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LA COMPETENCIA.

No podemos comenzar el estudio de la competencia de los tribunales sin antes


explicar, aunque en forma breve, la relación que existe entre este concepto y el de la
jurisdicción, ya estudiada, ello en razón de que es imposible que la jurisdicción se ejerza
por un único tribunal. Ante esta imposibilidad nace la necesidad indispensable de
distribuir la labor jurisdiccional entre varios jueces, surgiendo entonces la competencia
de que están dotados los órganos de la jurisdicción. En efecto, todo tribunal por ser tal
tiene jurisdicción, sin ella no se concibe, pero no todo tribunal tiene competencia para
conocer de un determinado negocio, luego la competencia nos indica cuáles son los
asuntos específicos, particulares de que va a conocer cada tribunal. Se dice que la
jurisdicción es el todo, en cambio la competencia es la parte, es decir, la cantidad, grado
o medida de la jurisdicción que corresponde a cada tribunal.

1. Definición de competencia:

La competencia se define en el artículo 108 C.O.T. de la siguiente forma: "La


competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios
que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones
Esta definición resulta confusa e incompleta. En primer término un tanto confusa,
pues se emplea la expresión "Facultad", para referirse a la jurisdicción, siendo más
adecuado referirse a ella como una "función". En segundo término resulta incompleta
pues no sólo la ley coloca un asunto dentro de la esfera de las atribuciones de un tribunal,
sino que también pueden hacerlo las partes interesadas, a través de la prórroga de
competencia o también puede hacerlo otro tribunal, a través de lo que se conoce como
competencia delegada. Luego, se completa la noción del artículo 108 C.O.T indicando
que: "La competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los
negocios que la ley, las partes u otro tribunal han colocado dentro de la esfera de sus
atribuciones

2. Clasificación de la competencia:

a.Atendiendo a su fuente, se habla de:


- Competencia natural o propia;
- Competencia prorrogada y
- Competencia delegada
a.1. Competencia natural o propia: es la que la ley le asigna a cada tribunal.
a.2. Competencia prorrogada: es aquella que arranca de un acuerdo expreso o tácito
de las partes, en cuya virtud le confieren competencia a un tribunal que no es
naturalmente competente para conocer de un negocio.
a.3. Competencia delegada: es aquella que un tribunal posee por habérsela delegado
otro tribunal.
• Paralelo entre competencia delegada y competencia prorrogada:
a) La competencia delegada tiene su origen en la norma legal que autoriza la
delegación, y arranca de un acto del juez naturalmente competente que encomienda a
otro, fuera de su territorio jurisdiccional, la práctica de determinados actos procesales.
La competencia prorrogada: tiene su origen en una norma legal, y ella se produce por
un acuerdo de voluntad de las partes.
b) La competencia delegada comprende tanto la competencia absoluta como la
relativa, ya sea en materia civil o penal.
La competencia prorrogada sólo se extiende a la competencia contenciosa en materia
civil y siempre que se trate de la competencia relativa (artículos 181-187 C.O.T.)
c) En la competencia delegada el tribunal exhortado sólo queda habilitado para llevar a
cabo los actos procesales específicamente señalados en dicho exhorto.
En la competencia prorrogada el tribunal a quien se le otorga competencia puede
íntegramente avocarse al conocimiento del asunto como si fuera el tribunal naturalmente
competente.
b.Atendiendo a su extensión, se habla de:
- competencia común y
- competencia especial:
b.1. La competencia común: es la que tiene un tribunal para conocer indistintamente
de toda clase de asuntos, cualquiera sea su naturaleza.
b.2. La competencia especial: es aquella que faculta al tribunal para conocer sólo de
ciertos y determinados asuntos.
Si bien en nuestro país la regla general es que la competencia sea común, existen
tribunales con competencia especial, es decir, solamente con competencia en materia
civil, laboral, de menores, de familia o penal, en lo que a la primera instancia atañe, no
obstante ello actualmente se observa una clara tendencia que apunta a la competencia
especial.
c.Atendiendo a su contenido, se habla de:
- competencia contenciosa o
- voluntaria, según exista o no contienda entre partes.
d.Atendiendo al número de tribunales que pueden llegar a conocer del asunto:
- competencia privativa o exclusiva y
- competencia acumulativa o preventiva.
d.1. Competencia privativa o exclusiva: es la que habilita a un tribunal para conocer
de un determinado asunto con exclusión de otro tribunal. Así, a modo de ejemplo, se
dice que la Corte Suprema tiene este tipo de competencia para conocer del recurso de
casación en el fondo, del recurso de revisión.
d.2. Competencia acumulativa o preventiva: es aquella de que están dotados dos o
más tribunales, pero desde el momento que uno cualquiera de esos tribunales entra en
el conocimiento de un asunto, los demás dejan de ser competentes por esa sola
circunstancia, así por lo demás lo dispone el artículo 112 del C.O.T. Es lo que se llama
prevenir en el conocimiento.
e. Atendiendo al grado jurisdiccional en que un asunto puede ser conocido por un
tribunal, se habla de:
e.1. competencia de única instancia
e.2 de primera instancia y
e.3. de segunda instancia.
Se entiende por instancia "el grado jurisdiccional en que un tribunal conoce de un
asunto, tanto en los hechos como en el derecho".
e.1. competencia de única instancia: cuando el asunto es conocido sólo por un
órgano jurisdiccional, tanto en el hecho como en el derecho, sin posibilidad de
examen posterior por otro tribunal superior, es decir, en única instancia la sentencia es
inapelable (artículo 188 C.O.T.).
e.2. competencia de primera instancia: si la ley contempla la posibilidad de recurrir
de un fallo por la vía del recurso de apelación (artículo 188 C.O.T.).
e.3. competencia de segunda instancia: en la medida que siendo apelable una
resolución, efectivamente se ha interpuesto el recurso y el superior jerárquico ha
entrado a conocer del asunto.
f. Atendiendo a la generalidad o precisión con que se determina el tribunal
competente se distingue entre: ( MUY IMPORTANTE)
- competencia absoluta o (MATERIA, FUERO Y CUANTÍA)
- Competencia relativa. (TERRITORIO)
F.1. Competencia absoluta: es aquella que permite precisar la jerarquía del tribunal
llamado por la ley para conocer de un asunto determinado.
F.2. Competencia relativa: es aquella que permite precisar qué tribunal, dentro de
una determinada jerarquía, es el competente para conocer de un asunto
determinado.
La primera nos determina el género, en tanto que la segunda nos determina la especie.
• Paralelo entre competencia absoluta y relativa:
a) La competencia absoluta es la singularización del ejercicio jurisdiccional en razón
de la jerarquía de los tribunales.
La competencia relativa es la singularización del ejercicio de la jurisdicción por un
tribunal preciso de la jerarquía a que él pertenece.
b) La competencia absoluta se determina por los factores cuantía, materia y fuero.
La competencia relativa se determina por el factor territorio.
c) Las reglas de la competencia absoluta son de orden público, por ende,
irrenunciables.
Las reglas de la competencia relativa son de orden privado y, en consecuencia,
renunciables.
d) En la competencia absoluta el juez debe declarar de oficio su incompetencia, sin
perjuicio que ésta sea representada por las partes.
En la competencia relativa, la incompetencia debe declararse a petición de parte.

g. Elementos o factores de competencia: (Territorio, Materia, cuantía, Fuero)

En teoría no habría inconveniente en que un solo tribunal, en todo el territorio


nacional, conociera y juzgara toda clase de conflictos, cualquiera fuere su naturaleza o la
calidad de los sujetos que en ellos fueran parte, o su cuantía o el lugar en que se
suscitaren. En tal hipótesis las ideas de jurisdicción y competencia se identificarían.
Pero como ello es imposible en la vida práctica, se han creado distintas jerarquías de
tribunales y entre ellos se reparten las atribuciones de acuerdo a ciertos criterios,
elementos o factores.
En primer término, la extensión territorial del Estado exige asignar a cada tribunal una
determinada superficie que se estime adecuada para el ejercicio de la jurisdicción.
Hablamos del factor territorio.
En seguida, habrá de ser considerada la naturaleza de la materia, la clase de asunto
sometido a la decisión del tribunal, porque es necesario separar los asuntos civiles de los
criminales y dentro de los primeros distinguir los propiamente civiles de los laborales o
de menores o de familia; y dentro de los criminales separar los crímenes de los simples
delitos o faltas. Nos referimos así al factor materia.
Por otra parte, los asuntos judiciales tienen una importancia variable según la cuantía
de los mismos, que en las causas civiles corresponde al valor de lo disputado, y en
materia criminal viene dado por la pena que la ley asigna al delito. Este es el factor
cuantía.
Finalmente, la calidad o investidura de las partes del proceso es otro factor que influye
en la competencia, entregando el conocimiento del asunto a un tribunal de mayor
jerarquía que el naturalmente competente. Es lo que llamamos factor del fuero.

h. Elementos o factores de la competencia absoluta:

Su objeto es determinar la jerarquía del tribunal que debe conocer de un asunto.


Los factores que sirven para determinar la competencia absoluta son la cuantía, la
materia y el fuero.
En relación a estos factores no hay prórroga de competencia, el juez debe declarar de
oficio su incompetencia, sin perjuicio que las partes puedan alegarla en cualquier
momento.
Estos factores se excluyen en el orden indicado, es decir, prevalece la
materia sobre la cuantía y el fuero sobre la materia.

Orden prelación: Fuero, materia, cuantía

LA CUANTÍA:

En general, la cuantía no es un elemento que sirva para determinar la


atribución del conocimiento de un asunto concreto a un tribunal determinado.
Ella tiene relevancia para determinar el procedimiento a que se sujeta un
asunto, así el procedimiento aplicable puede ser de mínima cuantía, de menor
cuantía o mayor cuantía y también importa para determinar si un asunto será
conocido en primera o en única instancia.

Definición legal: Según el artículo 115 C.O.T: "En los asuntos civiles, la
cuantía de la materia se determina por el valor de la cosa disputada. En
los asuntos criminales se determina por la pena que el delito lleva
consigo".

1. Determinación de la cuantía:

En materia penal no hay dificultad, pues se atiende a la pena que la ley


asigna al delito. En cambio en materia civil hay normas de carácter
complementario que permiten fijar el valor de la cosa disputada:
a. Casos en que la materia no es susceptible de apreciación pecuniaria o se
trata de un asunto de cuantía indeterminada. En estas situaciones se
consideran como asuntos de mayor cuantía (artículos 130 y 131 C.O.T.
b. Juicios derivados del contrato de arriendo (artículo 125 C.O.T.):
Esta disposición distingue entre juicios de desahucio o de restitución por
un lado y los juicios de reconvención, por otro.
Los primeros tienen por objeto poner término a un contrato de arriendo y
recuperar la cosa arrendada respectivamente, y en ellos la cuantía se
determina por la renta convenida para cada período de pago.
El juicio de reconvención de pago persigue poner término al contrato de
arriendo por falta de pago de la renta convenida y obtener, además, el pago de
las rentas adeudadas, en él la cuantía se determina por el monto de las rentas
insolutas.
c. Caso en que son muchos los demandados (artículo 122 C.O.T.). En estos
casos el total de la cantidad debida fija la cuantía.
d.Caso en que se deducen varías acciones (artículo 121 C.O.T.). Se
determina la cuantía por el monto a que ascendieren todas las
acciones entabladas.
e. Caso en que el demandado deduce reconvención (artículo 124 C.O.T).
Distingue dos situaciones:
e.1. Podemos decir que para determinar la competencia del tribunal se
considera el monto de los valores reclamados en la reconvención, sepa-
radamente de los que son materia de la demanda.
e.2.Para otros efectos la cuantía de la materia se determina por el monto a que
asciende la acción principal y la reconvención, reunidas.
f. Cuando se demanda el resto insoluto de una cantidad mayor (artículo
126 C.O.T). Se estará únicamente al valor del resto insoluto.
g.Caso relativo al pago de pensiones periódicas (artículo 127 C.O.T.):
Distingue entre el derecho a pensiones futuras o bien de pensiones ya
devengadas.
Si se trata de las primeras, éstas pueden comprender un tiempo deter-
minado o no. Si comprenden un tiempo determinado, se atiende al monto de
todas ellas, y si no comprenden un tiempo determinado, se fija por la suma de
las pensiones en un año.
Si se trata del cobro de pensiones periódicas ya devengadas, la de-
terminación de la cuantía se hace en relación al monto a que todas ellas
asciendan.
h. Por otra parte, el artículo 128 C.O.T. se refiere a ciertos hechos cuya
ocurrencia no altera la cuantía del asunto debatido, de tal manera que si
el valor de la cosa disputada se aumentare o disminuyere durante la
instancia, no sufrirá alteración alguna la determinación que antes se
hubiere hecho con arreglo a la ley.
i. La misma idea reitera la disposición del artículo 129 C.O.T., esto es,
tampoco sufrirá la determinación alteración alguna en razón de lo que
se deba por intereses o frutos devengados después de la fecha de la
demanda, ni de lo que se deba por costas o daños causados durante el
juicio. De lo dicho se desprende que el momento determinante de la
cuantía en el juicio es aquel de la interposición de la demanda.

02.10.2017

2. Cómo se acredita o hace constar la cuantía en el expediente?Para


ello hay que distinguir:
a) Si el demandante acompaña documentos que apoyen su acción y en ellos
aparece determinado el valor de la cosa disputada, de acuerdo al artículo 116
inciso 1o C.O.T., deberá estarse a lo que conste en dichos documentos.
b) Si el actor no acompaña los referidos documentos o si de ellos no
apareciere esclarecido el valor de la cosa, habrá que subdistinguir si la acción
es real o personal:
b.1) Si la acción es real debe estarse a la apreciación que de común
acuerdo hicieren las partes (artículo 118 inciso 1o C.O.T.) y el inciso 2o del
mismo artículo indica cuándo la ley presume la existencia de este acuerdo.
Por el contrario, si no hay acuerdo entre las partes, la cuantía se determina por
un perito designado al efecto por el juez (artículo 119 C.O.T.).
b.2) Si la acción es personal, debe estarse a la apreciación que el
demandante haga en su demanda (artículo 117 C.O.T.).
Ahora bien, si el valor de la cosa disputada no aparece esclarecido de
ninguna de las formas indicadas, la ley concede la facultad del artículo 120
C.O.T., es decir, cualquiera de las partes, puede hacer las gestiones
convenientes para que dicho valor sea fijado antes que se pronuncie la
sentencia. Esta facultad también la puede ejercer oficiosamente el tribunal.

LA MATERIA:

Se dice que la materia es "la naturaleza de asunto sometido al cono-


cimiento del tribunal y en ciertos casos el objeto o clase del mismo".
La importancia de este factor radica en que motiva la creación de
tribunales, como los juzgados civiles para asuntos civiles y comerciales; los
de familia para dichas materias, los criminales para conflictos penales; los
juzgados del trabajo para las causas laborales, etc.
Por otra parte permite que, dentro de una determinada jerarquía, un asunto
particular quede entregado a un tribunal específico, por ejemplo, los juicios de
hacienda que son de conocimiento de un juez de letras de comuna, asiento de
Corte, cualquiera sea su cuantía (artículo 48 C.O.T.).
Este factor de competencia absoluta prevalece sobre el factor cuantía, así,
por lo demás, se evidencia de los artículos 130 y 131 C.O.T., que aluden a
asuntos en que por la materia se reputan de mayor cuantía.
EL FUERO:

Se le define como "la calidad o dignidad que tienen ciertas personas, en


cuya virtud los asuntos en que tienen interés no son conocidos por los
tribunales que ordinariamente le corresponde conocer, sino por uno
superior".
Es el tercer factor de competencia absoluta y prevalece sobre la cuantía y
la materia. Su fundamento es garantizar la imparcialidad del juzgamiento,
pues se estima que un tribunal de más alta jerarquía es menos susceptible de
las influencias que puede tener la persona aforada. Por eso no es correcto
referirse al aforado como la persona que "goza de fuero".
El fuero en materia civil tiene lugar en los siguientes supuestos:
a. Artículo 45 N° 2 letra G, que se refiere a las personas que gozan del
fuero menor (sólo para causas civiles y de comercio), de ellas conoce
un juez de letras en primera instancia.
b. Artículo 50 N° 2 que se refiere a las personas que gozan de fuero mayor
(aplicable sólo a causas civiles) correspondiendo su conocimiento a un
ministro de la Corte de Apelaciones respectiva según el turno que ella
fije.
Se diferencian uno y otro fuero:
- En cuanto a las personas que comprende;
- En cuanto al tribunal que conoce del litigio.
En ciertas ocasiones el fuero no es considerado como elemento de
competencia absoluta, así lo indican los artículos 133 C.O.T. y 827 C.P.C.
• ¿Qué pasa si en un juicio algunas personas gozan de fuero y otras no?
En materia civil, si bien es cierto que no hay norma expresa que resuelva
el problema, no lo es menos que si aplicamos el principio de que en caso de
conflicto de competencia, prima el tribunal de jerarquía más alta, no queda
más que concluir que será competente aquel que deba conocer del juicio en
razón del fuero de que gocen algunos.

REGLAS DE LA COMPETENCIA RELATIVA:

El único factor de esta competencia es el territorio y se define como "el


lugar geográfico donde sucede el evento que la ley considera para
determinar la competencia
En definitiva, este elemento nos permitirá conocer qué tribunal específico
dentro de la jerarquía precisada por los factores de la competencia absoluta
conocerá del asunto.
Para aplicar este factor debemos distinguir si se trata de materia civil o
penal:

1.Reglas de competencia relativa en materia civil:

Habrá que ver si se trata de asuntos civiles contenciosos o civiles no


contenciosos.
I. Asuntos civiles contenciosos: La regla se encuentra en el artículo 134
C.O.T., al indicar que "en general, es juez competente para conocer- de una
demanda civil el del domicilio del demandado, sin perjuicio de las reglas
establecidas en los artículos siguientes y de las demás excepciones legales".
No obstante lo indicado en el precepto, esta regla general lo es sólo en la
letra de la ley, pues son tantas las excepciones que la misma ley indica, que
ella pasa a ser una regla residual.
• Reglas generales (artículos 135-138 C.O.T.):
En definitiva, las primeras reglas a aplicar son las siguientes:
1. Es competente el juez del lugar que las partes hayan estipulado en la
respectiva convención (artículos 135 primera parte y 138 C.O.T.).
2. Si no hay convención de partes al respecto, se atiende a la naturaleza de
la acción deducida:
3. Si es mueble, es juez competente el del domicilio del demandado
(artículo 138 inciso 2o C.O.T.).
4. Si es inmueble es juez competente, a elección del demandante:
a) El juez del lugar en que se contrajo la obligación.
b) El del lugar en que se encontrare la especie reclamada.
Si el inmueble o inmuebles, objeto de la acción, estuvieren situados en
distintos territorios jurisdiccionales será competente cualquiera de los jueces
en cuya comuna o agrupación de comunas estuvieren situados (artículo 135
C.O.T.).
c) Si la demanda comprende acciones muebles e inmuebles, será juez
competente el del lugar en que estuvieren situados los inmuebles (artículo 137
C.O.T.).

• Normas especiales sobre competencia relativa, que prevalecen so bre


las generales:
- Artículos 148 C.O.T. y 955 C.C., en materia de sucesión en los bienes de
una persona difunta la que se abre al momento de su muerte, en su último
domicilio.
-Artículo 154 C.O.T., en materia de procedimientos concursales;
- Artículo 143 C.O.T., en materia de interdictos posesorios;
-Artículo 144 C.O.T, en materia de juicios de distribución de aguas;
-Artículo 147 C.O.T., en materia de juicios de alimentos;
- Artículo 146 C.O.T., para los asuntos referidos en el Código de Minas;
-Artículo 145 C.O.T., para asuntos relativos a la avería común.
Por otra parte, si el demandado tuviere varios domicilios, es juez
competente el de cualquiera de ellos (artículo 140 C.O.T.). Si hubiere varios
demandados con domicilios diversos, es juez competente el de cualquier lugar
donde esté domiciliado uno de los demandados (artículo 141 C.O.T.).
Si el demandado es una persona jurídica, es juez competente el del lugar
donde tenga asiento la respectiva corporación o fundación. Si ella tuviere
establecimientos, comisiones u oficinas que la representen en diversos
lugares, es juez competente el del lugar donde exista el establecimiento,
comisión u oficina que celebró el contrato o que intervino en el hecho que da
origen al juicio (artículo 142 C.O.T.).
II. Asuntos civiles no contenciosos o voluntarios: La regla se establece en
el artículo 134 C.O.T., al tenor del cual "en general, es juez competente para
intervenir en un acto no contencioso el del domicilio del interesado, sin
perjuicio de las reglas establecidas en los artículos siguientes y demás
excepciones legales".
• Excepciones:
-Apertura de la sucesión (artículo 148 inciso 2° C.O.T.).
- Nombramiento de tutor o curador (artículo 150 C.O.T.).
- Muerte presunta (artículo 151 C.O.T.).
- Nombramiento de curador de bienes de ausentes o de una herencia
yacente (artículo 152 inciso 1o C.O.T.).
- Nombramiento de curador del que está por nacer (artículo 152 inciso 2°
C.O.T.).
- Autorización para enajenar o gravar inmuebles (artículo 153 C.O.T.).
- Gestiones relativas a la posesión efectiva abierta en el extranjero y que
comprende bienes situados en Chile (artículo 149 C.O.T.).

6.5.2. Reglas de competencia relativa en materia penal:

Tratándose de delitos, éstos siempre tienen el carácter de contenciosos.


Se distingue: Si se trata de delitos cometidos dentro del territorio de la
República o si fueron cometidos fuera del territorio de la República.
1. Delitos cometidos dentro del territorio de la República (artículos 157
y 159 C.O.T): La regla general se encuentra en el artículo 157 C.O.T., al decir
que "es competente el tribunal de territorio en que se hubiese cometido el
hecho que da motivo al juicio, correspondiéndole a él el conocimiento de las
gestiones previas al juicio oral", por su parte el inciso 3 o de la disposición
indica que "el delito se considera cometido en el lugar en que se dio
comienzo a la ejecución".
Respecto de las diligencias que deban practicarse fuera del territorio del
juzgado de garantía, la autorización podrá ser dada por el juez del lugar en
que deban practicarse, en la medida que se trate de diligencias urgentes, y en
caso de conflicto de competencia entre jueces de garantía, mientras éste no se
resuelva, todos los involucrados son competentes (artículo 157 inciso 4o
C.O.T).
Por otro lado el artículo 159 ordena que si el Ministerio Público
investigara en forma conjunta distintos hechos, cometidos en distintos
territorios, intervendrá en ellos el juez de garantía del lugar de comisión del
primero de los hechos investigados, sin perjuicio de la facultad del
Ministerio Público para ordenar la posterior separación de investigaciones
que llevare conjuntamente, siendo competentes para seguir conociendo de
ellas los jueces de garantía según la regla del artículo 157 C.O.T.
Una excepción a la regla general contenida en el artículo 157 C.O.T., ella
se encuentra en el artículo 22 de la Ley de Cuentas Comentes Bancarias y
Cheques, al tenor del cual "será competente para conocer de los delitos que
se penan en la presente ley, el del domicilio que el librador del cheque
tenga registrado en el Banco
2. Delitos cometidos fuera del territorio de la República: Excepcio-
nalmente pueden juzgarse en Chile delitos cometidos en el extranjero. Estos
delitos los señala el artículo 6o C.O.T. y de acuerdo al 167, de ellos deben
conocer los Tribunales de Garantía u Orales en lo Penal de la jurisdicción de
la Corte de Apelaciones de Santiago, conforme a un turno que dicho tribunal
fije a través de un auto acordado.

6.6. Reglas del turno y de la distribución de causas:

Una vez precisada la jerarquía, clase o categoría del tribunal que debe
conocer de un asunto y determinado el tribunal específico dentro de esa
jerarquía, puede presentarse una nueva dificultad: que existan dos o más
jueces igualmente competentes en el lugar donde el juicio debe quedar
radicado.
• ¿Cuál de ellos conoce del juicio?
Hay que distinguir:
1. Si en el lugar no hay Corte de Apelaciones
2. Si en el lugar hay Corte de Apelaciones
1. Si no hay Corte de Apelaciones: El artículo 175 C.O.T. indica que
"en las comunas o agrupación de comunas en donde haya más de un juez
de letras, se dividirá el ejercicio de la jurisdicción, estableciéndose un turno
entre todos los jueces, salvo que la ley hubiere cometido a uno de ellos el
conocimiento de determinadas especies de causas.
Este turno se ejerce por semanas y comienza a desempeñarlo el tribunal
más antiguo, y le siguen los demás por orden de antigüedad”.
Cada juez debe conocer de todos los asuntos judiciales que se promuevan
durante su turno, y seguirá conociendo de ellos hasta su conclusión ".
Estas reglas del tumo no se aplican:
a) A los juzgados de garantía ni a los tribunales de juicio oral, que se rigen
por normas especiales (artículo 175 inciso final C.O.T.); por su parte, el
artículo 15 C.O.T. sobre esta materia señala que "esta distribución se hará de
acuerdo a un procedimiento general y objetivo, que se deberá aprobar
anualmente por el comité de jueces del juzgado, a propuesta del juez
presidente, o sólo por este último, según corresponda".
b) A los asuntos que corresponda conocer a los tribunales de familia, pues a
ellos se aplican, cuando sea compatible, las normas del C.O.T., para los
juzgados de garantía y los tribunales de juicio oral en lo penal. Por otra parte,
serán las Cortes de Apelaciones en cuyos territorios jurisdiccionales exista
más de un juzgado de familia, las que determinarán anualmente las normas
que regirán la distribución de las causas entre los juzgados (artículo 118 ley
N° 19.968).
2. Si hay Corte de Apelaciones: A este respecto el artículo 176 C.O.T
señala que en "los lugares de asiento de Corte en que hubiera más de un
juez de letras en lo civil, deberá presentarse en la secretaría de la Corte toda
demanda o gestión judicial que se iniciare y que deba de conocer alguno de
dichos jueces, a fin de que se designe el juez a quien corresponda su
conocimiento. Esta designación se hará por el presidente del tribunal,
previa cuenta dada por el secretario y asignando a cada causa un número
de orden según su naturaleza y dejando constancia de ella en un libro
llevado al efecto, que no puede ser examinado sin orden del tribunal".
• Excepciones al artículo 176:
1. Artículo 178 C.O.T: Son de competencia del juez designado con
anterioridad, las demandas en juicios iniciados por:
a) Medidas prejudiciales.
b) Medidas preparatorias de la vía ejecutiva.
c) Notificación previa ordenada por el artículo 758 C.P.C.
d) Todas las gestiones que se susciten con motivo de un juicio ya iniciado.
e) Aquellas a que dé lugar el cumplimiento de una sentencia, fuera del caso
previsto en la parte final del artículo 114 C.O.T.
2. Artículo 179 C.O.T. No se rigen por el artículo 176: El ejercicio de las
facultades que correspondan a los jueces para el conocimiento de los asuntos
que tienen por objeto dar cumplimiento a resoluciones o decretos de otros
juzgados o tribunales, ni los asuntos de jurisdicción voluntaria. La jurisdicción
en estos casos se ejerce por el juez letrado de turno, a menos que se trate de
negocios derivados del conocimiento que otro juzgado tuviere de un
determinado asunto, en cuyo caso la jurisdicción podrá también ser ejercida
por éste.
Asimismo, en el territorio jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de
Santiago el turno para el conocimiento de los asuntos de que trata este
artículo y demás que las leyes especiales dispongan será ejercido
simultáneamente por cinco jueces letrados en la forma establecida en el inciso
segundo del artículo 175.

6.6.1. Naturaleza de las reglas del turno y de la distribución de causas:

Sobre el tema se ha discutido, existiendo diferentes posiciones al respecto.


Hay quienes sostienen que estas normas son verdaderas reglas de
competencia absoluta, pues está comprometido el interés general, la mejor
administración de justicia y porque en la práctica los tribunales ordenan de
oficio cumplir con estas reglas, lo que importa una declaración de
competencia absoluta.
Para otros son normas de competencia relativa y, por ende, renunciables
porque sirven para especificar el tribunal competente dentro de una jerarquía
establecida por las reglas de competencia absoluta; ellas se aplican tomando
en consideración el lugar o territorio. Lo asimilan a un verdadero "quinto"
factor de competencia.
Finalmente, otros opinan que estas reglas no son de competencia absoluta
ni relativa, sino que son "sólo medidas de orden tendientes a producir una
adecuada distribución del trabajo" y su omisión no importaría
incompetencia del tribunal. Luego, estas reglas del turno y de la distribución
de causas no son reglas de competencia.
La jurisprudencia ha resuelto que el tumo "no constituye propiamente
una regla de competencia, ya que los jueces a que se refiere son compe-
tentes en igual grado y tienen la misma jerarquía " y son sólo una medida de
orden y buen gobierno judicial. Es simplemente una base de distribución de
trabajo entre jueces que ejercen en la misma jurisdicción.

6.7. Reglas de competencia o principios generales de competencia:

La aplicación de las reglas de competencia absoluta nos da la jerarquía


del tribunal; las de la competencia relativa, el tribunal territorialmente
competente dentro de esa jerarquía y las reglas del turno y la distribución el
tribunal concreto, cuando en el territorio existen dos o más tribunales
competentes.
Una vez producida la singularización total y definitiva del órgano ju-
risdiccional, este tribunal se rige por las llamadas reglas de competencia.
Estas reglas de competencia están tratadas entre los artículos 108 a 114
COT y como características de ellas podemos citar:
1o Son generales, pues se aplican a todos los tribunales y a todos los
asuntos, cualquiera sea su naturaleza;
2o Son complementarias, pues aunque no integran la competencia
absoluta ni relativa, las complementan al fijar los límites del ejercicio
jurisdiccional en concreto, y
3o Son funcionales, porque no se refieren ni al tribunal ni al juez, sino que
a la función jurisdiccional.
Son las siguientes:
- REGLA DE LA RADICACIÓN O FIJEZA (artículo 109).
- REGLA DEL GRADO O DE LA SUPERIORIDAD (artículo 110).
- REGLA DE LA EXTENSIÓN (artículo 111).
- REGLA DE LA PREVENCIÓN (artículo 112).
- REGLA DE LA EJECUCIÓN (artículos 113 y 114)

1.- Principio de la radicación o fijeza (artículo 109 C.O.T.):

"Radicado con arreglo a la ley el conocimiento de un negocio ante


tribunal competente, no se alterará la competencia por causa sobreviniente
Este principio importa el efecto de hacer irrevocable la competencia de un
órgano jurisdiccional para conocer de un asunto que se encuentra en la esfera
de sus atribuciones, cualquiera sean los hechos posteriores que puedan
modificar los elementos que se tuvieron en cuenta para determinar la
competencia del tribunal.
Tiene los siguientes supuestos previos:
a) Existencia de una actividad jurisdiccional
b) Que el tribunal sea competente
c) La intervención del tribunal debe ser con arreglo a derecho.
En qué momento se entiende radicada la causa:
En materia penal, la radicación se produce cuando el juez de garantía
ordena diligencias en la causa criminal.
En materia civil, desde que se notifica en forma legal al demandado de la
demanda y su proveído.
Si el asunto se presenta ante un tribunal relativamente incompetente, la
radicación se producirá una vez contestada la demanda, sin que el demandado
reclame de la incompetencia del tribunal. Aquí habrá una prórroga de
competencia que puede ser expresa o tácita.
El artículo 109 indica que la competencia no se altera por causa
sobreviniente. Por ella deben entenderse aquellos hechos que se producen
después que el asunto ha quedado radicado ante tribunal competente, como
sería el caso de una persona que adquiere fuero después de radicado el asunto.
• Excepciones a la radicación:
1. La acumulación de autos: Por aplicación del principio de la economía
procesal y para evitar sentencias contradictorias, el C.P.C. en sus artículos 92
a 100 trata de la acumulación de autos cuya procedencia la regula el 92 según
el cual tendrá lugar siempre que se tramiten separadamente dos o más
procesos que deban constituir un solo juicio y terminar por una sola sentencia,
para mantener la unidad de la causa.
La excepción consiste en que dos o más procesos que se tramitan ante
tribunales diferentes pasan a ser conocidos por un solo tribunal. Si se trata de
jueces de igual jerarquía el más nuevo se acumula al más antiguo y si son de
distinta se hará sobre aquel que esté sometido al tribunal superior.El
compromiso: El asunto que actualmente esté siendo conocido por un tribunal
ordinario, siempre que no sea de arbitraje prohibido, puede sustraerse del
conocimiento del tribunal por las partes mediante el contrato de compromiso,
en cuya virtud el conocimiento del asunto se entrega a un juez árbitro.
2. Las visitas: Se regulan en los artículos 553 y ss. del C.O.T. y según el
artículo 555 tienen por objeto que el superior inspeccione y vigile la marcha
de la administración de justicia en un tribunal.
En el ejercicio de estas visitas el tribunal superior puede avocarse al
conocimiento de causas pendientes ante el tribunal visitado, desplazando la
competencia de este juez y asumir como tribunal de primera instancia el
Ministro Visitador, sustrayéndolo en consecuencia del conocimiento de éste.
Pero puede visualizarse que en estas visitas no se produce la sustitución de
un tribunal por otro, sino que lo que realmente ocurre es la sustitución de un
funcionario por otro. De ahí que el asunto continúe radicado en el tribunal
visitado.

2.- Principio de la gradualidad (artículo 110 C.O.T.):

"Una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un juez inferior


para conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda
igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer del mismo
asunto en segunda instancia
La doble instancia es la regla general en nuestro ordenamiento, una vez
determinada la competencia del juez de primera instancia automáticamente
queda determinada la competencia del tribunal de segunda instancia. Además
es la propia ley quien ha previsto de antemano qué tribunal va a conocer en
segunda instancia de un juicio entregado en la primera instancia a un
determinado tribunal.
Tiene esta regla los siguientes supuestos:
1. Que el conocimiento de un asunto se encuentre radicado ante un tribunal
de primera instancia y
2. Que proceda recurso de apelación contra la resolución de que se trata.
El tribunal que va a conocer del negocio en segunda instancia será siempre
el superior jerárquico del que ha conocido del asunto en primera, luego de esta
regla se colige que no cabe la prórroga de competencia en segunda instancia.
3.- Principio de la extensión (artículo 111 C.O.T.):

"El tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igual-


mente para conocer de todas las incidencias que en él se promuevan.
Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por vía de
reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de estas
cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de corresponder a un juez inferior
si se entablaran por separado”.
Esta regla permite precisar hasta dónde llega el ámbito del ejercicio de la
jurisdicción por parte de un determinado tribunal.
Este principio parte de la base de que en todo juicio es posible distinguir
las cuestiones principales que constituyen el fondo de la cuestión debatida y
las cuestiones accesorias conocidas como incidentes, consagrados en los
artículos 82 y siguientes del C.P.C.
Según esta regla el juez competente para conocer de una cuestión principal
lo es también para conocer de las cuestiones accesorias que en el curso de ella
se susciten. En este mismo sentido se dice que quien puede lo más puede lo
menos.
También tiene competencia este juez para conocer de la reconvención.
Igual competencia le atribuye la ley para conocer de la compensación, esto
es, de "aquel medio de extinguir las obligaciones que opera cuando
demandante y demandado son recíprocamente acreedores y deudores a la
vez de dos obligaciones, concurriendo los demás requisitos legales ”.
Agrega esta regla que el juez que conoce de un asunto tiene también
competencia para conocer de las reconvenciones y compensaciones, aun
cuando estimadas por separado, su conocimiento hubiere de corresponder a un
tribunal inferior atendida su cuantía. Esta regla carece de aplicación práctica,
pues se han eliminado los jueces inferiores a los jueces de letras y no existen
los jueces de menor cuantía.
4.- Principio de la prevención o de la inexcusabilidad (artículos 112
C.O.T. y 76 inciso 2o C.P.E.):

"Siempre que según la ley fueren competentes para conocer de un


mismo asunto dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del
conocimiento bajo el pretexto de haber otros tribunales que puedan
conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el conocimiento
excluye a los demás, los cuales cesan desde entonces de ser competentes
El hecho es que si hay dos o más tribunales igualmente competentes para
conocer de un asunto, el primero que entra a conocer de él (el que "previene")
excluye a los demás. Y en el caso que se negare a intervenir, bajo pretexto de
que hay otros tribunales competentes, incurrirá en el delito de denegación de
justicia.

5.- Principio de la ejecución (artículos 113 y 114 C.O.T.):

La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las


hubieren pronunciado en primera o en única instancia.
No obstante, la ejecución de las sentencias penales y de las medidas de
seguridad previstas en la ley procesal penal será de competencia del juzgado
de garantía que hubiere intervenido en el respectivo procedimiento penal.
De igual manera, los tribunales que conozcan de la revisión de las
sentencias firmes o de los recursos de apelación, de casación o de nulidad
contra sentencias definitivas penales, ejecutarán los fallos que dicten para su
sustanciación.
Podrán también decretar el pago de las costas adeudadas a los fun-
cionarios que hubieren intervenido en su tramitación, reservando el de las
demás costas para que sea decretado por el tribunal de primera instancia".
"Siempre que la ejecución de una sentencia definitiva hiciere necesaria la
iniciación de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que
menciona el inciso primero del artículo precedente o ante el que sea
competente en conformidad a los principios generales establecidos por la ley
a elección de la parte que hubiere obtenido en el pleito".
Los tribunales ordinarios y especiales poseen el llamado poder de imperio,
esto es, tienen la facultad de hacer ejecutar lo juzgado en ellos. Al respecto,
los artículos 231 y siguientes del C.P.C. se refieren al cumplimiento de las
resoluciones dictadas por tribunales chilenos.
Este imperio de los tribunales les permite utilizar incluso el auxilio de la
fuerza pública para el cumplimiento de lo resuelto.
Este principio tiene doble consagración:
a) Desde el punto de vista positivo, en los artículos 1 o y 11 C.O.T. y 76
C.P.E.
b) Desde el punto de vista negativo, el artículo 240 C.P.C. le concede al
tribunal la facultad para decretar todas las medidas tendientes a dejar sin
efecto lo que se hiciere para burlar sus resoluciones. Cierra este aspecto
negativo el inciso 2o de este artículo 240 que sanciona al que quebrante lo
ordenado cumplir, con la pena del desacato.
Prórroga de competencia (artículos 181-187 C.O.T.):

De acuerdo al artículo 181 "un tribunal que no es naturalmente com-


petente para conocer de un determinado asunto, puede llegar a serlo si para
ello las partes, expresa o tácitamente, convienen en prorrogarle la
competencia para este negocio".
Luego, se puede decir que la prórroga de competencia es el acto por el cual
las partes expresa o tácitamente convienen en someter el conocimiento de un
negocio a un tribunal relativamente incompetente.
Esta prórroga de competencia es una facultad de las partes y no del
tribunal; de ahí que el tribunal incompetente no puede negarse a aceptarla.
Rige en su integridad la inexcusabilidad.
Esta prórroga se da únicamente respecto de la competencia relativa, que
está determinada por el factor territorio, luego el tribunal a quien se vaya a
prorrogar la competencia debe ser competente a la luz de los elementos de la
materia, del fuero y de la cuantía. Sólo debe ser incompetente en razón del
territorio.

6.8.1. Requisitos:

Para que pueda operar esta prórroga de competencia deben cumplirse una
serie de requisitos, ellos son:
A) Debe mediar un convenio entre las partes, el que puede ser expreso o
tácito.
El convenio expreso tiene lugar en el caso previsto en el artículo 186, es
decir, cuando las partes convienen en la prórroga, en el contrato mismo o en
un acto posterior, designándose con toda precisión el juez a quien se someten.
El convenio tácito está reglamentado en el artículo 187, el que hace
distinción entre el demandante y el demandado, para determinar cuándo hay
convenio tácito.
Respecto del demandante habrá un convenio tácito cuando éste ocurra ante
el juez, que no es naturalmente competente, interponiendo su demanda.
Respecto del demandado habrá convenio tácito cuando éste se haya
personado al juicio efectuando cualquier gestión que no sea la de reclamar de
la incompetencia del juez.
• ¿Qué sucede si el demandado no comparece al juicio y éste se sigue en su
rebeldía?
Para unos, ha de entenderse que el demandado rebelde ha prorrogado
tácitamente la competencia.
Para otros, este demandado rebelde no habría consentido en prorrogar la
competencia, puesto que la disposición requiere que ese demandado se
apersone al juicio y que realice alguna gestión que no sea la de reclamar de la
incompetencia del juez, para entender que acepta la prórroga.
B) En cuanto a la capacidad de las partes para celebrar esta convención, el
artículo 184 establece una regla de carácter general: "Pueden prorrogar la
competencia todas las personas que según la ley son hábiles para comparecer
en juicio, y por las que no son hábiles pueden prorrogar sus representantes
legales".
C) Debe tratarse de un asunto civil contencioso (artículo 182 C.O.T.).
Se excluyen de la prórroga los asuntos civiles no contenciosos y los
asuntos criminales.
D) La prórroga opera sólo si se trata de tribunales de única o de primera
instancia (artículo 182 C.O.T.).
E) Sólo procede respecto de tribunales ordinarios de igual jerarquía
(artículo 182 C.O.T.).
Efectos de la prórroga de competencia:

El efecto propio de la prórroga es que atribuye competencia a un juez que


territorialmente es incompetente.
Además, el artículo 185 C.O.T. indica que "la prórroga sólo surte efectos
entre las personas que la han promovido y no respecto de otras personas,
como pueden ser los fiadores o codeudores".

Conflictos de competencia:

• Concepto: "Es la incidencia formulada por las partes a los tribunales o


a las autoridades políticas o administrativas, relacionada con su
competencia para conocer de un negocio determinado".
Estos conflictos pueden ser de dos tipos:
- a. Cuestiones de competencia.
- b. Contiendas de competencia.
Puede suceder que un asunto se lleve a un tribunal incompetente. Si el
tribunal es incompetente absolutamente va a declarar de oficio su
incompetencia. Pero si el tribunal es relativamente incompetente, es el
demandado quien puede reclamar de esa incompetencia, y lo va a hacer a
través de una incidencia, con el objeto de impedir que ese tribunal conozca
del asunto. Este reclamo que formula la parte acerca de la incompetencia
relativa de este tribunal recibe el nombre de cuestión de competencia.

a. Cuestión de competencia:

• Concepto: "Se entiende por tal la incidencia formulada por las partes
acerca de la falta de atribución del tribunal requerido para conocer de un
negocio judicial".
Luego, esta cuestión de competencia se suscita entre los litigantes y el
tribunal.
Estas cuestiones de competencia se rigen fundamentalmente por normas
contenidas en el C.P.C.
Esta materia se puede reclamar de dos maneras:
a) Por declinatoria.
b) Por inhibitoria.
a) Cuando se reclama por vía declinatoria se solicita al tribunal que está
conociendo del asunto que se declare incompetente, indicándole cuál es el
competente y pidiéndole que se abstenga del conocimiento (artículo 101
C.P.C.).
La declinatoria se formula, por tanto, como excepción.

b) Cuando se reclama por vía inhibitoria se intenta ante el tribunal que se


estima competente, pidiéndole que se dirija al que está conociendo del
negocio para que se inhiba y le remita los antecedentes al tribunal (artículo
102 inciso 1o C.P.C.).
La inhibitoria se formula, por tanto, como acción.
Los que optan por una de estas vías no pueden posteriormente aban-
donarlas ni tampoco ocurrir al otro medio. No pueden tampoco usarse estos
medios en forma simultánea.
Una vez formulada la incidencia por alguna de estas vías, si el juez la
acepta no hay problema, pero en el evento en que no acepte puede originar
una contienda de competencia.

6.9. Contienda de competencia:

• Concepto: "Es aquel conflicto suscitado entre dos o más tribunales, o


entre éstos y las autoridades políticas o administrativas relacionadas con su
competencia o incompetencia para el conocimiento de un determinado
asunto".
Estas contiendas de competencia pueden revestir dos formas, sea que se
consideren competentes o incompetentes para conocer de esa gestión o
asunto. Así, tienen un sentido positivo cuando ambos tribunales se estiman
competentes para conocer el negocio de que se trate, y tienen un sentido
negativo cuando ambos tribunales se estiman incompetentes para conocer de
una determinada gestión.
Estas contiendas de competencia son de diversas clases y pueden
producirse entre:
1. Tribunales ordinarios.
2. Tribunales ordinarios y tribunales especiales; o entre tribunales
especiales.
3. Tribunales de justicia y las autoridades políticas o administrativas.
4. Tribunales arbitrales entre sí.
5. Tribunales arbitrales y tribunales ordinarios o especiales.
6. Un juez del crimen o de letras con competencia criminal y un juez de
garantía o un tribunal de juicio oral en lo penal.
7. Un tribunal con competencia en lo penal y el ministerio público.

6.11.1. ¿Quién dirime estas contiendas? (artículos 190 a 193 C.O.T.):

1. Entre tribunales ordinarios:


En este primer caso, si los tribunales son de igual jerarquía es com-
petente para dirimir esta contienda el tribunal que sea superior común de los
que están en conflicto artículo 190 inciso 1o.
Si estos tribunales tienen superiores diferentes, pero de igual jerarquía,
es juez competente para dirimir la contienda el juez superior del que previno
en el conocimiento del asunto (artículo 190 inciso 3o).
Si se trata de tribunales de diversa jerarquía, es tribunal competente para
dirimir la contienda el superior de aquel que tenga la jerarquía más alta
(artículo 190 inciso 2o).
2. Entre tribunales ordinarios y especiales o entre especiales (artículo 191
C.O.T.).
Si dependen de una misma Corte de Apelaciones es competente ésta.
Si dependen de distintas Cortes de Apelaciones resolverá la contienda la
que sea superior jerárquico del tribunal que haya prevenido en el
conocimiento del asunto.
Si no pudieren aplicarse las reglas anteriores resolverá la contienda la
Corte Suprema.
3. Entre Tribunales y Autoridades Político Administrativas (artículos 191
inciso 4o C.O.T. y 93 N° 12 y 53 N° 3 C.P.E.).
Es menester distinguir:
3.1. Si esa contienda se produce entre Autoridades Políticas o Admi-
nistrativas y Tribunales inferiores de Justicia, en cuyo caso resuelve la
contienda el Tribunal Constitucional.
4. Si la contienda se promueve entre Autoridades Políticas o Ad-
ministrativas y Tribunales Superiores de Justicia es competente para conocer
de esta contienda el Senado.
5. Entre Tribunales Arbitrales entre sí:
Para estos efectos los árbitros de cualquier clase o categoría tienen como
superior jerárquico la Corte de Apelaciones respectiva y será ésta quien deba
resolver la contienda que se promueva entre ellos.
6. Entre Tribunales Arbitrales y Ordinarios o Especiales:
Si se suscita una contienda entre tribunales ordinarios y tribunales
arbitrales o entre éstos y tribunales especiales hay que considerar para la
resolución del conflicto que el superior jerárquico del árbitro es la Corte de
Apelaciones respectiva, y que en consecuencia de haber contienda deberán
aplicarse las reglas generales.
7. Las contiendas de competencia que se suscitaren entre un juez del crimen
o de letras con competencia criminal y un juez de garantía o un tribunal de
juicio oral en lo penal, serán resueltas por la Corte de Apelaciones que tuviere
competencia sobre el respectivo territorio jurisdiccional.
Si no se puede aplicar esta regla resolverá la Corte Suprema.
8. Finalmente de ocurrir una contienda de competencia entre el ministerio
público y juzgado del crimen, será resuelta por el Tribunal Constitucional
(artículos 191 inciso final C.O.T. y 93 N° 12 C.P.R.).

7. Órganos de la jurisdicción.

La Constitución Política del Estado, en su capítulo VI que lleva por


epígrafe "Poder Judicial", establece los mandamientos generales conforme a
los cuales este Poder Judicial debe estar organizado, a la vez que regula la
actividad de sus miembros.
Así, entre sus artículos 76 y 82 se señala la integración de los tribunales, su
organización y atribuciones y se indican los requisitos, condiciones y
forma de nombramiento de sus integrantes. Es el C.O.T. el que regula
en forma pormenorizada estas normas generales contenidas en la Carta
Fundamental.
La voluntad del Estado tendiente a la satisfacción colectiva de esta
necesidad de justicia se manifiesta a través de la creación de la Institución de
los tribunales de justicia. Son estos tribunales de justicia los que también
reciben la denominación de órganos de la jurisdicción. A este respecto debe
tenerse presente que no debe confundirse el órgano, que es el tribunal, con las
personas que en calidad de funcionarios sirven a este órgano.
El tribunal es un órgano estatal cuya finalidad esencial es ejercer la
jurisdicción. Decimos que es su finalidad esencial y no única, porque los
tribunales no sólo ejercen actos que importan un ejercicio de la jurisdicción
sino que desempeñan además otros actos no jurisdiccionales.

7.1. Definición de Tribunales de Justicia:

Podemos decir que son "aquellos órganos públicos cuya función consiste
en resolver litigios con eficacia de cosa juzgada y eventual posibilidad de
ejecución, sin perjuicio de cumplir actos de otra índole que las leyes que los
organizan les puedan atribuir".

7.2. Clasificación:

7.2.1. Desde el punto de vista de las materias que conocen y quienes


intervienen:
-Tribunales ordinarios.
- Tribunales especiales.
- Tribunales arbitrales.
1. Tribunales ordinarios:
Relacionando las disposiciones de los artículos 5o del C.O.T. y 76 de la
C.P.E., el carácter de ordinario de un tribunal deriva de dos elementos:
a) El encontrarse estos órganos jurisdiccionales regidos por la actual C.P.E.
y por el C.O.T.;
b) Que estos tribunales estén dotados de una aptitud potencial y actual para
conocer, juzgar y hacer ejecutar lo resuelto, independientemente de las
materias y de las personas que en ellos intervienen en todos los asuntos que se
promuevan en Chile.
A esta clase de tribunales corresponde el conocimiento pleno de los
asuntos que se susciten en nuestro país, aun cuando no exista un tribunal
expresamente señalado por la ley para conocer de este caso.
Estos tribunales ordinarios son por antonomasia los órganos juris-
diccionales en nuestro ordenamiento jurídico y constituyen la regla general en
nuestro país, y al decir del artículo 5o inciso 2o, "Integran el Poder Judicial,
como tribunales ordinarios de justicia, la Corte Suprema, las Cortes de
Apelaciones, los Presidentes y Ministros de Corte, los tribunales de juicio
oral en lo penal, los juzgados de letras y los juzgados de garantía”
2. Tribunales especiales:
Ellos se contemplan en el artículo 5 o inciso 3o C.O.T, el cual prescribe que
"Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales los Juzgados
de Familia; los juzgados del Letras del Trabajo, los juzgados de Cobranza
Laboral y Previsional y los tribunales Militares en tiempo de paz, los cuales
se regirán en su organización y atribuciones por las disposiciones
orgánicas constitucionales contenidas en la ley N° 19.968, en el Código del
Trabajo y en el Código de Justicia Militar y sus leyes complementarias,
respectivamente, rigiendo para ello las disposiciones de este Código sólo
cuando los cuerpos legales citados se remitan en forma expresa a él".
En la disposición legal citada, se agrega en el inciso 4 o: "...los demás
tribunales especiales se regirán por las leyes que los establecen y regla-
mentan, sin perjuicio de quedar sujetos a las disposiciones generales de este
Código". En este entendido, existen tribunales especiales, además de los
señalados, pero que no forman parte del poder judicial.
• Elementos que permiten calificar como especial a un tribunal:
a) Una ley orgánica especial que los establezca y señale sus estatutos;
b) Es necesario que se trate de un litigio cuya solución debe encontrarse en
leyes relativas a materias especiales;
c) La circunstancia de que el tribunal no forme parte del Poder Judicial, a
excepción de la norma contenida en el inciso 3o del artículo 5o C.O.T.
3. Tribunales arbitrales:
Hace alusión a ellos el inciso final del artículo 5o del C.O.T., que señala
"Los jueces árbitros se regirán por el Título IX de este Código." Es en ese
título donde se indica que los tribunales arbitrales son aquellos servidos por
jueces árbitros, y que se llama árbitro a "los jueces nombrados por las partes o
por la autoridad judicial en subsidio, para la resolución de un asunto litigioso"
(artículo 222 C.O.T.).
• Diferencias entre tribunales ordinarios o especiales y los arbitrales:
Tanto los jueces que sirven a los tribunales ordinarios como a los
especiales son funcionarios públicos y su estatuto jurídico está contenido en
leyes diversas, particularmente el C.O.T y el Estatuto Administrativo, por lo
que estos jueces están ligados al Estado a través de un conjunto de derechos y
obligaciones.
En cambio, los jueces árbitros, cualquiera sea su calidad, no son
funcionarios públicos, carecen de todo vínculo con el Estado, no perciben
remuneración de éste y, de hecho, en su nombramiento escapan a la regla
general constituida por el sistema mixto, que permite al ejecutivo intervenir
en su nombramiento, toda vez que ellos son nombrados por las partes o por la
autoridad judicial en subsidio.
Además tienen un carácter temporal, duran normalmente dos años en sus
funciones.
7.2.2. Según el número de jueces que lo integran:

-Tribunales unipersonales.
-Tribunales colegiados.
Unipersonal o monocrático es aquel tribunal en que el juez es una sola
persona.
Colegiado es aquel formado por varias personas.
En nuestra organización tienen el carácter de unipersonal los Juzgados de
Letras y son colegiados los tribunales superiores: La Corte Suprema y las
Cortes de Apelaciones y los Tribunales del Juicio Oral en lo Penal, que son
colegiados inferiores.
El funcionario que se desempeña en un tribunal unipersonal se denomina
juez y el que lo hace en un tribunal colegiado ministro.
Los tribunales unipersonales presentan como ventaja el hecho de que el
juez toma un conocimiento personal del proceso, interviniendo en forma
íntegra y directa en el mismo y, se dice, que la justicia tiende a ser más rápida
puesto que es una sola la persona que dicta las resoluciones. A la vez,
presentan el inconveniente que en ellos disminuye la posibilidad de acierto, la
falta de discusión impide llegar con facilidad al descubrimiento de la verdad y
en ellos es más factible que florezca el arbitrio judicial.
Por otro lado, en los juzgados colegiados se promueve la discusión por lo
que aseguran una mayor posibilidad de acierto y ayudan, en fin, a contener el
arbitrio judicial. Presentan como inconvenientes que la responsabilidad de los
jueces se diluye, pierde intensidad y por otro lado que los jueces no toman
conocimiento personal del asunto, sino por intermedio de otros funcionarios.
En nuestro sistema procesal existe un sistema mixto, puesto que los
tribunales de primera o única instancia son unipersonales con la excepción
anotada, en tanto que el carácter colegiado lo asumen los tribunales
superiores.

7.2.3. En atención a si el fallo que emiten se sujeta a derecho o a equidad:

- Tribunales de derecho.
- Tribunales de equidad.
Más que una clasificación de los tribunales, con estas denominaciones se
atiende a las normas materiales o de fondo que el tribunal respectivo aplicará
para decidir el asunto litigioso.
El juez de derecho presupone un legislador, un ordenamiento y normas
preestablecidas a las que debe atenerse. El juez de equidad oficia de legislador
y de juez al tiempo de decidir. Su decisión se basa en su sentido de equidad
generado con ocasión del caso específico que conoce.
7.2.4. Considerando la fase del procedimiento en que los jueces despliegan
su actividad:
- Tribunales de instrucción.
- Tribunales sentenciadores.
Si el proceso se sujeta a una determinada reglamentación en su desarrollo,
es posible concebir cómo y por qué las dos grandes fases en que se divide
pueden encomendarse a funcionarios distintos. Uno que realiza todas las
actuaciones preparatorias del juicio, la actividad probatoria, las
investigaciones acerca de la existencia del delito y otro que se ocupará de
dictar la sentencia definitiva. Este es el procedimiento que rige en materia
procesal penal, el cual comenzó con la creación del Ministerio Público y
posteriores reformas al C.O.T. y C.P

7.2.5. Considerando su jerarquía:

- Tribunales inferiores.
- Tribunales superiores.
Esta clasificación emana de la C.P.E. y se deriva de la organización
piramidal del Poder Judicial.
Tienen el carácter de tribunales superiores la Corte Suprema, las Cortes de
Apelaciones, la Corte Naval y la Corte Marcial.
Los demás, los jueces de letras, son jueces inferiores, debiendo incluirse
aquí a los T.O.P., pues también son jueces inferiores.

7.2.6. Según el tiempo que los jueces que sirven a los tribunales duran en
sus funciones:

- Jueces perpetuos.
- Jueces temporales.
Perpetuos: Son aquellos jueces nombrados para ejercer su ministerio en
forma indefinida.
Temporales: Aquellos cuya designación es por un plazo determinado.
La regla general es la existencia de jueces perpetuos, la excepción los
jueces árbitros, quienes normalmente duran dos años en sus funciones.

7.2.7. Según el momento en que se constituyan y asuntos que deben


conocer:

• Tribunales accidentales, unipersonales o de excepción:


Son Tribunales accidentales, unipersonales o de excepción, aquellos que se
constituyen para conocer causas en razón de la materia o del fuero de las
personas y que están constituidos por jueces que forman parte de los
tribunales colegiados y superiores de justicia, además ellos no funcionan
permanentemente, sino en el momento en que se produce el hecho que
requiere su funcionamiento.
Se reglamentan entre los artículos 50 a 53 del C.O.T. y son: un Ministro de
Corte de Apelaciones, el Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago,
un Ministro de la Corte Suprema, el Presidente de la Corte Suprema.
Hay que destacar que estos tribunales no son especiales, sino tribunales
ordinarios, pues aun cuando ellos hayan sido establecidos para juzgar ciertas
materias y personas, son regidos por el C.O.T. y forman parte del poder
judicial (artículo 5o inciso 2o C.O.T.).
8. Bases fundamentales del Poder Judicial.

Estas bases fundamentales determinan la estructura del Poder Judicial,


reglan el ejercicio de la jurisdicción y le señalan a los magistrados las normas
de acuerdo a las cuales deben actuar ministerialmente.
Estos principios se encuentran en la Constitución Política de la República,
y otros en el Código Orgánico de Tribunales, y si bien no hay unanimidad en
relación a cuántos son, puede decirse que los principales son los siguientes:
- Independencia judicial.
- Inamovilidad.
- Responsabilidad.
- Legalidad.
- Territorialidad.
- Pasividad.
- Sedentariedad.
- Inavocabilidad.
- Publicidad.
- Gradualidad.
- Gratuidad.

8.1. La independencia judicial:

Tiene su fundamento en los artículos 7 o y 76 C.P.E.; en el artículo 12


C.O.T. y artículo 222 C. Penal.
Cuando se menciona la independencia del poder judicial, se alude a la
independencia de la función jurisdiccional en el sentido de que solamente
puede ser ejercida por este poder del Estado.
Luego presenta un aspecto positivo, en el sentido de que el Poder Judicial
es libre, soberano e independiente de los demás poderes públicos; y otro
negativo, en cuanto a que al Poder Judicial le está terminantemente prohibido
intervenir o mezclarse en las atribuciones de los demás poderes públicos.
Las declaraciones de independencia contenidas en los cuerpos legales
mencionados significan, aunque pueda parecer una paradoja, que los
tribunales en el ejercicio de la potestad jurisdiccional y en el cumplimiento de
su función quedan sometidos única y exclusivamente a la ley. La
independencia no supone discrecionalidad ni que el juez quede sujeto sólo a
su conciencia a la hora de ejercer su potestad. Se es independiente para poder
quedar sometido sólo a la ley.
Cuando se menciona la independencia del poder judicial, se alude a la
independencia de la función jurisdiccional en el sentido de que solamente
puede ser ejercida por este poder del Estado, siéndole exclusiva y excluyente.
Con todo, no basta la independencia funcional u objetiva para atender los
requerimientos de justicia de las personas. Es menester la independencia
personal o subjetiva del juez, la imparcialidad del funcionario, que es tanto o
más relevante que la primera. Es posible que exista independencia funcional y
los jueces carezcan de imparcialidad o, a la inversa, que no exista y sin
embargo los jueces sean imparciales.
De todas formas, si la C.P.E. consagra la independencia funcional, lo hace
con la finalidad que ella contribuya a la imparcialidad de los jueces. La
independencia funcional es instrumental a la imparcialidad o independencia
personal del juez.
Naturalmente, esta independencia no es absoluta, pues entre los distintos
poderes existe una interdependencia, así por ejemplo el poder ejecutivo
interviene en el nombramiento de los magistrados, y el Presidente de la
República tiene la facultad del indulto o el poder judicial puede prescindir de
la aplicación de decretos y reglamentos del Presidente, cuando éstos son
contrarios a la ley.

8.2. Inamovilidad:

Se encuentra en el artículo 80 inciso 1o C.P.E. y artículo 247 C.O.T., y


puede decirse que "es el derecho que asiste a los jueces para no ser
separados o removidos de sus cargos, mientras conserven el buen com-
portamiento exigido por la ley y la Constitución Política
El fundamento de este principio es garantizar realmente la independencia
del juez en el ejercicio de sus funciones, así se pretende evitar presiones o
influencias, posibilitando que el juez falle sin temor con apego de la ley.
Comprende este principio a los jueces letrados propietarios, interinos y
suplentes por el tiempo que han sido designados, y a los fiscales judiciales
según el artículo 352 C.O.T.
No gozan de esta inamovilidad los funcionarios auxiliares y subalternos de
la Administración de Justicia, tales como: secretarios, archiveros, receptores,
relatores, defensores públicos.
Naturalmente, hay casos en que los jueces pueden ser destituidos de sus
cargos, con lo cual cesan en su inamovilidad, ello por distintos motivos tales
como:
a) Delitos cometidos por el juez.
b) Mal comportamiento de los jueces.
c) Formas, motivos o causales de orden constitucional.
a) Delitos cometidos por el juez

Los delitos que pueden cometer los jueces son delitos comunes o bien
delitos ministeriales.
Si se trata de delitos comunes significa que el juez comete un hecho
delictual como puede hacerlo cualquier particular, y la ley, frente a la
comisión de estos delitos comunes (homicidio, robo y violación, por
ejemplo), los sanciona en los mismos términos que a cualquier ciudadano que
los comete.
Si se trata de delitos ministeriales o que son cometidos por el juez en el
ejercicio de sus funciones, reciben el nombre genérico de prevaricación,
contemplados en el artículo 223 y ss. del C.P., y artículo 79 C.P.R., en estos
casos en cambio la responsabilidad de los jueces por este tipo de delito se
persigue por medio de una acción especial llamada "querella de capítulos", la
que está tratada en los artículos 424 y ss. del Código Procesal Penal y que
"tiene por objeto hacer efectiva la responsabilidad criminal de los jueces,
fiscales judiciales y fiscales del ministerio público, por actos que hubieren
ejecutado en el ejercicio de sus funciones e importaren una infracción
penada por la ley".
Esta querella de capítulos está sometida a un procedimiento especial y
dentro de las clasificaciones está inserta en lo que se denomina antejuicio y a
través de este procedimiento se trata de establecer previamente si la acusación
entablada en contra del juez es o no admisible. Mediante estas restricciones se
pretende asegurar la seriedad de las acusaciones formuladas en contra del
juez, y de proteger a este juez de las presiones o venganzas de los litigantes
que se sienten perjudicados por un fallo.
Si se declara la admisibilidad de la acusación se inicia el verdadero juicio
criminal y el funcionario quedará suspendido de su cargo. Si ese juez es
condenado, en definitiva queda separado de sus funciones (artículo 332 N° 9
C.O.T.).

b) Mal comportamiento de los jueces

Otra forma por la cual también puede hacerse cesar esta inamovilidad se
refiere al mal comportamiento que puede tener un juez en el ejercicio de su
función. El artículo 337 C.O.T. indica los casos en que se presume de derecho
que un juez no tiene buen comportamiento.
A su vez, hay distintos procedimientos para hacer cesar esta inamovilidad
por mal comportamiento del juez:
b . 1) Procedimiento Constitucional:
El artículo 80 inciso 3o C.P.E. al respecto indica que "la Corte Suprema por
requerimiento del Presidente de la República, a solicitud de parte interesada, o
de oficio, podrá declarar que los jueces no han tenido buen comportamiento y
previo informe del inculpado y de la Corte de Apelaciones respectiva, en su
caso, acordar su remoción por la mayoría del total de sus componentes”.
b.2) Juicio político (artículos 52 N° 2 letra c), 53 N° 1 C.P.E. y 333
C.O.T.):
Este juicio político sólo se refiere a los magistrados de los tribunales
superiores de justicia, así por lo demás, lo indica el artículo 52 N° 2 letra c), al
prescribir que "es atribución exclusiva de la cámara de diputados: ...de-
clarar si ha o no lugar las acusaciones que no menos de diez ni más de
veinte de sus miembros formulen en contra de ...los magistrados de los
tribunales superiores de justicia..., por notable abandono de sus deberes".
b.3) juicio de amovilidad (artículos 337, 338 y 339 C.O.T):
Tiene por objeto declarar que el juez no ha tenido el buen comportamiento
exigido por la ley.
El artículo 337 se encarga de señalar los casos en que se presume de
derecho que un juez no ha tenido el buen comportamiento exigido por la ley.
A su vez, el artículo 338 ordena a los Tribunales Superiores instruir el proceso
de amovilidad, ya sea que se proceda de oficio o a requisición del fiscal
judicial del mismo tribunal.
Por su parte, el artículo 339 ordena que los tribunales procederán en estas
causas sumariamente, oyendo al juez imputado y al fiscal judicial y las
fallarán apreciando la prueba con libertad, pero sin contradecir los principios
de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados, y se harán cargo en la fundamentación de la
sentencia de toda la prueba rendida.
b . 4) Mala calificación del funcionario realizada por la Corte Suprema
(artículos 273 a 278 bis C.O.T.):
La Corte Suprema debe calificar anualmente a todos los funcionarios del
Poder Judicial. Aquel funcionario que figure en lista deficiente o por segundo
año consecutivo en lista condicional, quedará removido de su cargo por el
solo ministerio de la ley, una vez firme la calificación.
Para estos efectos existen seis listas: sobresaliente, muy buena, sa-
tisfactoria, regular, condicional y deficiente.

c) Formas, motivos o causales de orden constitucional

La Constitución en su artículo 80 inciso 4 o, en concordancia con lo


dispuesto en el artículo 310 C.O.T. señala que "la Corte Suprema, en pleno
especialmente convocado al efecto y por la mayoría absoluta de sus
miembros en ejercicio, podrá autorizar u ordenar, fundadamente, el
traslado de los jueces y demás funcionarios y empleados del Poder Judicial
a otro cargo de igual categoría
Por su parte el artículo 80 inciso 2o señala motivos o causales de orden
constitucional, en virtud de las cuales cuando ellas ocurren significa que el
juez cesa en el ejercicio de sus funciones por:
a) Edad, al cumplir 75 años de edad.
b) Renuncia.
c) Incapacidad legal sobreviniente, indicadas en el artículo 256 C.O.T.
8.3. La Responsabilidad (artículos 79 C.P.E. y 13,324 y ss. C.O.T.):
Este principio es una aplicación del concepto o principio de respon-
sabilidad general que afecta a los funcionarios por los actos abusivos que
cometen en el ejercicio de su autoridad y constituye una norma básica del
Derecho Público.
La responsabilidad judicial es aquella que nace con ocasión o motivo del
desempeño de las funciones de los jueces, sea por omisión de lo que deben
hacer o por hacer lo que deben omitir, transgrediendo con ello sus deberes
ministeriales.
Aparece vinculado a los principios de independencia e inamovilidad, en
cuanto es un factor de compensación y equilibrio entre éstos.
El ordenamiento nacional contempla varias clases de responsabilidad
judicial:
a) Responsabilidad disciplinaria o administrativa.
b) Responsabilidad penal.
c) Responsabilidad civil.
d) Responsabilidad política.

a) Responsabilidad disciplinaria o administrativa


Esta Responsabilidad se hace efectiva cuando el juez comete una falta o
abuso en el ejercicio de sus funciones, que no alcanza a constituir delito.
Se hace efectiva de dos formas:
- De oficio, a través de la Jurisdicción disciplinaria y que corresponde
ejercer a los Tribunales Superiores de Justicia quienes vigilan la conducta
ministerial de sus inferiores jerárquicos.
-A petición de parte, por medio de la queja o del Recurso de Queja.

b) Responsabilidad criminal
Sabemos que un juez puede cometer delitos comunes o ministeriales, y es a
los primeros a los cuales se alude al hablar de la responsabilidad criminal
(artículos 13 y 324 C.O.T.).

c) Responsabilidad civil
Esta aparece de los artículos 325, 326 y 327 C.O.T. y deriva de los
principios generales que imponen la obligación de resarcir o reparar todo daño
o perjuicio causado por el hecho ilícito (artículos 2314 y ss. C.C.).
No obstante, para hacer efectiva las responsabilidades criminal y civil
derivadas de delitos ministeriales, la ley ha colocado limitaciones en su
ejercicio, restricciones que tienden a evitar que los jueces puedan ser víctimas
de mala fe, de la torpeza, venganza o enemistad de los litigantes, las que se
contienen entre los artículos 328 a 331 del C.O.T.

d) Responsabilidad política

Es aquella que afecta a los tribunales superiores de justicia, cuando sus


miembros incurren en "notable abandono de sus deberes" (artículo
52 N° 2 letra c, C.P.E.).

8.4. La legalidad:

Emana de los artículos 19 N° 3 incisos 4 o y 5o, 76 inciso 1o, 77 C.P.E. y 1o


C.O.T.
Consiste en que todo tribunal debe estar establecido por ley y los jueces
deben, tanto en la tramitación de los procesos como en la dictación de los
fallos, proceder con estricta sujeción al ordenamiento jurídico vigente.
Su origen hay que buscarlo en la Constitución Francesa de 1791 según la
cual ningún ciudadano podía ser sustraído por los jueces establecidos por la
ley para ser sometidos a procedimientos, organismos o atribuciones distintas
de las señaladas por la ley. Es lo que se conoce como juez natural o legal.
Actualmente este principio de juez legal o natural debe contemplarse desde
un doble aspecto.
- Aspecto negativo, se traduce en que ni el poder ejecutivo, ni ninguna otra
autoridad pueda determinar la composición de un tribunal para un caso
concreto. Esto naturalmente implica la prohibición de tribunales de excepción.
- Aspecto positivo, se refiere a que el juez que debe conocer de un asunto
concreto debe estar determinado previamente por normas generales, y esas
normas deben precisar el órgano judicial que debe conocer del asunto, su
competencia objetiva, funcional y territorial.
Deben también esas normas determinar el reparto objetivo, no discrecional
de los asuntos entre los distintos tribunales de la misma categoría que existan
en un determinado territorio.
Tratándose de Tribunales Colegiados esas normas deben precisar en forma
previa "al Relator" llamado a efectuar la relación del asunto, así como "la
Sala" que va a conocer del negocio.
En suma, este principio comprende las siguientes circunstancias:
a) La organización y atribuciones de los tribunales, las que deben fijarse
por ley, agregando aquella prohibición de que nadie puede ser juzgado por
comisiones especiales.
b) Tramitación y fallo conforme a derecho (artículos 19 N° 3 inciso
5o C.P.E. y 170 N° 5 C.P.C.).
c) La obligación de fallar un conflicto, aun cuando no exista ley que
resuelva el caso (artículos 76 inciso 2o C.P.E. y 10 inciso 2o C.O.T.).

8.5. La territorialidad:

Este principio está consagrado en el artículo 7o C.O.T. y establece que "los


tribunales sólo pueden ejercer su potestad en los negocios y dentro del
territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado
Excepciones al principio de la territorialidad:
a) Los exhortos indicados en el artículo 7o inciso 2o C.O.T.: "Lo cual no
impide que en los negocios de que conocen puedan dictar providencias que
hayan de llevarse a efecto en otro territorio” (artículos 71 y ss. C.P.C.).
b) Inspección personal del Tribunal: artículo 403 inciso 2 o C.P.C. Es un
medio de prueba que consiste en el examen que el juez hace por sí mismo
acerca de las circunstancias o hechos materiales que tienen incidencia en la
cuestión controvertida.
c) Artículo 43 inciso 2o C.O.T. Competencia especial a jueces civiles de
Santiago, fuera de sus comunas, pero dentro de la Región Metropolitana.

8.6. La pasividad:

De acuerdo con este principio de la pasividad, los tribunales no pueden


ejercer su ministerio, sino a petición de parte, salvo los casos en que la ley los
faculta para proceder de oficio.
Este principio también tiene excepciones:
a) La declaración de nulidad absoluta de un acto o contrato cuando
aparezca de manifiesto en el acto o contrato, puede y debe ser declarada de
oficio por el tribunal (artículo 1683 C.C.).
b) La nulidad procesal que debe ser declarada de oficio o a petición de
parte artículo 83 C.P.C. y las facultades oficiosas para tomar medidas
tendientes a corregir ciertos "vicios de procedimiento", señaladas en el
artículo 84 C.P.C.
c) Las medidas para mejor resolver, que el juez puede dictar en un proceso
(artículo 159 C.P.C.).
d) La declaración de incompetencia absoluta, así como la derivada de la
competencia relativa, cuando la prórroga de competencia es improcedente.
d) Artículos 776 y 785 C.P.C. que permiten alas Cortes de Apelaciones y a
la Corte Suprema anular de oficio las sentencias en ciertas y determinadas
condiciones (casación de oficio, ya sea en la forma, ya sea en el fondo).
e) Reconocimiento de peritos: que puede decretar de oficio el tribunal de
acuerdo con el artículo 412 C.P.C.
Este principio de pasividad comprende también a aquella limitación que
afecta a los jueces en cuanto ellos deben fallar conforme al mérito del proceso
y no extender su fallo a los puntos que no le han sido expresamente sometidos
por las partes artículo 160 C.P.C.

8.7. La Sedentariedad (artículos 311 y ss. C.O.T.):

Importa la idea de fijeza, o sea, que los jueces deben administrar justicia en
lugares y horas determinados evitando de ese modo la existencia de tribunales
ambulantes.
El estudio de este principio está ligado a las obligaciones de residencia y
asistencia que pesan sobre los magistrados judiciales.
En efecto, se establece la obligación que tienen los jueces de residir
constantemente en la ciudad o población donde tenga asiento el tribunal en
que deban prestar sus servicios, es decir, los jueces tienen un lugar fijo para el
ejercicio de sus funciones, de ahí que a este principio se le conozca con el
nombre de obligación de residencia.
También implica este principio que los jueces deben asistir todos los días a
su despacho y permanecer en el desempeño de su cometido durante cuatro
horas como mínimo si el despacho de las causas se encuentra al día; y de
cinco horas, a lo menos, si ese despacho está atrasado, materia regulada por
autos acordados de la Corte Suprema, que reglamenta la jornada de trabajo de
ministros, relatores, jueces y fiscales judiciales y por los artículos 312 y ss.
C.O.T.
Sin embargo, si bien esta obligación de residencia y de asistencia diaria
cesa durante los días festivos, esto es, los días que la ley determina y el
período de vacaciones desde el 1 ° de febrero hasta el 1er día hábil de marzo,
ella subsiste durante estos días respecto de los jueces con "jurisdicción
criminal", laboral y de familia (artículo 313 inciso 2o C.O.T.), al tenor de lo
dispuesto en el artículo 314 C.O.T. Los jueces en lo civil deben, en todo caso,
conocer de ciertos asuntos civiles respecto de los cuales no operó este feriado
o que sólo opera parcialmente.

8.8. La inavocabilidad (artículos 8o C.O.T. y 76 C.P.E.):

Los tribunales tienen prohibición de avocarse al conocimiento de un asunto


pendiente ante otro tribunal.
Avocarse significa entrar a conocer del negocio por propia iniciativa sin
que las partes ejerciten ningún recurso para llevarlo a su conocimiento.
Por excepción, la ley puede conferir en determinadas situaciones la
posibilidad que un tribunal entre a conocer, se avoque al conocimiento de un
asunto pendiente ante otro tribunal, es el caso de lo indicado en los artículos
560 y 561 C.O.T., en virtud de los cuales los tribunales superiores pueden
decretar visitas extraordinarias a los juzgados y pueden facultar a un Ministro
visitador para que se avoque al conocimiento de las causas que allí se
encuentren pendientes.
En todo caso la intervención de ese Ministro visitador es la de un tribunal
de primera instancia, luego sus fallos son susceptibles de ser revisados.

8.9. La publicidad (artículos 9o y 380 N° 3 C.O.T.):

La publicidad es la facultad que la ley le confiere a toda persona para


imponerse de las actuaciones judiciales aun cuando no sea litigante interesado
en ello, a través de los medios que la misma ley franquea.
Hablamos de publicidad activa cuando los actos procesales se realizan ante
el público, y de publicidad pasiva, cuando simplemente de los actos
procesales se da cuenta al público.
La aplicación de este principio o base se entiende desde un doble punto de
vista:
a) De los litigantes.
b) De los terceros.
La publicidad adquiere relevancia en cuanto a los terceros ajenos al juicio
que no tienen interés directo en este conflicto y no respecto de los litigantes,
ya que éstos necesariamente deben imponerse de las actuaciones y
resoluciones que dicta el tribunal en la causa en que figuran como parte.
• Excepciones a la publicidad:
Por consideraciones de interés público o por la necesidad de mantener la
reserva sobre algún litigio, habida consideración a su naturaleza especial, el
legislador ha consagrado ciertas excepciones a esta base fundamental:
a) Acuerdos de los tribunales colegiados (artículo 81 C.O.T.).
b) Ciertas actuaciones del proceso penal, según el artículo 182 C.P.P.
c) Piezas del proceso que por motivos fundados se mandaren reservar fuera
de él (artículo 34 C.P.C.).
d) Pliego de posiciones antes de que se preste la confesión (artículo 386
C.P.C.).
8.10. La gradualidad (artículo 188 C.O.T.):

Para lograr hacer efectivo este principio existe en Chile una organización
jerárquica de los tribunales de justicia. Así existen tribunales de primera
instancia y de segunda instancia, siendo las Cortes de Apelaciones los
tribunales de segunda instancia por excelencia.
El fundamento de esta base se encuentra en el deseo de la ley de evitar
resoluciones injustas o arbitrarias, a la vez de satisfacer el anhelo de todo
litigante de poder hacer revisar las resoluciones que le causa un agravio.
Por instancia debemos entender "el grado jurisdiccional que comprende
el estudio de los puntos de hecho y de derecho de un conflicto debatido ante
un determinado tribunal".
Luego la instancia constituye un grado jurisdiccional y el tribunal de
segunda instancia conociendo del asunto fallado en primera instancia puede
confirmar, revocar o modificar ese fallo de primera instancia.

8.11. La gratuidad:

La administración de justicia en nuestro país es gratuita; pero en el sentido


de que los litigantes no tienen que remunerar al juez que va a decidir su
conflicto. Estos jueces son funcionarios públicos que paga el Estado.
Esta gratuidad hay que entenderla referida respecto de los jueces que
conforman el Poder Judicial, pues hay jueces árbitros a quienes las partes
deben pagar sus honorarios una vez cumplido su cometido, así como también
deben pagar los derechos que correspondan a los auxiliares de la
administración de justicia, que por uno u otro motivo tengan injerencia en el
litigio o gestión voluntaria. No obstante, es posible que en ciertas situaciones
la parte o interesado goce de absoluta gratuidad en todas las actuaciones del
litigio, esto se da cuando ese litigante interesado goza del privilegio de
pobreza (artículos 591 C.O.T. y 19 N° 3 C.P.E.).

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