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Veintiún días de ORACIÓN y AYUNO

INTRODUCCIÓN

Prepare su Corazón

Un tiempo a solas con Jesús es un tiempo que nunca se pierde. Mientras se embarca en estos 21 días de
oración y ayuno sepa que a más tiempo pase con Jesús, más lo conocerá a Él y más usted podrá parecerse
a Él. Cada día este oficio religioso será estructurado usando el método S.O.A.P para el estudio de la Biblia.

Es algo simple el leer las escrituras, pero cuando usted interactúa con ellas, cuando aprende a
desacelerar para REALMENTE leerlas, de repente las palabras comienzan a brotar de
las páginas. Al usar el S.O.A.P en sus versos, usted puede profundizar en las escrituras y “ver” más
que si simplemente leyera los versos y continuará con su vida. Anímese… tome el tiempo para usar
S.O.A.P en los versos diarios y vea usted mismo cómo obtiene mucho más de su lectura diaria… se
sorprenderá.

S por Escrituras (Scripture)


Abra su Biblia y lea la lectura de hoy. Tome su tiempo leyendo y permita que Dios le hable. Cuando
haya terminado, búsque un verso que le habló particularmente a usted y escríbalo en su diario.

O por Observación
¿Qué le impactó y llamó su atención en lo que leyó? ¿Qué piensa que Dios le dice en ésta escritura?
Pídale al Espíritu Santo que le enseñe y le revele a Jesús. Parafrasee y escriba esta escritura con sus
propias palabras.

A por Aplicación
Personalice lo que haya leído, al preguntarse a sí mismo cómo lo aplica en este momento de su vida.
Tal vez es una instrucción, un estímulo, una revelación de un nuevo propósito o correcciones de un
área particular de su vida. Escriba cómo esta escritura puede aplicarse en su vida hoy.

P por Oración (Prayer)


Esto puede ser tan simple como pedirle a Dios que lo ayude a usar esta escritura o podría tener una
mayor percepción de lo que Él pueda estar revelándole. Recuerde, orar es una conversación entre dos,
así que ¡asegúrese de escuchar lo que Dios tiene que decir! Ahora, escríbalo.

Dios le hablará y usted obtendrá aliento. Oramos porque tenga los 21 días más dichosos durante su
ansiada búsqueda de Dios y Su liderazgo en su vida.
Día 1

ESCRITURA:

Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de
testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia,
y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en
Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quién, por el gozo que le esperaba,
soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado
a la derecha del trono de Dios.
—Hebreos 12:1–2

Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos.
No te desvíes ni a diestra ni a siniestra;
apártate de la maldad.

Los ojos del Señor están en todo lugar,


vigilando a los buenos y a los malos.
—Proverbios 4:26–27, 15:3

OBSERVACIÓN:

Aunque hay muchas razones maravillosas para detenerse y hacer una pausa de la ocupada vida,
ayunando y orando, esta guía se enfocará en dos razones primordiales. Primero, estamos orando y
ayunando con el objetivo de enfocarnos en Cristo, nuestro gran Salvador quién, si somos honestos,
olvidamos a menudo entre las vicisitudes de nuestras actividades diarias. Segundo, para ayudarnos
con nuestro principal objetivo, oramos y ayunamos para remover los dañinos pecados y los ídolos
indignos que roban nuestra atención de Cristo.

El autor de Hebreos nos dice que mantenernos con resistencia en el camino correcto de la vida
Cristiana se logra al escapar de los obstáculos atravesados corriendo hacia la recompensa. Primero,
debemos darnos cuenta de cualquier tipo de peso o “carga” que pueda estar frenándonos en nuestro
camino en la búsqueda de Cristo. Un corredor perderá velocidad si le fueran agregados pesos
innecesarios a sus tobillos. Igualmente, el atleta seguramente se tropezaría, caería o se enredaría si
tomara un camino que corriera directamente hacia un arbusto espinoso en vez de mantenerse en el
camino indicado. El autor de Hebreos nos dice que es la misma verdad en nuestro camino con Cristo.
Los pesos y enredos que nos frenan en nuestra carrera son pecados. Mientras purgamos, limpiamos o
“dejamos de lado” a los ídolos y pecados que nos retienen, nos “aligeramos”, para decirlo de alguna
forma y estamos en forma para correr la carrera Cristiana.

Segundo, es importante que observe que también corremos hacia algo mucho mejor, Cristo. Hebreos
12 nos dice que la meta última de la carrera Cristiana es “fijar nuestros ojos en Jesús”, nuestra gran
recompensa celestial al final de la meta de la carrera. Como todo buen atleta, para el creyente, la
gloria y la recompensa al otro lado de la línea de meta nos llena de la resistencia necesaria para
competir en la carrera. Debemos recordar que el conocer a Jesús es una recompensa valiosa debido a
Su persona. ¡Él es el autor de nuestra fe, el que nos busca y nos da su esperanza salvadora para
comenzar! Él es también el “perfeccionador” de nuestra fe, ayudándonos a crecer en nuestra vida
Cristiana día a día. Él sacrificó todo lo que Él tenía por nosotros, dejando Su vida en la cruz con gran
regocijo porque Él sabía que encontraría una forma de reunirnos con el Padre. Y Él no sólo murió en
nuestro lugar. Él derrotó a la muerte por nosotros también en la resurrección y tomó Su legítimo
trono en el cielo, donde Él ahora reina en total control sobre el universo, ¡lo cual incluye todos los
detalles de nuestra vida diaria! Ningún ídolo puede o ha hecho esto por nosotros. Debido a todas estas
cosas, sólo Cristo tiene derecho a nuestro completo seguimiento.

Durante nuestro tiempo de oración y ayuno como iglesia, esta guía le ofrecerá formas para que usted
practique en vivo las dos instrucciones encontradas en Hebreos 12:1-2. Observaremos varios pasajes a
través de las escrituras que nos ayudan a “fijar nuestros ojos” en Jesús y experimentar Sus maravillas,
grandeza, confort, amor, compasión, autoridad, divinidad, humanidad y soberanía sobre nuestras
vidas. También exploraremos pasajes que nos ayudan a “poner de lado” los pecados que nos retienen
en nuestro camino cristiano. Intercedamos los unos por los otros durante este tiempo, para que
nuestra iglesia entera tenga una mejor imágen de Jesús al final de este tiempo de oración y ayuno, así
como una ruta más liviana en nuestro camino Cristiano después de desechar todos los pecados que
han entrado en nuestros corazones durante los momentos ocupados de nuestras vidas.

APLICACIÓN:

1. ¿Por qué algunas veces olvida el “enderezar las sendas por donde andas” de una
forma semanal? ¿Cómo puede evaluar su conducta y ser testigo en sus específicas
esferas de influencias? ¿Qué tipos de “sendas” está caminando en su ambiente laboral,
sus amistades, su involucramiento en la iglesia, su vida familiar y sus oportunidades
ministeriales?

2. ¿Qué cosas le frenan en su camino con Cristo? ¿Qué barreras le hacen tambalear
consistentemente en su búsqueda de Él? ¿Qué mentiras le dificultan en creer que Él es
merecedor de su completo seguimiento en vez de otras cosas (ídolos)? Tome su tiempo
en orar de que Él le ayudará a “despojarnos del lastre” de estas barreras pasando por
los siguientes veintiún días y después.

La Misión de Dios, Mi Misión

Jesús vino a “buscar y salvar lo que se ha perdido” (Lucas 19:10). Si usted le ha dado su corazón y vida
a Jesús, Su misión se vuelve ahora tu misión. Dios desea que “nadie perezca, sino que todos se
arrepientan” (2 Pedro 3:9). Queremos que su corazón se alinee con el del Creador. Él nos hizo por una
razón, Él nos puso en la tierra para una misión.

Así que, ¿Qué le obstaculiza en su esfuerzo de alcanzar a aquellos que están alejados de Dios? ¿Qué
causa que usted se distraiga de su misión? Algunas veces son obstáculos inocentes como estar
ocupado. Podemos quedar atrapados en nuestra rutina y en el manejo de nuestras vidas que
perdemos de vista lo que realmente es importante. Haga una mirada a su vida e identifique los
obstáculos que le hacen tropezar. Despeje las “cargas” que le evitan el correr la carrera preparada para
usted.

ORACIÓN:

Haga de esto un asunto para la oración mientras se embarca en estos veintiún días de oración y
ayuno. Ore para que Dios abra sus ojos a lugares ocultos. Ore para que Dios encienda el fuego en su
vida para su misión de buscar a los perdidos y guiarlos hacia Jesús. Ore para que Dios lo use para
hacer una eterna diferencia.
Día 2

ESCRITURA:

El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora. De día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.
—Salmos 121:5–8

El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles.
Pero de ahora en adelante tendrás guerras, pues actuaste como un necio».
—Crónicas 16:9

OBSERVACIÓN:

Ayer, una de las valiosas verdades que aprendimos es que muchos ojos observan nuestro camino
Cristiano, los más importantes de ellos siendo los de Dios. Algunos de nosotros escuchamos
“observar” y concebimos a Dios observando nuestra vida desde la distancia en una torre de marfil con
una mirada de desaprobación en su rostro, escribiendo notas sobre lo que hacemos bien o mal. Otros
de nosotros, especialmente en un contexto Americano, podríamos considerar esto algo perturbador,
que alguien esté observando cada movimiento nuestro, indagando sobre nuestra ¡vida privada!
Salmos 121 y 2 Crónicas 16 nos ayudan a ver una imagen drásticamente diferente sobre la forma como
Dios nos “observa”. De acuerdo a estos versos, Dios nos observa de forma muy acogedora e
involucrada. Como hijos de Dios, para aprender a caminar en nuestra propia vida Cristiana, debemos
recordar que Él nos observa con afecto, involucrándose para fortalecer nuestros pasos, así como los
padres ofrecen un fuerte apoyo con sus manos a su tambaleante bebé. Cuando una familia le dice a la
niñera que “cuide” a sus hijos, ellos no simplemente quieren decir que los observen o juzguen sus
acciones a lo lejos. Ellos quieren decir todo un grupo de significados - para ayudar a los niños a volver
sobre sus pies si se tropiezan, alimentarlos con comidas o meriendas, mantenerlos alejados de los
enchufes eléctricos, abrazarlos cuando lloren, disciplinarlos cuando sea necesario, bañarlos y vestirlos
para dormir. De estas formas, ser “protegido” (como lo dice Salmos 121) es una preciosa y gran
promesa hecha a nosotros como hijos de Dios. Él no sólo observa nuestro camino Cristiano; ¡Él nos
ayuda en eso y monitorea todo el proceso con gran cuidado!

Salmo 121 configura las formas específicas en que Dios nos “observa”. Primero, Él ve cuando el duro
calor de las ardientes circunstancias de la vida nos golpea, y ofrece una sombra refrescante en el
confort de Su presencia. Cuando el calentador es encendido en la vida, Él puede ser que no siempre
cambie nuestra situación, pero Él conforta nuestros corazones con la paz del conocimiento de que Él
lo ve todo y que Él está con nosotros en cada paso del camino. Él nos promete que las severas
realidades de la vida no tienen poder real de lastimarnos al final (dado que tenemos la esperanza de la
resurrección). Sobre todo esto, Él nos promete que observará “desde ahora y para siempre”, lo que
significa que Él está amorosamente involucrado con todos los detalles de nuestras vidas, ¡sea ahora o
incluso en nuestra futuras experiencias en los nuevos cielos y la tierra! Y en 2 Crónicas 16:9 nos da
aún más esperanza, mostrándonos que Dios no hace esto porque Ésta obligado. No, Él ama el
constantemente buscar por los débiles que se apoyan en Él por fuerza, para que Él pueda infundirlos
con poder. En otras palabras, el Señor no es solamente un Dios que nos observa sobre nuestro camino
Cristiano, sino Uno que rompe el borde para darnos fuerza para el viaje. Él está buscando, incluso
ahora, por nuevas formas de reforzar a Sus seguidores que sean completamente dependientes de Él.

APLICACIÓN:
1. ¿Cuál parte específica de Dios “observándolo” en estos versos lo incentiva más?
¿Hay alguna parte de estas promesas que no haya visto hasta ahora? ¿Cómo puede
usted recordar más a menudo las formas en que Dios lo observa?

2. ¿Qué lo aparta a usted de ser completamente comprometido y dependiente del


Señor? ¿De qué otras cosas usted saca fuerzas en vez de Dios? ¿Cómo puede cultivar
una dependencia más profunda con Jesús?

La Misión de Dios, Mi Misión

Servimos a un buen, buen Padre. Él nos ama tanto que envió a su Único Hijo unigénito para rescatar a
los pecadores. Justo antes de que Jesús ascendiera de vuelta con el Padre, Él nos dio nuestro Gran
Encargo de “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones” (Mateo 28:19a).

Pero las palabras finales de Jesús sobre el Gran Encargo fueron y son increíbles. Él dijo que cuando lo
haces, mientras vas, cuando trabajas en ello a través de la vida, a través de todas las cosas que hagas,
que recuerdes esto: “estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20b). ¡El Hijo de
Dios, el León de Judah, el Rey de Reyes, nuestra Esperanza, nuestro Redentor, el Supremo Creador de
todo que está con usted siempre!

ORACIÓN:

Mientras considera orar plenamente sobre a quién Dios lo ha puesto a seguir el Evangelio, dé gracias
de que Jesús lo ha hecho antes por usted, está detrás de usted, está en sus palabras, sus ojos, su
mente y con usted en toda forma. Así como avanzamos en nuestra misión en la tierra, esté seguro que
Jesús está “con usted, hasta el fin del mundo”.
Día 3

ESCRITURA:

Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo.
—Colosenses 1:13

Te (Jesús) envío a estos (Pablo) para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y
del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la
herencia entre los santificados.
—Hechos 26:17–18

OBSERVACIÓN:

Algunas veces, sea observando las noticias o a través de los medios sociales, podemos ser abrumados
por la siempre presente oscuridad que llena nuestra sociedad y todo nuestro planeta, si vamos al caso.
Otra tragedia desconsoladora sucede. Un nuevo escándalo público es revelado. Otro desastre natural
desorienta a la tierra. Otro respetado líder cae en un grave pecado. Se puede sentir muy fácilmente
como si todo el mundo estuviera sumergiéndose en lo que Colosenses llama el “dominio de la
oscuridad”, la maligna corriente de rebelión y oposición hacia Dios que fluye a través de la cultura,
siendo su jefe estratega y líder rebelde Satanás (Juan 12:31; Efesios 2:2; 2 Corintios 4:4).

Aunque podemos estar tentados a caer en la desesperación ya que el mundo se ha vuelto envuelto en
lo que Hechos 26 llama “el poder de Satanás”, debemos recordar que Dios siempre está moviéndose,
incluso en el tiempo más oscuro y en lo peor de las maldades. La cruz es un ejemplo brillante de esto.
Parecía que Jesús estaba acabado, la humanidad era irreversiblemente injusta y malvada, y Satanás
había ganado. Pero la resurrección nos muestra que Dios estaba trabajando todo el tiempo, batiendo
las posibilidades en contra en las situaciones más insoportables. La cruz fue el mismo lugar donde
nuestra negligencia, nuestro registro de pecado fue intercambiado por la honestidad de Cristo, el
perfecto. Y la resurrección los confirmó todo-que Jesús es de verdad Dios y tiene el poder sobre
incluso la muerte. Si Él tiene poder sobre la muerte y la oscuridad, entonces Él ciertamente tiene el
poder de rescatarnos de ambas. Como creyentes, podemos asumir el hecho de que Dios nos rescató
del horrible dominio de la oscuridad hacia el reino lleno de luz del Hijo a quién Él ama.

Mientras miramos el mundo, nosotros no sólo vemos lo malo. También tenemos ojos para ver el bien
que Dios está haciendo-todas las formas en que Él se está moviendo, atrayendo a las personas para
que “se conviertan de las tinieblas a la luz”. Cuando más y más llegan a conocer a Cristo, podemos
regocijarnos de que no sólo tenemos el perdón total, sino también “la herencia” dentro de la familia de
Dios. Dios no sólo se ocupa de nuestros pecados y nos lanza al camino para que nos defendamos
solos. Él nos acoge en Su familia para bien, como nuevos ciudadanos de Su reino. Cuando caemos en
la tentación del desespero, debemos recordar que esto es lo que somos ahora-ya no más residentes del
reino de la oscuridad, sino residentes en Su reino de luz. Debemos recordar que Dios está todavía
moviéndose, ¡trayendo luz y vida a los más oscuros lugares en nuestra cultura a través del trabajo de
Su Hijo y la presencia de Su pueblo alrededor de todo Su planeta! Todo esto gracias al trabajo de
Jesucristo, nuestro salvador de la oscuridad.

APLICACIÓN:
1. ¿Qué sucede en nuestra cultura que lo tienta a caer en una actitud de
desesperación? ¿Qué le previene a usted el ver más radiantes maneras en que Dios
todavía actúa? Hablando prácticamente, ¿Cómo puede enfocar su atención hacia lo
bueno que Él está haciendo en el mundo?

2. ¿Piensa a menudo sobre Jesús como el Salvador de su vida? ¿Por qué o por qué no?
¿Qué nuevos hábitos puede construir para ayudarle a recordar que usted no
pertenece más al reino de la oscuridad? ¿Cómo esto cambiaría su visión del día a día y
sus actividades en la vida?

La Misión de Dios, Mi Misión

Un joven Robert Louis Stevenson, autor de clásicos como La Isla de Tesoro, estaba fascinado con los
antiguos encendedores de lámparas que caminaban por las calles con una escalera y una antorcha,
encendiendo las luces de las calles para iluminar la noche. Una noche, mientras observaba a los
encendedores de lámparas, sus padres le preguntaron qué estaba haciendo, Sus palabras fueron
registradas al decir, “¡Mira a ese hombre! ¡Está abriendo huecos en la oscuridad!”

¿No es ésta una buena descripción de lo que estamos mandados a hacer como Cristianos? La
oscuridad nos rodea. No podemos sólo encender la luz y hacer que desaparezca. Pero podemos abrir
huecos en la oscuridad. Podemos hacer pequeños pero significativos actos de amor y bondad que bien
hacen el trabajo contra la oscuridad.

ORACIÓN:

Así, mientras continúa orando y ayunando, pregúntele a Dios cómo puede usted abrir un hueco en la
oscuridad. Ofrézcase a Dios para ser un encendedor de lámparas para su ciudad. Quién sabe… puede
haber alguien viéndolo con admiración justo como el joven Robert Louis Stevenson.
Día 4

ESCRITURA:

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda
consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo
que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues, así
como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él
tenemos abundante consuelo.
—2 Corintios 1:3–5

Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la
gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
—Hebreos 4:16

No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.


—Juan 14:1

No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino.
— Lucas 12:32

OBSERVACIÓN:

Mientras buscamos enfocarnos en Cristo durante este tiempo de 21 días de oración y ayuno, una gran
parte de la personalidad de Cristo a explorar es el confortador que Él es para nosotros. Cuando
enfrentamos el sufrimiento en esta vida tal como Jesús lo hizo, también obtenemos una parte del
bienestar que Él ofrece. Y 2 Corintios 1 nos dice que no es sólo algún bienestar que obtenemos a
través de Cristo, sino un abundante bienestar. En tiempos de desolación, miedo, decepción o
confusión, es reconfortante saber que nuestro Señor se alegra al confortarnos. Él no espera que
“seamos autosuficientes” y nos lancemos de frente sin mirar. No. Aunque Él nos llama a resistir en la
vida Cristiana, Él provee un profundo consuelo para nuestro corazón ¡en cada paso del camino!
Aunque suframos, somos reconfortados durante nuestra tristeza. Que maravilloso Salvador servimos,
quién a través de Su sacrificio en la cruz nos dio acceso al tierno corazón del Padre, quién nos observa
en nuestro tiempo de necesidad, y abre Sus brazos, Su comprensivo corazón y Su fortaleciente poder a
nosotros.

Aunque sabemos que Dios nos reconforta en nuestros tiempos de necesidad, algunas veces es de
ayuda el observar los momentos de la vida real cuando Cristo tangiblemente reconforta a Sus
discípulos. En estos momentos, podemos ver cómo Dios es de reconfortante realmente a través de
Cristo. Dos ejemplos se encuentran en Juan 14:1 y Lucas 12:32. En Juan 14, Jesús puede decir que el
corazón de sus discípulos está en conflicto, En vez de regañarlos, Él los reconforta y los anima a creer.
Él les dice que ejerciten la fe en Dios, pero también en Él, ya que Él es ¡Dios encarnado! Él les da a Sus
discípulos no sólo una palabra amable en el medio de la desesperación o el miedo, ¡sino una forma de
salir de ella- fe! En Lucas 12, Jesús ve el temor en Sus seguidores y se toma el tiempo para
amorosamente atenderlos. Se reúne con ellos justo donde están y les da a ellos una refrescante verdad
para encontrar consuelo y aferrarse a ello. ¡Tú no tienes que tener miedo! ¡Porque de tu unión
conmigo, el Padre se regocija en darte entrada e incluso soberanía en mi reino! ¡Es Su placer
invitarte a entrar y hacerte convertir en mi co-heredero! (2Timoteo 2:12; Romanos 8:17). Qué
reconfortante es cuando vemos a Cristo interactuando de esta forma. Él se da cuenta cuando estamos
asustados, Él se encuentra con nosotros donde estemos, Él nos da una preciosa verdad a la que
aferrarnos, De verdad, ¡no hay otro Dios como Él!
APLICACIÓN

1. ¿Ha olvidado que Jesús se regocija en reconfortarlo, a usted su seguidor? ¿Por qué?
¿Qué evita que vaya donde Él para el confort que necesita?

2. ¿Qué necesita para posarse a los pies de Cristo, aun ahora, en vez de tratar de
soportarlo todo sólo, recibiendo su confort en su tiempo de necesidad?

La Misión de Dios, Mi Misión

Ya que Jesús se encuentra con nosotros donde estemos y nos da la refrescante verdad para encontrar
el confort y el aferrarnos a Él, ¿Qué tanto deberíamos ofrecer por igual a aquellos que están pasando
por problemas? El primer paso es encontrar a los que sufren ahí donde están. Muchas veces nos
ponemos en modo “arréglalo”. No queremos que nuestros amigos sufran y tratamos de resolver el
problema. Pero muchas veces sólo necesitan nuestra presencia. Necesitan sólo que les diga, “Hey,
estoy aquí, estoy contigo”. Muchas veces ese es el confort exacto que necesitamos de Dios, justo saber
que Él está con nosotros.

Pero también somos reconfortados por verdades como “Dios te ama. Él se preocupa por ti, Él está
para ti. Él está trabajando las cosas para ti. Él conoce de ti y de tu situación mejor que tú mismo. Nada
te puede separar del amor de Dios en Jesucristo. Él te protegerá de las cosas desconocidas. Él te guía.
Él de verdad, te ama profundamente”. ¿Quién necesita oír esas palabras? Desde que Jesús se
preocupó por los que sufren-incluso cuando sufren por sus propias malas decisiones – debemos
también mostrar amor y consuelo a todas las personas.

ORACIÓN:

Ore sobre a quién Dios le dirigirá para que lo reconforte en su círculo de influencias. Puede ser un
compañero trabajador, un amigo de clase, su compadre del golf, su estilista o un amigo en Facebook.
Hágase usted disponible y observe a Dios moverse a través de usted.
Día 5

ESCRITURA:

Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo,


algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.
—1 Timoteo 6:10

Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro, o querrá
mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas
—Lucas 16:13

Otros son como lo sembrado entre espinos: oyen la palabra, pero las preocupaciones de esta vida, el
engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que
ésta no llega a dar fruto… Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! —repitió Jesús—. Le resulta
más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
Los discípulos se asombraron aún más, y decían entre sí: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»
―”Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de
hecho, para Dios todo es posible.”
—Marcos 4:13–20; 10:24–27

OBSERVACIÓN:

En nuestra búsqueda de Cristo, uno de las “cargas” que debemos desechar es el amor por el dinero.
Como 1 Timoteo 6 lo indica, el dinero no es malo de por sí, en vez, el amor por el dinero sí lo es.
Algunos llaman a esto avaricia. Otros pueden llamarlo la obsesión Americana por acumular. Como sea
que lo defina, Jesús tiene un gran problema cuando el dinero domina nuestros corazones, nuestros
pensamientos y nuestras acciones. Él nos plantea claramente su posición cuando nos dice que nadie
puede servir a dos patrones.

La escritura nos da dos razones por las que el dinero no es tan confiable como el Señor. Primero, al
ser dominado por el ansia de obtener más dinero, 1 Timoteo 6 nos dice que muchos de nosotros “se
han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”. La persecución por el dinero muchas
veces nos lleva a un camino diferente al que nos lleva hacia Dios. En él, corremos hacia muchas cosas
que nos causan penas y nos apartan de Él. Segundo, Marcos 4 dice que la palabra del evangelio se
“ahoga” cuando nos distraemos por las “preocupaciones de la vida”, especialmente el dinero. Pero
¿por qué? No por la presencia de los ricos, sino por la “deshonestidad” de ellos. ¡Dios no quiere que
nos estafen! Obsesionarse sobre la riqueza usualmente viene de mentiras en las que creemos- que el
dinero nos hará felices, que si le servimos el tiempo suficiente eventualmente se hará cargo de
nosotros, que nos amará de vuelta después de los años sirviéndolo, o que puede traernos seguridad.
La verdad es que el dinero puede dejarnos en una afición total en cualquier momento; el mercado
podría derrumbarse, nuestra identidad y nuestros ahorros podrían ser robados, o podríamos perder
nuestras familias y amigos en la interminable persecución de él.

El dinero es una buena herramienta, pero un terrible patrón. Hace todas las promesas que Dios hace,
pero al final, siempre será algo falso. Nada puede ofrecernos la seguridad, la garantía de ser cuidados,
o el confort de ser amado a cambio excepto sirviendo a Dios. De hecho, Jesús fue esclarecedor al decir
que los ricos (usualmente significando las personas que encuentran su identidad en su dinero)
probablemente no entrarán al reino de Dios. Pero podemos tener esperanza en Sus palabras finales
sobre el asunto. Aunque parezca imposible soltar nuestro agarre por el dinero en vez de alcanzar al
Señor, nada es imposible para Dios. Si nos arrepentimos de este ídolo, Él puede salvarnos de él y todo
el potencial de pena que viene con él.

APLICACIÓN:

1. ¿Qué tan a menudo piensa en sus finanzas? ¿El mismo tiempo que piensa sobre
Dios? ¿Le da la misma cantidad de energía en la búsqueda de Dios como lo hace
“asegurando” una cantidad en su cuenta bancaria?

2. Tome su tiempo para orar ahora mismo sobre la confianza que le ha puesto al
dinero en vez de a Dios. Arrepiéntase de éste ídolo y pídale al Señor que Él le ayude a
obtener seguridad en vez de riqueza.

La Misión de Dios, Mi Misión

Servimos a un sólo patrón. Él es el Señor Jesucristo y Él nos puso en este planeta por una razón.
Podemos estar seguros que la razón no es acumular tantas “cosas” como sea posible. Al millonario
Malcome Forbes se le atribuye haber dicho, “Aquel que muere con mayor cantidad de juguetes gana”.
Décadas atrás usted se encontraba calcomanías y camisetas con esa cita. Tal vez una mejor variante
es, “Aquel que muere con mayor cantidad de juguetes ¡todavía muere!”.

Podemos llegar a estar tan desconcertados por la búsqueda de cosas temporales, sin sentido, como la
acumulación de riquezas. Pero eso sólo debilita nuestro júbilo. Distrae nuestra atención. Somos
llamados a ser los embajadores de Jesús mientras caminamos por esta tierra. Nosotros como
creyentes, fuimos confiados con el mensaje de la reconciliación. Este mensaje es conocido como el
Evangelio. Es la historia de cómo Dios rescató a las personas corruptas y sin esperanza de su destino
eterno del infierno, ofreciendo a Su único Hijo unigénito, perfectamente sin pecado, como sustituto
para que aquellos que crean sean reconciliados a Dios. Éste es nuestro mensaje a proclamar. Somos
llamados embajadores por Cristo.

Interesantemente, cuando servimos a nuestro único patrón haciendo lo que Él nos ha llamado a
hacer, nuestro júbilo es completo. ¿Cómo está su enfoque?

ORACIÓN:

Tome algún tiempo para analizar sus prioridades y estar seguro de que está viviendo de acuerdo con
su llamado en la vida. Si se ha distraído y salido de su curso, ore porque Dios le revele eso a usted y le
regrese al curso que Él tiene para usted.
Día 6

ESCRITURA:

Cuando María llegó a donde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y le dijo:
―Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Al ver llorar a María y a los judíos que la habían acompañado, Jesús se turbó y se conmovió
profundamente.
― ¿Dónde lo han puesto? —preguntó.
―Ven a verlo, Señor —le respondieron.
Jesús lloró.
—Juan 11:32–35

Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. 3 Si
los despido a sus casas sin haber comido, se van a desmayar por el camino, porque algunos de ellos
han venido de lejos.
—Marcos 8:2–3

Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas
nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las multitudes, tuvo
compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. «La
cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. Pídanle, por tanto, al
Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo».
— Mateo 9:35–38

OBSERVACIÓN:

Mientras nos tomamos el tiempo de enfocarnos en Cristo, es difícil no perder la profunda compasión
que Jesús muestra en Su vida y ministerio. En Juan 11 y Mateo 9, vemos Su compasión extendiéndose
tanto a individuos como a multitudes, tanto en asuntos físicos como espirituales y tanto asuntos
pesados como ordinarios. En Juan 11, la compasión de Cristo se demuestra en uno de los momentos
más famosos en el Nuevo Testamento. Las hermanas de Lázaro están bajo una pena doble- su
hermano ha muerto y el único amigo que pudo haber ayudado nunca apareció cuando llamaron por
Él. Aunque Jesús tenía una razón para llegar unos días después, Su razonamiento perfecto no
disminuyó Su compasión por estas mujeres en su sufrimiento. Uno de sus queridos amigos había
muerto y mientras Él era testigo del horror de la caída, Jesús estuvo junto a María en un momento
emocional y lloró junto a ella. Aquí vemos que Cristo tiene la compasión de estar en duelo con
nosotros en los momentos más tristes, incluso cuando Él tenga un plan. El odia que el mundo esté
bajo una maldición tanto como nosotros y Él aspira con nosotros por la renovación del mundo,
cuando obtengamos la experiencia del alivio de todo el dolor y el sufrimiento. Gracias a Dios por Juan
11, la imagen de la compasión de Cristo en nuestro dolor más pesado.

Marcos 8 también resalta la compasión de Jesús en otro asunto físico, aunque no es tan pesado como
la muerte. Él nos muestra Su cuidado hacia algo tan normal como el ¡hambre humana en la hora de la
comida! Una multitud lo ha seguido a Él con los estómagos vacíos por tres días para poder escuchar
Sus enseñanzas y experimentar Sus milagros. Él notó su necesidad de comida y supo que ellos se
“desmayarían en el camino” de vuelta a sus casas si Él no interviniese con algún alimento para sus
cuerpos. En Su compasión, Él hace unos de Sus más famosos milagros, alimentar a los cuatro mil.
¡Qué reconfortante es saber que Jesús muestra compasión en nuestros momentos comunes de
necesidad así como en los más pesados!
Finalmente, Marcos 9 nos muestra la compasión de Cristo en nuestras necesidades espirituales. En
vez de dejarnos “agobiados y desamparados” en nuestro pecado. Jesús ordena a los discípulos orar
para que Dios envíe a los trabajadores a extender las nuevas del Evangelio, ¡para que así las personas
puedan vivir en libertad! Que gran Salvador al que servimos- ¡Uno que tiene compasión en cada
situación que atravesamos!

APLICACIÓN:

1. Recuerde la compasión de Jesús. ¿En qué temporada o experiencia de su vida Él ha


derramado Su compasión y le ha ayudado en un tiempo de necesidad?

2. ¿En cuáles de estos usted tiene más dificultad en creer? Escoja uno: Jesús tiene
compasión de mí como individuo, como parte de la iglesia, en mis asuntos ordinarios,
en mis asuntos pesados, en mis necesidades espirituales o en mis necesidades físicas.
Tome algún tiempo para invitar a Cristo a esta dificultad ahora.

La Misión de Dios, Mi Misión

Cuántas veces ha estado atorado en el tráfico y ha dicho, “¡si sólo tuviéramos un par de carriles extras
en el camino, podríamos avanzar!” ¿Recuerda su frustración? ¿Qué pasaría si la ciudad supiera del
problema y mandara a arreglarlo?, pero los trabajadores de la construcción pocas veces aparecen y
usted fuera dejado en un infinito estado de zonas “en construcción”. ¡Imagine su frustración en ese
momento!”

Ahora póngase en los zapatos de Jesús. El cuida de las personas lastimadas y lamenta la falta de
trabajadores dispuestos a estar en el ministerio por los desamparados. Jesús ve un problema masivo y
sólo puede apenarse sobre eso. Hay tantas personas desamparadas y tan pocos seguidores de Jesús
dispuestos a hacer algo por ello.

Como seguidor de Jesús, su corazón seguramente está agobiado por los perdidos y los incompletos.
¿Pero está haciendo algo sobre eso? Jesús se entristeció por la falta de “hacedores”. Santiago lo
describe de esta forma, “La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender
a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo”
(Santiago 1:27). Hay acción. Hay evidencia de un corazón agobiado. Hay una luz que brilla
activamente.

ORACIÓN:

Así que ore y entonces planee que hará seguidamente. Haga de su señal “Amén” el punto de partida
para hacerlo.
Día 7

ESCRITURA:

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo:


―”Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.”
— Mateo 28:18

Los discípulos no salían de su asombro, y decían: « ¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los
vientos y las olas le obedecen?»
—Mateo 8:27

Jesús…reprendió al espíritu maligno.


―Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.
El espíritu, dando un alarido y sacudiendo violentamente al muchacho, salió de él.
— Marcos 9:25–26

Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: ― ¡Lázaro, sal fuera!
El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario.
―Quítenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús.
—Juan 11:43–44

OBSERVACIÓN:

Estos versos inician con la proclama de Jesús de que Él tiene “toda autoridad”. Mientras algunos
puedan creer que está bien que Jesús tenga autoridad dentro de la iglesia, dado que ella está formada
por Sus seguidores, ¡Jesús hace una proclamación mucho más grande (más elevada)! Cristo es
ciertamente la cabeza de la iglesia (Colosenses 1:18), pero el alcance de Su autoridad no está limitada
sólo a Sus seguidores. Él dice que Su autoridad se extiende a todas partes y sobre todos “en el cielo y
en la tierra”. Para probar que Él es realmente el Dios de todo el universo, el ministerio de Jesús en la
tierra muestra las varias esferas donde Él tiene autoridad. Primero, en Mateo 8, vemos que tiene
autoridad sobre la naturaleza. Cuando el rugiente mar y los cielos tormentosos asustaron a los
discípulos al pánico, Jesús regaña al clima, calmando cada elemento de la naturaleza alrededor del
bote. Los discípulos están sorprendidos en estupor cuando se dan cuenta de quién los acompaña en el
bote. El Dios del Viejo Testamento que tiene control sobre todo el mundo está ahora en carne y hueso
¡frente a sus ojos! Siguiente, Marcos 9 nos muestra que Jesús tiene autoridad sobre los demonios,
probando que Su autoridad llega a todo el mundo espiritual, ¡incluso el mundo de la maldad! Y
finalmente, en Juan 11, vemos a un adversario mucho más formidable que problemas climáticos o el
reino demoníaco, y es la muerte. Cuando Jesús levanta a Lázaro de su tumba, vemos la autoridad de
Cristo incluso sobre la muerte, la maldición que creíamos era inderrotable.

Estas imágenes de Jesús en los Evangelios nos recuerdan que Jesús no sólo muestra una increíble
compasión en las batallas de nuestras vidas, Él también tiene total autoridad para entrar en esas
batallas y ganarlas. No importa la tormenta o la enfermedad, o la batalla espiritual que enfrentemos,
podemos mantenernos en la verdad de que Jesús tiene autoridad sobre todas ellas, y que Él sabe lo
que está haciendo. Incluso la muerte, al final, no nos puede retener, ya que Él la derrotó para siempre
en la cruz. ¡Qué salvador tenemos en Cristo, quién ejecuta Su autoridad para la gloria del Padre y
también por nuestro propio bien! Mientras pensamos en esta increíble verdad, debemos también
examinarnos y buscar los lugares donde todavía no hemos permitido a Jesús ejercer Su autoridad. Si
el viento y las olas le obedecen, ciertamente debemos hacerlo cuando Él nos ordene hacer algo.
Mientras avanzamos en nuestro camino Cristiano, debemos frecuentemente preparar los espacios en
nuestro corazón que todavía no hemos rendido a Su autoridad.

APLICACIÓN:

1. ¿Qué parte de su vida todavía no ha rendido a la autoridad de Jesús? ¿De qué


maneras prácticas puede preparar ésta área que usted ha retenido de Él?

2. ¿Qué le reconforta sobre la autoridad de Jesús? ¿Qué retos tiene sobre ellos?

La Misión de Dios, Mi Misión

El Gran Encargo no es la Gran Sugerencia. Investigaciones muestran que noventa y cinco por ciento de
todos los Cristianos Americanos nunca ha conducido a una persona hacia la fe de Cristo. El Gran Encargo
se ha convertido en la Gran Omisión.

La verdad incómoda es que mantenerse en silencio sobre el Evangelio es pecado. Hemos recibido de
nuestro Señor órdenes claras de marchar, “Vayan y hagan discípulos…” (Mateo 28:19). “y serán mis
testigos…” (Hechos 1:8) “Así nos lo ha mandado el Señor: Te he puesto por luz para las naciones, a fin de
que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra (Hechos 13:47). Cuando no participamos en la
actividad de proclamar el Evangelio, somos culpables del pecado de la omisión. Un pecado de omisión es
no hacer lo que sabes debe hacer.

Si usted pasa al frente de un edificio en llamas y ve una persona en la ventana, se esperaría que usted
inmediatamente ayude de cualquier forma que pueda hacerlo. ¡No hacer nada sería simplemente
criminal! Pero aun así tenemos personas en nuestro círculo interno de amigos, familia y vecinos viviendo
su vida mientras su edificio está en llamas. ¿Vamos a pretender calladamente que esto no está pasando?
¿Hablaremos con ellos de deportes, restaurantes y política mientras la cuenta regresiva los aparta de la
eternidad? Dios está en búsqueda de alguien que diga, “¡Úsame Señor!” ¿Será usted esa persona?

ORACIÓN:
Ore que Dios lo use y lo envíe exactamente donde Él lo necesita. Ore que después de que Él lo haya
enviado, usted hará fielmente lo correcto.
Día 8

ESCRITURA:
Señor, yo sé que el hombre
no es dueño de su destino,
que no le es dado al caminante
dirigir sus propios pasos.
—Jeremías 10:23

La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que
le preguntó a la mujer: ― ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?
―Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del
árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo
contrario, morirán”. Pero la serpiente le dijo a la mujer:
― ¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán
los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.
La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable
para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él
comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para
cubrirse entretejieron hojas de higuera.
—Génesis 3:1–6

¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quién está en ustedes y al que han
recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por
tanto, honren con su cuerpo a Dios.
—1 Corintios 6:19–20

OBSERVACIÓN:

Ayer aprendimos sobre la autoridad de Cristo sobre todas las cosas- Su iglesia, la naturaleza, los
demonios, los haberes diarios de nuestras vidas e incluso la muerte. Algunas veces nos regocijamos
pensando sobre la autoridad de Jesús sobre todos los asuntos de nuestra vida. Nos trae un gran
confort que Él pueda pelear nuestras batallas y alejar nuestros miedos, preocupaciones y ataques
espirituales que experimentamos diariamente. Pero algunas veces olvidamos que Su Señoría reina no
sólo en nuestros asuntos, sino en cada pulgada de nuestras vidas- nuestros pensamientos, acciones,
corazones y hábitos. En otras palabras, nos gusta que Jesús tenga la autoridad para sacarnos de los
problemas que enfrentamos, pero si somos honestos, en realidad no queremos que Él nos diga ¡qué
debemos hacer! Olvidamos que Su autoridad sobre todos los cielos y la tierra incluyen no sólo
nuestros problemas, sino nosotros mismos. Muchas veces, queremos mandar sobre nuestras vidas y
simplemente llamar a Cristo cuando necesitamos que Él nos saque de un apuro. En vez de confiar en
Jesús y Su palabra, queremos tomar la iniciativa en nuestras decisiones diarias y nuestra búsqueda.
Como Eva en el jardín con la serpiente, al fondo de nuestras mentes, sabemos que el Señor tiene la
autoridad última, ¿verdad? Podríamos probablemente citar Su Palabra de cara a la tentación.
Sabemos la verdad de que, como lo dice Jeremías, “la vida de las personas no le pertenecen a ellas”, y
Dios, no ellos, determina los pasos de toda la humanidad. Aunque, la idea de determinar nuestro
propio camino, ser nuestro propio Dios, tener el poder sobre lo que está bien y mal parece muy
tentador, ¿verdad? Como Eva, muchas veces nos escogemos a nosotros como una mejor autoridad
sobre nuestras vidas que a Dios (y en el proceso, arrastramos a otros ¡en esta rebelión!). Cuando
escogemos esto, estamos realmente reverenciando a un ídolo, adorando el altar de la autoridad
personal en vez de la adoración a Dios, que tiene la autoridad final sobre nosotros. Es en estos
momentos cuando enfrentamos quién es el que verdaderamente tiene la palabra final sobre nuestras
vidas, cuando estamos tentados a escoger el ego sobre Dios. Debemos recordar algo precioso- que
Cristo pasó por un gran y doloroso proceso para comprarnos de la esclavitud del pecado. Cuando
recordemos esto, como lo dice Pablo, nos daremos cuenta de que no somos dueños de nosotros, sino
en vez, “comprados con un precio”. No tenemos la última palabra en nuestras vidas porque nuestras
vidas pertenecen a Aquel que nos creó y rescató del mal con ¡Su propia sangre! Al final,
responderemos ante Cristo por lo que hacemos, lo que decimos y cómo vivimos en estos cuerpos que
Él nos ha dado (2 Corintios 5:10). Si usted se encuentra desesperado sobre sus hábitos de adoración
del ídolo de la autoridad personal, todavía hay esperanza. Cristo siempre tiene sus brazos abiertos
para aquellos en piadosa agonía. Él ama probar que Él es mejor que nuestros ídolos. Así que, en éste
momento, regrese a Él como una mejor fuente de autoridad que usted mismo y descanse en su
habilidad de determinar sus pasos.

APLICACIÓN:

1. ¿De qué forma nuestra cultura escoge ser nuestro propio Dios? ¿Cómo los
Cristianos a veces han seguido esta tendencia?

2. ¿En qué decisiones diarias usted escoge su propia autoridad en vez de la de Dios?
¿Por qué? ¿De qué prácticas maneras usted puede invitar a Cristo a que sea la última
palabra en su corazón, decisiones y acciones?

La Misión de Dios, Mi Misión

La convicción no es igual a la obediencia. Es tiempo de que usted empiece a obedecer. Comience


creando una “Lista de Nombres”. Ésta es una pequeña lista de personas que usted sospecha no
conocen a Jesús como su Señor y Salvador. Estos nombres deben venir de su círculo de relaciones,
incluyendo su familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo. Ore “Dios, piensa en las personas de
mi círculo interno que no siguen a Jesús”.

ORACIÓN:

Ahora comience a orar por estos nombres diariamente. No lo deje para después. Comience hoy. Ore
para que Dios abra los corazones de estas personas en los próximos días mientras usted se prepara a
ser su embajador ante Cristo. Que Dios lo use a USTED para traer a alguno de ellos a la fe.
Día 9

ESCRITURA:

Llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo
José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del
mediodía.
—Juan 4:5–6

Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno
que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer;
—Hebreos 4:15; 5:8

Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la
gente.
—Lucas 2:52

OBSERVACIÓN:

Encantados como estamos que Cristo sea Dios, algunas veces fallamos el estar encantados sobre
Cristo siendo humano. Los versos de hoy nos ayudan a recordar que Jesús pasó por todas las cosas
que como humanos pasamos para identificarse con nosotros y también pagar el precio por nuestros
pecados. Después de todo, los animales no pueden pagar el precio del pecado humano. En vez de
sacrificar animales año tras año, el tiempo finalmente llegó para un humano, como un sustituto
representativo y apropiado, para pagar el pecado de la humanidad. Nos olvidamos de la humanidad
que Jesús ofreció para la ecuación de nuestra salvación. Sin la naturaleza humana, Su sacrificio por el
pecado no hubiera sido aceptable. No sólo necesitábamos una nueva vida, como lo necesitaría un
árbol muerto. No, necesitábamos una nueva vida humana, un nuevo Adán para que tomara el lugar
del viejo que falló en representarnos y nos apartó de la protección y cuidado paternal de Dios
(Romanos 5:12-21). Ningún animal o planta puede hacer esto. Sólo un puro, correcto y perfecto
humano lo puede hacer. Deje que ésta realidad bañe su alma hoy. Dios sabía que para todos nosotros
ser salvados, una penitencia aceptable por nuestros pecados tenía que ser presentada por uno de
nosotros que fuera perfecto. En vez de dejarnos con una tarea imposible (dada nuestra naturaleza
pecadora), Él se abrogó el trabajo para Él mismo y se convirtió en humano para salvarnos.

Sobre todo esto, las escrituras nos dan imágenes de ayuda y confort de la humanidad de Cristo en su vida
diaria, para que podamos sentir ser entendidos mientras pasamos por situaciones similares en nuestras
vidas. Juan 4 nos dice que Jesús pasó por la normal y a la vez frustrante experiencia de estar cansado
después de un viaje. Imagine, el Dios de la infinita energía y recursos se cansó. Él hizo esto no por su
propio bien, sino por nosotros. Jesucristo se cansó para que Él pudiera entender sus preocupaciones e
identificarse con usted a un nivel muy real y también para que Él pudiera responder perfectamente ¡al
cansancio en nuestro lugar! Ninguno de nosotros responde usualmente bien estando cansado.
Necesitamos el correcto recuerdo de alguien que sí respondió perfectamente, ¿no es así? Lo mismo sucede
para las temporadas en que Jesús “creció” en sabiduría, desarrollo físico, entendimiento, conocimiento
de las escrituras y aprendiendo obediencia” para nombrar algunas. En todas estas temporadas, Jesús lo
hacía en cada momento en tu lugar para que tuvieras un recuerdo correcto ante el Padre. Agregándole a
los versos de arriba, hay otros incontables ejemplos bíblicos de Cristo haciendo lo mundano, las cosas
humanas- usando dinero, trabajando, caminando, esperando, parado, durmiendo, orando, comiendo,
bromeando con los amigos, yendo a bodas, siendo tentado e incluso sangrando! Qué alentador es saber
que no importa lo que pasemos, nuestro Dios, como ningún otro, lo capta porque Él lo vivió. Jesús
enfrentó todo tipo de pruebas y tentaciones como nosotros, sin embargo, respondió perfectamente en
cada momento y entonces nos dio su recuerdo ¡para mantenernos! Alabado sea el Señor por la
humanidad de Cristo.

APLICACIÓN:

1. ¿Cuál aspecto de la humanidad de Jesús lo reconforta a usted hoy? ¿Cómo esto


puede cambiar la forma en que usted se acerca a Cristo desde ahora en adelante?

2. ¿Si usted obtuviese esta pregunta de un amigo no creyente, cómo respondería?


“¿Por qué Jesús tuvo que convertirse en una persona? ¿Por qué no simplemente Él
podía perdonarlo todo desde el cielo sin necesidad de venir a la tierra como humano?”

La Misión de Dios, Mi Misión

Sentimos la compasión de Cristo en nuestras vidas porque sentimos Su presencia. Sabemos que Él
está con nosotros y no nos abandonará. De la misma manera, necesitamos hacerle saber a los otros
que simpatizamos con ellos con nuestra presencia en sus vidas. Su compasión por los desamparados
es en proporción directa a la cantidad de tiempo que invierta en ellos. Aquellos que están apartados
de un tiempo significativo con los no creyentes, usualmente no tienen el ardiente deseo de alcanzar a
los desamparados hacia Cristo. Contrariamente, los cristianos que pasan tiempo de calidad con los no
creyentes muchas veces tienen el peso de acercarlos hacia Cristo. ¿Por qué? El espíritu Santo ablanda
el corazón del creyente que tiene compasión por los perdidos. Si los creyentes no se relacionan con los
abandonados, sus corazones no podrán ser regularmente ablandados para alcanzarlos.

Hay personas alrededor suyo en este momento que están en dolor interno y se beneficiarían
grandemente con su presencia. Cristo le ha dado un corazón transformado para conectarlo con los
dolidos. Él es el modelo para usted y nos ha mandado a un mundo oscuro y decadente. ¿A quién
necesita usted inyectar de su vida, amor, compasión y simpatía? ¿A quién necesita usted darle una
palabra de aliento, un ánimo, o una cálida sonrisa?

ORACIÓN:

Ore para que Dios le encargue su Corazón por las personas alrededor de usted todos los días.
Día 10

ESCRITURA:

Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida.


En eso llegó a sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo:
―Dame un poco de agua Pero, como los Judíos no usan nada en común con los Samaritanos, la
mujer le respondió:
― ¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy Samaritana?
―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú
le habrías pedido a Él, y Él te habría dado agua que da vida.
Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—, pero el que beba del agua
que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un
manantial del que brotará vida eterna.
―Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla.
―Ve a llamar a tu esposo, y vuelve acá —le dijo Jesús. ―No tengo esposo —respondió la mujer.
―Bien has dicho que no tienes esposo. Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo —respondió la
mujer—. Cuando él venga nos explicará todas las cosas. ―Ese soy yo, el que habla contigo —le dijo
Jesús. La mujer dejó su cántaro, volvió al pueblo y le decía a la gente: ―Vengan a ver a un hombre
que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Cristo? Salieron del pueblo y fueron a ver a
Jesús. Mientras tanto, sus discípulos le insistían: ―Rabí, come algo. Muchos de los samaritanos que
vivían en aquel pueblo creyeron en Él por el testimonio que daba la mujer: «Me dijo todo lo que he
hecho». Ya no creemos sólo por lo que tú dijiste —le decían a la mujer—; ahora lo hemos oído
nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo.
Juan 4: 7, 9, 10, 13–17, 25–26, 28–30, 39, 42

OBSERVACIÓN:

Hasta ahora, hemos discutido varias “cargas” en nuestra carrera hacia Cristo que nos frenan,
nos enredan fácilmente e incluso nos hacen tropezar en el camino. Hoy, la mujer en Juan 4 nos
enseña sobre el ídolo de las relaciones. Aunque las relaciones no son algo malo, esta historia
nos advierte en contra de tratar las relaciones como un Dios. Esta mujer, conocida en el pueblo
como adúltera, ha ido de hombre en hombre persiguiendo seguridad, amor e intimidad. Al
final de su travesía, ella se encuentra viviendo con un hombre que ni siquiera es su esposo. Tal
vez incluso ya renunció al matrimonio, o tal vez el hombre no se quiere casar con ella, pero
todavía quiere usarla para el placer físico. Ella probablemente pensó que éste ídolo la cuidaría,
la ayudaría y le daría un sentido de comunidad. Sin embargo, la traicionó, la usó, la aisló y la
escupió. Ese es el caso de todos los ídolos. Ellos siempre harán muchas promesas para no
cumplirlas.

Cuando Jesús se acerca a ella, notamos como Él se comporta con este ídolo común. Primero, Él
se encuentra con ella mientras ella está hablando de algo tan simple como el agua, ya que están
en un pozo. Entonces Él usa esta agua para revelar una profunda verdad espiritual- Él es la
fuente refrescante de la vida, el agua que nunca se seca, ¡la fuente de toda provisión que ella ha
estado buscando! A continuación, Jesús confronta su pecado. Note que Él se ofrece a Él mismo
como la solución antes de que Él anuncie su pecado. Él no demanda que ella limpie sus actos
antes de que ella crea. De hecho, ¡es todo lo contrario! Su comportamiento cambia (¡ella deja la
jarra de agua y va a compartir a Cristo con el mismo pueblo al que antes tenía miedo!) como
una respuesta a Cristo. No como una forma de ganar Sus favores. Lo mismo ocurre con
nosotros y nuestros ídolos de las relaciones, sean de un interés romántico o un círculo de
personas al que desesperadamente queremos pertenecer. Nosotros, también, necesitamos ir
hacia Cristo como nuestra siempre presente fuente de vida y confiar que Él es la relación que
nosotros más necesitamos que cualquier otra, el Único que siempre cumple Sus promesas y
nunca nos deja solos. Mientras vamos hacia Él por vida en vez de confiar en ciertas relaciones,
nosotros “dejamos nuestras jarras de agua” también, libres de nuestras ataduras y
emocionados de compartir el buen manantial que Cristo se ha convertido para nosotros. Y,
como esta mujer, también podríamos ver a muchos ir con Cristo ¡gracias a nuestro testimonio!

APLICACIÓN:

1. ¿Qué relación en su vida le está frenando o es una carga en su búsqueda total de


Cristo? ¿Qué personas o grupo de personas mantiene un lugar en su corazón que sólo
Dios debería tener?

2. ¿Qué prácticas puede usted usar para asegurar que Cristo está obteniendo el
máximo de su atención y tiempo en vez de otras relaciones?

La Misión de Dios, Mi Misión

Jesús uso la normal ocurrencia de sacar agua de un pozo como puente hacia los asuntos espirituales.
Usted tiene amigos y conocidos en su vida que nunca han podido hacer la transición para hablar de
asuntos espirituales. Admitimos que esto puede ser un proceso muy embarazoso. Puede sentirse
contra natura hablar con un amigo sobre Jesús cuando su conversación nunca ha pasado de cazar,
pescar o el football.

Pero Jesús nos mostró cómo construir un fluido puente hacia el evangelio. Ésta es una transición de la
conversación casual a las conversaciones espirituales. Cuando un jugador de golf hace un tiro de más
de cien yardas hasta el Green, él o ella no está pensando en cómo poner la bola en el hoyo, sino más
bien en lo más cerca posible de él. Mientras se va acercando, más pensará en ponerla en el hoyo. De la
misma manera, un puente hacia el evangelio es un golpe de acercamiento de cien yardas. Le está
acercando desde lo lejos hasta la meta de estar cerca.

Un puente hacia el evangelio puede venir en la forma de una pequeña semilla que usted siembra.
Estos son rápidos y sutiles comentarios que buscan causar interés. Por ejemplo, si hay un nuevo
vecino en el pueblo, un puente hacia el evangelio podría sonar así: “Amamos este vecindario. La
tienda de comestibles está justa a la esquina. Hay un gran parque con caminerias y nuestra iglesia está
a tres cuadras desde aquí” Ésta es una conversación natural donde usted ha incluido una pequeña
semilla del evangelio para causar su reacción.

ORACIÓN:

Para este momento debería tener varias personas en mente por las cuales ha estado orando para que
Dios los traiga a la Fe de Cristo. Ahora, orando intensamente, considere cómo usted puede usar un
puente al evangelio como transición a los asuntos espirituales. Ore que Dios le dé una palabra que
decir esta semana.
Día 11

ESCRITURA:
Yo soy el pan de vida. Yo soy la luz del mundo.
Yo soy la puerta del cordero. Yo soy el buen pastor.
Yo soy la resurrección y la ida.
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Yo soy el vino verdadero.
—Juan 6:35, 48, 51; 8:12; 9:5, 10:7, 9, 11, 14; 11:25; 14:6; 15:1

OBSERVACIÓN:

Un par de días atrás nos enfocamos en la naturaleza humana de Jesús como una fuente de gran
confort, simpatía y entendimiento cuando enfrentamos los mismos asuntos que Jesús enfrentó en Su
ministerio terrenal. Hoy, por el contrario, nos enfocaremos en la naturaleza divina de Jesús. Aunque
el sacrificio de Cristo ciertamente no nos ayudará si Él no es completamente Humano, tampoco nos
ayudará si Él no es también completamente Dios, porque sólo el Señor puede caminar a través de la
vida en total virtud.

Muchas de las acciones de Cristo prueban Su divinidad, cosas que ya hemos visto, como Su autoridad
sobre la naturaleza, el reino espiritual e incluso la muerte. Sus milagros y resurrección proveen una
clara evidencia de que Él no es un mero mortal. Sobre las milagrosas circunstancias que siguieron a
Jesús donde quiera que Él fuere, también debemos recordar que, contrario a las suposiciones
modernas, Jesús también se consideraba a Si mismo como Dios e incluso habló de esta creencia. Él no
era simplemente un buen hombre con regalos milagrosos, como un mago cuál historia terminaba
como una legenda divina. No, en lugar, de los mismos labios de Cristo están las proclamas de “Lo
Grande que SOY”, y podemos verlo en Sus declaraciones absolutas sobre ser Dios (Juan 6:20; 8:24;
28, 58; 18:5), así como sus declaraciones metafóricas (los versos listados arriba).

Lo que más impacta de estas proclamas es que cada punto nos lleva a la obvia divinidad de Jehová.
Los seguidores de Jesús sabían exactamente lo que Él quería decir cuando decía la simple declaración
de, “Yo SOY”. Él estaba proclamando ser el mismo Dios que se apareció ante el patriarca Moisés
(Éxodo 3:14), ahora de pie frente a ellos ¡encarnado! A continuación, Él desarrolla en Su significado
con las siete declaraciones. Primero, justo como Dios proporcionó maná temporal del cielo para
satisfacer la sed de Su pueblo, así ahora Cristo es el “pan del cielo” que satisfaría sus almas
eternamente. Segundo, justo como Dios creó la luz para sobreponer la oscuridad en la creación, así es
Cristo la “Luz” que ahora viene al oscuro mundo para sobreponerse a la maldad del pecado,
sufrimiento, Satanás y la muerte. Como la luz nos permite ver que hay en la oscuridad, Él abre los ojos
de aquellos que no pueden ver su condición espiritual, permitiéndoles ver al Señor por primera vez.
Tercero y cuarto, Jesús proclama ser tanto la “puerta” y el “pastor” para Su oveja, referencias muchas
veces al éxodo de Israel desde Egipto que es retratado en el Viejo Testamento como un rebaño siendo
liderado por su pastor (Salmo 77:20; Isaías 63:11,14; cf. Salmos 78:52). Debido a las constantes caídas
de los líderes que Dios había designado como pastores para su pueblo en Egipto, el Señor le prometió
a Ezequiel 30:10-11 que Él mismo algún día vendría por ellos como su verdadero y buen pastor. Jesús
estaba haciendo una afirmación divina de que Él era el cumplimiento de esa promesa- Jehová
encarnado, que viene a liderar a Su pueblo de sus pecados a una pastura segura. Quinto, sexto y
séptimo, Jesús proclama ser la ruta viviente a Dios, la fuente de la verdad, la causa de la vida eterna,
el poder de la resurrección y el vino que alimenta a todo Su pueblo- todas afirmaciones de divinidad
que encuentra raíces en el Dios del Viejo Testamento. Podemos estar seguros de que Jesús no sólo
pasaba cerca de unas experiencias milagrosas. Él era la causa de ellas porque Él es Dios. Éste es el
Salvador al que servimos. El Grande que SOY, en la carne, quién no tiene problema en identificarse a
sí mismo como Dios.

APLICACIÓN:

1. ¿Por qué nuestra cultura asume que el Dios del Viejo testamento y el del Nuevo
Testamento son dos diferentes Dioses? ¿Por qué es peligroso y no bíblico este
pensamiento para los cristianos?

2. ¿Por qué algunas veces es más fácil para nosotros pensar en Jesús en su naturaleza
humana como algo opuesto a su naturaleza divina? ¿Cómo podría cambiar su vida
diaria si usted realmente creyera que la presencia de Jesús en su vida fuera la misma
presencia del “Grande que SOY”?

La Misión de Dios, Mi Misión

Las implicaciones de la divinidad de Cristo están ampliamente perdidas en nuestra cultura actual.
Muchos sólo ven a Dios como el “gran hombre arriba” o como el verdadero Santa Claus. Muchos otros
ven a Jesús como un gran maestro moral y un modelo de amor. Pero la divinidad de Cristo tiene
muchas implicaciones.

C.S. Lewis nos da una tremenda herramienta para usar cuando interactuamos con aquellos que están
apartados de Dios. Él dijo que Jesús era o el Señor, o un mentiroso o un lunático. Él dijo, “Un hombre
que fue sólo un hombre y dijo el tipo de cosas que Jesús dijo no sería un gran maestro moral. Él
sería o un lunático- en el nivel de un hombre que dice ser que es un huevo hervido- o de lo contrario
sería el Demonio del Infierno. Usted debe escoger. O éste hombre era, y es, el Hijo de Dios, o por el
contrario un loco o algo peor. Usted puede descartarlo como un idiota, usted puede escupirle y
matarle como un demonio o usted puede caer a sus pies y llamarle Señor y Dios, pero no seamos
condescendientes con las idioteces de él siendo un gran maestro moral.”

Cuando usted interactúe con aquellos apartados de Dios, considere usar este argumento. Usted puede
decir. “Escuché este interesante pensamiento. Jesús afirmó ser Dios encarnado. Así que, me parece a
mí que o tendríamos que creer en Él, o llamarlo un loco al mismo nivel que David Koresh, o decir que
él fue el mayor embaucador de todos los tiempos. ¿Qué piensa de esto?” Ese tipo de conversación se
podría tener mientras tiene un corte de su cabello, almuerza con un amigo o habla con los amigos de
la escuela de su hijo.

ORACIÓN:

Ore que Dios le dé la audacia que necesita para hablar cuando Él le llama. Entonces ore para que
cuando venga la audacia, Él le dé las palabras para hablar.
Día 12

ESCRITURA:

Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así,
su Padre que está en el cielo… »Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de
trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda
homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. Cuando oren, no sean como los
hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para
que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Y al orar, no hablen solo
por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas
palabras. Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros
para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa. La
gloria humana no la acepto, ¿Cómo va a ser posible que ustedes crean, si unos a otros se rinden
gloria, pero no buscan la gloria que viene del Dios único?

— Mateo 6:1–2, 5, 7; Mateo 6:16, Juan 5:41, 44

¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a
los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.
— Gálatas 1:10

¡He pecado! —admitió Saúl—. He quebrantado el mandato del Señor y tus instrucciones. Los
soldados me intimidaron y les hice caso. 25 Pero te ruego que perdones mi pecado, y que regreses
conmigo para adorar al Señor.
—1 Samuel 15:24

¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás
apóstoles—.
—Hechos 5:29

OBSERVACIÓN:

Otras de las “cargas” que nos frenan en nuestra carrera hacia Cristo es el ídolo de la reputación. Como
Jesús lo señala in Mateo 6, aún las personas más religiosas pueden tener las motivaciones más
perversas para sus buenas acciones. Jesús dice que sus buenos comportamientos ondean en el deseo de
obtener una reputación importante, no dentro de la obediencia devota. Jesús nos advierte que ¡Dios
sabe la diferencia! Él sabe cuándo cambiamos de “fijar nuestros ojos en Jesús” a fijar nuestros ojos en
nosotros mismos, obsesionados con el cómo nos miramos frente a los otros. En sus raíces, el ídolo de la
reputación nace del “miedo de los hombres”, nuestro pecaminoso deseo de agradar a las personas en
vez de a Dios. Como Samuel, muchas veces ponemos más peso en lo que la gente pueda pensar de
nosotros que en lo que Dios piensa. Cuando adoramos el altar de la aprobación del hombre, muchas
veces terminamos desobedeciendo al Señor para lavarnos la cara entre los no creyentes. O, mirándolo
de otra forma, podríamos ser como los Fariseos que obedecen a Dios de frente a nuestros amigos
religiosos por el mismo pecaminoso motivo. Sea que obedezcamos o no, Dios sabe la motivación real.
Como Gálatas 1 nos dice, en cualquier momento, o estamos buscando el favor de las personas o el de
Dios. Jesús enseña la misma idea en Juan 5. No podemos realmente creer si estamos enfocados en
obtener la gloria unos de los otros en vez de buscar la gloria de Dios. Aunque una buena reputación es
generalmente algo bueno (Proverbios 22:1, 1 Timoteo 3:2,7 y 5:10; 1 Pedro 2:12), si se convierte en
nuestro principal objetivo o la forma de enfocar toda la vida en nosotros en vez de en el Señor, se
convierte en idolatría. Al final de cada día, le diremos al Señor que hemos pecado, como Samuel, “por
qué temí de las personas y escuché sus voces” o como Pedro, que obedezcamos a Dios en vez de a las
personas. Si usted se encuentra constantemente sacrificando su tiempo, pensamientos, energía y
recursos en su propia reputación en vez de la del Señor, tome algo de tiempo hoy para regresar a Él- ¡el
Único donde su reputación por ser misericordioso con los pecadores es famoso en todas partes!

APLICACIÓN:

1. ¿Cuántos de sus pensamientos diarios están enfocados en lo que los otros piensan
de usted? ¿Pasa todo este tiempo enfocado en lo que ellos piensan de Dios? ¿Por qué?

2. ¿De qué formas usted presume su rectitud frente a los otros? ¿Cómo esto lo aparta
de la Gloria de Dios?

La Misión de Dios, Mi Misión

Vivimos días y tiempos donde las personas trabajan duro por proteger su reputación. No sólo eso,
muchos activamente trabajan para darle forma a su reputación a través de sus redes sociales. La
reputación es algo importante. ¿Qué pasaría si usted demostrara negligencia hacia su reputación?
¿Qué pasaría si usted estuviera completamente satisfecho en sus términos ante Dios - hecho posible a
través de Jesucristo- y que no le importa lo que otros puedan pensar de usted?
¿Suena eso como una locura? Considere este pensamiento reflexivo de la autora Elyse Fitzpatrick: “Es
verdad que soy más pecadora y con defectos que lo que jamás me podría imaginar y esa verdad me
libera de la ilusión de que algún día podré aprobarme a mí misma; pero también soy más amada y
bienvenida de lo que más pude esperar, y esa verdad me conforta y me da fuerzas cuando mi corazón
me condena… Me asegura que aunque lucho por aceptarme, el Rey Celestial me ha declarado justa. Lo
que en realidad necesitaba – perdón, bienvenida y amor eterno, todo me lo fue dado a mí por Cristo”.
(Elyse Fitzpatrick, ¿La medicina detendrá el dolor? p. 102).
Usted tiene el completo perdón de Dios, Usted es bienvenido a Su familia. Él lo ama mejor que
cualquier cosa que experimente en esta tierra. ¿Acaso su reputación realmente importa a la luz de
estas verdades?
ORACIÓN:
Ore para que pueda vivir su vida fuera de contrastes, su vida de alegría y observe a esos buscadores de
reputación que le rodean por lo que tiene.
Día 13

ESCRITURA:

En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa,
dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera
—Santiago 3:17

Pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la
sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios
es más fuerte que la fuerza humana. Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de
ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de
noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del
mundo para avergonzar a los poderosos.
—1 Corintios 1:24–27, 30

… el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quién están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y
del conocimiento…
—Colosenses 2:2–3

OBSERVACIÓN:

Otro maravilloso atributo de Cristo a enfocarnos durante este tiempo de ayuno y oración es Su
sabiduría. Santiago nos dice que la sabiduría que viene del cielo es diferente a la que viene de la tierra.
La sabiduría celestial es “pura, entonces apacible, gentil, abierta a la razón, llena de misericordia y
buenos frutos, imparcial y sincera”. Mientras vemos estas descripciones de la sabiduría, no es difícil el
ver que todas estas cosas son ¡el mismo Cristo! En Su ministerio terrenal y en Sus interacciones con las
personas en los Evangelios, vemos estos aspectos de la sabiduría continuamente. Él confundió a
muchos de Sus compañeros religiosos con Su gran sabiduría, siempre sabiendo cómo acercarse a ciertas
personas. A aquellos que trataron de tenderle una trampa en argumentos innecesarios o incluso
heréticos, Jesús respondía sabiamente, muchas veces dejándolos con la boca abierta con Su sabiduría
inesperada, pero perfectamente razonable. En otros momentos, cuando las personas simplemente
buscaban a Cristo en fe por ayuda, Él también les respondía sabiamente, ayudándolas a entender tanto
los gozos como los costos de seguirlo a Él. Sin importar la persona o la situación, Él la enfrentó, Jesús
respondió con sabiduría celestial. Por eso, Pablo le da el crédito de, ¡Jesús es la Sabiduría de Dios hecha
carne! La forma en que Dios trajo al Mesías al mundo se veía como un “sin sentido” para las élites
religiosas de esos días, pero el plan estaba perfectamente alineado con la definición de Dios de la
sabiduría. Mientras ellos esperaban un héroe político, Dios les envió un humilde y modesto
desconocido. Al menos eso es lo que parecía ser Jesús, de acuerdo a los estándares terrenales. Este es el
gran “misterio” del que Pablo habla recurrentemente, el hecho de que el magnífico plan de Dios para la
salvación viniera de la forma menos esperada, el recipiente más humilde que de alguna manera salvaría
a la humanidad, a través de la crucifixión Romana, entre todas la cosas. Aunque podamos haber
pensado que todo se perdió en la cruz, los cielos se regocijaron, porque el más sabio de los seres del
universo estaba haciendo sus planes, y sus planes funcionaron. Roma consideró a Cristo un loco. Pero
la sabiduría de Dios estaba trabajando y le dio vía a la humanidad para re encontrarse con Él otra vez.
Éste es Dios a su máxima expresión, usando planes que podríamos considerar sin sentido o imposibles
para vergüenza de aquellos que se consideran a sí mismos sabios para los estándares terrenales.
Mientras estamos en búsqueda de sabiduría, debemos ver sólo a Cristo, “en quién están todos los
tesoros de la sabiduría”. Mientras estudiamos Su vida, podemos tratar de encarnar la misma sabiduría
que Cristo mostró y Dios usó en Sus planes por la salvación. Y así podremos también saber exactamente
cómo afrontar cada situación de la forma en que Cristo lo haría, confiando en que, aunque nuestras
circunstancias parezcan confusas o extrañas, la sabiduría de Dios ¡siempre trabaja en nuestras vidas!

APLICACIÓN:

1. ¿Cuándo piensa lo que Cristo todo es para usted, usted piensa en Él como un Dios de
sabiduría demostrada? ¿Por qué y por qué no? ¿Por qué cree que este atributo de
Cristo muchas veces es olvidado?

2. ¿De qué formas está siguiendo su vida de acuerdo a los estándares terrenales de la
sabiduría en vez de los estándares celestiales? ¿Qué en su vida necesitaría cambiar en
su sabiduría para verla como Cristo, digamos, la definición que vemos en Santiago
3:17?

La Misión de Dios, Mi Misión

La Biblia dice, “Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo
cada momento oportuno. Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo
responder a cada uno”. (Colosenses 4:5-6) Necesitamos caminar con sabiduría mientras estamos
rodeados de aquellos apartados de Dios. La palabra sabiduría implica conocimiento a través del
entendimiento. Demanda un análisis de la situación y una respuesta pensada.
La sabiduría demanda que usted sazone su discurso con sal. La sal tenía dos usos primarios en el
primer siglo. Primero, era usada para retrasar el proceso de descomposición. Pero también era usada
como condimento, para agregar sabor. Creo que esto es lo que tenía Pablo en mente. Necesitamos
hablar de tal manera que abramos su apetito. Hacer que se interesen en lo que usted está diciendo.
Por ejemplo, usted tiene una maravillosa historia de cómo Dios le salvó que muchas personas pueden
considerar interesante. Pero debe compartirla de una forma en que involucre sabiduría. No comparta
la historia con una voz monótona y sin inspiración. Use la sabiduría de Dios para agregarle sal a su
historia.
ORACIÓN:
Mientras ore, pídale a Dios que le llene con Su sabiduría. Pero no se la quede toda para usted. Desate
su divina sabiduría. Un mundo perdido está esperando escuchar las respuestas a sus preguntas.
Día 14

ESCRITURA:

Pero el Señor le dijo a Samuel:


―”No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se
fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.”
—1 Samuel 16:7

Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.


¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas y esto lo sé muy bien!
—Salmos 139:13–14

Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.
—Proverbios 31:30

Pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una
promesa no sólo para la vida presente, sino también para la venidera.
—Timoteo 4:8

OBSERVACIÓN:

El ídolo de la imagen corporal es otra “carga” común que nos hace tropezar mientras corremos la
carrera Cristiana. Debido al constante bombardeo de descripciones visuales de los estándares de
atractivo de nuestra cultura, siempre será difícil encontrar a un Cristiano que no se haya arrodillado a
éste ídolo de cuando en cuando. Aunque el deseo de un cuerpo saludable y funcional no es malo
(después de todo, es la imagen que vemos de los cuerpos en el Edén y lo que nos es prometido en la
resurrección), el mundo no busca la mera salud del cuerpo. Proclama que el físico perfecto es el fin
último y que nos dará todo en nuestra vida. Aunque Dios hizo los cuerpos humanos diferentes y
hermosamente únicos de acuerdo a las diferentes etnias y culturas, la forma Americana de pensar nos
dice que todos necesitamos conformarnos con un estándar homogéneo para ser considerado atractivo.
Debido a la constante promoción de material que nos dice que nuestros cuerpos no son lo
suficientemente buenos, buscamos producto tras producto que nos ayude a vernos como los estándares
de belleza de la cultura en vez de la de Dios, nunca contentos por la forma en que nos vemos.

Pero más reconfortante es que Dios no deja abandonado a Sus hijos en esta batalla. A través de las
Escrituras, Dios nos da varios pasajes que nos ayudan a pelear en contra de los estándares mundiales
de atracción, al decirnos Él Su estándar. Primero Samuel 16 nos dice que Él no ve la apariencia externa,
sino al corazón. A Él no le interesa en qué tan perfectamente usted ha moldeado su imagen; ¡Él está
buscando la imagen de Cristo en usted! En Salmos 139, Él calma nuestros miedos de ser inadecuados al
decirnos que Él no sólo hizo nuestras almas sino también ¡cada pequeño detalle de nuestro cuerpo
también! Dios le dio forma a la imagen de nuestro cuerpo en el útero y quedó complacido por la forma
en que nos hizo, lo que significa que ¡nosotros podemos estar complacidos también! Proverbios 31 nos
dice que aunque el mundo alabe el encanto y la belleza, nos recuerda sabiamente que éstas no son
duraderas. Debemos reservar nuestras alabanzas por aquellos que enfocan su atención en temer a Dios
en vez de su imagen corporal. Y finalmente, en 1 Timoteo 4, Dios nos guía en nuestro acercamiento a la
aptitud física. Él afirma que tiene algo de valor. Después de todo, somos los administradores de los
cuerpos que Dios nos ha dado y queremos mantenerlos tan saludables como podamos. Aunque, debido
a los efectos de la caída, no podremos evitar que nuestros cuerpos se descompongan y mueran. Algo
más importante que el entrenamiento físico es el entrenamiento en la devoción, algo que durará toda la
eternidad cuando se nos sean dados ¡los nuevos y glorificados cuerpos! Si usted se encuentra en
aprietos con su imagen personal, tome un tiempo en poner al Señor de vuelta en el trono y medite
sobre Sus preciadas palabras para usted en esta área.

APLICACIÓN:

1. ¿Qué tanto de su presupuesto mensual gasta desarrollando su apariencia física


(costos de gimnasio, ropa, maquillaje, productos de cuidado personal, etc.)? ¿Gasta la
misma cantidad en desarrollar la imagen de Jesús en usted (libros, estudios Bíblicos,
diezmos, dar a aquellos en necesidad)? ¿Por qué o por qué no?

2. ¿Cómo cambiaría su calendario si le diera valor a la imagen de Cristo en usted más


que en su imagen corporal?

La Misión de Dios, Mi Misión

Dado que Dios nos ha dado estos cuerpos, necesitamos entender que ellos tienen un propósito. Uno
de los principales propósitos en nuestros cuerpos es llevar a cabo la gloria de Dios. El Gran Encargo
inicia con un “Ve”. Una traducción más literal sería “andando” o “mientras vas”. La implicación es que
necesitamos estar en movimiento en nuestras vidas y llevar el evangelio con nosotros. Debemos
rechazar el sedentarismo, la monotonía, las vidas inefectivas. Nuestro tiempo es corto. ¡Debemos ir
ahora!

Un buen pescador no lanza su red indiscriminadamente al agua. El intencionalmente va a los lugares


donde el piensa que los peces se estarán congregando. Los creyentes son llamados a ser “pescadores
de hombres” (Marcos 1:17). Los creyentes son pescadores y deberían intencionalmente ir a las zonas
de pesca que tengan enjambres de peces.

¿Lleva el evangelio con usted donde quiera que vaya? ¿Cuáles son esos lugares a los que usted puede
catalogar como “Zonas de pesca” en su vida?

ORACIÓN:

Ore que Dios le muestre algunas buenas “zonas de pesca” y que usted tenga el coraje de ir tan pronto
como hoy o mañana.

Día 15
ESCRITURA:

Surgió entre los discípulos una discusión sobre quién de ellos sería el más importante. Como Jesús
sabía bien lo que pensaban, tomó a un niño y lo puso a su lado.
―”El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe
al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante.”

Conociendo sus malas intenciones, Jesús replicó: ― ¡Hipócritas! ¿Por qué me tienden trampas?

Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver
las señales que hacía. En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos; no necesitaba que
nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano.

¿Ustedes saben discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de los tiempos?
—Lucas9:46–48; Mateo 22:18; Juan 2:23–24, 25; Mateo 16:3

En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir
entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual.
—Hebreos 5:14

Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y
en buen juicio.
—Filipenses 1:9

OBSERVACIÓN:

Uno de los atributos de Cristo al que usualmente olvidamos “fijar nuestros ojos” es en Su increíble
discernimiento. En los primeros versos de arriba, vemos a Cristo ejercitando su discernimiento en
diferentes maneras. Cuando se trata de sus propios discípulos, Él se toma el tiempo de observarlos
mientras debaten sobre “quién de ellos será el más grande” En vez de engrosar el momento, Su
discernimiento lo lleva a hacer lo contrario. Sus debates realmente resaltan una confusión espiritual y
Él usa sus argumentos como un momento de enseñanza. ¡Qué maravilloso es saber que servimos a un
Salvador que discierne lo que en realidad es importante en nuestros momentos más embarazosos, o
incluso nuestras propias luchas internas como creyentes, usando esas situaciones para enseñarnos en
vez de abandonarnos! Seguidamente lo vemos poniendo en práctica Su discernimiento con los no
creyentes que se hacen pasar como creyentes. Él percibió cuando a Él le fue puesta una trampa por
las élites religiosas que se consideraban verdaderos seguidores de Dios, pero que sólo estaban
interesados en obtener ganancias. En otra oportunidad, aunque algunos proclamaban creer, Jesús
“no se confió a sí mismo a ellos” porque él sabía que sólo estaban interesados en sus llamativos
milagros. Finalmente, le vemos a Él regañando a Sus compañeros Judíos por su falta de
discernimiento. Él claramente no esperaba que el discernimiento estuviera reservado sólo para Él.
No, Él quiere que nosotros practiquemos el discernimiento cuando se trate de leer las diferentes
tendencias y fuerzas malignas que trabajan en nuestra cultura. Ya que Jesús claramente quería que
Sus compañeros practicaran el discernimiento, no es de asombrarse que en Hebreos 5 y Filipenses1
resalte este tema. En Hebreos, se nos dice que un creyente maduro tiene sus “sentidos entrenados
para discernir el bien del mal,” guiados por el profundo y riguroso estudio de las escrituras. En
Filipenses, Pablo ora porque nuestro amor pueda incrementarse- no un vacío o ciego amor, ¡sino uno
que sea caracterizado por el conocimiento y el discernimiento! De hecho, parte de amar a otros es ser
capaz de discernir qué sucede con ellos. Sea que nosotros, Sus seguidores, podamos continuamente
buscar el ser como Cristo en todos estos ejemplos de Su discernimiento. Si usted tiene problemas
poniendo a punto su discernimiento, ore al Único que puede discernir nuestras debilidades, incluso
ahora, y Él le dará fuerzas con Su gran amor y compasión.

APLICACIÓN:

1. ¿Cómo el saber sobre el perfecto discernimiento de Jesús le da ánimo en su camino


espiritual? ¿Cómo esto cambia la forma en que se aproxima a Él ahora?

2. Dados los ejemplos de los discernimientos de Cristo, ¿En cuál situación ha tenido
más problemas para entender lo que estaba pasando? ¿Cómo puede practicar el
cultivar sus habilidades de discernimiento?

La Misión de Dios, Mi Misión

La Evangelización y el discernimiento van de la mano. Usted no puede ser un efectivo evangelista sin
el discernimiento de Dios; y no puede tener un buen discernimiento sin un corazón por aquellos que
están apartados de Dios. Jesús dijo, “Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos
como serpientes y sencillos como palomas.” (Mateo 10:16) Aunque no debemos aplicar este verso
viendo a todo el que nos rodee como lobos hambrientos, debemos practicar el discernimiento con
aquellos apartados de Dios.

Debemos ser sabios como las serpientes. ¿Qué significa eso? No necesitamos ser vulnerables como
una oveja descarriada. En vez, necesitamos ser astutos y con recursos. Una serpiente es usualmente
rápida para escapar del peligro. De la misma manera, esté en este mundo como una oveja rodeada de
lobos. Pero sea rápido para escapar cuando el mundo lo ataque. Use su discernimiento. Lleve el
evangelio consigo a donde quiera, donde sea y a quién sea. Pero no se deje enredar en asuntos
peligrosos. Sea sabio y use su discernimiento.

Debemos orar por esto. Nuestra inclinación es en aislarnos del mundo o entrar en batallas
improductivas con aquellos alejados de Dios.

ORACIÓN:

Ore porque Dios lo haga valiente en su testimonio y sabio en sus interacciones.


Día 16

ESCRITURA:

Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles.


Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hace guardia los vigilantes.
En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde,
para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.
—Salmos 127:1–2

Seis días trabajarás, pero el día séptimo descansarán tus bueyes y tus asnos, y recobrarán sus
fuerzas los esclavos nacidos en casa y los extranjeros.
—Éxodo 23:12

Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena
voluntad.
—Filipenses 2:13

OBSERVACIÓN:

Mientras buscamos re instalar el trono de Cristo en nuestro corazón durante esta temporada de oración
y ayuno, debemos destronar otro rival común que ha irrumpido en Su lugar. El ídolo del trabajo.
Aunque el trabajo fue creado por Dios desde el principio como algo bueno para los humanos, algunas
veces lo malentendemos como nuestra suprema fuente de realización, felicidad y seguridad- ¡lo cual es
algo malo para los humanos! Otras veces lo vemos como nuestro patrón, la voz que tiene la última
autoridad sobre nuestro calendario, o nuestro presupuesto y nuestra energía. Cuando el trabajo llama,
vamos corriendo. Cuando el trabajo dice salta, preguntamos qué tan alto, incluso al costo de nuestro
camino con Dios, nuestra familia o nuestra salud. Mientras trabajar con excelencia y diligencia es
aprobado por las escrituras, hacerlo nuestro Dios ciertamente no lo es. Vemos este principio en el Salmo
127 cuando Dios nos dice que todas nuestras “fatigas” son en vano si Él no es el propósito y el poder
detrás de nuestro trabajo. Cuando dependemos de nosotros mismos por fuerza, nos quemamos. Cuando
vemos que el trabajo es nuestro todo dentro de todo, estaremos “trabajando en vano”

Para balancear nuestra búsqueda de trabajo, Dios nos ha dado el ritual ya hecho del Sabbath, visto en
Éxodo 23, que nos fuerza a descansar y confiar en Él para que se encargue de todos los detalles que
nosotros como simples y limitados humanos no podemos. Siempre habrá algo más que hacer, otra lista
que terminar, otro correo que revisar. Sin embargo, para combatir nuestra obsesión por el trabajo, Dios
desea para nosotros que disfrutemos de todo un día para descansar. En el antiguo Israel, este descanso
se extendía a todos, incluyendo a los jefes de familia, sirvientes, niños de los sirvientes e incluso a los
animales de trabajo.

Para personificar nuestra creencia de que Dios es Dios y no nosotros y de que Él es el que da poder a
todo nuestro trabajo, nosotros también tomamos el Sabbath regularmente para ser “refrescados”,
comunicar nuestra confianza en Él y comprometer nuestro trabajo a Él. Este “trabajo” incluye cosas
como nuestras vocaciones, nuestros roles dentro de la casa, nuestros asuntos en el ministerio y nuestro
difícil trabajo de mantenimiento de las pequeñas cosas de la vida. Si el trabajo ha pasado de ser algo
devoto que hacer a convertirse en una idolatría para usted, tome algo de tiempo ahora para invitar al
Señor en esta lucha. Pídale a Él por ayuda y siempre recuerde Filipenses 2:13- que Su trabajo en usted
es ¡la verdadera cosa que apodera su trabajo en el mundo!
APLICACIÓN:

1. ¿Qué tan rápido obedece cuando el trabajo le pide hacer algo? ¿Qué tan rápido
obedece cuando Dios le pide hacer algo? ¿Qué le dice esto sobre a quién considera
usted su patrón?

2. ¿Qué otras áreas de su vida sufren cuando adora al trabajo? ¿Qué prácticas puede
poner en efecto que le ayuden a tratar el trabajo de una forma saludable en vez de una
idolatría?

La Misión de Dios, Mi Misión

El día del Sabbath fue hecho para que usted descanse, baje la velocidad, reflexione y renueva las
prioridades. Cada una de estas es importante para su habilidad de alcanzar al perdido. Descansar le
permite pensar claramente y tener la energía de ir una milla extra. Jesús dijo, “Si alguien te obliga a
llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos”. (Mateo 5:41 NKJV). Observar el día del Sabbath también
requiere que baje la velocidad, las idas y venidas de la vida pueden se sobrecogedoras muchas veces.
Uno se puede perder estando ocupado y no ver el bosque con los árboles frente a usted. Personas
perdidas lo rodean todos los días, ¿Los llega a ver? El día del Sabbath también lo persuade para que
reflexione y renueva las prioridades. Cuando los problemas surjan, las fechas de cierre se acerquen y
los días pasen rápidamente, necesitamos reflexionar sobre nuestros logros y renovar las prioridades
que sean necesarias.

ORACIÓN:

Ore para que Dios le dé la visión en cómo pasar su domingo (o cualquier día que tenga designado
como día de Descanso). Ore por la convicción de seguirlo con un plan. Entonces espere ser re-
energizado y revigorizado en su misión.

Día 17

ESCRITURA:

Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
—Mateo 28:20

Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.


—Juan 6:37

No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.


—Juan 14:18

Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en Él tenga vida eterna,
y yo lo resucitaré en el día final.
—Juan 6:40

Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.


—Mateo 6:6

A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre
que está en el cielo.
—Mateo 10:32

Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo.


—2 Corintios 1:20

OBSERVACIÓN:

Cuando se trata de nuestra meta en la búsqueda de Cristo durante estos veintiún días de ayuno y oración,
algunas cosas importantes que no arreglan nuestra mirada son Sus promesas. Muchas veces nos
enfocamos en lo que Cristo hizo en su ministerio terrenal (¡ciertamente deberíamos hacerlo!), algunas
veces olvidamos las garantías que Él nos dio cuando Él habló durante Su ministerio terrenal. Difícilmente
podemos pasar un capítulo de los evangelios sin encontrar alguna promesa que Jesús haya hecho- sea a
un individuo o a sus seguidores como un todo. Esto debería darnos gran confort y coraje. Nuestro
Salvador viene trayendo preciosas promesas a nosotros. Él no nos deja sin nada a que aferrarnos mientras
esperamos su retorno. Él derrama su certidumbre que nos da una base segura para nuestro presente y
nuestro futuro. Entre éstas, Él nos promete Su presencia en todo el camino hasta el final de ésta era, que
Él nunca abandonará a sus seguidores, que Él nos levantará con el poder de la resurrección así como Él
mismo fue resucitado, que seremos recompensados por nuestra obediencia y que Él ¡nos reconocerá ante
Su padre! Arriba no están listadas todo tipo de otras promesas hechas por Cristo, por ejemplo, la promesa
del Espíritu Santo para enseñarnos y guiarnos, del descanso cuando estamos fatigados, que Él es la
verdad y la vía confiable hacia el Padre, que Él es la definición de la verdad que podemos usar para guiar
nuestras vidas y decisiones, que lo más bajo de su reino en este mundo es considerado lo más alto en el
reino de Dios, y que Él es la vida eterna. Y estas son sólo unas pocas. ¡La lista de las promesas de Jesús
podría seguir y seguir!

Y como si esto no fuera suficiente, se nos ha dado una declaración incluso más increíble en 2 Corintios 1.
Verso 20, el cual nos dice que todas las promesas que Dios haga a su pueblo escogido en el Viejo
Testamento están garantizadas para nosotros. ¿Pero cómo? Ahora que estamos en Cristo, ¡somos
contados como uno del pueblo escogido por Dios! Estar en Cristo significa ser parte de la gente de Dios y
más que eso, La familia de Dios. Cualquier promesa que Él hiciera a sus hijos está hecha para cualquiera
que confíe en Jesús. Sabiendo esto, estamos asombrados. No sólo tenemos las promesas hechas a
nosotros por Jesús, pero podemos reclamar todas las antiguas promesas que Dios le dio a Israel como si
fueran nuestras. En Cristo, todas las Promesas de Dios nos están aseguradas. Si usted se ha olvidado de
las incontables promesas de Cristo, o simplemente nunca las ha explorado, tome algo de tiempo hoy para
buscar algunas de sus garantías hechas para usted en las escrituras.

APLICACIÓN:

1. ¿Qué promesas en nuestra cultura han tomado el lugar de las promesas de Jesús en
usted? ¿Por qué las promesas de Cristo son mejores que cualquiera de las que nuestra
sociedad nos ofrece?

2. ¿Cuál de las promesas discutidas en la lectura de hoy le ha animado más? ¿Por qué?
¿Cómo podría ésta promesa cambiar significativamente su vida diaria?

La Misión de Dios, Mi Misión

Una de las promesas más emocionantes encontradas en la Biblia la podemos leer en Mateo 24.14.
Dice: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones,
y entonces vendrá el fin” (ESV). El Gran Encargo ordena a todos los cristianos a llevar el Evangelio a
todas las naciones. Hacemos eso en nuestras casas, nuestra comunidad, nuestro país y en misiones a
otros países, El trabajo es duro y arduo. Pero la recompensa esa ahí al doblar la esquina.

Muchos misionarios, evangelistas y líderes de iglesias globales creen que el tiempo está muy cercano
cuando en casi toda cultura, pequeña o grande de la tierra se ha predicado el Evangelio y en algún
momento traducido parte de las escrituras a su lenguaje. La promesa hecha por Jesús es que
“entonces vendrá el fin.” Jesús regresará e iniciará un completo renacimiento de los cielos y la tierra.
El pecado y la tristeza serán un recuerdo lejano. Será un tiempo glorioso. Pero nuestro trabajo en este
momento es ser los testigos de Dios para todos.

ORACIÓN:

¡Ore para que Dios le use para acelerar la segunda venida de nuestro señor Jesucristo!
Día 18

ESCRITURA:

Y diré: “Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come,
bebe y goza de la vida”. 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y
quién se quedará con lo que has acumulado?
—Lucas 12:19–20

En los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará… más amigos del placer que de Dios. Su
conducta desmentirá el poder de la piedad.
—2 Timoteo 3:1–2, 4–5

Muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su destino es la destrucción, adoran al


Dios de sus propios deseos y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.
—Filipenses 3:18–9

Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que han hecho es
engordar para el día de la matanza.
—Santiago 5:5

Me has dado a conocer la senda de la vida, me llenarás de alegría en tu presencia,


y de dicha eterna a tu derecha.
—Salmos 16:11

OBSERVACIÓN:

Otra “carga” que nos hace tropezar en nuestra carrera Cristiana es el ídolo del confort. Algo que la Biblia
ve como peligroso y vacío. Cuando adoramos el ídolo del confort, creemos la mentira de que si tenemos
valor obtendremos una particular calidad de vida o que la vida sólo tiene significado si experimentamos
ciertos placeres. Aunque muchas veces disfrazamos a este falso Dios como “sabiduría”, ¡la persecución
del confort nos mantiene alejados de todo tipo de cosas que Dios nos pide que hagamos con Su Palabra!
Por ejemplo, almacenamos nuestros bienes y nuestras cuentas de ahorro, como el hombre en Lucas 12,
para así sentarnos y disfrutar de nuestro botín. Aunque ahorrar puede ser sabio de acuerdo a las
escrituras, se nos repite varias veces el ser extravagantemente generosos con nuestros recursos en vez de
apilarlos sólo para nosotros.

Muchas veces, los Cristianos son generosos consigo mismos pero tacaños con la iglesia y/o los
necesitados. De esta forma y muchas otras, podemos ser “amantes del placer” como 2 Timoteo 3 nos dice,
en vez de “amantes de Dios”, todo mientras adoptamos una “forma devota” que es falsa. En otras
oportunidades buscamos confort en nuestros “apetitos”, de acuerdo con Filipenses 3. Esto puede ser
cualquier tipo de auto indulgencia u obsesión por el placer. Muchas personas escogen la comida o el
alcohol para darse confort en vez de ir hacia el Señor. Otros buscan encuentros sexuales. El
entretenimiento es otra forma en que podemos escoger el confort como nuestro patrón, evitando el
ministerio a nuestros vecinos o familias porque estamos siempre al frente de la pantalla luminosa en
nuestras salas o en nuestros teléfonos. Incluso nos podemos esconder detrás del tiempo para evitar las
incomodas órdenes de nuestro Señor. Decimos que estamos protegiendo nuestra agenda o que estamos
muy ocupados para hacer muchas de las cosas que Dios nos dice para hacer con el tiempo que Él nos ha
dado.

En todos estos ejemplos, pensamos que estamos apartándonos del dolor o la incomodidad, cuando en
realidad, estamos adorando al confort en vez de a Dios. El Señor describe esta vida como una de “placer
sin sentido” de la que podemos esperar una segura destrucción al final. Si se encuentra constantemente
reverenciando al Dios del confort, tome valor. El señor le traerá de vuelta, no regañándolo por lo enojado
que está, sino por cómo mejor Él es, que esos otros placeres que usted busca. En Salmos 16, Él nos
recuerda que Él no quiere una vida vacía de placeres o de reconfortarnos, en vez, Él nos dice dónde
encontrarlo- ¡en Su presencia y a Su mano derecha, donde Jesús se sienta (Heb 10:12)!

APLICACIÓN:

1. ¿Cómo es el ídolo del confort en su vida (acumular seguridad financiera a cuenta de


la generosidad, comida, alcohol, encuentros sexuales, entretenimiento, o acaparar su
tiempo)? ¿Cómo éste ídolo ha fallado sus promesas hechas a usted?

2. ¿Cómo sería su vida de diferente si usted fuera consistentemente al Señor por


confort?

La Misión de Dios, Mi Misión

Para ponerlo simplemente: el confort es el enemigo en jefe de la evangelización. El confort nos llama a
amarnos a nosotros mismos. Implora que evitemos cualquier cosa que sea difícil, diferente o no
placentera. La evangelización nos llama a amar a los otros. Implora abrazar a las personas difíciles, a
tener conversaciones difíciles y el sentimiento no placentero de ser potencialmente rechazado. Así
que, ¿Por qué querría usted hacer eso?

Recuerde que usted alguna vez también fue un pez. Mientras Pedro y Andrés estaban ocupados
lanzando sus redes al mar, Jesús llego ante ellos y dijo, “Síganme y yo haré de ustedes pescadores de
hombres” (Mateo 5:19). Aunque pensamos normalmente sobre este pasaje como que Jesús llama a
sus seguidores a alcanzar a los perdidos, no olvidemos que todos fuimos un pez alguna vez.

Pero Dios, gracias a Su gran amor por usted, designó un embajador para que lanzara la red. Un fiel
pescador lo atrapó a usted. Ahora usted está “Vivo junto con Cristo- por la gracia usted fue salvado”
(Efesios 2:5) y Dios “levantó [usted] con él y sentó [usted] con él en los lugares celestiales junto a
Jesucristo” (Efesios 2:6)

ORACIÓN:

¡No deje que el confort se interponga en su camino de compartir su fe con aquellos que le rodean!
Día 19

ESCRITURA:

Haciendo la paz con todo en el cielo y en la tierra mediante la sangre que derramó en la cruz.
En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus
enemigos. En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo.
—Colosenses 1:20–21; Romanos 5:1

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se
acobarden.
—Juan 14:27

Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. No se inquieten por nada;
más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en
Cristo Jesús.
—Isaías 26:3; Filipenses 4:6–7

Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un sólo cuerpo. Y sean
agradecidos. Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
—Colosenses 3:15, Hebreos 12:14

OBSERVACIÓN:

Otra cualidad de Cristo a la que podemos fijar la mirada durante esta temporada es Su paz. Como
Colosenses 1 y Romanos 5 nos dicen, la primera clase de paz que Jesús trae no es en el contexto de las
emociones, sino en el contexto de la guerra. Siempre desde la caída, la humanidad ha estado en un estado
de guerra con Dios, rebelándose contra Su autoridad y buscando ser su propio patrón. Pero Cristo, a
través de Su sacrificio sustitutivo en la cruz, cambio nuestro estatus ante Dios. En vez de estar en guerra
con el Señor, estamos ahora y para siempre considerados en una posición de “paz” con Él ¡porque Cristo
medió por nosotros! El segundo tipo de paz que Cristo ofrece es una profunda y duradera paz que
usualmente experimentamos en nuestra vida emocional. Jesús nos dice en Juan 14 que Él nos deja una
paz que debe ayudar a nuestros corazones a salir del miedo y convertirlo en confianza. Mientras el mundo
considera la paz como la ausencia de lucha, Jesús dice que el tipo de paz que Él nos deja es diferente. Es
una paz divina que nos sujeta a través de las intensas temporadas de luchas. El Señor nunca promete que
no pasaremos dificultades. En vez, Él nos ofrece una profunda y resuelta paz que se quedará con nosotros
tanto como duren las dificultades. La tercera clase de paz con la que Jesús nos apodera es la paz de las
relaciones que extendemos a los otros. Colosenses 3 nos dice que la paz de Cristo deberá reinar en
nuestros corazones cuando interactuamos con otros creyentes. Ya que fuimos salvados por el Único que
hizo la paz entre nosotros y Dios, sólo tiene sentido que podamos hacer la paz con otros como miembros
de Su congregación. El Dios de la paz nos salvó, así que ¡la paz entre Su pueblo debe ser una obvia
indicación de que le conocemos! Y sobre todo esto, debemos también vivir en paz con “todos” como lo
dice Hebreos, encarnando la divinidad, para que así los no creyentes puedan “ver al Señor” a través de
nosotros.

Hay dos formas de acceder a esta paz, de acuerdo a la Biblia. Primero, en Isaías 26, se nos dice que incluso
en la adversidad podemos estar en “perfecta paz” si confiamos en el Señor y mantenemos nuestros
pensamientos fijados en Él. En vez de enfocarnos en los problemas y vicisitudes, debemos fijar nuestros
ojos en Cristo, ¡el portador de la paz! Segundo, en Filipenses 4, se nos dice que tenemos acceso a la paz del
Señor al orar (lo que incluye hacer peticiones a Dios de cosas específicas y agradeciéndole a Él por Su
carácter y pasadas acciones a nuestro favor) cuando necesitamos su ayuda en situaciones problemáticas.
Cuando hacemos esto, ¡experimentamos una paz divina que el mundo nunca ha conocido! ¡La paz y la
divinidad de Su pueblo! Posicionalmente, emocionalmente y en la relación- ¡éstos son los increíbles tipos
de paz que Cristo nos ofrece!

APLICACIÓN:

1. ¿Cuáles de estos tipos de paz usted se enfoca durante su tiempo de devoción con
Dios? ¿Cuál le da más fuerza? ¿Cuál lo reta más? ¿Por qué?

2. ¿Cuáles de sus relaciones no están en paz en este momento? ¿Cómo puede usted
remediar esto?

La Misión de Dios, Mi Misión

En un punto de su ministerio, Jesús envió a sesenta y dos a compartir la venida del Reino de Dios.
Antes de entrar en una casa, ellos decían, “¡que haya paz en esta casa!” Jesús entonces dijo, “Si
alguien que promueve la paz está aquí, su paz residirá en ellos; si no, retornará a ti.” (Lucas 10:6).

Cuando va en su misión de evangelización, usted necesita darle prioridad a su atención sobre aquellos
que son más receptivos a usted y a su “paz”. Estas son personas en su vida que han mostrado un
interés en los asuntos espirituales. Tal vez ellos crecieron en un hogar cercano a la iglesia pero no han
atendido a ella consistentemente en años. Son personas en su vida con las cuales usted ha establecido
un nivel de confianza. Estas personas pueden llamarlo o escribirle por correo cuando tienen la
necesidad de orar o de confort. Estos son sus miembros familiares, nuestros vecinos, nuestros amigos
en la escuela, nuestros compañeros de trabajo y aquellos con quiénes socializamos regularmente.

Identifique a las personas en su vida que son receptivas a su generosidad y amistad. Ahora ore para
que Dios le use como avanzada del Reino en sus vidas.

ORACIÓN:

Ore por tener oportunidades en los próximos días de usar su paz en traer la paz de Dios a sus vidas.
Día 20

ESCRITURA:

Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la
arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.
—1 Juan 2:16

Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría.


El orgullo sólo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.
—Proverbios 11:2; 13:10

Los ojos del altivo serán humillados y la arrogancia humana será doblegada.
¡En aquel día sólo el Señor será exaltado! Un día vendrá el Señor Todopoderoso
contra todos los orgullosos y arrogantes, contra todos los altaneros, para humillarlos;
La altivez del hombre será abatida, y la arrogancia humana será humillada.
En aquel día solo el Señor será exaltado, y los ídolos desaparecerán por completo.
—Isaías 2:11–12, 17–18

Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.


Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.
—Santiago 4:6,10

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como
superiores a ustedes mismos.
—Filipenses 2:3

Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme


y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor,
con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada —afirma el Señor—.
—Jeremías 9:24

OBSERVACIÓN:

El último ídolo que vamos a desenterrar en este momento de oración y ayudo es el orgullo, la arrogancia
que tan fácilmente podemos demostrar de nuestras posesiones, posiciones, logros, saberes, experiencias,
logros religiosos y familias, por nombrar algunas. ¡El orgullo toma crédito de cosas de las que Dios es
responsable! De los versos arriba, aprendemos en 1 Juan 2 que la arrogancia humana no viene de los
valores de Dios, sino de los valores del mundo. En Isaías 2, vemos el plan último de Dios para el orgullo en
este mundo- ¡el hacerlos humillar! Todos los que se consideran grandes y poderosos serán arrodillados y
sólo el Señor y aquellos que Él escoja honrar serán exaltados al final.

Para evitar el orgullo, vemos los siguientes versos para la guía, Santiago 4 nos ayuda a evitar el orgullo en
relación a Dios. Si, Él se opone al orgullo y los hará arrodillarse al final, pero eso también puede suponer
el hecho de que Dios favorece a los humildes y ¡los exaltará a ellos algún día! Para asegurarnos de que
estamos en línea con los valores de Dios, Santiago nos instruye en ser humildes ante Dios y esperar que
nos levante hasta lo alto algún día, Filipenses 2 nos ayuda en evitar el orgullo en las relaciones con los
otros. Orgullo y humildad no pueden ser falsificadas. Ellas se muestran en la forma como tratamos a los
otros. Cuando adoramos al ídolo del orgullo, nos consideramos más importantes que los demás. Cuando
adoramos a Dios, nos convertimos realmente en humildes ante Cristo, considerando a los otros más
importantes que nosotros mismos. Esto se puede ver de muchas maneras- la forma como tratamos al
servicio en un restaurante, a los otros conductores en el tráfico, a las personas de nuestros pequeños
grupos, vecinos en nuestra calle, las figuras de autoridad de nuestra comunidad y aquellos en nuestra
propia casa. Si queremos saber si somos orgullosos, todo lo que tenemos que hacer ¡es listar el cómo
hemos tratado a los demás! Finalmente, la fórmula final en la que podemos evitar el orgullo es en nuestro
testimonio, como es visto en Jeremías 9. En vez de vanagloriar nuestra personalidad o logros, podemos
glorificar el carácter de Dios y Sus logros, ¡especialmente Su trabajo que nos ayuda a conocerlo!

APLICACIÓN:

1. ¿En qué área de su vida usted tiende a exhibir el mayor orgullo? ¿Cómo es esta
idolatría? ¿Cómo esto le evita enfocarse en el Señor?

2. ¿Qué personas en su vida se les está robando el conocer el carácter de Dios y sus
logros debido a su orgullo?

La Misión de Dios, Mi Misión

La evangelización demanda que usted no piense muy alto sobre usted mismo, El mundo de los no
creyentes espera de usted que los vea con desdén. Ellos esperan que usted los condene por su falta de
honestidad. Ellos han etiquetado a los Cristianos piadosos y más santos-que- tú. Es por eso que el
mundo se satisface muchísimo en ver a los Cristianos prominentes fallar moralmente. Hay un sentido
en decir “Te lo dije. Ellos no son mejores que nosotros”.

La verdad es que tienen la razón, No somos “mejores” que aquellos que están apartados de Dios.
Todos estamos tratando de funcionar en este mundo decadente. Todos estamos tratando de mantener
nuestras cabezas sobre las aguas mientras las olas de la tentación nos golpean sin cesar. La principal
diferencia es que a los Cristianos se les ha dado la habilidad de consistentemente escoger lo correcto a
través del poder del Espíritu Santo. Los Cristianos tienen esperanza de ir con la paz, el perdón, la
alegría y el amor.

El punto es que se nos han dado estos regalos. No tenemos tiempo para estar jactándonos o en
despreciar a nuestros vecinos. Hemos sido los recipientes de esta increíble gracia. Así que, mientras
interactuamos con aquellos que están apartados de Dios, ore para que Dios le rompa su corazón por
ellos- incluso cuando ellos toman decisiones erradas o se burlan de su fe. Ellos necesitan a Jesús de la
peor manera. Usted puede ser su mensajero.

ORACIÓN:

Ore por que Dios le haga alcanzar y compartir sobre su amor incondicional que ha cambiado su
mundo.
Día 21

ESCRITURA:

Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados.
—Malaquías 3:6

En el principio tú afirmaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos.


Ellos perecerán, pero tú permaneces. Todos ellos se desgastarán como un vestido.
Y como ropa los cambiarás y los dejarás de lado.
Pero tú eres siempre el mismo y tus años no tienen fin.
—Salmos 102:25-27

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.


—Hebreos 13:8

OBSERVACIÓN:

En nuestro último día de esta temporada de oración y ayuno, la cualidad final de Cristo a la que
enfocaremos nuestra mirada es que ÉL es inmutable, o invariable. Todas la otras características de
Cristo que hemos visto hasta ahora no tendrían valor para nosotros si ¡éste atributo no fuera verdadero
sobre Él! Sabemos por nuestros anteriores estudios que Cristo nos cuida, Él nos ha rescatado del
dominio de la oscuridad, Él nos reconforta, Él tiene una profunda compasión hacia nosotros, Él tiene
toda la autoridad en los cielos y la tierra, Él es completamente humano y completamente divino, Él está
lleno de sabiduría, Él tiene un increíble discernimiento, Él ofrece para siempre confiables promesas, Él
extiende su divina paz sobre nosotros, y es un mejor Dios que nuestros ídolos del dinero, la autoridad
personal, las relaciones, la reputación, la imagen personal, los conforts terrenales y el orgullo. Mientras
todas estas verdades son resaltantes dentro y por ellas mismas, el hecho de que Dios no cambia y de que
Cristo es Dios, significa que estas verdades sobre Cristo nunca cambiarán. Aunque la tierra y los cielos
en su forma actual desaparezcan, nuestro Señor “permanecerá igual” como nos lo dice Salmos 102. ¡Así
es! Las realidades alrededor de nosotros “se desgastan como un vestido” con el tiempo, pero estas
verdades que hemos aprendido sobre Cristo no tendrán fin. Hebreos nos dice que Jesús es “el mismo
ayer, hoy y por siempre”. Esto significa que lo que usted ha aprendido hoy sobre Cristo para cualquiera
de Sus atributos, usted puede inclinarse ante Él por esas mismas cosas ¡mañana, el siguiente día y por
toda la eternidad!

En los tiempos Bíblicos, los autores de las escrituras vivieron en culturas donde supuestos “dioses” eran
increíblemente inconsistentes. Un día ellos podían ser compasionados y esto estaba bien, pero al
siguiente día ellos podían ser furiosos y punitivos sin razón. Era una tarea imposible el mantener a los
dioses felices en las culturas paganas. Porque su carácter y deseos cambiaban como el viento. Lo que les
complacía un día era diferente al siguiente. Lo que los describía en un momento podía ser totalmente
falso al siguiente momento en que alguien los encaraba. Un Dios podía amar a un humano en algunas
situaciones, pero odiarlos a la siguiente. Para los antiguos, escuchar que Dios era inamovible era una
buena noticia imposible de creer. Las personas ya no tenían que preguntarse si la personalidad y las
acciones de Dios cambiarían día a día. ¡Él era siempre el mismo! La forma de complacerlo hoy es la
misma forma en que Él estará complacido mañana. Una característica a la que se podía uno apoyar sin
importar la temporada y saber que Él no es inconsistente. La misma verdad es para los creyentes
actuales. El Dios de la Biblia no es un siempre cambiante y objeto movible para nosotros. ¡Él es firme e
inmutable! Hagamos que estas buenas noticias lo arropen hoy. Cuando se trata de Cristo, todo a lo que
usted ha fijado su mirada durante esta temporada de ayuno y oración siempre será verdadero.

APLICACIÓN:
1. ¿Siempre trata a Jesús como Su amor para que cambie día a día? ¿Por qué esto es
similar a tratarlo a Él como a los otros dioses?

2. ¿Se ha enfocado alguna vez en la inamovible naturaleza de Cristo? ¿Cómo el


meditar sobre ésta verdad cambia su programa, sus relaciones y sus finanzas?

La Misión de Dios, Mi Misión

Usted no va a alcanzar a todos por Cristo, pero puede alcanzar a algunos. No hay absolutamente nada
como el ser usado por Dios para liderar a otra persona a la fe de Cristo. El sentimiento de felicidad es
indescriptible.

Tal vez ha leído a través de este material de devoción y todavía no ha tomado algún paso real hacia
liderar a alguien hacia Cristo. El tiempo comienza ahora. Usted es más que capaz. Nadie está más
capacitado para alcanzar a sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo y miembros familiares que
usted. No deje que Satanás le engañe a pensar que usted es incompetente o no está calificado.

Tenga una lista de amigos, vecinos y compañeros de trabajo y ore diariamente por ellos. Pídales a sus
amigos cristianos que se le unan en oración por estas personas. Haga planes para transicional sus
interacciones con ellos de un nivel superficial hacia lo personal. Esto más tarde le dará un puente para
moverse a un nivel espiritual. ¡Usted está bien en su forma de llevarlos a ellos a la fe en Cristo!

ORACIÓN:

Que Dios le bendiga en cada paso del camino. Que Él le dé las personas correctas a las cuales
perseguir. Que Dios le dé un corazón de compasión por aquellos que están apartados de Dios. Que el
Señor le dé muchos favores en su camino. ¡Que Dios le use para traer a alguien a la fe en Jesucristo!

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