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1. ORGANIZACIÓN RELIGIOSA
En esta lóbrega tarea tendrán protagonismo los tristemente célebres “curas doctrineros,
extirpadores de idolatrías o arqueólogos al revés. Este procedimiento consistía en la visita que con
apoyo militar hacían los sacerdotes en los pueblos indios para quemar todo símbolo cultural
andino, sobretodo símbolos religiosos como las huacas, que eran lugares sagrados y los ídolos
venerados por la población autóctona. Este proceso aspiraba a destruir la cosmovisión andina, el
sistema de creencias y valores ancestrales andinos.
Necesario es recordar la figura tristemente célebre de Bartolomé Lobo Guerrero como uno de los
más crueles extirpadores de idolatrías, además de Francisco de Ávila y Cristóbal de Albornoz.
3. ORDENES RELIGIOSAS
Las Órdenes religiosas que llegaron al Perú durante el proceso de invasión y colonización española
a América fueron las siguientes:
Dominicos: Llegaron al Perú en 1532. Administraron el tribunal de la Santa Inquisición, fundaron la
UNMSM. Fray Domingo de Santo Tomás fue autor de la “Primera Gramática o Arte de la Lengua
General de los Reinos del Perú”, con un vocabulario quechua anexo.
Franciscanos: Arribaron en 1532. Fue la orden con mayor número de miembros en el Perú.
Fundaron muchas misiones en la selva central (Convenio de Ocopa).
Mercedarios: La Orden de la Merced (mercedarios) llegó al Perú en 1533 y su centro de operación
fue la ciudad de Lima. Explotó bienes inmuebles incursionando en las haciendas y otro tipo de
negocios (repartimientos, encomiendas). Logró controlar la Santa Inquisición desde mediados del
siglo XVIII.
Agustinos: La Orden de San Agustín arribó en 1551 y se instaló en Lima y en varias partes del
virreinato peruano, principalmente en la Sierra, extendiéndose incluso hasta el Alto Perú (actual
Bolivia). Tomaron a su cargo el célebre santuario de Copacabana, a orillas del Lago Titicaca, a
partir del cual predicaron con gran eficacia la doctrina católica a las poblaciones indígenas de sur
andino.
Fueron reuniones de obispos en los que se discutieron situaciones sobre problemas doctrinarios y
estrategias de evangelización, así como el modo de manejar la tensa relación con el poder civil.
Hubieron en total cinco Concilios Limenses, de los cuales, los más importantes fueron el primero y
el segundo celebrados en 1556 y 1561 respectivamente, presididos ambos por el Arzobispo de
Lima Fray Jerónimo de Loayza; y, sobre todo, el Tercer Concilio Limense convocado en 1562 por
Sto. Toribio de Mogrovejo.
Fueron personas que demostraron en su vida cotidiana el apego a las prácticas virtuosas y la
caridad por los más necesitados. Entre los principales Santos podemos mencionar a los siguientes:
5.1. SANTA ROSA DE LIMA: Dominica nacida en Lima en 1586 en un modesto hogar de criollos
pobres, dedicó su vida a la caridad y al cuidado de los pobres y enfermos, sin discriminación de
raza ni prejuicios sociales. Murio en 1617. Fue canonizada en 1671 por el Papa Clemente X, quien
la declaró Patrona de América y las Filipinas.
5.2. SAN MARTÍN DE PORRES: Dominico nacido en Lima en 1579. Mulato hijo de un español y una
esclava negra. Dedicó su vida al cuidado de enfermos, en los que realizó curaciones asombrosas.
Son igualmente remalcables los cuidados que tenía con los animales, haciéndose célebre su
famosa reunión del perro, pericote y gato. Murió en 1639, siendo canonizado recientemente en
1962.
5.3. SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO: Nacido en España, llegó al Perú después de asumir sus
votos sacerdotales. Sobresale por su preocupación por los indios, cuyo idioma hablaba con fluidez.
Llegó a ser Arzobispo de Lima. Murió en Saña en 1606, siendo canonizado en 1729.
Llamado también Tribunal del Santo Oficio, fue establecido en el Perú en 1570 durante el gobierno
del virrey Toledo. Su objetivo fue velar por los intereses de la Iglesia católica, combatiendo las
herejías, la brujería y las religiones ajenas a la fe católica. Los indios estaban fuera de su
jurisdicción.
Estaba integrado por un fiscal, un comisario, y tres inquisidores. Durante sus investigaciones se
aplicaba la tortura como mecanismo de “purificación del alma” para obtener la confesión del
inculpado. Una vez declarado culpable, el tribunal sentenciaba el castigo que debía padecer el
infeliz. La sentencia recibía el nombre de “AUTO DE FE”, sentencia que era ejecutada por el poder
secular en la plaza de Armas de Lima, en presencia de las más conspicuas autoridades virreinales.
Las penas iban desde azotes, hasta ser quemados vivos en la Hoguera inquisitorial. Durante los
244 años de vigencia, 371 prersonas fueron sentenciadas a diferentes penas, 32 de las cuales
murieron quemadas en la hoguera, aunque hay autores que elevan esta cifra a 59.
Fue un instrumento de coacción contra la libertad de pensamiento, vale decir, un medio opresivo
contra aquellos que no pensaban como el Estado y la Iglesia, convirtiéndose de este modo, en una
de las instituciones más represivas e intolerantes de la colonia. Horroriza el número de víctimas
que en Europa y el Perú pasaron por las manos de la Inquisición.
Durante el periodo colonial la educación colonial y el acceso a esta tuvo las siguientes
características:
Elitista: Debido a que el acceso a la educación fue un privilegio de clase, al que solo tenían acceso
los miembros de las clases dominantes (Españoles, Criollos ricos y Caciques). Las mayorías sociales
estuvieron excluidas de recibir educación.
Dogmática y absolutista: debido a que era impuesto por el Estado y no podía ser cuestionada.
Patriarcalista: en el sentido que la mujer estuvo excluida de recibir educación, excepto en algunas
familias de poder económico, donde por razones de estatus, la mujer recibió un tipo de
instrucción educativa, aunque elemental y simple.
Asistemática: dado que en la colonia no existió un sistema que normase y regulase los aspectos
concernientes a la educación básica y superior.