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UNIVERSIDAD HISPANOAMERICANA

(UHISPAM)

Facultad De Ciencias Económicas


Prácticas Contables

Tema:

Profesor: Marlon Campos

Nombres:
Ligia Elena Hernández Cortez………CONTABILIDAD
María José Martínez Carvajal………CONTABILIDAD

Sábado
CONCEPTO GENERAL DE DERECHO AGRARIO
El derecho está formado por los postulados de justicia que constituyen el orden
normativo e institucional de una sociedad. Se trata del conjunto de normas que
permiten resolver los conflictos sociales. Lo agrario, por otra parte, está vinculado a
la agricultura, o sea los trabajos relacionados con el tratamiento del suelo, la
plantación de vegetales y la transformación del medio ambiente para la satisfacción
de las necesidades del ser humano.
El Derecho Agrario, por lo tanto, es el conjunto de normas que regulan el ejercicio de
las actividades agrarias, así como las actividades que les son directamente
complementarias, con miras a obtener en el campo la más racional producción y el
más alto grado posible de justicia social.
En otras palabras, el derecho agrario es una rama del derecho que incluye las normas
reguladoras de las relaciones jurídicas relacionadas a la agricultura. Esto supone que,
en sus formas más básicas, los orígenes del derecho agrario se remontan mucho
tiempo atrás.

IMPORTANCIA DEL DERECHO AGRARIO EN NICARAGUA


Son muchos los ángulos bajo los cuales se puede analizar la importancia del Derecho
Agrario. Diversos organismos internacionales han dedicado recursos en demanda de
una adecuada atención jurídica a los aspectos vinculados con los problemas agrarios,
por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), priorizar la atención a la producción agrícola, debido a que la
crisis alimentaría constituye una amenaza para el desarrollo de los pueblos e incluso
para su supervivencia. Existe también una urgente necesidad de definir un marco
jurídico que regule el empleo de los agroquímicos y el manejo de los recursos
naturales y del ambiente.
La crisis alimentaría mundial ha provocado cambios radicales en las políticas de los
organismos financieros internacionales, regionales y nacionales los cuales destinan
actualmente una buena parte de su surgen entre las partes con consecuencia en el
Derecho Penal y aún más con consecuencia negativas en la estabilidad política.
El Instituto Latinoamericano de la Naciones Unidas para la Prevención del Delito
(ILANUD), reconociendo este fenómeno ha colaborado con la Organización de los
Abogados Agrarista para la realización de investigaciones que combinada con
decisiones políticas, permitan que los países Latinoamericano, cuyas economías
están basada en la producción agropecuaria, logren estabilidad política-social,
mediante la prevención de los posibles conflictos agrarios porque estos son actos y
causas directa de los estallidos sociales, se ha demostrado históricamente que los
conflictos agrarios han provocado cambios de gobiernos y de sistemas de gobiernos
e incluso cambios revolucionario, aunque muchos de ellos hayan sido abortados en
diferentes etapas de su desarrollo.
Es obvio la relación directa entre el problema agrario y el accionar sociopolítico y su
correspondiente acción. Como ejemplo de este fenómeno se puede observar que los
países Latinoamericano en la que se puso en marcha un proceso de Reforma Agraria
(Guatemala, Juan José Arévalo 1945 y Juan Jacobo Arbez, 1951; Bolivia, Paz
Estenzzoro, 1952) fueron calificados por los Estados Unidos de Norteamérica de
subversivos, desarrollando en contra de ellos una campaña de desprestigio
internacional y una campaña a lo interno que provocó el derrocamiento de esos
gobiernos y con ellos se puso fin al proceso agrarista de los mismos.
Sin embargo, la Revolución Cubana (1959) provocó cambios irreversibles en el
aspecto agrario de ese país, incidiendo a nivel internacional de tal forma que los
Estados Unidos orientó a través de la Carta de Punta del Este (Uruguay, 1961), la
necesidad que todos los gobiernos Latinoamericano elaboraran sus respectivas Leyes
de Reforma Agraria para mediatizar cualquier otro movimiento revolucionario que
tuviera como base social al campesinado.
En Nicaragua con el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro se produce un
fenómeno que refleja la relación entre la cuestión agraria (legislativo agrario) con la
paz social, como resultado de las medidas de carácter jurídico que tienen como
objetivo desmontar los principales logros que los sectores desprotegido habían
conquistado durante el período revolucionario.
Toda esta situación genera inseguridad jurídica para los miles de campesinos
organizados en cooperativas y trabajadores agrícolas que adquirieron bienes a partir
de las confiscaciones y expropiaciones, sujeta a un proceso de revisión a pesar que
se le transfirió el dominio, con lo cual esa propiedad está protegida no sólo por las
leyes agrarias sino por el Código Civil, por lo tanto los decretos mencionado atentan
contra la legalidad existente y además constituyen un factor de inestabilidad social,
político y económico. A pesar de su importancia el Derecho Agrario es un Derecho
nuevo, sin embargo, constituye una de las ramas más vigorosas en el ordenamiento
jurídico del mundo. Por ser un Derecho nuevo, es un Derecho en formación por tanto
cualquier planteamiento no pretende ser definitivo.

Según diferentes informes oficiales y privados relacionados con el crecimiento


económico que Nicaragua ha experimentado en los últimos años y particularmente
el recién pasado 2017, la actividad agraria ha sido el principal motor de dicho
crecimiento, gracias al noble y eficiente trabajo desarrollado por los productores y
productoras (pequeños, medianos o grandes); gracias al noble y nunca bien
remunerado esfuerzo del sector de trabajadores y trabajadoras del campo
(campesinos y obreros); gracias al excelente trabajo desarrollado por los gremios
mediante organizaciones como Upanic, que merece uno o muchos artículos
periodísticos, por Unag y otras organizaciones gremiales, quienes han hecho posible
garantizar nuestro alimento y demás productos de consumo, obtenidos mediante la
incidencia sobre el ciclo biológico de vegetales y animales, aprovechando las fuerzas
de los recursos naturales, obteniendo bienes tal como se producen en la naturaleza
o bien sometiéndolos a una o múltiples transformaciones, impactando e
n el mercado, tanto para el consumo interno como para la exportación, consiguiendo
divisas limpias para impulsar año con año nuestro desarrollo y crecimiento
económico.

Esta gigantesca tarea conlleva múltiples relaciones jurídicas en donde encontramos


un gran déficit de atención por parte de las instituciones encargadas de preparar al
recurso humano, es decir, abogados especialistas en derecho agrario que atiendan
adecuada y eficientemente las necesidades del sector agrario que está haciendo lo
suyo, pero cuyo asesor para los asuntos de relevancia jurídica, no está actualizado en
el desarrollo y crecimiento que ha experimentado el derecho agrario en consonancia
con la fuerte dinámica que conlleva objetivamente la actividad agraria.

Existen universidades que nunca han tenido en su pénsum de estudios ni un


componente educativo de derecho agrario o bien lo han suprimido, cuestión que
evidencia la ignorancia de sus graduados sobre el tema, que les obliga a ser
autodidactas o a correr buscando información en el momento que se le presenta un
caso a riesgo de perjudicar los intereses del usuario o a cometer más errores de lo
normal. Otras universidades lo incluyen restringiéndolo al tema de reforma agraria,
el cual es un componente importante pero parcial del estudio jurídico agrario.
Algunas lo han fusionado con derecho ambiental, derecho cooperativo o con
cualquier otra a la que le encuentren alguna afinidad, cuestión que evidencia la
somera información con la que egresan sus graduados en ambas materias o
componentes educativos fusionados y a riesgo de crear confusiones en su
identificación objetiva con los consecuentes efectos negativos.

Existen honrosas excepciones que teniendo derecho agrario ofrecen un contenido


relativamente aceptable, aunque no se conoce si en sus procesos de autoevaluación
han identificado las necesidades de actualización de sus docentes o del contenido
programático establecido, o al menos haber puesto en práctica las investigaciones
suficientes que permitan determinar la pertinencia del mismo como uno de los
elementos de la excelencia.

Nuestras universidades tienen un excelente personal en el campo de la


administración educativa y de especialistas en planificación educativa, elaboración,
diseño de pénsum académico con métodos científicos que les permiten vincular las
necesidades socioeconómicas, jurídicamente relevantes del país, con su oferta
educativa para determinar qué debe conocer, saber, saber hacer y saber crear al
futuro profesional con un enfoque de derechos humanos y en concordancia con la
vertiginosa evolución del derecho agrario contemporáneo, procurando la
dosificación temática en correspondencia con las necesidades de la empresa agraria,
de los sujetos agrarios y de los consumidores. Posiblemente nuestras instituciones de
educación superior están en vías de incorporar el componente de derecho agrario
con todos sus institutos, siendo imprescindible asociar las políticas agrícolas con la
planificación universitaria.

Basta revisar brevemente dos ejemplos, La Política Agrícola Europea parte de la


aceptación de que los agricultores europeos desempeñan un trabajo fundamental en
la economía y en la sociedad por garantizar el alimento seguro y saludable de más de
500 millones de ciudadanos de la Unión Europea a precios susceptibles de ser
adquiridos por todos, por lo cual se ha constituido en una política común (PAC),
absorbiendo el 40% del presupuesto de la UE siendo una de las pocas actividades
productivas financiadas por la UE y las universidades ofrecen especialidades,
maestrías y doctorados en Derecho Agrario. Nuestra vecina del sur exige por ley que
los jueces y magistrados con competencia agraria sean especialistas en Derecho
Agrario y por supuesto las universidades ofrecen tal especialidad.

En Nicaragua que basa su desarrollo económico fundamentalmente en la actividad


agraria se hace necesario y urgente proceder a corregir el déficit en la oferta
universitaria que permita a los profesionales del Derecho atender tales necesidades.
Las transformaciones universitarias necesarias están en buenas manos.

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