Você está na página 1de 2

EL DESCENSO DE CRISTO A LOS INFIERNOS Y LOS PASAJES PETRINOS USADOS

COMO SOPORTE

Uno de los problemas principales que se encuentra al tratar de responder si los pasajes de I
Pedro 3:19 y 4:6 hablan del descenso de Cristo a los infiernos es el de la tendencia a unir ambos
pasajes como si ambos nos hablaran de un mismo acontecimiento. Es de allí que de 4:6 se toma el
aspecto positivo de la predicación, mientras que de I Pedro 3:9 se toma el recipiente de dicha
predicación, que son los espíritus encarcelados de que allí se habla. Una vez hecho esto, surge el
problema de afirmarse una segunda oportunidad a aquellos que ya han muerto, algo que la Biblia
expresamente condena en Hebreos 9:26–27.

Una de las razones para considerar a los dos pasajes de Pedro como hablando de algo distinto
es que en un caso se trata de Cristo proclamando (kerysso), y en el otro se trata de gente a quien se le
ha predicado el evangelio (evaggelizo). Esa diferencia es significativa si consideramos que el primer
verbo carece de objeto directo, por lo que no queda claro qué es lo que se ha predicado: el juicio, la
victoria, las buenas nuevas, etc. En el caso del segundo verbo, sí se nos dice que lo que se predica son
las buenas nuevas, pero no se menciona el sujeto de la acción. En este caso, comenzaremos con I
Pedro 4:6 que parece ser el de mayor facilidad de explicación.

Interpretación de I Pedro 4:6

Por el contexto nos damos cuenta que Pedro trata de explicar la situación de sufrimiento que
los hermanos han venido padeciendo. En ese sentido, Pedro afirma que los creyentes han sido
ultrajados porque el veredicto humano hacia ellos no ha sido el correcto, de allí la persecución. Sin
embargo, esos mismos que los persiguen, e incluso los han llevado a la muerte, han de dar cuentas a
aquel que está preparado para juzgarlos vivos o muertos.

Es allí donde se ve la diferencia entre ambos grupos de personas. Mientras los incrédulos están
reservados para el juicio divino, en donde seguramente serán encontrados culpables, los cristianos
que han sido encontrados culpables mediante criterios humanos (según la carne), vivirán según
Dios, en espíritu. Esta última frase denota, vivir en un modo espiritual de existencia, o como Pablo lo
dice, «en el espíritu», aquellos de quienes el Espíritu vivificará sus cuerpos mortales. Es obvio que
estas personas estaban vivas cuando se les predicó el evangelio, de allí el tiempo pasado que se usa
para hablar de esta predicación: «ha sido predicado», un aoristo que denota acción completada en el
pasado.

Interpretación de I Pedro 3:19

Éste es el pasaje que más confusión ha causado, porque menciona directamente a Cristo como
el sujeto que proclama algo a los espíritus encarcelados. Varias interpretaciones se han dado acerca
de esto.

1. Calvino en su comentario de I de Pedro afirma que se refiere a las almas de los fieles del
Antiguo Testamento, y la prisión es simplemente un lugar en donde estas almas esperaban a
Cristo, quien había de proclamarles la redención. Sin embargo, esta interpretación tiene el
problema de ver el encarcelamiento en un sentido positivo, mientras que el pasaje habla de
espíritus encarcelados de aquellos que desobedecieron al tiempo del diluvio. Una
interpretación muy parecida es la de la iglesia católica que habla de un limbo de los padres,
en el cual descansaban las almas de los santos del Antiguo Testamento.

2. De acuerdo a Cranfield, se trata de los espíritus de aquellos que desobedecieron durante el


tiempo de Noé, y quienes escucharon el evangelio proclamado por Cristo entre su muerte y
su resurrección. El problema existe que la proclamación se ve como casi una segunda
oportunidad a los muertos, pues de otra manera no tendría objeto tal predicación.

3. Algunos ofrecen una variante de la anterior, afirmando que se trata de la predicación a esos
espíritus que ahora se encuentran encarcelados pero mientras aún estaban en vida antes del
diluvio. Esta interpretación es muy común entre los protestantes, pero no explica el hecho de
que la proclamación de Cristo se presenta en el pasaje siguiendo a su muerte histórica.

4. Los espíritus son los ángeles caídos de Génesis 6:1ss., quienes escuchan el mensaje de juicio
de Cristo al momento de su muerte y antes de la resurrección. El problema es que no estamos
seguros siquiera que en Génesis se trate de ángeles. Sin embargo, acepta al menos que la
proclamación es de juicio y que ocurre entre la muerte y resurrección de Cristo.

5. Una interpretación parecida es la que cree que los espíritus eran demonios descendientes de
los ángeles de Gén 6, quienes se refugiaron en la tierra y la proclamación ocurre después de
la resurrección, momento en que Cristo invade su refugio. Como una alternativa, es posible
que la proclamación sea después de la resurrección de Cristo, pero que los espíritus
encarcelados, son de seres humanos que vivieron durante el tiempo de Noé.

Para entender este versículo tenemos que entender el versículo anterior. Allí se nos dice que
Cristo fue «muerto en la carne, pero vivificado en espíritu». La antítesis carne–espíritu no se refiere
a dos partes de Cristo, es decir, su cuerpo y su alma. «Carne» se refiere aquí a la esfera de la vida
humana de Cristo, mientras que «espíritu» se refiere a la esfera de la vida del Cristo resucitado. Esto
puede verse también en Rom. 1:3–4 y I Tim. 3:16.

Una vez que se interpretan estas palabras en ese sentido, el relativo que aparece en el siguiente
versículo (en w/) debe entenderse como un dativo de referencia, al igual que el dativo del versículo
18. En otras palabras, cualquiera que haya sido la proclamación del Señor, tiene que haber sido de
parte del Cristo resucitado.

El problema subsiste de saber a quienes predicó el Señor. Los «espíritus encarcelados» se han
entendido de las almas de los hombres, de los ángeles caídos, o de ambos. De acuerdo a la Septuaginta
en Gen 6:1 se habla de ángeles, mientras que en los manuscritos del Mar Muerto se habla de hijos de
Dios tal y como en el texto masorético. Sin embargo, independientemente de quienes se trate, Cristo
en su estado resucitado va y predica a estos seres. Para quienes objetan que esto entonces sería en su
ascensión, el verbo «ir» que se utiliza en 3:19, se vuelve a usar en el v. 22 para hablar de su ascensión.
Es claro que no se trata de un anuncio de buenas nuevas, y su anuncio puede ser de victoria (versión
popular), o de juicio como otros sostienen.

Você também pode gostar