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Prefacio
Introducción
Nivel *
1-16
17-32
33-48
49-64
Nivel **
65-80
81-96
97-112
113-128
Nivel ***
129-144
145-160
161-176
177-192
Problenigmas
193-207
208-222
Índice de autores
© René Mayer
© Editorial La Casa del Ajedrez
Calle San Marcos, 41
Teléfono 91 521 2008 – Fax 91 531 3880
Madrid – 28004
Email: info@lacasadelajedrez.com
Dirección Internet: http://www.lacasadelajedrez.com
Dirección Editorial: Andrés Tijman Marcus
Consejero Editorial: Daniel Elguezábal Varela
Corrección: Sofía Montero Oria de Rueda – Gabriel Rojo Huertas
Diseño de portada: Claudia Tijman
I.S.B.N.: 978-84-92517-00-8
Depósito Legal: M-22390-2008
Impresión: Impresos y Revistas SA
Impreso en España – Printed in Spain
No está permitida la reproducción total o parcial de esta publicación, ni su tratamiento infor-mático, ni la transmisión de
ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopias, por registro u otros medios, sin el
permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
Introducción
Estimado lector:
El libro que tiene en sus manos no es fruto de la casualidad, sino más bien de la causalidad. Por así decirlo, es una
consecuencia directa de los tiempos postmodernos en que vivimos, en este principio del siglo XXI, y su avanzada
tecnología.
A primera vista, estas palabras le podrán parecer un tanto extrañas, sin las aclaraciones oportunas. En efecto, hace 2
años –febrero de 2006, para ser más exactos–, un buen amigo ajedrecista me envió, con la mejor intención del mundo,
un regalo envenenado: un correo electrónico que contenía una impresionante lista de ¡21 libros electrónicos!, editados
por el sueco Anders Thulin en Malmö durante el periodo comprendido entre 2001 y 2005.
Y adivine cuál era el contenido. Sencillamente, antologías de problemas de mate publicadas a principios del siglo XX,
en los albores de la composición ajedrecística. Pulsando una simple tecla –¡oh prodigio de la tecnología y misteriosa
clave de acceso!– fueron abriéndose los libros en cuestión, desvelando auténticas perlas, en su gran mayoría miniaturas
de un máximo de 7 piezas y, en algunos casos, miniaturas «baby», con 5 piezas o menos.
Tardé poco tiempo en cerciorarme de que era mi deber rescatar del olvido el desconocido caudal de riquezas que se
desplegaba ante mis ojos, y dar a conocer un material tan fecundo y original. De modo que, durante los siguientes 18
meses, ocupé buena parte de mis ratos de ocio en descubrir, estudiar y analizar las maravillas que me brindaban ambos
volúmenes de Schacminiaturen, publicados por Oscar Blumenthal en 1903 y, sobre todo, la amplia colección de 777
miniatures in three, seleccionadas por E. Wallis en 1908.
Ahora ya lo sabe: la antología que me propongo ofrecer a su mente de sagaz solucionista es fruto de dicho desvelo y
apasionante trabajo de investigación. Naturalmente, ante tal cantidad de brillantes y excelsos ejemplos, no me resultó
nada fácil tomar las decisiones adecuadas... En semejantes circunstancias, ¿cómo proceder a una selección fidedigna, y
a la vez acertada?
Con tal fin, utilicé los criterios que me parecieron más adecuados a las circunstancias. Dado que estos problemas no
están destinados a especialistas, sino que pretenden despertar el interés de la gran mayoría «silenciosa» de los
jugadores, me incliné por todos aquellos ejemplos que presentaban posiciones claras, pulcras y, hasta cierto punto,
naturales, a sabiendas de que el ajedrecista normal elude las disposiciones de piezas desenfrenadamente extravagantes o
caóticas. ¡Demasiados esfuerzos hace ya con intentar acercarse al denostado universo de la composición!
Por lo tanto, entre las cerca de 1500 miniaturas publicadas en los 3 volúmenes citados, descarté en primer lugar aquellos
problemas que eran técnicos en exceso –o sea, áridos y automáticos–, decantándome por los mecanismos de mate que
resultaban más enigmáticos, atractivos y didácticos.
Puede decirse que cada uno de los 222 problemas seleccionados aquí brilla con luz propia, bien sea porque su clave
resulta simplemente sorprendente e ingeniosa, bien porque presenta un florido abanico de mates hermosos, cuando no
espectaculares, que jamás deben parecer enrevesados.
Al igual que en mi antología anterior, Problemas para gente sin problemas, dichas miniaturas se reparten en tres
capítulos cuya dificultad va en ascenso. En primer lugar, los 64 ejercicios de nivel inferior (*) son bastante sencillos y
pueden resolverse en un tiempo máximo de entre 5 a 6 minutos. A continuación, los 64 de nivel medio (**) introducen
ciertas complicaciones y agudezas añadidas, requiriendo una media de 20 minutos para su resolución. Por último, los de
dificultad alta (***) resultan en general sutiles y complicados –en algunos casos diabólicos–, pudiendo exigir un tiempo
de reflexión igual o superior a los 30 minutos.
Sin embargo, el último apartado, con sus 30 «problenigmas», es el que aporta a la presente colección un enfoque
original, jamás ensayado hasta la fecha. Si usted se pregunta: ¿Será un novedoso instrumento de tortura?, le advierto de
antemano: ¡Lo es! Y espero que no lo viva como una experiencia traumática, sino como un auténtico reto, que es lo que
pretende ser.
Entonces, ¿qué diablos es un «problenigma»?
Pues bien, como su nombre indica, es una mezcla de problema y enigma: parecido a otro cualquiera, pero en el que no
consta el enunciado del autor. Para «incordiarle» un poco, me he tomado la molestia de suprimir la mención «las
blancas juegan y dan mate en ... jugadas»
Usted, solucionista que ahora desconoce este dato, deberá tratar de contestar a la nueva pregunta: En la posición del
diagrama, ¿cuál es el mínimo de jugadas necesarias para dar mate?
A primera vista, la tarea parece bastante ardua, por no decir imposible, pero no lo es en realidad. En efecto, la mayoría
de los problemas escogidos para figurar como «problenigmas» presentan casos de Rex Solus, en los cuales el monarca
negro se enfrenta en su más «solitaria soledad» a las fuerzas del enemigo, lo cual reduce mucho el número de
maniobras posibles y facilita los cálculos.
Además, usted dispondrá de un indicio prácticamente infalible: Si, por ejemplo, descubre para un problema que imagina
ser un mate en 4 jugadas una clave llana e insulsa, –desprovista de chispa, además de previsible– sabrá con certeza que
puede mejorar dicho resultado, esforzándose por hallar un ingenioso mate en una –o a veces dos– jugadas menos.
De todos modos, el lector cansado o desalentado tendrá siempre la posibilidad de reconvertir un «problenigma» en un
problema normal consultando la página 108, que contiene la lista de los 30 enunciados que mi talante cruel y
provocador silenció.
Ahora, tan solo me queda desearle buena suerte y augurarle mucho placer en la senda –a menudo tortuosa– que le
llevará a descubrir la clave de estas perlas centenarias del tablero.
Apreciado lector, si le agradan el ajedrez y las historias de detectives –retos de cualquier tipo–, la adquisición de la
presente antología le vendrá como anillo al dedo: se sentirá en la piel misma de Sherlock Holmes –y yo haré
gustosamente de Watson, su fiel servidor– cada vez que se disponga a resolver estos 222 magníficos problemas,
auténticos «haikus» modernos de la composición ajedrecística.
Y si al final constato que he logrado, aunque sea mínimamente, avivar su interés por los problemas, tras vencer unos
prejuicios infundados, podré considerarme más que satisfecho.
¡Hasta la vista, solucionista!
René Mayer
Madrid, 24 de marzo de 2008
remay47@yahoo.es
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Nivel *
Mate en 3
No sé si San Mateo estaba pensando en los ajedrecistas cuando exclamó “Pedid, y se os dará, buscad y hallaréis”
(Evangelio VII, 7). Yo, por mi parte, no pienso darle la solución, aunque me la pida de rodillas... Así que busque un
poco y no tardará en hallar las tres formas de matar al rey negro solitario. Este problema, muy útil para aprender a dar
mate con dos torres, es una de las 3000 (ha leído bien, ¡3000!) obras compuestas por William Anthony Shinkman
(1847-1933), fundador de la escuela de composición americana junto a su amigo Samuel Loyd.
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1.Rh1! Kf2
A 1...Kxh1, 2.Kg3 Kg1 3.Re1 mate; 1...Kf3 2.Rh2 Kf4 3.Rf2 mate.
2.Kh3 Kf3 3.Rf1 mate ¿Usted buscó y halló, o está ahora mismo enterándose del cómo y por qué?... No le consideraba
apático e indolente, antes de este desagradable incidente.
2. Charlick, A. – 1896
Mate en 2
En sus Memorias, el Cardenal de Retz afirmaba: «No hay nada que merezca ser alabado tanto como la generosidad, pero
tampoco hay que exagerarla». Añadiría, «sobre todo si nos movemos en el pantanoso terreno del Ajedrez»... En efecto,
poco generoso suele ser el ajedrecista: cuando cede material, es porque no tiene más remedio, o porque espera sacar un
beneficio de su «inversión», y a muy corto plazo. En el diagrama que nos ocupa (a), su «generosidad» –es decir, su
entrega a la búsqueda de la solución– le será inmediatamente recompensada por Caissa (que no La Caixa...). Para
resolver (b), añada un peón negro en b3.
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a) 1.Rb8! Kxc2
2.Na3 mate.
b) 1.Ra2!
y tanto a 1...bxa2 como a 1...Kxc2 sigue 2.Na3 mate. Y 1...bxc2 o 1...Kxa2 son castigados con 2.Nc3 mate.
1.Rh6!
Control absoluto de la 6ª fila. La encontró fácilmente, a que sí... De vez en cuando, no le engaño.
1...Kb5
2.Bd3 mate.
4. White, C.
Mate en 3
El autor dramático y humorista francés Sacha Guitry (1885-1957) tenía el verbo fácil, como lo demuestran sus más de
130 comedias de bulevar, representadas durante la Belle Epoque. En una ocasión, su ingenioso talento le llevó a
afirmar: «Lo poco que sé, a mi ignorancia se lo debo». Vamos a ver si usted va camino de convertirse en un
solucionista «con solución». Si le han servido de algo los ejemplos anteriores –y mis sabios consejos–, ¡borre de la faz
del tablero al inquilino real de «h7»!, en tan solo 3 jugadas. No debería ser muy complicado, pero con usted, nunca se
sabe... Tiempo adjudicado: 10 minutos en fin de semana, y 20 durante... la jornada laboral, si no le pilla el jefe.
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1.h5! fxg5
2.Qa1 Kxh6
3.Qh8 mate.
5. Williams, P. H. – 1893
Mate en 3
Estimado lector, me gustaría que no me considerase como el autor altivo y distante de este opúsculo, sino más bien
como lo que soy: un humilde consejero que... ¡siempre tiene razón! Aquí, por ejemplo, no me negará que este
centenario problemilla del gran Williams está a su alcance: ¡si hay tan solo 5 piezas en el tablero, y el rey negro está
más desnudo que Gary Cooper en el famoso Western ¡Solo ante el peligro! Vamos, no me falle ... ¿O también he de
decirle que existe una única línea de mate?
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3.Nf4 mate. Resulta curioso constatar como el alfil blanco cede la casilla «f4» para que la ocupe el equino, con efectos
letales.
6. Westbury, E. E.
Mate en 3
Este mate en 3 del inglés Westbury (1881-1939) es tan sencillo que lo debe considerar un regalo para su ego maltrecho
de solucionista venido a menos. Pero, ¡absténgase de imitar a Groucho Marx!... Cuando le decían «Hasta un niño de
cinco años lo sabría hacer», contestaba invariablemente: «¡Vaya ahora mismo a buscarme a un niño de 5 años!». Usted
ya es mayorcito, y sabe dar mate con torre, alfil y caballo, ¿verdad?... ¿O no?
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1.Ne6! Ka4
A 1...Ka6, 2.Nc5+ Ka5 3.Bb4 mate; 1...Nd6 (1...a1Q) 2.Bb4+ Ka4 3.Nc5 mate.
1.Ra2! Esta jugada es, curiosamente, única para dar el mate en 3. Los ensayos 1.Rd2(c2/b2)? serían refutados por
1...Nxg2!
1.Ra2! Ne2
8. Wieck , F. G.
Mate en 3
Como ya habrá comprobado en carne propia, algunos compositores son más benévolos que otros. Por ejemplo, el
alemán F. G. Wieck pensaba precisamente en jugadores como usted cuando ideó este insignificante, inerme y elemental
mate en 3. Y, si no me equivoco, la gran experiencia que usted ha venido adquiriendo al consultar las últimas páginas
de este librito, debería servirle para detectar la clave en menos de 5 minutos. ¡Empiezo a contar hasta 300!
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1.e3! Se habrá percatado de que las descubiertas no llevan a ninguna parte: es vital impedir la huida del rey por «d4».
1...cxd5 2.Qf5! (instaura un temible zugzwang, es decir, perdedora obligación de jugar) 2...Kc4
3.Qc2 mate.
9. Zoltan, L. – 1966
Mate en 2
Hasta ahora le he estado proponiendo miniaturas confeccionadas en su gran mayoría a principios del siglo XX, época en
la que el mundo de la composición inició su despegue y comenzó a brillar con todo su esplendor. El problema que tiene
ante usted constituye una excepción, ya que fue creado en 1966 por el húngaro Zoltan. En él, deberá descubrir dos
pasadizos –secretos, o, mejor dicho, ocultos– por los cuales sus piezas pesadas podrán dar la estocada final al
escurridizo rey negro. ¡Olé!
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1.Re8!
Una jugada aparentemente trivial e inofensiva que conlleva mucho veneno: se anticipa a la huida del monarca a «e6».
1...Ke6
A 1...e6, 2.Rxd6 mate; a 1...e5, 2.Rxe5 mate. El primer pasadizo: la columna «e».
2.Rxd6 mate.
1.Qce3+! Único ataque válido , ya que el ensayo 1.Qf2+? fracasa ante 1...Ka8!
1.Qce3+! Ka8
2.Qea3 mate. «Clavadas» en su silla, las damas de «b8» y «b7» no pueden participar en el baile final.
1.Rg8! La jugada que introduce el Tema Br...istol, ¿recuerda ese término? El movimiento largo de la torre permitirá a la
dama alcanzar la casilla «g7». 1...e3! ¡Forzada! 2.Qg7 mate. La línea de mate es corta y directa, pero, fuerza es
reconocerlo, es abstracta y vaporosa: ¡pura meta...física! Para los expertos, un elegante problema antiahogo, con tema
Bristol y autobloqueo en «e3».
1.Rd5!! Justo lo opuesto a lo que sucedió aquel trágico 11-S de 2001: es la torre la que se inmola en pleno centro del
tablero. La aceptación es forzada, así como el mate inesperado que le sigue. Obviamente, el ensayo 1.Ra2? fracasaba
ante 1...Ke5!, pero de ningún modo tras 1...Kd3? o 1...Kd5? 2.Qd4 mate.
1.Kb3! Hay que darle un respiro al rey solitario, que se puede ahogar con suma facilidad. 1...Kb6 2.Qd7 Apretando el
cerco 2...Ka6 3.Qc7. Y cerrándolo. 3...Kb5 4.Qb7 mate. Este modelo de mate lo denominan «económico perfecto»
porque... se resuelve perfectamente y en poco tiempo... No iba en serio... porque todas las piezas blancas contribuyen al
mate.
1.Kf4! Es esencial quitarle al rey la casilla de escape «e3». 1...Kd4 2.Nf6 Y ahora, como es lógico, la casilla «d5».
2...Kd3 3.Ne4. Controlando serenamente «c3» y «c5». 3...Kd4 4.Ba2. Última supervisión de las casillas «c4» y «d5».
4...Kd3 5.Rd2 mate. Y el mate tan esperado, logrado serena y lógicamente.
15. Aspa, S.
Mate en 3
«Añorar el pasado es correr tras el viento» (proverbio ruso). Aleje de una vez los pensamientos negativos que le invaden
cuando añora los ratos de libertad y ocio de los que disfrutaba antes de comprar este librito... Elimine de su mente la
nefasta convicción de que usted es un ajedrecista malogrado, o un solucionista maldito, sin solución. Ya irá
aprendiendo, a medida que se familiarice con los conceptos extraños y retorcidos, por no decir aviesos, que suelen
manejar los compositores de ajedrez. Y de momento, limítese a resolver, con buen humor y generosidad (pista), el
enigmático mate en 3 que le plantea el italiano Aspa.
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1.Rf5! Una generosidad un tanto interesada, que evita el ahogo. Pero el otro intento, 1.Rfd4+ (1.Rf7), conduce solo al
mate en 4 jugadas después de 1...Kxe5 2.Rd7 Kf6 3.Rc6 Ke5 4.Rxe6 mate.
1.Rf5! exf5+ 2.Kf4 Ke6 3.Rc7 mate. Tan forzado como efectivo. Me apuesto a que este problemita le ha remontado la
moral...
16. Blumenthal, O.
Mate en 3
El dramaturgo británico Bernard Shaw solía decir que «la vida es demasiado corta para que se la tome en serio». Igual
sucede con muchos problemas de ajedrez del nivel * a los que someto a su mente sagaz, fresca e imaginativa (habrá
observado que paso fácilmente de un extremo a otro, de la descalificación exaltada a la alabanza sin límites...). Es cierto
que tienen pocas variantes de mate (2 ó 3 a lo sumo...) y que son los pesos ligeros de la composición, pero ¡que gustito
da vislumbrar la clave gracias a una fugitiva intuición, que se presenta en una fracción de segundo! (Lo digo por mí...).
Veamos si logra experimentarlo esta vez, con esta sencilla miniatura del germano Blumenthal.
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1.Qg1! Kc2
2.Qe1 Kb2
3.Qb1 mate.
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17. Blumenthal, O.
Mate en 3
¿Ha percibido ya las múltiples ventajas que presentan las posiciones compuestas, y en particular los problemas de mate
que propongo a su mente perspicaz? En primer lugar, le alejan del tedio de la rutina («¡ahí va! si caí en la misma trampa
la semana pasada...»), de la competitividad exacerbada del ajedrez de torneo («yo a este capullo le gano nueve de cada
diez partidas que juguemos...») y de los errores de concepto («¿no ves que con este avance de peón, acabas de crear un
punto débil que tu contrario explotará dentro de 25 jugadas?»). En segundo lugar, permiten a su imaginación abrir por
fin las alas a la pura fantasía, sobrevolar el tablero y apreciar malabarismos llevados a cabo por piezas que han sido
liberadas de sus imposiciones. Si no me cree, observe lo que sucede en esta breve, pero espectacular miniatura de Oskar
Blumenthal...
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1.Nf6! Rxb7+ 2.Nd7! ¡La terrible lucha por domeñar tiempo y espacio ha alcanzado su momento álgido! 2...Ka7,
Respuesta tristemente obligada. 3.Qa1 mate. Un problema inspirado en la obra original del checo Jiri Chocolous, padre
de la escuela bohemia.
1.Ke5!
Todo sacrificio que lleva a una red de mate es una inmejorable inversión.
1...Kxe8
1...Kc7 2.Rf7+ Kc6 3.Rc8 mate; 1...Kc6 2.Re7 Kc5 3.Rc7 mate.
19. Daniel, A. W.
Mate en 3
Lo dice un proverbio árabe: «Vive sobriamente y vivirás como un rey». O como la mayoría de los reyes... Pero el
dilema surge cuando este monarca es un rey de ajedrez, que no puede llevar la vida austera apetecida mientras patrulla
el tablero. Presionado por amenazas de toda índole, se ve con frecuencia obligado a emprender una huida repentina, o a
alimentarse con lo que haya, y cuando buenamente pueda: éste es precisamente el hado oscuro –¿el lado oscuro?– del
Kg5 en la agradable miniatura que nos propone A. W. Daniel. Usted no deberá reposar hasta encontrar las 3 jugadas
que aseguran el descanso... eterno del real fugitivo.
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1.Bf5!
1...Kxf5.
El rey ha comido bien, pero se halla en una cárcel donde no tardará en pagar por su pecado. Si 1...Kh6, seguiría 2.Qg8
h4 3.Qg6 mate; 1...h4 2.Qg8+ Kh5 3.Qg6 mate.
2.Qg8
Las negras están en zugzwang, y su única jugada posible, el avance ...h4, permitirá el mate.
20. Davies
Mate en 3
¿Acaso no ha observado que el nivel de ciertos ejercicios está bajando en picado? ¿Será que se me han agotado los
«buenos» ejemplos y le tengo que presentar material de segunda o tercera categoría? ¡Nada de eso! Lo que pasa es que,
en el fondo y a pesar de las apariencias, soy una persona compasiva que se apiada en seguida del típico solucionista
frustrado –¿como usted?–, que no acierta ni con ayuda y se deprime a la primera de cambio. ¡Ha llegado la hora del
desquite! Resuelva este sencillo problema en menos de 5 minutos haciendo uso del estribillo: ¡Alejarse, alejarse! ¡Y
volver, volver! No es un tango, sino una pista más clara que el agua...
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1.Qb2! Alejarse, para poder acceder a «h8»... El ensayo 1.Qd1? fracasaba ante 1...Kg2!, evitando 1...g2? 2.Qh5 mate o
1...e3? 2.Qh1 mate.
1.Qb2! e3 2.Qe2!
2...g2
3.Qh5 mate. Tras este mate, se ha recuperado, y veo que está feliz...¡Oiga!, entre nosotros, ¿cuánto ha tardado?
1.Qf5! Ra8
2.Qb1 Rd8
3.Qb4 mate.
22. Ehrenstein, M.
Mate en 3
Algunos ajedrecistas –entre los cuales puede que figure usted– cometen tantos errores ante el tablero que se les podría
perfectamente condenar por hacer apología del error. ¡Es urgente ayudarles, dándoles una posibilidad de salir cuanto
antes del caldo de boniatos, quesos y membrillos en el cual están desgraciadamente inmersos! Y ¿qué mejor remedio
que proponerles un problema facilito de vez en cuando? Si quiere dejar de ser un «errorista» del tablero, resuelva
correctamente esta ligera creación de Ehrenstein en menos de 5 minutos.
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1.Qc6! Una clave lógica y previsible, y por lo tanto fácil de descubrir, 1...Kb4
2.f3 Ke3 3.Rc3 mate. Una hermosa figura de mate suspendido «en el aire».
1.Ne5!
1...Kxe5
2.Ke7 b2 3.f4 mate. Otro mate suspendido «en el aire», como los famosos jardines de Babilonia.
1.f6! ¡Única! El ensayo 1.Ne5+, que vino seguramente a su mente no tan segura, fracasa ante 1...Kg3!
1.f6! Kg5
2.Ne5!
Para hacer esta jugada, se debe haber previsto el mate, y usted ni siquiera lo ha visto...
1.Qa2! La dama se retira para ensanchar su horizonte, pero permitiendo la captura de su equino, 1...Kd7 (Ke7)
2.Qf7+ Kd8 3.Qe8 mate. El retroceso ha sido recompensado con tres figuras diferentes de mate.
27. Keeble, J.
Mate en 3
El elemento esencial de los problemas, lo habrá adivinado, es... ¡el MATE! (Y éste no se bebe... ¡boludo!), ha llegado el
momento de instruirle sobre este punto. En la cabalística jerga de los compositores, un mate es «puro» si cada pieza
blanca controla una casilla diferente, adyacente al rey negro. Y un mate es «económico»... cuando se descubre en 2 ó 3
minutos. Estoy bromeando: cuando todas las piezas blancas, con la excepción del rey y los peones, intervienen en su
consecución. Si es puro y económico a la vez, se habla de mate «modelo». Finalmente, el «mate espejo» se da cuando
las casillas que rodean al monarca negro están vacías. ¡Ya es usted un experto en la materia! En la miniatura del
británico Keeble (1855-1939), se esconde un «mate perfecto» ¡Pues perfecto, encuéntrelo!... aunque no sepa de que va.
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1.Nc2!
Un salto sencillo, que controla las esenciales casillas «b4», «d4», «e3» y «e1».
1...Qc1+
2.Kxc1 Kxa2 3.Bc4 mate. Los expertos lo denominan «mate perfecto» o «espejo perfecto», ya que todas las piezas
blancas cooperan en el mate, cada una controla diferentes casillas adyacentes al rey negro, y dichas casillas están
además vacías.
1.Ra8! El único desplazamiento de la torre que permite una intercepción por parte del rey blanco. Ésta es la clave.
1...Kb5 2.Ka7!, con la intercepción del rey, que retira la casilla «b6» a su rival. 2...Ka4 3.Kb6 mate. Y el mate final
por descubierta, como en todos los Temas Indios.
29. Larsen, P. A.
Mate en 3
Mucha gente, sobre todo entre los aficionados, estima que el noble juego tiene los días contados frente a la potencia, tan
arrolladora como imparable, de los ingenios informáticos. Cierto es que los programas son cada vez más rápidos y
eficaces, pero su espectacular desarrollo no debería –en teoría– inquietar al jugador de carne y hueso si éste se enfrenta
a sus pares: el factor humano (impresionabilidad, cansancio, carencia de sangre fría en los apuros de reloj) resultará
siempre decisivo en la lucha ante el tablero. Además, las «ratas de silicio» son aún demasiado materialistas y pasan por
alto algunas sutiles jugadas o entregas que el maestro intuye a la velocidad del rayo. En la posición del diagrama, el ya
anticuado Fritz 8 sólo percibe la variante lógica de mate 1.Qb6+ Kc4 2.Ra4+ Kc3 3.Ke2 Kxc2 4.Rc4 mate. Usted,
simple y sufrido humano, ¡mejore este pobre resultado!
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1.Ra4!
1...Kxc5
2.c4
1.Rg5!
1...Rh1 2.Rg2!
El curioso retroceso de la torre implanta un terrible zugzwang, del que no saldrá vivo el rey enemigo.
2...Rh3
31. Magner, S.
Mate en 3
No es de extrañar que al científico germanoamericano Albert Einstein, padre fundador de la física moderna, le
apasionara el ajedrez. Y por varias razones... En primer lugar, creó el concepto científico de relatividad, que resulta
omnipresente en la práctica del noble juego. Luego, hizo tambalearse el sistema kantiano en torno a la concepción a
priori del espacio/tiempo, demostrando brillantemente que el progreso científico no se resume en un cúmulo de
conocimientos “inmutables”, sino que se trata de una reestructuración abierta y continua del saber. ¡Exactamente como
ocurre en el universo harto flexible y mudable en el que se mueve nuestro querido juegociencia! Baste comparar el
ajedrez de la época romántica con el del siglo XXI... Ahora, proceda con agilidad, y logrará resolver la miniatura de
Magner en menos de 7-8 minutos, si bien su capacidad, al igual que el tiempo, resulta... muy relativa.
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1.Kg2!
No se puede tener todo: las blancas ceden «g4» para controlar a su vez el esencial punto «f3».
1...Ke4
2.g4
Y ahora ceden gustosamente la casilla «f4» para posibilitar el mate en 4a fila que sigue:
32. Crum, J.
Mate en 3
Hoy vamos a comprobar si está usted lo suficientemente inspirado para dar cuenta del rey negro en, digamos, menos de
10 minutos... Naturalmente, para poder alcanzar el objetivo marcado con mayor soltura, haría bien en atenerse –más
que de costumbre, admítalo– a los dos consejos que le ofrezco, con I.V.A. incluido y sin gastos adicionales. El primero,
«La escalera ha de barrerse empezando por arriba», es un refrán rumano, un indicio apenas velado que le será
sumamente útil... El otro procede del mismísimo Pablo Picasso, quien afirmaba con sobrada razón que «La inspiración
existe, pero tiene que pillarte trabajando». Aunque no capte toda la fuerza de este mensaje, ¡póngase a buscar, ya! (Si se
ha tomado la molestia de leer este «rollo», le quedan sólo ...¡9 minutos!).
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1.Qa7!
¡Esta manía que tienen todos los compositores de echar «pa´tras» en vez de «pa´lante»!
1...Kd1
1...Ke1 2.Qa1+ Ke2 3.Qf1 mate; 1...exd2 2.Qf2+ Kd1 3.Qxd2 mate.
2.Qa1+
2...Kc2 3.Qb1 mate. El mate se ha hecho realidad, gracias a estas idas y vueltas, que han debido de marearle un poco...
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Mate en 3
Ya lo decía el sabio Aristóteles: «La única verdad es la realidad». A lo cual replicaba su colega Eurípides: «Lo esperado
no sucede, es lo inesperado que acontece». Y ahora, ¿en qué quedamos? El problemista alemán von Holzhausen
aprendió la lección a sus expensas cuando, orgulloso de su labor, publicó la ingeniosa solución de la miniatura que
aparece en el diagrama. Llegó entonces lo inesperado, con una «demolición» que se encargó de enviar su creación a la
papelera. Como sucede con frecuencia, había triunfado la banalidad de la variante 1.Nd2 b1=Q (1...b1=N 2.Qe5+ Nc3
3.Qc3 mate) 2.Qe5+ Qb2 3.Nb3 mate. Y ahora, la pregunta de rigor: ¿Logrará hallar la otra clave, la que resultaba tan
brillante como ineficaz?
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1.Bg6! Este retroceso era la jugada que el alemán había ideado. 1...axb1=Q 2.Bf7! Reciclado en «f7», el alfil posibilita
el mate Qa2, a la vez que impide cualquier jaque liberador de la dama enemiga. 2...Qf5 3.Qa2 mate.
34. Nanz, H.
Mate en 3
«Los hombres ven todos por los mismos ojos, pero sus puntos de vista son diferentes». Por medio de este instructivo
proverbio chino, ¿entiende usted ahora por qué extraña razón tarda tanto en descubrir la clave de un problema, mientras
los demás la cazan al vuelo? Está bien, acaba de volver del trabajo y los niños no dejan de hacer ruido... Pero esto no es
óbice para que no logre resolver la simple posición que aparece en el diagrama en 3 ó 4 minutos. Si necesita más
minutos o no lo descubre, tal vez le han engañado y ha estado jugando todo el tiempo a las damas, creyendo que era
ajedrez... Y ahora, en serio: resuélvalo, y tómese todo el tiempo del mundo... no estamos aquí para sufrir.
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1.Kg4!
1...d4
2.Ng1
1.Qb7!
La única jugada que puede controlar la vital 7a fila y el también esencial punto «h1».
1...Kxh7
1.Re6!! La jugada inesperada, y por ende imprevisible, que crea un cortocircuito inmediato en las filas negras. Las
demás posibilidades, como 1.Qxa2? d5;
1.Qd8? h5;
ó 1.Ke7+? Kg7 2.Rg4+ Kh6 3.Qh1 mate, se estrellaban todas contra una pared.
1.Re6!! Bxe6.
La captura con el alfil despeja la columna «a» para la dama blanca, pero las alternativas 1...dxe6 2.Kf7 mate; y 1...h6
2.Rxh6 mate eran igual de malas.
1.Rh8!! ¡La decisión requerida por el compositor alemán! Dar pasto al rey negro para que pueda ser aniquilado en la
esquina del tablero. Una decisión demasiado prudente, como 1.Rc2? (de Rc1 a Rc6) 1...Kxg7 2.Bg5 Kf8 3.Rc8+ Kg7
4.Rg8 mate, sólo conduce al mate en 4 jugadas.
1.Rh8!! Kxg7 2.Bg5 Kxh8. El monarca se ve obligado a vivir para comer, en vez de comer para vivir. 3.Bf6 mate. Una
creación simple, pero muy aguda.
1.Kh7!! El rodeo en cuestión no es sino una maniobra india entre torre y rey. Como suele ocurrir, llega tarde el cauto
ensayo 1.Rg6? Kf7 (1...Kd8 2.Rxe6) 2.Rf6+ Ke7 3.Kg7 Kd8 4.Rf8+ Ke7 5.Re8 mate.
1.Kh7!! Kf7 2.Rh8 Ke7 3.Kg8! Frustrando el ahogo del real prisionero. 3...Kd8 4.Kf7 mate. Finalmente, el destape
matador.
a) 1.Nd7! Con su salto, el equino controla ahora los importantes escaques de «c5» y «e5». Inferiores resultaban los
jaques 1.Rg3+? Kf4 2.Rdg5 c3 3.Nd5 mate;
o 1.Rf1+? Ke3 2.Nxc4+ Ke2 3.Rd2 mate.
b) 1.Nb5! Kxd5 2.Rf5 mate. Ambos mates forman ecos con el eje “a8-h1”.
40. Shinkman, W. A.
Mate en 3
«Quien acepta un presente vende cara su libertad». He aquí un refrán húngaro cuya validez puede confirmarse tanto en
la vida como en el noble juego. Si bien hacerlo en la vida implica deuda y dependencia, por no decir compromiso, en
ajedrez supone casi siempre poner la seguridad del rey –bien supremo– en peligro y exponerlo al mate inminente. Con
este indicio más que obvio, –¿lo es también para usted, lector?– la cosecha no debería tardar mucho en llegar. En un
máximo de 10 minutos, halle las 4 figuras de mate de este elegante problema «baby», creado hace más de un siglo por
el gran maestro norteamericano de la composición.
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1.Ra5! El sacrificio en cuestión... (Inferior era la posibilidad 1.Rb1? a6 2.Ka4+ Ka7 3.Qc7+ Ka8 4.Qb7 mate)
1.Ra5! a6
No suponen mejora alguna 1...Kb7 2.Rb5+ Ka6 3.Qc6 mate; o 1...Kxa5 2.Qc6 a6 3.Qc5 mate.
1.Kf5! Con esta entrega, las blancas anulan el ahogo del fugitivo negro. No daba los frutos esperados 1.Qxg5? Kd7
2.Qe7+ Kxc8 3.Qc7 mate;
o 1.Nf6? Ke7 2.Qd7+ Kxf6 3.Rc6 mate;
o finalmente 1.Qg3+? Ke6 2.Qe5+ Kd7 3.Nb6 mate.
1.Kf5! Kxd5
42. Bayersdorfer, A.
Mate en 3
El escritor y humorista americano Ambrose Bierce nos da una acertada definición en su famoso «Diccionario del
Diablo» de 1906. COBARDE: «Persona en la que el instinto de conservación aún funciona con normalidad». Dicho
esto, en el astuto ejercicio que le presenta el alemán Adolf Bayersdorfer, eminente compositor alemán del siglo XIX,
usted tendrá que hacer gala de exactamente lo... ¡opuesto! Con resuelta valentía, determinación, entereza, y hasta con
audacia y osadía, –escoja usted mismo el sustantivo que más le agrade– salga al encuentro de este magnífico mate en 3,
teniendo bien en cuenta que el valor se demuestra con una entrega total, y no con meras palabras (¡Pista!).
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1.Be5!! ¿Entendió que la «entrega total» era este brillante sacrificio en el centro del tablero, que crea una verdadero
cortocircuito en el campo enemigo? 1...Kxe5
1.Qe1!
1...Bxb1
1.Bb4! LA jugada exacta, que bloquea el avance liberador del peón «b5». (Demasiado tímido era el ensayo 1.Rf8? b4
2.Kc6 Ka7 3.Bc5+ Ka6 4.Ra8 mate)
1.Bb4! axb4
No aportan solución las alternativas 1...a4 2.Kb8 Kb6 3.Rf6 mate; o 1...Ka7 2.Bc5+ Ka8 (2...Ka6 3.Rf6 mate) 3.Rf8
mate.
2.Rf1 b3 3.Ra1 mate. El mate llega por la columna «a», recién abierta.
45. Mazel, E.
Mate en 3
Uno de los elementos más sorprendentes del noble juego es sin duda la repercusión tan enorme y definitiva que puede
tener en el tablero una jugada modesta, de insignificante apariencia. Todo está tranquilo –¡sin novedad, mi capitán!–,
surge la nimia jugadita, y las 64 casillas se convierten en un infierno de despiadadas persecuciones que crean «Fuego y
Desolación en el tablero» (un buen título para un nuevo libro de ajedrez, que supera en suspense al de A. Shirov).
¡Basta de digresiones! ¡Ataquemos el problema cuanto antes! (nunca mejor dicho...). Piense en una jugadita gris e
insignificante, juéguela y constatará cómo el rey negro perecerá, entre horribles convulsiones, al cabo de 2 jugadas.
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1.Qf6!! Una jugada tranquila, sin más, que no plantea amenaza alguna... 1...b5. Pero esta jugada forzada traerá pronto
un cataclismo a las negras. 2.cxb5. Cede la casilla «d5», pero permite el control de «c6». 2...Kd5 3.Qc6 mate.
¡Magnífico! Un mate que era totalmente inesperado hace apenas dos movimientos.
1.Qb7!! Un destierro absurdo, en apariencia. ¿Qué diablos está pasando? Tarde llegaban ensayos como 1.Qc4+? Kb2
2.Nc1 Kb1 3.Kd2 f3 4.Qa2 mate;
1.Qa3? f3! (a 1...Kb1?, 2.Kd2 f3 3.Nc3 mate) 2.Nb4+ Kb1 3.Qb3+ Ka1 4.Nc2 mate;
o 1.Qc3+? Kb1 2.Nb4 f3 3.Qb3+ Kc1 4.Qc2 mate.
1.Qb7!! f3. Tristemente única... 2.exf3. Aquí las blancas ceden al rey la casilla «d3», pero pasan a controlar «e4».
2...Kd3 3.Qe4 mate. El rey negro se ha visto obligado a entrar en una ocultísima red de mate, inconcebible hace dos
movimientos... Ahora entiende la metalógica de una jugada de espera –¡única!– como 1.Qb7!!, ¿a qué sí?
47. Magner, S.
Mate en 3
De Israel nos viene el pensamiento «Más vale una buena muerte que una mala vida», tan justificado cuando se trata de
problemas de mate. No tiene más que observar a los monarcas negros en cualquier diagrama de esta antología:
sometidos a un acoso continuo, o víctimas de feroces persecuciones que acaban invariablemente en un baño de real
sangre... El que tiene ante la vista no es ninguna excepción, ya que el rey de «h6» se encuentra prácticamente
inmovilizado, cerca de la esquina del tablero, a la espera de la estocada final que le brindará una «buena muerte».
¿Sabrá encontrar la clave que le permitirá liquidarlo sin que sufra demasiado?
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1.Ne8!
1...Kh7
No cambian las cosas las variantes 1...Kh5 2.Kg2! Ne4 (en caso de 2...Kh6, sigue 3.Qh4 mate) 3.Ng7 mate.
2.Qf8
El asedio se ha completado.
2...Ne6 3.Nf6 mate. Un ligero problema que no debe haberle costado demasiados esfuerzos. Está aún a tiempo de
agradecérmelo.
48. Rosenberg, J.
Mate en 3
En Alemania, suelen decir irónicamente –casi a lo Woody Allen– que «La vejez es una enfermedad de la que se muere».
Y en el ámbito de las 64 casillas, el viejo rey suele sucumbir debido a una falta de espacio o de tiempos disponibles.
Dicha enfermedad, tan crónica como frecuente, tiene un nombre que no figura en ningún manual de medicina, pero que
usted habrá encontrado en más de una ocasión: ¡el temido y letal zugzwang! Con lo dicho, no debería experimentar
mucha dificultad para hallar el zugzwang matador en este liviano mate en 3, obra del compositor Rosenberg. No tiene
más que encontrar la clave, esperar la respuesta obligada de las negras y lograr la inmovilización (casi) completa que
obligará al rey a salir de su guarida. Ajedrez, ¡estupenda actividad sádica!...
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1.c6! El primer paso es una jugada sin pretensiones que abre la diagonal «g1-a7». No bastaba el ensayo 1.Qc3?, debido
a la respuesta 1...Ka2 2.Qxb3+ Ka1 3.Kc3 f3 4.Qb2 mate.
1.c6! f3
2.Qf2!
49. Shinkman, W. A.
Mate en 3
Supongamos que ha alcanzado esta posición en el finish de una partida activa y le queda poquísimo tiempo –apenas 3
segundos– para que se le caiga la bandera. Como buen ajedrecista fagocitador y materialista que es, usted se abalanza
sobre el peón de «h4» para restablecer la comunicación y no perder una torre, optando por 1.R5xh4+? Kg5 2.Be3+ Kg6
3.Rh7 Kf6 4.R3h6 mate.
O 1.R3xh4+? Kg3 2.Rh1 Kg2 3.Be3 Kg3 4.Rg5 mate. Pero, para su desgracia e intensa frustración, constata cómo el
tiempo se le agota justo antes de realizar la cuarta jugada.... ¡Banderita!... ¡Maldición! Había un mate en tres jugadas
que le hubiera permitido anotarse un punto entero, y no alcanzó a verlo... Ahora que ha finalizado la contienda –y ha
tenido tiempo de sobra para arremeter y descargar su ira contra la madre, la abuela y la tatarabuela de su rival– , yo le
pregunto: ¿Con qué astuta jugada podía dar mate en tan sólo 3 jugadas?
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1.Bd4!
1...Kxh5
2.Kf5! Kh6 3.Rxh4 mate. Desde su atalaya de «d4», el alfil que debía haber jugado custodia eficazmente las casillas de
huida «g1» y «g7». ¿Quién dijo que los problemas son inútiles?
50. Shinkman, W. A.
Mate en 3
«El que desea sacar la espada es un principiante. El que puede sacar la espada es un experto. El que es la espada misma
es un maestro» (Risuke Otake). Como ya lo habrá constatado por su cuenta, lo que afirma este maestro japonés en artes
marciales es perfectamente aplicable a los problemas de ajedrez... No basta con querer o desear dar mate: tendrá que
tener siempre la espada bien afilada si su meta es cortar la cabeza real en las pocas jugadas que le exige el enunciado.
Veamos si es capaz de sentenciar este problema del renombrado compositor americano con tres acertados mandobles de
su florete.
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1.Bf8! El alfil amplía la actividad de la torre en séptima a la vez que se dispone a actuar en la diagonal «g1-a7». El
ensayo 1.Rd7? Kg3! 2.Bh6 f3 3.Rh7 f2 4.Be3 Kf3 5.Rh3 mate resulta del todo insuficiente.
1.Bf8! Kg3
2.Rh7 f3
Al no disponer de jugadas válidas, las negras se ven obligadas a abrir la diagonal a la acción del alfil enemigo.
3.Bd6 mate.
51. Maximov, N.
Mate en 2
¿Tiene una naturaleza impaciente e irascible que se desata a la primera ocasión, por ejemplo cuando no da con la clave
de un problema tras haberlo intentado «todo» durante un cuarto de hora? Cálmese, relájese, ya que éste no es,
obviamente, el camino apropiado... Y procure atenerse a la prudente máxima samurai: «El hombre que se enoja se
derrotará a sí mismo en el combate, lo mismo que en la vida». Esta vez, para no colmar su resentida transigencia, he
intentado rebajar el listón buscando un mate en DOS jugadas de lo más asequible: si todo va bien, el problema de
Maximov debería exigirle un «minimov» de esfuerzos.
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1.Be6!! (1.Qa3+? Kc4 (1...Ke4? 2.Bg2+ Ke5 3.Qe7 mate) 2.Rf5 d3 3.Qa4+ Kc3 4.Rc5 mate)
2.Bc4 mate.
52. Öhquist, J.
Mate en 2
La tradición sufí tiene un dicho muy acertado: «Si quieres llegar a ser un calígrafo, escribe, escribe, escribe...» que,
trasladado al ajedrez, pasaría a ser algo así cómo «si quieres llegar a ser un buen solucionista, resuelve, resuelve,
resuelve...». Y nada mejor para ello que esta brillante miniatura del finlandés Öhquist, en la que el equino desempeña
un papel protagonista en la ingeniosa clave. En las dos principales variantes de mate, el caballo agazapado en «d7»
tendrá respuestas –es decir, saltos– para todo. Ah... y que no se me olvide comunicarle que el evidente ensayo 1.Qc2+?
Kd4 2.Ne5 Bc4 3.Rxc4 lleva al mate, sólo que un poco tarde.
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1.Rc4!!
Una entrega espectacular que impide la huida del monarca negro por la 4a fila.
1...Bxc4
2.Nc5 mate. Un caballo de lo más eficiente, con sus saltos a “c5” o “e5”.
53. Ropet, I.
Mate en 2
La clave de algunos problemas particularmente bien elaborados nos recuerda sin duda los imposibles malabarismos
ejecutados por los funámbulos de circo. En dichas ocasiones, todo parece indicar que el rey enemigo va a zafarse, ya
que nuestra frágil intuición nos traiciona. En otras, es preciso recurrir a operaciones de alto riesgo para conducir al
monarca a su cadalso. Y es precisamente así como deberá proceder en esta miniatura de Ropet: actúe rauda y
enérgicamente si desea evitar que el rey escape por el fondo del tablero. Adelante, ¡No es más que un mate en dos
jugadas!
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1.Nf4!
1...Kxd4
¡La última cena del monarca! No era mejor 1...Kf5 2.Rd5 mate, o 1...e2 2.Rd5 mate.
2.Bf6 mate. Una original figura de mate, posible gracias al autobloqueo del peón «e3».
1.d8=N! Es bastante poco frecuente que una subcoronación constituya la clave de un problema. 1...Rg7. Al mismo
resultado conduce cualquier jugada de la torre negra. 2.Qb7+!! Y aún menos frecuente ser testigo de un espectacular
sacrificio de dama en un mate en 3 jugadas. 2...Rxb7 3.Nc6 mate. Con los oportunos autobloqueos en «a8» y «b7»,
¡una figura de mate que no se ve a diario!
2.Qd4!
1.Qa4! De nuevo, un retroceso constituye la solución del problema. Ineficaz era la captura 1.Qxb3? Ka1 2.Nc3 b1=Q+
3.Qxb1 mate.
1.Qa4! Kc2
2.Qe4 mate. Sin duda alguna, la figura de mate más difícil de anticipar. Un problema contundente y con ... chispa.
57. Cheney, G. N.
Mate en 4
Incontables detractores de los problemas, que sois legión, repetís hasta la saciedad que estos engendros artificiales no
interesan –suprimen la tensión, elemento esencial de la apasionante lucha en el tablero– y no sirven estrictamente para
nada. ¡Oh, cuán equivocados estáis, blasfemos, renegados y perjuros de todo pelaje! De un plumazo, habéis osado
eliminar la suprema fantasía, la excelsa originalidad y el encanto insuperable de estas obras maestras de la
composición... Si queréis recuperar vuestra dignidad de ajedrecistas de pleno derecho, deberéis implorar de rodillas el
perdón de Caissa y resolver 10 problemas de mate en 3 seguidos, sin pausa alguna... Empiece por éste, una miniatura de
indudable valor práctico para el ajedrez de competición, que tanto idolatra.
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1.Bc4! Jugada tan natural como efectiva. Mucho más lento era el insuficiente ensayo 1.Bb7? Kb5 2.Rc6 Ka5 3.Kb3
Kb5 4.Rd6 Ka5 5.Re6 Kb5 (5...b5 6.Ra6 mate) 6.Re5 mate.
1.Bc4! b5 2.Kb3!!
Pero este desplazamiento del rey, que permite una captura con jaque, sí que es una sorpresa.
2...bxc4+
3.Kxc4 Ka4 4.Ra6 mate. Un problema bastante asequible, y de indudable valor práctico.
1.Qa8! La esquina es la casilla desde la cual la dama puede actuar idóneamente en la 8a fila y la gran diagonal. Es de
suponer que logró descartar los cuatro ensayos:
a) 1.Qf1? d5! (1...d6?? 2.Qh3 mate) 2.Qf6+ Kd7.
b) 1.Qa5? d6!
c) 1.Qe1+? Kd6! (1...Kf5?? 2.Qe4 mate).
d) 1.Qh1? Kd6!
1.Qa8! Bg6
2.Qd5 mate.
59. Meyer, H. F. L.
Mate en 3
«Un hombre desordenado pierde siempre un solo guante» (pintada callejera). ¿Se amolda usted al contenido de este
dicho, producto de la sabiduría popular, o tiene por costumbre perder ambos guantes cuando se dedica a resolver
problemas? En otras palabras, ¿suele ser un investigador metódico, o recurre con frecuencia a la «tormenta de ideas»
(brainstorming) para ordenar la maraña de ideas que agitan su mente? En este problema, un agradable mate en 3 de
Meyer, le aconsejo la primera opción: considere pausadamente todas las consecuencias que se derivan de la coronación
del candidato «f7». No tardará demasiado tiempo en recuperar su(s) «guante(s) perdido(s)» y dar con la elegante clave
de esta centenaria miniatura.
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1.f8N! ¡La única coronación precisa! Tanto 1.f8=Q? Ka7 2.Qe7+ Kb6 3.Qc7+ Ka6 4.Ra1 mate,
como 1.f8=R? Ka7 2.Kb5 Ka8 3.Ne6+ Kb7 4.Rh7 mate,
o 1.Rb1+? Ka7 2.d7 Ka8 3.f8=Q Ka7 4.Qa3 mate, requieren una jugada más.
1.f8=N! Kc8
En caso de 1...Ka7 2.Nd7 Ka6 3.Ra1 mate, y si 1...Ka8 2.Nd7 Ka7 3.Ra1 mate.
2.Rb1!
60. Petsch-Manskopf, E.
Mate en 3
Según el estadista alemán Otto von Bismarck, “No podemos hacer la Historia, sino esperar a que se desarrolle”. Puede
que dicha afirmación sea cierta en todo cuanto afecta a los asuntos de estado, pero resulta poco acertada en el terreno
del noble juego. En efecto, para doblegar el azaroso curso de la partida, el ajedrecista se ve en la obligación constante
de tomar decisiones pacientemente maduradas e integradas en un plan válido. Por ejemplo, en el habilidoso mate en 3
de Petsch Mankopf que aparece en el diagrama, no hay tiempo para frivolidades como 1.Nxd2? (las fuerzas blancas no
pueden distraerse en el ataque de mate) o 1.Nf6+? Kf8 2.Bc3 d1=Q 3.Bb4+ Qd6! Existe un solo atajo, el que le llevará
al desenlace esperado.
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1.Bh8! La entrega tabú del alfil en la esquina consituye la única solución, como se verá seguidamente (no sirven ni
1.Ng5? Kf8 2.Bf6 d1=Q 3.Rxd1 Ke8 4.Rd8 mate,
ni 1.Bc3? d1=Q 2.Nf6+ Kf8 3.Bb4+ Qd6 4.Bxd6 mate).
1.Bh8! d1=Q
2.Nf6+ Kf8 3.Bg7 mate. Es el alfil superviviente el que da mate en la gran diagonal.
61. Schett, S.
Mate en 3
El poeta checo J. Seifert, premio Nobel de Literatura en 1984, señala con mucho tino que «El tiempo nos trata
despiadadamente, no le importa nuestra tristeza». ¡¡A quién se lo fue a decir!! Este mal crónico –nunca mejor dicho–
afecta muy particularmente al ajedrecista cuando sufre de «Zeitnot agudo» al final de una partida, o al solucionista que
se embarca en una dirección equivocada y no logra hallar la anhelada clave. Y esto es lo que le pasará si no saca a
relucir su ingenio y claridad de mente (¡en dos palabras!) en la miniatura que le propone la compositora Sophie Schett.
Como no soy despiadado y tampoco deseo verle triste, le indico de entrada que la trivial variante 1.Bd3? Ke6 2.Bc4+
Ke5 3.Rf3 Ke4 4.Bd5+ da mate... ¡en 5 jugadas!
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1.Be4!
De nuevo hay que ser generoso: la clave es una brillante entrega en el mismo centro del tablero.
1...Kxe4
2.Kd6!
El complemento indispensable.
1.Qe5!! Increiblemente, ésta jugada «serena» es la única salida. ¿Logró percibir los ensayos siguientes:? 1.Qxd4? Nc2
2.Qd1+ Ne1 3.Qxe1 mate,
o 1.Qxa8? Kg1 2.Rf5 Bf2 3.Qg2 mate,
o bien 1.Rxd4? Nc2 2.Qxa8+ Kg1 3.Qg2 mate.
En cuánto a 1.Kg3+?, 1...Kg1! (1...Bxh8? 2.Rd1 mate) 2.Qxd4+ Kh1 3.Qxa1 mate.
1.Qe5!! Bxd5
2.Qh2 mate. Llega el mate ansiado... Un problema elaborado con diabólica destreza.
63. Galitzky, A. W.
Mate en 3
Por fin, ¡un merecido descanso para su mente ajetreada, desencajada, dislocada, trastocada!, etc. La agitación cotidiana,
los desplazamientos en la habitual lata de sardina, la discusión de siempre en el despacho, las compras interminables y
el tiránico estruendo del tráfico urbano, no han podido con usted... Está listo y dispuesto para enfrentarse al último
problema de la jornada: una insignificante, facilísima, y a la vez hermosa, miniatura de... ¡Galitzky! –otra más, ¡no!–
Tranquilo... Esta vez, no tardará demasiado en hallar la secuencia lineal del mate en 3 jugadas. Si está a la vuelta de la
esquina, aunque usted no quiera volver a pisar la calle...
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1.Nf6! Tras este salto, aunque no se ha esforzado, todo es ...forzado. 1...Kxh1 2.Ng4 Bh2 3.Nxf2 mate. Puede irse a
dormir: ha cumplido con su deber de solucionista impenitente.
64. Loyd, S.
Mate en 3
¿Reúne las cualidades mínimas para ser un ajedrecista como «Caissa manda»? Inteligencia, por la capacidad de
adaptación requerida, imaginación, por la fantasía que el ajedrez exige en todo momento, sin olvidar flexibilidad y
receptividad. ¿O es prisionero de las (malas) costumbres, obstinado, cegato e inflexible, además de brillar por... su
carencia crónica de capacidad imaginativa? Estimado lector, me temo que la segunda opción constituye una descripción
perfecta de sus defectos «idóneos», que nunca le permitirán alcanzar la condición de solucionista de pro. Si desea de
veras desmentirme, resuelva «en el acto» el mate en 3 de Loyd, muy similar al del ejercicio anterior. Eso sí, hace
intervenir posibilidades adicionales, pero la idea es exactamente la misma. Ya puede hallar la clave en un abrir y cerrar
de mente.
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1.Qa1+!!
Indispensable sacrificio de dama, que atrae al rey a la fatídica esquina donde perecerá.
1...Kxa1
No supone mejora alguna 1...Kb3 2.Qc3+ Ka2 (2...Ka4 3.Qxb4 mate) 3.Nxb4 mate.
2.Nxb4 Ba2 3.Nxc2 mate. A partir de premisas muy distintas, el mismo mate que acabamos de ver en el problema de
Galitzky.
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Nivel **
Mate en 3
Si ha tenido la «desgracia» de tener entre sus manos mi antología de Problemas para gente sin problemas, publicada
por esta misma editorial en 2003, sabrá seguramente lo que es un Tema Indio. Pero si usted es todavía un «ajedrecista
sin solución», ya se irá enterando a lo largo y ancho de esta nueva colección de problemas, que irá resolviendo –así lo
espero– a «paso de tortura» para poder saborearlos con deleite. Por ahora, le confirmo tan solo que esta creación del
sueco Jäderin contiene dos Temas Indios... Y si no los descubre, que no «se le suba el indio» (o sea, no monte en
cólera), como suelen decir en Iberoamérica.
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1.Bd1! Ka5
2.Rb3!
Ahora el segundo.
Mate en 2
La sabiduría oriental afirma que “con cada oportunidad desperdiciada nace una nueva”. Tal vez este sutil pensamiento
resulte cierto en la vida cotidiana, pero no lo es de ningún modo en la lucha despiadada que se libra en un tablero de
ajedrez. ¡Cuántas veces hemos dejado pasar el tren, y Caissa nos ha privado de una dulce victoria! Dicho esto, no
pierda la oportunidad de asestar 3 figuras de mate muy distintas entre sí en el diagrama que le propone W. E. Lester: las
hay para todos los gustos... Ah, ¡se me olvidaba! No malgaste más tiempo siguiendo falsas pistas como 1.Qb3?, que a
mí me hizo perder más de 5 minutos.
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1.Qb1!
1...Bf2
Si 1...d1=Q, 2.Qe4 mate, y si 1...d1=N, 2.Qb5 mate. La figura de mate más inesperada.
2.Qf1 mate.
1.Rh5! La única jugada que logra anular la fortísima contraofensiva 1...Rh2. Además, despeja la columna «b» (punto
«b6») para la dama, permaneciendo la torre al acecho en la vital 5a fila. Por supuesto, fallaban los intentos 1.Rb3? Rh5!
o 1.Rb8? Rh2!
1.Rh5! Rb7
A 1...Rxh5 (1...gxh5), 2.Qb6 mate. A 1...Kxa7, 2.Ra5 mate ¿Ahora entiende mi críptica alusión? Cumplida su misión, la
torre vuelve a barrer la 5a fila, con efectos letales. A 1...Rxa7, 2.Qb5 mate.
2.Qa3 mate. Las blancas, que han conservado todas sus piezas han logrado matar –rematar– al rey negro.
68. Traxler, P. K.
Mate en 3
«Todas las cosas poseen belleza, pero no todos la ven» (Confucio). Si usted es... aún... una persona sensible, habrá
probablemente percibido la belleza formal de este diagrama inicial, una flecha de perfecta simetría. Vamos a comprobar
ahora si es tan rápido como la flecha para acabar con el monarca negro, en tan solo 3 jugadas. Sin duda, deberá tensar
varias veces su arco antes de dar en la diana, ya que los ensayos evidentes 1.Rb6? Nc7 2.Kd3+ Ng7!.
O 1.Rf2? Ng3 2.Qxe8 Nf5+ fracasan todos sin excepción, como era de esperar...
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1.Kc3 Nexf6
A 1...Nhxf6, 2.Kb3! Kb1 3.Qh1 mate. A 1...Kb1, 2.Qh7+ Ka1 (2...Kc1 3.Qc2 mate) 3.Ra6 mate, y a 1...Ka2, 2.Qg8+
Kb1 (2...Ka3 3.Qb3 mate) 3.Rf1 mate.
69. Votruba, O.
Mate en 3
El fundador de la multinacional norteamericana IBM, Thomas Watson, tenía –y sigue teniendo– un lema que debería
hacer suyo cualquier ajedrecista que se precie: «Si quieres triunfar, dobla tu porcentaje de errores». En esta miniatura
del checo Votruba (1894-1943), con más de 400 problemas en su haber, usted cometerá tantos errores –con perdón–
que no va a ser preciso que duplique su número... Las dos líneas de mate no son demasiado complejas –ni tampoco tan
fáciles–, pero hay que pensar en ello. Con esta perogrullada, ya dispone de un arma eficaz para «desarmar» este mate en
3.
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2...Kf5
3.Qh5 mate.
1.Qh7!
La dama se aleja, aparentemente, del fragor de la lucha. ¿Habrá perdido el norte, al dirigirse hacia el este, en vez de
vigilar el sur?
1...Kxa1
A 1...Kb3, 2.Qb1+ Kc4, ¡qué se escapa!, eso al menos parece... (2...Ka4 3.Qb5 mate) 3.Qb5 mate. ¡El típico mate de
dama y alfil!, que siempre sorprende.
1.Kb2! Ka5
A 1...b5, 2.c5.
2.Qc6 Kb4
1.Qg1! Ke7
A 1...Kf8, 2.Qa7 Kg8 3.g6 Kh8 4.Qh7 mate, y a 1...Kd8, 2.Qa7 Ke8 3.e6 Kd8 4.Qd7 mate.
2.Qa7+ Kd8
3.d6 Kc8 4.Qc7 mate. Los cuatro jinetes han logrado demostrar su eficiencia.
1.Qg5!
1...Kb4
2.Bc3+!
¡A pesar de todo!
2...Kxc3 3.Qd2 mate. Un cambio brusco de rumbo produce el inesperado mate. ¿Lo encontró?... ¿U optó por un cambio
brusco ... de problema?
1.Qa2!
1...Kxf7
1.Qd8!
La única jugada que controla la vital casilla «d4», permite un acceso al punto «d1» (tras un movimiento del alfil negro),
a la columna «a» (en caso de su apertura con axb4) y, elemento clave, ¡ataca asimismo el punto «a5»!
1...Bxb4
A 1...axb4, 2.Qa8 mate; 1...Kxb4 2.Qd4 mate, y a 1...Be1, 2.Qxa5 mate. Ésta era la jugada que faltaba en el ensayo
1.Qf2? que era refutado por una jugada de alfil.
2.Qd1 mate. Un elegante mate en dos, que precisa un cierto tiempo de reflexión.
1.Qh8!! Una clave inesperada y sorprendente: la dama abandona la torre a su suerte para buscar nuevos horizontes en el
centro del tablero. Tras el ensayo «lógico» 1.Qf4?, el rey logra escapar con 1...Kc5.
1.Qh8!! Kxe4
2.Bc6 mate. Un elegante mate modelo con 2 mates-eco, que presentan la misma figura.
1.Ra2!
La única salida al problema... Tanto 1.Rd2? como 1.Rc2? o Rb2? serían replicados con 1...Rd8, Rc8 o Rb8, y tras la
captura obligada, la dama y la torre se molestarían en la misma columna.
1...Ra8
Si 1...Re4 2.Qf2+ Kh1 3.Qh2 mate; si 1...Re2 2.Rxe2 Kh1 3.Qf1 mate y si 1...Rxf8+ 2.gxf8=Q Kh1 3.Qf1 mate.
2.Qxa8
La dama acaba de librarse del intruso y podrá actuar diagonalmente a partir de «a8».
78. Thompson, R. G.
Mate en 3
Como todo buen ajedrecista ávido de sangre, –¿tenía el Conde Drácula afición por el «noble» juego?–, el máximo placer
que usted experimenta ante el tablero es aniquilar al rey contrario. Pues bien, este magnifico ejemplo de R. G.
Thompson no le defraudará, ya que podrá asestar casi media docena de mates distintos si da con la clave correcta. Eso
sí, dos de ellos implican una jugada de espera que no es tan fácil de pre-»ver». ¡Ah! Y no olvide que la dama es, y será
siempre, una infatigable trotamundos...
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1.Qa1! b4
Si 1...b2, 2.Qxb2 Ka5 3.Qxb5 mate, y si 1...Ka5, 2.Qh8 Ka4 3.Qa8 mate.
2.Qd4!
¡La jugada más difícil de hallar! La dama despliega su enorme poderío por la 4a fila y las dos diagonales «d4-a1» y «d4-
a7».
2...Kxa3
1.Rd1!
1...Kxf2
2.Rd2+ Ke1
3.Nf3 mate. Un caballo tan saltarín como efectivo: acosa al rey enemigo en todas las casillas oscuras por las que
pretende escapar.
80. Bayersdorfer, A.
Mate en 3
De antemano, le anuncio que este problema del alemán Bayersdorf (1842-1901), padre fundador de la escuela alemana
de composición, es algo más complejo que los anteriores. Pero usted no tiene nada que temer, supongo, porque, como
bien dijo el gran Charles Dickens, «el hombre (y con mayor motivo el ajedrecista) nunca sabe de lo que es capaz hasta
que lo intenta». Para alcanzar la meta, y lograr las tres figuras de mate requeridas, deberá combinar el acoso al rey
enemigo con el control del peligroso candidato de «g2».
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1.Bd4!
1...Kxd4
A 1...Kf4, 2.Bg1 Ke4 (2...Kg5, metiéndose en la boca del lobo, 3.Be3 mate) 3.Rh4 mate.
2.Kf5! Kd5 3.Rd3 mate. Un buen «mate económico perfecto», logrado con pericia mediante un efectivo zugzwang.
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81. Beuthner, R.
Mate en 3
«Los que beben siempre no paladean nunca» (M. Prior). Estimado lector, ya está usted preguntándose qué pérfida
conclusión, agresiva moraleja o vil golpe bajo –dirigidos contra su persona, por supuesto– me dispongo a extraer de una
afirmación tan sensata y realista. Pues es muy sencillo: al igual que yo, usted es un alumno impaciente y poco aplicado.
No suele hacer sus deberes y, lo que es peor, consulta directamente la clave que se ofrece en el último apartado. Y así
nunca estará en condiciones de progresar o saborear los frutos de un esfuerzo sostenido. Si no desea un suspenso
deshonroso, cambie radicalmente de actitud y halle la solución a este accesible mate en 3. ¡Su ennegrecida alma de
solucionista tramposo está aún a tiempo de redimirse!
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1.Rd6!
¿Ve como no era tan complicado? Bastaba con sacrificar un par de piezas...
1...Kxe5
Si 1...Kxg5, 2.Nf7+ Kh5 (2...Kf5 3.e4 mate) 3.Rh6 mate, y si 1...fxe3 2.Nf7 e2 3.Rf6 mate), o reagruparlas en torno al
rey enemigo.
Mate en 3
Como habrá constatado ya en más de una ocasión a lo largo de estas páginas, el ataque directo, el hostigamiento
manifiesto, el jaque puro y duro, rara vez constituyen la clave de un problema compuesto con la debida sutileza y
sofisticación. En cambio, la paciente jugada de espera, la amenaza soterrada, el amago sibilino, la finta ladina y
traicionera, sí que aparecen regular e inevitablemente en el arranque de la variante matadora. Por lo tanto, en esta
delicada miniatura del alemán Blumenthal, absténgase de intentos tan burdos como 1.Qb7+?, que llevan solo al mate en
4 en la variante 1...Kc1! 2.Qb3 Kd2 3.Qd1+ Kc3 4.Qd4 mate, o 3...Ke3 4.Ng4 mate. ¿Le permitirán las indicaciones
anteriores dar con la inesperada clave?
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1.Qg2!
1...Kxa1
A 1...Kb2, 2.Nd3+ Kc3 3.Qc2 mate, a 1...Ka2, 2.Nd3+ Ka3 3.Qa8 mate, y a 1...Kc1, 2.Nd3+ Kd1 3.Qc2 mate.
2.Nd3
83. Brenander, O.
Mate en 3
Para demostrar la infinita riqueza del noble juego, nada resulta más acertado que echar mano de dos problemas muy
similares en apariencia, pero con una solución bastante diferente. El primer ejemplo de la pareja propuesta es obra del
alemán O. Brenander, y se remontará a finales del siglo XIX o a principios del XX, ya que apareció en una antología de
miniaturas que se publicó en 1908. No es excesivamente complicado –de hecho, las maniobras son bastante
previsibles–, pero tendrá que sacarle el máximo provecho al binomio dama-torre para lograr las cinco figuras de mate
que conlleva la solución.
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1.Rb4! Kc5
A 1...Kd5, 2.Qd7+ Kc5 3.Qd4 mate, a 1...Ke6, 2.Rd4 c5 3.Qd7 mate, a 1...c5, 2.Rxb6+ Kd5 3.Qd3 mate, y a 1...b5,
2.Rd4+ Kc5 3.Qa7 mate!
1.Ra3!
1...Kb4
2.Qa8 Kc4
3.Qe4 mate.
85. Carpenter, G. E.
Mate en 3
Si lleva poco tiempo en el universo de los solucionistas –sin solución–, intuimos que es más lento que caracoles
disputando una maratón... a la hora de enfrentarse a un problema. ¿Cuánto tiempo debería ocuparle una miniatura del
nivel ** con 6 piezas, como la que aparece en el diagrama? Si todo va bien, no tendría que tardar mucho más de un
cuarto de hora. Pero si «se hace la ʻficha’ un lío», propiciando la escapada del rey negro entre tanto corcel suelto, puede
que le ocupe más tiempo de lo esperado. He aquí una pequeña ayuda: tenga en cuenta que tanto 1.Nf5+ Kg8! 2.Kf6
Kf8!
como 1.Rf6? Kxh8 no llevan a ninguna parte.
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1.Re5!
1...Kxh6
2.Nf7+ Kg6
86. Corrias, A.
Mate en 3
De todos es conocido el antiguo refrán castellano «Quien sirve para todo no sirve para nada», más certero que nunca en
los tiempos que corren, en los que se precisan un sinfín de especialistas para cualquier campo de actividad. Sin
embargo, la posición de mate en 3 jugadas ideada por Corrias pone en entredicho las enseñanzas de nuestro proverbio:
en efecto, el alfil blanco desempeñará en todo momento las funciones de incansable guardaespaldas, diligente auxiliar y
hostigador tenaz e incombustible. No dude en utilizar la capacidad de este Super Alfil 007 para hallar nada menos que 5
distintas figuras de mate.
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1.Bd1! Desde esta posición privilegiada, el alfil podrá controlar todos los frentes de batalla. El ensayo evidente 1.Kg6?
sólo conducía al mate en 4 tras 1...f4 2.Qc6+ Ke7 3.Ba4 d2 4.Qf6.
1.Bd1! d2
1...f4 2.Bg4+ Kf6 3.Qg7 mate; 1...d4 2.Bb3+ Kf6 3.Qg7 mate; 1...Kf6 2.Qd6+ Kf7 (2...Kg5 3.Qh6 mate) 3.Bh5 mate.
Al este...
2.Kg6 d4
1.Na7!
Un curioso salto, que tiene la gran virtud de controlar los puntos esenciales «c6» y «c8».
1...Ke6 2.Qg5
Hay que impedir a toda costa el regreso del monarca a la casilla «f6».
2...Kd7
3.Qe7 mate. Sin duda, el mate más dificil de vislumbrar en la posición de partida.
88. Crum, J.
Mate en 3
A estas alturas –653 metros en la Puerta del Sol–, ha llegado el momento de ampliar su instrucción en materia de
problemas. En esta hábil composición del ingenioso Crum, usted tendrá la ocasión de familiarizarse con 2 conceptos
esenciales: a) el «blocus» (o bloqueo) se da en las posiciones en las que no hay amenaza de mate, pero donde el
zugzwang –obligación de jugar– implica un debilitamiento total que conduce al ineludible mate. b) el «selfblock» (o
autobloqueo) aparece cuando una pieza negra llega a ocupar una casilla por la cual su propio rey podría escapar. Ahora
que está bien ilustrado en la materia, ataque este mate en 3 prescindiendo del ensayo 1.Kf6? Be7+! 2.Ke6 Bc5 3.Qh3,
que solo da mate en 4 después de 3...Kf4 4.Qg4 mate.
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1.d4! Bxd4
El alfil en «d4» se convierte en autobloqueador al ocupar una casilla por la que podría escapar el rey. 1...Be7+ 2.Kg4
Bd6 3.Qd3 mate.
2.Qb4!!
La jugada serena por excelencia, que crea un cortocircuito inmediato en las filas negras, ya sumidas en la oscuridad...
2...Ke3
3.Qe1 mate. Un mate final que Vuesa Merced no esperaba, ¿verdad? Se vio el mismo mecanismo en el nº 8.
1.Ra6!
Esta entrega no tiene sentido sin la siguiente, que es más difícil de prever.
1...Kxa6
En caso de 1...Nd6, 2.Nxd6+ Kxa6 3.Ra1 mate, y si 1...b3, 2.Rb6+ Ka4 3.Ra1 mate.
2.Na7! Kxa7
A 2...Ka5, 3.Ra1 mate. ¡Qué hermosas hubieran sido estas florituras si el problema no hubiese sido friamente
demolido...
3.Ra1 mate! Ah, ¡qué hermosas hubieran resultado estas florituras!... si el problema hubiese sido correcto...
90. Würzburg, O.
Mate en 3
«Es natural que nos causen más asombro las cosas que nunca hemos visto que las cosas grandes». Ante un tablero,
muchos somos los que hemos experimentado esta sensación de asombro a la que alude el filósofo romano Séneca. Por
ejemplo, tomemos este problema del americano Otto Würzburg. Aunque no sea su obra maestra, ni una creación en
verdad excepcional, nos sorprenderá gratamente constatar que una intensa cooperación entre dama y alfil pueda dar
lugar a tantas figuras de mate. ¿Encontrará usted, en menos de 15 minutos (no proteste ¡son tan sólo 6 piezas!) el único
camino que lleva a estos cinco mates distintos?
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1.Bh4!
1...hxg2
1...h2 2.Qf2+ Kh1 3.Qf1 mate; 1...Kh1 2.Bf2 Kh2 (2...h2 3.g3 mate; 2...hxg2 3.Qh5 mate) 3.Qxh3 mate)
2.Qh5!
2...Kh2
3.Bf2 mate. Y el esquema final de un mate clásico. Una miniatura con pocos elementos y rico contenido.
91. Daniel, A. W.
Mate en 3
En 1605, Bacon escribía que «en la vida sucede como con los caminos: el más corto es generalmente el más sucio, y el
más largo es el más hermoso». Yo añadiría que lo mismo suele suceder con los problemas de ajedrez: es bastante
frecuente que el conductor de las blancas se vea obligado a posponer sus directas y malévolas intenciones para no
ahogar al rey contrario. En el austero mate en 3 que figura en el diagrama, las blancas deberán soltar algo de lastre, y
alargar el camino, antes de poder rematar con precisión al acorralado rey negro. ¿Ha entendido mi alusión, o sigo
siendo tan opaco como al principio?
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1.Qb3!
Es a este alejamiento a lo que me refería. Desde «b3», la dama puede optar entre acceder al flanco de rey o seguir
vigilando el centro.
1...Ke5
2.Qb4!
La jugada limitadora más dificil de hallar: impide la huida del rey a la vez que apunta hacia «e7».
92. Dobbs, G.
Mate en 3
Lleva caminando un largo trecho (pensando un largo rato), y la posición, yerma como los más desérticos parajes del
interior de Estados Unidos, no quiere rendirse, ni soltar su codiciado secreto, el mate en 3 que le requiere Dobbs.
Prosigue la marcha y percibe un mate, en 4 jugadas –1.Rh7+ Kf8 2.Ne6+ Ke8 3.Kf6 c5 4.Re7 mate–, un arroyo seco
nada acogedor... Arrastrándose al límite de sus fuerzas, vislumbra por fin un oasis en el horizonte, las 2 pistas que le
voy a regalar: a) acaba de toparse con un Siux, un Cheyenne o un Comanche... b) tiene que procurar jugar al billar con
el rey negro, pero a una sola banda ¿Me ha captado bien, o le hago un dibujo?
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1.Ra8!! ¡Consuélese! Ni el propio Fritz, que suele ser un lince, advierte esta fina jugada larga, y bien escondida... Y una
vez realizada, ¡sigue sin hallar el mate en 2! 1...c6 ¡Ahora sí! En una centésima de segundo ve la continuación
matadora. ¿Será que los programas están, como usted mismo, poco familiarizados con el Tema Indio? (pista a) 2.Bb8
Kd8 3.Bd6 mate. Mate en la banda por descubierta (pista b). Un problema muy inteligentemente concebido.
1.Rh5!
Una jugada que parece ni pinchar ni cortar es el preludio al descalabro de las negras.
1...Ka6
1...d4 2.Rxb5 d3 3.Ra5 mate; 1...a3 2.Rh3 a2 3.Ra3 mate; 1...Ka8 2.Kb6 a3 3.Rh8 mate. Cualquier réplica negra se ve
obsequiada con un mate a la medida.
94. Galitzky, A. W.
Mate en 3
Si acaso el ejemplo anterior no le ha bastado (lo cual es muy probable, ya que usted entiende con rapidez los nuevos
conceptos, pero hay que explicárselos detalladamente antes), le propongo otro problema con bloqueo del gran
compositor soviético Galitzky (1863-1921). Cuando acuda a su mente la interesante posibilidad 1.Nf5 Kd8 2.Nb6 f6
3.Nd6 f5 4.Rd7 mate, se pondrá a cantar victoria... Y pasarán dos o tres minutos antes de que advierta que el ruso le
reclama un mate en TRES. Entonces, con algo más de modestia y cautela, volverá a leer sus apuntes y saldrá en
búsqueda de la ansiada y ladina clave, que no es tan obvia como parece.
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1.Kf3!
Extrañamente, este enigmático retroceso es el único tiempo de espera que funciona. Y si no me cree, pruebe con otras
jugadas de rey y verá lo que le pasa: el peón «f7» acabará dándole jaque...
1...f5
1...Kd8 (el monarca se interna en la boca del lobo) 2.Nb6 f6 3.Rd7 mate; 1...f6 2.Ne6 (gracias al avance del peón
«f7», esta jugada resulta posible) 2...f5 3.Rc7 mate.
2.Ne6 f4 3.Rc7 mate. Un problema conciso en torno a muy pocos elementos: ¡en esto radica el arte!
1.Qd5! La dama tiene el ojo puesto en la gran diagonal blanca y sus puntos críticos «h1» y «g2», 1...Kg1
1...Re2 2.Rxe2 Kg1 3.Qg2 mate; 1...Rxe4 2.Qxe4 Kg1 3.Qg2 mate; 1...Rc1 (o 1...Rb1/a1 2. Rb4/a4) 2.Rc4 Ke1 3.Rxc1
mate; 1...Re3 2.Rxe3 Kg1 3.Qg2 mate.
2.Qg5+
96. Galitzky, A. W.
Mate en 3
Según el escritor Thomas Wolfe, «cuando un hombre tiene un don y no puede usarlo, ha fracasado». Lo mismo se podrá
decir de usted, estimado solucionista, si no logra utilizar rauda y provechosamente las tres piezas de que dispone para
acabar con la precaria existencia del monarca varado en el centro de la 8ª fila. A modo de ayuda, se le indica
gentilmente –regalo de la casa– que tanto 1.Kg7 Kd7 2.Rc6 e4 3.Rc7+
como 1.Re6+ Kd7 2.Bb6 Kc8 3.Nc5 no alcanzan a propinar el mate exigido por el autor. A fuerza de buscar y rebuscar,
puede aún evitar la vergüenza que le depararía un sonado fracaso.
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1...Kd7 2.Rf7+ Ke8 (2...Kc8 3.Nd6 mate) 3.Nd6 mate; 1...e4 2.Nd6+ Kd7 3.Rf7 mate.
2.Nd6!!
Ésta es la recóndita jugada que implica la entrega de la torre, posibilitando el subsiguiente mate.
Mate en 3
Correcto y lúcido pensamiento, el de Winston Churchill: “La cometa se alza en lo más alto contra el viento, no con él”.
Para usted, estimado lector, significa sencillamente que deberá utilizar todos sus recursos disponibles para enfrentarse a
la ingeniosa creación del inglés Horn, publicada en la B.C.M. hace más de 110 años. Y cuanta mayor resistencia le
oponga el “¡¡$mate÷%&³~!!” (maldito, en lenguaje COBOL) problema, más se crecerá usted, en teoría... y en la
práctica, mayor será su tentación de mandarlo todo al c....o. De momento, evite los ensayos 1.Rf5? Kxe4 2.Qc5 Kd3
3.Rd5+ Ke2
ó 1.Kf3? Ke5 2.Qd8 Ke6 3.Rf6+ Ke5... Además, sepa usted que la «metalógica» clave merece un par de !! Ahora, tiene
la palabra...
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1.Kf1!!
1...Ke5
2.Qd7!
98. König, A.
Mate en 3
Durante sus partidas de torneo, habrá experimentado en ciertas posiciones cómo algunas de sus piezas se parecían
mucho a su persona en una mañana dominical: tumbado en la cama hasta tarde, en postura fetal... Y en su caso, para
luchar contra esta arraigada holgazanería, no existe remedio alguno... si no es un jarrón de agua fría o una buena patada
en lo que le sirve de posaderas. En cambio, las piezas de ajedrez que no son útiles o mínimamente activas sí que tienen
arreglo: ¡hay que activarlas!, o sea, reciclarlas. Éste será su cometido en el ingenioso mate en 3 que le presenta el checo
König, padre fundador de la Escuela Bohemia.
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1.Nf8!
A 2...c4, 3.Qe5 mate, a 2...Ke6, 3.Qe5 mate, a 2...Ke4, 3.Qe5 mate, y a 2...Kd6 3.Qe5 mate.
3.Nb6 mate. Curioso es constatar cómo el rey negro ha quedado atrapado en la densa red tejida por la dama y el caballo
blancos.
99. Iversen, I.
Mate en 3
Existe un refrán castellano que resulta de lo más útil para cualquier ajedrecista: «Gato con guantes no caza ratones». Y
este proverbio, dirá usted, ¿en qué me afecta? Sencillamente, en que la consecución de su principal objetivo, que es
«noquear» al ratón-rey enemigo, suele adolecer de 4 tipos de guantes (o impedimentos). El primero es sin lugar a dudas
la falta de claridad en las ideas, una carencia de organización que convierte su mente en un conjunto caótico que debe
parecerse mucho a lo que era la oscuridad terrenal antes de que interviniera Dios para poner un poco de orden. ¿Y el
segundo obstáculo? Pues su visión borrosa del tablero, que le impide percibir y calcular las secuencias
espaciotemporales con la suficiente nitidez. Continuaremos este extenso análisis en el ejercicio siguiente. De momento,
líbrese de este maldito par de guantes... y ponga queso en la ratonera.
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1.Qh7! Formando una sutil batería que se abrirá llegado el momento. Había un par se ensayos en los que el rey negro
escapaba al aire libre, como por ejemplo 1.Qf4+ Ke2 2.Rg2+ Ke1
ó 1.Bxd4 Ke2 2.Qe3+ Kd1.
1.Qh7! Kxe3
2.Rg2
2...Kf3
Mate en 3
Como le venía diciendo, cuatro son los principales impedimentos que le afectan en su búsqueda de la ansiada clave.
¿Cuáles son los dos últimos? El más importante es el hecho de que no emplea un método mínimamente lógico y
racional: sale en busca del mate como quien entra en un centro comercial sin una idea clara de lo que va a comprar, o
sea, al azar y a lo que caiga. ¡No lo haga! Investigue la idea del problema a través de los ensayos que fracasan. La
última traba no hace falta que se la mencione: es... su vaguitis aguda... Sacúdala y busque 2 hermosas figuras de mate
en la posición del diagrama. Pista: monte una batería... Podría serle útil.
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1.Bd1!! La batería es de alfil y rey: cuando éste mueva, el alfil controlará la diagonal «d1–h5». ¿ Había calculado el
alcance de los ensayos 1.Bc6 Kf5!,
1.Be8 Kd4!
y 1.Bc2+ Kd4! 2.Ne3+ Kc3 3.Qd2+ Kb2!?
1.Bd1!! Kf5
Si 1...Kd4, 2.Ne3+ Kc3 (2...Ke4 3.Qb4 mate) 3.Qd2 mate. Ahora este mate es posible porque el alfil se halla en «d1»,
y no en «c2».
2.Ke3 Kg5 3.Qf6 mate. Un problema agradable, y no tan fácil como parecía.
1.Rh4! Una entrega necesaria para estrechar el cerco en torno al rey negro. (1.Rh8? c2 2.Rg8+ Bg7!)
1.Rh4! Kxh4
1...c2 2.Rff4 La comunicación y cooperación de las torres en 4ª fila resulta letal, 2...c1=Q 3.Rfg4 mate; 1...Kg6 2.Rg3
mate.
2.Kf5
102. M., H. J.
Mate en 3
Mi artículo de «Letra Internacional» citado antes concluía afirmando que «en segundo lugar, la belleza ajedrecística se
apoya en un elemento estrechamente vinculado con la filosofía, como es la paradoja. En efecto, no es raro que una
jugada ilógica, considerada a priori ʻabsurda’ por nuestra mente suprarracionalista y llena de prejuicios, constituya la
impensable clave de un problema ʻsin solución’. Es solo cuando hemos agotado nuestra panoplia de recursos
habituales, y no logramos hallar salida alguna a la situación laberíntica en la que estamos inmersos, que aparece la
solución metalógica». Ahora, ¿logrará usted descubrir una salida –metalógica, por supuesto– al mate en 3 que le
propone el diagrama?
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1.Bh1! ¡Original, pero no tan «absurdo»! Este es el único retroceso de alfil que controla la gran diagonal a la vez que
mantiene la columna «g» despejada. Claramente, el retroceso 1.Bf3 no servía por la respuesta 1...Kf4.
1.Bh1! d5
En caso de 1...Kf4, se respondería 2.Qg1! Es vital mantener el control de las casillas de escape «g3» y «g4». 2...Ke5 (a
2...d5, 3.Qg5 mate) 3.Qe3 mate.
2.Qb4!
Importante jugada paralizadora que controla todos los puntos de huida del rey negro.
103. Kubbel, E.
Mate en 3
Año 2015. V Congreso Mundial de Informática Aplicada al Ajedrez. Exultante, un ingeniero le confía a un colega:
–»¡Eureka!» Por fin he inventado una computadora casi humana... –Con eso, ¿quiere decir que puede pensar por si
misma? –¡No! Pero cuando se equivoca, puede echarle la culpa a otra computadora... Estimado lector, ya sabe lo que
tiene que hacer si comete algún error en un problema tan asequible como este mate en 3, del compositor soviético
Kubbel: asumir la total responsabilidad de su fracaso. Con la experiencia adquirida –no lo olvide, gracias a mis sabios
consejos y a mi estilo tremendamente didáctico– no debería tener mayores dificultades para captar las 3 figuras de mate
en un abrir y cerrar de ojos... Lo siento: no tengo la culpa de que usted sea un solucionista sin solución.
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1.Kd7!
1...Ka5
2.Qd4!
2...Kxb5
3.Qb4 mate. Tres originales figuras de mate para una posición inicial bastante ortodoxa.
1.Qa1!
Con esta jugada larga, la dama pasa de la gran diagonal blanca a la negra, donde tiene mejores perspectivas.
1...Kg8
En caso de 1...Kg6, sigue 2.Nf8+ Kh6 3.Qh8 mate, y si 1...Kh6, entonces 2.Qh8+ Kg6 3.Nf8 mate.
2.Nf8!
Una entrega de encaminamiento que se debe aceptar: ¡no hay otra alternativa!
1.Ke1!
1...g4
2.Ng1! Kg3
1.Rb3!
1...Ke5
2.Re3!
Una posición singular: en este momento, las 5 piezas se hallan todas en la columna «e».
2...Kd4
3.Qc3 mate. Un problema bien construido: son atractivos los dos mates, absolutamente simétricos respecto al eje de la
columna «e».
107. Marks, W.
Mate en 3
«Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas» (M. Benedetti). Esto es
exactamente lo que deben pensar los compositores de ajedrez cada vez que «meten la pata», es decir, que dan luz a un
problema que resulta incorrecto con el tiempo, por tener una doble solución. Esta miniatura de Marks nos servirá de
ejemplo: la publicó a principios del siglo XX, con la solución 1.Qh7! Rxc2 2.Kb3, seguido de 3.Qxc2 mate. En caso de
1...Rh1, había previsto alcanzar el mate mediante la descubierta 2.Rh2+, seguido de 3.Qc2 mate. ¡Cuál no fue su
sorpresa cuando se enteró de que su problema había sido demolido! Estudie bien la posición e indique la solución
imprevista, que lleva igualmente al mate en 3.
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1.Qc4!
Cegado por su idea de ataque «lateral», el autor no reparó en esta sencilla jugada de dama, que amenaza Qa2 mate.
1...Rxc2
A 1...Rd1, 2.Rc3. Una vez cubierto el jaque negro por la 3a fila, el mate en «a2» es imparable. 2...Rd4 3.Qa2 mate.
2.Qe4!
2...Kc1 3.Qe1 mate. La demolición es casi más atractiva que la solución «oficial».
108. Mazel, E.
Mate en 3
Según un proverbio chino, «el trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al
principio, más luego se clarifica...». Tras estudiar una posición algo compleja en el tablero, ¿no ha experimentado usted
jamás la sensación a que se refiere el refrán mencionado? El hecho es que procedemos siempre por pasos, y vamos
alcanzando conclusiones parciales que nos ayudan a tomar decisiones ponderadas sobre la marcha. Esta miniatura de
Mazel no es ninguna excepción: cuando usted perciba que los ensayos «lógicos» como 1.Re4 Kg5 2.Bh4+ Kh6 3.Bxf6
y 4.Rh4 mate, llegan todos tarde, buscará otra manera de enfocar el problema, y es muy probable que encuentre
entonces la solución. Se ruega que se aleje de las ideas turbias... La maniobra matadora es casi... translúcida.
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1.Ra7!
Misterio resuelto: ¡Hay que actuar por la séptima fila!, y por las columnas «d» o «h», según el caso.
1...Kg5
2.Rh7 f5
3.Bh4 mate. Una simpática pareja de mates-eco , perfectamente simétricos con respecto al eje de la columna “f”.
1.Bc5!
1...Kxd5
Si 1...Kf4, 2.Nf2 Ke5 (2...Kf3 3.Qg4 mate) 3.Qg5 mate. Un modelo de mate original.
2.Ne3+ Kxc5
110. Morsch, G.
Mate en 3
La verdad universal a la que aspira cualquier ajedrecista no la pudo expresar con mayor claridad y precisión la pluma
del filósofo positivista francés Auguste Comte: «Saber para prever, a fin de poder». Ah, ¡si tan sólo pudiésemos hacer
nuestra la realidad que encierran estas siete palabras...! Pero dejemos de soñar, volvamos a pisar la tierra (o el
tablero...), y aceptemos –como buenos «boniatos» que somos– la cruda verdad de nuestras frustrantes limitaciones... En
el problema que nos ocupa, conténtese con saber, sin tener que preverlo, que el ensayo «natural» 1.Bd4 (Rc7) 1...Ka5
2.Kb3 b4 3.Kc4 no produce a tiempo el resultado esperado. Sólo «sabrá que puede» cuando descubra las 3 figuras de
mate existentes.
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1.d4!
Controla el punto «c5» y al mismo tiempo abre la diagonal «e1–a5» al alfil blanco.
1...Kc3
2.Be3
2...b4
3.Rc7 mate. Un vistoso mate económico en el que todas las piezas blancas juegan su papel.
1.Nh5!
A costa de abandonar la defensa del alfil, el caballo pasa a controlar las vitales casillas negras «f4» y «f6».
1...Kxe6
Si ahora 1...Kxe4, se responde 2.Re2+ Kd3 (en caso de 2...Kf3, sigue 3.Nd4 mate) 3.Nf4 mate.
2.Rf7! Ke5 3.Re7 mate. Un modelo de perfecta simetría que no aparece todos los días.
112. Myers, J.
Mate en 3
Tras el centenar de ejercicios propuestos, ha llegado el momento de evaluar su actuación como solucionista. Si emplea
menos de 10 minutos en resolver este «Rex Solus» creado por Myers, usted entiende la lógica de los problemas, y está
probablemente capacitado para entender también la lógica... de las mujeres, un tema sumamente complejo. Si precisa
de 10 a 20 minutos, forma parte de los solucionistas «del montón», que necesitan su tiempo para digerir los suculentos
platos preparados por el compositor de turno. Finalmente, si tarda más de media hora, considere que acaba
sencillamente de perder 30 minutos de su valioso tiempo y regale esta antología al hijo de algún compañero de club: él,
al menos, podrá aún convertirse en solucionista con solución.
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1.Qb3!
He de reconocer que la clave dista de ser evidente, pero tiene su lógica. Evita que el rey huya por la 3a fila.
1...Kxf5
Es fácil de calcular que 1...Kd4 conduce al mate tras 2.Ne6+ Ke4 3.Qf3 mate.
2.Qe3
No habrá dudado en sacrificar la torre si ha previsto esta segunda jugada de dama, que veta la columna «e» al fugitivo
negro.
2...Kf6 3.Qg5 mate. Una conocida figura de mate con Q+N, pero que sorprende siempre.
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113. Nemo, O.
Mate en 3
En Israel, dicen «Comete tres veces el mismo pecado, y acabarás por creer que es lícito». ¡Nunca mejor dicho! Hasta la
fecha, usted ha infringido tantas veces el undécimo mandamiento –dedicado al ajedrecista– «No codiciarás la solución
sin haberlo antes intentado», que su pecado no está... aún congelado. ¿Tiene algo que objetar? Ahora le ruego que
deponga su actitud... al menos, en la miniatura del austriaco Nemo que tiene ante la vista. Ármese de un poco de
paciencia e intente hallar la clave, que es bastante asequible, se lo aseguro. ¡No sabe lo satisfecho que se sentirá cuando
logre aplicar 5 modelos de mate al solitario rehén del ala de dama!
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1.Bd3!
El retroceso del alfil era previsible, y la casilla elegida es la única que no entorpece los movimientos de la dama blanca.
1...b3
Ha llegado la hora del destape, ya que las alternativas no son muy halagüeñas: 1...Kb3 2.Bc4+ Ka4 3.Qa1 mate, 1...Ka5
2.Qc4 Kb6 (2...Ka4 3.Qa2 mate; 2...b3 3.Qb5 mate) 3.Qc7 mate. La figura de mate más difícil de anticipar.
2.Qc5 b2 3.Bc2 mate. Una obra sin fallos, y sin grandes sorpresas.
1.Bg6!!
1...e2
1.Qa8! La única casilla adecuada, como pasamos a ver. En caso de mover 1.Qb7? g5!, las blancas estarían ahora en
«zugnot», y se quedarían sin continuación válida. 2.Qc6 f4 3.Qe4 f3 4.Qb1+ Kh2 5.Qh7 mate.
1.Qa8! g5. Movimiento forzado, que sirve para evitar el salto mortal Nf4. 2.Qb7! Tras esta jugada, en cambio, todo va
sobre ruedas. 2...f4. Como por arte de magia, las barreras de la diagonal «b1–h7» se han difuminado por completo.
3.Qb1+ Kh2 4.Qh7 mate. Y tras mucho meneo, llega el ansiado mate.
1.Bf6! La amenaza directa en «h4» fuerza la captura del alfil, y el consiguiente alejamiento del peón protector «g7». De
nada serviría 1.Re5+? g5 2.Re6 g4 3.Bf6 g1=Q 4.Re5 mate,
o 1.Rb5+? g5 2.Bf6 g1=Q.
1.Bf6! gxf6
117. White, C.
Mate en 3
Esta posición de problema –por cierto, algo extraña, con las 5 piezas blancas estacionadas en la columna «c»– le hará
quizás exclamarse, tras 15 minutos de infructuosa búsqueda: «A fuerza de ir todo mal, comienza por ir todo bien».
Como demuestra esta sabia máxima francesa, la fatalidad y la desesperanza no pueden cebarse «ad aeternam» con el
solucionista que intenta dilucidar un enigma, y no encuentra un camino para salir del laberinto. Si tal es su caso, deje
«reposar» durante unas horas esta miniatura y vuelva a intentarlo en una ocasión mas propicia. Puede que el tiempo de
espera le resulte favorable, «todo comience por ir bien» y su renovada mirada le permita hallar la única línea de mate –
forzada– que ahí estaba, esperándole.
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1.Qg4!! Cortando el paso del fugitivo hacia el ala de rey. A nada bueno conducía 1.Rg6? Kf5 2.Qg4+ Ke5 3.c3 Kd5
4.Qd4 mate,
ni tampoco 1.Re6+? Kf5 2.Qe4+ Kg5 3.Rg6+ Kh5 4.Qg4 mate.
1.Qg4!! Kd5 2.c4+! Esta es la clave: ¡un espectacular sacrificio de torre! 2...Kxc6 3.Qc8 mate. Una figura de mate tan
original como infrecuente.
118. Teed, F. M.
Mate en 3
El proverbio inglés «Cada flujo tiene su reflujo» demuestra bien que, tanto en la vida como por supuesto en el tablero de
ajedrez, toda acción provoca necesariamente una reacción. Lo cual significa que no puede existir un movimiento
gratuito, y que cualquier modificación local del «statu quo» tiene repercusiones en la configuración global. En el sutil
problema de Teed que nos ocupa, se podría incluso afirmar que cada reflujo tiene su flujo. En efecto, las jugadas de la
solución recuerdan el imparable desplazamiento de las aguas en las mareas. Con lo dicho, ya dispone de una pista clara:
el «Rex Solus» se verá obligado a internarse en el corazón de las filas enemigas, donde aguas turbulentas se encargarán
de aniquilarlo.
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1.Kc2!! Con un misterioso movimiento de reflujo, el rey blanco abre el paso a la huida de su colega. Al mate en 4
jugadas llevaba el ensayo 1.g3? Ke4 2.Nd4 Kd5 (si 2...Ke3?, sigue 3.Qf4 mate) 3.Qc6+ Ke5 4.Qe6 mate.
1.Kc2!! Ke4. Obligado a ello, el fugitivo se adentra en el campo enemigo. 2.Qa5!! Una inusual maniobra en diagonal
de control a distancia, similar a la que se da en el problema de *** número 163, de Williams. 2...Ke3 3.Qe1 mate. Y la
figura final de mate, tan difícil de vaticinar.
119. Schaad, T.
Mate en 3
Con su gran nivel de sabiduría popular, comprobará que un sinfín de refranes se ven directamente reflejados en el
contexto del noble juego. Sin ir más lejos, el archiconocido dicho «Más vale maña que fuerza» se aplica con fecuencia
al sutil campo de los problemas de mate. Por ejemplo, en la miniatura del compositor T. Schaad que aparece en el
diagrama, las claves toscas no funcionan, como era de esperar. Así, el ensayo 1.Rf8? solo conduce al mate en 4 después
de 1...Kd6. Si hila usted más fino, logrará hallar la clave, una delicada y oculta jugada tranquila. Esperando que, en su
caso, el proverbio «Más vale tarde que nunca» se trueque en «Más vale pronto que nunca», le invito a que lo resuelva
sin propasarse en el tiempo.
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1.Rc4! Una juiciosa retirada a tiempo vale por dos. Estéril era 1.Rf8? Kd6 2.Rf5 Ke7 3.Rf6 d6 4.Rf7 mate.
1.Rc4! Kxd8
La captura es la línea de mayor resistencia. Nada cambia con 1...Kd6 2.Kf6 Kxd5 3.Rxd7 mate, ni tampoco 1...d6
2.Rdc8 Kd7 3.R4c7 mate.
2.d6 Ke8 3.Rc8 mate. Un problema que se distingue por su armonía interna.
120. Crum, J.
Mate en 3
Ahora que ya es un experto solucionista, he aquí unas cuantas preguntas que le interesarán: ¿Tarda más de lo
aconsejable en hallar la clave de estos problemas? ¿Utiliza algún método, o simplemente procede al azar, dedicándose a
ensayar jugadas que le parecen interesantes? ¿Suele decantarse a menudo por jugadas activas, que plantean alguna
amenaza? Tomemos un ejemplo: en el mate en 3 del diagrama, es esencial fijarse en las posibilidades del bando negro,
que sólo dispone de las dos jugadas 1...Ke5 y 1...d5. Puesto que no se percibe ninguna maniobra de ataque directo, es
más que probable que el factor tiempo y el zugzwang desempeñen en él un papel fundamental. La pregunta es: ¿qué
jugada de espera logrará anular las dos opciones de las negras?
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1.b4! Se puede pensar ¡qué insignificante y anodina jugada! No es aconsejable 1.Kd2? d5 2.Bc7 Kd4 (2...d4 3.Qe6+
Kf3 4.Qe2 mate) 3.Qf2+ Ke4 4.Qf4 mate.
1.b4! d5
2.Bd4!!
2...Kxd4 3.Qf4 mate. Solo ahora se entiende la fuerza tranquila del «nimio» avance b4.
121. Crum, J.
Mate en 3
Veamos si ha entendido bien los principios expuestos en el ejercicio anterior. En este caso, otro interesante mate en 3
jugadas del problemista Crum, las negras disponen también de un par de posibilidades, a saber: 1...e5 y 1...Kb5. A poco
que investigue, constatará que el análisis de la primera opción no le permitirá sacar conclusiones provechosas. En
cambio, la jugada del rey negro sí que constituye un indicio certero que puede resultarle de gran ayuda para descubrir la
clave. Por lo tanto, dedíquele la máxima atención, sin olvidar que la pareja de alfiles suele ser siempre muy efectiva en
la obtención del mate.
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1.Bf1! El alfil se recicla sin demora. Falsas pistas eran la captura 1.Bxe6? Kb5 2.Ba3 Ka5 3.Bb3 Kb5 4.Rd5 mate;
o el avance 1.e3? e5 2.Ba3+ Kb5 3.Bd7+ Ka5 4.Ra4 mate.
1.Bf1! e5
2.e4!!
Este fortísimo avance abre la diagonal «f1-a6», a la vez que asume el control de la casilla crítica «d5».
2...exd4 3.Ba3 mate. Un hermoso mate con dos alfiles, y autoobstrucción en «d4».
122. Würzburg, O.
Mate en 3
¿Quién no ha oido en su carrera de ajedrecista lamentos del tipo «Con esta jugada sencilla, mi rival podía abandonar...»,
o «Si hubiera tenido un poquito más de tiempo...» en los labios del jugador que acaba de perder –o empatar– una
partida «ganada»? Dichos quejicas no deben estar al tanto de dos proverbios que les serían de gran utilidad... Mientras
que el primero, un dicho escocés, afirma que «El libro de los PUEDE SER constituye un gran volumen», el segundo,
que es francés, ironiza sobre el hecho de que «con tantos síes, cabría París en una botella». En cuanto a usted, estimado
lector, olvídese de los «síes» y los «podría ser», y limítese a resolver, en un máximo de 20 minutos, el excelente
ejercicio que le propone el renombrado americano O. Würzburg.
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1.Ng7! Ka2
2.Rd3!
2...Ka1 3.Ra3 mate. Y el mate final en el que, contra todo pronóstico, no intervienen las dos piezas menores blancas.
123. Shinkman, W. A.
Mate en 3
En la práctica del ajedrez, ¿existe la suerte? Quizás, en contados casos... por ejemplo, cuando se da el error mutuo, es
decir que una jugada débil no es castigada por el rival, y la partida sigue inesperadamente su curso... O bien, cuando por
razones de falta de tiempo, nos equivocamos de forma irreparable en una posición (en teoría) «ganadora». Pero, por
regla general, el rey de los juegos es poco proclive a la intervención del azar, ya que ambos jugadores disponen al
principio de las mismas armas: sus 16 piezas, su bagaje teórico, sus conocimientos técnicos y su capacidad inventiva.
Sin embargo, «al buen jugador, la pelota le viene» (dicho francés), lo que significa que al maestro le resultará más
asequible hallar una jugada compleja que al simple aficionado. En este caso concreto, veamos si «la pelota le viene» y
halla la clave con la soltura del solucionista avezado.
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1.Kh5! Una retirada que es una invitación al baile para el monarca rival. A nada conducían 1.Qb4? Kf6 2.Qf8+ Kg6
(2...Ke5? 3.Qf4 mate) 3.Qf7+ Kh6 4.Qh7 mate;
o 1.d4+? Kf6 2.Qf8+ Kg6 3.Qg8+ Kf6 4.Qf7 mate.
1.Kh5! Kf6
1.g8N!! Tal como se lo aconsejaba, ¿Ha hecho un buen uso de su candidato «g7»? Eran claramente insuficientes los tres
ensayos 1.Nc6+? Ka2 2.g8=Q b5 3.b4+ Ka1 (3...Ka3 4.Qb3 mate) 4.Bg7 mate;
1.g8=Q? b5 2.Nd5+ b4 3.Bxb4+ Ka2 4.Qa8 mate;
y 1.Nd5+? Ka2 2.Nc3+ Ka1 3.g8=Q b5 4.Qg1 mate.
1.g8=N!! b5 2.Ne7! Un Tema Indio que se da con poca frecuencia. 2...Kxb4 3.Nc6 mate. Letal descubierta del Indio
que se destapa.
125. Ferber, A. E.
Mate en 3
La presente miniatura constituye una magnífica ocasión para recordar la descomunal e ingente tarea que recae con
frecuencia sobre la dama, con razón la pieza más poderosa de cuantas actúan en el tablero. Si ha constatado ya que el
ensayo directo 1.Qd5+? no conduce al resultado apetecido después de 1...Kc2 2.Qa2+ Kc1 (en caso de 2...Kd3, sí que
habría mate con 3.Qb1 mate) 3.Bd2+ Kd1 4.Ne3 mate, intente maximizar la capacidad ofensiva de «Nuestra Señora
del Mate», un apodo idóneo para la dama blanca, quien suele protagonizar los acosos contra el monarca negro en
numerosos problemas. Si ha captado el alcance de mis palabras y hace buen uso de una de las variantes mencionadas, la
original maniobra de mate no deberá ofrecerle demasiada resistencia.
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1.Qa8!!
3.Qb1 mate. No le importan los kilómetros recorridos a la dama, que viaja siempre en primera clase.
1.Rf3! Interesante jugada limitadora. Por supuesto, no servían ni 1.Nxe6? Ke5 2.Nc5 Kd4 3.Rf4+ Ke5 4.N1d3 mate,
ni 1.Nc2? Ke5 2.Nd3+ Ke4 3.Nc5+ Ke5 4.d4 mate,
ni tampoco 1.Nde2? e5 2.Nc3+ Kd4 3.Re2 Kc4 4.Re4 mate.
1.Rf3! e5
Al mismo desenlace conducía 1...Kxd4 2.Rf4+ Ke5 3.Nd3 mate, o 1...Ke5 2.Nce2 Ke4 3.Re3 mate.
127. Erlin, K.
Mate en 3
Al inigualable Groucho Marx le debemos esta definición de la política, tan original como irónica: es «el arte de buscar
problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». ¡Justamente lo
opuesto de lo que se le suele pedir en este libro! En primer lugar, no hace falta que busque problemas: he aquí uno del
compositor K. Erlin, listo para ser resuelto. Además, me dispongo a proporcionarle un diagnóstico veraz y conciso: si
halla la clave de esta miniatura «baby» –como de costumbre, una sibilina jugada de espera–, la eficaz cooperación entre
la dama y el alfil, le permitirán averiguar 3 distintas figuras de mate. Lo único que le corresponde ahora es dejar la
política a un lado y hallar los remedios apropiados para poner fin a la precaria y errante existencia del monarca negro en
el ala de rey, que no es mucho pedir...
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1.Qc6! La dama sale en busca de nuevas perspectivas en el flanco de rey. Naturalmente, de nada servían 1.Qc3? Kxe4
2.Ke6 Kf4 3.Qg3+ Ke4 4.Qe3 mate,
o 1.Kf6? Kg4 2.Qc8+ Kh4 3.Bg2 Kh5 4.Qh3 mate,
o por último 1.Bf5? Kg5 (1...Kf3? 2.Bh3 Kf4 3.Qf5 mate) 2.Qe4 Kh6 3.Kf6 Kh5 4.Qh1 mate.
1.Qc6! Kg5
A 1...Ke5, 2.Qd5+ Kf4 3.Qf5 mate, y a 1...Kg4, 2.Bf3+ Kh3 3.Qh6 mate.
2.Bf3! Kf4
128. Larsen, P. A.
Mate en 4
Para resolver el último problema de este apartado, voy a rogarle que aplique a la letra esta sabia recomendacion
milenaria, expuesta por Solón de Atenas en el siglo VI a.C.: «Sírvete de lo aparente como indicio de lo poco aparente».
A juzgar por esta profunda formulación, el insigne legislador hubiera sido también un excelso jugador de ajedrez, de
haber existido en aquella época –vería la luz en India 13 siglos más tarde–. En la miniatura de Larsen a la que se
enfrenta ahora, lo aparente es que el rey negro, solo y abandonado, tiene sus días contados: deberá perecer pronto en el
flanco de dama, acosado por el binomio damatorre y el avance de los peones blancos. Lo inaparente es hallar un modo
certero de lograr dicho objetivo, tomando en cuenta que fracasan los ensayos 1.Qd7? y 1.b4+?
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1.c4! La única clave válida. Como lo veníamos diciendo, no sirven ni 1.Qd7? Kb6 2.b4 Ka6 3.Qc6+ Ka7 4.Ra1+ Kb8
5.Ra8 mate,
ni 1.b4+? Kc6 2.c4 Kb7 3.b5 Ka7 4.Qc7+ Ka8 5.Ra1 mate.
1.c4! Kxc4
Algo más complejo es el mate tras 1...Kb4 2.Qc8 Kb3 (a 2...Ka5, 3.Qb7 Ka4 4.Ra1 mate) 3.Qa6! Kb4 4.Qb5 mate, o
1...Kc6 2.Qe7 Kb6 3.Ra1 Kc6 4.Ra6 mate.
2.b4
2...Kc3
3.Qh4!!
Una jugada lateral muy difícil de anticipar, y que probablemente habrá pasado por alto.
3...Kd3 4.Rb3 mate. Un problema con muchas ramificaciones, que merecía ciertamente figurar entre los de ***.
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Nivel ***
129. Wesin, N.
Mate en 3
Mas de una vez habré de citar al gran maestro chino de la sabiduría, el gran Kung Futsé o Confucio (551-479 A. C.):
«Nunca desafíes aposta; si sabes que vas a ganar, eres un canalla, y si no lo sabes, eres un loco». Como resulta que soy
bastante canalla, me apuesto a que no hallará la clave de este diabólico problema, del no menos canallesco Wesin, en
menos de 25 minutos, si es que la encuentra... Anote, para no desperdiciar su valioso tiempo, que el ensayo 1.Rf3+?
Kd2! (y no 1...Kxf3?? 2.Qg3 mate) no da «›na› de ʻna’»... Además este ripio le será útil:
La clave excluye descubiertas:
Por una mente despierta
En puro estado de alerta
Deberá ser descubierta
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1.Qg6!! e4
1...Kxf2 2.Qg3 mate; 1...Kd4 2.Rc2 Kd5 (2...Ke3 3.Qe4 mate) 3.Qd6 mate.
2.Qd6!
Una jugada dificil de anticipar tras la primera, también oculta. Ahora todo está en el aire.
2...exd3 3.Qf4 mate. La elegante triangulación de la dama, entre osados malabarismos, lleva al mate. Una deliciosa
miniatura, de perfecta concepción.
130. Waterhouse, A.
Mate en 3
El talentoso actor, provocador y humorista francés Coluche, muerto en un accidente de moto a la temprana edad de 42
años, era famoso por sus infinitos desplantes («boutades», en francés), que llegó a utilizar hasta en su propia campaña
presidencial. Uno de ellos, «Aquí, todo lo que no está autorizado queda prohibido. Y todo lo que no está prohibido
resulta obligatorio», se aplica perfectamente a su labor de solucionista: no le está permitido consultar la clave –ni
siquiera de reojo–... en cambio, no le está prohibido buscarla hasta devanarse los sesos... ¡El problema se lo merece!
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1.Bd1! Ke4
A 1...c4, 2.Bf3 c3 3.Qxc3 mate; a 1...Kc4, 2.Nf4 f5 3.Be2 mate; a 1...f5, 2.Qc3+ Ke4 3.Bf3 mate.
2.Bf3+! Kxf3
131. Armstrong, J.
Mate en 3
Antes de emprender la búsqueda de la solución a este complejo problema, convendría que reparase en el sabio consejo
que le proporciona Confucio: «La mayor gloria no es permanecer de pie, sino levantarse cada vez que se cae». Y le
garantizo que tropezará unas cuantas veces antes de dar con la original clave... En vistas de su fragilidad y previsible
impotencia, voy a mostrarme magnánimo y enseñarle unos cuantos caminos que le harían perder tiempo: Tanto a)
1.Qd4+ Kg3 2.Rg5+ Kh3 3.Qg4+ Kh2 4.Rh5 mate,
como b) 1.Bh6+ Kg3 2.Qg1+ Kh4 3.Qh2+ Kg4 4.Rg5 mate
y c) 1.Rc4+ Kg3 2.Qg1+ Kh3 3.Qf1+ Kg3 4.Be5 mate dan mate en CUATRO, pero no en las 3 jugadas exigidas.
Levántese y camine...
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1.Rg5!!
1...Kxg5
1...Ke4 2.Qd4 mate; 1...Ke3 2.Rg4 Kf2 (2...f2 3.Bh6 mate) 3.Bd4 mate; 1...f2 2.Rg4+ Kf5 3.Qd7 mate.
2.Qxf3 Kh4
3.Bf6 mate. Le felicito si lo ha sacado en media hora, o menos... y le felicito igualmente si lo ha sacado... de esta
página: ha ganado un tiempo valioso.
132. Avery, C. H.
Mate en 3
Con razón, el enciclopedista francés Voltaire mencionaba que «el azar es una palabra vacía de sentido: nada puede
existir sin causa». Así pues, la causa de su constante pérdida de tiempo cada vez que decide enfrentarse a estos
«jeroglíficos» puede seguramente imputarse a su carencia de método y a la incertidumbre de sus etéreos cálculos,
siempre presididos por... ¡el azar! ¿Qué pieza está manipulando ahora? ¿La dama blanca, únicamente porque se halla en
la 1a fila, muy cerca de su mano derecha? ¡Suéltela, hombre! Y empuñe otra... ¿No ve que el rey negro intenta escapar
por «d5»?
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1.Nc6! Kf5
1...Ke3 2.Kg3 Ke4 3.Qf3 mate. Una figura de mate clásica, pero altamente estética. 1...Kf4 2.Qe2 Kf5 3.Qe5 mate.
2.Qg4+ Kf6 3.Qg6 mate. Ésta tampoco está mal... Difícil, pero no tanto tras el consejo que acabo de soplarle.
1.Ne4!
1...Kxe4
Forzado, ya que no valen las alternativas 1...Kg2 2.Qf2+ Kh1 (2...Kh3 3.Qg3 mate) 3.Ng3 mate; 1...Kxg4 2.Qg5+ Kf3
3.Nd2 mate; 1...Kf4 2.Nf6 Kf3 3.Qf2 mate.
2.Ke2 Kf4 3.Qf5 mate. Si dio con la clave, le animo a descubrir otras flores de esta sección.
134. Campo, A.
Mate en 3
A menudo malinterpretada, la famosa fórmula «carpe diem» resume el credo vital del poeta y pensador latino Horacio:
en ella, no reivindica el placer en sí, sino más bien el que se halla en el mero hecho de vivir. Por ello, Horacio fue el
primero en destacar la importancia del «otium», el ocio, que tan esencial resulta para cualquier ajedrecista. Y si aquel
lúcido poeta llegó a escribir «Cada día es una pequeña vida», nosotros bien podemos afirmar que «Cada problema es
una pequeña partida», sin temor a equivocarnos demasiado. Complete pues la «partida» que le propone A. Campo
hallando 5 figuras de mate en la posición del diagrama.
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1.Qf5!
1...Kb5
1...Kd5. Ahora el mate en 2 parece imposible 2.Qd3+ Ke6 (2...Kc6 3.Qd7 mate) 3.Qd7 mate... pero era tan sólo ilusión
óptica; 1...Kd6 2.Qd7 mate; 1...b5 autobloqueo 2.Qe6 mate.
2.Qe4
135. Collinson, R.
Mate en 3
La naturaleza, la vida, nuestra vida cotidiana, presentan cada una de ellas una cantidad apreciable de modelos
recurrentes. Lo mismo pasa en ajedrez, y sobre todo en el terreno de la composición, en el que suelen aparecer a
menudo, como en la propia música, variaciones sobre un mismo tema. La miniatura de mate en 3 que le propone el
inglés Collinson constituye una prueba fehaciente de lo que acabamos de afirmar. Para resolverla con mayor soltura, le
invitamos a que repase la solución del problema de J. Armstrong, en la página 77: su clave se basa, en parte, en el
mismo mecanismo. Además, no pierda tiempo con los ensayos 1.Ba4+? Kb6! 2.Rb5+ Kc6...
y 1.Qa7? Kd6 2.Rd5+ Kc6..., que conducen ambos a un mate en 4.
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1.Rb5!!
1...Kd6
2.Rb6+ Kc5 3.Qg1 mate ¡Una figura de mate que no aparece todos los días!
136. Densmore, D. J.
Mate en 3
Esta es una creación de D. J. Densmore (1867-1917), yerno del famosísimo Sam Loyd; a la luz de este dato, es muy
posible concluir que aprendió de su suegro la panoplia de «malas artes» y trucos que caracterizan la labor de cualquier
problemista que se precie de serlo. Asimiló tan bien la lección, que sus obras son bastante famosas, por la especial
dificultad que encierran. Y, pobre de usted, este mate en 3 ¡no es una excepción! Lo que tiene que hacer ahora es ir a su
mesa de trabajo, armarse de paciencia (sin olvidar un buen café, que le sacará de su incipiente modorra...) y calcular
cómo inmovilizar al rey-anguila de 4 formas distintas. Debería tardar de 30 minutos a.....????
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1.Qa2!
¡Por aquí se empieza! Una jugada algo extraña que no encuentra ni el propio amigo Fritz, que ya es decir...
1...e5
1...Ke5 2.Qc4 Kf5 3.Qf4 mate; 1...Kd7 2.Qa4+ Kd6 (2...Kc8 3.Qe8 mate) 3.Qd4 mate.
2.Qf7
2...e4 3.Bf4 mate. Y este mate imprevisible corona el desenlace del complejo problema.
1.Qd4!!
1...d2
1...Kxd1 2.Qb2 d2 (2...Ke1 3.Qc1 mate) 3.Qb1 mate; 1...Kb3 2.Rb1+ Ka2 (2...Kc2 3.Qb2 mate) 3.Qa1 mate.
2.Qb4!
2...Kd3 3.Rxd2 mate. Un problema muy bien construido, y bastante más difícil de resolver sin las insinuantes,
indicativas y provechosas (etc...) pistas que le ofrezco.
138. Dobbs, G.
Mate en 3
Si busca mates en 4 jugadas en esta posición, le puedo proporcionar cerca de media docena, al módico precio de 2 euros
la unidad (lo siento, la moneda única me ha convertido en un «eurótico»...). Ejemplos no faltan: 1.Qb2 Kd5 2.Rc8 Ke4
3.Rc4+ Kf5 4.Qf6 mate,
1.Rc8+ Kb7 2.Rc7+ Ka6 3.a4 d5 4.Ra7 mate... etc. Si los busca en 3, como lo requiere su autor el reverendo G. Dobbs
(1867-1941), no se los pienso vender, porque anularía de un plumazo la razón de ser de este librito, así como su
propósito torturador (¿lo ve?: quisiera ganar dinero con el ajedrez, pero mis principios intachables me lo impiden...).
Busque en la buena dirección (pista: ¡al oeste!) y descubrirá, espero que sin ayuda, las 5 figuras de mate que la clave
contiene.
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1.Ba7!
1...Kb5
1...Kd7 2.Qb6 d5 3.Rd8 mate; 1...Kb7 2.Qb6+ Kxa8 3.Qb8 mate; 1...Kd5 2.Qf3+ Ke5 3.Re8 mate.
2.Qb6+ Kc4
139. Dubbe, F.
Mate en 3
«Los errores son humanos, y algunos humanos son sólo un error». Por ejemplo, lo son los ajedrecistas que se pasan el
tiempo calculando su fuerza ELO, aquellos perdedores que no dejan de quejarse porque «la tenían completamente
ganada», o simplemente la legión de «kibbitzers» (palabra yiddish que no existe en otros idiomas: mirones que se
sienten obligados a opinar) especializados en dar la tabarra a todas horas, con el único fin de fastidiar. Espero que
usted, que dedica el tiempo a actividades más nobles –como resolver problemas–, no forme parte de ellos. Y para
mantenerle en forma, le propongo sin tardanza un «hueso» que le costará bastante roer. ¡Usted tiene la palabra!
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1.Nc4! Inesperado sacrificio que impide la huida por «b6». ¿Llegó usted a ver que los distintos ensayos 1.Nd7+ Kb4!
2.Qf4+...,
1.Kc3 Kb6 2.Qxc6 Ka7...
y 1.Qxc6+ Kd4 2.Nd3 Ke3 3.Qf6 solo conducen al mate en 4 jugadas?
1.Nc4! Kxc4
1...Kd4 2.Qe3+ Kxc4 3.Qc3 mate; 1...Kb4 2.Qe3 Ka4 (2...c5 3.Qb3 mate) 3.Qa3 mate.
2.Qd6!
140. Eisele, H.
Mate en 3
¿Qué elementos contribuyen a que un problema sea una producción agradable e interesante? Por supuesto, y ante todo,
la belleza y originalidad –el factor sorpresa– de sus mates... Pero también cuentan el grado de dificultad de la clave –
que está casi siempre relacionado con una buena cantidad de «ensayos» que fracasan, por una razón u otra– , y la
economía de los medios empleados en su elaboración. El problema que le propone el diagrama cumple con estos
requisitos: posee numerosos ensayos fallidos (1.Qh7, 1.Qb3, 1.Qb5 ó 1.a6 se estrellan todos contra la defensa
1...Kb8!), la clave es de lo más sorprendente y la disposición de las piezas le confiere naturalidad y elegancia.
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1.Qa6!!
La única jugada que funciona aquí es ¡una irrupción directa en las líneas enemigas!
1...Kb8
1...Kd8
3.Qa8 mate.
1.Be3!
¡Vaya clave más serena! Solo este retroceso insignificante puede desencadenar el aluvión de mates que sigue.
1...h6
1...c4 2.Qe6+ Kd8 (2...Kf8 3.Bh6 mate) 3.Bb6 mate; 1...Kf7 2.Bxc5 Kg7 (2...Ke8 3.Qe7 mate; 2...Kg8 3.Qf8 mate)
3.Qf8 mate.
2.Bxc5 Kf7 3.Qg6 mate. ¿A que este oculto ataque lateral se le ha escapado?
1.Re6!
1...Kg5
1...g3 2.Rg6 g2 3.Be1 mate; 1...Kg3 2.Ne2+ Kf3 (2...Kh4 3.Rh6 mate) 3.Re3 mate.
2.Ne2+ Kf5 3.Nd4 mate. La figura de mate de mayor dificultad. ¿La descubrió usted?
143. Fuss, O.
Mate en 3
Es del libertador Simón Bolivar la sentencia: «Solo un soldado novato cree que todo está perdido tras ser derrotado por
primera vez». Téngala bien presente cuando se disponga a resolver el diabólico mate en 3 que figura en el diagrama,
porque la miniatura de Otto Fuss le va a derrotar, no una vez, sino varias... Son tan complejos e imprevistos los tres
modelos de mate que intervienen en la solución, que tendrá en más de una ocasión la convicción de que el rey enemigo
va a escapar. Una cosa le puedo garantizar: después de esta experiencia traumática, se alejará del tablero durante unos
cuantos días... No hay mal que por bien no venga.
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1.Nd7!
1...Ke6
1...Kc6 2.Qa4 Kd5 3.Nxc7 mate; 1...c6 2.Nd6 Ke6 3.Qe4 mate.
2.Nxc7+ Ke7 (...Kf7) 3.Qh7 mate. Mi felicitación a los pocos elegidos que hayan visto este mate.
1.Ba5!
1...d2
A 1...Kxe2, 2.Qh5+ Kf1 (2...Kxe3 3.Qe5 mate) 3.Qd1 mate; a 1...dxe2, 2.Be1! (la entrega del alfil llega a punto para
impedir la coronación del candidato de “e2”) 2...Kxe1 3.Qc1 mate.
2.Kf3 Ke1
¡Autoclavada!
3.Qc1 mate. Este modelo de mate, tan difícil de anticipar, es la flor y nata de la miniatura que nos ocupa.
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Mate en 3
Del emperador Napoleón Bonaparte se sabe que era bajo de estatura, pero se ignora a menudo que tenía un afilado y
corrosivo sentido del humor. El excelso estratega francés llegó a afirmar que «las batallas contra las mujeres son las
únicas que se ganan huyendo». Una sentencia con tintes misóginos que puede trasladarse al noble juego, especialmente
en todas aquellas situaciones en las que un rey solitario intenta sortear el implacable acoso de una dama desatada y
ávida de sangre... Manejando con destreza las piezas blancas, concluya la obra de nuestro apreciado Galitzky en no más
de 3 actos.
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1.Kg2!
1...d3
2.Qd1!!
Pero esta segunda clave resulta casi imposible de anticipar, como un trueno en un cielo azul...
2...Kg4
2...dxe2 3.Qd4 mate; 2...d2 3.Qa4 mate.
3.Re4 mate. Una bella y potente descubierta culmina la original obra del soviético.
146. Stubbs, C. F.
Mate en 3
Esta miniatura de Stubbs, que bien podría titularse «El Corredor de la Muerte», encarna el prototipo de problema en el
que no parece ocurrir absolutamente nada. Pero le puedo certificar que ocurre, y que la clave le hará sufrir mucho... ¡y
mucho tiempo! Para resolverlo con cierta agilidad, deberá antes apartar sus intuiciones y (falsas) impresiones, y no
dejarse influir por los incontables espejismos que pueblan su mente de aprendiz de solucionista. Por lo tanto, no se fíe
de las apariencias, calcule con precisión las variantes posibles, y comprobará que el rey negro no logra zafarse. Si le
indico que la clave es una jugada incomprensible, le habré proporcionado una valiosa ayuda. Ya dispone de datos
suficientes para acabar con el corredor de la muerte antes de que él lo haga con usted.
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1.g5!!
1...Kd4
El rey se ve obligado a internarse en el corredor de la muerte. (No supone ningún cambio 1...Kd2 2.Qf2+ Kc1 3.Nd3
mate.
2.Qf2+ Kxe5
3.Qf6 mate. El mate final reafirma la enorme utilidad del avance de peón inicial. ¡Quién se lo podía imaginar! Un
excelente problema, logrado con mucho ingenio y pocos elementos.
Mate en 3
A raíz de la breve visita que me hizo el Dr. Alzheimer para felicitarme por mi sexagésimo cumpleaños, he olvidado el
autor de la cita siguiente: «La imaginación es la llave que da cuerda a la fuente de lo posible. No hay nada tan
enriquecedor como transformar la imaginación en acción». ¡Vaya frasecita! Parece haber sido especialmente formulada
para los ajedrecistas... quienes estamos siempre imaginando –situaciones que nunca se darán, en su gran mayoría– y a
la vez actuando, o sea, metiendo a menudo la pata, o la gamba, como se prefiera... Dele cuerda a su cerebro, piense
justo y actúe rápido si desea resolver este famoso problema centenario en menos de 25 minutos.
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1.Qb8!
1...b2
2.Qh8! b1=Q+
148. Jensen, W.
Mate en 3
El gran maestro complutense, Miguel de Cervantes nos explica en su propia lengua –¡la lengua de Cervantes!–
naturalmente... que «Donde una puerta se cierra, otras se abren». Un dicho idóneo para ser aplicado al universo de las
64 casillas, en el que las alternativas no pueden coexistir, y siempre se favorece la consecución de un objetivo en
detrimento de otro. En la posición del diagrama, un problema de Jensen, la dama será la protagonista del desenlace,
como era de esperar. Circulando con gran ligereza por todo el tablero, logrará exasperar la capacidad de resistencia del
monarca negro, quien optará al final por suicidarse.
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1.Qa1! Una clave bien difícil de imaginar: apartándose por completo de la magnífica columna «h» (falsa pista), la dama
se refugia absurdamente en la esquina menos atractiva del tablero. Se lograba solo un mate en 4 con el ensayo 1.Qe5?
Ke2 2.Kc2 Kf3 3.Qg3+ Ke2 4.Nd4 mate.
1.Qa1! Kf2
Si 1...Kf4, 2.Qa6! A partir de «a6», esta desatada dama domina la situación. 2...Ke5 (2...Kg5 3.Qh6 mate) 3.Qd6 mate.
1.Ba8!!
1...Kxd6
2.Kb7!
Seguida de la no menos típica intercepción del alfil, que evita el ahogo del rey negro.
150. Laws, B. G.
Mate en 3
Si usted es persona propensa a descorazonarse, desmoralizarse, desmotivarse, desalentarse y hasta deprimirse (¡cuántos
sinónimos para expresar un sentimiento que, como buen solucionista sin solución, le es harto familiar!) ante el primer
tropiezo, anote bien las sensatas palabras del estadista inglés W. Churchill: «El éxito no es definitivo, ni el error es
fatal: lo que cuenta es el coraje para seguir adelante». Por consiguiente, a partir de ahora, el único error fatal sería
permitir que su clara tendencia a la relajación –por no decir laxitud, vagancia– siga campando a sus anchas –¡deje ya de
fisgar en la solución!–, en vez de convertirla en coraje persistente e inquebrantable firmeza. ¡Basta ya de palabras!
¡Hechos! ¡Precisión! Tiene 25 minutos y 30 segundos para resolver la miniatura de Laws.
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1.Bg2!
1...Kc3
1...Kc5 2.Qe5+ Kb6 (2...Kc4 3.Bf1 mate) 3.Qxa5 mate, un esquema de mate típico en la colaboración entre dama y
alfil.
2.Bf1! Kd4 3.Qe5 mate. El mate final es una variante-eco del mismo esquema.
151. Laws, B. G.
Mate en 3
¡Alégrese! Hoy es día de saldos... Esta segunda composición del británico Benjamin Laws (1861-1931), renombrado
cronista del Chess Monthly, constituye un regalo evidente, con el único fin de motivarle, animarle, alentarle (¿le suena
esto?). Aunque dicho mate en 3 no merezca probablemente más de **, lo he incluido en este apartado para fomentar su
entrega voluntariosa y material a la noble tarea del solucionista, que es resolver problemas... ajenos. ¡Fíjese bien!: la
frase que acaba de leer contiene una pista importante, si sabe hacerlo entre líneas. Deberá encontrar tres esquemas
típicos de mate.
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1.Nd4!
La alusión, nada velada, era...»entrega material». ¿La había usted pillado al vuelo, o sigue estando adormilado?
1...Kd6
1...Kxd4 2.Ke6 Ke4 3.Rc4 mate; 1...Ke4 2.Nf5 Kf4 3.Rc4 mate.
1.Qb3!
La dama blanca suelta lastre, abandonando ambas piezas ligeras a la voracidad del hambriento monarca.
1...Kc5
1...Kxe4 2.Nf3 Kf5 3.Qe6 mate; 1...Kxe5 2.Qb4! Kf6 3.Qe7 mate. El presente esquema le debe resultar ya familiar.
2.Ng4! Kd4 3.Qb4 mate. La figura de mate que le habrá sido más difícil de anticipar.
153. Mach, Z.
Mate en 3
A usted, ajedrecista y solucionista «sin solución», va especialmente dirigida esta ingeniosa formulación del pintor
Salvador Dalí: «Uno nunca llega tan lejos como cuando ignora adónde se está encaminando». En este complejo
apartado de las ***, ya no le servirá el método del ensayo y error que, quizás, ha venido utilizando hasta ahora... En
cambio, le resultará de lo más provechosa una ayudita del amigo Fritz, en su versión 11: me cuentan que las caza todas
al vuelo y no hay problema que se le resista... Seamos serios: usted necesita con urgencia una pista para atacar este
mate en 3, que se le resiste, naturalmente. Halle por lo tanto una tranquila jugada de espera, que provocará el
subsiguiente colapso negro.
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1.Qd6! La jugada tranquila que no es tan fácil descubrir. Guardando sus opciones en la importante diagonal «h2-b8», la
dama, ahora más activa, pasa a controlar la columna «d». No llega a tiempo 1.Re7 Ke2! (1...Kg4? 2.Qg3+) 2.Qc2+
Ke1 3.Qd2+ Kf1 4.Qf2 mate.
1.Qd6! Kg4
1...Ke2 2.Kg2 Kxe3 (2...g4 3.Qd2 mate) 3.Re7 mate; 1...Kxe3 2.Re7+ Kf3 (2...Kf2 3.Qf6 mate) 3.Qg3 mate; 1...g4
2.Qd3 g3+ 3.Rxg3 mate.
1.Qf7!
Desde «f7», la dama podrá acudir al ala de dama, a la vez que mantiene un control férreo sobre la casilla de huida «c4».
1...Ka4
A 1...a4, 2.Qf1+ c4 (2...Ka5 3.Qa6 mate) 3.Qf5 mate; 1...c4 2.Qe8+ Kc5 3.Qe5 mate; 1...h5 2.Qd7+ Kc4 3.Qd3 mate.
2.Qb3+ Kb5 3.c4 mate. De cómo liquidar la frágil existencia de un rey afligido con 5 diferentes figuras de mate.
155. Marks, W.
Mate en 3
Las maniobras de mate presentes en esta miniatura pueden muy bien recordarnos los desplazamientos de los agentes
C.I.A. a través del globo terrestre, cuando éstos se reunen con su legión de espías y esbirros internacionales con el fin
de dar caza y liquidar a algún enemigo declarado de EEUU. La red formada por dama y caballos es tan potente que
logrará acosar y dar muerte al monarca negro en zonas opuestas del tablero. Pero esto, usted ya casi lo había adivinado,
nada más percibir la extraña presencia de un peón tan solitario y alejado en «h2»...
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1.Nbd7!
Una pareja caballos que se protegen entre sí resulta un arma poderosa cuando cooperan con la dama.
1...Ke3
A 1...Kd5, 2.Qc3 Kd6 3.Qe5 mate, y a 1...Kc4, 2.Qa3 Kb5 (2...Kd5 3.Qd3 mate) 3.Qa4 mate.
156. Meisling, O.
Mate en 3
«Plantearse los menos problemas posibles es la única manera de resolverlos». Pues bien, si ha interpretado esta conocida
cita de Jean Cocteau al revés, cierre este librito, encienda el televisor y póngase a contemplar las mil maravillas que las
distintas «cadenas» (nunca mejor dicho...) le ofrecen a todas horas. En cambio, si ha captado el sutil mensaje que
contiene, intente hallar la única salida al laberíntico mate en 3 que le sugiere Meisling. Cuando averigüe la idea de la
clave, pronto constatará que el céntrico rey negro no goza de tanta libertad de maniobra como parece. Y para ganar
tiempo, aparte ensayos inservibles como 1.Qb6 Kc4 2.h4 Kd5 3.Qc5+ Ke4 4.Qe5 mate.
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1.Qe8!!
1...Ke4
1...Kc4 2.Qa4+ Kd5 3.Nc3 mate; 1...Kxd4 2.Kd6 Kc4 3.Qa4 mate.
157. Menzies, J.
Mate en 3
En China dicen que «un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción». Entonces, no
cante usted... victoria antes de haber desentrañado los numerosos cabos sueltos que presenta este agudo mate en 3
jugadas del compositor Menzies. Y ándese con sumo cuidado, porque este experto en claves ocultas está a todas luces
intentando engañarle, incitándole a creer que la dama está óptimamente situada en la gran diagonal, defendiendo
además su torre. Supongo que, por una vez, habrá captado el significado de mi pista... Encienda el motor, y que la dama
se ponga a circular... no sin antes haber comprobado que 1.Qg1+ Kd6 2.Qa7 c5 (2...f5 3.Qe7 Kd5 4.Bc4 mate) 3.Bc4
Kc6 4.Re6 mate alcanza la meta, pero tarde...
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1.Qh8!
1...Kd5
A 1...Kd6, 2.Qd8+ Kc5 3.Qd4 mate; 1...Kb6 2.Qd8+ Kb7 3.Re7 mate.
2.Qxf6
2...Kxe4
1.Bc5! Kd5
1...Kd3 2.Ne3 Ke4 3.Qf5 mate, un modelo muy frecuente de mate a cargo del trío Q+B+N; 1...Kb3 2.Ne3 Kc3
(2...Ka4 3.Qa2 mate) 3.Qc2 mate; 1...Kc3 2.Ne3 Kd3 (2...Kb3 3.Qc2 mate) 3.Qc2 mate.
2.Ne7+ Ke4
159. Adam, R.
Mate en 3
Según el escritor Anatole France, «La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio –léase, solucionista
responsable– tropieza en alguna pared, el ignorante –no es una indirecta, serénese...– permanece tranquilo en el centro
de la estancia». ...y se dedica a mirar directamente la clave..., habría que añadir. Le ruego no cometa este error de
juventud, ahora que su experiencia le permite averiguar qué tipo de claves suelen presentar los problemas de mate:
jugadas tranquilas, retrocesos, jugadas de espera, aflojamientos diversos para evitar el ahogo, etc... En esta miniatura de
Adam, la dama intentará maximizar su campo de actividad. ¿A partir de qué casilla deberá operar para someter al rey
negro?
Esta vez ¡le he pillado! Vuelva de inmediato a la página 91. 1.Qf7! Esta es LA casilla adecuada para actuar en el centro
y el flanco de rey. Eran claramente inoperantes los ensayos 1.Nh6 Kg3 2.Qe2 f5 3.Nxf5+ Kh3 4.Qh5 mate
o 1.Nbd4+ Kg4 2.Qg8+ Kh5 3.Ne6 f3 4.Nf4 mate.
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1.Qf7! Ke4
1...Ke2 2.Qd5 Ke1 3.Qd2 mate; 1...Kg4 2.Qg6+ Kf3 (Kh3) 3.Qg2 mate.
2.Nc5+ Kf3
160. Morwood, H. D.
Mate en 3
Aunque no sea usted consciente de ello, hace tiempo que pone en práctica las enseñanzas del conocido refrán español
“Tres cosas pido si Dios me las diese: la tela, el telar y la que teje”. En otras palabras, desea tener a mano la materia
prima –una buena colección de problemas–, los adecuados consejos para tejerlos –resolverlos– con soltura y,
finalmente, el tejedor –yo mismo en persona–, que le aporta la solución en bandeja sin que tenga que mover un dedo o,
mejor dicho, una neurona. ¡Esta situación no puede perdurar! Esta vez, me pongo en huelga y no pienso proporcionarle
consejo o indicio alguno... usted mueve ficha, y que sea lo que Dios quiera.
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1.Qd8!
Este insignificante retroceso constituye la enigmática clave que usted habrá ignorado o pasado por alto. La dama blanca,
que mantiene el control de la columna «d», desea utilizar el punto «g5» para lanzar el asalto final.
1...Ke5
Al mismo resultado conducen las posibilidades 1...Kf5 2.Re3 Kg6 (Kg4) 3.Qg5 mate y 1...Kf4 2.Qd5 Kg4 3.Qg5
mate.
2.Re3+ Kf4 (Kf5) 3.Qg5 mate. El típico mate en 3 que suele dar más de un quebradero de cabeza a quien intenta de
veras solucionarlo. Supongo que no es su caso...
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161. Nemo, O.
Mate en 3
Solucionista: estoy convencido de que no tardará en adoptar este viejo refrán originario de Siam, que es como se
llamaba Tailandia antes de 1941: «El corazón de una mujer es tan huidizo como una gota de agua sobre una flor de
loto». Y, ¿por qué motivo? Por la sencilla razón de que este dicho, tan bella y poéticamente expresado, le recordará sin
duda la precariedad en que se halla el rey negro en la mayoría de los problemas. Sin ir más lejos, la del presidiario de
«g1» en esta interesante creación de Oskar Nemo, seudónimo del prolífico compositor austriaco Ottmar Weiss. Si
acierta con la jugada exacta, impedirá que el agua se deslice sobre la hoja, o sea, que el escurridizo monarca traspase
los límites de su cárcel-esquina.
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1.Qb7!
Ésta era la sorprendente jugada en cuestión, aunque no entienda aún la razón que la sustenta.
1...Kxf1
El rey debe capturar si no quiere adentrarse en dos variantes de mate. A 1...g5, 2.f4 Kxf1 (2...gxf4 3.Qg2 mate) 3.Qh1
mate, y a 1...Kh2, 2.Qxg7 Kh1 3.Qg2 mate.
2.Qxg7 Ke1
Mate en 3
Hace exactamente 2 años que descubrí esta brillante miniatura del compositor alemán von Holzhausen en la antología
Miniature Chess Problems from many countries, de Colin Russ. Sobra decir que su espectacular y enigmática clave me
fascinó desde el principio, hasta tal punto que decidí utilizar medios informáticos para comprobar ciertos datos. Por
ejemplo, se me ocurrió imaginar que la solución estaría más oculta aún si el alfil estuviera en «c3» (en vez de en «a1»)
en la posición inicial. El amigo Fritz 8 no tardó en darme la respuesta: dicha posición aportaría un dual, una doble
solución que invalidaría el problema. Más aún, una semana más tarde, un compañero de club halló un «trial» –
¿existe?–, una tercera solución al problema modificado. ¿Será usted capaz de hallar la clave, y luego, ya con el alfil en
«c3», las dos soluciones adicionales?
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1.Bh8!! Se trata de un Tema Bristol: el alfil debe retroceder hasta «h8» para que la dama pueda acceder a «a1» vía
«g7». No servía para el mate en 3 el ensayo 1.Be5? f4 2.Qxf4 Kg2 3.Qh2+ Kf1 4.Qh1 mate.
1.Bh8!! f4
2.Qg7!
Hermosa maniobra: la dama guarda el control de la columna «g» a la vez que se dispone a utilizar la gran diagonal,
despejada por el alfil.
2...Ke1 3.Qa1 mate. Una maniobra muy impactante, que no se da todos los días. Con el alfil en «c3» en la posición
inicial:
a) existe el bello dual 1.Bd2! f4 2.Kc2 Ke2 3.Qb5 mate, hallado por Fritz;
b) mi compañero de club halló el otro dual, igualmente original: 1.Qg6! f4 2.Kc2 Ke2 3.Qd3 mate. ¡Una aventura
apasionante!
Mate en 3
He aquí un problema fuera de lo común, y además, cosa poco frecuente, muy rico en enseñanzas... ¡para los psicólogos!
En efecto, y por extraño que parezca, hace intervenir un tipo de maniobra que no entra en los esquemas habituales de la
percepción humana: en otras palabras, la capacidad de visualización del ojo humano no parece estar preparada para
captar este tipo específico de maniobra geométrica. Lo comprobará personalmente cuando intente resolver –sin hacer
trampas– la original miniatura de Williams. E incluso si conoce la clave de antemano, le hará falta algún tiempo
adicional (a mi me costó 10 minutos el esfuerzo) para percibir el insólito camino que lleva a la segunda variante de
mate. Póngase las gafas –las necesitará– y empiece a buscar.
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1.Ne6! Ke4
A 1...Kxe6, 2.Qc5! Kf6 3.Qe7 mate. El primer modelo de mate está dentro de la normalidad.
2.Qa5!!
Pero ésta es la jugadita paradójica que no habrá logrado descubrir. Buscando una explicación racional a esta «ceguera»,
he llegado a pensar que quizás era imputable al largo pasado de cazador primitivo del ser humano: no acostumbraba a
dirigirse hacia una meta utilizando maniobras en diagonal, y es natural que ni las conozca, ni las conciba facilmente.
Además, en esta posición, el ajedrecista intuye –equivocadamente, ya que se trata de un espejismo– que el rey negro va
a escapar. ¡Nada más falso! Ya se halla en el corredor de la muerte formado por la pareja de equinos, y la dama lo
espera a la salida.
2...Ke3 3.Qe1 mate. La dama ha llegado desde «c7» a «e1» pasando por «a5». ¡Realmente extraordinario! ¿A qué
nunca se había topado con un recorrido tan estrafalario?
164. Pospisil, J.
Mate en 3
A través de los ejemplos tratados hasta ahora, habrá constatado por sí mismo que el mundo de la composición es tan
amplio como polifacético. Basta con que un creador plasme una hermosa idea en una de sus obras para que otro se
dedique a ampliarla, enriqueciendo su contenido con la incorporación de nuevos e ingeniosos elementos que refuerzan
la brillantez del modelo primitivo. Esta es la razón por la cual le brindo un nuevo ejemplo de mate con dama y caballos,
expuesto en el diagrama. Al resolver este segundo problema, tendrá la oportunidad de apreciar la habilidad y el arte con
que el checo Pospisil ha sabido mejorar la creación de Williams.
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1.Ne7! No bastaba el ensayo 1.Nd6? Kc3 (1...Ke5 2.Nd7+ Kd4 3.Qd2 mate; otro mate-eco en pleno centro del tablero)
2.Qc1+ Kd4 3.Nb5+ Ke5 4.Qg5 mate.
A 1...Kc3, 2.Qc1+ Kd4 (Kb4) 3.Nc6 mate; 1...Ke5 2.Nd5 Kd4 (2...Kf5 3.Qh5 mate) 3.Qf4 mate.
2.Nc6 Kc3
3.Qc1 mate. Aquí se da otro, en pleno flanco de dama. Una versión netamente enriquecida de la idea de Williams.
165. Meyer, H. F. L.
Mate en 3
Se sabe que el ajedrez no es ajeno a la locura: ahí están los casos clásicos de Steinitz, Morphy, Rubinstein, Nimzovich y
uno más actúal, el del recientemente fallecido Bobby Fischer. Sin embargo, se suele ignorar que las propias piezas
pueden padecer trastornos obsesivos en el tablero. Para convencerse de ello, no tiene más que averiguar la extraña
maniobra que constituye la clave en esta centenaria miniatura «baby» –5 piezas– del americano Meyer. Comprobará
muy pronto que los desplazamientos de la dama blanca corresponden a los de una mente enfermiza, machacona y
reiterativa, obcecada en conseguir el pellejo del huidizo monarca negro. En pocas palabras, loca de remate... ¡nunca
mejor dicho!
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1.Qa8! La única casilla que permite a la dama seguir defendiendo su caballo en «d5» y acceder a las vitales casillas
«a4» y «e8». El interesante ensayo 1.Ne7? producía una mate más largo tras 1...Kd3 2.Qb3+ Ke2 (2...Ke4 3.Qc4+
Ke3 4.Nf5 mate) 3.Qc2+ Ke3 4.Nd5 mate.
1.Qa8! Kf5
2.Qe8!
1.Bh4!
Hay que impedir a toda costa la huida del rey por la casilla «g3».
1...g5 2.Kg1!
2...g4
3.Bg5 g3
4.Rh4 mate. Es admirable constatar cómo, con semejante economía de medios, el compositor ruso logra producir una
obra tan hermosa como fecunda.
167. Behting, J. – Deutsche Schachzeitung 1888
Mate en 3
¿Cómo definir con certeza el nivel de dificultad de un problema? Los solucionistas más experimentados suelen
relacionarlo con la «libertad de acción» del material existente, sobre todo cuando se trata de piezas pesadas como las
torres, y sobre todo la dama. En otras palabras, a mayor movilidad, mayor dificultad. Dicha constatación parte de un
principio muy lógico: cuantas menos piezas hay en el tablero –y las miniaturas no pueden superar las siete–, más
espacios vacantes quedan donde colocarlas. En la composición que nos ocupa, la dificultad radica en el hecho de que la
dama blanca dispone de incontables jugadas, pero solo una sirve para alcanzar el codiciado objetivo, el mate en 3.
¿Logrará descubrirla en media hora, o menos?
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1.Qc1! ¡La jugada precisa! Otros desplazamientos no servían, como por ejemplo 1.Qe4? Nc7 2.Qc6 Nd5+ 3.Qxd5+
Ke8 4.Qg8 mate,
o 1.Qd3+? Ke8 2.Qg6+ Kd8 3.Qg8+ Nf8 4.Qxf8 mate.
1.Qc1! Ke8
Es difícil anticipar el mate que se produce tras los movimientos 1...Nc5 2.Qxc5 e6 3.Qf8 mate.
2.Qh1!
La segunda clave, que maximiza la movilidad de la dama, permitiéndole actuar por la gran diagonal y la columna «h».
2...Kd8
3.Qa8 mate. Un problema ciertamente complejo, por los numerosos detalles y sutilezas que hay que tener en cuenta.
168. Elson, J.
Mate en 3
¡Un ejemplo más del protagonismo de la dama blanca en los problemas de mate!, con la ya mencionada dificultad que
entrañan las numerosas posibilidades de que dispone la dueña del tablero. Esta vez, le pedimos que abra bien los ojos,
porque la jugadita que constituye la clave es de lo más inusual e inesperada. Esperamos que el explícito indicio que
acabamos de brindarle –¡sin coste adicional!– le permita hallar las dos figuras de mate, simétricas, –¡otra pista
utilísima!: aprovéchela, hoy que es día de saldos– en un tiempo prudencial que no debería superar el cuarto de hora.
Gracias a mi benevolencia, la miniatura de Elson ha pasado a ser un simple ejercicio de **, en vez de ***.
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1.Qe1!!
He aquí la extraña jugada en cuestión: limitando su enorme movilidad, la dama se parapeta detrás del rey para poder dar
jaque desde las importantes casillas «b1» y «h1», en la primera fila.
1...f4
2.Qb1+ Kd4 3.Qb4 mate. Una lograda composición, con sus dos maniobras de «switchback» (ida y vuelta de la dama).
169. Loyd, S.
Mate en 3
Escoger una composición de Samuel Loyd, apodado el «rey de los problemas de ajedrez», para incluirla en una
antología, equivale a confirmar la presencia de tres elementos inevitables: ¡dificultad, dificultad, y más dificultad! La
miniatura que tiene ante los ojos, una de las 714 (!) obras incluidas en S. Loyd and his Chess Problems (1913), no ha
perdido vigencia a pesar del paso de los años. Repleta de ideas, de fantasía y de sorpresas, contiene una clave que
permite desvelar nada menos que ¡cinco! figuras distintas de mate. Demuestre que la simple mención del taimado Loyd
ya no le intimida y descubra dichos mates en un tiempo máximo de 25 minutos... ¡sin hacer trampas, eh! Solucionistas
impacientes y chapuceros, ¡abstenerse!
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1.Na5! Aprovechando que su captura es imposible por la contundente 2.Qc6!, el caballo participa en las operaciones
con su entrega a la causa. El ensayo 1.Qe6+? no resultaba tras 1...Kc7 2.Na5 b3 3.Qc6+ Kd8 4.Nb7 mate.
1.Na5! Kc5. La mejor defensa, ya que ninguna de las alternativas siguientes logra evitar el mate en 3:
2.Qe3+ Kd6 3.Qe7 mate. Sin duda, la figura de mate más difícil de prever. Un buen problema de Loyd, rico en
posibilidades, como de costumbre.
1.Rb6! Es indispensable controlar la 6ª fila. Probablemente acertó en descartar los ensayos 1.Bf3? Kc3! (1...d5? 2.Kd2
Kd4 3.Rb4 mate) 2.Bd5 Kc2 3.Rc7+ Kd1 4.Rc1 mate;
y 1.Bb3+? Kc3 2.Bd5 Kc2 3.Rc7+ Kb1 4.Rc1 mate.
1.Rb6! Kc3
La línea de mayor resistencia. No son mejores las demás opciones. Por ejemplo: 1...d5 2.Kd2 d4 (2...Kd4 3.Rb4 mate)
3.Bb3 mate, o 1...d6 2.Ba4 Kc3 (2...Kd5 3.Bb3 mate) 3.Rc6 mate. Por supuesto, si 1...Kd5, 2.Bb3 mate.
1.Qd6! La jugada exacta, que controla «d2» y «a3». No servía 1.Qg2+? debido a 1...Ka3 2.Bc3 b2 3.Qxb2+ Ka4 4.Qb4
mate.
1.Qd6! Ng3
Tampoco evitan el mate en 3 las opciones defensivas 1...Ne3 2.Qe5 Nc4 3.Qa1 mate, 1...Nd2 2.Qxd2+ Ka3 3.Qa5
mate, 1...b2 2.Qb4 b1=Q 3.Qa4 mate.
2.Qd2+ Ka3
172. Carpenter, G. E.
Mate en 4
Es probable que desconozca al problemista americano George Edward Carpenter (1844-1924), quien compuso más de
200 obras caracterizadas por una clave original, y siempre difícil de prever. Su apellido le sonaría más si le indicara que
fue el primer ajedrecista en plantear el problema del caballo saltarín en 1881: ¿Cómo puede un caballo recorrer las 64
casillas del tablero sin pasar dos veces por la misma casilla? Anécdotas aparte, en esta miniatura complicada, debido a
la presencia de un material reducido –tan solo 3 piezas blancas, y una de ellas atacada–, el autor requiere el mate en
cuatro jugadas. A modo de ayuda, le aconsejo que no se obstine con descubiertos como 1.Be4+? Kc3 2.Qb6 Kd2
3.Qb2+ Kd1 4.Qc2+ Ke1 5.Qc1 mate. Como era de esperar, la dama protagoniza el acoso, una vez más.
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1.Qh8!
¡Vaya clave, tan sorprendente! La dama abandona el alfil a su suerte para buscar nuevos horizontes en la gran diagonal.
1...Kxd3
La otra captura, 1...cxd3, lleva también a un prosaico mate en 4 con 2.Qb2+ Kd1 3.Ke3 Ke1 4.Qc1 mate.
Naturalmente, son defensas inferiores los retrocesos del rey como 1...Kc1 2.Qc3+ Kd1 3.Be2 mate, o 1...Kd1 2.Ke3
Kc1 3.Qa1 mate.
2.Qb2 c3 3.Qe2+ Kd4 4.Qe4 mate. El infrecuente mate de las charreteras pone un broche final a esta vistosa miniatura.
173. Würzburg, O.
Mate en 3
Por si no lo sabía –¡ya era hora de que se lo explicara!–, los problemas de mate se dividen en dos principales categorías:
aquellos cuya clave plantea una amenaza directa, y aquellos que se resuelven por medio de una jugada de espera. Esta
segunda categoría, sin duda alguna la más frecuente, es utilizada con profusión por los autores que centran la solución
en torno al factor tiempo, bien sea mediante un mecanismo de zugzwang (obligación de jugar), de bloqueo o de cesión
de turno. Ahora que está bien informado, deberá hallar la sibilina e insignificante jugada de espera que constituye la
clave en esta efectiva miniatura, compuesta por el renombrado problemista americano Otto Würzburg. Pista: una de las
variantes esconde un brillantísimo sacrificio. ¿A qué espera? ¡LA jugada le espera!
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1.Bd6! Aunque no lo parezca, esta jugada de espera cumple una función bien precisa... En cambio, era insuficiente
1.Qe4? debido a 1...h6 2.Qe6+ Kg7 3.Qg6+ Kh8 4.Bd4 mate.
1.Bd6! Kg7
El retroceso 1...Kf7 se castiga con 2.Qg5 Ke8 (2...h6 3.Qg6 mate) 3.Qe7 mate; 1...h6 2.Qg4. Aquí es donde se percibe
la utilidad de la jugada 1.Bd6!: evita que el rey escape por «e5». 2...h5 3.Qg6 mate.
2.Qh6+!!
2...Kxh6
1.Bg4!! La misteriosa clave, una entrega del alfil en plena ala de rey. Como se lo habíamos indicado, no sirven ni
1.Bxf5? Kf2 2.Qh2+ Ke3 3.Rd1 f3 4.Qd2 mate;
ni tampoco 1.Qg7+? Kf2 (1...Kf3 2.Re1 Kf2 3.Qg1+ Kf3 4.Qg2 mate) 2.Rh2+ Kf3 3.Bxf5 Ke3 4.Qc3 mate.
2.Rh2! f3
3.Qc7 mate. Un problema de refinada factura, que brilla por la riqueza de sus ideas y mates diversos.
175. Decker, A.
Mate en 3
Si tiene usted todavía poco aguante a la hora de resolver estos problemas, ¿no será que su temperamento ya viene
marcado por la impaciencia? Dicho cuestionamiento no es gratuito... se lo dirige el mismísimo San Francisco de Sales
cuando escribe: «Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo». Sin una prudente dosis de esta
preciada cualidad, nunca podrá aspirar a enfrentarse a problemas como el que nos ocupa, un mate en 3 jugadas que
requiere un detallado examen previo. A modo de ayuda, le informo de que deberá «desviar su atención» para descubrir
la clave, que radica en una diestra jugada de espera. ¿Le ha quedado claro el prolífico mensaje contenido en estas
palabras? ¡Claro que sí! ¿...o que no?
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1.Qg3!
¿A quién se le ocurre abandonar el control de la columna «b» para ejercer otro efectivo control a distancia, a partir de la
tercera fila?
1...Kb4
Mayores facilidades da 1...Kb5 2.Qc3 a4 (2...Kb6 3.Qc5 mate) 3.Qc5 mate ¡El famoso mate de las charreteras!
2.Qd3 a4
3.Bd2 mate. Un problema cuya clave, una sutil maniobra de distracción, no es nada evidente.
1.Kh2!!
1...Kd1
Al mismo resultado llevan otras defensas: 1...Kf1 2.Qf3+; 1...Kf2 2.Qxd2+ Kf3 3.Qe2 mate, y 1...f3 2.Qe3+ Kf1
3.Qg1 mate.
2.Qd4! Kxc1
3.Qa1 mate. A pesar de lo que digan los «herejes», una brillante muestra del buen hacer de Galitzky.
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177. Campbell, J. G.
Mate en 3
¿Qué consejos se les puede dar a los antagonistas del problema de mate para que depongan su actitud, tan negativa
como simplista? A usted me dirijo personalmente, señor detractor: Si quiere entender algo los problemas, tendrá que
«cambiar de chip», ya que obedecen a otro tipo de lógica. Constituyen un reto de nuevo cuño, que se apoya en precisas
maniobras geométricas y la óptima administración del espacio-tiempo para lograr un fin único, ¡el mate! Por supuesto,
si fuera un ejercicio mecánico, no tendría interés alguno..., pero una composición sutil e ingeniosa le opondrá siempre
una feroz resistencia. ¡Qué placer indescriptible experimentará cuando vea, por fin, perfilarse LA ansiada clave! Habrá
sido premiada su capacidad de imaginación y cálculo, así como su tesón. Ahora, ¡inténtelo de nuevo!
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1.Kg4!! Una clave difícil y sorprendente: posibilita el acceso de la dama al punto «h2», sin entorpecer ni la segunda fila,
ni la diagonal «h2-b8». No bastaba 1.Be5? Kc4 2.Qb6 Kd3 3.Qb2 Kc4 (3...Ke3 4.Qe2 mate) 4.Qb5 mate.
2...Kc5 3.Qc7 mate ¡Imprevisible cambio de rumbo!; o bien 2...Kd3 3.Qe2 mate.
3.Qa2 mate. Nunca mejor dicho: ¡Una mujer que todo lo controla!
178. Keidanski, H.
Mate en 3
El mejor símil que se puede hacer con los problemas es compararlos con los delicados y complejos mecanismos de
relojería que se fabricaban en tiempos remotos: a menudo bastaba una mota para que dejasen de funcionar. En nuestro
caso, un ligero fallo de cálculo o una visualización imprecisa –de provocarla se encarga el compositor cuando saca
provecho de las «falsas intuiciones» y los «espejismos» que nublan la visión del solucionista–, nos pueden llevar
rápidamente a un callejón sin salida. La miniatura de Keidanski no es ninguna excepción: afine su vista, calcule con
precisión, y logrará aniquilar al fugitivo negro mediante ¡siete! figuras distintas de mate. Si no existen elementos
redundantes en los problemas, ¿cuál será la función del peón en «h4»?
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1.Qc3! Excelente jugada restrictiva. Un resultado muy distinto se obtiene con 1.Qe3? c3 2.Ne7+ Kd6 3.Nf5+ Kd7
(3...Kd5 4.Rc5 mate) 4.Qe8 mate.
1.Qc3! Ke4
Mal acaba la huida tras 1...Kc5 2.Rc7 Kd6 (2...Kb6 3.Qa5 mate) 3.Qe5 mate, o 1...Ke6 2.Qe5+ Kd7 (2...Kf7 3.Qf5
mate) 3.Rc7 mate.
2.Ne7 Kf4 3.Rxc4 mate. El mate más difícil de anticipar. Ahí está el guardián de «h4», vigilando «g5»...
1.Kg2!! Este Loyd es, con perdón, un impresentable: ¡siempre dando con la clave que uno menos espera! Esta vez con
una atrevida jugada de espera, en la que el rey blanco se expone directamente al jaque. 1...Nf8. La mejor defensa, como
lo demuestran las alternativas:
180. Mongredien, A. W.
Mate en 3
El humorista francés Coluche, a quien hemos aludido ya, nos da una definición muy peculiar: «Robar, es cuando alguién
encuentra un objeto antes de que se haya perdido». Si traspusieramos dicha fórmula a la condición del solucionista,
pasaría a ser: Hacer trampas, es cuando alguien encuentra la solución antes de haberla siquiera buscado. ¿Me he
expresado con suficiente claridad? Tras vencer la innoble tentación que le caracteriza –últimamente, se le nota poco
propenso al esfuerzo–, trate de averiguar LA clave de este atípico mate en 3 jugadas: enigmática, inesperada,
provocadora, (casi) incomprensible... he aquí unos cuantos apelativos que podrían servir para definirla con exactitud.
Ahora que la bola está en su campo, ¡a usted le toca mover ficha!
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1.Qc7!! La prueba de que uno debe vencer sus prejuicios: la dama se inmola y permite su captura CON JAQUE.
Conteste sinceramente ¿Logró encontrar esta jugadita? 1.Bb5+? Kb8;
1.Qe8+? Ka7 2.Bc6+ Kb6
1.Qc7!! Qxc7+
2.Bc6+
2...Kb8 3.Ra8 mate. Y el mate final por autoobstrucción. Una clave de lo más espectacular.
181. Shinkman, W. A.
Mate en 3
Según George Orwell, “Ver lo que tenemos delante de las narices requiere una lucha constante”. ¿Por qué?
Simplemente, solemos ver solo lo que queremos ver, o nuestra subjetividad no nos permite aprehender con veracidad lo
que nuestros ojos perciben, o por último, somos víctimas de prejuicios y espejismos que condicionan nuestra mirada.
Asimismo, una buena razón asistía a los hermanos Goncourt cuando escribieron: “Aprender a ver es el más largo
aprendizaje de todas las artes”. Especialmente, en ajedrez... ¡Cuántas veces hemos tenido la ocasión de omitir una
jugada evidente, que estaba ahí, justo delante de nuestras propias narices? Sin embargo, en esta miniatura de ***, la
clave ni es aparente, ni está al alcance de un juicio superficial... Lo acaba de entender: ¡tendrá que sufrir hasta descubrir
la extraña maniobra matadora!
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1.Qa2! En contra de lo que cabría pensar, la actividad de la dama se va a centrar en el flanco izquierdo del tablero. No
da los frutos esperados el intento 1.Qh3+? Kf7 2.Qd7+ Kf8 3.Qg7+ Ke8 4.Qe7 mate.
1.Qa2! Ke5
2.Qa4!
Un tipo de maniobra lateral y en diagonal que hemos tenido la ocasión de ver varias veces.
2...Ke6 3.Qe8 mate. Una miniatura compleja, con una clave bien camuflada.
182. Shinkman, W. A.
Mate en 3
Ahondando en el tema de la visión, que acabamos de abordar, podríamos añadir con el escritor galo François Mauriac:
«No vemos más que lo que estamos acostumbrados a ver», o con Baltasar García: «No todos los que ven han abierto los
ojos». Razones por las cuales los ajedrecistas siempre sufrimos para evaluar «objetivamente» los elementos que
conforman una posición determinada. En este sentido, los problemas y estudios artísticos suponen una gran ayuda, ya
que nos obligan a sopesar con precisión los más mínimos detalles, so pena de hacernos pasar al lado del mate buscado.
En la miniatura que Shinkman le propone, ¿sabrá hallar la maniobra precisa que permite descubrir tres figuras de mate
distintas?
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1.Bd1! Un cambio de rumbo bastante drástico, y un tanto extraño. Nada concreto daba 1.Bh5? Kxb4 (o 1...Kd5? 2.Qf4
Kc6 (2...Ke6 3.Bf7 mate) 3.Bf3 mate) 2.Bf7 Ka4 3.Qb3+ Ka5 4.Qa3 mate.
1.Bd1! Kxb4
La captura es la defensa de mayor resistencia. En caso de 1...Kd5, 2.Qf4 Kc6 (2...Ke6 3.Bb3 mate) 3.Bf3 mate.
2.Qc1!
Excelente movimiento de restricción, difícil de prever, que encaminará al fugitivo hacia el «refugio-tumba» de «a5».
183. Szabo, G.
Mate en 3
¿Qué es exactamente una entrega de material? Algún comentarista jocoso llegó a afirmar que, si la entrega no sirve o es
castigada en vivo, se trata de un vulgar error, y punto. Pero si acaso funciona –aunque no resulte correcta– y queda sin
refutar, entonces merece el digno nombre de «sacrificio»... Volvamos a la seriedad que se merece un buen problema de
ajedrez. La miniatura que está a punto de resolver presenta, como muchos otros ejemplos de esta antología, un
sacrificio de pieza... ¡que brilla por su corrección! En efecto, dicha entrega le permitirá asestar cuatro mates diferentes
al rey negro, el cual parece estar vagando sin rumbo en el mismo centro del tablero. Ahora que dispone de tan valiosa
pista, solo le queda lo más dificil: averiguar la clave de este hermoso mate en tres.
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1.Qf2! ¡La única jugada válida! Requeriría una jugada más el rutinario ensayo 1.Qg3? Kf5 2.Ne7+ Ke4 3.Bf4 e5 4.Qe3
mate.
1.Qf2! Kxe5
Aceptando la pieza sacrificada, como es de rigor. No evitaban el mate ni 1...Kd3 2.Ne7! Ke4 3.Qe2 mate, ni 1...Kd5
2.Qe2 Kc6 3.Qxb5 mate, el esquema más clásico de mate con dama y alfil.
2.Nf6
184. Bayersdorfer, A.
Mate en 4
Como estamos acercándonos al final del capítulo de ***, ha llegado el momento de prepararle para el último apartado
de esta antología, que no debe pillarle desprevenido. Imagine ahora que se halla ante un «problenigma», e ignora el
número de jugadas en que tiene que resolverlo... Guiado por su escasa experiencia, opta por el ensayo 1.Kh4? y,
después de 1...f5, –se ha dado cuenta de que 1...f6? es inferior debido a 2.Bg4 f5 3.Ne2 mate– percibe un mate en seis
tras 1...f5 2.Ne2+ Kf3 3.Bc6+ Kf2 4.Ng3 f4 5.Re2+ Kg1 6.Rg2 mate. ¿Conclusiones? La variante encontrada es tosca
y nada interesante. Debe haber una continuación más corta e ingeniosa: se trata de un mate en 5 o en 4 jugadas. ¡Ha
dado en el clavo!... (gracias a mi perspicacia, no lo olvide). Resuelva este mate en 4, y pronto constatará que la clave es,
además de sorprendente, precisa y preciosa.
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1.Bf5!
1...f6
La alternativa 1...Kg5 da paso a dos vistosos mates con 2.Rxf7 Kf4 (si 2...Kh6, 3.Ne6 Kh5 4.Rh7 mate) 3.Nf3! Kxf3
4.Bd3 mate.
2.Be4 f5
3.Nf3!
3...fxe4 4.Rf7 mate. Sin duda alguna, la figura de mate que ofrece mayor resistencia, y es por lo tanto más imprevisible.
185. Loyd, S. – Bell´s Life in London 1867
Mate en 4
Ahora que conoce mejor la esencia de los problemas más complicados, habrá podido percatarse de que la clave rara vez
se encarga de plantear una amenaza directa: opta más bien por ocultarse tras una jugada tranquila o de espera –a
primera vista enigmática– que restringe las posibilidades del rey adverso o la movilidad de una pieza que podría acudir
en su defensa. Sin quererlo, –debería aplicarme más a menudo la famosa real sugerencia ¿por qué no te callas?– le he
proporcionado un claro indicio que le será muy provechoso a la hora de buscar la clave de este excelente problema, otra
creación del inagotable Sam Loyd. Ya no tiene excusas para tirar la toalla: ¡a trabajar!...o ¡a secarse el sudor!, como
prefiera...
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1.Rff6! La mencionada jugada limitadora, que defiende la torre de «b6» a la vez que restringe el campo de acción del
alfil negro. Tarde llegaban los ensayos 1.h4? Bc7 2.Rg6 Bh2 3.Rg2 Bg3 4.Rgxg3 Kh2 5.Rh3 mate;
y 1.Rg6? Bc7 2.Rg1+ Kxh2 3.Rg2+ Kh1 4.Rh3+ Bh2 5.Rhxh2 mate.
1.Rff6! Bc7
Poco queda por hacer, al no servir ninguna de las capturas de las dos torres. Al mismo resultado conduce 1...Be7
2.Rbd6! Bxd6 3.Rxd6 Kxh2 4.Rh6 mate
Al rey le queda solo una opción: salir al fresco mediante la captura de “h2”.
4.Rh6 mate.
186. Patzak, F. X.
Mate en 4
Hartos de ser perseguidos, arrinconados, hostigados, importunados, vejados y vilipendiados –¡uf!, basta ya– en los
problemas, los monarcas negros han decidido elevar su clamor popular al unísono para que cese el feroz maltrato del
que son el objeto constante. Unidos en asamblea, han ultimado los estatutos de la S.P.R.A. (Sociedad Protectora de
Reyes Acosados) y contratado los servicios de un buen abogado para que asuma, por fin, su defensa en contra de los
implacables compositores. Y en particular, contra Patzak, cuyo mate en 4 constituye la gota que ha colmado el vaso. En
su miniatura, en efecto, la dama blanca se vuelve intratable y no da tregua al fugitivo negro, ensañándose con él en
varias zonas del tablero. Reproduzca la batida, que finaliza tras 4 jugadas precisas.
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1.Qa8!!
1...Kd4
Al mate inevitable conducen igualmente 1...Kb4 2.Qc6 Ka3 3.Qc3+ Kxa4 4.Bc6 mate, y también 1...Kb6 2.Qc6+ Ka5
3.Qb5 mate.
O 3...Kf5.
1.a3!!
1...Kc3
1...h3 2.Kh1 h2 3.Qg5! Ésta ya no lo es tanto... 3...Kc3 4.Qg2 Kc4 5.Qc6 mate.
2.Qe2 h3 3.Kh1!!
3...h2 4.Qg2
4...Kc4 5.Qc6 mate. Una miniatura extremadamente dificil de resolver. Hizo bien en hojear la clave...
1.Qh8!! Curiosamente, la solución pasa por el control de la gran diagonal. 1...Rc4+ No hay una clara línea principal,
pero todas las defensas posibles fracasan. Veámoslas:
2.Kb3+ Rc3+
3.Qxc3+ Kb1 4.Qb2 mate. Un problema en el que el solucionista debe dedicar el 99% de sus esfuerzos en hallar la
extraña clave. El resto es fácil.
1.Qa5!
1...Bd5
2.Qb4+! Kxe5
3.Qf4 mate. Una buena demostración de lo que son capaces una dama y una torre bien coordinadas.
190. Herlin, T.
Mate en 4
Además de ser el fundador de la tragedia griega, Esquilo destacó también como filósofo y moralista, afirmando la
preeminencia de la justicia sobre la ley, y del espíritu sobre la fuerza. Con la potencia de su verbo, le dirige a usted,
devoto ajedrecista, el consejo siguiente: «No es sabio el que sabe muchas cosas, sino el que sabe cosas útiles». Y como
su conocimiento de los problemas es aún –con perdón– limitado, le voy a aclarar ciertas cosas que le resultarán útiles
para resolver la centenaria miniatura del francés T. Herlin (1817-1889). En primer lugar, debe saber que la vocación de
una pieza es... ¡el sacrificio! por la causa. A modo de pista adicional, le recuerdo que la octava fila suele servir de
tumba a numerosos reyes acosados. Cuando no es una barrera de peones propios... La persecución ¡acaba de empezar!
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1.Rh5!! Espectacular entrega, que hace a la vez de jugada de espera. En todas la variantes llega tarde el ensayo 1.Re7?
Kf5 (1...Kg5 2.Qg7+ Kf4 3.Qf6+ Kg4 4.Rg7+ Kh3 5.Qh6 mate) 2.Qe5+ Kg4 3.Kxg2 Kh4 4.Qxg3+ Kh5 5.Rh7
mate.
1.Rh5!! Kxh5
La jugada de alejamiento 1...Kf7 lleva a varios mates forzados después de 2.Rh6! Kg8 (Ke7) (si 2...Ke8, 3.Rh7 Kd8
4.Qb8 mate; y en caso de 2...Kf8, 3.Rh7 Kg8 4.Qh8 mate) 3.Qb7 Kf8 4.Rh8 mate.
2.Qg7 Kh4
Apresado en la banda de la columna “h”, el rey negro se encamina directamente hacia el cadalso de “h3”.
191. Kling, J.
Mate en 4
Para el psicólogo Gary Marcus, profesor en la Universidad de Nueva York, «lo que hace interesantes a los humanos no
es el hecho de las palabras en sí mismas, sino poder aprender y crear nuevas palabras». ¿Percibe usted la similitud con
el noble juego? El ajedrecista con cierta experiencia ya se halla capacitado para idear un sinfín de maniobras en el
tablero, y es precisamente esta gran libertad creativa la que alimenta su interés por el rey de los juegos. Este clásico
problema del británico Joseph Kling (1811-1876) le brindará la oportunidad de constatar que la imaginación de los
compositores no tiene límites. Por ello, deberá utilizar a la vez la lógica y la fantasía si desea dar con la maniobra
matadora de la dama, tan extraña como efectiva.
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1.Qh4! Se inicia la zigzagueante maniobra de dama con la defensa del peón «a4». No lograba el mismo fin 1.Qf4? Ka6
2.Qb4 Ka7 3.c6 Ka6 4.Qb5+ Ka7 5.Qb7 mate.
1.Qh4! Ka6 2.Qh7! Ahora se trata de impedir al rey el acceso a la 7a fila. 2...Ka5 3.Qe4! Desde la casilla central «e4»,
la etílica dama vuelve a proteger su peón «a» la vez que se sitúa en la gran diagonal. 3...Ka6 4.Qa8 mate. No estaba
tan beoda la dama, pues logró su propósito en solo 4 jugadas, y sin pisar la raya central de la carretera...
192. Pierce, J.
Mate en 3
Para introducir este último ejercicio de ***, he seleccionado una irónica –y ¡cuán actual!– cita del neurosicólogo
norteamericano Skinner: «El auténtico problema no es saber si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres».
Espero sinceramente que todas las composiciones a las que ha venido enfrentándose hasta ahora le hayan aportado
elementos instructivos para aprender a «pensar» la clave. Por ejemplo, tras echar un simple vistazo a esta miniatura de
Pierce, usted no necesita siquiera pensar para saber lo que la posición le pide a gritos: ¡dar un respiro al ahogado rey
negro! Y como ya tiene un cierto bagaje a sus espaldas, intuye que debe soltar lastre con una jugada certera de la dama,
pero... ¿cuál? (Contésteme con franqueza: ¿quién está pensando en voz alta aquí?.... ¿usted, o yo?).
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1.Qa3!! La casilla menos previsible y más alejada, por supuesto..., pero es la única que permite a la dama el acceso al
vital escaque «e7» sin abandonar el control de la 3a fila. 1.Ke2? Kxg4 2.Qe5 Kh3 3.Kf2 Kh4 4.Qg3 mate.
3.Qe3 mate.
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Problenigmas
Mate en ?
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1.Rg8!! Una jugada larga cuyo propósito no es (aún) claro –usted había probablemente dado con el mate en 5 jugadas–
1.Rg4? Kh5 2.Kg8 Kh6 3.Kf7 Kh5 4.Kf6 Kh6 5.Rxh4 mate.
1.Rg8!! Kh5 2.Kg7! Típica maniobra real antiahogo. 2...Kg5, aprovechando el respiro para... respirar. 3.Rf8 Kh5. El
paseo ha terminado, y hay que volver a casita... 4.Rf5 mate.
194. Cook, E.
Mate en ?
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1.Rf6! Cortando de cuajo el último paso del alfil hacia la libertad, y la oxigenada diagonal. No valía 1.Rc5? Bf8!,
ni 1.Rh7? (Rf7) 1...Bh6! Ahora, escudado por su fiel y sumiso servidor, el rey negro deberá perecer en las casillas «f8» o
«h8».
1.Rf6! Bf8
No aportaban mejora las opciones 1...Bh8 2.Rxh8+ Kxh8 3.Rf8 mate, 1...Bxh6 2.Kxh6 Kh8 3.Rf8 mate, ni 1...Bxf6
2.Kxf6 Kf8 3.Rh8 mate.
2.Rh8+! Kxh8 3.Rxf8 mate. Un par de torres acosadoras son demasiado para un rey y un alfil confinados.
1.Qb1! ¡Jugada lógica y esperada! Había que dar una casilla de escape al casi ahogado rey negro, y a la vez seguir
defendiendo el valioso candidato de «h7». 1...Kg7 2.Qf5 Kh8 3.Qh5 ¡Da gusto, por una vez! Todo esto es
absolutamente forzado. 3...Kg7 4.h8=Q mate. ¡Este mate sí que lo descubrió!... ¿o no?
Mate en ?
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1.Qf6! La jugada precisa, que otorga la máxima movilidad por las casillas negras a la dama negra. 1...Kh2 La
alternativa 1...Rh2 acortaría la solución, como se verá más tarde. 2.Qh4+ Kg1 3.Qf4! La segunda jugada tranquila, que
agarrota aún más la movilidad de las piezas negras. 3...Rh2 4.Qd4+ Kg2 5.Qg4 mate por autobloqueo: el alfil y la
torre han resultado ser tan útiles como un coche sin ruedas.
Mate en ?
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1.Qe5! Buena jugada inmovilizadora, que clava el peón de “f5” e impide la huida del rey por “f4” o “f6”, 1...Kh4
3...f4
¡Zugzwang!
4.Qg1+!
4...Kf5
198. Geary, W.
Mate en ?
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1.Qa3! Esta jugada larga de dama es la única que posibilita el control de la diagonal «a3-f8» y, sobre todo, del punto
esencial «f8», tal como lo demuestran los 3 ensayos siguientes, que quizás usted encontró el camino:
a) 1.h7? Ke7 2.h8=Q Kf7 3.Qd7+ Kg6 4.Qf5 mate.
b) 1.b7? Ke7 2.b8=Q Kf7 3.Qf5+ Ke7 4.Qbf8 mate.
c) 1.Kc6? Ke7 2.Qd7+ Kf8 3.b7 Kg8 4.Qg7 mate.
1.Qa3! Kc8
1...Kd7 2.Qf8 Ke6 3.Qe8 mate; 1...Ke8 2.e6 Kd8 3.Qf8 mate.
2.Kc6
2...Kd8
2...Kb8
3.Qf8 mate. Un problema que demuestra bien las posibilidades geométricas de la dama en el tablero.
199. Gold, S. – Lasker´s Chess Magazine 1904
Mate en ?
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1.Rc2! Por muy incolora que pueda parecer, esta es la única solución al ingenioso, y aparentemente sencillo, problema
planteado por el Dr. Gold. La evidente 1.Ra2+? Kb8 2.Kxb6 Kc8 3.Rd2 Kb8 4.Rd8 mate, precisa de una jugada más
que la clave para alcanzar el mate.
1.Rc2! Kb8
No valen: 1...Ka8 2.Kc7 Ka7 3.Ra2 mate y 1...b5 2.Kc7 Ka6 3.Ra2 mate; 1...Ka6 2.Ra2 mate.
2.Kxb6
Aquí es donde aparece el fundamento de la clave 1.Rc2, que impide la fuga del rey por «c8».
2...Ka8 3.Rc8 mate. Un “problenigma” simple y ameno. Pero, reconózcalo, ¡algún esfuercito le ha costado!
200. Gold, S.
Mate en ?
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1.Rg2! Aquí, y a ningún otro lugar de la columna «g»: en «g2», la torre quedará finalmente protegida por el alfil blanco.
1...Kf4 2.Ke6 f5. No hay que pensar, ya que todo es forzado. 3.Kd5! Aparece ahora la segunda clave: evitar el ahogo
del rey enemigo mediante una maniobra que no es sino un Tema Indio. 3...Kf3 4.Ke5 mate. La descubierta final con
mate, marca de la casa de cualquier Tema Indio. Un problema simple, pero efectivo.
201. Hane, J.
Mate en ?
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1.Qg2! ¿Logró encontrar esta clave, compleja por la cantidad de alternativas existentes ante un Rex Solus? Las demás
alternativas, 1.Qf7+? Ke3 2.Re6+ Kd3 3.Qf2! Kc3 4.Re3 mate;
1.Rf6+? Ke3 (1...Kg4 2.Qg2+ Kh5 3.Rf3 Kh4 4.Rh3 mate) 2.Rf3+ Ke2 3.Qd3+ Ke1 4.Rf1 mate, no servían, al requerir
4 jugadas.
1.Qg2! Ke5
A 1...Ke3, 2.Rh4 Kd3 3.Rh3 mate. En esta variante, la dama controla el escaque esencial «e4»; 1...Kf5 2.Kd4 Kf4
3.Rf6 mate.
2.Qf1!
El sutil complemento de la clave: la dama le veta al rey el paso por la columna “f” a la vez que controla la esencial
casilla “d3”.
2...Ke4 3.Re6 mate. Un problema difícil de resolver para la mente humana, y pan comido para el amigo de silicio Fritz.
Mate en ?
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1.Kf4! En este “baby” (miniatura de 5 piezas o menos), inspirado por el famoso problema de Samuel Loyd (1856), la
clave dista de ser evidente. ¿Quién podría imaginar que el alejado monarca va a desempeñar un papel fundamental en la
busca y captura de su colega? La alternativa 1.Kd4? Kf6 2.d8=Q+ Kg6 3.Qg2+ Kf7 (si 3...Kf5, sigue 4.Qe4 mate)
4.Qgg8 mate era más floja, por supuesto.
1.Kf4! Ke6
Si 1...Kd8, entonces 2.Qd5 Ke7 (2...Kc7) 3.d8=Q mate ¡Como en el modelo citado antes! (ver el problema 95 en
Problemas para Gente sin Problemas de R. Mayer, La Casa del Ajedrez, 2003) Si no lo ha hecho, adquiéralo: ¡le
gustará!; Y en caso de 1...Kf6 2.d8=Q+ Ke6 (2...Kg6 3.Qg5 mate) 3.Qdb6 mate.
2.d8=R!
¡Solo ahora se entiende la razón de Kf4!: el rey negro no podrá escapar por el flanco oriental.
2...Kf6 3.Rd6 mate. Una miniatura “bebé” de 4 piezas, con harto contenido...
Mate en ?
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1.Rd2! Entre las numerosísimas posibilidades presentes, esta jugada de torre resulta ser la única para alcanzar el mate
más rápido, en 4 jugadas. Desde «d2», la torre controla la casilla esencial «d6». Como se puede observar a
continuación, las demás posibilidades son peores: 1.Rg6? Bd6 2.Rg1+ Kh2 3.R1g5 Kh1 4.Rxd6 Kh2 5.Rh6 mate;
1.Rg1+? Kh2 2.R5g2+ Kh3 3.Rg6 Kh2 4.R1g5 Be7 5.Rh6 mate.
1.Rd2! Be7
Tampoco servían las alternativas 1...Bb4 2.Rd7 Be7 3.Rxe7 Kh2 4.Rh7 mate; 1...Bh6 2.Rh5+ Kg1 3.Rxh6 Kf1 4.Rh1
mate; 1...Bg7 2.Rd1+ Kh2 3.Rxg7 Kh3 4.Rh1 mate.
2.Rb5 Bc5
En todas estas piruetas a cargo de torres y alfil, éste último acaba siendo capturado en 6 casillas distintas.
3...Kg1 4.Rc1 mate. Sin 1.Rd2!, esta cascada de mates en 4 no sería posible.
204. Hultberg, H.
Mate en ?
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1.Re5! La única jugada en columna abierta que hará factible la doble maniobra Re4-h4 mate o Re1 mate. Las demás
jugadas retrasan el mate. La peor es 1.b6?? Kh1 2.b7 Kh2 3.b8=Q+ Kh1 4.Qa8+ Kh2 5.Qg2 mate.
Los dos últimos ensayos son algo mejores, pero tampoco bastan: 1.Rf5? Kh1 2.h4 Kh2 3.Rf3 Kh1 4.Rh3 mate;
1.Rc5? Kxh3. La sutileza de este ligero problema: desde la columna «c», la torre no puede realizar la maniobra Rc4-h4
debido a la presencia obstructora de su peón en la casilla «d4». 2.Kf3 Kh2 3.Rc1 Kh3 4.Rh1 mate.
1.Re5! Kxh3
1.Kd2! Una dama necesita siempre el concurso del rey para dar mate, razón de esta rápida movilización. Muchísimo
peor resultaba la alternativa de ensayo 1.Qe2? b2 2.Qa6+ Kb1 3.Qc4 Ka1 4.Qa4+ Kb1 5.Ke1 Kc1 6.Qd1 mate.
1.Kd2! b2
A 1...Kb2, 2.Qe2! La clave de la maniobra blanca: desde «e2», la dama controlará la 2a fila , así como el punto «a6».
2...Ka3 3.Kc3 Ka4 (3...b2 4.Qa6 mate) 4.Qa6 mate; 1...Kb1 2.Kc3 Ka1 3.Qe2 Kb1 4.Qb2 mate; 1...Ka2 2.Kc3 Kb1
3.Kxb3 Kc1 4.Qe1 mate.
2.Qa6+ Kb1 3.Kc3 Kc1 4.Qf1 mate. En este caso, si ha escogido bien la clave, todos los caminos le han debido de
llevar, no a Roma, sino al mate en 4. Un problema «baby» de interesantes posibilidades, y ejemplo idóneo de
«problenigma».
1.Rg7! El único movimiento apropiado de torre, ya que la casilla «g6» debe quedar libre para un salto de caballo, como
se verá a continuación. 1...Kf4 2.Ne7!, prohibiendo la casilla «f5» al errante monarca negro. 2...Kf3 3.Ng6! Y ahora,
la casilla «f4» queda vetada, con lo cual el rey no tiene otra opción que penetrar, contra su voluntad, en el corredor de la
muerte. 3...Kg3 4.Re3 mate. Un hermoso mate «suspendido» que ya hemos tenido la ocasión de ver anteriormente.
¿Aprobó o suspendió?
1.Ka2! ¿Forma usted parte del 99% de los ajedrecistas «normales» –si es que existen– que hallan un mate en 7 en esta
posición? Por ejemplo, con ensayos que se escapan de las manos, como 1.Qg7? Kb8 2.Kb2 Kc8 3.Kc3 Kd8 4.Kd4
Kc8 5.Kc5 Kb8 6.Kc6 Ka8 7.Qb7 mate,
o bien 1.Qb5? Ka7 2.Kb2 Ka8 3.Kb3 Ka7 4.Kb4 Ka8 5.Kc5 Ka7 6.Kc6 Ka8 7.Qb7 mate.
1.Ka2! Ka7 2.Ka3 Ka6 3.Ka4 Ka7 4.Ka5 Ka8 5.Kb6 ¡Esta es la segunda clave que hace toda la diferencia! Si la ha
descubierto, felicidades... Ya forma parte del 1% restante, de la élite que «piensa» y no mueve madera... 5...Kb8 6.Qh8
mate. Muy sencillo, pero no tanto...
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208. Larsen, P. A.
Mate en ?
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1.Kg7! La jugada más ambiciosa, ya que las dos torres trabajarían en el vacío sin la colaboración de su rey. Se tarda dos
jugadas más, que ya es decir, procediendo con movimientos como 1.e3? Kf6 2.Rf4+ Ke6 3.Kg6 Ke7 4.Re4+ Kf8
5.Rd8 mate.
1.Kg7! Ke5
A 1...Ke6, 2.Rd5 Ke7 3.Re5 mate, y a 1...Kg5, 2.Rf1! Un tipo de jugada «cortante» que hay que conocer y aplicar en
los finales de torres contra rey. 2...Kh5 3.Rf5 mate.
2.Kg6 Ke6 3.Re4 mate. Con las maniobras exactas, se alcanza el mate en 3... ¿Lo había usted conseguido? Por una vez
al menos, ¡sea sincero!
209. Leopold, R.
Mate en ?
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1.Qd3! Ésta es la jugada precisa que ahorra un tiempo en la consecución del mate... Los demás ensayos «lógicos»
retrasan el mate. Por ejemplo:
a) 1.Kf4? gxh3 2.Qf2+ Kh1 3.Kg4 h2 4.Qf1 mate.
b) 1.Bf1? h3 2.Qf2+ Kh1 3.Qg3 h2 4.Qg2 mate.
c) 1.Bxg4? Kg2 2.Qf3+ Kg1 3.Bh3 Kh2 4.Qg2 mate.
1.Qd3! gxh3
Obligado, ya que 1...g3 2.Qf1 g2 3.Qxg2 mate, y 1...Kg1 2.Qf1+ Kh2 3.Qg2 mate no resuelven nada.
1.Qf8+ Ke1 2.Qd6! Jugada de aproximación al rey negro que controla la salida, la columna «d». 2...Kf2 3.Qf4+ Ke1
4.Qd4! El control sigue tan férreo, pero la dama se va aproximando. 4...Kf1 5.Qg1 mate. Protagonizada por la
hiperactiva dama blanca, una interesante alternancia de jaques y de jugadas de espera inmovilizadoras. Por ser obra del
sagaz Sam Loyd, una miniatura bastante fácil de resolver. Supongo que habrá hallado la solución sin mayores
dificultades. Si no es el caso, le sugiero que se pase al dominó..., que dominará sin duda alguna.
211. Loyd, S.
Mate en ?
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1.Rc3!
1...Kxe5 2.Rd3
2...Kf4 3.Re3
¡Toma restricción! Esto ya es el colmo del control sobre un rey vagabundo, que solo desea gozar de un paseo en campo
abierto.
3...Kg5 4.Re5+
4...Kh4
5.Rh5 mate. ¿Había descubierto por sí sólo la maniobra castradora de la torre, o alguién tuvo que soplársela, en esta
misma página?
Mate en ?
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1.b3! Una sutileza que tiene suma importancia... Cualquier otro movimiento retrasaría el mate. Por citar una línea,
veamos la siguiente: 1.Nd7? Ka7 2.Nc5 Ka8 3.b4 Ka7 4.b5 Ka8 5.a5 Ka7 6.b6+ Ka8 7.b7+ Ka7 8.b8=Q mate.
1.b3! Ka7 2.b4 Ka8 3.b5 Ka7 4.b6+ Ka8 5.b7+ Ka7 6.Nc6+ Ka6 7.b8=N mate. Ésta es la gran diferencia entre un
solucionista «del montón», que aquí logra invariablemente el mate en 8, y un delicado buscador, que lo consigue en 7.
¿A qué clase pertenece usted? No es preciso que conteste...
213. Meyer, H. F. L.
Mate en ?
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1.Rg1! La jugada tranquila que otorga autonomía a las torres para que no se entorpezcan entre sí. Si 1.Rg8?, el mate se
retrasa una jugada: 1...Ke3 (1...Kf4? 2.Rh3 Kf5 3.Rf3 mate) 2.Rg3+ Kf4 3.Rhg2 Kf5 4.Rf2 mate.
1.Rg1! Ke3
2.Rf1!
2...Kd3 3.Rf3 mate. El mate en 3 es un buen resultado. ¿Lo consiguió ...en 4,...o 5?
1.Rg8! Resulta curioso, y hasta sorprendente, que la torre blanca deba inmolarse a la fuerza en esta posición abierta.
Otra jugada no obtendría los mismos resultados. Veamos: 1.Re8? Bg8 2.a8=Q+ Ba2 3.Kxc2 g5 4.Re1 mate.
1.Rg8! Bxg8
La captura es obligada, ya que el alfil debe necesariamente proteger a su rey en «a2». No basta la alternativa 1...Ka2
2.Rb8! Ka3 3.a8=Q mate.
2.a8=Q+ Ba2 3.Qh8 mate. ¡Esta es la gran y sutil diferencia! Habiendo desaparecido la torre blanca de la octava fila, la
dama blanca puede acceder a la esquina matadora de «h8» sin pérdida de tiempo. Un ejemplo muy instructivo, con una
evidente lección: en ajedrez, conviene a veces ser generoso y entregar las piezas que no solo no sirven, sino que
estorban.
1.Ke3! ¡Una clave de lo más original! El rey blanco no intervendrá directamente para administrar el mate, pero
permitirá que su dama no abandone la casilla óptima en la que se encuentra. Es probable que usted haya buscado (¡y
hallado!) los tres ensayos lógicos, atractivos , pero insuficientes que siguen... ¿No es así?
a) 1.Qg2? Kxh4 2.Kf3 Kh5 3.Kf4 Kh6 4.Qg5 mate.
b) 1.Kg1? h6 2.Qf5+ Kxh4 3.Kh2 h5 4.Qf4 mate.
c) 1.Qf5+? Kxh4 2.Kf3 h5 3.Qf4+ Kh3 4.Qg3 mate.
1.Ke3! h6
El rey negro se va quedando sin tiempos: una enfermedad que se paga muy cara en el tablero... 1...Kh6 2.Qg2 Kh5
3.Qg5 mate.
2.Kf4
Con esta hábil intercepción, el rey provoca una apertura de líneas que se volverá letal sin tardanza.
1.b3! Aunque previsible, esta clave permitirá brillantes desenlaces. Las demás opciones son inferiores, y producen
mates más bien triviales y sosos... 1.Qb3+? Kf2 (1...Ke2 2.Bc5 Ke1 3.Ra1+ Kd2 4.Qd1 mate) 2.Rd4 Ke1 3.Qc2 Kf1
4.Rd1 mate;
1.Rf4+? Ke3 2.Bc5+ Kd2 3.Rf2+ Kd3 4.Qd5 mate.
1.b3! Ke3
1...Kg3 2.Rh4! El sacrificio de encaminamiento que liquida el problema. 2...Kxh4 (2...Kf3 3.Rh3 mate) 3.Qh2 mate.
2.Rd4!
2...Kxd4
217. Shinkman, W. A.
Mate en ?
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1.Ke5!
La idea de esta peregrina peregrinación del rey es perder tiempos, pero conservando el control de las casillas por las que
puede escapar el rey negro.
1...d5
En caso de 1...d6+, sigue 2.Kf4 d5 (si 2...Kd4, entonces 3.Ne1 d5 4.Nf5 mate, por autobloqueo del rey de las negras)
3.Ne1+ Kd4 4.Nf5 mate.
2.Kf4 d4
3.Ke5!!
¡Una jugadita que se las trae! Si no la ha previsto, queda enteramente disculpado. Un retroceso de lo más efectivo.
3...dxe3 4.Ne1 mate. Y éste es un mate con autobloqueo que resulta bastante difícil de anticipar, ¿a que si?
1.Qd1! La única jugada correcta, que veta la casillas “b3”, “d3” y “d5” al fugitivo negro. No era suficiente la alternativa
1.Qe2+?, debido a 1...Kb3! (y no 1...Kd5?, por la respuesta 2.Qg4! Kd6 3.Qd7 mate) 2.Nd4+ Kxa4 3.Qb2 Ka5
4.Qb5 mate.
Un buen movimiento tranquilo en el centro del tablero que protege el caballo de “a4” y prohíbe el paso a la 4a fila.
2...Kxc6
219. Shinkman, W. A.
Mate en ?
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1.Rd6! Si el candidato “e” desea coronar cuanto antes, la torre deberá seguir defendiendo el alfil que está en la casilla
“b6”. 1...Ka6 2.e6 Kb5 3.e7 Ka6. El rey de las negras sólo dispone de las dos casillas “a6” y “b5” para su paseo
matinal, razón por la cual hay que coronar en este momento, pero caballo. Veamos: 4.e8=N! Kb5 5.Nc7 mate. Una
solución sencilla y práctica. No exagero si afirmo que... ¿estaba a su alcance? ¡Ya tiene el título de M.I. (Maestro
Intrascendente)!
1.Bh7!! El largo retroceso del alfil por la diagonal “b1–h7” presagia la existencia de un Tema Indio antiahogo, que se
encuentra muy oculto en la posición inicial. Obviamente, era peor la alternativa 1.Bd1?, debido a la respuesta 1...Ka1
2.Kb3 a2 3.Rd6 Kb1 4.Bc2+ Ka1 5.Rd1 mate, que consigue el mate, pero en una jugada más.
1.Bh7!! Ka1 2.Kb3 a2 3.Rg6! Este fino movimiento de torre anula por completo la tabla de salvación del rey de las
blancas: el ahogo. 3...Kb1 4.Rg1 mate. El Tema Indio ha funcionado a la perfección, ya que la descubierta trae consigo
el mate en cuatro jugadas.
Mate en ?
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La clave veta la columna “g” a las andanzas del rey negro y posibilita una acción futura de la dama en la columna “h”.
1.Qg8! No conduciría al mismo resultado 1.Qf4? Bc1 2.Qf5 Bg5 3.Qf2+ Kxg4 4.Qf3+ Kh4 5.Qh3 mate.
Si 2.Qe6?, 2...Bf6! (y de ningún modo 2...Kg5? 3.Qf5+ Kh6 4.Qh5 mate) 3.Qf5 Bg5, y no hay mate a la vista.
2...Bf6! La mejor defensa, aunque las demás posibidades también conducen al mate en 4 jugadas:
3...Kg5 4.Qh5 mate. Esta vez, mate con autobloqueo del alfil negro. Una miniatura de rico contenido, con muchos
recovecos.
Mate en ?
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1.Qc3! La entrega de la dama, que libera la 2a fila para la torre, constituye la única solución a este problema,
aparentemente sencillo. Como pasamos a ver, los demás intentos no daban nada si las negras optaban por una defensa
correcta:
a) 1.Qg2? Bg3 (1...Bh4 2.Qg6 mate).
b) 1.Qh2+? Bh4.
c) 1.Qc1? Bh4 (1...Bd2 2.Qh1 mate).
d) 1.Qb2? Bd2 (1...Bc3 2.Qh2 mate; 1...Kh4 2.Qh2 mate; 1...Kh6 2.Qh8 mate).
1.Qc3! Bxc3, La captura es obligada, ya que hay que evitar las amenazas simultáneas de mate de la dama en «h8» y
«h3», y las otras defensas no resuelven el problema del acorralado monarca negro.
2.Rh2 mate. Sobrecargado, es decir, superado por los acontecimientos, el alfil negro no alcanza a detener todas las
amenazas blancas de mate en las columna «g» o «h». Una miniatura «baby» que el solucionista debe manejar con gran
precisión si desea desbaratar el sinfín de líneas defensivas que contiene. Además, el hecho de resolverlo como
«problenigma» añade un poco de sal al asunto. Si lo ha conseguido, puede ya considerarse como un solucionista... ¡»en
vías de solución»!
Adam, R. 159
Armstrong, J. 131
Aspa, S. 15
Behting, C. 174
Beuthner, R. 81
Berger, J. 193
Brenander, O. 83
Breuer, J. 116
Burmeister, A. 114
Charlick, A. 2
Cheney, G.N. 57
Clausen, S. 77
Collinson, R. 135
Cook, E. 194
Corrias, A. 86
D´Orville, P.A. 12
Davies 20
Decker, A. 21, 175
Dobrev, M. 195
Dubbe, F. 139
Ehrenstein, M. 22
Eisele, H. 140
Elson, J. 168
Erlin, K. 127
Fitch, C.L. 54
Fridlizius, J. 93
Galitzky, A.W. 23, 24, 43, 63, 94, 95, 96, 142, 144, 145, 166, 176, 187, 189, 196, 197
Geary, W. 198
H. A. 75
Hane, J. 201
Hartlaub, K. 202
Havel, M. 203
Healey, F. 218
Herlin, T. 190
Horn, C. 97
Hultberg, H. 204
Iversen, I. 99
Jäderin, C. G. 65
Jensen, W. 148
Jespersen, J. 26
Juozenas, R. 205
Keeble, J. 27
Keidanski, H. 178
Klark, D. 56
Kling, J. 191
Kolodnas, Z. 207
König, A. 98
Kos, J. 55
Kubbel, E. 103
Kubbel, L. 72
Kuhn, W. 44
Kvicala, A. 101
Lehner, H. 62
Leopold, R. 209
Lester, W.E. 66
Loyd, S. 3, 30, 41, 64, 84, 104, 105, 106, 169, 170, 179, 185, 188, 210, 211
Magner, S. 31, 47
Mandler, A. 212
Maximov, N. 51
Meisling, O. 156
Menzies, J. 157
Mieses, J. 158
Möller, J. 214
Morsch, G. 110
Mott-Smith, G. 74
Myers, J. 112
Nanz, H. 34
Öhquist, J. 52
Pauly, W. 14
Pierce, J. 192
Pospisil, J. 164
Ropet, I. 53
Rosenberg, J. 48
Schaad, T. 119
Scheel, J. 67
Schett, S. 61
Shinkman, W.A. 1, 40, 46, 49, 50, 123, 171, 181, 182, 215, 216, 217, 219
Shrange–Petersen, O. 220
Steif, A. 58
Steinweg, R. 35
Suhr, H. 13
Szabo, G. 183
Thompson, R.G. 78
Traxler, P.K. 68
Truhan, I. 100
Votruba, O. 69
Wardener F. von 7
Waterhouse, A. 130
Wesin, N. 129
Westbury, E.E. 6
White, C. 4, 117
Wieck , F.G. 8
Zachodjakin, G. 222
Zoltan, L. 9
Zucker, M. 11