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DESARROLLO DEL LENGUAJE Y SUS TRASTORNOS

ESPECÍFICOS.
Caridad Garijo Ayestarán, Pediatra- Servicio de Pediatría

El lenguaje es el proceso cognitivo que nos distingue del resto de animales


(Palacios 1996), sin embargo su expresión cerebral si lo reducimos a sus áreas
primarias, no presenta grandes diferencias con los simios.
El “lenguaje”, concepto mucho mas amplio que “habla”, forma parte del
desarrollo de nuestra socialización y humanización. Con él, los seres humanos
adquirimos la capacidad de comunicarnos verbalmente, y aunque se extiende desde los
primeros meses de vida hasta la adolescencia, en sentido estricto, durante los primeros
cinco años es cuando tiene lugar la mayor velocidad de aprendizaje y se adquieren los
instrumentos básicos para su dominio. Pero el desarrollo del lenguaje no tiene fin, ya
que constantemente se produce un aumento de vocabulario y un enriquecimiento con
nuevas aportaciones expresivas.
Para que tenga lugar son necesarias varias condiciones:
• ausencia de lesión en los órganos implicados (aparato fonador, sistema auditivo,
etc.);
• correcto funcionamiento y maduración adecuada del sistema nervioso;
• capacidad intelectual;
• motivación, es decir, deseo de comunicación con las personas que lo rodean,
(esta es la capacidad que estaría ausente en los niños con problemas en el
desarrollo social).
En la actualidad no existe ninguna teoría universalmente aceptada como
explicativa de la adquisición del lenguaje. Partimos de una capacidad innata (Chomski),
que se desarrolla a través de la interacción con el entorno socioambiental, (Vygotski),
comenzando con el familiar y con los otros sistemas básicos (Bates) y además se
enriquece por la creatividad de cada persona (constructivismo).
La comunicación oral es esencial para el desarrollo integral del niño, el
desarrollo del pensamiento, la memoria, la imaginación, la capacidad de aprender, de
conocer el medio que le rodea, de aprender a transformarlo.

Vamos a ir repasando lo que conocemos de cómo se desarrolla el lenguaje, como


se produce, y cuales son las bases anatómicas de cada proceso, en el espacio de tiempo
que me ha correspondido.
El feto es capaz de oir desde la 20 semana de gestación, y muestra desde los
primeros momentos tras el nacimiento, una serie de ritmos u organizaciones biológicas
innatas que incluyen:
• Emocionalidad innata, necesaria para la comunicación que asegure su
supervivencia, como la sonrisa y el llanto.
• Capacidad perceptiva para estímulos externos.
• Preferencia por los estímulos sociales, como las voces humanas, el contacto
corporal, etc.

El “habla familiar” estimula estos organizadores biológicos y los transforma en


comportamientos cognitivos, afectivos y sociales. Los adultos, a su vez, muestran
especial predisposición para atender a un recién nacido.
El recién nacido distingue la lengua materna.
En el contexto familiar se establece una relación especialmente intensa, que se
denomina apego o vínculo, que viene determinada por una búsqueda de protección a
través de la proximidad, que será el motor del desarrollo cognitivo, social y lingüístico
del bebé.
Para ello se necesitan:
• Adultos: conocedores de la lengua
• Niños: con nivel sociocognitivo adecuado, que muestren intencionalidad.

Los adultos, en realidad las personas mayores de 5 años, regulan su forma de


hablar cuando se dirigen a los bebés y niños pequeños (Motherese), que ha sido
demostrado en diferentes culturas (Sachs, 76, entre nosotros Díez Itza, en 1993).
Utilizan frases simples, cortas y bien estructuradas, redundantes.
Su objetivo es mucho mas amplio que enseñar una lengua, se trata de socializar
y humanizar a su bebé, pero al realizar esta educación no formal, se convierten en los
primeros profesores de lengua, aunque lo realizan de una forma implícita.
Ellos, con paciencia, repiten y corrigen para que el niño tenga la oportunidad de
aprender. Pero el lenguaje de los padres, especialmente durante los primeros meses, se
circunscribe a objetos presentes, se remarca el aquí y ahora, repitiendo preguntas del
tipo de para qué sirve esto? De qué color? Dónde está?
Posteriormente se incluirán otras formas verbales, pasado y futuro, implicando al
lenguaje, en edades superiores a 4 años, ya procesos cognitivos, como la necesidad,
posibilidad, probabilidad.

En los niños, podemos distinguir (Threvarthen, Bruner):


• Etapa prelocucionaria: preintencional, sin representación mental, u objeto a
perseguir.
• Etapa ilocucionaria: con intención real, que utilizan recursos no verbales, gestos,
acciones. En el 4º trimestre del primer año, según Bates.
• Etapa locucionaria: intención clara, expresa, con recursos verbales, cuyo
comienzo coincide con la etapa anterior.
A partir de los 2 años, se establece:
• 1º: Fase reguladora: que se utiliza para conseguir un objeto. Con su “diálogo”
hace implícitas sus intenciones, su emisión se ve reforzada al conseguir el
efecto, a partir de ese adulto solicito que está atento a las capacidades infantiles,
no solo a las necesidades.
• 2ª: Fase con función declarativa: comparte el foco atencional, o dice algo sobre
el objeto.
Es importante destacar en el niño su capacidad de imitación.
A partir de los 30 meses, ya es capaz de establecer discursos sobre el pasado, y
si el adulto responde, puede exigir referencias a objetos no presentes.

Para el desarrollo del lenguaje a estas edades es fundamental establecer lo que


Brunner (1984) denomina “Tareas compartidas”, con los adultos activos y
participativos, que con su carácter asimétrico, permiten secuencias interactivas, que
enseñan a respetar el turno, dejan espacios en silencio que invitan al niño a tomar
iniciativas, e introduce la capacidad de llevar a cabo conversaciones cada vez mas largas
y complejas. El niño que conoce gran cantidad de palabras no tiene dificultades en la
escuela, mientras que un vocabulario limitado indica un retraso en el desarrollo y
conlleva menor rendimiento
Hasta aquí se habrá llevado a cabo la producción del lenguaje oral, que precisa
del primer sistema de codificación: fonemas.
En las próximas edades tendrá lugar el aprendizaje del segundo sistema de
codificación: grafemas, para lograr la lectoescritura.

Procesos del lenguaje oral


Areas de Areas de Areas de asociación plurimodal prefrontal,
Lenguaje receptivo

proyección primaria asociación unimodal temporoparietal


(ambos hemisferios) (hemisferio izdo) (hemisferio izdo)

AUDICION ANALISIS RECONOCIMIENTO LEXICAL Y


Giro de Heschl AUDITIVO DE RELACIONES SINTACTCAS
FONETICO
Planum temporale

Semántica
De los De los
MEMORIA DE
Repetición sin componentes componentes
TRABAJO
semántica léxicos y prosódicos y
morfosintácticos emocionales
HI prefencial HD prefencial
ATENCION Y
TONO CORTICAL
Lenguaje expresivo

SRAA
Tálamo
Ganglios basales MEMORIA
Córtex límbico DECLARATIVA
(Predomino HD)

FORMULACION Y
PROGRAMACION RECUPERACION
ARTICULACION PROGRAMACION
FONOLOGICA LEXICAL
Circunvolución frontal MORFOSINTACTICA
ascendente Area de broca "pars Pliegue curvo y area
opercularis" (posterior)
Area de broca "pars
triangularis" (anterior) prefrontal.
Areas del cerebro en relación con el lenguaje

El lenguaje en el 87% de las personas es una función del hemisferio izquierdo,


sobre todo en lo relacionado con los aspectos formales: fonología y morfosintaxis, con
el planum temporale mas desarrollado, patente desde la 26 semana de gestación (Chi,
1977). También, el hemisferio derecho se encarga de funciones relacionadas con el
lenguaje: la prosodia (entonación), adecuación contextual (comprensión de insultos y
palabrotas), además de la atención y orientación espacial (Crystal, 1994). Un porcentaje
pequeño de personas tienen el lenguaje en el lado derecho o incluso en ambos lados. Si
se daña el cerebro en el hemisferio izquierdo suficientemente temprano en la infancia, el
hemisferio derecho se apodera de la función del lenguaje, porque ambos hemisferios
son equipotenciales durante los 2 primeros años, instaurándose la lateralización hacia
los 5 años (Krashen, 1973).
En relación a la inteligencia, el hemisferio izquierdo gobierna los procesos de
pensamiento hipotético-deductivos, y el derecho las tareas holísticas e inductivas
(Tenhouten, 1992)
Las áreas primarias de proyección simple auditiva, se han localizado mediante
investigación con Potenciales evocados auditivos, en la circunvolución de Heschl, se
proyectan hacia las áreas de asociación secundaria, planum temporale, constituyente del
Area de Werdnicke, encargada de la decodificación de las señales auditivas, las que
constituyen los fonemas en el hemisferio izquierdo, mas ancha, y los componentes
melódicos y emocionales (prosodia) en el hemisferio derecho.

La corteza terciaria alcanza también el giro supramarginal y el pliegue curvo, dónde se


lleva a cabo el análisis y la identificación de los rasgos morfosintácticos y la función
semántica del lenguaje oral y escrito. La privación auditiva primaria produce efectos
sobre el desarrollo lingüístico y el resto de aprendizajes (Perder, 1984).
El fascículo arqueado directo subcortical relaciona el Area de Wernicke con el
Area de Broca:
a) la porción mas anterior, pars triangularis, que se encarga de la formulación
lingüística, el material sonoro del habla.
b) La porción posterior, pars opercularis, responsable de la programación verbal.
El área de Broca activa la porción inferior de la circunvolución frontal
ascendente, que emitirá las órdenes motoras hacia los núcleos de los nervios craneales
VII, IX, X, XI y XII que inervan las estructuras de la articulación y fonación del
lenguaje.
Los ganglios basales y el cerebelo modulan la fonación de forma pertinente.

La región prefrontal adecua el mensaje al contenido semántico a través de su


conexión con el área posterior de integración del lenguaje. En esta zona se localiza la
memoria funcional, que nos permite relacionar el momento actual con fenómenos
ocurridos previamente, representaciones mentales, respuestas retardadas, categorización

Las áreas motrices suplementarias de ambos hemisferios controlan la iniciativa


verbal.
El sistema límbico contiene la memoria verbal y la tonalidad afectiva del
lenguaje.

TRASTORNOS ESPECIFICOS DEL LENGUAJE


Para la definición de los TEL, no contamos con ningún marcador biológico, por
tanto su definición se basa en criterios de exclusión.
Fue en 1981, cuando Stark y Tallal, definieron este tipo de trastornos con 6
criterios excluyentes, aunque fue Bishop el que puso en boga el concepto:
Trastorno del lenguaje de inicio lento y retrasado respecto a su edad cronológica que no
tenga relación con:
 Déficit sesorioauditivo, motor ni cognitivo
 Ni trastorno generalizado del desarrollo
 Y deben excluirse las alteraciones neurológicas estructurales o funcionales del
desarrollo.

Se han descrito numerosas anomalías morfológicas y funcionales de la corteza


cerebral en personas afectadas de TEL:
 Menor volumen de las regiones infrasilvianas de ambos hemisferios
(Jernigan,1991)
 Asimetría a favor de hemisferio derecho (Geschwind,1968; Wada,1975;
Chi,1977)
 Influencia de la testosterona en la apoptosis de hemisferio izquierdo
(Geschwind,1983; Plante,1996)
 Alteración del flujo cerebral de hemisferio izquierdo (Lou,1990; Raynaud,1989;
Tzourio, 1994)
 Alteraciones del EEG en vigilia (Tuchman,1991). O en sueño no REM
(Èchenne,1992; Duvelleroy-Hommet,1995)
 Dificultad en procesamiento temporal (Artieda,1996)
 Control subcortical (Crosson,1992)
 Papel del cerebelo en el control motor articulatorio, programación fonológico-
sintáctica, recuperación lexical (Koh,1997; Jan,1998)
 Predisposición genética (Billard,1994)
 Factores ambientales adversos (prematuridad, anoxia, CIR) (Luoma,1998)

Pero no existe un marcador biológico, que nos permita detectar los niños con
TEL, que afecta aproximadamente a un 7,5% de la población (Tromblin,1997;
Leonard,1998), que se podrían beneficiar de una intervención temprana, a partir de un
abordaje multidisciplinar.
La clasificación de uso mas habitual es la de Rapin y Allen, reformada en 1996,
que considera TEL:
Niños con inteligencia normal, sin defecto auditivo o motor, ni problemas psicológicos,
ni alteraciones de la interacción social
Clasificación de Rapin y Allen Subgrupos de la Clasificación original
Reformada incluidos
Trastornos del lenguaje expresivo Dispraxia verbal
Déficit de programación fonológica
Trastorno expresivo y receptivo Agnosia verbal auditiva
Déficit fonológico sintáctico
Trastorno del procesamiento de orden Déficit léxico sintáctico
superior Déficit semántico-pragmático

Los signos de alarma, que nos indicarán la conveniencia de realizar un estudio


causal, e iniciar la intervención vienen definidos en la tabla siguiente:

12 m No balbuceo ni imitación bucal


18 m No utilización de palabras aisladas
24 m Vocabulario de palabras aisladas con <10 pal.
30 m <100 palabras. No combinación de 2 palabras. Ininteligible
36 m <200 palabras. No frases telegráficas. Claridad<50%
48 m <600 palabras. No frases sencillas. Claridad<80%

Nuestro estudio diagnóstico, por tanto, se reduce a comprobar que el niño tiene:
Criterio auditivo para frecuencias conversacionales conservado.
No presencia de lesión neurológica, o enfermedad con defecto auditivo.
Ni trastorno del espectro autista.
En la actualidad se está desarrollando una nueva técnica de neuroimagen, no
invasiva, denominada magnetoencefalografía (MEG), que permite localizar con alta
precisión espacial y temporal, las áreas y los patrones de la actividad relacionada con las
funciones cognitivas, y en concreto con el lenguaje.
BIBLIOGRAFIA
Narbona J., Chevrie-Muller C. El lenguaje del niño. 1997
Miller EK, Cohen JD, An integrative theory of prefrontal cortex function. Annu Rev
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Chevrie-Muller C: Trastornos específicos del desarrollo del lenguaje, en Narbona J.. El
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Tromblin JB. Prevalence of specific language impairment in Kindergarten children. J
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Frye RE, Pascual-Leone A: Transcraneal magnetic stimulation in child neurology:
currents and Future directions. J.Child Neurol: 2008, 23:79-96
Muñoz-Yunta J.A: Estudio comparativo mediante magnetoencefalografía de los
trastornos del lenguaje pragmático y los trastornos del espectro autista. REV NEUROL
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