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“AÑO DEL DIALOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

EL PAGARÉ

CURSO: DERECHO COMERCIAL III

DOCENTE: DR. RUBEN ADOLFO CERNA LEVEAU

CICLO: VIII-A

ALUMNOS: CÈSPEDES VARGAS, KATY MARIA


DEL AGUILA AGUILAR, LEYDI MILAGROS
DEL CASTILLO RAMIREZ, PEDRO MIGUEL
GARAY RIOS, RICARDO BENHUR
INGA GARCIA, JEAN MARCO
LINARES TUESTA, VICTOR MANUEL
LOBO SORIA, CHRISTIAN WILLY

INDICE:
DEDICATORIA: Este trabajo se la
dedicamos a Dios por Brindarnos
sabiduría, inteligencia y a nuestro
Docente por impartirnos conocimientos
que nos van a servir en nuestra vida
futura y en el desarrollo de nuestra
carrera.
I

NTRODUCCIÓN.

El pagaré es otro de los documentos de crédito, cuyo uso es muy difundido entre las
instituciones financieras. Es un título en donde sólo intervienen en principio dos sujetos, el
emitente y el tenedor.
Él pagaré, a diferencia de la Letra de Cambio, no requiere de la aceptación. Sin embargo,
las disposiciones referidas a la Letra de Cambio son de aplicación al Pagaré, en cuanto no
resulten incompatibles con su naturaleza. El Pagaré es un título valor que se caracteriza
por contener una promesa de pago de una cantidad determinada por una persona
(emitente) a favor de una persona determinada (tenedor o tomador). Si bien señalamos que
en el Pagaré no existe la figura de la aceptación, el emitente de un Pagaré queda obligado
de igual manera que el aceptante de una Letra de Cambio. En este sentido, expondremos
el pagaré como ya lo mencionamos en párrafos anteriores es un título valor que se utiliza
en diferentes transacciones, este título valor es similar a la letra de cambio, en este caso se
utiliza como una promesa de pago por parte del girador al beneficiario, pero también
representa la devolución del bien en algunos casos. como documento cambiario es un
instrumento que permite dilatar el pago y aporta mayores garantías jurídicas a una relación
comercial que implique una venta a crédito. El pagaré es un título valor literal y abstracto,
emitido de forma nominativa directa que integra una promesa de pago incondicional por el
cual una persona se obliga pura y simplemente a pagar una determinada cantidad en una
fecha concreta a una persona o a su orden.
El presente trabajo de investigación tratará sobre el pagaré, el cual es un título valor que se
utiliza en diferentes transacciones; este T.V es similar a la Letra de Cambio, en este caso
se utiliza como una promesa de pago por parte del girador al beneficiario, pero también
representa la devolución del bien en algunos casos.
La información puesta en este trabajo monográfico fue extraída de distintas fuente, entre
ellas un libro, e internet.
RESUMEN:
EL PAGARÉ

1. CONCEPTO: El pagaré es un documento, sin garantía, en el cual una persona se


compromete a abonar otra un monto estipulado en un momento señalado. Tal
compromiso es conocido también como promesa incondicional de pago.

Es un título valor o instrumento financiero muy similar a la letra de cambio y se usa,


principalmente para obtener recursos financieros. Documento escrito mediante el
cual una persona se compromete a pagar a otra persona o a su orden una
determinada cantidad de dinero en una fecha acordada previamente. Los pagarés
pueden ser al portador o endosables, es decir, que se pueden transmitir a un tercero.

Los pagarés pueden emitirlos individuos particulares, empresas o el Estado; aunque


este instrumento de crédito se suele usar entre banqueros y compañías
de financiamiento, en las relaciones con sus clientes cuando precisan efectivo
para operaciones, generalmente a corto o mediano plazo.

1.1. Características:

 Es un título con categoría de crédito, integrante de la trilogía


famosa de estos efectos (junto con la letra de cambio y el cheque); y
constituye, por tanto, la especie fundamental de los títulos valores. El
derecho que incorpora es un derecho de crédito (no real, ni mixto, ni
de participación, etc.)
 Es un título formal, porque la ley determina los requisitos que debe
llenar a objeto de su vigencia y consiguiente validez. Y lo hace de
forma imperativa: "El pagaré debe contener", las menciones que
señala la norma, característica que suple una declaración expresa de
nulidad para el caso de infracción. De modo que si tales requisitos no
están presentes, el título carece de efectos cambiarios.
 Circula por endoso: Forma característica de transmitir los títulos "a
la orden". Por su parte, la letra de cambio puede contener la cláusula
no a la orden, en cuyo caso no es transmisible sino en la forma y con
los efectos de una cesión ordinaria (Art. 419, ap, 1°);
transformándose, por tanto, el título en nominativo. Y el cheque, a su
vez, posibilita las tres formas de circulación previstas en el Art. 150.
En cambio el pagaré exige como requisito sine qua non (invariable
en sus tipos) que se emita "a la orden", por lo cual es inaplicable la
cláusula "no a la orden", pese a la expresa remisión a la normativa
del endoso; y a la vez, entre sus elementos esenciales requiere el
nombre de la persona a quien o a cuya orden debe pagarse, de
manera que tampoco podría ser al portador y transmitirse por
entrega. Sólo tiene una forma de transmisión.
 Es un título causal: A los efectos de darle vida al título se incluye
entre sus requisitos formales, el elemento "causa" (si es por valor
recibido, etc.). Sin embargo, sólo el llamado pagaré "seco" hará
honor a esta característica".
 El endoso a terceros (de buena fe) lo hace abstracto. Pues es
éste el carácter consustancial de estos títulos, reconocido como
principio cardinal de los mismos. Nace como negocio causal, pero
bien dice Corsi que de ello no cabe inferir que, al exigir la causa como
elemento formal, el Legislador haya conferido al pagaré el carácter
causal.
 Es un título autónomo, como consecuencia de lo anterior, las
relaciones cambiarias que dimanan del pagaré adquieren fisonomía
propia y categoría independiente. En efecto, la remisión expresa que
hace al art. 487 al endoso de la letra de cambio, autoriza la aplicación
al pagaré del Art. 425, según el cual: el demandado en virtud de la
letra de cambio no puede oponer al portador excepciones fundadas
en sus relaciones personales con el librador o con los tenedores
anteriores.
 Es literal, en el sentido de que el alcance y las características del
derecho incorporado van a determinarse por las cláusulas
expresamente contenidas en el título. La obligación resulta
determinada únicamente por el tenor de su declaración.
 No siempre el pagaré es mercantil. Para que lo sea debe ser "a la
orden", entre comerciantes o por acto de comercio por parte del
obligado. Circunstancias que, en opinión de Goldschmidt, deberá
comprobar quien sostenga el carácter mercantil del pagaré.
2. ORIGEN Y EVOLUCIÓN:
La utilización del pagare aparece como una forma impropia del contrato de cambio
de contenido en la cambial y como medio de eludir la prohibición de estipular
intereses, que la iglesia repudiaba.
Como originariamente el título de cambio era expresión del contrato de cambio
trayecticio, que debía pagarse en plaza diferente, prohibiendo el derecho canónico
el pacto de intereses, debido que la iglesia reprimía la usura, se ideo la emisión de
un título análogo al cambiario en el cual la obligación de pagar los intereses se
ocultara bajo la apariencia de una deuda comercial o un préstamo, que podía
pagarse en la misma plaza de la emisión del titulo.
El pagaré nace en la edad media, antes que la letra de cambio, comenzando a
utilizarse en las ciudades del norte de Italia para evitar el riesgo de llevar efectivo en
largos desplazamientos por caminos plagados de bandoleros. Así, se entregaba el
dinero en efectivo a un banquero y éste firmaba un documento prometiendo
devolverlo en otro lugar a quien se lo había entregado o aquí en este designase. En
España, el pagaré se regula por primera vez en el Código de Comercio de 1829,
pasando luego a ser regulado por el Código de Comercio de 1885, en cuya
regulación únicamente se reconocía fuerza ejecutiva a la letra de cambio, pero no
al pagaré cayó en desuso a favor de la letra de cambio, que pasó a convertirse en
el documento de crédito por antonomasia, ya que, por su fuerza ejecutiva, gozaba
de importantes ventajas frente al pagaré a la hora de reclamarlo en caso de impago.
La Ley Cambiaria del Cheque de 16 de julio de 1985, actualmente en vigor y norma
básica reguladora del pagaré, equiparó letra de cambio y pagaré en casi todos los
aspectos, incluido el referente a la fuerza ejecutiva. Ello supuso una revitalización
del pagare que, poco a poco, ha ido ganando terreno a la letra de cambio en su uso
como efecto de comercio hasta convertirse actualmente en el documento de crédito
predominante en el tráfico mercantil por su simplicidad, menor coste y mejor
adaptación a las ventajas derivadas de avances informáticos.

El origen del pagaré, al igual que la letra de cambio, se remonta a la edad media y
también más o menos paralelo al nacimiento de aquélla. Para algunos su origen se
debió al desaparecimiento de la sanción por cobro de intereses en los préstamos,
hecho que permitió a los deudores a obligarse cambiariamente en el pago de sumas
de dinero a fechas determinadas, lo cual no 'hacía necesaria la utilización de letras
sino de pagarés, o mejor de vales, expresión con la cual se conoció inicialmente.
Para otros, esta figura obedeció a las dificultades que presentaba la letra de cambio
en cuanto a su uso, dada la necesaria intervención de un tercero en el cambio
trayecticio. Cuando el negocio se iba a realizar entre dos personas ya no era
adecuada la letra, entonces aparece el pagaré como título capaz de superar esa
dificultad, pues éste sólo exige la presencia de un otorgante, de la persona que lo
suscribe o que lo emite, y del beneficiario. Pero, además, la letra presentaba otra
exigencia, cual era que debía haber separación, distancia, trayecticio o locci, como
se le denominaba en la doctrina, entre el lugar en que se emitía y el sitio en donde
debía cumplirse la orden de pago.

Otros autores justificaban el origen del pagaré en razón de que la letra de cambio
se estructuró sobre la base del contrato de cambio. En un principio no podía tener
como negocio causal sino el contrato de cambio, entonces cuando cierta prestación
se quería hacer constar en un efecto de comercio, cuyo origen no era un contrato
de cambio, al parecer no era idónea la letra, debiendo surgir un título diferente que
permitiera documentar obligaciones, créditos, los cuales podían tener origen en un
contrato de cambio o en otra clase de negocio subyacente.

La verdad es que el pagaré aparece en el tráfico mercantil con posterioridad a la


estructuración de la letra. Alrededor de la letra de cambio se elaboraron y se
refinaron todos los principios cambiarios y con el correr del tiempo esos principios
fueron extendiéndose a otros documentos, como acontece con el pagaré, hasta el
punto de que en la mayoría de las legislaciones las normas que se ocupan del
pagaré son muy escasas, porque en todo lo demás remiten a las disposiciones sobre
letras de cambio.

Ahora bien, no se crea que la historia del pagaré ha sido fácil. Por el contrario, en
muchas legislaciones su reconocimiento ha sido tardío. Fue así como por razón de
su origen doméstico y privado el legislador se veía obligado a distinguirlo de la letra
de cambio, así como también se consideró impedido de aplicarle el rigor cambiario
propio de esta última. Es así que a antigua jurisprudencia francesa consideraba al
pagaré como acto civil; en lugar del protesto sólo requería que se cumpliesen
diligencias consistentes, por ejemplo, en un requerimiento extrajudicial; los intereses
sólo corrían desde el día de la demanda y se aplicaba la prescripción mucho más
extensa que la de la letra de cambio.
El Código francés de 1808 sólo mantuvo la primera y la última de dichas diferencias
y consiguientemente el pagaré vino a constituirse en un auxiliar de la letra de cambio
consagrando a su respecto los principios propios de ésta en cuanto a la necesidad
del protesto, el curso de los intereses y la solidaridad cambiaria. La ley exige la
presencia en el texto del documento de la cláusula de valor y de la cláusula a la
orden. Se exceptuaban por no ser conducentes, las reglas sobre aceptación y sobre
provisión en razón de que el suscriptor desempeña el papel de girado al mismo
tiempo que el de librador.

El derecho francés reconoció desde la antigüedad los pagarés al portador y se


consideró que eran válidos cualesquiera que fueran las personas entre las cuales
se emitiera y recibiera y se presumía la existencia de causa lícita, salvo prueba en
contrario.

Respecto de estos títulos, MERLIN se pronunció por su validez jurídica, ya que la


obligación se contraía “in rem” (en la cosa, derecho real) y TOUZAUD reconoce que
los usos comerciales han dado nacimiento a estas obligaciones in rem aun cuando
ellas no se conforman totalmente a los principios que rigen en materia de
obligaciones.

En cuanto al derecho inglés destacamos en su momento que el pagaré fue


reconocido legislativamente en el año 1704, con lo que se dejó sin efecto el criterio
sustentado durante más de un siglo que negaba la validez a dicho título por
entenderse que formalmente sus caracteres eran anormales respecto de la letra de
cambio.

Durante el siglo XVII comenzaron a usarse en Inglaterra los pagarés que contenían
la simple promesa de pagar, efectuada por el suscriptor y con la única garantía de
éste.
3. NATURALEZA JURIDICA:
La naturaleza jurídica del pagare no es la misma que la letra de a cambio, aunque
con ello no se esté negando las evidentes analogías existen entre ambos títulos.
La similitud entre ambos títulos ha determinado que las normas aplicables a la letra
de cambio, también lo sean respecto al pagare, en cuanto no sean incompatibles
con este último.
Para TENA, bien contadas son, así en lo económico como en lo jurídico las
diferencias que separan el pagare de la letra de cambio. Ambos ostentan en mismo
grado y con virtud idéntica los atributos de la abstracción, de la autonomía ,de la
literalidad, de la legitimación; los dos se encuentran sometidos a la misma ley de
circulación, resumida en el endoso; el pagare debe contener los requisitos formales
de la letra de cambio, con excepción de aquellos pocos que son incompatibles con
la estructura del primero; el pagare debe tener los requisitos formales de la letra de
cambio, con excepción de aquellos pocos que son incompatibles con la estructura
del primero; las normas del vencimiento son las mismas en los dos títulos; cuanto
se dice del aval y del pago, referidos a la letra de cambio, es exactamente aplicable
al pagare; lo propio cabe afirmar respecto del protesto , salvo aquella disposiciones
en que por tener en cuenta al girado o aceptante, son inaplicables al pagare, en que
tales figura no existen, y lo mismo, en fin, hay que decir respecto de las acciones
ejercitables por el tenedor del pagare.
Estas similitudes han determinado que en Italia ambos títulos se designen con la
común denominación de cambiale, así el término cambiale trata, se refiere a letra
de cambio, y cambiale propia, o vaglia cambiario, al pagaré.
Con respecto a las diferencias según Tena, ´´todas provienen, fundamentalmente,
de que mientras en la letra existe siempre una orden de pago, una asignación,
intimada por el girador al girado para que pague al tomador o a quien este ordene,
una suma de dinero, la figura del segundo no se presenta nunca en el pagaré por
que la obligación directa de cubrir dicha suma recae sobre el suscriptor, ósea sobre
el creador o emitente del título.
Es diferencia sustancial, considera Legon, es la que determina con claridad la
naturaleza jurídica del vale o pagaré. Mientras el librador de una letra de cambio
promete el hecho a un tercero (el girado) y solo en su defecto compromete el hecho
propio, el pagaré es una verdadera promesa del hecho propio.
El pagaré, señala no es una orden de pago dada por el librador a un tercero si no
una promesa pura, simple y directa a pagar el mismo una suma determinada de
dinero. De modo que desaparece del mecanismo de este documento el instituto de
la aceptación, que convierte al destinatario de la orden (girado en obligado principal
al pago del documento. El librador del pagaré es, desde la emisión, el obligado
directo de la prestación dineraria, y por tanto, pasible de la acción cambiaria directa
por parte del legítimo portador del pagaré. No es un negocio de tres si no de dos.
Para Bonfanti y Garrone, la diferencia entre ambos institutos queda bien señalada
cuando se dice, que mientras la letra contiene la promesa de hacer pagar, el pagaré
contiene la promesa de pagar, en otras palabras, en la letra tenemos una redacción
de tres partes-librador, girado y portador o tomador-mientras en el pagaré, esa
relación queda circunscrita a solo dos: el librador o el emisor y el portador o tomador.

4. PERSONAJES QUE INTERVIENEN:

En el pagaré intervienen:

 EMITENTE: En lo que se refiere a las partes que intervienen en el pagaré se tienen


al emitente vocablo que emplea la actual Ley De Títulos Valores, a quien también
se le conoce como girador, o librador, quien es el primer firmante del título, quien
ocupa la misma posición jurídica que la del aceptante de la letra, es decir, es el
obligado principal al pago. De no cumplir con efectuarlo, procede contra él la acción
cambiaria directa, así como contra su garante, si lo tuviese. Como en esta clase de
documentos no hay girado, no cabe aceptación. La promesa de pago radica quien
origino el título valor. Es de señalar que la obligación que asume el emitente puede
tener una garantía cambiaria que puede ser el aval o la fianza.

 TOMADOR: EL tomador también llamado beneficiario, es quien recibe el título


cambiario emitido a su nombre. Es conveniente señalar que al requerirse que el
titulo sea emitido con un nombre determinado, implica que el pagaré no podrá ser
emitido al portador de hacerse perdería su condición de título valor al no cumplir con
uno de los requisitos establecido por ley.

 ENDOSANTE: Si el tomador resuelve negociar el pagaré podrá endosarlo para tal


efecto insertando su firma al dorso del título para transmitido en favor de un tercero,
pudiendo ser con la finalidad que se le adelante el importe que figura en el título,
previa deducción de los intereses por el tiempo que aún resta para el vencimiento,
o como un medio de cancelación de una deuda que tiene pendiente con la persona
a quien le trasmite el documento.
El endosante podrá volver a endosarlo, convirtiéndose en endosatario transmitiendo
el título valor de otra persona, acción que puede repetirse un sin número de veces.
En virtud de la acción de regreso cada endosante responderá por el pago del título.

 GARANTES: El garante es el tercero que responde por el pago del título, si es que
el emitente no cumple con hacerlo.

Según nuestra legislación (art 57 a 63) considera entre las garantías cambiarias a
las persona y a las reales encontrándose entre la primera el aval y la fianza.

La garantía también puede otorgarse en el caso de los endosantes, en este sentido,


siendo los endosantes los responsables del pago de la obligación por la acción de
regreso, el garante lo está respaldando en el pago.

 INTERVINIENTE: Cualquier obligado de regreso (endosantes y sus respectivos


garantes) puede indicar una persona para que haga efectivo la cancelación del
pagaré si el suscriptor no lo hace. Ello tiene por finalidad evitar que el portador pueda
accionar de regreso contra quien hizo la indicación y contra los sujetos a quien este
garantiza en el título (endosantes posteriores).

5. LA EMISION:
 emisor autógrafo, al igual que en el cheque cada pagaré deberá estar
firmado manualmente, no son válidos los medios mecánicos, por la persona
autorizada.
a. A la orden; designan a una persona como titular del derecho, a favor de la
cual habrá de satisfacerse. Siempre realizan una función de giro. Este tipo
de pagarés permiten que el legítimo tenedor transmita mediante endoso el
pagaré a un tercero.

b. Nominativos sin cláusula a la orden, en este caso la operatoria es similar


a la de los pagarés a la orden.

c. Nominativos no a la orden, mediante esta fórmula el firmante expresa la


prohibición de que el título sea transmisible mediante endoso, aunque se
podrá transmitir mediante la cesión ordinaria para su cobranza.

6. REQUISITOS:
El pagaré debe reunir los requisitos generales de todo título valor y los especiales
del título. En este sentido, la mención del derecho de que incorpora y la firma de
quien lo crea. La firma del creador es la firma del emisor u otorgante del pagaré.
6.1. PROMESA INCONDICIONAL DE PAGAR UNA SUMA DETERMINADA DE
DINERO.

Lo que caracteriza fundamentalmente al pagaré, y lo diferencia de la letra de


cambio, es que contiene una promesa, a diferencia de la letra que contiene
una orden. El pagaré implica que quien lo otorga asume el compromiso
directo, hace la manifestación expresa, declara su voluntad de pagar, por
eso se llama promesa; promesa no en el sentido precontractual, sino
promesa por el significado en que se expresa la voluntad, de que quien emite
el título se compromete, se declara deudor directo o se obliga a pagar. Pero
la promesa debe ser incondicional, unilateral, irrevocable, impersonal, en el
sentido que quien otorga el pagaré, quien lo suscribe no puede supeditar el
nacimiento de su obligación, ni su exigibilidad a eventos futuros e inciertos,
o porque señalar el momento en que nace la obligación cambiaria no está
reservado a la autonomía de la voluntad, pues la leyes quien dice cuando
nace y se extingue. Nace en el momento en que se suscribe el título y se
entrega; y se extingue por prescripción o por caducidad o cuando sucede
cualquier otro evento extintivo de las obligaciones.

La promesa incondicional de pagar está dirigida a satisfacer una prestación


en dinero, por eso los pagarés son títulos valores de contenido crediticio,
pues imponen pagar. Así, lo único que puede exigir el beneficiario del pagaré
es dinero y nada más. La cuantía de lo que se puede exigir y en
consecuencia de lo que se está obligado a pagar debe ser determinada,
precisa, en tanto que la cuantía no esté sujeta a dudas o sea indeterminada.
Por ello se advierte que debe ser promesa incondicional de pagar suma
determinada de dinero.

Esta exigencia tiene que ver también con el carácter ejecutivo de los títulos
valores, puesto que las obligaciones, para que presten mérito ejecutivo,
tienen que ser expresas, claras y líquidas.
6.2. NOMBRE DE LA PERSONA A QUIEN DEBE HACERSE EL PAGO.

Este requisito se explica porque el Proyecto Intal partía del supuesto de que
los títulos valores de contenido crediticio debían llevar siempre la forma a la
orden, es decir, se excluía la posibilidad del pagaré, la letra y el cheque al
portador; pero como se sabe, finalmente se adoptó una tesis opuesta y se
permitió en consecuencia que el pagaré, la letra y el cheque pudieran ser
indistintamente a la orden o al portador. Pareciera que hubo un cambio en
cuanto a la forma de circulación, para tolerar la forma al portador, empero no
se efectúo revisión completa de la misma y ello se refleja en la contradicción
que presenta este requisito con el siguiente, el cual permite que el pagaré
pueda ser a la orden o al portador; y obviamente si puede ser al portador no
tiene por qué llevar el nombre de la persona a quien debe hacerse el pago,
o sea el beneficiario; ya que cuando el título valor tiene un beneficiario
determinado, entonces ya no es el portador, sino a la orden .

6.3. INDICACIÓN DE SER PAGADERO A LA ORDEN O AL PORTADOR.

Este requisito tiene que ver con la ley de circulación de los pagarés.
Anteriormente indicamos que de acuerdo con el Proyecto Intal, estaba
previsto que estos títulos sólo pudieran tener la forma a la orden. En la
legislación extranjera existe reserva sobre los títulos valores al portador.
Pero la comisión revisora del Código de Comercio consagró la posibilidad
expresa de que el pagaré pudiera ser al portador, de tal suerte que entre
nosotros es tan válido un pagaré a la orden como al portador. Sobre estas
dos formas nos remitimos a lo dicho sobre títulos valores a la orden y al
portador.

Al ser un instrumento de pago formal, el pagaré debe poseer ciertos


requisitos llamados de validez:

6.4. La mención de ser pagaré.- El uso de la palabra PAGARE, debe


entenderse como verbo en tiempo futuro, por lo que se deduce que se debe
una cantidad que se promete pagar en cierto tiempo. No cabe equivalente
en el pagare, que es tomado también como sustantivo, o sea, la manera de
llamar a este título de crédito.

6.5. La promesa incondicional de pagar.- No cabe condicionamiento en el


pagare, pues la promesa debe ser pura y simple. Que contiene una
obligación personalísima e irrefutable que se debe pagar una determinada
cantidad al beneficiario que toma el pagare. Como la letra, el pagare puede
suscribirse en moneda extranjera y es posible insertar intereses tanto
moratorios como simple uso de capital ajeno, que, además, se fija de forma
puramente convencional. La suma se debe expresar en número(s) y en
letras, como también el tipo de moneda en que se efectuará el pago. Si se
paga en moneda extranjera, se debe indicar el tipo de cambio o equivalencia
entre las monedas, que deberá tenerse en cuenta a su vencimiento. Este
requisito es lo que lo distingue de los otros títulos de crédito.

6.6. Nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago (beneficiario).- El


nombre del beneficiario, debe darse siempre; un pagare no puede ser al
portador (tendrá que ser a la orden), salvo cuando sea no a la orden o no
negociable. Es imprescindible identificar a la persona a quien debe hacerse
efectivo el pagaré. Puede ser a favor de una persona natural o persona
jurídica. En este último caso se trataría de una denominada razón social o
sociedad comercial.

6.7. Lugar y época de pago.- La fecha de vencimiento corresponde al día en


que el título deberá ser pagado. El vencimiento debe ser una fecha posterior
a la fecha en que se suscribe. El pagaré debe indicar el lugar en que se debe
presentar el documento para su propio pago; Si no se menciona la fecha de
vencimiento en el texto mismo, se entenderá pagado a la vista.

a. El pago: Debe hacerse contra la entrega del pagaré. El pagaré es


independiente del acto de comercio de que deriva, basta su presentación
para exigir su pago, incluso en el caso de que se haya efectuado ya el
pago correspondiente pero no se hubiera recogido el pagaré; En este
caso, la persona que tratara de hacer el cobro del pagaré dos veces
estaría incurriendo en delito penal, pero habría que poder demostrarlo
ante las autoridades judiciales de lo penal que tuvieran competencia,
independientemente de lo cual el tenedor del pagaré podrá procurar su
cobro por la vía mercantil. Si el pagaré vence a la vista, deberá
presentarse para su pago dentro de un término de seis meses a contar
de la fecha de suscripción.
b. Pago parcial: El tomador está obligado a recibir un pago parcial del
pagaré; pero retendrá el documento en su poder mientras no se le cubra
íntegramente, anotará en el cuerpo del mismo los pagos parciales que
reciba, y extenderá recibo por separado en cada caso. Conservando los
derechos contra los demás obligados.
En relación con la época de pago se aplica las 4 formas de
vencimiento para la letra de cambio que se detallan a continuación:
 Letras giradas a día fijo: vencen en el plazo establecido en la
letra. Es la forma más usual de girar letras de cambio porque no
hay incertidumbres en cuanto a determinar la oportunidad de
pago.
 Letras libradas a la vista: Letra de cambio que se vuelve pagadera
en cuanto acepta la parte obligada a pagar.
 Letras giradas a un plazo desde la fecha: vencen el día que se
cumpla el plazo señalado. Son aquellas en donde se establece
que el vencimiento se da un tiempo contado a partir de la fecha
de la letra.
 Letras libradas a un plazo desde la vista: Su vencimiento se
determinará a un plazo desde la fecha de la aceptación o, en su
defecto, por la del protesto o declaración equivalente y, a falta de
protesto, el último día para llevarlo a cabo. La aceptación que no
lleve fecha se considerará, siempre frente al aceptante, que ha
sido puesta el último día del plazo señalado para su presentación
a la aceptación. La letra se paga en el tiempo que se fije en la
letra, contado a partir de la fecha en que la letra sea vista por el
girado.
6.8. Fecha y lugar en que se suscribe el documento.- No debe consignarse
necesariamente un lugar para el pago, pues si tal cosa no se menciona se
presume que es el domicilio del que suscribe. El pagaré debe contener la
fecha en que ha sido creado. Es imprescindible para su relación con la fecha
de vencimiento (determinando del plazo); y además para respetar los
tiempos en que corresponde aplicar (cuando la ley lo disponga) el sellado o
timbrado correspondiente.

6.9. Firma del suscriptor o la persona que firme a su ruego.- El suscriptor


equivale al aceptante en la letra de cambio; es el obligado principal. No se
exige el nombre del suscriptor, sino solamente su firma, y no admite otro
medio para sustituirla, sino la firma de otra persona, que suscriba a ruego o
en nombre del girador. No se admitirá el uso de marcas o huellas digitales.
La firma es indispensable y lógicamente torna nulo al título su falta, ha de
considerarse que no podrá ser suplantada por la impresión digital.

6.10. Transmisibilidad.- El pagaré será transmisible por endoso, que será total,
puro y simple, es decir, no será transmisible el endoso por una parte del
pagaré ni aquel que incluya condiciones.

7. FORMAS DE SEÑALAR EL VENCIMIENTO:

No trae el Código de Comercio reglas particulares sobre la forma de vencimiento


para los pagarés, así que deben aplicarse las posibilidades que en materia de letras
trae el mismo Código en el artículo 673. En consecuencia el pagaré puede ser a la
vista, a fecha cierta, a día cierto, determinado o no, con vencimientos ciertos y
sucesivos.

El Código de Comercio trae en cuanto a vencimiento para las letras las formas a
tantos días vista, pero no siendo el pagaré una orden, podría pensarse que es
incompatible con el pagaré la forma de vencimiento a tantos días vista. La regla
general es que nuestro ordenamiento mercantil por no contener normas especiales
sobre formas de vencimiento del pagaré, en consecuencia, serían aplicables al
pagaré las formas de vencimiento propias de la letra de cambio. Pero, si bien es
cierto la letra de cambio es título valor modelo y en lo no previsto para un título se
aplican las disposiciones de la letra de cambio, hay que entenderlo siempre y
cuando esas normas sean compatibles con la esencia del título y obviamente si se
parte del supuesto que la letra debe ser presentada para la aceptación y a partir de
la aceptación se cuenta el plazo, pues es una institución propia de la letra o de
algunos títulos valores destinados a ser aceptados. En los títulos valores que no son
órdenes esa forma de vencimiento no es compatible.

8. FORMALIDADES:

8.1. DE LA ACEPTACION:

8.2. DEL VENCIMIENTO:

El plazo de vencimiento es una de las características comunes que


encontramos en todos los títulos crediticios y, normalmente, se designa de
acuerdo a las legislaciones mercantiles del país en que nos encontremos.
Es por eso que siempre es importante tener en cuenta que dependiendo del
país en que nos encontremos, distintas normativas regularán este tipo de
documentos, como en el caso del pagaré.

Estas son las opciones permitidas:

 Pagaré a fecha fija


El momento del cobro se fija en un día concreto.
 Pagaré a un plazo contado desde la fecha
El vencimiento se establece con un plazo desde la fecha de emisión, por
ejemplo: “a 30 días de la fecha”.
 Pagaré a la vista
Con un pagaré a la vista se puede solicitar el cobro en cualquier
momento. Como norma se hará dentro de los doce meses siguientes a su
fecha de emisión.
 Pagaré a un plazo contado desde la vista
El beneficiario debe presentar primero el pagaré ante el deudor para su
aceptación. Éste indicará un “visto”, o expresión similar. El plazo empezará
a contar a partir de ese día o, en su defecto, de la fecha de protesto cuando
no hay aceptación.
Aunque en el documento no aparezca indicada ningún vencimiento continúa
siendo válido a efectos legales porque se considera como pagadero “a la
vista”. El deudor, al firmar un pagaré sin fecha de vencimiento asume que
debe pagar el importe del mismo cuando se le presente al cobro.
Fuera de estas modalidades cualquier otra opción se considera nula.

8.2.1. CARACTERÍSTICAS DE UN VENCIMIENTO DE PAGARÉ:

El plazo de vencimiento de un pagaré es una de las características más


importantes de este título de crédito ya que, si se produce un caso de
impago lo más probable es que se inicie una instancia judicial, más
comúnmente conocida como juicio ejecutivo mercantil. Este último tiene
el objetivo de indemnizar al solicitante con el importe que encontramos
en el pagaré.

La fecha de vencimiento cambiará teniendo en cuenta aquellos días


considerados como hábiles o festivos, es decir, si el vencimiento de un
pagaré se da en un día no hábil se revoca su vencimiento al próximo día
hábil. Además, si las dos partes lo consideran necesario, el plazo de un
pagaré podrá revocarse a otra fecha de vencimiento.

Si lo que se desea es omitir la fecha de vencimiento, tendremos que


firmar el pagaré en blanco. Normalmente esta práctica la llevan a cabo
empresas que sufren problemas con una garantía. Si pasa alguna cosa
así, la fecha de plazo empezará a partir de que se exija su cobro. En este
punto es importante dejar claro que si el pagaré pierde su validez debido
al vencimiento, el derecho del acreedor también se perderá y no habrá
ninguna posibilidad de cobrar el importe especificado en el documento.

Hay varios tipos de características que pueden variar en un pagaré. Una


de ellas es la característica del “plazo a la vista” que quiere decir que se
presenta una vez que el pagaré corre en vigencia desde que se presenta
al cobro, lo cual usualmente es en un plazo de 12 meses.

Además, la prescripción se para en el momento que se presenta ante la


autoridad especificada la denuncia por este acto. Si hablamos de
documentos crediticios que se encuentran dentro de una instancia
judicial, los plazos de vencimiento se detienen, por lo que se pasa a la
parte que nos ayuda a encontrar el importe total en la que se suman los
intereses junto a los gastos judiciales. El plazo de un pagaré puede
detenerse cuando se realiza un abono, en ese caso se cuenta a partir de
la fecha en la que se entregó el abono en adelante, con una nueva
prescripción, la cual en todo momento debe ser en sintonía a las fechas
de vencimiento establecidas por la normativa vigente.

También es importante saber que todo este tipo de litigios nos llevarán
tiempo y, seguramente, nos veremos envueltos en peritajes para
comprobar que la validez o invalidez del pagaré, además de más
peritajes que tengan que ver con la validación de las firmas en un
documento. Es por eso que se recomienda que al signar un pagaré o
diferentes títulos de crédito, se realice un contrato o convenio de tal
manera que se formalice legalmente esta transacción.

Es normal que en casos así se contrate a un notario para que se realice


el certificado de tal procedimiento, sobre todo cuando es una situación
en el que se encuentran envueltas las empresas y en las cuales se
manejan unas cantidades de dinero grandes.

8.2.2. CUÁNDO SE PRESENTA EL VENCIMIENTO DE UN PAGARÉ:


Una vez llega la fecha de plazo del título de crédito es cuando nos
encontramos ante el vencimiento de un pagaré o su pérdida de validez.
También puede considerarse inválido ante la defunción del acreedor o
del deudor o también a causa de una resolución judicial.

8.2.3. ES VÁLIDO UN PAGARÉ SIN FECHA DE VENCIMIENTO:

Que todos los pagarés que se entreguen cuenten con un plazo de


vencimiento al cual atenderse es un requisito que viene dado
por Ley pero aun así existe una excepción en la sería imposible invalidar
este documento. Un pagaré sin fecha de vencimiento se considera
pagadero a la vista cuando se presenta al cobro. De esta forma, la ley no
deja sin cobertura jurídica al beneficiario del pagaré, porque no indicar el
plazo de vencimiento por parte del emisor, representa una protección
que permite al beneficiario del pagaré hacer de forma efectiva su cobro.

En consecuencia, el firmante del pagaré deberá poner especial atención


al momento de rellenar el documento debido a que al tratarse de un título
crediticio que posibilita conseguir más tiempo y asegurar la liquidez, al
no especificar la fecha de vencimiento, el pagaré perderá las ventajas
que le corresponden al beneficiario.

9. DEL PAGO:

9.1. Fecha de pago


 Las prestaciones contenidas en un título valor deben ser cumplidas el día señalado
para ese efecto. El tenedor no puede ser compelido a recibir en fecha anterior.
 Quien cumple la prestación que le corresponde antes de la fecha establecida en el
título, lo hace por su cuenta y riesgo, y responde por la validez del pago.
 Quien paga a su vencimiento o en la fecha prevista para ese efecto, queda liberado
válidamente, a menos que haya procedido con dolo o culpa inexcusable.
 El obligado contra el cual se ejercite o pueda ejercitarse las acciones derivadas del
título valor está facultado para exigir, contra el pago que realice, la entrega del título
valor cancelado; y, de ser el caso, la constancia del protesto o de la formalidad
sustitutoria, más la cuenta de gastos cancelada, sin perjuicio de lo dispuesto en el
segundo párrafo del Artículo 17.

9.2. Pago parcial


 El tenedor no puede rehusar un pago parcial.
 En los casos de verificarse pago parcial, quien paga puede exigir que el tenedor del
título le otorgue el recibo correspondiente, además de la anotación que deberá
hacerse en el mismo título valor.
 En los casos señalados en el párrafo anterior, en el registro del protesto deberá
hacerse la misma anotación señalada en el párrafo anterior si tal pago se efectúa
en el acto del protesto o durante el lapso que el título se encuentre en poder del
fedatario.
 En los casos de cumplimiento parcial, el tenedor debe además hacer entrega a quien
hizo tal pago parcial y a costa de éste, de la copia certificada notarial o judicial del
título valor con la constancia de haber sido parcialmente pagado; en cuyo mérito
podrá, quien hizo tal pago parcial, ejercitar las acciones cambiarias que le
correspondan. La copia certificada antes indicada tiene mérito ejecutivo.

9.3. Lugar de pago


 El título valor debe ser presentado para su pago en el lugar designado al efecto en
el documento, aun cuando el obligado hubiere cambiado de domicilio, salvo que
éste haya comunicado notarialmente al último tenedor su variación, antes del
vencimiento o fecha prevista para su pago y siempre dentro de la misma ciudad o
lugar de pago.
 Si se hubiere señalado que el pago se hará mediante cargo en una cuenta
mantenida en una empresa del Sistema Financiero Nacional conforme al Artículo
53, el título debe presentarse ante la respectiva empresa señalada en el documento,
la que rechazará o atenderá su pago con los fondos que hubiere en la cuenta
designada en el título valor, hasta donde alcancen, o, con las concesiones crediticias
que pueda conferir al titular de dicha cuenta.
 A falta de indicación expresa del lugar de pago, el título valor se entiende pagadero
en:

a) el domicilio que figure junto al nombre de quien resulte ser el obligado principal del
título; o, en su defecto, en el domicilio real del obligado principal; y

b) el domicilio del indicado para el pago por intervención.

 El pago de los valores con representación por anotación en cuenta se verificará a


través de la respectiva Institución de Compensación y Liquidación de Valores o en
la forma señalada en el registro, conforme a la ley de la materia.

10. PROTESTO POR FALTA DE ACEPTACION:


En caso de impago el tenedor del pagaré puede hacerlo protestar o realizar la
declaración equivalente dentro de los ocho días hábiles siguientes a su vencimiento.
En el supuesto que se realice el protesto el tenedor podrá ejercitar la acción directa
contra el firmante y avalistas; asimismo tendrá abierta la acción de regreso contra
cualquiera de los demás obligados por el título cambiario. No obstante para
conseguir el protesto notarial debe constar expresamente en la cláusula el término
notarial, ya que de lo contrario se efectuará la declaración equivalente. (p.ej. sólo
indique Con Protesto).

En el caso de los pagarés de cuenta corriente, aunque no lleven la cláusula “sin


gastos” o “sin protesto”, cuando no están descontados o endosados, suelen ser
procesados por las entidades financieras como si fueran “sin gastos”, por lo que en
caso de devolución del pagaré, no se suele hacer la declaración equivalente de
protesto. Por este motivo el cedente deberá solicitar expresamente la declaración
equivalente.

Sin embargo ni falta de presentación al cobro a su vencimiento ni de levantamiento


de protesto del pagaré perjudican la acción del tenedor contra el firmante como
principal obligado; el acreedor podrá ejercitar la acción directa durante un plazo de
tres años que se cuenta a partir del vencimiento. Por consecuencia el protesto (o
declaración equivalente) sólo es necesario para mantener las acciones cambiarias
de regreso pero no para conservar la acción directa contra el firmante o su avalista.

Aunque el tenedor del pagaré no levante el protesto notarial o no obtenga la


declaración equivalente, sigue conservando en todo caso la acción cambiaria directa
contra el firmante y su avalista. A pesar de que no es imprescindible realizar el
protesto, es aconsejable hacer la declaración equivalente en los pagarés, en
especial los de importes elevados (la misma recomendación es válida para cheques
y letras).

11. ACCIONES CAMBIARIAS:

11.1. Requisitos para ejercitar las acciones cambiarias.

Salvo disposición distinta de la presente Ley, para ejercitar las acciones


cambiarias señaladas en el Artículo 90 constituye requisito obligatorio:

a. En los títulos valores sujetos a protesto, haberse verificado el mismo;


b. En los títulos valores que sean objeto de formalidad que sustituya al
protesto, haber logrado la constancia de la falta de cumplimiento de la
obligación conforme al Artículo 82; o, de ser el caso, el protesto conforme a
los Artículos 73 y 83;
c. En los títulos valores no sujetos a protesto, la tenencia del título cuyo plazo
esté vencido o resulte exigible la obligación según texto del documento o, en
su caso, de la constancia de la que trata el último párrafo del Artículo 18.
Además, en estos casos se requiere haber cursado información a la Cámara
de Comercio respectiva del incumplimiento, salvo que ello se cumpla
conforme al último párrafo del Artículo 87.
 La falta de los requisitos señalados en los incisos a) y b) anteriores podrá
subsanarse si dentro de los plazos de prescripción de la respectiva acción cambiaria
señalados en el Artículo 96, el tenedor logra obtener, en forma expresa o ficta, el
reconocimiento judicial en su contenido y firma del título valor, por parte del o de los
obligados respecto a quienes se ejercite la correspondiente acción cambiaria.
 En los títulos valores a los que se refiere el inciso a) que lleven la cláusula de que
trata el Artículo 52, se ejercitará la acción cambiaría por el sólo mérito de la cláusula
"sin protesto" y cumplir lo señalado en el inciso c) anterior.

11.2. Ejercicio de las acciones cambiarias


 Para el ejercicio de las acciones cambiarias derivadas de los títulos valores se
requiere cumplir con los requisitos y formalidades señaladas en el Artículo 91 según
la naturaleza de cada valor en título o representado por anotación en cuenta; y, ser
exigidos dentro de los plazos de prescripción que se señalan en el Artículo 96.
 El proceso judicial o arbitral cuya demanda haya sido presentada ante la respectiva
autoridad judicial o arbitral antes que venzan los plazos de prescripción no será
afectado por la conclusión de dichos plazos en el curso del respectivo proceso; salvo
que éste sea declarado en abandono.

12. ACEPTACION Y PAGO POR INTERVENCIÓN:

12.1. POR INTERVENCION:


El pagaré es un título de crédito que contiene la promesa pura y simple de
pagar una cantidad de dinero a una persona determinada. A la hora de hacer
frente a este pago, es el firmante que lo emitió quien está obligado a
efectuarlo, sin embargo es posible que cualquier otra persona actúe
de forma voluntaria para hacerle frente y evitar el descrédito del firmante.
Esta persona pasa a llamarse “interviniente”.

Según la Ley Cambiaria y del Cheque, existen dos formas para que se
produzca la intervención.

La primera de ellas surge de una forma espontánea, ya que la persona se presenta


de forma libre y voluntaria para pagar el importe del título en nombre de cualquier
obligado que no sea el emisor.
La segunda consiste en una intervención requerida, en cuyo caso la persona que
se presenta ha sido previamente indicada en el documento por el firmante, un
endosante o avalista para que le fuera presentado el pagaré para afrontar su pago
de no producirse el pago por el firmante.

Hay que tener en cuenta para que se produzca la intervención que el pago deberá
comprender la cantidad total a satisfacer por aquél por quien se interviene, y
efectuarse, como muy tarde, al día siguiente del último día permitido para levantar
protesto por falta de pago.

Una vez pagado, deberá ser aceptado por el tenedor del pagaré porque en caso
contrario, existe la posibilidad de que pierda sus acciones contra todos los obligados
cambiarios que hubieran resultado librados en caso de que el pago sí que se hubiera
aceptado.

Si se producen varios ofrecimientos se dará preferencia al que libere a mayor


número de obligados. Quien pague por intervención, a sabiendas de que está
incumpliendo esta regla, perderá sus acciones contra todas las personas que
hubieran podido quedar liberadas.

Por último, es necesario si se produce el pago por intervención que conste siempre
en el pagaré mediante recibí, en el que se debe indicar siempre a la persona a cuyo
favor se ha realizado el pago, debiendo comprender el mismo la satisfacción de la
cantidad total del pagaré.

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