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v' ,
"
,
[LOS TRAIDORES DE LOSTRAIDORES]
"
EN PRENSA
,
L.E.oNARDO MARQUEZ
, PARA PEDIDOS:
ANGEL POLA, MÉXICO, CALLE DE TA CUI3A, N. 25"
- ~-
MANUEL RAMíREZ
.........- ,
DE ARELLANO
\
j efe üe la ar t íller:a imperial en el sitio
ele Quel'étal'o
REVISION y NOTAS
DE
A.N""GEL PQLA.
MÉXICO
F. V ÁZQUEZ, EDITOR, 'CALLE DE T ACUBA, NÚf'!. 25
Ig 0 3
BOGOTA
.'
LI BRERIA COLOMBIANA
"
.J
l.,
, I
\ ,
EL AUTOR
x v rf
( "
Padre -Pi ó Noveno; después un curso dé ,Ejer-
ciclos Espirituales. $ e mostraba muy agra-
decido por lb~ cuidados que .se le hacían; y .
\
á cada pequeño servicio correspondía con ·
sinc,eras gracias. E n su enfermedad) tuvo al- ,
gún' intervalo de mejora) y entonces se con-
solaba con la esperanza de volver á ver á su
amada familia', 'M irando, despu és, que la en":'
fe ~'medad ,p rog resaba siempre más, pidió una
junta de médicos, y por tanto se llamaron
tres 'facu ltat ivos, quienes exa~inando la en-
fermedad, la encontraron muy adelantada
para poder poner 'alg ún remedio; todaví~ re-
.cetaron
I
algunas medicinas, que fueron ,
lue-
go suministradas, pero que para nada sirvie-
ron.
"Después de esto, él comprendió que no \ '
podía esperar una mejoría, y se dispuso á re-
cibir los últimos auxilios de nuestra Santa
Religión, lo que se verificó el día 7 de di-
ciembre, I Hizo su confesión á muy respeta-o
ble sacerdote, ' con verdaderas muestras de ,
arrepentimiento; después quiso que el Ca'pe-,
llán le hiciera alguna lectura espiritual, :q ue
le sirviera de preparación á la Santa Cornu- (, '
AQUÍ
DESTERRA DO ME XICA NO
QUE
Á LA ED AD DE 45 AÑOS
R IN DIÓ SU A L MA AL H AC EDOR
EL' LIBRO
up ill iOl{es del. auto» acerca de/ lltislllo asiuuo, pál;' 39' .
XXIV
content os.
Estos t res: Gutiérrez de Est rada, Alrnon-
te y Labas t ida ,debían for ma r un triu nvir ato
que serviría de transició n entre el gobierno . \
mos privados
,
sí, lo que es imposible, llegas
. eá
tener efecto el anti-nacional proyecto ,de es -
ta blecer en .n uest ro país. una m onarquía re-
gida por un príncipe extranjero que, para sos-
tenerse, necesitaría traer,consigo un ejército,
contra el cual combatirían de nuevo los me- ,
x icanos, para volver al go ce de su indepen-
dencia y de la libertad que han adqui rido al
precio de tantos sacrificios: cuyo hecho no
sería d ud oso, porque si el héroe de Iguala
. con todos sus títulos á la grat it ud nacional
corrió una suerte desgraciada en el memora-
ble Padilla, con cuánta más razón debe creer-
se que sería p eor la de cualquier otro. Puede,
pues, asegurarse que Méx ico jamás se rá pa-
cificado, re gido po r ning ún monarca, y espe-
cialmente si fue re extranjero."
. El general Miguel Miramón, q ue se le tie-,
ne por el servidor más leal del Imperio , t ra i-
cionóá Maximiliano, no sólo entrando en in-
.teligencia con los liberales (1), sino tratando
de aprovechar todas las circunstancias para
que , aunque poco aguerridas, asalta ron . con gran valor las
. I
- , posiciones de los imperialistas, sin hacer caso del-fuego hu-
·trido. de fusilería y de las granadas de ma no qu e.séles lan -
zaban de 1; alto de las casasy de los balcones. . 'Cuando
los atrincher amientos fuero n lomados, los soldados de la
_ guarn ición qu e se habían refugiado en el interior de las casas,
-temieron ser atacados"por retaguardia, 'abandonaron sus es- -,
condites y fueron hec hos prisioneros. 'L'as alturas d,e los '
alrededores estaban aun ocupadas-por el enemigoj-pero su
guarn ición capit~l1ó poco después. . " "
l ' -
I " Des de luego pude ma rchar al enc uentro de Má rquez,
Con la ayuda: de una división de caballer ía mandada por
el general Guadarrama, y destacada del ejército de Esco .
•-,1 ¡ •
I
XXXIV
MAXIMILIANO
- ¿F ué de noche?
. - F ué por la tarde, en pleno caserío. Mu-
tuam ente se hicieron prop?'siciones:- - V ente
con nosotros, decía Rocha á Miramón.--
V en ga usted á 'n uest ro partido y, ent re nos-
otros, todos usted es y los del Colegi o en-
'cont rarán amigos y compañ eros, decía Mi-
ra mó n á R ocha, á quien tr~taba con respeto
y consideración. ,
- General, ¿ust ed había sido también con-
discípulo de Miramón?
, - ,
, - s 1, seno r. _
tro .Iturbide.
Ei Emperador no concurrió ; lo mi'smo Me- '
jía, que se' encont raba enfermo. M ira mó n fué
el único. Estaba en el pórtico en un asiento,
echado para atrás, e ntre una valla de soldad os.
Entré á saludarle.- Hombre, dile al orejón,
¡'n e dijo.que qué placer tiene en estarno~ ator-
mentando; ¿para q ué consejos de guerra y to -
das estas tonterías? Más valía que de una vez
nos mataran y qu e se acabara así este mitote.
-' - N o creo qu e te fusilen , le advertí.-Si no
nos fusilaran, serían mu y . . . . ¡Ay de uste-
des si no nos fusilan!
- General, ¿de manera qu e á Mirámón no
se le notaba sobresalto, ni menos n1ied~? '
-Tenía su ~s a ng re entera; puede. qu e yo
!JI!
. ' Lrx. ,
- y al coronel Mig uel L ópez, ¿le volvió
usted á ver? , I
ha referid o? I
LXV ' l.
- V eo á Maximiliano.
E l E mperador peinábase la barba frente I
I
LXIX
liares.
y V élez dijo en voz alta:
-Señor L ópez, en-seguida se me.prese n-
ta ust ed. ' ... . .
Ló pez hi zo un, a de m án de asentim ien to y
"
LXX
A NGEL PO LA:
,.
I
GO!iSIDERH.GIOJ{ES OEIt TIVIOUGTOR (1)
. ,
Deseoso de iniciarme en las peripecias de
un drama, cuyo desenlace había previsto an -
tes de la partida á México 'd e los jóvenes ar-
"ch iduq ues de Austria, acabo de traducir la
' p rimera serie de las ULTI MAS HO RAS DEL I M-
PERIO. E sta obra es debida á la pluma del
.general Arellano, uno de los últimos defen-
sores del augusto mártir de Q uerétaro. E i
triste recuerdo del Imperio efímero de Max i-
miliano 1, no se rá extinguido en el lago de
sa ngre que la tierra me xicana no consume
r "
a un.
E l. pensamiento de la expe dición fra ncesa
en M éxico y del establecimient o de un Im-
peri o en el paí s qu e domina el golfo, donde-
debe dirimirse, antes de poco, ent re lat inos
y an glosaj on es , la g ran cues tió n de la s u-
pre macía universal, pe rd urará como un o de
los más g randes qu e hayan sid o conceb idos
en el sig lo; y cu anto .mejor se con ozcan Ías
cau sas qu e lo han hecho fracasar, tanto más
- - - - - - _. -j
LXXIV
L ~\"X: Vi
< LX.XX ¡ I
4
,1 , LXXXII
, -
mán, cuyo genio como político é historiador
, es incontestable, combate en esta época, en
el periódico El Tiempo, por el triunfo de la
idea monárquica; pero la Europa latina se
olvida t odavía de sí misma: Paredes cae y la
invasión
, . de los Estados Unidos hace .irnpo-
sib le la elevación al trono del hermano poli- .
tico de la reina de E spaña, el infante don En-
riqu e, candidato entonces de los me xicanos.
El partido qu e acababa de vender á los Es-
tados Unidos, por un plato de lentejas,más
de la mitad de l territorio nacional, cedió lue-
go 'el poder al general Santa Auna. E ste ge-
. neral, investido de au toridad dictatorial y au -
to rizad o ampliamente par a dar al g obierno
la for ma política q ue juzgase más convenien-
te, hace cuanto pu ed e po r restaurar la mo-
narq uía y confía esta vez oficialmente á Gu -
/ ' t i ~ !' re z E st rada el arreglo de las ne gociacio-
nes , q ue se frustran á con secuencia de la re-
vo lución española, de la g ue rra de Crimea y
en fin de la -n ueva caíd a de Santa A nna. .
A l gob ierno em anado de la revolu ción de
Ayutla s ucede , en 1858, la ad ministració n
de Z uloaga, que soli cita inmediatamente el
apoyo de Europ a, yen particular el de F ran-
cia , pa ra conso lidar el orden en México . E l
goq ierno fran cés exige la interve nción de In,-
g later ra y .-105 Estados Un idos, á la vez q ue
la suy a; España se obstina en su indiferencia,
¡ ,XXX III
--
xcv--
dejan duda alguna sobre la pa rte de' respon-
sab ilidad que res ulta á todos en la dirección
,dada más tarde á la política int er ior de Mé-
x ico por el nuevo sobera no.
Una vez ocupada la capita l po r las tropas \
francesas y las re gulares mex ican as, aliadas
á la Intervención, fué p roclamado el Impe-
rio por la ma yoría inmensa de los habitan-
tes y sob re todo por 10 más es cog}do de los
habitantes de todos los rangos y todas fas
clases; pero se sabe que el 'A rchid uqu e puso ,
por 'condición exp resa de su aceptación, q ue.
fue ra electo por la mayoría de la naci ón y
no solamente por la de los habitantes de '
México ó de las provincias sit uadas entre--
esta ciudad y V eracruz. Los éjércitos franco-
m~xicanos penetraron de seg uida en el in-
' terior ?el paí s, de que oc uparon las nueve-
décimas partes. L a acogida que recibieron '
es tá p resente en la memoria de nuestros ofi-
ciales, cuyas palabras ate stiguan el recono-
cimiento de que eran objeto. Maxim iliano 1
obtuvo tantos sufragios com o ninguno de
los poderes anteriores al su y o reunió desde,
que México conquistó su ind ependencia.
, E ntonces, y sólamente entonces , el archi-
duqu e aceptó la corona de ma nera definiti-
va. Salvó los ma res co n su j ~ ve n \c o m p a~e -.
ra, después de ha be r testificado en las Tu --
Heri as qu e se alejaba de acuerdo ton Napo- .
VIl _
XCVI
-
XCVII I
'"
zenit, va á de scender al horizonte, os curecido
de pronto por las n ubes 'q ue la t raición ác u-
mu la, y á desaparecer por fin _bajo el velo
sangriento del Cerro de las Campanas,
¿Por qu é ha acontecido esto? ¿Q uién ha
ex ting uido el gran pensamiento -con cebido?
¿Q ué mano más fuerte que la vo luntad de
to do un puebl o ha derribado el trono edifi-
cado por él? ¿Có m o es que el ídolo de una
nación ha po dido sucumbir en su ' mismo
suelo, á los golpes de sus enemigos? ¿Quién
ha he ch o surg ir tod os los males para M é-
I
xico, de un acontecimiento q ue le prometía , I
t od os los bi enes? ¿Qué serie de faltas ha
podid o comprom eter, no por muy largos
años, sino para sie mp re, la causa de la" raza
latina en A mér ica? Sería preci so, para con-
testa r todas est as preguntas, arra nca r á mu -
ch os hombres,' q ue viven entre nosotros; el
secreto de su conducta pasa.? a; pero se pu e-
de, al menos, contestarlas en parte, revelan-
do ciertos acontecimientos ignorados aún
de la historia y q ue son" la llave de otros
q ue han perman ecido hasta hoy tan enig-
mát icos -co mo ilóg icos para todos los hom-
bres serios.
Cada cosa en su lugar: c umplamos desde
Luego con la menos penosa para . nuestros
sentimientos.
A m en udo en la vida, privada de los mo-
XCVIII
CE ,
-- --~. -----
D esaparecidos Max imiliano y Miramón,
el g en eral Arellano e,s el único que está en
posición de revelar, con el carácter de h is-
toriador, las 'ca usas secret as que produjeron
la ca ída de su S oberano, y de dar á los su -
cesos su fisonomía verdadera. La posición.
militar ele este joven ge ne ral; la ' importan-
.cia del papel que representó en el ejército,
. elel que rué director supremo; la importan - '
cia ele los t rabajos que emp rendió pa ra que
/ la resistenc i~ de 'la plaza sitiada pu diese lle-
(
g ar á ser pos ible; su categoría de m iembro
y secretario de l consejo de guerra que ase-
gu ró las g raneles res o luciones to madas por
el E mp era do r, durante el sitio; la estima del
S obera no , de qu ien fué entonces el confi -
dente más íntimo; la estreéha ami stad que
no ha dejado de uni rle á Mirarnón, desp ués
ele su salida del Colegio Mi lita r; y la parte
que tomó en los as untos de este ge neral y
. ¡
G. HUGELM A N N•
..
• I
INTRO DUCCION \
.
S i alg ún día la cas a de A ust ria ó la a ugu s-
ta E mperatriz Ca rlota p ueden ocupa rse en
.rendir á la memoria de l 'E mperador Maxi-
miliano los ho menaje s qu e merece, c~'eemos .
q ue les será indi spensab le recoger el informe
ele los generales (1) Y las act as: de los consejos
(1) Habiendo re husado el cónsul de Austria en la Ha-
bana y el mini stro de esa potenc ia en los E stados - Unidos,
al comandante R odríguez [ a J, poseedor de esos do cumen-.
tos, los medios necesario para ir á Europa, con el objeto de
pon er á d isp osi ci ón de l a fami lia del E mperador Maximi - '
liano esos preciosos man uscritos, el señor Ro dríg uez tu vo
que de mora rse en Cuba, adonde murió el 16 de Diciem -
br e de 1867.
Sería dep lorab le que á esos document os cupiere la mis-
ma sue rte que la de los archivos secretos de que se di ó
CXIX
, 1,
EL GENERAL M. R . DE 'ARELLANO.
BANCO DE LA EPUBl/CA
BlBlIOTEU LU IS-ANGCl ARANG .....
el .,. , ~\'JA('I( ".
l' ...
ULTI NfAS HORA S DEL 'IMPERIO
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DE
. (!I!/ JNOCEN.CIA, que ~l,ofdebo ('{p oner á las h ablillas .mlga -
, • res; p cr(l que p r esentaré donde)' cuando sea cotructticntc,
y ante ella tendráu qu e descubrirse con resp eto )' confes ar
'm i ino cencia cuantos Itastll' ah or'a 1(1 hall atacado, llev aJl-
l
Ldo su insolmda h asta supo ne;' 'que el Emperador mismo
1Il1/ acusaba . .Mientras ese .momerílo llega, .no volveré á
escr ibir n i. una línea má s."
1. . ., •
en vicia. [¡Vola de A . P. ] .
4
C uando nos resolvimos á escribir la hist oria de
la defensa de Querétaro, para cumplir los último s
des eos del Emp erador y del gene ral Miramón,
para rendir al mismo tiemp o un homenaj e á la ve r -
dad, nos propusimos g uarda r un silenci o abs olu-
to sobre los acontecimi entos que derrocaron el
trono de México, hasta el momento en que pudié-
ramo s som eter el conjunto á la opinión pública
en un cuadro completo , ilustraclo con pru ebas au-
ténticas y s olemnes, cuya existencia todavía es
ignorada de todos; p ero qu e con una previsión
laudable el Emp erador Maximiliano legó á la pos -
o teridad. E sa s pruebas a testig uan qu e ese prín-
cip e, al caer del t rono, supo elevars e más alto que
antes de hab er tenido q ue sufrir la ven ganza de
sus enemigos.
Márquez, emb arc ado con toda s eguridad en
Veracruz por Porfirio Diaz, durante la p erman en-
cia de este último en ese pu erto para organiza r
la ex p edición á Yu catán, ha fingido evadirse (a);
ad emás, ha as egurado falsamente que pos eía ca r -
.....
G
11
y Má rquez elijo :
-- No, de n inguna manera, porque ya nos viero n . 'Ah ~-
ra ' no h ay más que seguir /adela nte . ,..(, ,.
'1-a 'tropa y Má rquez se cruzar~n ' en' el fond o de la h!l-
" I
rran ca , Adiós, am igos-pasaban dic ie ndo uno que otro
soldado á Márquez y su acompañante. Y los <1ds ell os iHdn
. • , . l '"
con testando: adiós, amIgo .
Arsu llegada á Veracruz, á la ún a' de la tar de; ele'sl)üés"
ele diecis éis dí as ele penalidades sin cuento, Mtu:quez 'se
le pre sentó á Don Jorge de la Serna, quien afort~i1ada.
me nte se encontraba solo en su tienda, porque los depen-
die ntes ha bían ido á comer. Márquez, todavía en traje de
arr iero , le saludó y pu so en sus man:o's un a ~artitá de ~ ie r-
ta señorona' de México. 1,
- Si, señor.
- ¿T iene usted confi anza en ella?
- Sí, se ñor.
-P ues vi ve allí en frente. Vam
,
os allá. I
Má rqucz estuvo en un a pieza en la c¡ ue nó entra ba mas
, o . í J I
festejado
I
y ovacionaelo en la casa .de don Jorge de la Ser-
na. Márq uez, pues; fué testigo auditi vo de la gran mani-
festació n popular que se le hizo al caudillo del 2 de Abril .
,T rans curridos algunos días , mandó comprar un traje
azul
,
y unI sombrer
•
o corri ente y, se rasur ó. Serían las cin -
ca de la tarde, cuando salió de la casa, en compañía de
un~ persona, el~ direcc ión al muelle. A poco andar, vieron
venir á un grupo ele gen te .
,- ¿Qué hace mos?--le preguntó su acompañante.
111
com pleta fuga tirando las armas por las hacien das del
trán sito, yse di ce que Iué muer to el Ge neral Ig lesias y h e-
rid o Ur uga, T apia y Be rr ioz ábal .
"En medio de tan glorioso triun fo, tenemos el dolor de
que el E xmo. Sr. General D. Leonardo Má rquez, despué s
de ha ber arrojado de la plaza á los invasores y estan do en
la azotea de su casa en observación, recibió una heri da de
bala de fusil en el carrillo derecho, calificada de grave y
no mort al.
" Para la de fensa hubo que erogar algunos gastos de im-
portan cia en p ólvor a, plomo, Cápsul as, exploradores, vi-
gías, e tc., de lo cua l daré cuenta al Min ister io respectivo
para su aprobación, supuesta la nece sidad que lo ex igía y
el objeto de su destino .
"Ya ma neJé extraordinario ele las ocurrencias habidas
hoy, y también lo hizo el Ex mo. Sr. General Ba zaine; y
ah ora lo comunico á V. S. pnra su conocimient o y justa
satisfacc ión de la Re pública del Imperio.- E I pre fecto
políti co, Genera l j osü DE UGARTE.-Scíior Subsecretario
del E stado y, del D espach o de Gobernación. - México . "
-[N ota de A. P.]
15
E l p equeño ejército imperial, comp uesto de tro-
pas co nservadoras que habían comba tido al go-
b ie nio de J u ár ez antes de la In te rvención, necesi-
-taba una r eforma juiciosa. F u é destruido hasta
donde las circunstancias lo p ermitiero n. Un cm-
pleadocivil, D. J uan Peza, sin más anteceden tes
_ q u ~ los de hab er sido infiel á to dos los gobiernos
ante rio res, vendiendo los secretos del gabine te q ue
se le co nfiaban como emp leado de una de las se-
creta rías de Estado, sin talentos p olíticos, milita-
r es ó administrativos, sin mérito s y sin conoci-
mientos de ninguna clase, había sido nomb rado
Ministro de la G uerra. Parapetado con su cate-
g oría, se empeñó en satisfacer sus pasiones y so-
bre to do en ejercer venganzas pe rso nales y mez -
quinas (a). Una de las primeras med idas tom adas
por es te ministro impr ovisado fué enviar al ex-
terior, con pretextos ridícul os de misiones q ue
debían des empeñar, á los ge ne rales Miramón y
Márq uez (L).
\
[a] Para valorar este desah ogo del autor, hay que te-
ner en cuenta que en 1865 .fu é ac usa do de faltas de res-
peto al Ministro de la Guerr a D. Juan de .D ios Pe za y de
h aber presen tad o documen tos falsos para sufrir la clasifi-
cación militar. E l acusa do fué absuelto por unanimidad
del cargo de presentación de documentos falsos, á la vez
que sentenciado á tres años de simple prisión en una for-
taleza, la cual pe na conmutó el general Peza en deporta-
ci ón.á Yucatán y de la que á poco le indu lt ó Ma ximilia no.
[N ota de A.P.]
[ l.>] 'Ian r idículas y [útiles era n j uzgadas por el públ ico
las mi sion es qué iban á desemp eñar, Mir am ón en Berlin I
a
18
IV
D eca d en cia del Imperio.-Miramón y M á r quez
vuelven á su patria.- Situación é influjo d e
l os dos generales .
v
R etrato del g eneral Márqu ez.-Su_s sangui na -
rios a ntecedentes.-Asesi natos d e T a cub a -
ya.-Asesinato de Ocampo.-Fu silamiento
d e Valle.-Su d eslealtad.
to
paso saquearon algunas casas. Las madres, las esposas ,
los hermanos, los hijos de las víctim as, acud ieron al lugar
del trágico acontecimiento, recla mar on á sus deud os para
enterrarlos, y se les negó este últim o y tristísimo cons uelo.
HA los dos día s, los cadáve res fueron echados en carre-
tas que los conduj eron á una barran ca, donde se les arro -
j ó y dond e permane cen insep ultos.
VI
Promesas hechas por Márquez á M ir a m ón al
abrirse la campaña del irrtcrior---Derrota de
San .Jacinto. - P edidos que hizo Miramón
para reparar ese desastre. -Rasgo p rincipal
del carácter de Maximiliano. -Consecuen-
cias de él. -Márquez aprovecha la derrota
de San .Ja c.i n t o para activar su venganza.· -
El M i n ist er io se opone á la partida de Maxi-
milíano para Querétaro. - M árqu ez engaña
al Emperador so bre los elementos necesa-
rios para hacer la campaña.i-Bngaña t a m-
bién al ministerio s obre la s itu a ción militar
de los republicanos .
VII
.El general Márquez trata de sembrar la dis-
'cor d ia entre el Emperador y Miramón. -
P r et end e priv a r a l E m p erad or de la coopera-
ción d e este g eneral.-Miramón se muestra
ofendido por esa manera de obrar.-Maximi-
liano d eclara que IYIárqu ez es eljefe del ejér-
cito.~C ontestacion ~s desagradables ocasio-
nada s por este incidente ent re M a x im ilia n o
y M ir a m ón .- N u ev os ataques contra este
g en eral.
I ,
(1) E la car la y la pri mera que M iramón dirigió á M axi
mil iano, fue ro n de nuestr a red acción; el borrador fu é en-
contrado entre los papeles que perdim os en Querétaro; los
r edac tores del peri ódico La Orotrest á, de México, la pu-
blicaron como documento hi stór ico en el núm ero ,3 de In
tercera época.
38
ten g o qu e añadir; el jefe del Es tado Mayor no
es superior mío, sino simple me nte' el intermedia-
rio po r el cual recibolas órdenes de vuestra Ma-
jestad.
" S e mejan te prueba de co nfianza en nada me
lastima; pero no ha sido lo mismo cuando he oi-
do de la boca misma de vuestra Majestad, que el
genera l Márquez era el general en jefe del ejér-
cito."
Las relaciones del Soberano y del primero <le
s us genera les, habien do lleg aclo á esa extre mi-
da d crí tica, Márq uez co ntinuó excita ndo en el es -
píritu de Maximiliano la desconfianza á Mirarn ón.
E ntr e mil pruebas de las bajas intrig as que fue-
, r on urdidas por el ven gati vo jefe de l Estad o Ma-
yo r, me b astará cita r una sola.
Por orden del general Má r q uez, Are llano o r-
ganizó el ejército co nfor me á la orden 4el dia,
del 10 de Marzo de 1867. Esta organización
termina da, el fatal co nsejero de l Emperador dió
curso á una resolución de Maxi miliano , q ue fué
com unicada á los cuerpos y que no era otra si-
no la más solemne desaprobación de la conduc-
ta de Mirarnón, desde la apertura de la campaña, El
ejército se admi ró al ver ta l medida; pe ro el ge-
neral q ue así se hería, devoró en silencio la hu-
millación impu es ta á su amor p rop io y á esa fide-
lidad q ue iba á conducirle al suplicio.
Márquez se mos tró infatigable en el cumpli-
mie nto ele s u ing rata tarea. La, co nstanc ia, la
ac tividad, co n las cuales la lle ve'> á cabo, de rn ues-
trap á la par una vasta capacidad para el ma l,
39
una profunda sagacidad y un corazón extraordina-
riarnente pervertido.
Habiendo así log rado sembrar la zizaña entre
el Soberano y el m ás fiel de s us servido re s, Már-
c¡ ucz continuó la p ersecución del obje to oc ulto
q ue deseaba alcanzar p or todas las vías p osibles.
Después se verá qu e también capitaneab a otras
íntrigas, además de las que hemos revelad o y
que ellas eran aún más eficac es p ar a el triunfo
completo de s us pasion es, tan monstruosas como
sangumanas.
VIII
JX
x
Para consumar su traición, M á r qu ez aconse-
ja una retirada.-Imposibilidad de ese mo-
vímíento.v-La d errot a del ejército im peria l
en caso de retirada era completa.-M a xi-
miliano r eh u s a seguir el consejo de M ár-
quez y cit a un-consejo d e guerra, que opin a
por la ofensiva y r ech a za l a idea de una r e-
tirada.-L a opinión que el general M árquez ' _
sostenía en público era d iferen t e á l a qu e
exponía secretamente al E mpera d or.
XI
,
ayud ante,
¡
Márqu éz partir) á to da brida á buI scar
á Mira rn ón par:a trans m i t~rle personalmente la or -
de n de suspend er el a~aque y r etirarse á la pla-
za. Cuando el traidor llegó al lugar á dond e el
va liente j efe de la infantería organizaba sus co-
lumn ~s, el a taq ue iba á tener lugar cinco ~ inuto s
despu és. Mira rnó n , sorp re ndido ya de n u~ Ca sti-
llo ño pudi es e mov ers e frente al enemig o, porqu e
M éridez no le relevaba, supo co n mayor sorpresa
aún la entra da de los republican os en la Cruz ; no
dió cr édito á¡ esa noticia; p ero es ta ba 'obligado
p or la orden de Maxi rniliano, co municada por el
j ~fe de l Esta do Mayor, á r et irars e al p unto. En-
vainando la es pa da, ar rojó con cólera s u som-
brero, é hizo ejecuta r á sus tropas la orden que
se hab ía arra ncado al S ob erano por la traición.
L a vict oria acabab:=t de so nre ir á Mira rnó n; Már-
q ue.z la alejaba de su rival en el mom ento en que
éste iba á apoderar~e de ella.
f' Aho ra bien! ,e l enemigo no había te nido el pen-
XIV
Conferencia del E mp erad or ?on ~rellan o. -'"
Sus resultados.- Maximíliano con voca un
cons ej o de g ue rra, para d eterminar el par-
, tido que se debe t omar. - S e r esu elve' la
continuaci ón-de l a d efensa y el hacer ve-
nir de M éx ico, para Qu erétaro, 11,n ejército
auxiliar.
_ _J
90
xv
Al Emperador le corresponde el del echo de
nombrar al general que había de salir en
busca de l os recursos que la plaza necesi-
taba. - M á r qu e z. mirando que sus p royec-
tos de traición habían fracasado, fo rma otro
para consumarla. -Aconseja al Emperador
que le nombre para el desempeño de la m i-
sión.-Le aconseja la destitución de l os m i-
nistros conservadores.- N u evo ministerio.-
I n ú t il previsión del Emperador.-Profundo
secreto en cuanto á la p art i d a de M á rqu ez.
- P od er es que le son conferidos.-Sale d e la
plaza de Qu er étar o.-An t es de s u salida es
condecorado con la medalla de bron ce d el
mérito mtlrtar v--Beneaci ón que causó en el
ejército la partida del general M árqu ez.
**"-
Inmediatamente, como no había tiempo que perder, por -
que la plaza estaba entrega da desde la víspera ( 2 0 de ju-
nio) y se es pera ba la entrada de las fuer zas liberales de un
momento á otro, entrada que com en zó á efectua rse luego
qu e amaneci ó e l dí a 21, el se ñor \Vright, acompañad o de
T aylo r, con duj o al su puesto do n P edro Va ldés á su casa,
d onde llegar on á las tres de la mañan a.
A pe nado el se ñor W rig ht porque no se creyera en casa
del se ño r Ba rr ons, que se habí a retirad o en los momentos
en que efectiva men te podí a h ab er pe ligro, introd ujo á su
h uésp ed en la sala, avisó violen tamente á su esposa y sus
hijos, que si tardaba en vol ver, aten dieran al señor, á.qu ien
había aloja do, y salió co-n T aylor, separándose en el za -
guán.
La señ ora de Wright d irigióse á la sala para ofrecer una
cam a á su hu ésped ; pero al llegar, vió por un a ran ura de
la pu ert a que éste se había acostado en un so fá y que en
aquel momento apagaba la luz.
E l señor Wright reg resó á las siet e y med ia de la ma ña-
na, despu és de haber pres enciado la entrada de las pri me-
ras trop as liberal es; fué á saludar al huésped, le present ó
á su familia y le in vitó á pasar al come do r para de say u-
.x--**
La señ or a de Wright y sus hijos alarm áronse al leer-es-
te re cado, pero nad a dij eron al hu ésp ed. Luego que' llega
el señor W right, s u esposa le av isó de lo ocurricIo , rogándo-
le encarecidame nte que no se exp usiera á un a desg rac ia;
que fuera á ver á Ban s y Taylor para preguntarles qué sig-
nificaba aqu éll o, y ver qué disp onían. E l se ñor Wright en :
cen tró juntos á T aylor y Bans en la casa de este últi mo, en
el callejó n el e Santa Clara, y dici éndoles qu e su fnmili a .es-
taba te me rosa de que aquel señ or fue se Viclaur ri, por el
recad o qu e habí an en conlra do , ambos contestaron qu e sí
er a él. 'y disculp áron se de haberle ocultado su nom bre,
dici éndole: " que te miero n que , si sab ía quién era, no
querría ad mitirle en su casa; que, ade más, corn o él sabía,
habían pensado ten erle all í só lo dos tres días y llevárse-
ó
***
La fam il ia le convenci ó sobre este último pun to, mos-
.tr án dol e unperi ódi có, en que estaba men cion ad o, entre
.las tropas prisioneras, la caballería de Quiroga.
- E l pobre de T aylor, afligid o por mi"situación - conti-
nuó V idaurr i- me d ijo :-Esfo es un a barbarida d; vén ga-
se usted conmigo, Ó dentro de u nos ~omentos está usted
perc1ido. -L e dij e que ib a á traer mi s cosas que habí a d e-
)r jado en la mesa; y entonce s subió corr iendo; pero sólo h a-
lló mis pistolas. Sin duda algún criado de P alacio se tomó
el cinturón con el di ne ro y mi-sombr ero. De allí IJ1e lle vó
Taylor á casa de Bans, y él me pres tó el somb rero con qu e
vine acá y. que no me sirve, porque está muy grande .
E stas con versacion es con la fami lia er an frec ue n tes, pues
el señor W right, teniendo qu e estar ausente con stan teme n-
°te, encargaba á la fami lia que fue ra á platicar con Vi dau,
rri, pues, aunqu e se le habían puesto en su pie za varios li-
bros, decía que debí a fastidi arse mucho; de man era qu e
en sus ex pansiones hablaba con ternura d e su famili a, ha-
cía co nti nuos recuer dos de un a hij a P ude ncia na, casad a
en Londres, de una »~ "¡t- 5; ra~Esie¡.n re agregaba:
- U 1-\ 1 '-- U I Li t: f'LI let:
BIBLlG TECA LUIS-ANGEL ARANGO
CA AL CIO
~ ' - - __
!IIIlIÍ
, 102
, E n recompensa .de haber hecho salir al Emp e-
rador de México, de no haber p e-rmitido qu e el
ejérc ito imp eri al hubies e tomado la iniciati va y
dejado qu e el enemigo se concentrase; en pre-
mio de no haber fortificado la plaza -de Qu eréta-
r o, ni alm acen~do en ella, víveres y forrajes, por
**.¡,.
L a se ño ra Wright, deci mos, á quien Vidaurri había con-
tud¿ que T aylor era su am igo in timo de sd e hací a J 4 años;
que le tenía mucho ca riño y grati tud, porque habiendo de -
sertado en ca mpaña, le había sa lvado la vida, al ir á fusi-
Iársele; que casi siempre h ab ía vivid o á su la cio, y que duo,
ran te el sitio 'no se separa ba de él, comenzó á temer seria-
me nte po r aq uellas visitas, hi zo que su esposo le hi ciera
é
103 .
• f. '
la honra de hab er entregad() en p oder de losce-
publi canos los . recursos 'qu;e existían á imnedi a-
. I
-cio ñes de aquella ciudad, haber procurado que
'el Emp erador y el general .Miram ón se desavi-
niesen,hab er aconsejado la 'r etirada 'que as egu-
raba la derrota, y, en fin, por'hab er intentado en-
***
La señora, compadecida y ap enada, le dijo, "que ~o úni-
co que podía ofrecerle era la casa; que le dijera á Taylor
que si podían salirse, se fueran á reunir con él."
Vid aurri, en extremo conmovido, dió las gracias á la se -
ñora y' repitió s1;1 frase de siempre:- " Si Dios quiere que
me salve, verán ustedes' que nó s~y ingrato."
Cuando Vidaurri dijo lo anterior á Taylor, éste le con-
testó, "que era imposible que Quiroga' Indalecio se eva-
é
***
Vidaurri le contestó decidid amente 'que no; que ,s e creía
, muy seguro en su casa, y que n o tuviera temor ninguno
por par~e de Taylor. Sin em bargo, el seño r vVright ru~ á
ver.á su peluquero y compró un a barba postiza, manifes-
tándole que iban á hacer sus hija s un a comedia, y cuand o
volvió p0r la noche se la llevó á Vidaurri y le explicó que.
la había comprado por si algo ~e of~ecía. Vidaurri le di ó
las gr acias sonriend o, y la guardó en el tocador. Esta liar-
ba 'fu é hallada por la pol icia, al prenderle .
L o que acabamos de narrar pasaba el día 5 de julio.
E l día 6 por la tarde, después el e la visita ele Taylor, al
llevarle la señ ora el chocolate, le 'lió mu y triste, y le dijo:
- Qu é le parece , qué imprudent e Taylor: sigue exigién-
dome los cinco mil pesos.
La señora volvió á manifestar tem ores, y él volvió re - á
\
106
de :,uceder en el p or veni r . A pesar de las fingi
das esperanzas qu e tocios estaban obli gados á
manifestar en alta voz, un presentimi ento secreto
á todos les de cía que Márquez DO había de vo l-
v er. El tiempo ha demostrado cuán fund ados fu e-
r on es tos te mores (1).
108 ·
cutó atraves ando la sierra, log ró entrar en Méxi- ....
ca el 29 de marzo.
E n la situac ión difícil q ue el traidor había cria- -
do, lo q ue importaba sobre todo era salvar á
Q uer étaro , donde se encontraba el Emperador
\ '.
identifi cado con el Imperio. A Márq uez se le ha-
-x. *·x-
L ---'-_~~~~~'__"~~~
\
109
bía autorizado par':l que .ab andonase la capital ó
dejase en ella gua~n i ción, seg ún qu e el 'núme-
ro de tro pas qu e. co ntuvie ra, fues e ó no sufi-
.cie nte para fra ccionarl as, sin reducir por esto los
r ecursos q ue de bía mandar á Q uer é ta ro. Méxi-
co conteníaycuando llegó Márquez, de diez á do-
ce mil hombr es de las tres armas .
yen do en las poe sías de Heredia la oda "A la Relig ión, "
dejó el libro abierto, señalad o con los an teojos, abrió, y al
encontrarse con la policía, cerró violentamente, atrancan-
do la puerta. '
El genera l Vá zquez, al ver esto, dijo:
- Señora, tenga usted la bondad de hacer ab ri r la
p uerta .
Pero en el mismo momento volvió á abrir V idaurri y
g ritó :
- Señ or Wright, mis pistolas!
E l general Vá zq uez se interpuso como para impedi r que
se acercar~ el señor W right, y un grupo de policías 10 ro-
dearon junto á su cama, de la cual acababa de bajarse. Las
pisto las no estaban en poder .ele su dueño, po rque miran-
do la señora que la s tenía sob re la mesita en que se le ser -
vía la comida y que estorbaban, le manifestó días antes
que iba á gua rdarlas, y las puso en un ropero de la recá-
mara inmedia ta. .A l ver Vidaurri qu e el señ or Wright no
po día atenderl o, se volv ió alt ivam en te al general Vázque~,
entabla nelo ambo s el siguiente d iálogo :
- ¿Q uién es usted?
- E l General Vázquez es el que lo pre nde á usted .
- y ¿por qu é?
- Por tra idor.
- Yo no soy asesino; no he asesina do á nad ie.
,E n aq uel momento el ge neral V ázq uez orde nó en voz
alta:
- Una cuer da, y si no la hay en la. casa, nu e la vaya!1
I j 1 \ l. \
á comprar, ' J
111
podría sostenerse dur ante los quince veinte días
ó
0.(_
**
Como es de comprenderse, la desesperación del señor
W right y de su famili a llegó al colmo, al verse víctimas,
en recompensa á una buena acción, de tan infame calum-
nia. En ese momento maldijeron la grac ia! (que com o.se
.verá de spués no fu é 'más que mo mentánea) que les había '
concedido el general Vázquez, dejando en su casa al se-
ñor Wright. Este fuera de sí, estuvo á punto de atentar
contra su vida; pero las lágrimas de su familia y las per-
s uaciones de aquello~ nobles amigos, á q uienes toda su vi-
da agradeció aq ue l fávor, lo calmaro n, y á las tre s y media
de la tarde se fué en coc he con ellos á la , Gran Sociedad .
L a colo nia americana era en aqu ella época nu merosa como
nunca, por la gran afluencia de confederados qu e la con-
clu sión de la guerra de los E stados Unidos ha bía traído á
México; por manera que cuando el señor Wright llegó ; el
localestaba pleno. H abía también varios mexicanos, y en -
tre ellos algunos policías de los que por la mañana habían
aprehendido á Vi daurri.
El señor Wright hi zo la narraci ón exacta de los hechos.
117 •
México á las tropas imperiales, en vez de ve ri-
ficar rápida mente una contrarnarcha so b re su base.
de op er acion es, para evi tar q ue el enemigovicto-
r ioso le corta\s e la retirada y le a tacase co n fuerzas
numerosas) hizo alto dura nte dos días en la hacien-
da de ' sa n Lorenzo, co n el fin ele dar tiempo á
f " 1 .. ***
Desde aquél momento quedó preso, acusado por ocul-
ta ción qu e había efectuado en su casa, y por sospechas de
haber estado en connivencia con el ' Imperio. .El se ñor
Lerdo opinaba que se cumpliese el decreto'publicaclo día s
antes, penando al se ñor Wright, y el scñorjuárez,"que se le
condenase á 'dos año s de prisión. La libertad del pre so co-
rrió gran peligro. SÓlo pudo ~alvarle la valiosa influen -
cia del señor don Francisco! de P . Gochicoa, quien ge- ~
nerosamente le defendió en varias conferenci as que sobre
este asunto tuvó con el señor Presidente y con los minis-
tra s; el respetable te stimonio de los generales A ure liano
Rivera y Paulina Noriega, que cer tificaron que el acu sad o
había: pre stado servicios á la causa lib eral.. en viando aro
•
119
tr opas, huyó el p rim ero del ca~po _d~ batalla sa-
crifi ca ndo á su venganza hasta la reputación que
de hombre valiente había adquirido. Entró, pu es,
en Méxic.o cIando la noticia ele que todo se había
perdido. POCllS horas después de su regreso á
la capital, las vo ces qu e había propalado fueron
completamente desmentidas por la
presencia de I
**
De spués se supo muy detalladamente la infamia de
Taylor, por el mismo hijo de Vidauni, Indalecio, quien
refirió que cuando se encontrab a el general en Palado; con
las onzas de oro sobre la mesa, estaba aún abajo Quiroga
y él en espe ra de su pad re, pa ra intentar con la caballería
un a salida de sesperada, en la cual ó se salvaban ó pere ·
cíal~ juntos; pero 'que T ayl or díjol es que ya el ge neral no
estaba, que habí a ido á esco nderse, y que lo mismo, según
su orden, hicieran ellos; para lo cual les ind icó determina-
¿lo lugar, don de lu ego les daría alca nce, con objeto, de-
cíales, de ponerles má s á sal vo. Por fin les manifestó que
estuvieran del tod o tranquilos y que iba á avisar al genera l
que no tuviera cuidad o; siend o de seguro entonces cuando
se llevó á Vidaurri y le robó el cint urón con el dinero,
porque á ellos les constaba que el Palac io esta!)a entera-
ment e solo. A los pocos d ías de tenerlos en su casa, co-
me nz ó á instarles para qu e le prestaran cinco mil pesos (la
misma ca ntidad que pedía á Vida ur ri), sólo que á ellos les
decía que era para entrar en sociedad en una lín ea de
carros.
Ellos le hici eron ver qu e en aquello s mom ent os no po-
dían, porq:le ni tenían aquella cantidad, ni debían que-
darse sin la que tenían, en circ unstan cias tan críticas; que
con tara con los cinc o mil pesos luego que pudieran salir de
la ciud ad. Parec ió con forma rse, pero á los dos día s nota -
ron que él 6 la mujer les habí an robad o, ~urante la noche;
. de sus vestidos, a lgunas onzas que tení an en el bolsil lo.'
121 . ~ 1 .\
.¡(.
-**
Co mo epílogo de esta triste histor ia; cua ndo toci os los
prisioneros que se hall aban e n Perote y otras prisiones, fue-
ron puest ós en libert ad, el señor Ind alccio Vida urri logr ó
122
E l ministerio no ap oyó es ta proposición, que era,
,p or l o demás, ,casi irrealizable, puesto q ue el au-.
tor del desastre disponía en to nces de la fuerza
armada qu e 'estaba en la capi tal. Más tar de ve-
remos lo que le valiÓ al minist ro de la gllerr<i. es- -
" te acto de e ñergía,
Vida urriy Q uiroga, que no p odían es tar en-
gañados co mo el p úblico, r especto á la misión
q ~ e 'Ha l~í~ tra ído á ,México el lugartenien te del
Impe rio, le exig ían vivamente que volase sin re-
tardo, al auxilio de Q uerétaro con las pocas tro-
_p as q ue le q uedaban; pero Márquez se obstinó
en no obsequiar. es tas indicaciones. Has ta nega-
r on á p ro po ne rle q ue irían' ellos rñismos escolta-
dos po r alguna ca ballería , para llevar al ejército
impecial., cápsulas y plomo .de ,que' tant o necesi-
taban ; nad a pudo co nseguirse, ni la autorización
pa ra q ue Vidaurri y C¿uiroga obraran en el sen-
tido que prop onían , ni la r emisi ón d ~ recurs os al
ejé rci to sitiado en Q ueré taro. (a)
XVII
La separación del general Márquez hace po-
sible la defensa de QUérétaro.-Los republi-
canos reciben refuerzos.---' Ataque del 24 de
marzo.e-Tmprovísací ón de establecimientos
tie artillería.-Necesidad de estar á la defen-
siva hasta la vuelta de Márquez. - Salidas
en los días 2 2 de marzo, y 1 <! Y 2 4 de abril.
-Miramón y Arella n o proponen al Empe-
rador salir de l a plaza. -No es aceptada su I .-
proposición.-Junta de guerra de generales,"
verificada e1 19 de abril --Resoluciones de
la junt a, para ' continuar la defensa hasta el
r eg r es o de M á r qu ez .- - E l pueblo y el ejérci-
to se alim enta n con carne de caballo y mu- 1,
13L
Habiendo el Emperador aprobado las opera-
ciones militares de Miram ón, es te vali ente g en e-
ral ejecutó é hizo ej ecutar admirabl es movirnien-
tos, que, ~e1 i c es ó desgraciados, siempre excitaron I '
si tia dos .
"
• I
r étaro.
" L a tenaz oposición del genara! M árq,tez á todo
proyecto de atacar al ene'mi~o, influ yó en qu e s e
desprecia sela ocas ión favorable qu e se pres enta-
ba p a ~a batir al ene migo co n ente r a seguridad de .
hab er obtenido un éxito feliz; tal ve z de este ata-
qu e hubi era res ulta do nu estra s alvació n ; mas p or
- la oposición sis te má tica d e no a ta car , s é originó
la peligros a situació n ac tual y el ejé rc ito imp e -
rial s e vió obligado ádefende rs e en es ta plaza.
" Una vez , ado p tado el partido de la defensiva, "
~ IA ta c and o
audazmente al -enemigo, trabajando
sin cesar para proporcionar. la paga á las tropas..
extrayendo el salitre y carbonizando la madera .
153
para , hacer la pólvora, fun,di ~ndo las . campanas
, para transfo rmarlas é l proy ectiles de ar tillería,
a r rancando la cubie r ta del te ch o del teatro para
co nver tirl a en balas de fusil, fabricando las cáp-
s ulas con papel, reparando las piezas sin los ins -
trumentos ne cesa rios , faltando al soldado el pan,
maíz, café, aguardiente y aun la leña_para ca len-
tars e: he aq uí cómo s e ha sostenido la de fensa
de Querétaro más a llá de los límit es q ue las cir-
. cunstancias hab ían marcado. Mas es ta defensa
her oica , la p rimera e,le este g éúero" entre las
que se han verifica do en nuestro país, tenía un
objeto
, exclusivo ' qu e no se ha ' ob tenido: s e es -
peraba el auxilio del gene ral Márq uez , en cuyas
manos estaba la su erte de Vuestra Maj estad, la
del país, la del ejé rcito, desde e l mom ento en
que r ecibió p le nos poderes para sa lvar la situa-
ción que él mismo había creado. .
"Los subscritos g ene rales no llegarán al terre -
no de las justas acusaciones q ue cre en poder
form ular contra el antiguo j e fe de Estado Mayor
general de .Vu estra Maj esta d; la historia se en -
cargará de es ta ingratitud; más, convien e al he-
.r ois mo de Vu estra Majestad 'Y del ejército, q ue
se han sacrifi cado es tériÍmen te en Q ueré taro,
hacer cono cer al mundo qu e , sin elementos 'de
ninguna esp ecie Y- des pués de haber perdido á
sus mejores jefes, cin co mil soldados sostienen
ahora esta plaza , después de un sitio de sete nta
días, establecid o por tr einta 'mil hombres qu e
tienen á su disposición todos los elemento s del
país; que en este lmogo tiempo ¡tan transcurrido
154
eZ-Jlclte1lta JI I cuatro días esper ando e7Z ziauo al ge-
nerai iJ1drqltcz, quien dcbía regresar de 111éx ico
en el término de veinte días; y, e n fin, <qu e durante
la defensa de Qu erétaro, el enemigo ha .sido ata-
ca do frecu entemente por nu estras tropas, batido
en sus propias p osicion es, privad o de la mitad
del núm ero de sus pi ezas de artill ería y ar rojado
de nuestra extensa línea de defensa, ele la c~al
no ha podido forzar, ni ocupar a lgunos de sus
puntos. \
XIX.
, ,
Arellano se escapa. d e los republicanosc-e-Bje-
cuci
, . ón d e , M éndez.-Arella
, n o ofrece sus ser-
vicios'á lVIaximilian o. - Se d irig e á M éxi co.-
E n t r a en Tacubaya.-Evade el rigor d el sitio
d e l a ca p it al y entra en ella,-Confirma l a s
falsas noticia s dadas p or Márquez r especto de I
la p r óxim a lleg a d a del Emperador á l a Capi-
t a l. -Marquez n o i gn or a b a los a conte cim íen-"
t os de Querétaro.-Conducta .de este g-ene ral.
durante el sitio de la Oapital. -Se desemb a -
r a za de los 'M in ist r os Vidaurri y Portilla.-
D ispone de 150,000 pesos que V idaurri env ía-
baal E m perador.--In creible extremo d e su
vengan z a contra Miramón. -Prodiga grados
y co n decor a ciones , - Conferencia de Márquez
y Arellano la noche del 14 d e j u n io. - E st r a t a -
g ema empleada para d ar val or al ejérci t o y al
pueblo. -Sensación p ública. -Ult imos deseos
de Márquez. -Fusilam i Emtos en Quer étaro.-
La v enganza s atisfecha d e Márquez pone fin
á la p enosa situación de l a Capital.
\ '
de nadie p en etraba sin a utorización ex p res á del
general en jefe ele los rep ublicanos . Q uince dias
emp leó en prep arar un expediente
. , qu e le ofr e-
ciese algunas probabilidades de b uen éx ito.
S upo el 14 de junio que ya se había r euni do
.
en Q ue ré taro el consejo de .
'g uerra para juz g ar
al E mperado r y á los gene rales Mejía y Miram ón.
No hab ía tiempo qu e p e rder; l~ noche de aqué l
mism o día fué tan so le mne y mem orable pa ra los
acusados, p uesto q ue entonces s e les pron unc ió ,
172
su se nte ncia de' muerte, corno para él, qu e co rría -
los mayores p eligros.
Disfrazad o dé vivand ero , salió de Tacubaya á
\ ,. la 'p uesta del sol, atravesó la línea de los 'sitiado-
res y se dirigió ha cia el punto qu e le pareció,
más conveniente. La fortuna le favoreció, y pu-
do pen ~trar en la plaza, por el lado del oes-te .
Ignorando lo que pasaba en México, se dispu-
SQ para obr ar conveni entemente en todos los ca-
,
, to algun o, hasta que entr egase n la suma pedida.
Para hacer estos medios más eficace s, hacía se-
parar á los niños de'sus nodrizas, impidi end o que
estos séres débil es pudiesen mamar, si no se ~ n
tr egaba él dinero qu e á sus padres se les había
' exig ido (1) .
, La presencia de los ministros Vidaurri y Por-
tilla, hombres leales, unidos p or Maximiliano á un
traidor, era un obstácul o qu e se op onía á sus pro -
ye ctos, y por es te) se de sembaraz ó de ellos con
"
la mayor facilidad. Nulifi có de tal man era al pri-
mero, qui en ocupaba el ele vado pu est o de Pr~si
de'nte del Consejo y. Ministro de Hac ienda, q~e
le obligó á r e.tirar se á su ca sa, de do nde no "de-
bía salir, sino p ara marchar al ca da lso . D estitu yó
al segundo, alegando qu e sus funcion es eran in-
compa tibles con el es tado de sitio en qu e se ha-
llaba la /ciud ad. El día en q ue Már q uez alejó del
ministeri o de la g ue r ra al hon rado y leal general (2),
gicas palabras:
"No me es posible des e rnpefiar el Ministe rio " '
xx.
¿Tomó Márquez su venganza y consum ó su crí-
men de acuerdo conlosrepublicanos?-Loshe-
chos r esponden añrmabivamente.c-Defensa
de L óp ez.
qu ez conducía ,á Maximiliano .
á Q ueré tar o, con el /
fuero n desp ués daelas por el César, que humilló á los ma- _
gistrados hasta el papel ele em pleados; 'el imperio romano
quedó bajo las facultades extraordinarias. Díaz asp ira á se r
presiden te de un a Re pú blica constituciona l. E l pres ide nte
j u árez gobierna d ictatorialmente y pro cura la continuación
de ese siste ma: no sabemos si D íaz pensa rá alg una vez en
el cesarismo; pero sí exis te el juarismo." [J\Tota de A. P.]
198
So bre el fren te del norte, fac ilita ría al enemigo
la entrada, ordenand o á la 2.& división de infante-
ría -que 16 defendía, qu e se ret irara hasta la Cr uz.
D espués, ("1 jefe r epublicano desprend ió del
sitio de Qu erét ar o cuatro cinc o mil ca ballos que
ó
Pero hay también otro arg umento contra esta .decan ta-
da protección impar tida á Márquez por el ge neral D íaz;
n os lo da el conocido historiad o!" do n Antonio Garcia ~u
bas, que fué testigo ocular de los sucesos acaecidos du ran-
te el sitio de México; I
. \
202 \
_ Márquez supo las ejecuciones de Qu eré taro, al-
g unos mom ento s despu és ele q ue se hubi eron ve-
rificado; y el mismo día, di ó fin á la sanl;.rien ta
farsa del sitio, dispu esta com o todo lo demás, pa-
ra encubrir su horrible traición.
Establecidos los preliminar es de la rendición de
\ .
204
existía en el mUl~do semejante hombre. Y todo
esto, cuando aun hum eaba la sangre de Maximi-
liana, de Mira rn ón, de Mejía y de Ménd ez, 'y en
los moment os en q ue esos mismos ho mbres se
disp onían p ara derrama r la sangre de Vida ur ri.
Ocupada 1:: capital, rendidos á disc reción sus
de fensores, fueron tr atados co mo prisioner-os de
guerra; , lo q ue fo rmó co ntraste con la cond ucta
observ ada con los homb r es en tregados en Que-
ré taro p<?r la traición Y para los cuales sólo se en-
contró la muerte ó l as galeras; aunq ue só lo tuvie-
sen q ue repro ch árseles ha ber tomado pa r te en
una de fensa heró ica Y única p or sus ' ~e ta Jl es en la
his tori a de las r evolucion es de México .
Ca ído el Imperio, la po licía re pub licana se ocu-
'p ó es pecialmente en proporcionar víc timas á la
venganz3¡ p olítica: bus ca~ a con fur or á Are llano,
Y después á Vida urri, L acunza , L ares , Q uiroga
-y otros imperialistas, cuyas responsabilidades reu-
nidas ha podían compararse á las que pesaban
sobre to dos los días de la vida de Márquez. Só-
lo de é l no se oc upaban los esb irros del poder,
bajo el pretex to de q ue ha bía: perdido su p résti-
, 'g io, Y de q ue se hab ía perdido él mismo en la
opinión de todos los parti dos; lo que por lo 'de-
más era cierto (I). En fin, algún tiempo despu és,
14
210
" P e ro este " n sm nom b re, que cometí ayu-
c r rme
- dado por !lts circ uns tancias que preparó un s er
'más vil que yo, fué la escena fi nal de un dra ma
horrible, de una traición sin nombre, preparada,
proseguida y consumada sin mi participación.
"No privé á Miramón de los elementos que ne -
cesitaba para 'lle var á b ue n fin la ca mpaña d,el in-
I
l· 211
te rior, co n el obj eto de qu e se le derrotase; no
acon sejé á Maxirniliano qu e parties e par a Q ue r é-
taro; no le e nga ñé con el plan proyectado , p ero
no e fectuado, de tomar la ofensiva; no ·m~ valí de
I
este pretexto para no arreglar los preparativos ' .
de defensa en Quer étaro; no detuve al ej ército
sin municiones, sin dinero , sin fortificacion es, sin ,
víver es .y sin forraj es; no procuré subsistencia fá-
cil á. los liberales, de jando llenas de granos las ' I
haci end as y posesi on es de los ~lre de do re s de la
plaza que iban á sitiar; no acons ejé la .retirada qu e
podía te rmina r en una derrota; no hic e tr ásp o r- _ '
tal' á la Cruz el cuarte l g en ~ral , del E mper ado r y
aún al mismo Emperador; no me disponía á en-
tregarla entonces alenemigo, oponiénd om e á que
habría debido llevar al campo de los republicanos y sin la
cual no hubier~ sido rec ibido y esc uchado como env iado
del E m perador.
Lo cierto es, que á las seis de la tarde del 14 de mayo,
recibió orden L ópez, para que1 estubiese listo á .las .
once y
media de la noche, para el movimiento qu e se iba á efec-
tuar. D esde las se is hasta la s once, es tuvo ocupado Maxi-
miliano, con M iramó n, Castillo, conm igo y el coronel Re -
donnet, y á las ocho comenzó el E mpe rado r á hacer b us-
caral traidor, que. pareci ó hasta la s once, porque estaba en
el campo republicano arreglan do la venta de la plaza. Maxi-
miliano solic itaba á L ópez, porque que ría sa ber .si estaban
los caballos d e la cab allería en es tado de resi stir aún el d ía
. . \
siguiente sin tomar forraje. La desapar ición de l traidor privó
al E mpera dor de este dato é im pidi ó el movimiento pr oyec-
tado para la noche. Con tra la volun ta d de M ir amó n y la
nu estra, y ta mbién con tra la de Maxim iliano, se difirió pa ra
el dí a sigu iente, según el d eseo que había expresado M én-
dez por·intermedio de Redonnet y apoyado por Castillo.
I I
212
se defendies e convenientemente este punto.im an-
da ndo ' q ue se retiraran las tropas que contenían á
los republicanos en la lí~ea del norte, para que
és tos p udieran entrar libremente en la plaza; .no
me aproveché de las graves circunstancias de es-
ta época para -herir cobardemente y.' á la sombra
de Maximillano, la dignidad y el amor propio del
valiente Mira món; no evité q ue se batiese á. los
republicanos el 17 de marzo; no abusé de la co-
.misi ón que se dió pa ra salvar á Q uerétaro; no en-
gañé á mis compatriotas; proclamándome lugar-
te niente de l Imperio, para gobernar. y no llevar á
Querétaro los r ecursos qu e podía conducir en -
q uince ó veinte dias; no fraccioné las tropas de la
capital para dar tiempo á los republicanos de
Q uerétaro, q~e estabanayudados por el hambre,
para que sucumbiesen los hombres , á qui enes ha-
bía jurado perde r; no simulé una derrota necesaria
. para consumar mi venganza; no imaginé el san-
griento's imulacro de un sitio.á la capital, á cuya
sombra, para salvar las apariencias y sin tener in-
tención de.semejante crimen, se de struyeron las
fortunas, se hizo. morir de miseria y de hambre á
tanta gente, y, en suma, se derramó tan ta y tan
generosa sangr e; no privé á ninguna de mis víc-
timas del co ns uelo de la defensa; no engañé' á tan -
tos hombres leales ni les obligué á comprom eter -
se á secundarrne con la esp eranza de sa lvar á sus
amigos yal Imp erio; no robé á los ricos, ni mar-
tiricé á las familias ,ino centes; no hice derramar
torrentes de san gre en Pu ebla , en S an L oren zo,
en Querétaro y en México) con el único obj eto de
213
satisfac er mi sed ele veng anza; no derroqué al Im-
,1perio, causanel ola ruina de den -mil familias y cu-
briendo de duelo á mi país. El as esino Márquez,
el odioso Márque z, el gran traidor Márquez, fué
quien preparó y consumó .esta s erie de crímenes
desconocidos" cuyas pruebas pueden estar ya re·
gistradas por los anal es del mundo. Cuando es-
tuvo terminado " todo es to, cuando la -situación hu-
bo llegado á su más deplorable extremidad, y
anunciado para su desenlace una catástrofe ho-
rrible, efectua da de un modo de otro, mis malas
ó
ÚLTIMAS PALABRAS
E l r etar do invol un tario q ue sufrieron la tr aduc-
ció n é imp r esió n de esta obra, escri ta desde el
mes de marzo últ~mo, dió tiempo al general Már-
quez para publicar un manifiesto, dirigido á la Na-
ción Mexicana, c on el objeto de justificarse de los
cargos que le imputa la o pinión universal, y que
so n los mismos q ue los que se le dirigen en esta
ob ra. I
.
Iturbide; los qu e, como nosotros , acep ta r on ' la '
, ,222
intervenci ón francesa, cuando fu ~ un hecho con-
sumado y sostuvieron lealmen te el Imperio, no
tien en en e fec to p or q ué ave rgonza rse 'd e su co n-
du cta, aunque el r esultad o q ue se obtuvo haya '
fallido todas las prom esa s y enga ñado t odas las
es pera nzas.
L a intervención de un país, en los negocios de
o tro país, co nsiderada desele el p unto ele vista
teórico, es un a te n t~?o co ntra el de rec ho de gen-
tes; p ero es lóg-ica, es co nve niente, cuan do se .
o
I .
~
,
-A P E N 'D I C E
, .
..
•
LOS IMPERIALES HECHOS PRISIONEROS
-.
EN- QUERÉT..A..RO
..
234
ne ra l Valdés .e-vllermenegildo Rojas, Mayo r del
Bata llón de Qu erétaro.-- Juan Oscuras, Mayor
del Regimiento de la E mpe ratriz. -Ernesto Mál-
burg, Mayor de húsares, aus triaco. - Victoria-
n o Monte ro , Yocal del Consejo de Guerra.- Jo:
sé María Vilchis, Jefe de' la sección topográ fica
del Cuartel" Ge neraL-Maceelonió Vic toria, suel-
to.- RaI1J6n Ro mero, suelto. i-c-Laureaño T orre-
blanca, Comandante del punto de la Parro quia.-
L uis Echeagaray, Mayor del 3? de Iínea.-Anto -
nio S alga do , Comandante de Ba te ría.- JoséLer-
ma , J efe de l Es cuadr ón d¿ Ix miqui lpan.i-c-Manuel
Mon tero, May or de cazadores del E mperador.
-. Máximo de Gorvitz, Ayudan te del General Mi-
r a rnón.e-c-Germán Medina , Mayor del Batallón de
Qtíerétaro .-Carlos Adame, su elto.s-c-Carlos Gu-
ti érr ez, Comanda nte del 2.° Regimiento ' de Ca -
ballería.- José Morko vic he, Ayudante del Gene-
ral Cas tillo, polaco. -Pedro L 6pez, Mayo r del
1 2 ? deInfante ría. e-e-Francisco Díaz Mar tinez , Ma -
I
..
236
Hilario Lópcz, Ayu da nte Mayor del Batallón Qu e-
, rétaro.-Rúd rig·o Adalid, Mayor de ór-denes, bri-
gada r es erva. - J osé Ma ría Hurtado, I . n. Co mpa-
ñía del Esc uadrón Q uerétaro.-Pedro Castañe -
da, ele la 6.a Co mpa ñía de l ~. e r Batallón de línea .
- D o~ in go' Oj e el a, Co manda nte de l 2 ~ Escuad rón
del 4 ~ Regimiento.-Melchor Cá rdenas 2.°, el e!
4. 0 Escuadr~n de l 4. 0 Regim ie n to . ~ L u is Núñez,
de la 8.a Batería .- -Javiet- Cas tro, de la I. a Co m-
pañía, Batallón G uar d i~ Municipa l'ele México, fran -
cés.-Enriq ueMo re l, Pagadorde cazado res, fran-
cés .- P edro Vergara, de la 4. a Co mpa ñía, Ba ta llón
de Q ue ré taro. c-sjosé María Ro ld án, elel "3 . ~r Es -
cuadró n del 4.° Regi miento de Oaballería .- J osé
María R uiz, del Regimiento de la E mpe ra triz.-
Vice~te Ramírez, en depósito .-Guadalupe Ma-
g ar , de la Compa ñia g uarelia civil de H uichaparn,
- Lucas Ramíre z 2.°, de la Compañía g uardia civil
ele Hui chapam, S uGte niente.-Santiago Gre ler,
de la 2 . n. co mpañia elel Batallón cazadores. - Teófi-
lo Villa, del Regimiento de la f;: mperatriz.-Igna -
cio Salce do, Co rpo ración de' O ficia l~s de la es -
colta de l Empe rador.- J usto Zárate , Ayudante
del Gene ra lMo re t, - José J iménez, de l u .> Regi-
miento ele Caballer ía.- Juan Barrón, O ficial topo -
g ráfico elel E. M. General.-Agustín Terá n, en de- ,
p ósito.- Luis Mejía, ele la escolta del General Me-
jía. ---,Carl d S pundte, Teso rero de l 1 e l' Batalló n
de línea, aus triaco. -Vicente Navarrete, ele la es-
co lta de l General Mejía. - Justo Pé rez, en depósi -
to .-Eufemio Martínez , de la 2 . a Compañía ele,
cazadores. -Miguel Angel González, de la La
237
Comp añía del r4 Ba ta llón ele línea. -Manuel Agui-
lera, de la 3. a Co mpañía ' de l Ba tallón de Q ue - .
r étaro.-Jos é M. ~aría~j Ayudante d~l 'G eneral
Méndez.- Tomás Saenz, en el 4. 0 R e gimi en to , ,
•
242
de l escuadró n de Ix rniquijpan.-Paz Barrios, de
la 4- a Ba tería.-Antonio To rr es , en de pósitc.e-«
.v
Fil órneno ald és, Ay udante del g uarcla parq ue.
- T eodeo Weber, de la 53. Ba tería, alemán.-
Vice nte Sitobosa, Ayuda nte de la Sección dé T o-
po grafía, au striaco. - T udencio Ke hlyg, del Re ·
gimiento de húsa res, a ustriaco .- -Teodoro Kehlyg ,
de l Regimiento ele húsares, aus t~iaco. - Pedro
Bá rcenas, agregado á la escolta del Empe rado r.
- -Carlos Dupretj s.Co rnpañía de Zapador es, fran-
cés.- José-M. Campos, de la escolta del E mpe -
r ador.c--D c rotec Bruton, de la 2 a Compañía del
Ier. Batallón.- F rancisco Mor ín, de l Escuadrón
de Duran go. -J esús So to , de la es colta del E m-
perado r. - Mar iano Nacio , de la 8 a Co mpañía
de l r,O de linea. s-c-Mannel Butrón, dela r: Compa-
ñía del rO de línea. - Mari ano Co rdero , del Es -
cuadrón de Durango. - José M. Mar t ínez, Ayu-
dante g ual-da parque. - Nican or Jiméne z, Ayu -
dante de l General Monterde. - L eandro Acéves,
2° Ay udan te del Escuadrón de la Ba rc a. -Félix
Martín ez, delR egimiento de Ce taya .-Pedro Cis -
neros, s uelto. - Mariano Vica rio, en de pósito. -
J uan Armendaris, agregado al Escuadrón de Du-
r an go.-J os é M. Navarrete , agregado al R egi-
miento de Ce laya. c-vPioq uinto Aguado , agregado
al R egimiento de Ce laya.-Ramón Basave, pa ga-
do r de l Escuadr ón de Taretan.-- Ro mualdo Rivas,
su pernu merari o en .el r el'. Regimiento. - Luis T.
No rv a, Teniente de la escolta de l E mperador.-
, Salustiano Maldonado, de la I3. Compañía del es - '
cuadrón de la Barca.-l\fatías Abrego, de la 3;). s,
243
del 12<:' de. línea.- L ujs 'Ar'e cbeg-a , en depósito .
- Manuel Villar, de la 5:1 bat eria.- S an tiag o O dia -
ga, en dep ósil o.- Lu z Mede l, de la 1 <1 Co mpañía
del 12 ° de línea.- ELig enio R uiz, ele la l a Co m-
pañía de l rO de líllea.- Pe dro Gonzá lez , ele ¡'a
\
1a Co mpañía del 2'? de línea. - Fran ciscá Ra-
mirez, el e la Co mpa ñía tir ad ores de Miram ón.-
Pedro Cárd enas, de la -3"' Co mpañía 'tirador es de
Mjramó I~.- Joaquín D. G uerre ro, 2~ Ayuda nte ,
tirado res ele 'Miramón. - 'S alvador Senil, de la
4 a Compañía tirado r es de Miramón.-Franc isco ,
Frecutz, Ayudante, Gene ral Miram ón. -T imoteo
de las Cabad as, agregado a l Batallón tir adores de
, \
Mira món.-J osé M. Be ltran, 2° Ayudante de l I SO
de Iínea. - Carl os Caro, de la 4 <1 Co mpañía de ls o
de línea...,-Gu stavo Banhac hte , de la 2 a Cornpa-
ñía del 5° de línea, belg a.- Vic ente Lara, sue lto'.
- Teó filo Veláz q uez, Ay uda nte de la Proveeduría.
-Anas ta~i o H urtado, agTegado a l 2 ° Regimien-'
to .-Florentino Urb ina, de la es colta de l E mp e-
r ad or. -\lertie Ma rio lt , Ayudante del G eneral
Mira mó n, fran cés .-F. M. Villas e ñor, Ay udante
Secreta rio del Comandante Gene ra l de Artillería.
Antonio Pevedilla, de arti llería. -Or uz de L eón, 9 u
Compañía del 7° de línea.- P e dr b Brazo, de la
Sa Compañía del 1°, de línea; españo l. - F rancis -
co de la Veg-a, 2 a Compañía del 7 od e línea.
- Manuel M. Molina, del fij o de Ce laya. -Juan
Barbosa, de la S" Compañía del 14° de línea.-
Nicanor Mondragón, de la 1 a Compañía del 14°
de línea.-Evaristo del Moral, de la 4 a Compañía
.
del Batalló~ de Ouerétaro.-Mannel
'--
Muñoz, de
, ,
244
la y Co mpañía e1 el 13atall(¡ n de Celaya.-Rafae í
Gonz ález, del 3er. esc ua dró n de) 80 Regimiento.
..::..Atan asio S án chez, de la 3::1. Co mp añ ía c1eJ Ba -
tallón c1 ~ Queré tarov-- J os é F igu eroa, de la J a
Co mp añía del 7° ele líne a.-----:Margari to Mendoza,
ele la 2::1. Co mpa ñía de l 5° ele Iínea. - Jesús D o
mí.ng uez,Ayuda nte de l Ge ne ral Castilló.-Doro -
te o Blan c o, 3 a Co mpañía del Ba ta llón ele Q ue réta-
, r o.- Juan Palanz arez, del a? el e Ca balle ría.- Juan
Palafa x, Ins tr uc to r de re empla zos .....:...Pedro Gen -
zá le z, s ue lto .- Manue l Estre lla, del c uadro ele
oficiales del Gene ral Vida ur ri. - Rafae l Ordaz,
ele la 4::1. Bat éria .v-Eug. C ha rden, P lana Mayo r-de l
3° de línea, fran c és.c-c C abr¡el Cab re ra, en depó-
s ito . ,
, SUB TENIENTEs .' -Carl~s L o e ve r, de l Ba ta llón
Cazadores , francés. -Eug eni o Valer, Instructor .
, elel 2° de Caballe ría, francés .- J uan Goveix , Ins-
tructor del 2° Bata llón de línea, fran cés. - José
S evenalle, del 4° Regimie nto , francés. -Carlos
"So me t, de la 2::1. Co mpañia G uar di~ Municipal de
México, fra ncés. -Pablo Primor, de la 3 a del Ba-
tallón Zapadores.-Alfonso Ma rié, de la 1 a Com-
p añ ía del Bata llón Cazadores, fran cés. - Pablo
G uillen, Depositario del 1° de línea, francés-
Antonio Camorí, de la 1 a Compañía de l Batallón
Cazadores, francés. -Carlos E loy, de la 9 11 Corn-
pañía del ad de línea, francés. -Maximiliano Susan,
de la 3::1. Batería, francés.- L~andro María García,
de la 2 11 Batería.-Jesús Martínez, de la 4 a Com-
pañía del, 1 2° de línea. -Pedro Villarreal,del Estado ,
Mayor General de lEjércitor-e-Casimirc Deponter,
245
de la 7aCo mpañíad e l 7od~ línea , fra ncés. -Rafael ,
G ue rrero, de la 1 aCo'~pañia ele¡' 1 2 0 de línea.-Ma-
nue l 'R. Ploves , ele la 2 a Co mpañia del 'Ba tallón
tir ad o r-es de Mira món . - : A mado r Sand óval, en
de pó sito.-A lejanelro O r tíz, del' R egimiento de la
E mperatriz.-Luis De pain .ide la 2 a Co mpañía
elel I4 ci el e línea, francés. ~Antonio Sá nc he z, de ,
la escolta elelE rnp erado r.c-dvlig uel Ca mp os, agre-
gado a l 1 4 0 de línea. -Sirrió n R ivera , del Bata-
llón G uardia Municipa l de Méx ico-Rafae ITor re s,
de la 8 a Co mpañía elel ' 4° de línea.-José L .
H errera, del ~ o R egimien to de Caballería.-Simón
Cavares, de la ,5 a Compañia elel 1 er . Ba tallón de "
línea. - Vi cente Va ldés, de la 5 a Co mpañía del
Ba tallón G uar elia Municipal de M éxico .c-i-Francis-
co Furi el, de la ,a Comp añía del '40 de línea, fran -
cés .- -Manuel Ga lla rdo, ag-reg"aelo al Regimiento ele
C elaya.-Pedr o D ehuere, de la 4 a Compa ñía, Ba-
ta llón de Caz adores , fra ncés. - Be rnabé H . de
Castillón, de la 6 a Compa ñía el ,e l 7 ° ele línea. - \
"- ~~-é l ix Ragllae, de la 3 a Ba teria, francés .-Ma-
riur Armiclie Roubaut , de la 2 a Compañía, Bata-
llón ele Cazadores, francés.--Pab lo Caballero, ele
ex p lo ra dores de México. v-c AntonioArredoudo, de
la 4 a Compa ñía del 3 o de línea. - J os é M. Agui- \
rre, de la 2<1. Co mpañía elel 3 0 de línea. -Adelaido
Cabr era, de la 3:l Compañía del 3° ele línea .-
Achille Schigo ro , depositario de Cazadores, fran-
cé s . -A l b ~ r to Hans J e turia, ele la 8 a Batería mix-
ta, au striaco. - J. M. Rom ero, el e la 6 a Co mp añía
del 1 0 de l í l1 e a . - Ma n~ o s La irs, de la 3<l.'I3ate ría,.
fran cés.- Victoriano Co rtés , del R egimi eJilO el e
246
la Eínp eratriz. c-sManu el Laya, ele la 8a Compa-
ñía elel 3° de línea.-Eleuterio Ramírez, de la Sa
Com pañía elel 3° ele línea. -Margarito de la Rosa,
ele la 1 a - Compañía del, 3«de línea .- J ulián Ar-
mendaris, de la Compañía presidial de Durango.
-;- S abás Orozco, agr egado al Batallón de Cela-
ya. -Jesús Osornio, supernumerario del Batallón
, Querétaro. - Eugenio E spinosa, de la Guardia
Civil de San Juan del Río .- Sa turnino Hernán-
dez, suelto. - Agustín Ve lasco, Sa Compañía del
14° de línea. -Rodolfo Artois , de la escolta del
Emperador, francés.-Marianod eICastillo, del 7°
de Caballería. - Ju an Ca mpuzano, suelto.c-vMa-
nuel Trujillo, del 70 R egimiento. -Andrés Aren-
-r ana, de la 3 a Compañía del 1 ° de línea. - An tonio
Reyes, del escuadrón ele T oluca .- -Lorenzo Mowr -
plie, de la 3 a Compañía del IS ° ele línea, fran-
eés.- J osé G. ·de Lima, ele la 4<1. Compañía de l
l0 de línea. -J esús Padilla, Depositario elel 2 ° -
Regimiento de eaballería.- L ueiano Moreno , ele
la Compañía presidial eleDuran go. - T eodoroDa- .
mian, de l 4° R egimiento ele Caball~ ría. - Teles-
foro Macias, del esc uadró n ele la Barea.- José
de la Luz Miot a, ele la 6.-" Co mpa ñía del 60 de
línea. - Francisco Rangel, D ep ositario. - F ra n-
cisco Enriquez , elel 8 0 R egimi ento. - E duardo
Trujillo; del R egimien to de la Emperatriz. -Sil-
verio Tovar..de la 3 a Co mpañ ía de l 7° ele línea.
-Mariano González, en elepósito. - Julio Sando -
val, en depósito.-Pra xedis Deloa n, en dep ósito.
~G us ta\fo de la F ora, en ' dep ósito, fJ-ancés.- .
Caye tano GorgéJn, ag regado al Regimiento de la
247 I
•
248
5° Batallón de línea. -G uaUalupe Salcedo , de la
, l a Compa ñia del sC? Batallón de línea..:....-T omás
León, de la 1 a Co mpañ ía del IS 0 Batallón de línea.
-Diego Carras co, de la la Comp añía del 5° Ba-
tall ónde Iínea.-C aureano Ag'uilar, de la Sa Com-
pañia del 5° Batallón de línea.-Juan Sán chez, de
la'3a Compañía de tirad ores de Miramón.- -Dionisio
H uer ta , S upe rn umerario de tiradores de Mira m()ll.
-Zacarí as D epl ace, en la P lana Mayo r del Bata -
llón de Cazadores , fran cés. - F ederi co Filialú, en
la Plana Mayor del Ba tallón de Ce laya, francés.
-Antonio Vignan, de la s- Co mpañía del Ba ta -
llón de Celaya, e'spaño l.-Ju'ln L ugevau, de la
1 a Co mpañía del Batallón ele Ce laya, fran cés.-
ca DE LA EPUnU
\BU TECA LUIS-. NGEl R
-! ,.-J--., r )'~(-....t'"" .:I r- _ . ,.
....1 . ¡
i .
~
IND I C E
P ÁGS. \
E NTRE LOS RÉPROBos.-EI au tor.- T raido r á su pa- '
tri a y traidor á su partido. ' . ' . . . . . . , v
E l Libro.- L os traidores de los trai dor es.. . . . XXI
111'a x l·m ilian o.- Cómo 'e ntregó -la pla za de Que ré-
taro. . . . . . . . . . . . . .. . . .. . XXXVII
En trev ista con el gene ral Julio M . Cervantes. . XXXVIII
E ntrevista con el ge neral Francisco A . Vé lez.. LXII
CONS IDERACIONES DELTRADUCTOR.. . . . . LXXII
I NTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . , . CXV
U LTIMAS HORAS DEL I MPERIO.-I. L a verdadera
caus 'l: de la caída del Imperi o Mexican o es desco-
nocida.- L a traició n de L ópez rué un a de las con -
secue ncia s de la del gen eral Már qu ez.-Origen de
este lib ro. . . '. . . . . . . . . . . . ., . .
n . La traici ón del genera l Már que z fué un a ven -
ganza premedit ada.-Influj o de este ge neral du -
ra nte la Inter ven ción fran cesa.c-Tmp ortan cia de
su' triunfo en Morclia .. . .. . . . .. . . . . 6
U I. P ri mer error polít ico ele Ma ximiliano .- E I Mi-
nisterio se ocupa en sa tisface r ven gan zas.-Se en -
carga al ge neral M árq uez un a misi ón .en el ex te-
rior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
I V. Decadencia de l Imperi o. - Mira m ón y M ár-
qu ez vuelven á su pa tria .-Situa ción in fl ujo de
é
12 5
- 1
1"!J
l
-
PÁ GS .
E mperador seftala á M árq uez C0 l110 al principal
traid or. . . . .. . . . . . . . . . . " . . . 145
x:rX. Arellano se escap a de los r épubli canos .c-c-Eje-
cuci ón de Méndez.x-Ar elláno ofrece sus ser vicios
á Ma ximiliano.--Se dirige á Méx ico.i-- Tintra.en
Tacuhaya.- -Evade el rigor del sitio de la capital
y entra en ella.o-rConfirma las falsas noticias da-
daspor Márquez respecto de la próxima llegada
del Emperador á la capital.-TvIárquez no ignora c
ha los acontecimientos de r¿uerétaro.- Conducta
de este general durante el-sitio de la capital.- Se
de sembaraza de los Ministro s Vi daurr i y Portilla .
Dispone de 1 5 0 ,0 00 pesos que . Vidaurri en viaba
al Emperador.i-- Tncreib le extremo ele su vengan-
za contra Miramón. -Prodiga. gradó s y co rrde co-
raciones.e-eConferencia de M árquez y Arellano la
noche del 14 de junio. - Estratagema empleada
para' dar valor al ejército y al pu eblo. .s: Sens a -
, ción pública .-Ultimos deseos de Márquez.- -Fu-
silamientos en Querétaro.-La venganzasatisfe-
,
cha de Márquez pone fin á la penosa situación de
la ca pital -: . . . " . .. . . . . . . .. . . . r 67
XX. ¿To mó Márquez su venganza y consumó su cr i-
men de acuerdo con los republicanos?-Los he-
ches re sponden afirmativam en te .e-Defensa de L ó-
pez . . . . . ". . ,. 194
ULTIMAS P ALABRAS . . 214
ApÉNDICE . . . . . ". ', 229
L os im periale s he cho s prision eros en Q uerétaro.- -
Lista nornin al l de los .prisioneros hechos
. por las
fuerzas de la República en la ocupaci ón de la. pla-
za de Q uerétaro, y verificada el 15 del presente
mes , co~ expresi ón de sus clases, destino y n'acio-
naliclad . . " ; . . . . . . . . . . . 23 1