ahora
Colombia tiene es una dispersión de instrumentos y programas, con escasos
resultados. Existen 22 sectores en el programa de transformación productiva, 6
cadenas productivas nacionales, más de 51 apuesta regionales, más de 20
clusters, y en este laberinto sectorial es imposible la articulación entre actores,
porque todos están en un mismo plano con incentivos y condiciones iguales, pues
se infiere que es igual producir aguacates que aviones, o es igual una aplicación
para comprar boletas, pedir taxis o una cita médica, que un desarrollo de
nanotecnologías, de inteligencia artificial, robótica, bio, o de electrónica para salud,
industria aeronáutica, de alimentos, energía, o para el sistema de movilidad.
Como no hay una estrategia que asuma que los sectores son diferentes, se
genera un derrame desordenado de actividades que poco se encuentran por lo
cual la coordinación se vuelve imposible, derivando en un sistema productivo
desordenado, desconectado, con baja productividad y deficiente competitividad.
Este enfoque deriva en un movimiento compulsivo de nuevos negocios de
servicios igualmente desconectados, que la política pública no direcciona por la
falta de focos estratégicos que impiden la estructuración de grandes misiones
orientadoras. Esquemas de incubadoras de empresas, aceleradoras de negocios,
empresas de consultoría en innovación, ángeles inversionistas y fondos de riesgo
e inversión, surgen como crispetas, generando una dinámica desbocada de
instrumentos que abren en innovadores y emprendedores expectativas que no se
podrán satisfacer, porque aquellos van por las mejores spin offs y start ups, y esto,
en un ambiente sin focos sectoriales, sin misiones orientadoras, con escasa
actividad en ciencia y tecnología, reducida cultura de la innovación, y poco respeto
por la propiedad intelectual, generará muchas ilusiones y también demasiadas
frustraciones.
Entonces, incrementar la productividad en un ambiente de enfoques iguales para
actores diferentes, es imposible. Tampoco se podrá mejorar del puesto 60 en la
competitividad, como lo han demostrado las intermitentes políticas de
competitividad en los últimos 20 años, y las flacas políticas de ciencia, tecnología y
emprendimiento. Es decir, se privilegió la competitividad y se relegó la
productividad, inspirando otro engendro conceptual.
De esta manera, empresas de los distintos sectores no pueden elevar su
productividad y competitividad si no hay una política deliberada para el desarrollo
de las industrias 4.0, electrónica, materiales, aeronáutico, naval, energías
alternativas, y actividades y áreas bio. Las industrias naranja son una porción
pequeña, no son intensivas en investigación, aunque sí en emprendimiento, y sus
efectos de derrame en otros sectores son pocos. A punta de naranjas no habrá
más ciencia y tecnología, ni suficientes emprendimientos e innovaciones
disruptivas.
Los impactos de territorios innovadores, como: Cali, Bogotá, Bucaramanga,
Medellín, Pereira, Manizales, no alcanzan para mover la economía aguas arriba.
Entonces, el desarrollo local hay que tenerlo en el frente de la agenda para que
haya complementariedad con políticas nacionales inteligentes. Si los esfuerzos de
desarrollo local fueran suficientes, la productividad y la competitividad de Colombia
tendrían mejores desempeños, aunque también se puede decir que han impedido
peores calificaciones.
Tercero, el informe resalta la ineficiencia del estado como un asunto grave porque
no ha logrado crear instituciones eficientes, ni un sistema de agencias estales
articuladas, que regulen para que funcionen bien la sociedad y el mercado. Igual
acontece con el sistema de justicia, dada la baja tasa en esclarecer homicidios,
una tercera parte de la tasa mundial. También con la contratación pública
(corrupción), por la concentración de los contratos en un único proponente (61%),
porque la inmensa mayoría de negocios está mediado por sobornos. Si añadimos
las barreras al comercio internacional, tenemos un sistema de fallas del estado,
que son fallas de las instituciones.
Cuarto, el informe destaca avances en el sistema de logística, infraestructura y
transporte, con un salto del puesto 94 al 58 a nivel mundial debido al plan de las
4G, las cuales por corrupción y cuellos de botella relacionados por una falta de
articulación entre agencias del estado, privados y firmas de ingeniería, deriva en
un ciclo interminable de interrupciones en la construcción de las obras, como lo
resalta el reciente documento de política del ministerio de transporte para los
siguientes 4 años. Son fallas del estado y del mercado que golpean la
productividad.
Quinto, el problema social asociado a la precariedad del mercado laboral asociada
a la informalidad (entre el 58 y el 66%), la alta tasa (25%) de gente joven entre los
14 y los 28 años que no recibe ninguna capacitación, más el rezago en cobertura
en preescolar (31 puntos por debajo del promedio de la OCDE), solo 4 de 10
estudiantes terminan bachillerato, únicamente el 14% de los programas de
pregrado y posgrado de educación superior cuentan con acreditación, y si lo
anterior relacionamos con la espantosa cifra de que solo el 23% de los
colombianos logra coronar una pensión, que se incrementa con los problemas de
acceso a los servicios de salud, muestra una disfuncionalidad total del sistema
productivo, de trabajo y seguridad social. Son fallas sistémicas del modelo de
crecimiento con impacto en la productividad y en la competitividad.
Así las cosas, Colombia es un país que a pesar de relativos avances generales y
de pocos avances puntuales, al final acumula problemas por culpa de una sola
cosa: políticas mal diseñadas e implementadas porque hay una especie de cultura
por los torcidos para favorecer intereses existentes o nuevos, y por la falta de un
buen proceso de aprendizaje de otras experiencias, puesto que las variantes de
contenido propio (micos o trampas en las leyes que promulga el congreso) son
anomalías perversas. Es decir, hay una especie de cultura de la “mala índole”,
problema que alude a la construcción de instituciones, detrás del cual están la
corrupción, la ilegalidad, la injusticia, la ineficiencia, el corto plazo y los problemas
de coordinación, que rebasan la cultura de la ética, del largo plazo y de la
productividad.

DIEZ DESAFÍOS PARA UNA ECONOMÍA Y UNA SOCIEDAD


INTELIGENTE
El desarrollo se basa en el aprendizaje el cual permite generar capacidades para
generar conocimiento, desarrollar la creatividad y las potencialidades para innovar
y emprender. Colombia, por su dependencia tecnológica y la baja inversión en
educación y en ciencia y tecnología, tiene problemas para adelantar procesos de
desarrollo endógeno a nivel de país, territorios y empresas. Esto se debe a que no
dispone de un proyecto nacional de desarrollo, por lo cual la política industrial es
siempre un asunto inconcluso y mal orientado, y las políticas de ciencia,
tecnología, innovación (CTeI) y de emprendimiento, no existen. Por eso, el
narcotráfico, la minería ilegal, el feudalismo, la guerra y la corrupción, dominan el
escenario económico, político y social, jalonan un crecimiento mediocre, con
reformas tributarias alcabaleras, no logra construir el metro de Bogotá, ni se hacen
bien obras como La Línea e Hidroituango, vende activos estratégicos como
Isagen, se roban Reficar, o hace parte macabra de la corrupción en torno a
Odebrecht. Es en síntesis, un país emergente fallido.
A continuación diez desafíos para soñar con una sociedad distinta, la sociedad
inteligente.
Aprender para crear, innovar y emprender
Toda experiencia exitosa de una nación, territorio o sector, quiere ser copiada por
países que no han desarrollado suficientemente la economía, la ciencia, la
tecnología, la educación, los territorios y sus instituciones, como es el caso de
Colombia. Por lo tanto, es un error intentar copiar otros procesos puesto que es
imposible si no media un proceso deliberado de aprendizaje de largo plazo, pues
son múltiples los factores que intervienen en cada proceso nacional, territorial o
sectorial, así algunos sean parecidos pero jamás iguales, ni siquiera entre estados
y territorios vecinos que disponen de una matriz cultural similar porque siempre
hay factores propios inimitables.
El desarrollo como estrategia para salir de la guerra y de las epidemias
institucionales
En un reciente estudio que hice sobre el futuro de la electrónica en el mundo, se
tomaron países para el aprendizaje, algunos con recientes periodos de violencia
extrema. Tres naciones vienen de guerras devastadoras: Alemania, Polonia y
Corea; dos, de duras y recientes intervenciones externas, Polonia y Hungría; y
Brasil, de una dictadura que parece renacer. Estos países asumieron el desarrollo
como la mejor estrategia para superar los impactos de años de violencia interna y
externa. A Colombia le falta superar el karma de la violencia, a la cual no le huye,
por el contrario, no deja de abrazar, como si fuera una democracia fallida por los
siglos de los siglos.

Incentivos económicos y no económicos positivos


Los países desarrollados y la mayoría de los emergentes más dinámicos, tienen
proyectos nacionales de desarrollo de largo alcance. Otros tienen propósitos
similares en construcción, sin embargo, las políticas, estrategias y programas, son
de mediano y largo término. En ese contexto, los subsidios económicos desde el
estado no son el objetivo principal de las políticas y de los empresarios. Lo
principal es el marco de las políticas de estado y los acuerdos con las empresas y
las universidades en torno al cambio estructural, el conocimiento, la innovación y
la propiedad intelectual. A partir de ahí aparecen los incentivos económicos, no de
primeros, como acontece en Colombia, razón por lo cual los resultados son pobres
o negativos, y ahondan asimetrías en la sociedad y entre los agentes económicos.

Cuando aparecen empresas disruptivas, el estado las protege y crea políticas para
que no sean casos excepcionales, si no que sean aliciente para que surjan otras
del mismo tipo. Las empresas solas por innovadoras que sean, son solo unidades
singulares exitosas para titulares engaña bobos, y nada determina que su caso se
convierta en modelos generales si no hay políticas inteligentes y solo malos
incentivos. Primero la inteligencia después las dádivas.

Desarrollo productivo, ciencia, tecnología e Innovación, un sistema


Los países avanzados y los emergentes disruptivos, tienen sincronizadas las
políticas industriales y de CTeI, en enfoques y propósitos que conforman potentes
sistemas nacionales y regionales de desarrollo productivo, de innovación y
emprendimiento. Ambas políticas con acciones transversales y verticales para
que sea posible desarrollar la productividad vía nuevos sectores (agenda vertical)
y mejorar la competitividad y productividad de los que existen (agenda transversal
o funcional). Las políticas tienen visión y objetivos de largo plazo, y los planes para
ejecutar programas estratégicos un tiempo más corto porque en cuatro, cinco o
seis años vendrá otro programa para profundizar y complementar con nuevos
proyectos disruptivos. Es la manera como se construye toda senda de desarrollo
sostenida y duradera: programas periódicos, ajustes de algunos, desaparición de
otros, y creación de nuevos. Es la economía de la complejidad y de la innovación
que libera y explica los procesos evolutivos de las culturas, de los estados y las
economías.

Investigación básica y aplicada para una investigación inteligente


La importancia de la investigación básica está presente en naciones donde los
objetivos son desarrollar la producción para desarrollar la economía, la sociedad y
el Estado, en lo cual las capacidades nacionales en conocimiento son soporte
estructural para todo lo que se haga a partir de ahí, por eso, la investigación
básica está como primer foco estratégico nacional (Alemania, Francia, Estados
Unidos), a la par (otros de Europa pero también India y Brasil), o después de la
investigación aplicada (Corea, Japón, Taiwán, entre otros), los cuales, sin
embargo, siempre apoyaron generar condiciones sofisticadas por lo cual crearon
desde los años del despegue de la industrialización, leyes y centros estratégicos
de investigación básica que han respaldado las potentes infraestructuras de
investigación aplicada. En Colombia aún se discute la importancia de la primera y
algunos creen que solo con la segunda basta. Es el estado de la estupidez.

La educación para una producción e investigación inteligente


La educación se integra a las políticas de desarrollo productivo y de CTeI para
formar el recurso humano requerido y así crear potentes capacidades en
investigación que derive en una explosión de spin off (proyectos de investigación
con potencial de convertirse en nuevos productos y en nuevas empresas) y de
start ups universitarias, de las empresas y de emprendedores independientes. Un
mayor número de spin offs y de start ups disruptivas e innovadoras de alto impacto
está determinado por el nivel de sofisticación y de transformación en la
producción, en la investigación y en la educación. Colombia algo ha logrado en
sofisticar una parte pequeña de la producción pero no ha logrado transformar la
matriz productiva.
Investigación y emprendimiento
El desarrollo de spin offs universitarias y el impulso de start ups disruptivas o
innovadoras de alto impacto, siempre y cada vez más están asociadas a los
centros de investigación sobre todo de sectores que son estratégicos en las
políticas nacionales y regionales, y de esa manera surgen profundas relaciones
universidad – empresa – estado. En Colombia la ley de spin off recién está en
reglamentación y debe incluir las start ups.

Estados responsables tienen una política nacional de emprendimiento. Colombia


no la tiene. En algunos casos han diseñado modelos propios, caso de Brasil, con
incentivos e instrumentos específicos para las distintas fases que van desde la
idea del negocio hasta la aceleración de la start up, porque el emprendimiento es
un sistema donde no hay etapas menores ni tampoco se puede interrumpir el
proceso emprendedor porque si no mueren los nuevos negocios.

En esas economías, las iniciativas que hacen parte de un proceso de creación de


una empresa disruptiva o de alto impacto innovador, tienen condiciones que le dan
al emprendedor soportes suficientes para hacer realidad su sueño, respaldada de
una política de estado para lograr ciertos objetivos nacionales: una nueva
generación de empresas para cambiar la matriz productiva y del comercio
internacional con base en los cambios científicos y tecnológicos y la ampliación de
los mercados globalizados, generar nuevos empleos calificados, crear nuevos
ingresos tributarios y estímulos para la formación de fondos de ángeles
inversionistas y de capital de riesgo, entre otros efectos, que conducen a la
formación de nuevos sistemas de producción y de innovación. Por esta razón, las
tasas de mortalidad de las start ups son bajas respecto a países con un “sistema”
que tiene lagunas en la cadena de emprendimiento, como Colombia.

Las pymes innovadoras, no pueden ser el eslabón olvidado


El desarrollo empresarial emergente no se circunscribe a las start ups, también es
clave el desarrollo y el fortalecimiento de las pymes, porque algunas de estas
fueron start ups o spin off, entonces, el proceso no puede truncarse, por el
contrario, fortalecerse, porque son la transición entre el nivel de start ups y el de la
gran empresa. Algunas pymes se convertirán en grandes empresas, otras
conservarán ese estatus, ajustando sus características en la medida en que los
mercados son más grandes, los tamaños de las empresas también cambian, y
además porque los cambios tecnológicos hacen que las características de estas
sean otras cualquiera sea su tamaño.

Parques tecnológicos, distritos y ciudades de la inteligencia


La producción de nuevos conocimientos disruptivos necesita de ambientes
urbanos con núcleos desde los cuales irradian y se construyen redes que se
esparcen por toda la urbe, como el distrito de la innovación de Medellín, o Innobo,1

1
Innobo es el mayor fracaso de Bogotá para crear una ciudad del futuro más promisoria de América
Latina en el centro de las Américas y de Bogotá, para desarrollar la ciencia, la inteligencia, la
innovación, la creatividad, el emprendimiento y el turismo de negocios inteligentes en el entorno de
o los n tipos de parques tecnológicos regados por el mundo, en los cuales se
asientan nuevos centros de investigación, de innovación y de emprendimiento, con
start ups, pymes, y las spin out y start out de las grandes empresas, con
ambientes de coworking, escritorios de propiedad intelectual, de ángeles
inversionistas, fondos de capital de riesgo, con vivienda, movilidad y urbanismo
sostenible. Un nuevo paradigma tecnológico, social y empresarial crea un nuevo
paradigma de ciudad. Medellín avanza en estos nuevos conceptos traducidos en
nuevos hitos urbanos. Bogotá, no solo no ha podido con Innobo, tampoco con
Ciudad Salud Región, ni con el proyecto del parque de CyT de la Universidad
Nacional, ni con desarrollar el corredor del conocimiento y de la cultura en el eje
de la carrera séptima.
La equidad para un desarrollo inteligente sostenible
La equidad es un asunto de decisión política que va más allá de los modelos
matemáticos. Es de hechos políticos y de evolución cultural para pensar una
sociedad más equilibrada, justa y de oportunidades, que brinda la economía de la
innovación y de la sociedad inteligente. Es un proyecto de estado de muy largo
plazo, cobija generaciones, porque se trata de superar barreras culturales
mediante las cuales se tolera, acepta y perpetua una sociedad limosnera, que
hace parte de la caja menor de los ciudadanos de las clases media y alta para
repartir monedas en las masas de pobres, miserables e indigentes. La inequidad
en Colombia, a más de todos los errores de política macroeconómica y de
crecimiento, es el fracaso del modelo de crecimiento de los últimos 28 años.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 solo son una etapa de un proceso
mucho más largo y complejo, porque encuentra obstáculos en el capitalismo del
crecimiento sin límites de las últimas décadas.
Estos diez desafíos están encaminados a mejorar fallas del mercado y fallas del
estado. Atacar las del mercado sin mirar las del estado o al revés, es solucionar
problemas de manera parcial, y al final, pocas fallas del mercado y del Estado se
logran corregir. Es el caso de Colombia, por eso el mercado y el estado acumulan
fallas que al final se reflejan en malos indicadores de desempeño que van en
contravía de una sociedad inteligente y sostenible con equidad.

Corferias, de la Universidad Nacional y del Can, en el eje de la calle 26, conectado el Aeropuerto El
Dorado con las universidades del centro, el complejo cultural del banco de la república y la plaza
de Bolívar.
III
LA ECONOMÍA NARANJA DE DUQUE
“La creatividad como motor de innovación contribuye a diversificar la economía,
porque es una herramienta necesaria para la competitividad e indispensable para
la elevar la productividad de un sistema económico y de innovación sustentado en
el conocimiento. Una de estas áreas de desarrollo es la economía naranja,
referida a actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se
transformen en bienes y servicios, y cuyo valor está basado en la propiedad
intelectual. El universo naranja está compuesto por dos partes: 1) la economía
cultural y las industrias creativas, en cuya intersección se encuentran las industrias
culturales convencionales: teatro, música, artes plásticas, gastronomía,…; y 2) las
áreas de soporte que aluden a servicios creativos, software y plataformas
digitales. El universo naranja lo conforman, creativos, artistas, arquitectos,
diseñadores de todos los campos incluidas las artesanías, investigadores, medios,
y emprendedores”. BID, 2017.
La industria naranja emergió mucho antes que la reciente revolución de las
industrias 4.0, y hace parte de la saga de las tecnologías digitales y de otras
tecnologías avanzadas. Las cifras de producción, comercio internacional, empleo,
son impresionantes, pero son datos fríos y con ello no es suficiente para que un
país ingrese automáticamente a usufructuar de esos gigantescos mercados.
En Japón, la economía naranja genera aproximadamente seis millones de
empleos. Entonces, si Colombia tiene la mitad de esa población, se podría
suponer que podría generar tres millones de empleos calificados, bien
remunerados, con empresas y empleo formales, y así el milagro ocurriría en un
periodo de tiempo relativamente corto, digamos al año 2025, como propone el
nuevo presidente de Colombia. Sin embargo, el “milagro” no hace milagros.
En América Latina, la economía naranja genera más o menos dos millones de
empleos, según el BID, equivalentes a una tercera parte de los creados en Japón,
pero con una población seis veces más grande. Por lo tanto, la industria naranja
está relacionada con el grado de avance general de la economía y de la sociedad.
A más desarrollada, diversificada, sofisticada, innovadora y emprendedora es la
producción de una nación, más industria naranja tiene. De esta manera, pensar
que es posible lograr ciertos desafíos de crecimiento y desarrollo concentrados en
esta economía, es muy difícil, y no tiene sentido en el mundo de hoy cuando se
han sumado e integrado cuatro revoluciones tecnológicas, y no es posible ni
correcto depender de un solo sector. Veamos por qué.
Por más estímulos que ofrezca la política pública, es imposible que la mayoría de
la población se dirija a este tipo de actividades, porque no todas las personas
tienen aptitudes y anhelo de desarrollo en esos campos. Por supuesto, mucha
gente con potencial innovador y/o con dificultades económicas para innovar y
emprender, encontraría oportunidades en una política de estado, porque sería un
sector clave en la estrategia de desarrollo productivo de largo plazo.
Así las cosas, el nuevo gobierno debe profundizar la política de desarrollo
productivo que hereda, y hacer lo siguiente. Tener tres pilares sectoriales:
economía naranja, energías alternativas (con Ecopetrol como empresa estatal y
ancla en la producción y en la I+D+i para el salto de la matriz energética), e
industrias y servicios que potencien las industrias 4.0.

La economía naranja solo potencia 4 de los 9 tipos de I4.0: Internet de las cosas,
inteligencia artificial, Big Data y datos abiertos, e impresión 3D, y omite otras de
mayor o igual impacto en los procesos de diversificación y sofisticación en el
cambio estructural de la economía, tales como: robótica, ciberseguridad, realidad
aumentada, sistemas de integración horizontales y verticales en los procesos
productivos de fábricas inteligentes, fabricación aditiva, y la simulación, que a su
vez determinan desarrollar una industria de servicios en electrónica.

Con base en esta visión más amplia y correcta, potenciaría sectores tradicionales
(agricultura, industrias de consumo, turismo,..), y otros más sofisticados y ya
existentes: salud de alta complejidad, aeronáutico, naval, donde los tres pilares de
industrias, servicios y áreas tecnológicas avanzadas, tendrían más espacios de
aplicación, y también más oportunidades de desarrollo porque habría una
sociedad más culta, con más ingresos, y con más profesionales, creativos e
investigadores para los nuevos espacios de acción en empresas, universidades,
centros de investigación, innovación y emprendimiento, fortalecer los parquesoft,
desarrollar los parques tecnológicos multisectoriales, los distritos y ciudades de la
innovación y de la creatividad, así como la innovación y el emprendimiento en el
aparato público.
Si Duque hace una política productiva de este tipo, sentaría las bases para un
desarrollo industrial y de servicios de nuevo alcance que conduzca a lograr ciertos
objetivos macroeconómicos y sectoriales: equidad; estabilidad fiscal; reforma
tributaria estructural con otros alcances y criterios y no con los regresivos como los
que propone Carrasquilla y el Consejo Gremial Nacional adictos al neoliberalismo
del siglo pasado; hacer crecer por encima del 6% la economía antes del 2025;
llevar la inversión en ciencia y tecnología al 1.5%, lo cual únicamente con naranjas
digitales es imposible, menos en cuatro años, porque no solo se trata de asignar
más presupuestos, si no de crear y de fortalecer capacidades, condiciones y
cultura en las universidades y en las empresas para que haya demanda sostenida
de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en distintos sectores y áreas
tecnológicas avanzadas, lo cual toma tiempo y por tanto años sostenidos de
inversión en investigación con crecimientos altos y con % respecto al PIB por
encima del promedio de los países más avanzados para que la brecha no se
amplíe y para lograr fortalezas en áreas tecnológicas y en sectores muy
específicos.
Entonces, llevar al 1.5% del PIB la inversión en CyT, se logra una parte con
economía naranja, y otra con I+D+i en medicina, genómica de última generación,
biotecnología, agricultura, materiales, aeronáutica y naval, industrias 4.0, energías
alternativas, y sistema de movilidad, y así generar una explosión de nuevos
emprendimientos innovadores para lo cual es necesario convertir a Innpulsa en
una agencia de desarrollo del estado, y eliminar el Programa de Transformación
Productiva para crear una entidad como Embrapii en Brasil.

Para todo esto ¿de dónde saldría la plata? Una parte de los precios altos del
petróleo y de las regalías; con una reforma tributaria para el desarrollo, la equidad
y no solo para beneficio de los que más tienen, porque se ha visto que solo las
gabelas tributarias poco sirven, pues enriquece al empresario pero no incrementa
ni diversifica exportaciones con valor agregado, empobrece a los demás
ciudadanos y campesinos, y aumenta la informalidad; y por supuesto atacando la
corrupción.
Por lo dicho, en lo macroeconómico, social, y para cimentar la paz, el nuevo
presidente debe iniciar un proceso para reindustrializar el país, y no dar por hecho
que la industria en Colombia no debe evolucionar, y que la nueva revolución
industrial 4.0 y de las energías alternativas, no las puede desarrollar éste país. Por
eso debe profundizar las políticas de desarrollo productivo y de ciencia y
tecnología, fortalecer los sistemas nacional y regionales de innovación, repensar
los ecosistemas de emprendimiento, y dar un salto en la calidad y pertinencia de la
educación.

Resumiendo, la creación del viceministerio de Economía Naranja en el Ministerio


de Cultura para articular las acciones del Consejo Nacional de Economía Naranja,
el Fondo Nacional para el Desarrollo de la Economía Naranja, la creación de
Áreas de Desarrollo Naranja (ADN), que articulen la inversión privada en espacios
para los negocios creativos (clústeres, coworkings, etc.), con la renovación de los
espacios urbanos que rodean los distritos de los negocios y la activación cultural
de la comunidad bajo el concepto de ciudades inteligentes y creativas, son
acciones necesarias de una economía naranja, y tendrá impacto si hacen parte de
unas políticas que transformen la producción, impulsen la innovación y el
emprendimiento. Sin una visión más robusta de la producción y del conocimiento,
la economía naranja será una ilusión.

LAS STARTUPS DE DUQUE: OCHO DESAFÍOS


En la anterior columna escribí sobre la importancia de las industrias naranjas y la
necesidad de tratar de igual manera a todas las industrias 4.0, a las energías
alternativas y a un grupo estratégico de industrias y servicios de alta tecnología, si
de verdad la productividad está en el centro del pensamiento del presidente para
reindustrializar a Colombia.
Un proyecto nacional de ese tipo necesita una política nacional de emprendimiento
con el fin de integrar en un gran sistema, la producción, la investigación, la
educación, el emprendimiento, el desarrollo regional y el comercio internacional.
Entonces, la reforma tributaria debe ser funcional a la creación de una nueva
generación de startups, pymes y grandes empresas innovadoras. Pero vamos un
poco más atrás para luego ir al futuro.
A partir del año 1991 se crearon las primeras incubadoras de empresas en las
principales ciudades, la mayoría murieron, sobrevivieron pocas apelando al
rebusque en la contratación pública. Luego se volvió al paroxismo en el primer
gobierno de Uribe, y al abrigo del SENA se impulsaron 32 incubadoras en todo el
país, que se sumaron a los parquesoft.
Esa monumental dinámica se acabó sin que muchas incubadoras vieran la luz.
Pasaron los años, la incubación pasó a mejor vida, y quedó en manos de los
emprendedores que tuvieran fuente de financiación propia, hasta que llegó la
moda de las aceleradoras de negocios, éxtasis en el cual está ahora Colombia.
Han pasado tres décadas, y no se tiene una política, un modelo, una agencia
nacional para el emprendimiento, y un sistema nacional de emprendimiento. Si
bien han surgido startups innovadoras, la muerte de nuevos emprendimientos es
asombrosamente alta, como lo dijo la presidenta de Fedesoft, Paola Restrepo, en
la Revista Dinero.
Con Gaviria llegó el credo de que todo lo hace el mercado, y el estado solo debía
atender bien a los agentes. Entonces, la política industrial para una economía
abierta, nunca se ha dado porque se cayó en la posverdad de que una decisión
del estado para escoger sectores estratégicos, era una discrecionalidad indebida,
apelando al ejemplo de los pocos casos donde esa selección ha tenido vicios, sin
reconocer que en la inmensa mayoría de experiencias nacionales esa estrategia
ha sido exitosa, la cual explica el asombroso desarrollo de los países emergentes
y de los más avanzados.
Todos integraron sectores claves, con educación, ciencia y tecnología, desarrollo
regional y emprendimiento. Todos con especificidades inimitables porque no hay
dos modelos de desarrollo iguales. Hay parecidos, porque la dotación de factores
siempre es diferente. En últimas, el crecimiento y el desarrollo son endógenos, por
lo cual los estados toman decisiones discrecionales, puesto que el mundo no es
homogéneo, los sectores tampoco. Los países que no hacen discriminación
inteligente, son como despistados deambulando por el mundo, regalando su
mercado, sus activos, y el recurso humano. ¿Colombia?
La falta de foco estratégico en la política de desarrollo productivo, tampoco ha
permitido establecer una integración con áreas igualmente estratégicas de la
ciencia y la tecnología, y al no haber relación entre producción e investigación, no
puede haber una masa importante de emprendimientos innovadores de alta
complejidad. Así las cosas, si se asume el emprendimiento sin corregir el sesgo
perverso de tratar por igual a todos los sectores y todas las áreas de investigación,
se está matando al emprendimiento, que debe ser el mimado de las políticas
económicas, dado que de ahí emana la nueva generación de empresas que
generarán empleo calificado, ingresos, impuestos, formalización, exportaciones, y
llevarán la economía a un umbral alto de desarrollo y a la sociedad a un bienestar
sostenible.
Desafíos con las naranjas digitales
Uno, corregir en la política de desarrollo productivo el sesgo contra la selección
estratégica de sectores avanzados y áreas tecnológicas avanzadas a nivel
nacional que se integre y complemente las apuestas regionales. Si se corrige este
sesgo perverso, se puede hacer una política nacional de emprendimiento naranja,
azul (industrias 4.0 incluida la electrónica), y verde (agricultura, energía,
transporte, materiales,….). No todo el mundo come ni produce naranjas. El
conocimiento también necesita de industrias azules que emanan y nutren la
creatividad y la inteligencia, y de industrias verdes, que son la vida.
Dos, a más de los ajustes en el Ministerio de Cultura para atender las naranjas
culturales y creativas, se tiene que fortalecer el Ministerio de Comercio Industria y
Turismo, según los nuevos desafíos de la política productiva y de emprendimiento.
La estrategia del anterior gobierno de mirar solo diversificación y sofisticación en
los sectores que existen, fue una acción incompleta, porque al mismo tiempo no
se hizo una estrategia para impulsar el cambio estructural para sustituir las
exportaciones minero energéticas. Bancoldex convertido en un Bandes, e
Innpulsa como agencia de desarrollo para el emprendimiento, es una obligación.
Si a lo anterior se suma la creación del Ministerio de CyT, Colombia tendría una
potente institucionalidad para un sistema productivo y de innovación sostenible de
color naranja, azul y verde.
Tres, la decisión de eximir de impuesto a la renta a las nacientes industrias
naranjas, debe extender a las azules y a las verdes, así Carrasquilla salte como
crispeta.
Cuarto, hay un número grande de proyectos innovadores en las universidades,
que requieren de una pronta reglamentación de la ley de spin offs para que
muchas de esas innovaciones también se conviertan en startups. Si es así, la ley
de los crowfundigs, el propósito de desarrollar el mercado de capitales, tendrá
espacio fértil a través de startups, pymes y grandes empresas innovadoras.
Quinto, la pre y la incubación es mucho más que tener un ejército de optimistas
vendiendo modelos y planes de negocios para acelerar empresas a toda madre,
con el cuentazo de los crecimientos exponenciales. Las incubadoras y la
aceleración como una sola unidad conceptual y de instrumentos, son necesarias.
Sexto, es hora de desarrollar los parques tecnológicos. Es obligación del Estado
hacer realidad el parque de CyT impulsado por la Universidad Nacional en Bogotá,
el cual tiene tantos estudios como el metro de Bogotá. Es decir, el parque
imposible. Si algún día es realidad, este debe especializarse en I4.0, bio,
electrónica, energía, materiales. Sin embargo, avanza el estudio de crear un
distrito de la innovación en los entornos de la calle 72 a 74 con carreras 24 a 26,
inicialmente especializado en TICs. Ojalá no se convierta en otro megaproyecto a
la gaveta, como ocurrió con Ciudad Salud Región y con Innobo, que murió de
tantos estudios que se hicieron, y nada.
Séptimo, se necesita un cambio mental en las universidades para acelerar el
proceso de las spin offs y crear el de las startups universitarias. Hay grandes
rezagos mentales e institucionales sobre todo en las universidades públicas, que
están frenando las capacidades de profesores y estudiantes brillantes, para
emprender e innovar, pues hay magníficos proyectos a nivel de prototipos, y de
pequeñas empresas que han ayudado a crear por fuera de los campus. Y por el
lado de las privadas, el problema no es tanto de normas, es más bien de escasas
spin off realmente innovadoras.
Octavo, si bien es acertada la estrategia de la política de desarrollo productivo de
impulsar las apuestas productivas regionales, hay un factor estructural que amerita
una reforma constitucional que libere los procesos de desarrollo endógeno de los
territorios, y es hacer una descentralización que le otorgue verdaderos niveles de
libertad para gestionar su propio desarrollo, o ir más allá, a una profunda
federalización. La inmensa mayoría de países avanzados y emergentes
dinámicos, tienen proceso de este tipo. La descentralización, tal como está
pensada en Colombia, es más bien un obstáculo que una oportunidad para el
desarrollo.
Duque no se dará esa pelea porque no está el asunto en su radar, aunque debe
iniciarse un debate nacional. No sé cuál sería el político o la Coalición que se le
mida como tema clave para la campaña presidencial del 2022. Fajardo lo tenía en
el 2010, pero se le embolató en la propuesta de la reciente campaña presidencial.

PROGRAMAS PARA UNA POLÍTICA DE EMPRENDIMIENTO


He tenido la oportunidad en el último largo año de conocer las potencialidades de
algunas regiones de Colombia en materia de innovación y emprendimiento. Dos
de ellas están ubicadas en los tres primeros lugares en los rankings de
competitividad y de innovación; dos, entre los puestos cinco a diez; y una quinta,
por allá en el lugar quince.
En clasificaciones de dudosa metodología se ha dicho que Colombia es un país
emprendedor e innovador. Mentiras, es un país de nuevos negocios, en su
mayoría franquicias, y no de empresas innovadoras y disruptivas de alto impacto.
Nos han tramado también con las APPs de la economía digital, una verdad a
medias, pues si bien hay empresas exitosas, la mayoría fracasan, lo cual es
importante tener en cuenta ahora que Duque nos ha metido en el viaje de las
naranjas digitales.
Como en todo, hay casos excepcionales. Como territorio, Medellín; como
emprendimientos disruptivos, también Medellín y Bogotá (seguramente habrán en
Cali y Bucaramanga, y de pronto en Barranquilla), aunque cuando se trata de ver
que tantas spin offs y start ups disruptivas tiene la capital, no es fácil encontrarlas,
lo cual es una falla del mercado y del estado local por problemas de política y de
coordinación. En las ciudades con menores capacidades a las dos grandes,
también existen magníficas iniciativas, aunque escasas, ahí están.
Sin embargo, el desarrollo productivo, la ciencia tecnología innovación (CTeI), y el
emprendimiento, tienen problemas de foco estratégico, de recursos y de
concepción sistémica, como la política productiva, o porque no existen, en el caso
de la CTeI y el emprendimiento. ¿Y por qué es deficiente la primera y porque no
se tienen las otras dos? Buena pregunta a los que negociaron los TLC y en la
OMC. Además, porque según algunos que dictan extrañas reglas de juego, el
mercado asigna y decide todo bajo la libre iniciativa de los privados. Así, el estado
termina siendo servil, dedicado a cosas que muchas hace mal por razones de
clientelismo, corrupción, ineficiencia y precariedad conceptual sobre el desarrollo,
las instituciones y la productividad, en consecuencia, el estado es marginal para
impulsar innovaciones y emprendimientos disruptivos en sectores claves, que en
ningún país sensato los hacen solo los privados, en ninguno, pero en Colombia se
inventaron semejante barbaridad.

Ahora paso a las spin off y start ups que generan rendimientos crecientes y por
tanto spillovers, porque con ellas habrá una economía más diversificada,
sofisticada y de alta productividad que transforme la sociedad, la saque de la
dependencia del extractivismo, de las rentas feudalistas, y de la agroindustria del
narcotráfico.
Spin off y start ups disruptivas
He conocido algunas. Realmente son maravillosas. Y existen más, aunque no
decenas, porque la innovación y las start ups disruptivas no se producen como
pan, ni aquí ni en ningún lugar del mundo. Por deficiencias en las políticas del
estado, estas, a diferencia de lo que ocurre en los países avanzados y en los
emergentes más veloces, el estado financia y asume el riesgo inicial para que
fueran realidad. Las grandes empresas del mundo fueron algún día una start up,
luego una pyme, y llegó el estado para financiar la investigación básica y dar
incentivos correctos (económicos y no económicos), para que pudieran ser
disruptivas. Siempre el estado llega mediante compras públicas, contratos
públicos, investigación básica, y otros estímulos.
En esos países existen sistemas productivos y de innovación complejos que en la
práctica relacionan política industrial, con CTeI, emprendimiento y desarrollo
regional, y no como Colombia, con sistemas de papel que en muchos casos solo
sirven para la especulación y el autoengaño. La excepción, Medellín, también
Risaralda, pero existe el riesgo que la situación de EPM afecte ciertos programas,
entonces, tendrá el Sindicato Antioqueño que meterse la mano al bolsillo, no tanto
para comprarlas y hacerlas funcionales a sus intereses, sino que en muchos
casos, simplemente hacer que fluyan libremente, con participación en su valor.
Innpulsa ha hecho esfuerzos por apoyar empresas innovadoras de alto impacto,
sin embargo, ante los fracasos de unas convocatorias, se repliega y crea otra
iniciativa en vez de corregir y profundizar. Colciencias también ha aportado
recursos, pero como ocurre con esta institución, son apoyos discontinuos, lentos,
inseguros, inciertos. Entonces, la ley de spin off servirá si está dotada de
instrumentos para desatar capacidades que impulsen innovaciones y
emprendimientos disruptivos. Se necesita una estrategia para empujar en un
primer año máximo 10 iniciativas de este tipo, en el siguiente otro número similar,
para disponer al final del gobierno de Duque unas 20 a 30 startups disruptivas,
que se convertirán en pymes y en unos años serán grandes empresas, como son
hoy Corona, Argos, Nutresa, Alpina, entre otras. Así se ha desarrollado el
capitalismo del bien común en el mundo.
Un programa para estas spin off y start ups requieren de 120 a 150 mil millones en
4 años, lo que se roban dos congresistas de los mega carteles de la corrupción. El
retorno de esa inversión a la sociedad, a la economía y al estado, es muy alto,
porque son emprendimientos con altas tasas de crecimiento, algunas
exponenciales.
Spin off y Start ups innovadoras
Existen también, y en número mayor a las anteriores, aunque tampoco por
decenas de decenas, iniciativas muy buenas y promisorias, algunas, se me
antojan, algo tímidas, porque están muy ancladas al mercado regional, a veces ni
al nacional y menos al internacional. Si establecen en su imaginario un escenario
de mediano y largo plazo, para vender más lejos, su despegue será mejor, más
cierto y menos arriesgado. He conocido magníficas start ups de este tipo en las
cinco regiones. Con gente muy inteligente, decidida, bien formada, innovadora, y
como todo emprendedor innovador, sacrificado su bienestar inicial para cosechar
después. De esas iniciativas no hay más de 40 a 50 en Colombia. Y un programa
a 4 años, podría ser de 70 a 80 startups, para que sumadas a las disruptivas, haya
en el 2022 unas 100 startups del Futuro. Este otro programa no alcanza los
100.000 millones en 4 años. Es decir, lo que se roba cualquier Ñoño.
Las agrotech
Un sector agrícola acostumbrado a explotar el Edén, sin hacer mayor cosa que los
subsidios del estado y escapar de la tributación, por tanto, con gran déficit
tecnológico con efectos en la productividad, es otro espacio para crear empresas
agrícolas de I+D+i. Sin embargo, las empresas que quieran emigrar deben hacer
una revolución en su mentalidad. La manera cómo piensan los negocios, es
bastante rudimentaria y feudalista. Van del voz a voz, y no a los fundamentales del
conocimiento. Se habla del potencial de Colombia como una de las despensas del
mundo, y esto es un cuento. Por supuesto, hay empresas que son la excepción.
Así las cosas, las start ups agrotech debe ser otro programa comprensivo de los
ajustes estructurales que se requiere para cambiar la manera cómo funciona este
sector primario, porque está en la cultura, en las mentalidades, viven de la
contemplación, sin darse cuenta que son actividades con rendimientos
decrecientes sostenidos que conduce a la precariedad, a la quiebra, y a que llegue
el narcotráfico a comprar fincas y testaferros.
No hay mejor lavadero de activos que fincas perezosas con baja productividad. Un
programa de 100 agrotech, es posible y deseable, porque hay excelentes
empresas agrícolas que se agroindustrializaron. Además, hay empresarios
agricultores que pueden y quieren dar el salto del feudalismo a la tecnología, al
emprendimiento, a la innovación, y emigrar a industrias y servicios sin abandonar
el campo.
El problema está en las mentalidades y en el narcotráfico mientras no se legalice
el consumo, en la corrupción, en la envidia, en el odio por el odio, en abogados
corruptos amparados en leyes permisivas que les permite robarse la tierra que
nunca trabajaron, en el individualismo, en la maldad de algunos, en la traición de
los amigos, en la corrupción sin límites, hasta razones de género si el que asoma
la cabeza es una mujer. Hay un territorio que en medio de una belleza alucinante,
lo copa la maleza humana. En una cara de la moneda tiene gente buena, en la
otra, muy mala.
El camino
Empresas disruptivas e innovadoras no serán dinámicas y morirán muchas, si la
incubación está en manos de nadie, porque la aceleración sin incubación potente
es un cuento de algunos para ver como compran barato el esfuerzo de otros.
No sé si el presidente Duque, el ministro Restrepo, el director Hernández, el
consejero naranja, el super consejero Carlos Enrique Moreno, quieran pensar el
crecimiento desde la economía de la innovación, para que el conocimiento, la
creatividad, la innovación, el emprendimiento disruptivo y el innovador de alto
impacto, eleven la productividad de la economía mediante la transformación del
sistema económico. Si la productividad está al frente de las ideas y de las
políticas, la innovación y el emprendimiento estará en la cabeza de la sociedad, de
más investigadores y de más emprendedores, y al servicio del bien común.
IV

EL FUTURO MÁS ALLÁ DE DUQUE

OPORTUNIDADES, DESAFÍOS Y REFORMAS PRIORITARIAS


PARA EL DESARROLLO PRODUCTIVO Y LA TRANSFORMACIÓN
ECONÓMICA DE COLOMBIA
Respuestas a preguntas para el documento: PRODUCTION
TRANSFORMATION POLICY REVIEW (PTPR) OF COLOMBIA elaborado por el
OECD Development Centre, Paris, France.

¿Cómo evalúa el desarrollo productivo de Colombia?

Atrasado, precariamente reprimarizado, y deliberadamente desindustrializado


dado el enfoque de la apertura de la economía hace 28 años. Hoy es una
economía de franquicias, retails y con alta informalidad antes que una economía
de la innovación y de nuevas industrias y servicios de alta complejidad para un
crecimiento alto basado en la productividad y para el bien común.
¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades?

FORTALEZAS: El potencial de factores naturales (biodiversidad) y de sus


recursos humanos, su ubicación geográfica en el centro de las Américas y dos
mares.

DEBILIDADES: La cultura de corto plazo por la dependencia tecnológica, el


narcotráfico, la minería ilegal, la corrupción y la guerra. Una especie de estado
emergente fallido, porque no tiene un proyecto de nación, por tanto, sin debates
de fondo (ni académicos, políticos, empresariales y sociales) para una decisión
política que permita un salto al desarrollo a través de un proceso de
transformación productiva, social y cultural.

La falta de importancia al desarrollo de la ciencia y la tecnología, es el mayor


problema estructural, porque no hay factor endógeno para un crecimiento alto
sostenido y para la construcción de una senda por la productividad desde sus
capacidades para generar conocimiento y desarrollar la economía con base en la
I+D+i.

En este contexto de atraso, no desarrolló la industria electrónica el cual es el


mayor error estratégico que ha cometido porque es la base de la tercera y de la
cuarta revolución industrial, sin embargo, hay una base de empresas y una
abundante formación de ingenieros electrónicos que se dedican a mantenimiento y
no al desarrollo, al emprendimiento y a la creación de pymes. Es el país con
mayor asimetría comercial en este sector entre los primeros 72 países del mundo.

Los subsidios escondidos a la producción y sin contraprestación del empresario


para desarrollar la economía. Billones que nunca le llegan al estado ni a la
sociedad por más exportaciones, más innovación, nuevas empresas innovadoras
y nuevos ingresos tributarios.

La productividad no es la base de la competitividad. La competitividad primero la


productividad nunca. Un problema de sólida fundamentación teórica aplicada a las
políticas públicas, las empresas y en la formación universitaria. El orden de los
factores si altera el producto.

¿Hay países / regiones de los que Colombia pueda inspirarse / aprender?

Esto se ha intentado tanto y se ha fracasado tanto porque lo fundamental de los


procesos de desarrollo no se ha tomado en cuenta, se va a lo funcional, inmediato,
y a lo que se cree fácil de copiar. En casi todo ha fracasado por no hacer procesos
de aprendizaje: un problema cultural, mental, educativo. Colombia está a 70 años
de ser una Corea. A 25 de Brasil. A 15 de Chile. A 20 de Polonia….y así
sucesivamente.
Mi visión de casos a mirar: Brasil, Chile, y economías emergentes con población
similar. Países fuertes en commodities minero energéticos que desarrollaron sus
cadenas productivas y de innovación y que les permite dar el salto en su proceso
de reestructuración, también Vietnam, Malasia, y países desarrollados de menos
de 100 millones de habitantes, por ejemplo Alemania, porque están siempre en la
frontera del desarrollo. El problema es que todos avanzan y Colombia se rezaga.

Este asunto de sugerir experiencias es algo más complejo que hacerlo desde la
intuición o la respuesta ligera. En sí mismo, debe ser objeto de estudio, y debe ser
más importante el proceso que lo que están haciendo ahora, que es la mentira en
la que solemos caer para ver si es posible copiar y dar el salto desconociendo el
proceso evolutivo.

Respecto a regiones, si el universo de países es grande, a nivel de regiones es


mucho más y depende para qué tipo de regiones. ¿Cataluña para el Chocó?
¿Milán para Medellín? ¿Qué estado o región para Bogotá Cundinamarca? o ¿cuál
Lander para cuál región?. En el estudio que hice para el sector de la electrónica
escogí seis economías: Alemania, Corea, Polonia, Hungría, Tailandia y Brasil,
pero cualquiera de los 50 primeros exportadores de electrónica perfectamente
podrían ser analizados. Entonces, para Colombia, lo importante es que haya una
idea clara de a dónde ir, y según eso, los casos. Lo demás es especulación.

¿Qué lecciones se pueden aprender de la experiencia colombiana en


términos de desarrollo productivo?

Los casos donde la I+D+I ha tenido su oportunidad. Productos agrícolas (café,


azúcar,…) y agroindustriales (lácteos), materiales, defensa, salud. Las multilatinas,
como Argos, Organización Corona, Nutresa, o empresas como Cotecmar,…...

El papel de tu institución

¿Promueve el desarrollo de la producción como una función prioritaria de la


institución?

Estoy creando dos start ups de servicios de la economía de la innovación basadas


en tecnologías del aprendizaje y del conocimiento en torno a las industrias 4.0, las
industrias ecológicas y la I+D+i. La siguiente fase es conversar con ángeles
inversionistas de otros países y también de Colombia. Este es uno de los grandes
problemas en éste país para los emprendimientos de alto impacto en fase de
incubación y que Innpulsa y Colciencias tampoco solucionan. Colombia no tiene
un sistema de incubación, tiene instituciones de aceleración. Es decir, tiene
universidades pero no colegios. La secuencia idea - incubación - aceleración -
pyme está fragmentada y no constituye un sistema de emprendimiento. La ley de
spin off está en reglamentación. Eso muestra el nivel de atraso y el vacío
conceptual que arrastra Colombia con tecnócratas, investigadores, empresarios y
políticos. Hay excepciones pero no son la norma. Colombia no es aun un sistema
que en la práctica fluya el desarrollo.

Nombra cuatro reformas prioritarias que considera necesarias para que


Colombia fortalezca el desarrollo de la producción y aumente los beneficios
de una mayor participación en la economía regional y global.

 REFORMA DE LOS PODERES DEL ESTADO. La corrupción está


interrelacionada entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial, y de esa manera
hace imposible la construcción de instituciones y por tanto reglas de juego
claras y duraderas para un desarrollo productivo largo, duradero, innovador y
sostenible.
 REFORMA TRIBUTARIA ESTRUCTURAL DE MEDIANO PLAZO (12 AÑOS)
EN TORNO A LA POLÍTICA DE DESARROLLO PRODUCTIVO, y según
necesidades en CyT, educación, emprendimiento, infraestructura, y en
desarrollo regional para cerrar brechas interterritoriales.
 REFORMA DEL SISTEMA DE PENSIONES Y DE SALUD.
 POLITICA DE DESARROLLO REGIONAL: DE LA DESCENTRALIZACIÓN A
LA AUTONOMÍA REGIONAL. Proceso gradual según análisis multicriterios con
un enfoque que haga posible procesos de desarrollo endógeno.

La Política de Desarrollo Productivo PDP 2016-25

¿En qué aspectos el PDP 2016-25 representa una novedad?

A nivel internacional, nada. Tal vez una novedad contra la evidencia: apuestas en
la agenda regional sin apuestas en la agenda nacional. Una especie de robot sin
cabeza, porque se cree que los incentivos y los instrumentos deben ser iguales
para todos los sectores, lo cual es una deficiencia conceptual, un ataque al sentido
común y una barrera al desarrollo de sectores avanzados. Esto crea barreras a la
articulación institucional porque se tiene que poner a todos los ministerios que
tienen que ver con el desarrollo de sectores productivos y de esa manera no hay
un ministerio rector que debería ser en términos de la PDP, el de Comercio
Industria y Turismo.

A nivel de Colombia, tal vez el enfoque regional es lo novedoso, sin embargo, por
la centralización eso es más un cuento que una esperanza salvo lo que puedan
hacer las regiones más avanzadas, como el caso de Antioquia. Las RIS (regiones
de innovación estratégica, que es un modelo europeo de la política industrial
comunitaria aplicada a las regiones) sin enfoque estratégico del componente
sectorial del nivel nacional en la PDP y sin políticas de CTeI y de emprendimiento,
son una ilusión.

¿Cómo evaluaría la prioridad de la PDP 2016-25 en la agenda del gobierno


nacional? [Alta media baja]. ¿Por qué?

Baja. Poco avanzó del papel a la acción y no hubo política de CyT, ni política de
emprendimiento, ni de territorios de la innovación. P.e, los parques tecnológicos
en un terna en fase incipiente.

¿Qué habría que hacer para que la PDP tuviera éxito en 2025?

Que la lidere el presidente de la república como una prioridad del estado, y si se


revisan las estrategias sectoriales de la PDP y su relación con áreas estratégicas
de CTeI y el emprendimiento de alto impacto.

¿Cuál es el papel del Comité Técnico del PDP 2016-25? ¿Cómo evaluarías su
funcionamiento?

Sin mayor trascendencia.

¿Cuál es el nivel de participación en los procesos de consulta del sector


privado? Y de la sociedad civil?

Con sector privado si hay participación pero no novedad en los objetivos de la


participación. Con la sociedad civil, cero participación. La cuádruple hélice es pura
teoría. Si la triple hélice (TH) no es aún una cultura entre la universidad, las
empresas y el estado, con la sociedad menos, y aun peor en un país donde las
élites andan por las nubes y las mayorías en una especie de laberinto sin luz.

Nombre cuatro reformas que incluiría en la PDP para que tengan éxito en
2025.

 UNA ESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO DE SECTORES AVANZADOS:


escoger sectores con respaldos transversales, y por sus efectos aguas abajo
en el resto de la estructura productiva y en las regiones. El enfoque transversal
del componente sectorial nacional frena las apuestas productivas regionales.
 POLITICA NACIONAL DE EMPRENDIMIENTO. Convertir INNPULSA en
agencia de desarrollo.
 COLCIENCIAS en ministerio de CTeI.
 Bancoldex como banco nacional de desarrollo, lo cual implicaría cambiarle el
nombre y revisar los distintos fondos del estado.
¿Qué cambios en la economía global es más probable que afecten a
Colombia en el futuro cercano?

 Los impactos de las 4.0 y de las industrias ecológicas y su derivación en el


neoproteccionismo.
 Los TLC que firmó Colombia fueron muy mal negociados, sobre todo con los
Estados Unidos. Los negociadores dejaron escaso margen de maniobra para
desarrollar la economía colombiana. Vendieron la nación endosaron el futuro.
 La multiplicidad de economías emergentes en surgimiento que de no
implementar Colombia unas mejores y completas políticas de desarrollo, no
emergerá como una economía basada en la productividad industrial y de los
servicios, sino en el comercio de retails, en los commodities, en el narcotráfico
y en la minería ilegal.

Mencione tres factores principales externos que podrían cambiar / definir el


panorama competitivo de Colombia después de 2025.

 El surgimiento de nuevas economías emergentes de Europa y Asia que se


convertirán en adicionales competidores por efectos de su reorganización
industrial.
 Las medidas más radicales por el cambio climático.
 Las industrias 4.0 que incluye la digitalización de la economía.

Nombrar tres factores domésticos que, de materializarse, podrían remodelar


el panorama competitivo de Colombia después de 2025.

 Cimentar la paz.
 Lucha contra la corrupción.
 Lucha contra el narcotráfico y la minería ilegal.

Nombre tres industrias / actividades en las que Colombia podría ser líder
mundial para el año 2025.

Entiendo el sentido de esta pregunta y es muy pertinente en ambientes más


avanzados con ideas claras de reestructuración productiva permanente, pero en
Colombia es casi que imposible responder para encontrarle un espacio de
liderazgo mundial en siete años. Sin embargo, había espacios en:

 En materiales cerámicos relacionados con construcción. Organización Corona.


 En ciertos productos agrícolas si se modifica el enfoque de los subsidios y de
las ayudas públicas. Hay una pereza a la innovación porque todo les parece
costoso a los empresarios pues quieren ganancias inmediatas, y los procesos
de innovación son sostenidos, costosos y los réditos muy grandes a mediano
plazo.
 Ecoturismo.

Nombre cinco industrias / actividades en las cuales Colombia podría ser un


líder regional para 2025

 Defensa, incluida la naval.


 Salud.
 Industrias creativas.
 En algunos campos de las 4.0 y en lo que se llaman servicios de la industria
electrónica, que los prestan pymes y grandes empresas industriales.
 Energías alternativas si se pone a Ecopetrol como empresas ancla nacional, ya
que se regaló Isagen que era la llamada a hacer esa tarea.

¿Hay industrias / actividades comerciales en riesgo de desaparecer /


transformarse radicalmente para 2025?

 Automotriz: desaparecer.
 Textiles, confecciones, manufacturas de cuero, muebles: desaparecer.
 Plásticos

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades actuales para liderar en estas


áreas?

 Fortalezas en la primera. Hay capacidades de ingeniería y de I+D+i pero no


hay una política para desarrollar una industria de la movilidad de personas y de
carga multimodal. Se podrían ir Renault y la Chevrolet. No son plantas de
última generación ni grandes exportadoras. Ya se fue la Mazda.
 En las otras, el diseño.
 Hay un buen desarrollo para emigrar a materiales ecológicamente más
avanzados.

¿Existe algún espacio / cuerpo formal para discutir temas de importancia


estratégica futura para Colombia? ¿Están estos espacios conectados con la
elaboración de la estrategia nacional?

Los espacios para los grandes debates del desarrollo se acabaron hace años. No
hay ese espacio estratégico en las universidades, en los gremios y en el estado.
Hay foros importantes como los del Consejo Privado de Competitividad, cada año.
Y otros seminarios de un día con gurús que no dicen nada nuevo. No hay interés
para un proceso de construcción crítica de la sociedad y del estado, y de sus
transformaciones. Y eso es muy grave porque no se construye una potente
capacidad intelectual y de conocimiento. Lo grave, es que Colombia tiene un
enorme potencial humano, pero está deformado en su formación.

Mencione tres reformas clave de política que considera esenciales para que
Colombia compita en la economía global en el futuro.

Poner en marcha las reformas del campo del acuerdo de paz con las FARC.

Política monetaria. Es una moneda muy devaluada cualquiera sea la franja. Ni


sirve para competir de manera extendida en el tiempo y menos para la
productividad.

Política de desarrollo productivo funcional a la cuarta revolución industrial y a las


industrias ecológicas, a la I+D+i y al emprendimiento.

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