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MÉTRICA LATINA

La métrica latina es una métrica cuantitativa, al contrario de la nuestra, que es acentual. La métrica latina se
basa en la cantidad silábica.

La métrica sirve para comprender los esquemas rítmicos de la poesía latina, ya que muchos de los rasgos
lingüísticos de la poética latina son por metri causa –necesidad métrica–.

La métrica está estrechamente vinculada a los géneros literarios, porque estos se definen por el metro
empleado. La épica emplea el hexámetro dactílico; la elegía y epigrama, el dístico elegiaco; la comedia, el
yambo…

También por la métrica se explican los plurales poéticos (ej.: gaudia en lugar de gaudium). Hay otros usos más
curiosos de la lengua latina. Uno propio de la métrica latina –hexámetro y dístico elegíaco– es el uso del
perfecto en lugar del infinitivo de presente (cōntĭnŭis̄ sĕ en lugar de cōntĭnērĕ).

También sirve la métrica para la crítica textual.

Prosodia
El ritmo de la métrica antigua se basa en la cantidad silábica. Por ello, debemos distinguir entre cantidad
vocálica y silábica, teniendo en cuenta que a veces ambas coinciden.

Las cinco vocales del latín pueden ser largas o breves. Por ejemplo, vĕnit presente/ vēnit perfecto: vocálica.
En facio, fēci, făctum, en făctum la <a> es breve, pero por su posición es larga, ya que una sílaba cerrada es
larga, sea cual sea su núcleo vocálico. Una sílaba cerrada es aquella que acaba en consonante. En ĕt tu, et tiene
vocal breve, pero la sílaba es cerrada, mientras que en et eo, sería abierta.

La cantidad de la sílaba depende de su configuración.

Una vocal larga de por sí se llama longa natura, pero la que se alarga por su posición se le llama longa positione.
Para saber si una sílaba es abierta o cerrada, debemos conocer las reglas de silabización, que son similares a
las nuestras. Ahora bien, hay casos problemáticos: el grupo muta cum liquida (oclusiva+líquida) y f cum liquida
(f+r, f+l). En principio, el grupo muta cum liquida es un grupo tautosilábico1 que no puede escindirse, es decir,
que la silabización de una palabra como pătrem era pă-trem, a diferencia de lo que sucede con otros grupos,
como, por ejemplo, ac-tum (actum).

De modo que en un principio, puesto que la cantidad vocálica de esa <a> de păter es breve, la sílaba seguía
siendo breve. Pero a partir de Ennio, que es el introductor del hexámetro en la métrica latina, y de época
clásica, se introduce la licencia de que el grupo muta cum liquida puede hacer posición y, por tanto, escindirse,
lo que daría lugar a una silabización distinta que implica que la primera sílaba sea cerrada y, por ello, larga
(pat-rem).

En el encuentro de dos vocales, una a final de palabra y otra al principio de la siguiente, al no ser que haya
hiato, que es poco frecuente, se produce una sinalefa o elisión (classique immitit > -quei-). La <h> no impedía

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LINGÜÍSTICA Se refiere al grupo vocálico o consonántico que se encuentra en una sola sílaba.
la sinalefa. Toda vocal en silaba final cerrada por consonante distinta de <s> es breve, excepto algunos
monosílabos.

Hay palabras donde el grupo muta cum liquida aparece escindido porque en esas palabras el grupo se forma
por una composición (ob-loquorm ab-ripio, ab-lativus…) y por ello sí hacen posición. Tampoco se escindía la
vocal seguida de una palabra comenzada por silbante, pero en época clásica sí se separan (nū llă spĕs).
Con respecto a la [h], no cuenta a efectos prosódicos y no impide la sinalefa.
En cuanto a la [i] y la [u], unas veces son vocálicas y otras consonánticas. El dígrafo [qu] no se escinde jamás.
Cesuras
Algunos le llaman ‘cortes’ en lugar de ‘cesuras’. Dentro de un verso encontramos una o más cesuras. Una
cesura es un lugar del verso en el que, por convención, suele haber separación de palabras, es decir, es un
final de palabra que se presenta regularmente en una determinada sede del verso. En los hexámetros hay
determinados lugares en el que suele haber, de manera regular, final de palabra, lo que no es casualidad.

Hay que tener en cuenta que la cesura no comporta necesariamente una pausa, aunque a veces hay
coincidencia con las pausas. Las cesuras las marcaremos mediante una doble raya inclinada (‖).

Punto de referencia destinado a guiar al recitador y al auditorio en una serie métrica demasiado extensa para
ser entendida en bloque. La cesura no comporta una pausa, sino que es un lugar rítmico de particular relieve,
un punto de referencia para el oído. Las cesuras existen por una convención que dice que en determinados
lugares del verso tiene que haber fin de palabra.
Esos finales son:

- Cesura pentemímera: es la más frecuente en el hexámetro latino. En Virgilio aparece en el 85% de los
versos. Esta cesura es la que hay después del quinto elemento, es decir, después del longum del tercer
pie. En cada pie hay un dáctilo o un espondeo, en los que el primer elemento es un longum y el
segundo una larga o dos breves –que cuentan como una–. Cuando no hay cesura pentemímera, lo
más normal es que tengamos dos, o incluso tres cesuras.

‒ v͞v | ‒ v͞v | ‒ ‖ v͞v | ‒ v͞v| ‒ vv |‒ X


(↑cesura pentem.)

- Cesura triemímera: se da después del tercer elemento (después del longum del segundo pie).

‒ vv͞ | ‒ ‖ vv͞ | ‒ v͞v | ‒ v͞v| ‒ vv |‒ X


(↑cesura trie.)

- Cesura heptemímera: se da después del séptimo elemento (después del longum del cuarto pie).

‒ vv͞ | ‒ vv͞ | ‒ vv͞ | ‒ ‖ v͞v | ‒ vv |‒ X


(↑cesura hept.)

- Cesura trocaica o del tercer troqueo: en el tercer pie, cuando este es ‘larga, breve, breve’, va entre
las dos breves. Se le llamaba también ‘cesura femenina’ porque estaba dentro del tiempo breve.

‒ vv͞ | ‒ vv͞ | ‒ v ‖ v | ‒ vv͞ | ‒ vv |‒ X


(↑cesura troc.)

- Diéresis bucólica: puede darse tras el cuarto pie en el caso que haya una pausa sintáctica. Cuando se
da este corte, se da, no solo al final de palabra, sino también al final de un pie. Se llama bucólica por
ser frecuente en los bucólicos griegos. En Virgilio, es frecuente, sobre todo, en sus Bucólicas. Hay quien
considera que hay que hablar, más que de diéresis, de puntuación bucólica porque coincide con una
pausa sintáctica.

‒ vv͞ | ‒ vv͞ | ‒ vv͞ | ‒ vv͞ ‖| ‒ vv |‒ X


(↑die. Buc.)

‘p͞arc͝it(e), q͝u |e͞s ‖ n͝im͝i |u͞m ‖ pr͞o|c͞ed͝er͝e,‖| no͞n b͝en͝e | r͞ip͞æ’


(↑trie.) (↑pent.) (↑die. buc.)

Criterios de reconocimiento de cantidad vocálica

- Vocalis ante vocalem corripitur. Vocal ante vocal abrevia. Se encuentran, sobre todo, en
monosílabos.

- Una vocal en sílaba final cerrada por consonante distinta de [s] es breve. Por ejemplo, flēo es un verbo
de la segunda conjugación, caracterizado porque su tema acaba en una [e] larga, que vemos en el
infinitivo, flēre, o en la segunda persona del plural del presente de indicativo, flēs, pero en flĕt se
abrevia.

- Toda [i] en posición final de palabra es larga.

- La desinencia de acusativo plural neutro -a es breve .

Fenómenos ocurridos cuando hay encuentros de fonemas vocálicos


- Elisión o sinalefa: normalmente, dentro de un verso, una sílaba final terminada en vocal o en vocal
seguida de <m> no contaba métricamente, es decir, se elidía, si la palabra siguiente empezaba por
vocal o por <h>. La <m> final tenía una pronunciación muy débil, tanto que no impedía la elisión. Se
había convertido en una especie de nasalización de la vocal precedente. Sin embargo, la <m> final sí
hace posición. Desde el punto de vista lingüístico es mejor hablar de sinalefa

‘co͞ntr(a)͜ e͞ |lata’ ‘pa͞tr(em) o͝pe͝|re’ ‘m͞enstr(um) h͞o|rrendum’


La sinalefa no impide la cesura. La cesura no tiene por qué coincidir siempre con una pausa sintáctica.
La cesura consiste en el caso de cuando acaba una palabra y empieza otra.
͞ or
‘adf ͝ atqu(e)͜
͝ et| ͞ ͞
u͞|n͞a ‖ Phœ|bi͞ ‖ Tri…’

- Aféresis o prodelisión: también dentro de un verso, cuando una sílaba final terminada en vocal o en
vocal seguida de <m> entra en contacto con las formas verbales es o est del verbo sum, lo que sucedía
es que la vocal inicial de cada una de estas dos formas verbales se suprimía. No es sinalefa, es auténtica
supresión de la vocal, no se pronunciaba. No solo había elisión desde el punto de vista del cómputo
métrico, sino que había una supresión de la vocal <e>, y esto lo sabemos gracias a inscripciones y
manuscritos.

‘locut͝a (͜ e)st’ (/locutast/) ‘b͝ibe͞ndu͞m (͜ e)st’ (/bibendust/)


- Sinicesis o sinéresis: consiste en que dos vocales que normalmente en la lengua literaria están en
hiato, se pronuncian juntas, como en sinalefa. La cantidad de la sílaba donde hay sinicesis está
determinada por la segunda vocal. A veces se produce una consonantización de la <i> o la <u> (abiete
/abyete/). La sinicesis no es algo que los poetas se sacaran de la manga. Es una licencia métrica basada
en un hecho de lengua: la tendencia a la destrucción del hiato que había en el latín vulgar a partir del
siglo I d. C. (filiolus> fili̯olus; vinea> vini̯a).

eōdem> e͡odem ăbĭĕtĕ> ābi̯ĕtĕ

genua> gēnu̯a deinde> de͡inde

- Diéresis: licencia contraria a la anterior. Separar vocales que deberían ir juntas.

silu̯a> silua su͡esco> su-es-co


- Hiato2: hiatus es un sustantivo abstracto verbal derivado del verbo hiāre, '‘estar con la boca abierta'’
Cuando hay encuentro de dos vocales en juntura, lo normal es la sinalefa o elisión. Por tanto, el hiato,
la ausencia de sinalefa, es siempre excepcional, sobre todo en la poesía clásica. en hiato es
relativamente frecuente en Plauto y en la poesía popular. se señala con una <h> superior (H).

Hay un tipo de hiato que es regular, que es el que se produce entre la interjección de sorpresa o y una
palabra que empiece por vocal.

‘O͞ H u͝-ti͝na͞m…’

En los demás casos es siempre excepcional y caben dos tratamientos:

o Que la vocal final no elidida mantenga su cantidad.

‘laur͞i H e͞t suave’

o Que la vocal elidida, si es larga, abrevia por aplicación fonosintáctica de la ley de vocalis ante
vocalem corripitur. a este hiato se le llama ‘hiato prosódico’.

‘qu͝i H amant’

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Cecarelli, exposición más exhaustiva.
HEXÁMETRO
El hexámetro es el metro de la épica, llamado también metro heroico. El hexámetro latino es una adaptación
del metro latino.

La métrica se basa en la cantidad silábica, no vocálica. Se llama hexámetro porque consta de seis pies y
dactílico porque el pie fundamental del hexámetro es el dáctilo, el cual se forma por una sílaba larga seguida
por dos breves.

En principio esperaríamos que el hexámetro latino constara de seis dáctilos, pero no es exactamente así. El
sexto pie es incompleto, puesto que consta de una silaba larga y un elemento indiferente –elementum
indiferens–, que consta de una única sílaba, larga o breve. Por ello, se dice que el hexámetro dactílico es un
verso cataléptico.

Cada pie del hexámetro consta de un elementum longum –sílaba larga necesariamente– y de un elementum
biceps –que puede estar formado por dos sílabas breves o por su equivalente, una larga–. En el quinto pie no
es nada normal encontrarse la sustitución de las dos breves por una larga. Se encontró en Roma en los
neotéricos, pero no es frecuente, solamente con nombres propios por ser problemáticos a la hora de
introducirlos en el metro. Si el quinto pie fuera de dos largas se le llama hexámetro espondaico, puesto que el
pie formado por dos largas se llama espondeo. Cada uno de los cuatro primeros pies puede ser dáctilo o
espondeo.

El hexámetro presenta unas cesuras, finales de palabras que suelen darse en determinadas partes del verso.

SENARIO YÁMBICO
El senario yámbico es el metro en el que están compuestas las partes dialogadas de las comedias, entre ellas
el prólogo. El senario yámbico, tal como dice Cicerón, tenía un ritmo que era el más parecido al ritmo del
lenguaje conversacional cotidiano.

Este verso consiste en seis pies –senario– y es yámbico porque el ritmo se basa en el yambo, una breve y una
larga [ᴗ –]. Es la adaptación latina del trímetro yámbico griego, pero se permite más libertades que este. Se
supone que es un verso que consta de seis yambos, pero rara vez se cumple.

El elemento longum puede ser una larga o dos breves. El elemento anceps puede ser una breve, dos breves o
una larga. El último elemento es indiferens, es decir, puede ser una breve o una larga.

x–|x–|x–|x–|x–|ᴗ U

Reglas
-
La más frecuente es la pentemímera.
-
La segunda más frecuente es la heptemímera.
-
Es extraño que un verso presente una cesura central, es decir, después del tercer pie.
-
Hay más hiatos que en el hexámetro dactílico. Se marca mediante una <H>.

nu͞nc i͞|b(o) u͞t v͞i|sa͝m H e͞st|n(e) i͝t(a) a͞ur(um) | u͞t co͞n|di͝di͞,


-
La regla ‘toda vocal seguida de consonante distinta a <s> abrevia’ no es válida en Plauto.
-
Norma de Ritschl: un elemento bisilábico (ᴗᴗ) –ya sea el anceps o ya sea el longum– no puede estar
separado por dos palabras, es decir, tiene que formar parte de la misma palabra. Pero él estableció
excepciones: si era monosílabo, o monosílabo por elisión, no pasaba nada.
-
Las preposiciones era palabras proclíticas, formaban palabra fonética junto con su régimen, por ello,
sería extraño que se pronunciara una cesura entre posición y régimen. (v90)

SEPTENARIO TROCAICO
El septenario trocaico (versus quadratus) era el verso más usado en las partes recitadas, aunque también es
frecuente en los cantica. El septenario trocaico tiene como pie el llamado troqueo (– ᴗ). Ahora bien, hay pocos
troqueos puros.

El septenario trocaico fue el verso latino popular por excelencia. Su esquema es:

– x |– x | – x | – U | – x| – x|– ᴗ| U
͞ med͝
v. 162: Post ͝ i|(am) a͞et͞a|te͞m qui| m͝ed͝ia͞|ǁ d͞uci͝t| u͞xo͞|re͞m d͝o|mu͞m

Desde el punto de vista histórico, el septenario trocaico es la adaptación del tetrámetro trocaico griego. Igual
que el saturnio, es probable que el septenario trocaico fuera un verso latino preliterario, es decir, que tuvo un
origen autóctono. Parece ser que tanto el septenario trocaico latino como el tetrámetro trocaico griego tenían
un origen indoeuropeo, por lo que se identificaron, pero conservando sus peculiaridades.

La principal peculiaridad del septenario trocaico latino frente al tetrámetro trocaico griego reside en la libertad
del tratamiento del segundo elemento, mientras que, en el tetrámetro trocaico griego, los pies impares debían
ser puros.

Fuera de la poesía escénica, el septenario trocaico fue utilizado por Lucilio y Varrón en sus sátiras y en la poesía
popular. También encontramos esa poesía popular en algunas inscripciones sepulcrales y en algunos grafitis.

Epitafio: Dūm vī|xī, bĭ|bī lĭ|bēntēr. ǁ | Bĭbĭtĕ| vōs, quī|vīvĭti͒s.

‘Mientras viví, bebí lo que me dio la gana. Bebed vosotros que estáis vivos’

Grafiti –Hōspĭtĭ|ūm tĭ|b(i) hōc. –Īn|vītūs|ǁ vĕnĭō |–Vĕnĭŭn|dūm (e)st tā|mēn

‘–Esta es tu casa. –Vengo contra mi voluntad. –Pero tendrás que venir igual’

Carta amor Pūpă, | que͞ bē|l(a) i͞ s, tī|bī mē|ǁ mīsīt| qui͞ tŭus̆ | ēs. Vă|lē.

‘Muñeca, que eres hermosa, me ha enviado a ti quien es tuyo. Adiós’

Rasgos:
- El cuarto pie suele estar formado por un elemento longum + uno indiferens (a veces puede ser anceps).
- El septenario trocaico es un verso cataléptico, es decir, que su último pie está incompleto, pues consta
de siete pies y medio.

- La mayoría de las veces presenta una diéresis central: cesura que está después del final de un pie.
Cuando hay diéresis central, casi siempre el elemento que la precede es un elemento indiferens (una
sola sílaba ya sea larga, ya sea breve).

La diéresis es tratada como si fuese una pausa de final de verso. En este sentido, debemos decir que
es un verso asinarteto, es decir, que sus dos hemistiquios conservan cierta independencia entre sí. Por
eso en Plauto es bastante frecuente el hiato en la diéresis central, que suelen llamar juntura. A
menudo, cuando hay diálogo, la diéresis central coincide con el cambio de interlocutor.

En vez de la diéresis central, se pueden encontrar otros cortes. Es bastante más rara la cesura después del
quinto pie. Todavía lo es más después del séptimo elemento.

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