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LOS CAMBIOS DE LAS PALABRAS A TRAVÉS DEL TIEMPO

La lengua no es algo fijo e inmutable, las palabras cambian con el paso del tiempo.
La evolución del subsistema lexical-semántico, es tan brusca, los cambios ocurren
con tanta velocidad, que a veces no puede encontrarse de forma inmediata la causa
que la originó. Se ha dicho que de todos los elementos lingüísticos apresados en el
flujo del lenguaje, el significado es probablemente el menos resistente al cambio.
Son varios los factores y causas que inciden en ello. Hasta la década del treinta en
el siglo XX, el cambio de significado fue el centro de la atención de los primeros
semánticos, como Bréal (fundador de la semántica moderna), y su precursor Reisig.
Se trataba entonces de clasificar los cambios semánticos y descubrir las leyes
semánticas. Ambos intentos fueron muy ambiciosos, pero no arribaron a resultados
satisfactorios, aunque sirvieron de base a estudios posteriores sobre el tema.
Durante treinta años más siguieron haciéndose investigaciones sobre el subsistema
lexical-semántico, pero ya el interés de la mayoría de los lingüistas estuvo centrado
en torno a problemas descriptivos y estructurales, mientras que el cambio de
significado pasó a ocupar un segundo plano. A pesar de esto, ha habido valiosos
aportes en el campo de los cambios semánticos.

La lengua se trasmite de una manera discontinua, de una generación a otra


frecuentemente los niños entienden mal el significado de las palabras y en la
mayoría de los casos estos errores son corregidos a tiempo, pero, si por alguna
razón esto no sucede, se producirá un cambio semántico en el uso de esa
generación. La vaguedad en el significado esta fuente de cambios semánticos está
dada por la naturaleza genérica de las palabras, la multiplicidad de sus aspectos, la
falta de familiaridad y la ausencia de fronteras bien deslindadas. La pérdida de la
motivación si una palabra no se desvincula de su raíz ni de otros miembros de la
misma familia, mantendrá hasta cierto punto su significado, pero, si por alguna
razón esto no ocurre, el significado puede cambiar libremente y apartarse, por tanto,
de sus orígenes. La existencia de la polisemia: una palabra puede tener uno o
varios sentidos nuevos sin cambiar su significación inicial. Algunos de estos nuevos
sentidos pueden tener corta vida al ser usados por un individuo en un solo contexto,
pero otros pasarán a la lengua y serán perdurables, dando lugar a una de las formas
de polisemia (especialización), expresiones figuradas. Muchos cambios semánticos
surgen en contextos ambiguos una palabra aislada puede tomarse en dos sentidos
distintos, mientras que la significación del contexto permanece inalterable. La
estructura del vocabulario este es quizás el más importante de los factores que rigen
el cambio semántico. El sistema fonológico y gramatical de una lengua está
constituido por elementos limitados y estrechamente relacionados entre sí. En
cambio, el vocabulario, al estar integrado por un número mayor de unidades, resulta
mucho más fluido y móvil. El vocabulario de una lengua es una estructura inestable
en la que las palabras individuales pueden adquirir y perder significados con la
máxima facilidad. pueden adquirir y perder significados con la máxima facilidad.
Algunos cambios semánticos son debidos a asociaciones que las palabras contraen
en el habla. La colocación habitual puede afectar permanentemente el significado
de los términos en cuestión; por “contagio”, el sentido de una palabra puede ser
transferido a otra sencillamente porque aparecen juntas en muchos contextos.

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