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ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS,

DESDE LA LUPA FILOSÓFICA DE GILLES DELEUZE


Variaciones filosóficas sobre una obra clásica de Literatura Infantil

Dra. Liliana J. Guzmán – Lic. Marta S. Martinez1

V Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil

FCH – UNSL

Eje temático:

La literatura Infantil y Juvenil desde el punto de vista de la teoría, la crítica y la


investigación.

Resumen

En una de sus obras capitales, Gilles Deleuze realiza una mirada aguda, estética y
filosófica, del clásico libro de Lewis Carroll: Alicia en el país de las maravillas. En este
trabajo analizamos parcialmente el juego de variaciones por las cuales Deleuze construye
una interpretación singular del cuento, tal como expone en Lógica del sentido. Nos
detendremos especialmente en aquellos nudos que atañen específicamente a un
pensamiento de la alteridad de la infancia, tales son: las paradojas del devenir, las
dualidades, el juego de Aión, la singularidad, la constitución ontológica, el
acontecimiento y el lenguaje.

En suma, la apuesta de Deleuze es la invitación a un modo de filosofía en la que


el interrogante sobre la lectura de textos literarios vaya a la búsqueda de problemas
intrínsecos al pensar y al ejercicio ontológico de la diferencia, o el modo de la
subjetivación por el cual el lector -como en el juego de los niños- se constituye en un
devenir de sí en el mismo juego de Alicia: con sus fantasmas, sus simulacros y los otros
de sí misma. Asimismo, Lógica del Sentido, como interpretación de Alicia en el País de
las maravillas, es el comienzo de un legado filosófico que interpela y transforma la noción
de concepto filosófico como también una invitación a pensar con la literatura y promover

1
Proyecto CYT Consolidado “Hermenéutica y Subjetividad: dispositivos pedagógico-filosóficos y estético-
políticos en educación, comunicación y diferencias”.
la experiencia con la lectura de los textos clásicos, precisamente para pensar la inquietud
de sí con la alteridad y las diferencias que, sólo en el acto de leer, deviene posible.

La filosofía como creación y simulacro

Previo a la lectura de Deleuze sobre el clásico Alice in Wonderland, es preciso


realizar algunas notas demarcativas acerca de su apuesta filosófica, especialmente por
encontrarse su pensamiento más cerca del arte que de los filosofemas, mas cerca de la
creación que de la enunciación repetitiva de algo antedicho e instalado en una categoría
aceptada en el standard de lo filosófico. Por ello Deleuze, en una proposición afirmativa
y vital, nos convoca a otro modo de filosofar, a aquel donde la filosofía consta de la
creación de conceptos (Deleuze, Guattari, 2006). Esta práctica del filosofar se define en
el horizonte nietzscheano del pensamiento como arte, de la voluntad como afirmatividad
y de la verdad como simulacro. Para Deleuze, la filosofía es construir y devenir en lo
“impensado del pensamiento”, tal como formula en Diferencia y Repetición (Deleuze,
1968; Canci, 2011).

Así como en Nietzsche la filosofía es un arte de perspectivismo y una voluntad


apasionada, un amor fati, también el arte es aquello que adviene en el eterno retorno no
de lo idéntico sino de la transformación de la constitución ontológica y sus diferencias.
De la misma manera, en Deleuze, no hay constitución ontológica si el pensamiento
filosófico no emprende una tarea por la diferencia y de la mano del arte, precisamente
para reivindicar el pensamiento de la imagen, de la imagen móvil, y del pensamiento
como simulacro, como creación, como imagen construida en la cartografía de lo
convencional, lo metafórico y lo simbólico. Esta apuesta al arte como pensamiento del
movimiento desde el simulacro, en Deleuze está profundamente comprometida con una
revisión critica de la filosofía de Platón, utilizando la obra de Platón contra el mismo
Platón y a favor de los excluidos del oficialismo filosófico de Platón: los sofistas, los
poetas, los artistas, el arte plástico y el lenguaje de la literatura. Para recuperar el sentido
del filosofar, Deleuze rehabilita el pensamiento como diálogo del alma consigo misma,
pero lo hace desde la frontera delimitada por el mismo Platón, afirmando el simulacro y
la voluntad de creación como condición sine qua non del pensamiento, del pensamiento
del ser y del ser, no en cuanto a lo idéntico a sí mismo, sino como retorno y devenir de
sus propias diferencias.
Es en esta apuesta, entonces, que Deleuze invita a pensar filosóficamente con la
literatura, explicitando el pensamiento de la literatura no solo como diferencia y
constitución ontológica sino más aun, habilitando el lenguaje de la literatura como el
pensamiento del simulacro y los fantasmas con los cuales (nos) pensamos. Y no otra cosa
es lo que ocurre con el texto de Alice in Wonderland.

Alicia, o la paradoja del sentido

En la exégesis de Miguel Morey, las dos obras claves del pensamiento deleuziano
son Lógica del Sentido y Diferencia y Repetición. En la segunda, vemos postuladas estas
conjeturas que explicitamos anteriormente sobre la rehabilitación del filosofar como
juegos de la verdad con el lenguaje y el simulacro, y ello en la premisa según la cual el
ser no es idéntico a sí mismo, sino que se constituye ontológicamente por sus diferencias.
En la primera, Lógica del Sentido, encontramos a los fines de la relación entre filosofía y
literatura los nudos que atañen específicamente a un pensamiento de la alteridad de la
infancia. En efecto, tales nudos son las paradojas del devenir, las dualidades, el juego de
Aión, la singularidad, la constitución ontológica, el acontecimiento y el lenguaje.

Lógica del sentido comienza enunciando las treinta y cuatro series de paradojas
de Alice in Wonderland. En este texto nos ocuparemos sólo de cinco.

Acerca del devenir es la primera paradoja de la obra literaria. Deleuze formula


que en rigor el juego de Alicia es un juego del tiempo: el tiempo es presente puro, entre
el pasado y el futuro, pero es lo que deviene como pura actualidad (de deformación y
engrandecimiento/empequeñecimiento) en la cual se da un doble movimiento: la
dimensión de las cosas como dualidades -permanentes o temporales- en las que el sujeto
oscila entre el reposo y el movimiento, y luego el devenir presente y simultáneo de sus
figuras de si misma, en lo cual el sujeto es un presente que deviene en sí desde la alteridad
de sus propias figuras.

La cuarta serie de paradojas, la de las dualidades, nos sitúa en la descripción de


Alicia como el devenir sujeto desde el movimiento del ser en sus propias dualidades:
Alicia es quien oscila entre crecer y decrecer, comer y hablar, ser cuerpo y ser lenguaje.
La paradoja de las dualidades de Alicia se da en paralelo al movimiento del lenguaje, tal
como Crátilo expone en el diálogo platónico: el lenguaje está aquí y allá según se
formulen las convenciones humanas sobre las palabras y sus sentidos. Pero asimismo las
dualidades están en el orden de lo real físico y la imagen espejo, doble situación en la que
Alicia oscila permanentemente en la obra sin saber cual de todas las instancias que
atraviesa es la verdadera realidad.

La décima serie de paradojas (y también la vigésimo tercera) que expone Alicia,


es la del devenir del tiempo mismo de la singularidad. Deleuze denomina a esta serie de
la temporalidad como “juego ideal”, pues en rigor se trata del juego ideal del tiempo que,
desafiando el tiempo cronológico, es el tiempo que juega a los dados. Contra el imperio
de Cronos, el tiempo de Aión juega a los dados con algunas particularidades: no es un
juego azaroso, sino que sus reglas preexisten al juego, las reglas intervienen sobre el azar
con el ejercicio de la diferencia, es un juego organizado en distribución temporal y
espacial específicas, y finalmente es un juego de consecuencias ontológicas sobre la
singularidad porque es un juego que define el devenir de la singularidad a través de la
temporalidad del juego, de Aión.

La serie vigésimo primera nos sitúa en otra de las mutaciones del devenir si mismo
de Alicia: el acontecimiento. El acontecimiento es el juego de las determinaciones según
signos y precisiones que engendran la constitución ontológica. El acontecimiento es el
juego de lo que deviene diferente, cual actor de sus propias contra-efectuaciones, de sus
propias mutaciones, en las cuales la vida, con su finitud, con la herida trágica que
atraviesa la subjetivación romántica de todo personaje literario situado epocalmente en
este momento de la obra. El acontecimiento en Alicia es, precisamente, el devenir de sí
misma de sus propias transformaciones y subjetivaciones del ser.

Finalmente, la vigésimo sexta serie nos interpela en las paradojas del lenguaje. El
acontecimiento es el juego de la diferencia ontológica del ser, como el lenguaje es el
acontecimiento de tal constitución y de tal modo de narrarla, en su mayor dualidad,
alteridad y extrañeza. El lenguaje enuncia el acontecimiento y hace posible la
designación, manifestación y significación. “Son los acontecimientos quienes hacen
posible el lenguaje”, dice Deleuze (2005). El acontecimiento deviene materia como en el
relato de Alicia: el acontecimiento funda el lenguaje, como también el devenir y la
transformación en el cuerpo, en las acciones y pasiones, la subjetivación en el movimiento
de sí y la constitución en el verbo por el cual se define: jugando 2.

2
Lo decimos en gerundio (jugando), pues gramaticalmente muestra una acción no definida por tiempo,
ni modo, ni número, ni persona. Es la expresión del acontecimiento del lenguaje, según formula el
autor, siendo el mismo lenguaje “un acontecimiento único que se confunde ahora con lo que lo hace
posible”. (2005)
Filosofar con la literatura: otra experiencia con la lectura de un relato de infancia

La UNESCO en el documento “Filosofía una escuela de la libertad” invita a hacer


foco sobre las prácticas con propósitos filosóficos tanto en los espacios educativos
formales como en los informales, en virtud de considerar a la filosofía un recurso
indispensable para la promoción de la reflexión independiente acerca de los problemas
actuales y el futuro de la condición humana (Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura y Universidad Autónoma Metropolitana México,
2011). Los desarrollos de Matthew Lipman y Ann Sharp con su programa de Filosofía
para Niños (EEUU), el trabajo de Oscar Brenifier e Isabelle Millon con su Institut de
Pratiques Philosophiques (Francia), las Comunidades de Indagación Filosófica de
Catherine Mc Call y más cerca, los abordajes filosóficos destinados a la infancia desde la
perspectiva latinoamericana (BARRIENTOS RASTROJO, 2013), han refrescado nuestra
mirada sobre la complexión pensante de los niños, sobre el necesario acompañamiento
para su pleno despliegue y sobre el derecho a filosofar. En el contexto de esta jornada, es
relevante señalar que el campo de la literatura infantil y juvenil, ha acompañado esta
visión luminosa de la infancia, perspicaz, intuitiva y sensible como para abordar los
vericuetos de la vida, de la historia, de la cultura, de la propia subjetividad jugando con
cuentos, poemas y canciones, creados para ellos, destilados por las tradiciones o
confiscados por ellos mismos de otros territorios literarios y reterritorializados en sus
propias infancias.

Nada es más placentero que filosofar a través de una obra de arte, nada más
movilizador y desafiante que zambullirnos en el sin sentido para hallar sentido. Por eso
Alicia y su País de Maravillas perduran como el paradigma de la literatura infantil, como
espejo de infancias y como fuente inagotable de nuevas comprensiones.

Bibliografia

Barrientos Rastrojo, José. Filosofía para niños y capacitación democrática freiriana.


Portugal, Liber Factory, 2013

Canci, A. Deleuze, una Introducción, Buenos Aires, Quadrata, 2011.

Deleuze, G. Diferencia y Repetición, Amorrortu, Madrid, 2008.


Deleuze, G. Lógica del sentido, Barcelona, Paidós, 2005.

Deleuze, G. Guattari, F. ¿Qué es la filosofía?, Madrid, Anagrama, 2006

Derrida, J. (23 de 05 de 1991). El derecho a la filosofía desde el punto de vista


cosmopolita. Conferencia auspiciada por UNESCO. Recuperado el 27 de 07 de
2017, de http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:Endoxa-19990689C469-
BD88-32CE-6E72-E98D999018EA/derecho_filosofia.pdf
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y
Universidad Autónoma Metropolitana México. (2011). La filosofía una escuela
de la libertad. México: UNESCO.

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