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En los años 80 nació en Italia el movimiento Slow Food que, en contra de la cultura Fast Food,
promueve el disfrute de productos regionales y comidas tradicionales, con ingredientes cultivados de
forma respetuosa. Esta filosofía se extendió a distintos sectores, creándose el Movimiento Slow que
inevitablemente llega al diseño.
El Slow Design es una filosofía que apunta a hacer las cosas en el momento adecuado y a la
velocidad adecuada reflexionando sobre las acciones. Traducir literalmente Diseño Slow, como
“Diseño Lento” es muy simplista. El término se refiere más bien a pensar antes de actuar, a
reflexionar sobre las consecuencias e impactos e incluso sobre cómo y por qué consumimos
determinados productos. No se refiere tampoco a un resurgir de la artesanía (incluso los proyectos
con mayor tecnología se pueden hacer según la filosofia slow) se trata de hacer las cosas a
conciencia teniendo en cuenta el entorno y el tiempo como variables importantes:
• Procesos de diseño con mayor tiempo para investigar, contemplar, ensayar el impacto del
producto sobre la vida real y ajustarlo a la tarea para la que ha sido creado.
• Diseño para la fabricación de productos a partir de materiales locales o regionales, o diseño
que se apoya en industrias, talleres y artesanos locales.
• Diseño que tenga en cuenta la cultura local/regional.
• Estudio de los ciclos naturales y su posterior incorporación a los procesos de diseño y
facturación de un producto.
• Diseño que se centra en ciclos largos y estables, tales como el comportamiento humano y
la sostenibilidad.
La diferencia con otras filosofías sustentables (preocupación por el medio ambiente, por el estímulo
de la producción local, la economía, cooperación, potencial colaborativo…) es que fomenta la
calidad de vida impactando positivamente en la forma en que las personas se relacionan con el
tiempo, con la creación y consumo de productos y con la naturaleza.
Se considera al diseñador, escritor y activista inglés Alastair Fuad-Luke el autor, en 2002, del Slow
Design que lo concibe como una forma de que el diseño se centre en el bienestar de las personas y
en el respeto al entorno natural. Lo define, asimismo, como una alternativa a nuestra percepción
consumista y materialista del mundo, y considera que los diseñadores necesitan encontrar una
nueva manera de diseñar que apoye esa alternativa. Para ello, han de revisar las necesidades
reales de las personas y del medio ambiente.
"El principio filosófico guía de Diseño Slow es reubicar el enfoque del diseño en la trinidad del
bienestar individual, socio-cultural y ambiental" (Alastair Fuad-Luke)
• Principio 1: Revelar
Diseños basados en experiencias en la vida cotidiana que a menudo se pierden u olvidan.
• Principio 2: Ampliar
El diseño lento considera las "expresiones" reales y potenciales de los artefactos y entornos más
allá de sus funcionalidades percibidas, atributos físicos y vidas útiles.
• Principio 3: Reflexionar
Los artefactos / entornos / experiencias de diseño lento inducen la contemplación y lo que slowLab
ha acuñado como "consumo reflexivo".
• Principio 4: Compartir
Los procesos de diseño son de código abierto y colaborativos, confiando en el intercambio, la
cooperación y la transparencia de la información para que los diseños puedan continuar
evolucionando hacia el futuro.
• Principio 5: Participar
Alienta a los usuarios a participar activamente en el proceso de diseño, abrazando ideas de
convivencia e intercambio para fomentar la responsabilidad social y mejorar las comunidades.
• Principio 6: Evolucionar
Reconoce que las experiencias más ricas pueden surgir de la maduración dinamica de artefactos,
ambientes y sistemas a lo largo del tiempo. Mirando más allá de las necesidades y circunstancias
actuales, los diseños lentos son agentes de cambio (de comportamiento).
Edible Estates, 2005, Fritz Haeg
El proyecto consiste en la sustitución del césped decorativo y estéril (tanto parcelas privadas como
lugares no utilizados) por un paisaje comestible doméstico compuesto de vegetales, frutas, granos,
o cualquier otra planta que sea comestible.
Con este gesto de redefinir las zonas verdes privadas, el proyecto Edible Estates invita a
reconsiderar las relaciones con los vecinos, nuestras fuentes de alimentos y las conexiones con el
entorno natural. Además del beneficio inmediato para los participantes, este sistema funciona como
herramienta de cambio para reorganizar los vecindarios, instigar nuevas relaciones con la
comunidad y revivir los bienes sociales. La administración comunitaria del proyecto determinará su
evolución a lo largo del tiempo. Estos jardines simples y de bajo coste están destinados a inspirar a
otros, demostrando lo que es posible para cualquier persona con la voluntad de cultivar alimentos y
algunas tierras no utilizadas.
Se han establecido en ciudades de todo el mundo y cada uno de ellos es muy diferente, diseñado
para responder a las características únicas del lugar, las necesidades y deseos del propietario, la
comunidad y su historia, y el clima y la geografía locales.
El césped es un icono. Reemplazarlo cuestiona los valores que simboliza y podría iniciar una
reacción que cuestione otras convenciones anticuadas. La reconsideración del uso de las zonas
privadas es un prometedor y potente inicio de cambio que cualquiera puede hacer, una familia, una
persona,… que es visible, puede propagarse, hacerse viral.
La finca comestible asume los problemas de la producción global de alimentos, nuestra relación con
nuestros vecinos y nuestra conexión con el entorno natural. Varias ciudades han invertido en la
agricultura urbana, alentando que se extienda un modelo sin fines de lucro además el césped es
esencialmente un exterminio ecológico. Todo menos las hojas de hierba deben morir para tener una
alfombra verde. El césped es tóxico, inútil y contaminante que hay que regar, cortar y verter
pesticidas individualmente. Mantener una huerta salvaje y productiva es más divertido y ese es el
mejor punto de entrada a grandes cambios culturales. Pero lo más interesante es la idea de redefinir
el paisaje convencional y reemplazarlo con jardines casuales, salvajes y hechos a mano que
proponen un conjunto alternativo de valores que son más evolucionados, civilizados, sanos,
participativos.
Cumple el proposito de Slow Design dado que es un proyecto que se centra en el bienestar de las
personas y en el respeto al entorno natural y una alternativa a nuestra percepción consumista y
materialista del mundo.
Con el proyecto Broken White, Heijdens creó platos de cerámica inicialmente blanca y sin
decoración que a través del uso normal revelan pequeñas líneas de grietas debajo de la superficie
de la cerámica que comienzan a formar lentamente una decoración floral que crece, como lo haría
una flor real.
El diseñador Simon Heijdens cree que el diseño debería, como la naturaleza, relacionarse con el
tiempo en un proceso interminable. La relación entre nosotros y los objetos que nos rodean en la
vida cotidiana podría ser más interesante si fueran menos estáticos y más abiertos a los factores
específicos del entorno personal. Los diferentes estados de adorno en cada plato o taza reflejan
directamente la relación con su propietario, evolucionan con el tiempo para revelar rastros visibles
de su relación con las personas que los usan, de modo que sus favoritos tienen la mayor riqueza de
decoración, mientras que otros pueden permanecer bastante simples.
Actualmente los productos se diseñan a propósito para ser reemplazados regularmente, debido a su
durabilidad limitada o a la obsolescencia (tanto programada como psicológica de la actualización).
Hay poca consideración por las necesidades a largo plazo de los usuarios y aún menos por la
sostenibilidad ecológica. Los productos de mayor duración son mejores para los usuarios y para el
medio ambiente por lo que es necesario un cambio de mentalidad, en el que los diseñadores deben
hacer que algo sea útil y deseable, tanto hoy como en el futuro.
Slow Design en Broken White:
El Diseño Slow tiene que ver con el tiempo, el bienestar, la reflexión,... se refiere a pensar antes de
actuar, a reflexionar sobre cómo consumimos y porqué de esta forma. Este es un buen ejemplo de
Slow Design basado en la longevidad, un elogio a lo usado, una alternativa al proceso consumista y
materialista que incorpora el tiempo y el desgaste como elementos del diseño. Intencionalmente
planeado el uso en cada pieza, consigue que acabe siendo única, en un proceso inacabado, durante
el tiempo que esté en la vida del usuario. Al final contará y mostrará una historia en evolución y será
más valiosa y con un significado más intenso. En el proceso de diseño incluye al usuario dado que
el desarrollo depende del uso. Este desarrollo individual de la pieza, mediante la huella de uso, crea
una vinculación con el objeto lo que pudiera producir un cambio de comportamiento sobre el
desenfrenado consumo de objetos. Se trata de valorar el material, el tiempo, los materiales, la
contemplación, el sosiego, frente al irreflexivo modo actual. La calidad frente a la cantidad, la
reflexión frente a la acción, tanto en el objeto como, del mismo modo, en el bienestar.