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UNIVERSIDAD DEL VALLE

Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales


Siglo XX A. Latina y Colombia
Francisco Javier Estrada Ordóñez
Cód.:0941337
RESEÑA

LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL: MATERIALIZACÓN DE LA


GUERRA FRIA EN AMÉRICA DEL SUR.

Francisco Leal Buitrago.

La Doctrina de Seguridad Nacional es un concepto que aún es controvertido y


justificador de grandes barbaries y crimines de lesa humanidad. ¿Fue necesaria la
aplicación de dicho concepto en América Latina? Según Francisco Leal (2003) “La
Seguridad Nacional se consolidó como categoría política durante la Guerra Fría,
especialmente en las zonas de influencia de los Estados Unidos”. Dicho concepto sentó sus
bases en el anticomunismo y se convirtió en la base de las relaciones internacionales para
aquel entonces. Según lo expresa el autor, “en América del Sur, tuvo una variante: la
Doctrina de Seguridad Nacional. Esta mantuvo la idea, de que a partir de la seguridad del
Estado se garantizaba la de la sociedad (…), a través del control militar del Estado, y la
sustitución del enemigo externo por el enemigo interno (agentes locales del comunismo).

Para el caso de América Latina, además de las guerrillas, el enemigo interno podía
ser cualquier persona, grupo o institución nacional que tuviera ideas opuestas a la de los
gobiernos militares (Leal, 2003, p. 75). Lo que es clave para analizar muchas de las
masacres, torturas y atrocidades en contra de los derechos humanos perpetrados por
algunos gobiernos simpatizantes con esta doctrina. Fue así como este concepto comenzó a
desplazar a las instituciones castrenses y se convirtió en una especie de “razón social” o
rótulo para designar una amplia gama de acciones llevadas a cabo por los militares de la
región. Incluso en ocasiones, ha servido para hacer denuncias públicas y privadas de
acciones criminales, pero también para descalificar prácticamente cualquier tarea militar
(Leal, 2003, p. 75) No debemos olvidar que este concepto fue adoptado en muchos países
de América Latina, aunque no se tenía una comprensión clara de su estructura conceptual,
ventajas y desventajas.

Para el estudio de dicho concepto, el autor divide su análisis en dos partes. En la


primera, define de manera histórica la Doctrina de Seguridad Nacional (antecedentes,
gestación, desarrollo y declinación). En la segunda parte, hace referencia a sus
características básicas y sus diferentes manifestaciones nacionales.

En primera medida, el surgimiento histórico del concepto de la Doctrina de


Seguridad Nacional se encuentra íntimamente relacionado con el viejo militarismo. Este
hunde sus raíces en la conformación de los Estados Nacionales en Suramérica durante el
siglo XIX. Durante este proceso, “las instituciones militares fueron más fuertes que las
demás instancias estatales, lo que facilitó que se autoproclamaran como dinamizadoras de
la economía e integradoras de la sociedad” (Leal, 2003, p. 76). Situación por la cual
muchos militares se sintieron con derecho de ocupar cargos estatales y extender su poder
más allá de la función militar. También es claro que el viejo militarismo estuvo permeado
por las ideas del general Alemán Erich von Lundendorff y su concepción de la “guerra
total”, la cual “enfatizaba en los aspectos psicológicos y una visión monolítica de la
sociedad, basada en la fuerza “anímica” del pueblo y la eliminación de la oposición. Al
igual, que en la noción bismarckiana sobre el papel central del ejército en la unidad
nacional”, como sostiene Francisco Leal en su artículo. (Leal, 2003, p. 77)

Un segundo aspecto de gran importancia, fue la influencia político militar de


Estados Unidos. La Guerra Fría surge de la bipolaridad política e ideológica en que quedo
dividido el mundo después de la Segunda Guerra mundial, por lo cual los Estados Unidos
aceleraron sus acciones en contra del comunismo y de la Unión Soviética, quienes
representaban una amenaza de tipo mundial. Así las cosas, los Estados Unidos, en 1974
promulgan el Acta de Seguridad Nacional, que se convertiría en el principal instrumento
para el desarrollo de la concepción del Estado de seguridad nacional (Leal, 2003, p. 77). En
dicho documento queda bien claro que se emplearían todos los medios disponibles para
evitar la expansión de las ideas comunistas (esto se conoció con el nombre de concepto de
contención). Surgen entonces una serie de organizaciones y tratados para consolidar dichas
propuestas (la NSC, la CIA, el Tiar, la OEA, etc.).
Así mismo se puede decir que “los programas de ayuda militar bilaterales (MAP),
ejecutados entre 1952 y 1958, fueron el punto de partida para que los ejércitos
latinoamericanos se afincaran en la órbita tecnológica y operativa de Estados Unidos”
(Leal, 2003, p. 78). También, el apoyo a las dictaduras militares fue uno de los elementos
más significativos para cristalizar esta doctrina en países latinos. “Los pocos gobiernos
legítimos pero inestables de América Latina se dejaron llevar por la tutela estadounidense y
abandonaron su función de orientar la política militar” (Leal, 2003, p. 78). Así mismo, se
creyó necesario proveer seguridad a los regímenes de los países atrasados frente a la
influencia de la Unión Soviética. Situación que históricamente ha demostrado sirvió para
que los Estados Unidos instalaran sus bases militares en varios países del mundo, logrando
así un dominio de dichos territoritos con fines imperialistas.

Durante el gobierno del presidente Kennedy se reviviría con fuerza el Estado de


Seguridad Nacional, por medio de dos acontecimientos. El primero, fue la política hacia
Indochina y el segundo, el triunfo de la revolución cubana. En el primero, los “Estados
Unidos ejercieron un control sobre Vietnam del Sur y buscaron la conquista de la parte
Norte”; en el segundo, “justificó la invasión a Cuba, planeada por Kennedy en 1961” (Leal,
2003, p. 79). Este último, dió inicio a una serie de insurrecciones y de juventudes que se
fueron formando con ideas revolucionarias y antiimperialistas, lo que se conocería como la
oleada revolucionaria de América Latina, teniendo como referente de dicho proceso a Cuba.
Fue por ello que, a partir de la revolución cubana, los Estados Unidos comenzaron a
emplear de forma directa la estrategia militar de “contención” en América Latina, cuyo
componente central era la disuasión por vía de la fuerza militar (Leal, 2003, p. 80).

Todo esto trajo consigo un gran desarrollo tecnológico militar, capacidad velica
altamente móvil y tecnificada. Lo que sería una de las características que llevaría a la
declinación de la Doctrina de Seguridad Nacional. Pues muchas de las “instituciones
armadas latinoamericanas tuvieron poca participación, por no contar con el personal
capacitado para operar el armamento de última generación” (Leal, 2003, p. 80). A esto se
sumaría la preocupación por la violación a los derechos humanos por parte del presidente
Carter en los Estados Unidos y la obsolescencia de la guerra como medio de resolución de
conflictos en los años 80. Apareció para aquel entonces la denominada “guerra de baja
intensidad”, que fue la “nueva forma de intervención militar, creada cuando la Doctrina de
Seguridad Nacional iniciaba su decadencia en el Cono Sur” (Leal, 2003, p. 81). Fue así
como las instituciones castrenses latinoamericanas se vieron en la necesidad de buscar su
propia definición estratégica. Según Leal (2003), la crisis del modelo de desarrollo
económico latinoamericano y el fin de la tutela militar de Estados Unidos facilitaron el
proceso de desmilitarización de los gobiernos. Surgiendo así, el llamado proceso de
democratización de la región.

Con el fin de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, salieron a la luz


publica los desmanes de los militares, en particular las violaciones a los derechos humanos,
al tiempo que la crisis de la Unión Soviética, el derrumbe del comunismo y el fin de la
guerra fría dejaban si vigencia la política de la Doctrina (Leal, 2003, p. 81). Por último,
cabe decir, que la formulación de la Doctrina en América del Sur preparó y justificó varios
golpes militares en la región, con distintas variantes según los países. Por ello se puede
decir, que cuando se renuncia a la capacidad de decir por sí mismo, se está delegando en
otros, dicha acción. Es el caso de Latino América, quien influenciada por una política
exterior delega en una doctrina extranjera las formas de ser y de hacer en sus propios
territorios, aunque esto trajese situaciones nefastas y violaciones a los derechos humanos.

BUITRAGO, F. L. (junio de 2003). La doctrina de seguridad nacional: materialización de la


Guerra Fría en América del Sur. Estudios Sociales(15), 74-87.

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