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La construcción del espacio

Técnica, forma, función


The Construction of Space
Technique, Form, Function
56 John Winter
El dilema tecnológico de Le Corbusier
Le Corbusier 's Technological Dilemma

62 Ignacio Paricio
Entre la abstracción y la realidad
Voluntad geométrica y coherencia constructiva
Between Abstraction and Reality
Geometric Will and Constructive Coherence

66 Yago Bonet Correa


La genealogía de un tipo
El espacio de doble altura
The Genealogy 01 a Type
Two-Story Free Space

70 Juan Herreros e Iñaki Abalos


De la ventana corrida al brise-soleil
Los límites de una idea
From Sliding Windows to the Brise-soleil
The Limits 01 an Idea

74 Jorge Sainz
De y sobre Le Corbusier
Bibliografía en español
A Spanish Bibliography 01 L e Corbusier

81 Resumen en inglés
English Summary

Cubiertas:
De A& V n.O 9: collage integrado por la fotografia de A. Klipstein
«Le Corbusier en la Acrópolis» (1911), una fotografia de la Villa
Saboya de Jaime Ardilés-Arce y un detalle de «La Bandera Negra» ,
óleo de Magritte ( 1937). En contraportada, la «Bailarina» de Le
Corbusier (1954) sobre una fo tografia de la Villa Saboya.
De A&V n.O 10: detalle del óleo de Le Corbusier «Mujer ante una
puerta» (1940) sobre una fotografia de la Cité de Refuge de Deidi
von Schaewen. En contraportada, collage de una fotografia de Le
Corbusier (paris, 193 1) sobre un dibuj o de La Ville Conlemporaine
(1922) y una fotografia de la Unité d'Habitation de Marsella.
Jorge Sainz
De y sobre Le Corbusier
Bibliografía en español

Desde el momento en que él mismo decidió editar su propia tarde rastreará la influencia de la arquitec-
tura italiana del siglo XVI en los paneles
obra, Le Corbusier empezó a suscitar adhesiones decididas por ciegos de algunas villas del arquitecto sui-
la vía de la seducción; poco después, aún en vida del maestro, zo en «Manierismo y arquitectura moder-
la crítica y la historiografia asumirían la responsabilidad de na», de 1950 (en Manierismo ... , pp. 35-61).
Diez años después, estando Le Corbusier
tomar distancia y sacar sus propias conclusiones. En todo caso, aún vivo, hará una auténtica disección
la bibliografia corbuseriana ha supuesto en algunos momentos formal del convento dominico de Eveux-
un caudal casi torrencial y, aunque el paso del tiempo podría sur-Abres le en «La Tourette», de 1961 (en
M anierismo ... , pp. 179-195), resaltando la
haber traído consigo el correspondiente remanso, lo cierto es continuidad del motivo del muro ciego a
que todavía hoy está exigiendo nuevas interpretaciones. Por lo largo de la obra del arquitecto. Estos
temas resultan especialmente queridos pa-
ahora -y con mayor motivo en el año del Centenario- el ra Rowe, quien aún hoy sigue aportando
último estudio sobre Le Corbusier está siempre «en prensa». sus sutiles reflexiones para un más profun-
do conocimiento de las raíces formales del
gran maestro moderno.
Tampoco el prolífico Philip Johnson se
Le Corbusier se distingue de otros maes- Gili, Barcelona, 1982; traducción de Rei- olvidó de Le Corbusier. Cierto que no es
tros modernos en que él mismo se encargó nald Bernet). En 1933 nuestro arquitecto uno de sus arquitectos favoritos, pero no
de ir publicando su obra arquitectónica ya acababa de dar el salto desde sus villas deja de considerarle como el líder del
desde 1929, llegando a sacar siete volúme- cúbicas, tersas y enfoscadas, a una nueva Estilo Internacional. Entre sus Escritos
nes a los que se añadió en 1969 el octavo postura en favor de formas más rústicas y (Nueva York, 1979; Gili, Barcelona, 1981,
tomo con las últimas obras. Todo ello de materiales rugosos en estado natural. pp. 205-210; traducción de Eduard Mira)
constituye su famosa Oeuvre complete. La Resulta fascinante la habilidad de Kauf- se incluye la reseña que hizo en 1953 al
versión condensada de esta oeuvre se editó mann para comprender que, por encima volumen quinto de la Oeuvre complete
en castellano como Le Corbusier, 1910- de sus formas aparentes, los principios (1942-52) y que tituló «Juego correcto y
1965 (ArtemisjGili, ZurichjBarcelona, compositivos de Le Corbusier representa- magnífico ... ». En él, Johnson percibe cla-
1971; traducción de Juan Eduardo Cirlot) ban la culminación de una arquitectura ramente el cambio de actitud de Le Corbu-
y fue la base para el manual aparecido en que tiene su origen a finales del siglo XVIII. sier después de la guerra y se siente más
la colección EstudiojPaperback de la mis- Tras citar algunos párrafos casi idénticos partidario de dicha definición de arquitec-
ma editorial catalana (1976 y ss. ; traduc- escritos por ambos arquitectos sobre los tura que de la actitud maquinista de los
ción de Lucy Nussbaum). sólidos de formas puras, Kaufmann acaba años veinte.
Además de actuar en toda una serie de manifestando la coherencia de establecer Entre las obras que pueden calificarse de
campos artísticos, Le Corbusier también esta relación, y, por tanto, de mencionar alabanzas escritas en vida del arquitecto
utilizó con profusión la palabra como ve- «al arquitecto cuya obra supone la plena hay que mencionar el libro de Peter Blake,
hículo de expresión y propaganda de sus afirmación de los nuevos principios alIado Maestros de la arquitectura: Le Corbusier,
planteamientos arquitectónicos. Una lista de aquel otro cuyas facultades creadoras Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright
completa de sus escritos se puede encon- marcaron su comienzo». (Nueva York, 1960; Víctor Lerú, Buenos
trar en el primer volumen citado. De todos Igualmente conocidos son los análisis Aires, 1963; traducción de Ludovico C.
ellos, una buena parte existe en versión realizados por Colin Rowe. Con fechas Koppmann). Esta triple monografia con-
castellana, desde el decisivo Vers une archi- que ahora resultan insólitamente tempra- tribuyó en buena medida a establecer el
tecture hasta el póstumo Viaje de Oriente l . nas, el alumno aventajado de Wittkower concepto de «maestro» de la arquitectura.
compara los sistemas compositivos de las Esos precursores decimonónicos que
Monografías y análisis críticos villas Rotonda y Malcontenta de Palladio «rompieron con el pasado» y pusieron «las
Posiblemente el primer intento de colocar con los de las villas Saboya y Stein de Le bases de lo que hoy conocemos como
a Le Corbusier dentro de una tradición Corbusier en su artículo «Las matemáticas arquitectura moderna» dieron paso a «me-
-en vez de considerarlo simplemente un de la vivienda ideal», de 1947 (en Manieris- dia docena de artistas originales» que su-
original artista de vanguardia- se debe al mo y arquitectura moderna, y otros escritos, pieron aprovechar instintivamente las nue-
sorprendente Emil Kaufmann y a su libro Gili, Barcelona, 1978, pp. 9- 33; traducción vas posibilidades técnicas de la época, pero
De Ledoux a Le Corbusier (Viena, 1933. de Francesc Parcerisas). Pocos años más que también «tuvieron una suerte de visión

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poética del mundo» que les permitió ade- apologistas de Le Corbusier y del raciona-
lantarse a sus coetáneos. Le Corbusier es, lismo. Por su cantidad y por su calidad,
para Blake, «el heredero de la tradición reflejan el interés que para Venturi tenía
clásica del Mediterráneo» y «el maestro de - y sigue teniendo- la obra del arquitecto
la forma». Como era de esperar con tal SUIZO.
introducción, el libro es una colección de El mismo año otro de los críticos anglo-
epítetos engarzados para exaltar la figura sajones más volcados en la arquitectura
de Le Corbusier. No obstante, la cantidad moderna, Alan Colquhoun, publica <<inte-
y la precisión de las descripciones -que racciones formales y funcionales. Un estu-
amplían en muchos casos las de la Oeuvre dio de dos de los últimos proyectos de Le
Complete- hace que el libro sea referencia Corbusier» (1966, en Arquitectura moderna
inevitable para conocer la postura de la y cambio histórico. Ensayos: 1962-1976;
década prodigiosa ante el epílogo de un Gili, Barcelona, 1978, pp. 34-43; traduc-
mito. Los admiradores de Le Corbusier ción de Pilar Bonet). Los dos proyectos a
disfrutarán con su lectura y sólo desperta- los que se refiere son la embajada francesa
rán del ensueño cuando lean que las obras en Brasilia y el hospital de Venecia, ningu-
de Chandigarh siguen a buen ritmo. Tras no de los cuales se llegó a construir. Para
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una cita de Vers une architecture, la"apolo- Colquhoun, estos proyectos «parecen re-
gía del maestro termina con una secuencia vertiente antropológica del diseño arqui- presentar dos puntos extremos en la obra
lapidaria: «Fidias, Miguel Angel, Le Cor- tectónico, y el cuarto se lanza al resbaladi- de Le Corbusier». Tales extremos se referi-
busier. Inteligencia y pasión; la eterna zo mundo de las relaciones entre poesía y rían, por un lado, al volumen y la sUperfi-
afirmación; el momento decisivo.» estética. Sobre la Unité no se ofrece un cie -que el crítico denomina «tendencias
Entre los estudios dedicados monográfi- profundo análisis crítico, sino una mera clasicistas» del arquitecto-, y, por otro, a
camente al arquitecto, el de Fran<;:oise descripción de tono más bien aprobatorio . los modelos de crecimiento, a las formas
Choay, L e Corbusier (Nueva York, 1960; Aún se sentía la presencia del maestro. irregulares y espontáneas, y a las transfor-
Bruguera, Barcelona, 1961 ; traducción de En 1965 muere Le Corbusier. Al año maciones. Con estos planteamientos se ha-
Marcelo Miralles), fue el primero traduci- siguiente Robert Venturi lanza lo que será ce un recorrido crítico-formal por los dos
do al castellano y nos llegó inmediatamen- la obra teórica más trascendental de las proyectos para acabar concluyendo que,
te después de su publicación. Forma parte dos últimas décadas: Complejidad y contra- en ambos, «la impresión de complejidad es
de una colección sobre los maestros de la dicción en la arquitectura (Nueva York, el resultado del impacto de varios subsiste-
arquitectura mundial, entre los que, ade- 1966; Gili, Barcelona, 1974; traducción de mas heterogéneos sobre unos esquemas
más de los habituales Mies y Wright, están A. Aguirregoitia y E. de Felipe). Por si básicos que, en sí mismos, son extremada-
también figuras tan dispares como Gaudí, alguien consideraba a Le Corbusier el líder mente simples».
Aalto y Nervi. El tono del libro es clara- de «los arquitectos modernos ortodoxos», Tampoco Colquhoun ha dejado de escri-
mente laudatorio; Choay compara la in- Venturi lo menciona en una decena de bir sobre Le Corbusier. En el mismo libro
fluencia de los escritos de Le Corbusier a ocasiones poniendo algunas de sus obras aparece otro artículo titulado «Desplaza-
la de los tratados del Renacimiento. Ante como ejemplos de las curiosas categorías miento de conceptos en Le Corbusier» (pp.
la complejidad de algunos argumentos, que el arquitecto americano introduce en 113-126), de 1978, en el que se hace un
Choay concibe su libro como «una guía su teoría. Así, Venturi se pregunta: «La agudo análisis de algunos de los rasgos
para recorrer el mundo de Le Corbusier, villa Saboya ¿es una planta cuadrada o formales más característicos de Le Corbu-
en sus aspectos de obra dialéctica o teórica no?», y de la misma casa afirma que «es sier. El crítico hace referencia a la dialécti-
y constructiva o práctica». Se busca la sencilla por fuera, aunque es compleja por ca que el arquitecto mantiene con la tradi-
síntesis, no la biografia o el estudio analíti- dentro», y que los contrastes de su planta ción, afirmando que «la modificación y
co. Lo que el libro intenta «es el encuentro reflejan lo que él denomina «contradicción contradicción de obras tradicionales es un
del significado, el espíritu que alienta en adaptada» y «contradicción yuxtapuesta», leitmotiv constante de su trabajo». Es a
toda obra de arte». El texto se compone de aunque el primer ejemplo que pone de esto estos «desplazamientos» a los que se refie-
cuatro capítulos y una descripción de la último es el edificio de la Millowners' re el título. Colquhoun da después un
Unité de Marsella. El primero es una breve Association en Ahmedabad, también de repaso analítico a los «cinco puntos» de Le
biografia inconclusa; el segundo da un Le Corbusier. Estas lecturas, que hoy ya Corbusier, poniendo de manifiesto cómo
repaso a la dialéctica entre aspectos racio- son consideradas como algo habitual, de- todos ellos son temas tradicionales enfoca-
nales y maquinistas; el tercero estudia la bieron de resultar extravagantes para los dos desde una nueva óptica. Añade luego

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otra serie de influencias de la cultura ar- do en todos los estudios sobre Le Corbu-
quitectónica precedente que tienen un cla- sier, en especial las provenientes de la
ro reflejo en la obra del arquitecto, como edición inglesa (1979), en la que el autor
pueden ser el claustro monacal o el poché reordenó y reescribió todo el texto, demos-
Beaux-Arts. En conjunto, constituye un trando así el interés por poner al día sus
delicioso paseo analítico por una serie de reflexiones anteriores. Lamentablemente,
obras que se observan con una claridad de la edición castellana es traducción de la 2
juicio sorprendente, que queda reflejada en francesa aparecida simultáneamente al ori- sier. Análisis de la forma, de Geoffrey
una de sus sentencias finales: «La materia ginal alemán y, por tanto, no recoge las Baker (Van Nostrand Reinhold, UK, 1984;
prima de la arquitectura es, en gran parte, actualizaciones de la más reciente. Gili, Barcelona, 1985; traducción de San-
la cultura arquitectónica en un momento La única aportación nacional exhaustiva tiago Castán), que aborda las obras más
dado de la historia.» sobre Le Corbusier se debe a Antonio importantes del arquitecto desde una pers-
Volviendo a 1968, tres años después de Fernández Alba, que en 1970 escribió una pectiva compositiva basada en una teoría
la muerte del arquitecto su compatriota biografia crítica en una colección de fascí- sobre la forma arquitectónica, cuyo análi-
Stanislaus von Moos escribe la que va a ser culos titulada «Los protagonistas de la sis «se desarrolla a través de un conjunto
la primera monografia crítica de su vida y historia» (Ibérico Europea de Ediciones, de diagramas que diseccionan la forma
su obra: Le Corbusier (Frauenfeld, 1968; Madrid). Su trascendencia debió de ser con el fin de poner al descubierto la rela-
Lumen, Barcelona, 1977; traducción de considerable dado que por entonces sólo ción de los distintos elementos entre sí y
José Batlló). El crítico suizo atribuye la existía en castellano la elogiosa monogra- con las condiciones específicas de cada
escasez de obras sobre el arquitecto al fia de Choay. La postura de Fernández emplazamiento»; se trata de un trabajo
hecho de que «nadie ha comentado su Alba es claramente revisionista. Toma co- sistemático, cuyo atractivo gráfico no
pensamiento y su obra con más lujo de mo base un esquema cronológico, pero en oculta cierta superficialidad analítica.
detalles» que el propio Le Corbusier. El él va intercalando enfoques temáticos, po- Observando el panorama editorial de los
tema sobre el que se centra el libro es el de niendo en cuestión muchas actitudes polé- años ochenta, lo primero que se aprecia es
la construcción sometida a una «cosmolo- micas del maestro. En su primera etapa, que no se ha vuelto a abordar una síntesis
gía poética» y a una escala de valores «su lucha contra la Historia ---dice el exhaustiva hasta hace poco tiempo, y sin
humanos. Se ocupa de los aspectos inme- autor- disecó en parte la imagen nueva duda el trabajo más serio ha sido el de
diatos y perceptibles que reflejan el signifi- que nacía; un afán deliberadamente asépti- William Curtis en su libro Le Corbusier:
cado del pensamiento y el lenguaje de Le co, de imágenes inéditas, canceló el puente ideas y formas (Oxford, 1986; Hermann
Corbusier. Von Moos es el primero que histórico». Fernández Alba demuestra Blume, Madrid , 1987; traducción de
escribe con una cierta perspectiva crítica gran capacidad crítica al apuntar un tema Jorge Sainz Avia). Para Curtis, Le Corbu-
que le permite distanciarse para tener una que recientemente ha sido confirmado con sier es «uno de esos raros individuos que
«visión de conjunto», en vez de dejarse amplitud: la similaridad estructural entre han alterado los postulados del arte de un
llevar por posturas inclinadas a favor o en los edificios y las teorías urbanas de Le modo fundamental» y cuyos hallazgos «se
contra del maestro. Con motivo de la Corbusier. «Sus mallas de diseño ---dice- han convertido ahora en parte de nuestra
edición española Von Moos recalcaba que son como extrapolaciones a escala urbana tradición». Consciente de las limitaciones
el libro no era el «relato de un "ex-comba- de la pequeña célula para habitar» y, a su que toda síntesis impone, el historiador
tiente"», sino la obra de un historiador vez, «L. c., en sus edificios, reproduce a justifica el título de su libro explicando que
muy posterior al arquitecto, y reiteraba escala arquitectónica la imagen de la ciu- «se ocupa sobre todo de los diversos mo-
que no se trataba de un «informe apologé- dad». Tras una detallada exposición de los dos en que el arquitecto condensó muchos
tico», sino de un «estudio crítico». esfuerzos del maestro por mejorar el mun- niveles de significado en sus obras singula-
La estructura del libro resulta curiosa do, Fernández Alba acaba con un «pero». res, tratándolas como emblemas simbóli-
puesto que dedica los dos primeros capítu- Según él, «pese a tanta literatura panegíri- cos o microcosmos de una visión más
los a relatar cronológicamente los prime- ca que sus trabajos han producido, no amplia del mundo». El libro, pues, se
ros años de Jeanneret en Suiza y París para encontró el camino de una praxis humana centra en aspectos ideológicos y estéticos,
tomar después un hilo metodológico que le de la realidad». pero no por separado, sino rastreando sus
lleva a agrupar las diversas obras arquitec- Hemos de esperar a los prolegómenos de íntimas relaciones. Su objetivo consiste en
tónicas temáticamente. este centenario para volver a encontrar en aglutinar y aprovechar el cúmulo de inves-
Aunque han pasado muchos años desde castellano libros referidos específicamente tigaciones puntuales llevadas a cabo en los
su primera edición original (1968), las a la vida y la obra del arquitecto. El últimos años en los archivos de la Fonda-
referencias a Von Moos siguen aparecien- primero de ellos es el titulado Le Corbu- tion Le Corbusier para obtener una nueva

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bridge, Mass. , 1941. Científico-Médica/ Corbusier. Con este comienzo, es fácil
Hoepli, Barcelop.a, 1955; traducción de esperar lo que viene a continuación: una
Isidro Puig Boad~). La edición original exposición encadenada de juicios, análisis
tenía un solo capítulo dedicado al arqui- y visiones de un Le Corbusier en parte
tecto suizo, titulado «Le Corbusier y los admirado y en parte temido. Considerán-
instrumentos de la expresión arquitectóni- dole un maestro del período racionalista,
3 ca». En él, Giedion señala desde su parti- Zevi ve algo con toda claridad: «Le Corbu-
visión sintética de la obra del arquitecto cular punto de vista el desarrollo por parte sier es virtualmente un clasicista»; el em-
que permita apreciar su aportación a la de Le Corbusier del principio de «interpe- blema de su arquitectura es el Partenón,
cultura arquitectónica por encima de las netración del espacio interior y exterior», «texto plásticamente supremo, pero des-
posiciones favorables o desfavorables debi- cuyo precedente puede encontrarse - se- provisto de realidad espacial interna y de
das a la falta de perspectiva histórica o a la gún el autor- en Borromini. Giedion mensajes dinámicos». También menciona
ineficacia de una metodología analítica explica los «cinco puntos» y describe ex- Zevi las matemáticas de la Villa Saboya, lo
inadecuada para la talla del maestro. En tensamente las principales obras anteriores que indica que ha debido leer a Rowe,
esta doble inquietud intelectual y composi- a la 11 Guerra Mundial (en posteriores pero no lo ha aprovechado del todo. A
tiva se encuentra el auténtico núcleo de la ediciones se añadieron otros edificios for- partir de la guerra, Le Corbusier abandona
inventiva de Le Corbusier, a quien - se- mando otro capítulo). El tono es de admi- «el itinerario racionalista» y expresa en
gún Curtis- «las ideas le inspiraban las ración y alabanza; el crítico no ahorra Ronchamp su grito contra la tragedia.
formas y las formas , las ideas» . calificativos con el arquitecto: «Le Corbu- Para Zevi, esta «conversión apocalíptica ...
sier posee dos grandes dones: puede redu- denota una talla intelectual sin parangón
Valoraciones históricas cir un problema bastante complicado a en la historia moderna», hasta el punto de
Un repaso historiográfico a las diversas principios fundamentales extraordinaria- que ha marcado con su impronta toda la
opiniones críticas sobre Le Corbusier ex- mente sencillos ... , pero jamás pierde de arquitectura posterior a él: «Le Corbusier
presadas por los diferentes historiadores de vista dichos conceptos y principios funda- marca las etapas del siglo en un reconoci-
la arquitectura moderna puede comportar mentales.» Finalmente, el valor de Le Cor- miento tan ajustado e incisivo de temples
algunas sorpresas, dada la perspectiva leja- busier reside, para Giedion, en que tomó contrastados que lo convierte en un inter-
na que otorga el paso del tiempo. elementos ya existentes «y los cambió» y locutor permanente.»
y con una sorpresa comenzamos. El fundió , «sobre la base de nuestra concep- Si para Zevi Le Corbusier es un «maes-
primer libro que aborda plenamente la ción del espacio, en un nuevo lenguaje tro», para Hitchcock es simplemente uno
cuestión de la arquitectura moderna es, sin arquitectónico». Un lenguaje que luego de los principales arquitectos de la segunda
duda, el de Nikolaus Pevsner, Pioneros del sería denominado internacional. generación de la arquitectura moderna. En
diseño moderno (Londres, 1936; Infinito, Tal vez el tono más apasionado que se su Arquitectura de los siglos XIX y XX
Buenos Aires, 1958; traducción de Odilia ha utilizado para relatar el Movimiento (Harmondsworth, 1958; Cátedra, Madrid,
E. Suárez y Emma Gregores). En él, la Moderno sea el de Bruno Zevi, en concreto 1981; traducción de Luis E. Santiago), el
figura de Le Corbusier recibe un trata- en su Historia de la arquitectura moderna historiador, muy sistemático, menciona las
miento algo marginal porque, según Pevs- (Turín, 1950; Poseidón, Barcelona, 1980; primeras obras de corte tradicional realiza-
ner, «no puede ser considerado en la mis- traducción de Roser Berdagué). «Tempera- das en Suiza, para describir después la
ma categoría de pionero que los arquitec- mento de relojero suizo y pintor abstracto, evolución de la Maison Citrohan y las
tos a los que está dedicado [el libro], no maníaco de codificaciones y propagandista villas de los años veinte, cuyo resultado
obstante haber tratado en sus escritos de de extraordinaria versatilidad; defensor ca- práctico califica como «más pictórico que
mostrarse como uno de sus precursores». tegórico de esquemas, ansioso de destacar, arquitectónico», debido al «empleo de di-
Pevsner reconoce la modernidad de la casa más que por la excelencia de los resultados ferentes colores y de curvas». La Villa
Dom-ino (1915), pero afirma que la casa poéticos, por la genial claridad metodoló- Saboya no recibe ningún tratamiento espe-
Schwob (1916) no va más allá de lo ya gica; huraño, egocéntrico, sarcástico y líri- cial. Con respecto a la postguerra, Hitch-
logrado por Perret o Van de Velde antes de co, sensible a los temas sociales no tanto cock considera que Le Corbusier fue tan
la guerra. En este caso, un «intruso» como por una auténtica participación como por influyente entonces como en los años
Kaufmann tuvo más intuición que un «mi- la exigencia de encerrar los comportamien- treinta, y destaca el hecho de que algunos
litante» como Pevsner. tos humanos dentro de unos sistemas alge- de sus elementos formales ---como los
El otro gran apologista del Movimiento braicos.» Era inevitable la larga cita; pocas brise-soleils- comenzaron siendo una ne-
Moderno es Sigfried Giedion, y su gran veces se puede leer algo tan concreto de cesidad práctica para acabar usándose
obra, Espacio, tiempo y arquitectura (Cam- una personalidad tan compleja como Le donde no hacían ninguna falta. En conjun-

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to, la obra de Le Corbusier en la postgue- sus ideas más decisivas ya estaban formu- doble identidad (en parte campesino Jean-
rra «se enriqueció con una especie de ladas desde 1923. neret y en parte ciudadano Le Corbusier),
eclecticismo que estaba muy lejos de su De la misma fecha que el libro de Ban- o por sus edificios irónicos (en parte geo-
estética purista de los años veinte». En este ham es la primera edición de la Historia de métricos y en parte biomórficos), o por su
eclecticismo Hitchcock ve referencias in- la arquitectura moderna, de Leonardo Be- trágica personalidad (en parte humana y
cluso a Gaudí, en concreto en las formas nevolo (Bari, 1960; Gili, Barcelona, 1974, en parte diabólica)>>. Jencks desarrolla sus
escultóricas de la cubierta de la Unité de 2. a ed.; traducción de M. Galfetti y J. Díaz tesis sobre estos temas, aderezando todo
Marsella. de Atauri). Por su propia estructura, más ello con novedosas lecturas de algunos
Otra de las fuentes analíticas primordia- sociológica que formal, Le Corbusier apa- proyectos, para terminar viendo en su
les sobre la primera arquitectura moderna rece en ella en múltiples ocasiones y en última producción -el pabellón de Zu-
sigue siendo Teoría y diseño arquitectónico diversos contextos. No obstante, Benevolo rich- una vuelta a las imágenes náuticas
en la era de la máquina, de Reyner Banham comienza alabando sobre todo su «domi- de sus primeros años. «Con esta vuelta a la
(Londres, 1960; Nueva Visión, Buenos Ai- nio en el manejo de las formas» que hace construcción en acero justo antes de su
res, 1965; traducción de Luis Fabricant). que Le Corbusier no tenga «comparación» muerte --concluye Jencks- Le Corbusier
Con su doble perspectiva, teórica y prácti- en el presente y «sólo muy pocas en el ha abierto una dirección nueva y convin-
ca, Banham menciona a Le Corbusier en pasado». Para el historiador italiano «el cente que no destruye la integridad de su
cuatro capítulos englobados en el tema de gran mérito de Le Corbusier ha consistido primera juventud.»
París y su mundo artístico. En el primero en comprometer su incomparable talento En la Historia de la arquitectura contem-
se trazan los orígenes de una postura artís- en el campo de la razón y de la comunica- poránea de Renato de Fusco (Roma-Bari,
tica que sería determinante en la arquitec- ción general». Describe a continuación sus 1975; H. Blume, Madrid, 1981; traducción
tura de Le Corbusier en los años veinte: el principales obras, agrupando la Villa Sa- de Fernando G. F. Valderrama y Jorge
Purismo, término creado por él y su amigo boya con la casa Tugendhat y la Colum- Sainz Avia), dirigida «a los estudiantes y a
Ozenfant. Según Banham, el arquitecto bushaus de Mendelsohn que, según él, todos aquéllos que se acercan por primera
figuraba entre «los convencidos de que las forman «el punto de referencia para las vez a la historia de la arquitectura de
leyes perennes de la geometría estaban a discusiones a favor y en contra del Movi- nuestro tiempo», Le Corbusier aparece
punto de expulsar el accidente y la variabi- miento Moderno». Dedica después un ca- singularmente en el capítulo dedicado al
lidad del mundo visual, y de que los útiles pítulo entero a sus concepciones urbanísti- racionalismo, donde su contribución se
de la vida cotidiana lograrían su forma cas, y acaba describiendo su participación enfoca desde cuatro puntos de vista: la
final y típica». El segundo capítulo descri- en Chandigarh que, al escribir el libro, aún relación con la vanguardia, la vivienda
be las dificultades que el arquitecto tuvo no estaba concluida. Benevolo no se arries- mínima, la urbanística y la divulgación
que afrontar para llevar a cabo sus ideas ga a dar un juicio definitivo sobre el teórica. Entre las obras emblemáticas del
«puristas» en las villas de los años veinte, y último Le Corbusier; reconoce que esa período no podía faltar la Villa Saboya,
sus posiciones iniciales relativas a aspectos arquitectura no ha servido para la puesta que en este caso comparte su rango con la
como el color blanco o las ventanas indus- al día de las tradiciones arquitectónicas de Bauhaus, el Pabellón de Barcelona y la
triales. El tercer capítulo sigue siendo to- la India, pero esperanzadamente afirma:
davía uno de los más profundos análisis «Lo que no ha sucedido hasta ahora po-
críticos del contenido de su obra decisiva, dría sin embargo suceder de pronto.»
Vers une architecture. Finalmente, el críti- La visión trágica de Le Corbusier, ya
co se ocupa en el cuarto capítulo de los expuesta anteriormente por Jencks, se in-
contenidos estéticos de sus planteamientos cluye condensada en su libro Movimientos
urbanísticos. modernos en arquitectura (Harmonds-
En suma, «Le Corbusier -según Reyner worth, 1973; H. Blume, Madrid, 1983;
Banham- puso en circulación un conjun- traducción de Fernando G. F. Valderra-
to de recursos formales y de actitudes ma). Según él, los análisis hechos hasta
emocionales tan intrincadamente enreda- entonces no acababan de explicar el fenó-
das en su propia mente y qué han llegado a meno tan complejo que era la figura del
ser parte tan esencial del Movimiento Mo- maestro suizo. En su opinión, «la interpre-
derno, que rara vez llega a observarse la tación es que Le Corbusier partió de una
escasa vinculación que existe entre ellas». posición dual, que viene representada por
En efecto, sus formas más influyentes per- el retrato del Dr. Jekyll/Mr. Hyde (medio
tenecen a los primeros años treinta, pero sol y media cabeza de medusa), o por su
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Columbushaus (de nuevo). La siguiente tos. Así, según los autores, «la " petrifica- Sus casas, que atrajeron la mayor parte de
mención del arquitecto aparece en ese ción del artificio" alcanza la cima en la las críticas, y sus lemas, que se difundieron
cajón de sastre que De Fusca denomina Villa Sabaya», que «como lujoso objeto de con rapidez, «se convirtieron en bandera
«un código virtual» y en el cual se comenta contemplación ... asume al público como de los modernos e incluso de los tradicio-
«el sentido» que demuestra Le Corbusier parte integrante del propio "paisaje", pero nalistas». En el segundo volumen Le Cor-
«de la historia como tradición» en Chandi- no para suscitar las reacciones, sino sólo busier aparece como el arquitecto que más
garh. Finalmente, se escoge el edificio de la para hacerle partícipe del propio destino influencia formal tuvo en la Rusia post-re-
Unité de Marsella como «emblemático de del objeto entre objetos». La segunda fase volucionaria, y se analiza en particular el
toda la obra de Le Corbusier y, con ella, comienza con los escarceos del arquitecto edificio del Centrosoyus, cuyos problemas
de casi toda la problemática del Movi- con el poder político (primero Vichy y contribuyeron «a debilitar en aquel país
miento Moderno» y al mismo tiempo co- luego la Francia liberada) y acaba con sus los argumentos en favor de las supuestas
mo «paradigmática», por su carácter ex- últimas obras, en las que «Le Corbusier ventajas de la arquitectura moderna, así
cepcional y por haber servido como mode- aisla decididamente el problema del len- como a desacreditar la confianza en los
lo para otras realizaciones posteriores. En guaje». y este lenguaje es, para los auto- conocimientos técnicos de los arquitectos
este caso, Le Corbusier comparte su condi- res, el punto sobre el que gravita la actitud europeos» .
ción de ejemplo con Tange, Kahn y final de un maestro frente a un mundo Kenneth Frampton ha contribuido tam-
Stirling. dominado por el flujo monetario: «Llega- bién a la historiografia de nuestro tiempo
El reiterado esquema de las dos fases do a sus límites, el lenguaje, que había con su Historia crítica de la arquitectura
(entreguerras y postguerra) de la arquitec- impuesto la propia hipoteca sobre lo real, moderna (Londres, 1980; Gili, Barcelona,
tura de Le Corbusier se combina de nuevo fracciona sin tregua la propia unidad, re- 1981 ; traducción de Esteve Riambau i
con su papel de maestro en el libro Arqui- husando hacer las paces con lo que le ha Sauri). Sus capítulos no son (como puede
tectura contemporánea, de Manfredo Tafu- obligado al exilio. La palabra arquitectóni- parecer) compartimentos estancos. Esto
ri y Francesco Dal Ca (Milán, 1976; Agui- ca regresa de ese modo a sus orígenes; acto queda muy claro en el caso de Le Corbu-
lar, Barcelona, 1978; traducción de Luis de autorreflexión, fluctúa sobre lo real, sier, cuya trayectoria se ha dividido en tres
Escobar Bareño). La primera etapa apare- dejando el signo de la conciencia enferma períodos no contiguos, sino solapados. El
ce bajo el título «Le Corbusier y el poema de un universo altoburgués que se pregun- primero abarca desde 1907 a 1931 y da un
de la forma» , y el arquitecto es considera- ta, sabiendo que no puede responderse, las repaso a la formación del arquitecto, a sus
do como «uno de los intérpretes principa- causas del naufragio propio.» relaciones con la vanguardia y a sus prime-
les» de la aventura vanguardista, «pero Entre los títulos en castellano de la ras obras. En la descripción de éstas
también el más problemático». Las inter- historia de la arquitectura moderna edita- Frampton ya menciona los agudos análisis
pretaciones de su obra siguen la línea da por la Open University están los dos de Rowe. El segundo período va de 1928 a
metodológica característica de Tafuri y correspondientes a El Estilo Internacional, 1946 y observa preferentemente sus con-
Dal Ca, y aportan lecturas algo herméti- de Tim y Charlotte Benton (Milton Key- cepciones urbanísticas, acabando con una
cas, asequibles sólo a ciertos niveles erudi- nes, 1977; Adir, Madrid, 1981; traducción extensa explicación de las actitudes políti-
de Lucila Benítez). En el primero la obra cas tanto del propio arquitecto como de
de Le Corbusier aparece en lugar destaca- los críticos que valoraban sus obras. Final-
do. Hay descripciones del proyecto de la mente, el tercer capítulo se llama «La
Sociedad de Naciones, concurso que se monumentalización de lo vernáculo, 1930-
califica como «el primer gran enfrenta- 1960», y sigue el hilo conductor del cambio
miento entre ideologías arquitectónicas de postura que se puede detectar en el
distintas». La vivienda doble de la Weis- arquitecto relativo a los acabados y los
senhof se estudia, insólita y ejemplarmen- materiales. Como anteriormente, Framp-
te, desde una óptica constructiva. Más ton concluye refiriéndose al contenido po-
adelante se examina su aportación funda- lítico de la última gran obra de Le Corbu-
mental al estilo internacional a través de sier, Chandigarh, que era «algo más que la
sus «cinco puntos», aplicados sistemática- capital del Punjab: era el símbolo de la
mente en las dos casas de la colonia de nueva India». Muchos de los problemas de
Stuttgart. «Aunque se le acusaba de for- la civilización occidental pueden verse re-
malismo -se afirma-, se le reconocía flejados en «la tragedia de Chandigarh,
también (y se le envidiaba) como el máxi- una ciudad -según Frampton- destina-
mo inspirador y teórico del movimiento.» da a los automóviles en un país donde son
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muchos los que todavía no tienen una carse, y además, para dejar clara su postu- - Por las cuatro rutas, Gili, Barcelona, 1972 (Su r les quatre routes,
N. R. F./Gallimard, París, 1941); traducci ón de Juan Eduardo Cirio!.
bicicleta» . ra, ha escrito la monografia mencionada ~ La casa del hombre. Poseidón, Barcelona, 1980 (2.' ed.), l .' ed. en
Buenos Aires, años 60 (La maisoll des hommes, Plon, París, 1941);
La más reciente contribución historio- que se centra en los dos aspectos con traducción de Roser Berdagué.
gráfica sobre el siglo xx es La arquitectura seguridad más trascendentales de Le Cor- - Principios de urbanismo ( La Carta de Atenas) , Ariel, Barcelona,
197 1 (La Chane d'Athélles, Plon, París, 1943); traducción de Juan
moderna desde 1900, de William Curtis busier: su pensamiento y su morfología. Ramón Capella.
(Oxford, 1982; H. Blume, Madrid, 1986; Al igual que en el caso de Mies van der - Mensaje a los estudiantes de arquitectura , Infinito, Buenos Aires,
1959 (Entretien avec les élUdianls des Écoles d'Architecture, Denoel,
traducción de Jorge Sainz Avia). En ella, Rohe, la conmemoración de este centena- París, 1943); traducción de Nina de Kalada .
Le Corbusier comparte con Wright el ho- rio servirá para que vean la luz las últimas - El urbanismo de los tres establecimielllos humanos, Poseidón,
Buenos Aires, 1964 (Les trois établissemellts humains, Denoel, París,
nor de tener algunos capítulos en exclusi- investigaciones sobre Le Corbusier realiza- 1944); traducción de Albert Junyen!.
- Cómo concebir el urbanismo, Infinito, Buenos Aires, 1959 (Manie-
va, pero es el único arquitecto del que se das a partir del material original deposita- re de penser /'urbanism e, L'Architecture d 'Auhourd ' hui, Boulogne-sur-
analiza exhaustivamente una obra concre- do en la fundación que lleva su nombre. Seine, 1945); traducción de E. L. Revo!.
- A propósito del urbanismo , Poseidón, Barcelona, 1980 (Propos
ta a lo largo de diez páginas. Curtis coloca d 'urbanisme, Bourrelier, París, 1946); traducción de Roser Berdagué.
a Le Corbusier en los contextos habituales, I Incluimos la lista de las obras de Le Corbusier traducidas al ~ U, N. Informe de la Comisión del Cuartel Gelleral ... , Guillermo
castellano siguiendo el orden cronológico de su edición original: Kraft , Buenos Aires, 1948 (U. N. Headquarters, Reinhold , Nueva York ,
pero da a su enfoque un tono más incisivo. 1947); traducción de Miguel Díez González.
Su primera etapa aparece bajo el prisma de - Hacia una arquitectura , Poseidón, Buenos Aires, 1964 (Ve rs une
architecture, Cres, París, 1923); traducción de Josefina Martínez
~ El Modulor, Poseidón, Buenos Aires, 1961 , 2,' ed. , 2 vols. (Le
Modulor I y 11, L'Architectu're d 'Aujourd' hui, Boulogne-sur-Seine, 1949
«la búsqueda de la forma ideal»; las obras Alinari. y 1955); traducción de Rosario Vera.
~ La ciudad del futuro, Infinito, Buenos Aires. 1962 (Urballism e, ~ La capilla de Ronchamp. Albaicín, Granada, 1969 (traducido
de la década del cambio (los años treinta) Crés, París, 1925); traducción de E. L. Revo!. posiblemente de ROllchamp , Hatje, Stullgart, 1957; ed. fe.: Girsberger,
se analizan conjuntamente con las de - El espíriTU nuevo en arquitectura . En defensa de la arquitectura, Zurich).
Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Murcia, 1983 ~ El viaje de Oriente, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos
Wright; su producción posterior a la gue- (<<L'Esprit Nouveau en Architecture», en Almanach d'Archileclure Técnicos, Murcia, 1984 (Le Voyaged 'Orient, Forces-Vives, París, 1966);
rra se estudia desde las relaciones entre Moderne, Cres, París, 1925; «Défense de I'Architect ure)), en Stavba, traducción de Ramón L1adó y Marta Cervelló.
núm. 2, Praga, 1929, y en L'architecture d'aujourd 'hui, París, 1933);
«forma y significado», y, finalmente, la traducción de Miguel BOTrás y José María Forcada.
Unité de Marsella se erige en «prototipo de - Precisiones respeclo a un eswdo actual de la arquitec tura y el
urbanismo, Poseidón, Barcelona, 1978, I. a ed. en Buenos Aires, años 60
la vivienda colectiva» a partir de los años (Précisiolls... , Crés, París, 1930); traducción de Johanna Givane!.
- Cuando las catedrales eran blancas , Poseidón, Buenos Aires, 1963
cincuenta. Curtis no oculta su admiración (Qualld les cGthédrales étaielll blallches, Plon, París, 1937); traducción Jorge Sainz es profesor de Análisis de Formas en la Escuela de
por el arquitecto suizo. No necesita justifi- de Julio E. Payró. Arquitectura de Madrid y tradUClor de arquitectura .

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