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EL REGENERACIONISMO
Tras la muerte de Alfonso XII (1885), su esposa Mª Cristina de Habsburgo asumió la regencia (1885-1902).
Con el fin de garantizar la estabilidad del régimen durante la regencia, ante el temor de que los
grupos políticos y sociales marginados por el sistema iniciasen una revuelta ( republicanos, nacionalistas,
anarquistas y socialistas). Cánovas y Sagasta firman el Pacto del Pardo, comprometiéndose a
apoyar la regencia, facilitar el relevo en el gobierno, y a no echar abajo la legislación anteriormente
aprobada.
Durante este periodo se consolidó el sistema canovista (Ambos cumplieron y facilitaron el turno de
partidos), Mª Cristina respetó las decisiones de los gobiernos, aunque aumentó lo corrupción política y
falseamiento electoral (sistema caciquista).
Mª Cristina entregó el poder al Partido Liberal de Sagasta. Este practicó una política aperturista
gracias a una legislación avanzada
aprobó el Código de Comercio
Ley de Asociaciones
Código Civil
sufragio universal masculino
restableció los juicios con jurado y
abolió de manera efectiva la esclavitud en Cuba pero no aceptó su autonomía ,
Sin embargo la práctica del caciquismo y la corrupción siguió presente en la vida política española y
la oposición al sistema se hizo patente por parte de los partidos nacionalistas, y organizaciones
obreras.
En la década de los 90 La Regencia tuvo que afrontar la primera gran crisis del sistema: la crisis del
98, que se identificó con las guerras de independencia de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y
Filipinas) y que supuso no solo la pérdida de éstas sino la primera crítica seria del sistema por parte
de políticos e intelectuales.
la Guerra independentista se endureció con José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. Se reinicia
el conflicto cubano en 1895, en Baire, conocido como el grito de Baire, bajo el liderazgo de José
Martí. Ante esta situación el general Martínez Campos optó por el diálogo, pero el general Weyler fue
partidario de la represión. Las tropas españolas no lograron derrotar a los insurrectos cubanos. Tras el
asesinato de Cánovas en 1897, Sagasta inició una estrategia de conciliación, pero las medidas llegaron
demasiado tarde. El independentismo se fragua con la formación de la Liga Filipina, que exigía la
expulsión de los españoles, y la confiscación de sus latifundios. La insurrección se inició en 1896 y en
1897, el nuevo gobierno liberal nombra capitán general a Francisco Primo de Rivera, quién consiguió
una pacificación temporal del archipiélago. Pero la insurrección cubana presentó una ocasión a EEUU
para intervenir en el territorio, por lo que envió armas a los independentistas cubanos.
Esta humillante derrota provocó una conmoción moral colectiva, lo que se conoce como crisis de
1898, mostrando un imperio derrotado y un país en crisis.