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Desde el sillón del CEO a la línea de montaje:

lo que he aprendido acerca de la industria automotriz de Latinoamérica


Publicado el 25 de mayo de 2016
Steve St Angelo
Toyota Senior Managing Officer and Chief ExecutiveOfficer, Latin America and Caribbean

Unas semanas después de que me mudé a Brasil como nuevo CEO de Toyota para la Región
Latinoamérica y Caribe, en vez de un traje y corbata me puse una camisa de Toyota, pantalón azul marino y
guantes blancos y me fui a trabajar a la línea de ensamblaje de la planta de Sorocaba.
Cuando llegué a la entrada para empleados, por un momento tuve 18 años de nuevo, era 1974 otra vez y
volvió a ser mi primer día de trabajo en la planta de montaje de GM en Fleetwood. Hay algo en el olor del
aceite de las máquinas, los sonidos de la soldadura y de los transportadores y la imagen de la gente que
fabrica automóviles que se instala en tu alma y se queda allí.
Déjenme decirles por qué lo hice, y cuál era el telón de fondo de lo que estaba pasando en Brasil por
aquellos días.
En primer lugar, cuando empecé mi carrera como operario de producción fabricando Cadillacs, hice un
compromiso conmigo mismo de que nunca perdería mis raíces y mi espíritu. Segundo, siempre quiero
recordarme a mí mismo que no importa en que lugar de la línea de montaje estés, los trabajos de
fabricación no son fáciles. Trabajar en la línea me ayudó a entender lo que estaba pasando en el "gemba",
un término que utilizamos en Toyota que significa "lugar donde se realiza el trabajo". Esto abarca desde la
cultura, hasta cómo los miembros del equipo piensan, cómo actúan y qué hay en sus almas cuando se trata
de la fabricación y de la compañía.
En ese momento, la economía de Brasil era mucho mejor que ahora - los incentivos del gobierno fueron
alentando a los inversores y la gente seguía gastando su dinero de forma activa. Este era también el
escenario en el resto de América Latina, aunque el ritmo creciente estaba empezando a reducir su
velocidad, impulsado principalmente por la demanda interna.
Hagamos un Fast forward hasta tres años más adelante. Si bien todavía hay desafíos económicos, creo
más que nunca en la capacidad y la pasión del pueblo brasileño, y en el potencial de este país para ser un
bastión de fabricación. El resto de los países de esta región tienen el mismo potencial.
Mientras que otras compañías han cerrado sus instalaciones y se trasladaron fuera de Brasil, Toyota ha
invertido. Y mientras que otras empresas han despedido a trabajadores y reducido su plantilla, nosotros no
hemos despedido a un solo trabajador en Brasil - ni en cualquier otro lugar en la región.
De hecho, acabo de tener el honor de abrir nuestra nueva planta en Porto Feliz, que es técnicamente una
de las más avanzada plantas de fabricación de motores de Toyota en el mundo. Generamos
aproximadamente 320 empleos directos adicionales en la región y representa una inversión de $ 170
millones de dólares.
¿Qué sabemos nosotros que las otras empresas no? Les puedo asegurar que no hay una bola de cristal en
mi escritorio, ni tengo un sexto sentido especial. Miro los datos y previsiones como cualquier CEO. Tal vez
sólo estoy un poco más inclinado al optimismo.
De cualquier manera, hay una gran cantidad de datos que muestran que hay oportunidades. Estos son sólo
algunos de ellos:
América Latina aún tiene una población en crecimiento, que se espera que aumente de 625 millones en
2016 a 680 millones en 2025. Ese aumento significa más ingresos y más consumidores, y por extensión,
más conductores y una mayor necesidad de transporte personal.
Si miramos el número de vehículos por persona en la Región Latinoamérica y Caribe, es uno de los más
bajos dentro de los mercados en desarrollo, con sólo 1,6 vehículos por cada 10 personas. Las cifras de
Brasil sólo son ligeramente superiores, sólo 1,9 vehículos por cada 10 personas. A modo de referencia,
Malasia tiene cuatro; Corea del Sur, seis; los EE.UU., ocho.
Si nos fijamos en la deuda en proporción al producto bruto interno - un muy buen indicador de la fuerza de
un país - también hay una historia positiva. Curiosamente, varios países de América Latina tienen
coeficientes más bajos de deuda respecto a la proporción de PBI que países que típicamente vemos como
economías más sólidas. Paraguay, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, Venezuela y Brasil,
todos tienen proporciones de deuda vs PBI que son inferiores a los Estados Unidos, Alemania y Japón. Las
reservas de Brasil, por un valor de $ 360 mil millones de dólares, son superiores a las de cualquier
economía emergente en el mundo.
Pero más allá de los números, hay muchas razones para invertir en Brasil. Es un país grande con recursos
sobresalientes y gente muy capaz y apasionada. Los miembros del equipo que tenemos en Toyota y en
nuestra cadena de proveedores están entre los mejores con los que he trabajado a lo largo de mi carrera de
42 años. La calidad de los vehículos que están construyendo en Brasil es tan buena como la de cualquier
otro hecho en Japón, Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo. Cuando camino por las plantas
veo mucha pasión y amor por Toyota.

Y eso es exactamente lo que he experimentado durante mi primer día en la línea en Sorocaba. Los
miembros del equipo cuidaron de mí, pusieron mi seguridad como lo primero, me enseñaron todos los
fundamentos del trabajo antes de dejarme empezar con la tarea, y validaron todas las partes del trabajo que
yo hice para asegurarse que cumplía con los estándares de calidad impecable que nuestros clientes
esperan de un Toyota.
Ese día me fui sabiendo que la planta de Brasil es un lugar especial en el mundo para construir vehículos. Y
que producir en Brasil y en esta región es algo muy bueno por hacer.

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