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La innovación educativa es la incorporación sistemática y planificada de prácticas transformadoras, orientadas a mejorar

los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Dado que la sociedad cambia a un ritmo muy rápido, los centros educativos deben innovar su forma de impartir
enseñanza, en muchas ocasiones incluso sin esperar a las grandes reformas educativas; muchas veces son las
evaluaciones de los procesos de enseñanza las que proporcionan datos y muestran las tensiones existentes entre las
viejas prácticas y las nuevas; la visibilización de estas tensiones serán las que llevan a los docentes a intentar resolverlas
por medio de innovaciones a la hora de enseñar.

Índice

1 Definición de innovación educativa

2 Innovación educativa y nuevas tecnologías

3 Factores resistentes y factores habilitantes para la innovación educativa

4 Papel del docente en la innovación

5 Fases del proceso innovador

6 Modelos de prácticas innovadoras

7 Referencias

8 Enlaces externos

Definición de innovación educativa

El concepto de innovación suele asociarse de manera general con cambios y mejoras. En el ámbito educativo, la
innovación se puede entender de dos maneras: como la adopción e introducción en la escuela de algo que ya existe por
fuera de ella o en el interior de la escuela, como producto o respuesta a la solución de un problema determinado o de
una necesidad interna (Ramírez; 2012). De aquí se desprende que la innovación es la incorporación de algo nuevo dentro
de una realidad existente dónde esta última resulta modificada. Al respecto, Gros Salvat define a la innovación como el
proceso de creación de conocimientos, productos y procesos nuevos, el cual conforma una parte esencial del trabajo de
las organizaciones ya que es un valor imprescindible para la sociedad del siglo XXI.1

Seien-Echaluce sostiene que una innovación educativa conlleva a cambios en el aprendizaje o formación que produzcan
mejoras en los resultados de aprendizaje. Para que sea considerada innovación así mismo, el proceso debe responder a
necesidades, debe ser eficaz, eficiente, sostenible en el tiempo y sus resultados, transferibles más allá del contexto
dónde hayan surgido2.
Jaume Carbonell, entiende a la Innovación Educativa como un 3"...conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o
menos sistematizados, mediante los cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas educativas vigentes.
La innovación no es una actividad puntual sino un proceso, un largo viaje o trayecto que se detiene a contemplar la vida
en las aulas, la organización de los centros, la dinámica de la comunidad educativa y la cultura profesional del
profesorado. Su propósito es alterar la realidad vigente, modificando concepciones y actitudes, alterando métodos e
intervenciones y mejorando o transformando, según los casos, los procesos de enseñanza y aprendizaje. La innovación,
por tanto, va asociada al cambio y tiene un componente – explícito u oculto- ideológico, cognitivo, ético y afectivo.
Porque la innovación apela a la subjetividad del sujeto y al desarrollo de su individualidad, así como a las relaciones
teoría práctica inherentes al acto educativo..." (Cañal de León, 2002: 11-12),

Gairín Sallán ha propuesto que las innovaciones que debemos potenciar son las que plantean el cambio con una mejora,
y lo orientan a producir transformaciones reales con incidencia en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Innovar no es
solo generar cambios en la práctica docente, sino sobre todo cambiar los valores, las creencias, y las ideas que
fundamentan a acción del profesorado y del alumnado. Suponen, por tanto, un cambio de mentalidad. En este sentido
manifiesta "...De ahí que hoy en día se vuelva a insistir en que los procesos de mejora se basan en la mejora de los
procesos didácticos en un trabajo colaborativo y mediante el desarrollo de nuevas competencias profesionales
individuales, y sólo en segundo lugar, si esas nuevas prácticas de enseñanza lo requieren, en cambios organizativos."4

La innovación o el cambio educativo responden a un enfoque pedagógico y metodológico. Esta aparente obviedad, pone
en evidencia dos cuestiones que suelen confundirse: no debe centrarse en los recursos por más útiles y atractivos que
sean y que asumirá la adquisición de aprendizajes significativos5.

Según Mónica Edwards (2009)6 para que el cambio sea innovación debe de ser consciente y deseado, sistematizado,
planeado, producto de un proceso, con fases establecidas, con un marco temporal de referencia y con un seguimiento y
evaluación determinados.

Una innovación debe partir del conocimiento, de las propias necesidades, del alumnado, o del centro, para que los
cambios generen verdaderas transformaciones (es decir, no innovar en lo innecesario, sino en lo que repercute). El
profesorado es la pieza clave en los procesos de innovación, pero necesita una formación básica y específica, sobre todo
en técnicas y estrategias para realizar innovaciones curriculares.

Para Jesús Salinas Ibáñez (2008) innovación no siempre es sinónimo de investigación. "En efecto, la innovación se refleja
en acciones que producen cambios en las prácticas, implicando pues, transformación de las prácticas educativas. Se trata
de un proceso intencional y planeado, que se sustenta en la teoría y en la reflexión, y que responde a las necesidades de
transformación de las prácticas para un mejor logro de los objetivos de éstas. En la investigación, la respuesta al
problema implica generación de conocimiento (teorías, modelos, ideas, materiales,…). Desde esta perspectiva, la
investigación educativa se nos presenta como la forma natural y deseable de llegar a la innovación (transformación de las
prácticas). La innovación se sustenta en la investigación, pero no todo proceso de investigación culmina necesariamente
en una innovación educativa."7

Por su parte, Axel Rivas (2017) propone una definición que coloca al estudiante como el principal objetivo de la
innovación educativa, de modo que para el autor es “como una fuerza vital, presente en escuelas, educadores, proyectos
y políticas, que es capaz de reconocer las limitaciones de la matriz educativa tradicional y alterarla para el beneficio de
los derechos de aprendizaje del siglo XXI de nuestros alumnos. Expresado en otros términos, innovar es alterar los
elementos de un orden escolar que apagan o limitan el deseo de aprender de los alumnos”8 . Esta definición supone el
cambio en algunos elementos de la escuela tradicional para construir en los alumnos la capacidad de actuar y
transformar su destino de manera autónoma.

Innovación educativa y nuevas tecnologías

La introducción de las TICs en el ámbito educativo ha dado un nuevo impulso a la pedagogía, estimulando al sistema
escolar en la búsqueda de nuevos caminos para aprender. Sin embargo, como señalan Correa y de Pablos, “aunque las
ventajas y posibilidades de las TICs son muchas, también hay que considerar que la rentabilidad que se le puede sacar a
la tecnología en el ámbito de la educación formal o de libre elección, choca precisamente con las limitaciones que
imponen a su uso, modelos de enseñanza tradicionales excesivamente centrados en el profesor, en su papel y
protagonismo en las aulas en el proceso de adquisición del conocimiento”.9

Los procesos de innovación educativa no son muebles de una sola pata y requieren de cambios más profundos que la
sola introducción tecnológica. Sancho (200510) y McClintock (200011) señalan que los entornos de aprendizaje
centrados en el docente casan mal con el uso de las computadoras, pensadas para realizar tareas diversas de tratamiento
de la información. “A similares conclusiones han llegado diferentes investigadores tras identificar y analizar las áreas
curriculares, los niveles, las filosofías de la educación, las culturas y otros factores contextuales que aseguran las
condiciones para una integración con éxito de la nueva tecnología educativa (Dede, 200012; Gordin y Pea, 199713;
Kozma, 200314; Linn, 199715; Riel, 200016; Scardanalia y Bereiter, 199117; Vanderbilt, 199718), señalando que el
cambio educativo esperado, no solo depende de la tecnología digital sino de la modificación de los roles de los docentes
y los alumnos, y de las relaciones entre ellos, la información y la experiencia”9

Para no caer en una "modernización conservadora", según Shomeck, el dilema se plantea entre dos opciones: apostar
por lo que ha denominado "e-musculating (musculación electrónica del profesorado) dotarle de los recursos
tecnológicos para que haga mejor, más rápido y más eficazmente lo que ha estado haciendo (más enseñanza tradicional,
transmisiva) o apostar por otro modelo de desarrollo profesional más creativo, reflexivo y crítico”.9

Factores resistentes y factores habilitantes para la innovación educativa

Factores que dificultan la innovación educativa:


En marzo de 2016 la Unesco en "INNOVACIÓN EDUCATIVA Serie “Herramientas de apoyo para el trabajo docente”, realiza
una enumeración de los factores que dificultan la innovación educativa al establecer "Las escuelas se adaptarán de
formas que requieran pocos o ningún cambio. La fuerza del status quo –sus principios, su visión, su patrón de relaciones
de poder, su sentido de la tradición y, por lo tanto, lo que parece correcto, natural y adecuado– casi descarta
automáticamente las posibilidades de cambio en este status quo", por lo que concluye que el pensamiento conservador
es el que impediría la innovación. 19

A su vez "Las dinámicas de cambio –ambigüedad, falta de certeza, incertidumbre y la complejidad de metas– provocan y
exacerban tales interacciones intensificadas. En esencia, el poder y las políticas afectan dramáticamente e incluso
determinan todas las dimensiones claves del cambio y la innovación en las organizaciones. Reflejan típicamente el fuerte
apoyo de unos y la férrea oposición de los otros. Los intereses de ambos grupos están en juego y cada truco y recurso
será empleado para provocar o para oponerse con éxito a la innovación (Mangham, 1979: 133)".

En forma coincidente concluye que en las organizaciones tradicionales el cambio suele ser una imposición jerárquica, de
arriba abajo, y ese es uno de los factores que retrasan la innovación.

Miguel Zabalza,20 en su artículo Innovación en la Enseñanza Universitaria, publicado en la revista Contextos Educativos,
opina que al interpretar que la innovación puede ocurrir como asimilación de nuevas ideas que van surgiendo desde la
base, se corre el riesgo de obviar que es necesario un proceso de sistematización, formalización, seguimiento y
evaluación de lo que ocurre cuando dichas ideas se convierten en el sustento de determinadas acciones dentro del
sistema, o de creer que las innovaciones se asimilan prácticamente de manera espontánea y natural. La realidad se
encarga de demostrarnos las resistencias y obstáculos que se presentan a la hora de aplicar reformas de arriba hacia
abajo y el papel fundamental que desempeñan las culturas académicas y organizacionales.

Otros factores que dificultan la innovación educativa son:

. Cuerpos directivos conservadores que se resisten a prácticas innovadoras.

. Docentes que tienen dificultades para llevar a cabo un proceso de análisis de sus prácticas, discernir las tensiones
existentes y proponer alternativas de solución.

. Falta de planificación y de coordinación entre todos los actores para la puesta en práctica de las innovaciones

. Escaso presupuesto para la investigación e innovación


. Condición del trabajo, predominantemente individual.

. Falta de tiempo para cumplir con el programa de estudios.21

. Falta de recursos institucionales para la innovación o la creación de ambientes de aprendizaje innovadores.22

Factores habilitantes para la innovación educativa:

En este sentido, pueden enumerarse los factores que promueven la innovación, a saber:

. La existencia de coordinación entre los distintos sectores del centro educativo. Es un factor habilitante cuando las
innovaciones se consideran muy necesarias porque aportan soluciones a problemas existentes.

. Habilitar al cuerpo docente a que brinde sus aportes en función de las reflexiones realizadas en sus prácticas
educativas.

. Existencia de un cuerpo directivo que habilite el diálogo entre los integrantes de la comunidad y que sepa
comprometerlos en el proceso de cambio.

Disponibilidad de los recursos necesarios

Papel del docente en la innovación

Con respecto al rol docente en la innovación tecnológica, Juana Sancho (1994) distingue dos posturas extremas en torno
a las que se suelen alinear los profesionales de la educación: tecnofilia y tecnofobia.23 La primera, plantea el profundo
convencimiento de que los artefactos electrónicos de última generación son la solución a todos los problemas
pedagógicos; por ello, en las escuelas bien dotadas de tecnologías cuyos docentes tienen una adecuada formación y con
alumnos motivados, los aprendizajes se realizarían de forma cuasi mágica. El otro extremo, la tecnofobia rechaza el
cambio y la innovación, por considerarla «deshumanizadora». En algunos casos, los tecnófobos acceden tímidamente al
uso de tecnologías antiguas por la tradición de su uso en el ambiente escolar.

Esta antinomia es de larga data, pudiéndose rastrear incluso desde Sócrates y la oposición al uso de la escritura, o incluso
posteriormente el recelo para aprovechar el invento de Gutemberg y utilizar libros impresos en clase. Para el siglo XX, el
surgimiento de nuevas tecnologías trajo nuevas disyuntivas: En los años ´50 con la Educación a distancia, en los ´60 con la
Enseñanza Asistida por Ordenador (EAO), el cine y la radio en los ´70, la computadora de los ´80, el aprendizaje
electrónico y la web de los ´90. Sin número de estudios bogaban por una u otra postura pero, con el tiempo y las
experiencias que resultaron de la práctica, hoy en día se reconoce que "ambas perspectivas tienen en común no
reconocer la naturaleza del problema que pretenden resolver mediante su actuación, lo que las sitúa en una posición
desde la que les resulta difícil dar respuesta a la problemática de la educación escolar".

Según De la Torre24, la formación del profesorado tiene una gran repercusión en toda la educación, ya que los y las
docentes son agentes de cambio, y no se producirá ningún cambio en la enseñanza sin la participación del cuerpo
docente. Este autor dice que la formación del profesorado debería tener en cuenta una serie de aspectos:

Que tengan una formación científica y pedagógica a la vez. (los docentes de Educación Secundaria tienen menor
formación pedagógica de la que debieran tener).

Que tengan una combinación de teoría y práctica.

Que tenga una formación que le permita reflexionar sobre su práctica docente, tratando de buscar mejoras en su forma
de enseñanza.

Que aprenda a trabajar en equipo, y que adquiera la “cultura de la colaboración”, que en Educación Infantil está
sumamente arraigada, que en Educación Primaria está menos arraigada, y en Educación Secundaria está casi
desaparecida.

La Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo ha planteado la necesidad de promover un aprendizaje


eficaz de los profesores en el siglo XXI para que puedan ser investigadores e innovadores en su práctica educativa. El
profesorado debe promover el desarrollo de investigaciones: aprender contenidos de investigación, desarrollar
habilidades, indagar, involucrarse en resultados25.

Esto implica un re-definición de la identidad del docente, que va más allá de ser competente en lo atribuido a su rol y le
exige disponer de competencias relacionadas con el campo de la investigación sea indagación, metodología,
investigación, comunicación. Proceso que a su vez implica la descentralización de la práctica pedagógica en el docente a
una práctica más centrada en el estudiante.

La innovación educativa debe basarse en prácticas fundamentadas y a su vez ser evaluada por la investigación para
seguir generando conocimiento en este campo. A largo plazo ayuda a la perdurabilidad de la propuesta en el tiempo (la
idea de ser sostenible) y al trabajo en forma comunitaria entre los docentes (trabajo colaborativo). Debe propiciar
aprendizajes entre los alumnos y también entre sus docentes, generando una comunidad profesional de aprendizaje.
Recién ahí se puede decir que la propuesta educativa de cambio es eficaz.

El profesorado debe promover entonces, el desarrollo de una cultura colaborativa, dónde los docentes sean conscientes
de la importancia del trabajo conjunto fundamentalmente en el diseño de propuestas pedagógicas que puedan mejorar
su práctica. Cultura que si trasciende lo institucional además puede enfocarse en dinámicas regionales, gracias a la
mediación que hoy en día pueden promover el uso de las tics.

Fases del proceso innovador

De acuerdo con Rivas (2007), antes de dar los primeros pasos para la innovación educativa es necesario tener en cuenta
los fines de la educación. Así, el autor plantea una serie de preguntas orientadas a su redefinición. Entre esos
interrogantes se encuentran: “¿Qué aprendizajes queremos lograr en nuestros alumnos? ¿Qué aprendizajes harán que
todos quieran llegar y quedarse hasta el final de la escuela secundaria? ¿Quién y cómo debe definirlo? ¿Cuáles son las
fuentes de legitimidad de eso que hay que aprender? ¿Qué tanto hay que cambiar de lo que vienen enseñando las
escuelas o de lo que se supone deben enseñar? ¿Cómo se actualizará lo que hay que aprender?”

Por su parte, según Salinas (200826), la innovación educativa sigue las mismas etapas que todo proceso de innovación.
Estas son: sistematización, formalización, seguimiento y evaluación. Curry (200227), quien ha estudiado el proceso de
cambio en las organizaciones, distingue tres etapas fundamentales: 1) Movilización, por la que el sistema es preparado
para el cambio; 2) Implantación, en la cual el cambio es introducido; 3) Institucionalización, cuando el sistema se
estabiliza en la nueva situación.

De la Torre, 28por su parte, diferencia tres fases:

Fase uno: Planteamiento inicial. En esta fase se estructuran las actuaciones que se van a llevar a cabo mediante el
consenso. El motor inicial del proceso de innovación, es el desajuste entre lo que se tiene y lo que se desea. Tras
concienciarnos del problema, se confrontan situaciones y se va llegando a un acuerdo que nos lleve al diseño de un plan
de actuación. Dicho diseño se difunde a todos los usuarios (en este caso, el profesorado que lo va a llevar a la práctica)
para su implementación.

Segunda fase: Fase de implementación. Es la fase en la que se aplica y se pone en práctica el diseño elaborado
anteriormente, la fase anterior. Es en esta implementación donde van apareciendo problemas que se han de ir
resolviendo sobre la marcha para que la innovación llegue al fin que perseguía.

Tercera fase: Fase de evaluación. En esta fase se analizan y se valoran los resultados de la innovación, y sobre todo el
grado se consolidación del cambio para poder ir avanzando. Para ello, se diseña un plan de evaluación donde se
concreten los métodos, las técnicas, y los instrumentos de medida. Posteriormente, se recogen los datos, se analizan, se
interpretan y se difunden los resultados. En dicha interpretación, se tienen en cuenta variables del tipo “implicación del
profesorado”, “existencia de recursos económicos suficientes”, o “si se ha recibido asesoramiento externo experto y
especializado”, entre otras.

Modelos de prácticas innovadoras

Se ofrecen a la sociedad globalizada, algunas propuestas que implican una respuesta a las necesidades de un individuo.
Entre ellas:
Aulas abiertas. Debido al trabajo de las familias, se abren las aulas para que los niños en horario extraescolar realicen
actividades de teatro, danza,informática, deporte, inglés, entre otros.

Aulas de enlaces. Los niños extranjeros puedan aprender la lengua materna del país de destino (en el caso de España,
sería el castellano), y compartir con otros compañeros y compañeras otras actividades que no implican dominio de dicho
código.

Programas de enriquecimiento educativo. Demandas de familias de niños de altas capacidades intelectuales para
trabajar las habilidades sociales, la creatividad y profundizar temas de interés.

La Universitat Oberta de Catalunya desde el año 1995 implementa un proceso de innovación, con la meta de generar
transferencia de contenidos. En este caso, se destacan los ámbitos en los cuales se focaliza el proceso innovador:
aprendizaje inmersivo (exploración a través de entornos virtuales) y colaborativo; evaluación de competencias y
exploración de nuevos formatos y canales.

Graduate XXI propone recursos y experiencias para la deserción escolar en América Latina.

El Programa Self Organizing Learning Environments (SOLE) propone la creación de entornos de aprendizajes donde los
estudiantes de organizan para aprender. La propuesta de SOLE implica una metodología por la cual los maestros cumplen
la función de guiar y observar lo que sucede en la sesión, mientras los niños inician por decisión propia la búsqueda y
exploración de nuevos conceptos. El creador de este programa es Sugata Mitra, quien ha llevado adelante diferentes
experiencias en el campo de la innovación educativa.

Red de Escuelas Mentoras de Latinoamérica: Consiste en una comunidad de aprendizaje conformada por escuelas que
lideran procesos de innovación pedagógica con el objetivo de transformar sus realidades institucionales e impulsar el
trabajo colaborativo entre escuelas.

Escuelas Lumiar. Estas escuela promueven la formación de estudiantes autónomos que sean capaces de trabajar
colaborativamente en una sociedad democrática. Originario de San Pablo, Brasil, este proyecto propone y lleva a la
práctica la metodología del Aprendizaje Basado en Proyectos. En cada proyecto, ese aprendizaje va contemplando
diferentes competencias y áreas del conocimiento.

Referencias

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