Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Elizabeth Cañas-Pardo
Programa de Doctorado en Deporte y Salud
Universidad Miguel Hernández de Elche
Correspondencia/ Correspondence:
elizabeth.canas@goumh.umh.es
Recibido/ Received:
09.01.2017
Aceptado/Accepted:
25.04.2017
RESUMEN
La repercusión que el acoso escolar está teniendo actualmente sobre la conciencia social se debe
a que este tipo de violencia escolar involucra y afecta a toda la sociedad y no sólo a la víctima y
al agresor como se pensaba hasta ahora. Motivado por esta preocupación, el objetivo de este
estudio se centró en aportar una definición amplia del concepto de acoso escolar, así como,
proporcionar datos significativos acerca de la prevalencia, de los factores de riesgo y las conse-
cuencias del acoso escolar. Para ello se realizó una revisión bibliográfica de fuentes nacionales e
internacionales, teniendo en cuenta las bases de datos Psicodoc, Psycarticles, Psicinfo, Dialnet y
Scopus y seleccionando aquellos estudios que se ajustaban con el objetivo de la presente inves-
tigación. Los hallazgos de las 36 investigaciones seleccionadas nos permiten afirmar que existen
características individuales y familiares de cada uno de los niños que están directamente relacio-
nados con la mayor o menor incidencia de las situaciones de acoso escolar. Junto a ellos debe
tenerse en cuenta la influencia de aspectos escolares, sociales y culturales. El conjunto de todos
ellos podría determinar la probabilidad de que ese niño en particular se convierta en acosador o
víctima, siendo crucial para ese riesgo el contexto inmediato.
Palabras clave: Acoso escolar, prevalencia, factores de riesgo, consecuencias, víctima, agresor.
ABSTRACT
Currently, the impact that school bullying is having on social awareness is because this type of
school violence involves and affects the whole society and not only the victim and the aggressor,
as was believed until now. Motivated by this concern, the aim of this study was to provide a
broad definition of the concept of bullying, as well as to provide meaningful data about the pre-
valence, risk factors and consequences of bullying. For this, a bibliographic review of national and
international sources was carried out, taking into account the databases Psicodoc, Psycarticles,
Psicinfo, Dialnet and Scopus and selecting those studies that fit the aim of our investigation. The
findings of the 36 selected research studies allow us to affirm that there are individual and family
characteristics of each of the children that are directly related to the greater or lesser incidence of
bullying situations. Along with them, it must be taken into account the influence of school, social
and cultural aspects. Altogether could determine the likelihood of that particular child becoming
a stalker or victim, and the immediate context is crucial for that risk.
Key words: School bullying, prevalence, risk factors, consequences, victim, aggressor.
dad que caracteriza a esta etapa de la vida. En el caso de los agresores parece que carecen
En algunos casos, los agresores pueden haber de la dimensión emocional de la empatía, puesto
sido también víctimas previamente de situacio- que no son capaces de empatizar con las emocio-
nes de violencia en el contexto familiar o escolar. nes y sentimientos de la víctima, ni sentir su su-
Como han sugerido Estévez, Jiménez y Moreno frimiento. Sin embargo, mantienen la dimensión
(2010), algunos alumnos podrían convertirse en cognitiva de la empatía, ya que sí son capaces de
agresores de otros como medio para conseguir situarse en la perspectiva de otra persona y anti-
una reputación de fuertes, “duros” y de capaces cipar por ejemplo la forma en que la víctima va a
de defenderse a sí mismos. Por otro lado, aunque reaccionar antes sus agresiones.
la mayoría de las víctimas de acoso escolar reac- Las investigaciones analizadas también han
cionan de forma pasiva y sumisa, existen algunas descrito las características personales más fre-
víctimas cuya reacción es agresiva. cuentes en las víctimas. Parece que los agreso-
Respecto a la autoestima, los agresores res suelen elegir a sus víctimas entre aquellos
muestran una baja autoestima académica y fami- alumnos más débiles, a los que les cuesta más
liar. Pero, por otra parte, parecen gozar de cierta defenderse, que tienen menos amigos en la es-
popularidad dentro de su grupo de amigos y no cuela o instituto y que se encuentran socialmen-
se perciben a sí mismos como carentes del apoyo te menos integrados. Aquellos alumnos que son
de sus iguales, por lo que no tienen una autoes- percibidos por los agresores como más solitarios,
tima social negativa, aun cuando su forma de in- rechazados, con mayor indefensión y más baja
teractuar con algunos de sus compañeros no sea autoestima son más vulnerables al acoso. La falta
la adecuada. En relación con su imagen física, los de habilidades sociales, así como también algu-
agresores suelen percibirse como fuertes y tener nos rasgos físicos o culturales distintos a los de la
un autoconcepto físico positivo. mayoría, o una orientación sexual diferente de la
En relación con sus capacidades interpersona- mayoritaria, pueden también incrementar el ries-
les, se han hallado evidencias que sugieren que go de sufrir acoso escolar.
algunos agresores son especialmente hábiles a la Esto nos lleva a pensar que existen ciertas ca-
hora de manipular el entorno social que les rodea racterísticas que sitúan a algunos alumnos en una
con el fin de manipular a sus compañeros para situación de mayor riesgo y de mayor vulnerabili-
que aíslen a la víctima y ser capaces de asumir el dad ante el acoso escolar.
liderazgo en grupos conflictivos.
Por último, un factor personal muy frecuente Factores familiares
en los agresores es su escasa empatía emocional Sin duda, la familia tiene una gran influencia
hacia la víctima, ya que no parecen mostrar senti- en buena parte de las actitudes y comporta-
mientos de malestar o culpa como consecuencia mientos de los hijos (Maccoby, 2000). Esta in-
de sus agresiones. En la empatía se pueden des- fluencia se produce a través de los valores que
tacar dos componentes: el componente cognitivo transmite y también, y, sobre todo, a través de la
(ser capaz de entender la perspectiva de otra per- forma en que lo hace. Diversas investigaciones
sona, anticipando sus pensamientos e interpre- han expuesto las principales causas que pueden
taciones) y el componente emocional (ser capaz desencadenar conductas violentas en los niños
de sentir las emociones y sentimientos de la otra dentro de su ambiente familiar. Los factores que
persona, conectando emocionalmente con ella). incrementan el riesgo de que los hijos se impli-
quen como agresores en situaciones de acoso de drogas o problemas psicológicos tales como
escolar se van a ir exponiendo a lo largo de este depresiones graves (Monks y Coyne, 2011).
apartado. Las pautas de crianza demasiado auto-
ritarias, o demasiado permisivas, la inexistencia Factores escolares
de normas y límites o un alto grado de negligen- Los estudios analizados evidencian que exis-
cia son factores relacionados con un peor funcio- ten también algunos factores que pueden in-
namiento familiar y con problemas de comporta- crementar la probabilidad de que se produzcan
miento en los hijos (Estévez et al., 2010). Para un situaciones de acoso. En relación con el centro
adecuado desarrollo psicosocial los hijos necesi- escolar, en aquellos centros en los que el clima
tan unas normas claras, y cuando estas normas escolar resulta más negativo es más probable
son demasiado rígidas, o peor todavía, cuando que surjan situaciones de acoso escolar (Ortega
no existen, su comportamiento suele ser proble- y Del Rey, 2003). De hecho, un clima escolar
mático. A su vez, el apoyo y afecto que perciben negativo se ha considerado un factor de riesgo
los niños de sus padres es un factor importante para el acoso escolar (Aronson, 2000). Cuando
para las conductas problemáticas (Martínez-Fe- se genera un clima escolar negativo es cuando
rrer, Musitu, Murgui y Amador, 2009). Es decir, los alumnos no perciben el apoyo del profesor,
en las familias en las que los hijos no perciben las normas se consideran rígidas, arbitrarias y
el afecto, apoyo e implicación paternos, y en aplicadas de forma inconsistente, se fomentan
las que el establecimiento de normas o límites valores competitivos e individualistas, se tole-
no es adecuado, es más probable que los hijos ran ciertas formas de agresión y no se trabajan
muestren dificultades de adaptación y conductas de forma directa los valores de aceptación, to-
problemáticas tales como consumo de sustan- lerancia y respeto mutuo (Cava y Musitu, 2002).
cias ilegales, conductas pre-delictivas, compor- Las situaciones de aislamiento y rechazo so-
tamientos agresivos y una mayor participación cial son un factor de riesgo para el acoso esco-
en situaciones de acoso escolar (Cava, Musitu, lar. Los acosadores, como ya se ha señalado,
Buelga y Murgui, 2010). Cuando los hijos obser- seleccionan a las víctimas de sus agresiones
van a sus padres utilizar la violencia, sea física o entre aquellos alumnos que tienen pocos ami-
verbal, como forma de reaccionar ante los con- gos, que están más solos y a los que es menos
flictos, puede llevar a desencadenar actitudes probable que sean defendidos (Díaz-Aguado,
y comportamientos violentos en los hijos. Ob- 2006).
servar que la violencia es útil para imponer una Por último, las competencias sociales de los
opinión o una decisión propias, o simplemente propios alumnos pueden ser determinantes
que sirve como una forma de mostrar dominio para el número de situaciones de acoso que se
y poder, facilita que los hijos recurran a ella en producen en el centro escolar. En este sentido,
situaciones en las que también deseen imponer si en el centro escolar se presta poca o nula
sus criterios o mostrar su poder ante otros alum- atención al desarrollo de competencias en los
nos (Monks y Coyne, 2011). alumnos, es decir, no se plantean actividades
En algunos casos, las dificultades de adapta- sobre resolución de conflictos, no se enseña a
ción de los hijos y el funcionamiento familiar ne- los alumnos a trabajar en grupo respetando las
gativo pueden estar relacionados con problemas opiniones e ideas de los compañeros, o no se
conductuales de los padres, como el consumo dedica tiempo a analizar las normas de convi-
vencia, entre otras, es más probable que surjan CONSECUENCIAS DEL ACOSO
tanto situaciones de aislamiento social como ESCOLAR
de acoso escolar (Cerezo y Calvo, 2011; Torre-
go, 2006). El acoso escolar provoca efectos negativos en
Una falta de concienciación sobre la impor- toda la comunidad educativa, perjudicando las re-
tancia de un clima de relaciones positivo, el laciones sociales (entre alumnos y entre alumnos
desarrollo de competencias en el alumnado y y profesores), desmoralizan y desmotivan laboral-
la dotación de información a padres, profeso- mente a los docentes y genera un clima escolar
res y alumnos sobre la necesidad de no tolerar negativo (menor interés por aprender por parte
ninguna forma de violencia entre compañeros de los alumnos).
son factores clave que pueden deteriorar el cli- Para la víctima, ciertamente, el acoso escolar
ma escolar, haciendo más probable que surjan supone una situación sumamente estresante y
situaciones de acoso escolar entre los alum- que repercute de forma muy negativa en su bien-
nos, y también de violencia escolar en general estar psicológico. Las víctimas suelen expresar
(Álvarez-García, Álvarez y Núñez, 2007; Cava, sentimientos de soledad, ansiedad, síntomas de-
2011; Torrego, 2006). presivos, baja autoestima, problemas de insom-
nio, quejas somáticas (como dolores de cabeza,
Factores sociales y culturales dolor de estómago, náuseas o vómitos), rechazo
La violencia que se observa a través de los a asistir a la escuela y, en los casos más graves,
medios de comunicación y de los videojuegos ideas acerca del suicidio (Finkelhor, Ormrod, Tur-
puede producir insensibilización ante el su- ner y Hamby, 2005).
frimiento de las víctimas, y puede llevar a la Además, tienden a mostrar un autoconcepto
imitación de determinados comportamientos general negativo, una baja satisfacción con la vida
violentos, sobre todo cuando son héroes o per- y un alto grado de infelicidad (Estévez, Martínez
sonajes fuertes, poderosos y triunfadores los y Musitu, 2006; Flouri y Buchanan, 2002). Algu-
que se comportan de este modo (López-Cas- nas de estas consecuencias pueden mantener-
tedo, Domínguez-Alonso y Álvarez-Roales, se años después de haber sufrido el acoso (Gu-
2010). A través de imágenes en las que se terman, Hahn y Cameron, 2002). Los síntomas
asocia violencia y triunfo en personajes atrac- más frecuentes y característicos en los casos de
tivos, niños y adolescentes se pueden interio- acoso escolar son: rechazo y miedo repentinos a
rizar valores culturales en los que se acepta asistir a la escuela, quejas recurrentes sobre do-
el uso de la violencia para conseguir dominio lores de estómago o de cabeza, especialmente
y poder sobre otras personas. Por otro lado, antes de ir a la escuela, problemas de ansiedad
la influencia del entorno social donde se ubi- y excesivo nerviosismo, reacciones emocionales
ca cada centro escolar, y las características y inesperadas, problemas de insomnio, sentimien-
valores propios de la sociedad y la cultura de tos de desesperanza y pérdida de interés en sus
la que forma parte son de especial relevancia. actividades favoritas, incapacidad para disfrutar y
Se ha hallado que en entornos sociales violen- falta de energía, sentimientos de soledad y aisla-
tos las conductas de acoso en la escuela están miento, verbalizaciones negativas sobre sí mismo
presentes con mayor frecuencia (Cooley-Stric- y dificultades recientes para concentrarse y man-
kland, Griffin y Furr-Holden, 2011). tener la atención en las tareas académicas.
Las consecuencias negativas para los agreso- Si a ello le añadimos el peso que este fenómeno
res no son inmediatamente obvias, sin embargo, tiene tanto a nivel interpersonal como grupal (in-
sí las sufren (Stassen-Berger, 2007). El agresor cluir al resto de alumnos y no solo al agresor y la
con el tiempo puede ir perdiendo el apoyo del víctima) la preocupación hacia el acoso escolar se
grupo de referencia sobre el que actúa, al tiempo incrementa.
que aprende a conseguir las cosas de manera vio- Como se ha expuesto anteriormente, los fac-
lenta y agresiva (Avilés, 2006). Estas conductas tores que pueden ayudar a explicar la existencia
violentas en el contexto escolar se han relaciona- de estas situaciones de amenaza y acoso entre
do con otras conductas problemáticas y de riesgo compañeros son múltiples y se sitúan en diferen-
durante la adolescencia y la edad adulta, como las tes niveles, actuando de manera interconectada.
conductas pre-delictivas o el consumo de sustan- En relación con los factores personales, se han
cias ilegales (Nansel, Craig, Overpeck, Saluda y encontrado diferencias entre las características
Ruan, 2004). más asociadas con la personalidad de los agre-
Por último, en el caso de los espectadores, el sores y la de las víctimas. En cuanto a los facto-
hecho de conocer estas situaciones también pue- res personales específicos de los agresores, las
de generar en ellos sentimientos de culpabilidad, investigaciones han señalado la búsqueda de una
en caso de no ayudar a la víctima, o de vulnerabi- reputación social transgresora, la actitud negativa
lidad, en caso de temer ser ellos las víctimas de hacia la autoridad, la baja autoestima familiar y
futuras agresiones (Ortega y Del Rey, 2003). Por escolar, y la falta de empatía emocional hacia la
lo tanto, el maltrato afecta también a los que no víctima. En cambio, los alumnos más aislados so-
están involucrados, cuando tienen compañeros cialmente y que cuentan con menos amigos son
que son agresores o víctimas, y su rendimiento más vulnerables al acoso escolar, y es más pro-
académico se ve afectado (Nishina y Juvonen, bable que se conviertan en víctimas (Cava, 2013).
2005). También los factores familiares debido a la
gran influencia que tienen sobre las actitudes y
comportamientos de los hijos (Maccoby, 2000).
DISCUSIÓN Esta influencia puede verse favorecida por los va-
lores que transmiten en el entorno familiar (por
El objetivo del presente trabajo era ampliar los ejemplo, pautas de crianza) y, sobre todo, a tra-
conocimientos sobre el acoso escolar, profundi- vés de la forma en que lo hace (por ejemplo, la
zando, además, en los factores de riesgo y sus presencia de conflictos frecuentes en el seno fa-
consecuencias. En base al marco teórico, los re- miliar).
sultados señalan que prácticamente la mayoría Los factores escolares, en aquellos centros en
de niños ha tenido alguna experiencia relacionada los que se vea acentuado un clima escolar nega-
con el acoso escolar, ya sea como agresor, víc- tivo (Aronson, 2000; Ortega y Del Rey, 2003), en
tima u observador. A pesar de que las cifras de los que no se pongan medios para paliar el aisla-
prevalencia varían en función del tipo de agresión, miento y el rechazo social (Díaz-Aguado, 2006), y
los datos apuntan a que aproximadamente el 20- en los que no se enseñen a los alumnos las com-
25% de los jóvenes están directamente involu- petencias sociales necesarias para promover una
crados en la intimidación como agresores, vícti- convivencia saludable entre el alumnado, pueden
mas, o ambos (por ejemplo, Nansel et al., 2004). estar actuando como factor de riesgo para el acoso
escolar (Cava, 2011; Cerezo y Calvo, 2011; Torre- intervenciones, realmente eficaces, destinadas a
go, 2006). mitigar el acoso escolar.
Por último, la influencia de aspectos socia-
les y culturales hace hincapié en la relación que
tienen los medios de comunicación, además de BIBLIOGRAFÍA
algunos videojuegos, sobre la conducta violenta
(López-Castedo et al., 2010). El entorno social Álvarez-García, D., Álvarez, L. y Núñez, J. C. (2007).
también se ha visto como posible indicio de acoso Aprende a Resolver Conflictos. Programa para
escolar en la escuela, cuando éste se caracteriza mejorar la convivencia escolar. Madrid, España:
como violento (Cooley-Strickland et al., 2011). CEPE.
Las consecuencias que este tipo de conductas Aronson, E. (2000). El Animal Social. Madrid, España:
tiene son perniciosas tanto para agresores como Alianza Editorial.
para víctimas. Sin embargo, cabe matizar que Avilés, J. M. (2006). Bullying: el maltrato entre iguales.
tanto para los agresores como para los especta- Agresores, víctimas y testigos en la escuela. Sala-
dores más pasivos estas consecuencias tienden manca, España: Amarú.
a minimizarse. En cambio, para la víctima, esta Buelga, S., Cava, M. J. y Musitu, G. (2012). Reputa-
situación, supone una importante amenaza para ción social, ajuste psicosocial y victimización entre
el bienestar psicológico de niños y adolescentes, adolescentes en el contexto escolar. Anales de
ya que se trata de una experiencia interpersonal Psicología, 28 (1), 180-187.
sumamente estresante para la persona. De he- Buelga, S., Musitu, G. y Murgui, S. (2009). Relaciones
cho, la Organización Panamericana de la Salud entre la reputación social y la agresión relacional
considera la violencia como un indicador de Salud en la adolescencia. International Journal of Clinical
Pública (OPS, 2003). Health Psychology, 9 (1), 127-141.
No obstante, las consecuencias del acoso Cava, M. J. (2011). Familia, profesorado e iguales: cla-
escolar también se expanden al ámbito escolar, ves para el apoyo a las víctimas de acoso escolar.
perjudicando gravemente el proceso de enseñan- Psychosocial Intervention, 20 (2), 183-192.
za-aprendizaje en el aula; desmoralizando y des- Cava, M. J. (2013). El acoso escolar: cuando la escuela
motivando a los docentes en su labor y produ- no es un lugar seguro. Los problemas en la ado-
ciendo un abandono de los objetivos prioritarios lescencia: Repuestas y sugerencias para padres y
de enseñanza en la institución. Es por ello que profesionales. Madrid, España: Síntesis.
el acoso escolar constituye uno de los principales Cava, M. J. Buelga, S., Musitu, G. y Murgui, S. (2010).
retos del sistema educativo a nivel internacional Violencia escolar entre adolescentes y sus impli-
(Debarbieux, 2006; Gázquez, Pérez-Fuentes, Lu- caciones en el ajuste psicosocial: un estudio lon-
cas y Fernández, 2009). Como se ha detallado a gitudinal. Revista de Psicodidáctica, 15 (1), 21-34.
lo largo de este trabajo, todos los casos de acoso Cava, M. J. y Musitu, G. (2002). La convivencia en la
escolar tienen elementos comunes que les ca- escuela. Barcelona, España: Paidós.
racterizan como tal, sin embargo, cada situación Cava, M. J., Musitu, G. and Murgui, S. (2007). Indivi-
es única porque los implicados y su entorno así dual and social risk factors related to victimization
los son. La comprensión de las causas de esta in a sample of Spanish adolescents. Psychological
conducta, así como, la concienciación de toda la Reports, 101, 275-290.
comunidad educativa, puede ayudar a desarrollar Cerezo, F. y Calvo, A. (2011). Programa CIP (Interven-
ción psicoeducativa y tratamiento diferenciado del colar por los docentes europeos. Aula Abierta, 37
bullying): Concienciar, Informar y Prevenir. Ma- (2), 11-18.
drid, España: Pirámide. Guterman, N. B., Hahm, H. C. and Cameron, M. (2002).
Collell-Caralt, J. y Escudé i Miquel, C. (2002). La violèn- Adolescent victimization and subsequent use of
cia entre iguals a l’escola: El Bullying. Àmbits de mental health counselling services. Journal of
Psicopedagogia, 4, 20-24. Adolescent Health, 30, 336-345.
Cooley-Strickland, Q., Griffin, S. B. y Furr-Holden, D. Jiménez, T., Murgui, S., Estévez, E. y Musitu, G. (2007)
(2011). Efectos de la exposición de los adoles- Comunicación familiar y comportamientos delicti-
centes a la violencia en la comunidad: el Proyecto vos en adolescentes españoles: el doble rol me-
MORE. Psychosocial Intervention, 20 (2), 131-148. diador de la autoestima. Revista Latinoamericana
Debarbieux, E. (2006). Violences à l’école: un défimon- de Psicología, 39, 473-485.
dial? Paris, France: Armand Colin. López Castedo, A., Domínguez Alonso, J. y Álvarez
Defensor del Pueblo (2007). Violencia escolar: el mal- Roales, E. (2010). Bullying vertical: variables pre-
trato entre iguales en la educación secundaria dictivas de la violencia escolar. Revista de Investi-
obligatoria, 1999-2006. Madrid, España: Defensor gación en Educación, 8, 24-38.
del Pueblo. Maccoby, E. E. (2000). Parenting and its effects on chil-
Díaz-Aguado, M. J. (2006): Del acoso escolar a la coo- dren: on reading and misreading behavior gene-
peración en las aulas. Madrid, España: Prentice tics. Annual Review of Psychology, 51, 1–27.
Hall. Martínez-Ferrer, B., Musitu, G., Murgui, S, y Amador,
Estévez, E., Jiménez, T. y Moreno, D. (2010). Cuando L. V. (2009). Conflicto marital, comunicación fa-
las víctimas de violencia escolar se convierten en miliar y ajuste escolar en adolescentes. Revista
agresores: “¿Quién va a defenderme?”. European Mexicana de Psicología, 26, 27-40.
Journal of Education and Psychology, 3, 177-186. Monks, C. P. and Coyne, I. (Eds.). (2011). Bullying in
Estévez, E., Martínez, B. y Musitu, G. (2006). La auto- difference context. Cambridge, United Kingdom:
estima en adolescentes agresores y víctimas en Cambridge University Press.
la escuela: La perspectiva multidimensional. Inter- Nansel T. R, Craig W., Overpeck, M. D., Saluda, G. and
vención Psicosocial, 15, 223-232. Ruan, J. (2004). Cross-national consistency in the
Finkelhor, D., Ormrod, R. K., Turner, H. A. and Hamby, relationship between bullying behaviors and psy-
S. L. (2005). The victimization of children and you- chosocial adjustment. Archives of Pediatrics and
th: A comprehensive, national survey. Child Mal- Adolescent Medicine, 158, 730-736.
treatment 10 (1), 5–25. Nishina, A. and Juvonen, J. (2005). Daily reports of
Flouri, E. and Buchanan, A. (2002). Life satisfaction in witnessing and experiencing peer harassment in
teenage boys: The moderating role of father in- middle school. Child Development, 76, 435–450.
volvement and bullying. Aggressive Behavior, 28, Olweus, D. (2006). Conductas de acoso y amenaza en-
126-133. tre escolares. Morata: Madrid (1ª edición, 1998).
García-Continente, X., Pérez Jiménez, A., Espelt, A. Organización Panamericana de la Salud - OPS (2003).
and Nebot Adell, M. (2013). Bullying among Informe Quinquenal de la Directora 2003-2007.
school children: Differences between victims and Washington, D.C.: Organización Panamericana de
aggressors. Gaceta Sanitaria, 27 (4), 350-354. la Salud.
Gázquez, J. J., Pérez-Fuentes, M. C., Lucas, F. y Fer- Ortega, R. y Del Rey, R. (2003). La violencia escolar.
nández, M. (2009). Análisis de la convivencia es- Estrategias de prevención. Barcelona, España: