Você está na página 1de 8

Cambios en el sistema agroalimentario y sus consecuencias en seguridad

alimentaria en México.

Antonio López Gómez1.

Introducción

Las políticas orientadas al desarrollo en México ha llevado a una gran cantidad de procesos
y trasformaciones en diversos territorios que configuran y reconfiguran los patrones de
cultivos y de alimentación de la población. Estas trasformaciones no solo son cambios
impulsados por las políticas de la trasformación de modelo económico, sino también por
alteraciones en los patrones de cultivos a nivel global y del patrón agroexportador. En el
presente ensayo se abordará la problemática que ha surgido a partir de estas trasformaciones
en del sistema agroalimentario y cuales han sido sus implicaciones en materia de seguridad
alimentaria para los actores afectados, principalmente en México. Se comenzara por revisar,
de manera breve, como Estados Unidos a partir de una tecnificación de la agricultura impone
un dominio sobre algunas regiones del tercer mundo en materia de producción de granos
básicos, posteriormente bajo ese contexto se analizará el caso de México y las repercusiones
que ha tenido en cuanto la obtención de alimentos básicos a partir de la implementación de
TLCAN.

En las últimas décadas del siglo XX hubo un incremento de la producción agrícola por parte
de Estados Unidos debido a una mayor tecnificación en el proceso que incluía nuevos
métodos y la utilización de fertilizantes, pesticidas, y herbicidas, esto contribuyó también a
fortalecer las tendencias hacia la concentración en la producción agrícola con menor número
de granjas, de mayor tamaño y más capitalizadas. Este rápido crecimiento provocó una
sobreproducción de los productos agrícolas. Aunque en un principio este excedente se utilizó
como ayuda alimentaria, se convirtió en un medio para administrar el comercio en beneficio
de los intereses agrícolas de Estados Unidos en el tercer mundo (Bernstein, 2012).

1
Estudiante de la maestría en desarrollo local. UNACH campus III, Facultad de ciencias sociales. San Cristóbal
de Las Casas, Chiapas. 2018.

1
Los subsidios de alimentos básicos por parte de Estados Unidos, principalmente, llegaron a
ser de menor costo que la producción interna agrícola de algunos países Latinoamericanos,
que habían sido autosuficientes, estimulándolos para industrializarse. En este sentido, con la
adopción de la agricultura industrial se profundizaron los mercados capitalistas, extendiendo
las tecnologías de la revolución verde y la especialización de exportaciones agrícolas también
en América Latina y como consecuencia se ha producido la marginación de los pequeños
productores. (McMichael, 2015). Es decir, casi se ha abandonado la producción para el auto
consumo por productos totalmente comerciales en su mayoría para la exportación.

En el caso de México, en la década de 1990, con la inserción del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN), se liberaron las restricciones internas y externas al
comercio, aunque en un inicio generó mejoras en infraestructura y tecnología en algunas
regiones. Sin embargo a largo plazo propició problemas a los pequeños productores quienes
no contaban con recursos necesarios para insertarse en el mercado internacional. En las
regiones más desfavorecidas se estancaron ante la competencia extranjera, acentuando la
desigualdad y pobreza en el campo (Delgadillo, 2008). A medida que los productores de
granos básicos no podían hacer frente a los precios del grano extranjero comenzaron en
algunos casos a migrar hacia estados unidos y unos cuantos más se dedicaron al cultivo de
productos alternativos, como futras, flores y hortalizas de temporada, también llamados
bienes de lujo. (Rubio, 2012).

Por lo tanto, la globalización entendida como un poseso caracterizado por la flexibilidad del
capital respecto al traslado de nuevas zonas de inversión para una mayor generación de
ganancias mediante la creación de nuevas estructuras de producción (Fürst, 2013). Ha jugado
un papel importante en la distribución de alimentos mediante las transnacionalización de la
agricultura. La fase agroexportadora neoliberal en los países subdesarrollados, se ha
caracterizado por la dependencia alimentaria mediante la importación de bienes básicos
desvalorizados provenientes de países desarrollados y la creciente exportación de frutas y
hortalizas considerados como bienes de lujo (Rubio, 2012).

De esta manera México se convirtió en uno de los principales receptores latinoamericanos


para empresas trasnacionales agroindustriales, en especial las provenientes de Estados
Unidos, que representan alrededor de 80% de los establecimientos con capital extranjero

2
(Rama, 1984). Respecto a esa dinámica la opción para algunos pequeños agricultores a
menudo ha sido dedicarse a los cultivos comerciales, otros o en su mayoría solo practican la
agricultura como medio de subsistencia (De Schutter, 2009).

Este fenómeno generó que en México la agricultura campesina productora de granos básicos
quedara marginada y excluida del modelo. Las políticas neoliberales reorientaron los
objetivos de la producción agropecuaria, la lógica se volcó a adquirir alimentos baratos
provenientes de importaciones de Estados Unidos (Appendini, García y De la Tejera 2008,
Mariscal, Ramírez y Pérez; 2017). Para el periodo 1980-2011, el precio medio rural del maíz
fue de 3,685 pesos por tonelada, mientras que el internacional fue de 2,141 pesos. Después
de 1986 el precio medio rural descendió paulatinamente, aunque no por debajo del
internacional. Por lo tanto, se puede observar que no es un problema de la oferta nacional,
sino, tiene que ver con el alza de los precios internacionales y su efecto sobre el precio interno
del maíz y sobre los agentes de la cadena del maíz (Appendini y Quijada, 2008; Moreno, L.I;
González, S. y Matus-Gardea, J. A, 2016).

A partir de estas políticas, durante el periodo de 1990-2006, se ha observado que la superficie


dedicada a granos básicos fue decayendo a un ritmo del -1.05%, la producción interna
registro un estancamiento, al tiempo que se generó un incremento del 5.53% anual en
importaciones de granos básicos. Mientras que en 1990 solo 19.8% del consumo nacional
provenía de las importaciones, para 2006 el 31% era importado (Rubio, 2008). Datos más
recientes señalan que en el cierre agrícola de 2017 más del 90% del valor de la producción
lo aportaron productos de mayor valor comercial como los siguientes
frutales 26.7%, cereales 20.3, hortalizas 18.2%, industriales 13.4% y forrajes 12.4%. En el
caso del grupo de cereales, la superficie sembrada disminuyó 2.9%, resultado de la elección
por parte de los agricultores hacia cultivos más rentables como los ya mencionados. (Servicio
de Información Agroalimentaria y Pesquera [SIAP], 2018).

En este contexto en el cual los granos básicos se han estado desplazado por productos
comerciales la seguridad alimentaria cada vez comenzó a convertirse en un punto de mayor
atención y consideración (Torres; 2003).Las diferencias entre productores se ha polarizado
más entre productores empresariales, campesinos modernizados-subsidiados y los
campesinos marginales, que cada vez más recurren a los ingresos no agrícolas para reproducir

3
la economía familiar. De esta manera se crean también trasformaciones en las estructuras
sociales en cuanto a la producción agrícola. Surge el concepto de pluriactividad rural
entendida como alternancia de actividades no agrícolas con las agropecuarias bajo un sistema
de unidades de producción familiar, trasformando la concepción del campesino tradicional
quien se enfocaba exclusivamente al campo (Rosas, 2013).

En este sentido los actores excluidos han reforzado sus estrategias de auto abasto en
condiciones de producción marginal, haciendo uso de los recursos tierra y trabajo, de esta
manera los hogares combinan cada vez más la producción del maíz con la migración hacia
los Estados Unidos con ingresos no agrícolas a fin de garantizar el abasto de su alimento
fundamental. Esta estrategia fue un amortiguador, una respuesta a las condiciones de pobreza,
a la necesidad de aprovechar todos los recursos y también de mantener una forma de vida
como “campesinos” ante la falta de mejores opciones. (Appendini, et al. 2008, Fitting, 2014).

En este sentido Zamora (2013) refiere que el desarrollo tiene que ver con los procesos
internos de las sociedades y territorios al igual que las relaciones de adaptabilidad que estas
mantienen con el entorno en cuanto a sus condiciones cambiantes para disminuir su
dependencia del mismo y mejorar su calidad de vida. “Así la diversificación de las
actividades puede verse como una estrategia defensiva de los hogares pobres, en particular
de campesinos, por la falta de posibilidades para concentrarse en una sola actividad, para
mejorar sus ingresos.” (Grammont, 2010, p.114).

De esta manera la seguridad alimentaria entendida como el acceso físico y económico a


suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimentarias y las
preferencias a nivel de individuo, hogar, nación y global, con el objetivo de llevar una vida
activa y sana (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
[FAO], 1996) se ha visto afectada debido estas trasformaciones socioeconómicas en las
cuales se ha comprometido la producción de cultivos, condicionando así la obtención de
alimentos. Se puede observar entonces que esta estrategia de seguridad alimentaria trasciende
el problema de la crisis económica interna en general, ya que no alude solo a una condición
de carencia parcial o absoluta, sino a una estrategia que toma factores endógenos y exógenos
para contar con lo indispensable del consumo en una sociedad especifica (Torres, 2003).

4
Por su parte, las políticas de seguridad alimentaria diseñadas y ejecutadas en México desde
hace cerca de cuatro décadas se han enfocado en el abasto en cantidades suficientes y a
precios bajos y no han considerado el aspecto de calidad de los productores en particular en
lo referente al maíz. (Appendini, et al. 2008). Por lo cual, algunos productores han diseñado
estrategias locales que les ha permitido mantener su subsistencia frente a los diversos
cambios que se han presentado en su entorno. Desde esta perspectiva se puede observar que
existen iniciativas para generar un desarrollo endógeno en algunas zonas de México. Pero,
para que este se genere, es indispensable que las instituciones faciliten la adopción de
innovación que permitan la diversificación de las actividades productivas y el acceso a los
mercados, es decir, “los contratos y los mecanismos que gobiernan los acuerdos, los códigos
de conducta de la población la gobernanza y la cultura condicionan la senda especifica del
desarrollo en cada territorio” (Vázquez, 2015, p.191).

En muchas comunidades rurales de México se han generado estas estrategias caracterizadas


por agriculturas duales, en las que se mezclan trabajos tanto fuera como dentro del campo
para satisfacer su consumo. Tal es el caso de regiones como la sierra norte de Oaxaca, el valle
de Toluca y algunas regiones de puebla, en donde las familias campesinas optan por producir
maíz, a pesar de los altos costos de reproducción, haciendo uso de trabajo asalariado y de la
tierra, dada la importancia que esta acción tiene en su bienestar y en su calidad de vida
(Appendini et al. 2008; Torres. 2003; Appendini; Quijada, 2008).

CONCLUSIÓN

Como se ha podido observar los procesos globales han tenido repercusiones significativas de
manera sistémica al ámbito local, la incorporación de una mejora en la producción de granos
básicos en Estados Unidos género en América Latina, y particularmente en México, una
reestructuración productiva perdiendo importancia la producción de granos básicos, debido
una baja en la rentabilidad del producto, sustituyéndose por cultivos de mayor valor
comercial. Este fenómeno ha provocado una gran dependencia alimentaria en el país hacia
economías desarrolladas (Estados Unidos), las políticas neoliberales aplicadas en México
acentuaron la problemática obligando a los actores locales desfavorecidos a tomar medidas
para su supervivencia. Bajo este contexto, los pequeños productores realizan diversas

5
estrategias para diversificar la producción y su fuente de ingresos, con el objetivo de
mantener su seguridad alimentaria y mejorar su calidad de vida.

Bibliografía

Appendini, K. Cortez, L. y Díaz, V. (2008). V Estrategias de seguridad alimentaria en los


hogares campesinos: la importancia de la calidad del maíz y la tortilla. En
Appendinni, K. y Torres, G. (Ed.). (2008). ¿Ruralidad sin agricultura? perspectivas
multidisciplinarias de una realidad fragmentada. México, D.F: El colegio de México

Appendini, K; García, R. y De la Tejera B. (2008). Seguridad alimentaria y “calidad” de los


alimentos: ¿una estrategia campesina? En García, R; De la Tejeda, B. y Appendini K.
(coord.) Instituciones y desarrollo. Ensayos sobre la complejidad del campo
mexicano. Universidad Autónoma de México, El Colegio de México, Universidad
Autónoma de Chapingo. Pp 105- 132.

Appendini, K; Quijada, M.G. (2013). La crisis alimentaria y su impacto en México: el maíz.


En Rubio, B. (coord.). (2013). La crisis alimentaria mundial impacto sobre el campo
mexicano. México: Porrúa.

Berstein, H. (2012) Dinámicas de clase y trasformación agraria, Universidad Autónoma de


Zacatecas. Red internacional de migración y desarrollo; México, D.F: Miguel Ángel
Porrúa.

De Grammont, H. C. (2010). La Evolución de la producción agropecuaria en el campo


Mexicano: concentración productiva, pobreza y pluriactividad. Andamios, Vol.
7(13), 85-117.

De Schutter, O. (2009) La agroindustria y el derecho a la alimentación, Naciones Unidas,


Consejo de Derechos Humanos, Asamblea general, Tema 3 de la agenda, 13° periodo
de sesiones.

6
Delgadillo, J. (2008). Desigualdades territoriales en México derivadas del tratado de libre
comercio de América del Norte, Eure, vol. XXXIV(N°101). 71-98.

Fitting, E. (2014). Importar maíz, exportar mano de obra: régimen neoliberal del maíz,
cultivos transgénicos y erosión de la biodiversidad en México. En Otero G. (coord.).
(2014). La dieta neoliberal globalización y biotecnología agrícola en las Américas.
Xochimilco, México: MAPorrúa.

Mariscal, A; Ramírez C. y Pérez A. (2017) Soberanía y seguridad alimentaria: Propuestas


políticas al problema alimentario. Cuarta época textual análisis del medio rural, vol.69
(núm. 69). 9-26.

McMichel, P. (2015). Regímenes alimentarios y cuestiones agrarias. Universidad Autónoma


de Zacatecas. Red internacional de migración y desarrollo; México, D.F: Miguel
Ángel Porrúa.

Moreno, L.I; González, S. y Matus-Gardea, J. A. (2016). Dependencia de México a las


importaciones de maíz en la era del TLCAN. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas
Vol.7(Núm.1), 115-126.

Rama, R. (1984). El papel de las empresas trasnacionales en la agricultura mexicana.


Comercio Exterior, vol. 34(11), 1083-1095.

Rosas, M. (2013). Nueva Ruralidad desde dos visiones de progreso rural y sustentabilidad:
Economía Ambiental y Economía Ecológica. Polis Revista Latinoamericana (34), 1-
15.

Rubio, B. (2008) “De la crisis hegemónica y financiera a la crisis alimentaria impacto sobre
el campo mexicano”, Nueva época año 21, Vol.57 (núm. 57), Pp. 35-52.

Rubio, B. (2012) 1 El declive de la fase agroexportadora neoliberal en el contexto de las


crisis capitalistas y alimentarias, En Hernández Moreno M. Meléndez Torres, L.
Alimentación contemporánea: Un paradigma en crisis y respuestas alternativas.
Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo, Clave Editorial.

7
Torres, F. (2003). 1 La visión teórica de la seguridad alimentaria como componente de la
seguridad nacional. En Torres F. (coord.). (2003). Seguridad alimentaria: seguridad
nacional. México: Plaza y Valdez.

Vázquez, A. (2015). El desarrollo endógeno en los territorios frágiles. La relevancia de las


instituciones. En Perez, M. M; Merrit, H y Isunza G. (coord.). (2015). Los desafíos
del desarrollo local. México, MAPorrúa.

Weigand, E. F. (2013). Hacia una reconceptualizacón de la cuestion regional: enfoques


alternativos ubicados en las ciencias sociales críticas. En Crisis, espacio y aprendizaje
social la cuestión regional en el capitalismo global. Heredia, Costa Rica: EUNA.

Zamora E. (2013). El desarrollo territorial desde la perspectiva de la teoría de los sistemas


complejos y no-linealidad. A la búsqueda de un nuevo paradigma. En Diego, R.S;
Rodríguez, C y Couturier, P. (Coord.). (2013). Cambios y procesos emergentes en el
desarrollo rural. Xochimilco, México: Casa abierta al tiempo.

Fuentes Electrónicas:

Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. (2018). Cierre Estadístico de la


Producción Agrícola 2017. Recuperado de https://www.gob.mx/siap/articulos/cierre-
estadistico-de-la-produccion-agricola-2017?idiom=e

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (1996). Cumbre


Mundial de la alimentación. Recuperado de: http://www.fao.org/3/a-at772s.pdf

Você também pode gostar