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Fecha de entrega: 10 de septiembre de 2010


Fecha de aprobación: 20 de octubre de 2010

CRÍTICA DE LA POSMODERNIDAD EN
RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT*
CRITICS OF POSTMODERNISM
IN RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT

Damián Pachón Soto**

Resumen
El presente texto parte de algunas afirmaciones críticas hechas por Rafael Gutiérrez Girar-
dot en torno al problema de la posmodernidad y, desde estas, intenta reconstruir esa crítica.
En el ensayo se analiza la relación entre la Segunda Guerra Mundial, Mayo de 1968 y la
llamada filosofía posmoderna. Asimismo, se expone con detalle la crítica de Gutiérrez
Girardot a Michel Foucault y a algunos postulados de la posmodernidad como la crítica
del intelectual y el olvido de la historia. El ensayo realiza un balance de esa crítica y, a la
vez, plantea algunas perspectivas de análisis para el mundo actual.

Palabras clave
Posmodernidad, Foucault, Gutiérrez Girardot, Segunda Guerra Mundial, Mayo de 1968,
humanismo, utopía.

Abstract
This text works on some statements made by Rafael Gutierrez Girardot on the issue of
postmodernism and, starting from there, it tries to re-build that criticism. The essay analyzes
the relationship between The Second World War, May 1968 and the so-called postmodern
philosophy. It also exposes with many details the critique that Gutiérrez Girardot makes
to Michel Foucault and some postulates of the postmodernism such as a critique of the
intellectual and the oblivion of history. The essay shows a balance of this criticism and,
in turn, raises some analytical perspectives for the current world.

* Artículo de investigación para el grupo de investigación Fray Bartolomé de Las Casas.


** Profesor Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Santo Tomás y Departamento de Ciencias Políticas,
Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: damianpachon@gmail.com.

Cuadernos de Filosofía Latinoamericana / ISSN 0120-8462 / Vol. 32 / No. 104 / 2011 / pp. 97-118
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Keywords
Postmodernism, Foucault, Gutiérrez Girardot, Second World War, May 1968, humanism,
utopia.

A los humanistas y utopistas de hoy.

Todos los positivismos y formalismos han satisfecho dos exigencias ideológicas, al menos, de
la sociedad capitalista: la afirmación de las bases injustas del progreso técnico, la acomodación
y justificación de sus presupuestos económicos e ideológicos; y el sofocamiento
de la crítica, el lujoso conformismo de las grandes revoluciones verbales.
La América hispánica también participa de esos gozos.

Hispanoamérica: imágenes y perspectivas (1989: 70)


Rafael Gutiérrez Girardot

La deconstrucción de los ídolos de la metafísica ha desvelado demasiadas


cosas como para no tenerlas en cuenta.

Aprender a vivir (2007: 241)


Luc Ferry

Se puede empezar diciendo que Rafael Gutié- sugeridos” en la obra de Gutiérrez Girardot
rrez Girardot, filósofo, hispanista, germanista a la vez que voy “más allá” de ellos y emito
y crítico colombiano, fallecido en el 2005, no algunos juicios sobre el problema –no con-
se ocupó de manera precisa del tema de la cluidos aún– de la posmodernidad. En esto
posmodernidad, ni tampoco hizo un estudio último consistirá mi aporte.
detallado sobre el grupo de filósofos denomi-
nados con el rótulo de “posmodernos”, o una -I-
crítica de sus obras. Si bien sus alusiones al
problema en distintas partes de la obra no es En un ensayo titulado “La vida en crisis”,
“detenida o detallada”, sí dio pautas y suge- María Zambrano –la filósofa española a
rencias importantes que permiten reconstruir quien el crítico colombiano Rafael Gutiérrez
lo que podemos llamar algunos “supuestos Girardot dedicó un esclarecedor ensayo titu-
históricos” de la posmodernidad. Reconstruir lado “El pensamiento fragmentario de María
parte de esos supuestos es el objetivo de este Zambrano” (2004)–, ponía de presente cómo
ensayo y para esto son fundamentales algunas en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial
respuestas en entrevistas y comentarios suel- se perdió la confianza, las creencias entraban
tos en sus ensayos. Es de gran importancia en en crisis, se roía el fundamento de la realidad,
este proceso el epílogo al libro Nietzsche y se vivía el desamparo del hombre, su indi-
la filología clásica (2002) y su ensayo sobre gencia, esto es, cómo reinaba la experiencia
Foucault (1975). En este sentido, el presente del nihilismo, proclamado ya en el idealismo
escrito intenta explicitar esos “supuestos alemán por J. Paul (1797) y Hegel (1802 y
1807), y popularizado por Nietzsche en La
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Gaya ciencia, aforismo 125. Ante esta crisis esa época había prometido: libertad, igual-
y la disolución de las creencias –esas que dad, fraternidad, tolerancia2, respeto de la
sostienen al hombre en su mundo– Zambrano dignidad humana, derechos del hombre y del
proponía “por el momento”: “hacer memoria, ciudadano, progreso material y espiritual, de-
hacer historia, recoger de las tribulaciones, la mocracia liberal, etc. La exacerbación de esa
experiencia” (2005: 114). conciencia de crisis puesta de presente por la
“era de las catástrofes” (Eric Hobsbawn) fue
Ahora bien, es este clima espiritual de los lo que llevó a Adorno y Horkheimer a decir
años cuarenta del siglo pasado el que está a la en Dialéctica de la Ilustración (1947), “No
base del análisis que hace Gutiérrez Girardot es posible deshacerse del terror y conservar
de la posmodernidad y el neoliberalismo1. la civilización” (2009: 259).
Tras de sí se encuentran la Primera Guerra
Mundial, los fascismos de distinto modelo Para Rafael Gutiérrez Girardot son los “sus-
que la siguieron: el italiano, la experiencia piros filosóficos” de Karl Popper los que en
estalinista, la Guerra Civil española y, como estos años fundamentan los nuevos tiempos,
corolario, la Segunda Guerra Mundial como de la posguerra, donde se quiere fundar la
consumación de ese ánimo que había puesto historia de nuevo, arrancar de cero, y donde
de presente la crisis de Occidente, de su es necesario darle la espalda a la tradición,
hundimiento tal como lo había hecho ya en a la historia, al pasado. Al respecto sostiene:
1918 Oswald Spengler o como se reflejaba
en diversas obras de la época, entre ellas, El El actual neoliberalismo se funda en
malestar en la cultura (1930) y Psicología de los leves, pero influyentes suspiros
las masas y análisis del yo (1921) de Freud filosóficos de Sir Karl R. Popper,
e, incluso, el sentimiento aparecía camufla- famoso políticamente por su libro
do en Ser y tiempo (1927) de Heidegger en La sociedad abierta y sus enemigos
temas como el análisis del Man (el Uno) o (1945), por una “interpretación”
el impersonal “se”. De tal manera que 1945 esquemática de Platón, Hegel y
fue el final fatal de la barbarie acumulada. Marx, que indiferenciada y ahistó-
Barbarie que se convirtió en una especie ricamente, rechaza las concepciones
de certificado de defunción de los ideales filosóficas de intención sistemática
modernos, de la Ilustración y de todo lo que y de explicación de los fenómenos
históricos desde una perspectiva de
1 El profesor Renán Vega Cantor ha venido soste- totalidad y equipara esa intención de
niendo que la posmodernidad y el neoliberalis- la tradición filosófica occidental con
mo son clones del capitalismo contemporáneo. una praxis totalitaria […]. Pero esa
Ha señalado que la posmodernidad habla del
fin de los metarrelatos, pero a la vez ha erigido
transformación correspondió al acto
uno nuevo, eterno y único: el neoliberalismo. de remordimiento de los culpables
En este sentido, la posmodernidad es conser- políticos europeos -que de Platón o
vadora, pues promueve la permanencia y la Hegel sabrían tanto como un lector
perpetuación del capitalismo (con sus múltiples de las Selecciones del Reader’s Di-
transformaciones) que la hizo posible (Vega,
1997). Hay que aclarar que gran parte de la
gest de la Segunda Guerra Mundial
filosofía posmoderna es crítica del capitalismo y del holocausto, que para borrar
y que, incluso, ofrece alternativas o muestra su responsabilidad destruyeron toda
posibilidades de resistencia. No toda ella es pretensión de visión total, es decir,
afirmativa, como podría deducirse. Esto mismo
vale para la crítica de Gutiérrez Girardot que
se explicita aquí. 2 Desde Locke en el siglo XVII.

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de exigencia de la comprensión y el Ahora bien, esto que llamó el segundo des-


análisis, del “esfuerzo del concepto” encanto del mundo –el primero fue ante la
(Hegel), con la seguridad de que sin Edad Media; el segundo ante los principios
ese esfuerzo no se divisaría su parti- de la misma modernidad– se tradujo en un
cipación en la catástrofe (2002: 131). “relajamiento” del pensar, pues lo que suce-
dió posteriormente fue “la burocratización
La interpretación que da Gutiérrez de esta del saber”, burocratización que implicó
época, apunta a que después de 1945, año de un “estrangulamiento de la percepción y
la publicación del libro de Popper y también afirmación de la realidad contradictoria, es
de su otro libro reconocido, La miseria del decir, del conocimiento desprevenido del
historicismo, Europa no hace una superación mundo” (Gutiérrez, 2002: 130), esto es, una
del pasado, no lo asume; más bien, con mala actitud acrítica frente a los procesos globales,
conciencia, con “arrepentimiento”, intenta contextuales y una toma de partida por lo
borrarlo, lo cual favorece la “inocencia de inmediato. En este estrangulamiento las cien-
los políticos” implicados en ésta y también cias humanas sufrieron el mayor golpe, pues
cabría decir de la sociedad misma, pues esa se les empezó a dejar de lado. Estas ciencias
sociedad también era moralmente respon- empezaron a ser tildadas de anacrónicas. En
sable, tal como después lo puso de presente reemplazo, el llamado progreso científico
Karl Jasper. Y es así como ese mundo se empezó una carrera hipodrómica-mente
transforma: se desdice del humanismo, de su irracional, pues equiparó “el movimiento de
inutilidad, pues no pudo evitar la catástrofe y, las ciencias a una carrera de caballos, esto es,
ese vacío de tradición, por decirlo así, es lle- la de competencia” (2002: 143).
nado por el nuevo modelo técnico-científico,
por la economofilia, por la adulación de la Gutiérrez Girardot no profundizó más en lo
economía, nueva “teología de la sociedad que sucedió después de 1945, pero sus apun-
moderna” (Gutiérrez, 1968: 21), esa “ciencia tes y su análisis, apenas indicados, se pueden
presuntuosa y matemáticamente aventurera” comprobar fácilmente con la historiografía
(2001: 34). Esa tecnoeconomofilia llenó el social moderna. Hasta el momento se tienen
vacío que dejó el nihilismo de la Segunda varias afirmaciones importantes: después de
Guerra Mundial, a saber, la falta de tradición3. 1945 emerge el neoliberalismo, éste corres-
Precisamente, no sobra recordar que es esta ponde a una ideología que quiere olvidar el
fecha la que es considerada por algunos pasado e iniciar un nuevo tiempo. Así se fun-
teóricos como la del nacimiento de la pos- da lo que Gilles Lipovetsky llamó: “la era del
modernidad, época que Lyotard, quien puso vacío” (2002). De paso, ese nuevo tiempo, ese
de moda el término, calificó precisamente de adanismo, implica un olvido de la tradición,
“relajamiento” (1994). desencanto del humanismo, tecnificación del
saber y burocratización de la universidad.
Pero hay otra consecuencia importante que
se relaciona directamente con ese nuevo
modelo de sociedad: es el canto a lo efímero,
3 Michel Foucault se ocupó del nacimiento del
a la rapidez, a lo inmediato, características
neoliberalismo (ordoliberalismo) en Alemania
y en Estados Unidos. Para ello, partió de los que hoy están a la base de la actual sociedad
años treinta cobijando la época a la que alude capitalista, de la llamada posmodernidad.
Gutiérrez. El filósofo colombiano no conoció Esta consecuencia la encontró Gutiérrez en
esos textos de Foucault que hoy se encuen- el mismo Popper. En efecto, en La miseria
tran en el libro Nacimiento de la biopolítica del historicismo Popper la emprende contra
(Foucault, 2008).
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las filosofías de la historia; y en La sociedad de autómatas consumidores… (Gu-


abierta y sus enemigos sostiene: tiérrez, 2002: 131).

La historia de la humanidad no Al olvidar el pasado y proponer una “política


existe; sólo existe un número inde- de pasos breves”, de inmediatismo; al recha-
finido de historias de toda suerte de zar la visión total de la escena, las pretensio-
aspectos de la vida humana. Y uno de nes sistemáticas de explicar los fenómenos y
ellos es la historia del poder político, situarlos en contextos mayores que los hacen
la cual ha sido elevada a la categoría posibles; en últimas, al renunciar al “esfuer-
de historia universal (Popper, 1967, zo del concepto” que permite establecer los
t. II: 385). nexos entre los fenómenos, sus relaciones,
se cae en un pensamiento afirmativo de lo
No es necesario forzar la interpretación de existente; no hay posibilidad de una compren-
Gutiérrez para sostener que afirmaciones sión global que permita unir el presente de
como estas le quitan responsabilidad al po- la posguerra con el pasado que la engendró.
der político en las catástrofes del siglo XX. Así, se desemboca en el inmediatismo, y al
Por lo demás, Popper alude a la dispersión no poder explicar nada de los fenómenos, se
histórica y sostiene: “la historia no tiene promueve el conformismo y el automatismo
significado” (1967: 384). Popper en realidad frente a la nueva sociedad, al “relajamiento”
no dice muchas cosas novedosas pues parte que no es otra cosa que aceptación de lo
de estas premisas; por ejemplo el rechazo a que es, tal y como es. Es decir, lo que María
las filosofías de la historia, ya lo había hecho Zambrano llamó, en La agonía de Europa
Nietzsche en el siglo XIX. Pero no se puede (1945), la pérdida de los ideales y la sumisión
olvidar su notoria influencia en la sociedad ante la “pavorosidad de los hechos”, “la ciega
de la posguerra. servidumbre a la realidad” (Zambrano, 2000:
25-26) o la fati-latría. De tal manera que para
Fueron las “soluciones” de Popper las que Gutiérrez no se trataba de olvidar el pasado,
ayudaron a despachar las filosofías siste- sino de asumirlo, superarlo conservando en
máticas, como las de Platón, Hegel y Marx, términos de Hegel, de “hacer memoria”,
y su “política de ingeniería social gradual” “recoger de las tribulaciones, la experiencia”,
apuntaló el inmediatismo. Al respecto, frente como decía Zambrano en la época.
a las pretensiones sistemáticas, a las visiones
de totalidad; frente a las revoluciones y los ¿Qué podemos decir de la interpretación que
proyectos macro de transformación social: da Gutiérrez y que he ampliado y contex-
tualizado arriba? En primer lugar, es cierto
Popper propuso, en cambio, una po- que a partir de 1945 el mundo comienza una
lítica de pasos breves, de soluciones transformación sin precedentes. De ahí que
inmediatas a problemas inmediatos, muchos sitúen la posmodernidad a partir de
sin percatarse de que esa inmediatez esa fecha o a partir de 1950. Otros, a partir
reduce considerablemente la posibi- de Mayo del 68. Y esas transformaciones son,
lidad de captar adecuadamente el inicialmente, económicas. En efecto en 1944,
contexto precisamente de esa inme- en Breton Woods se crea la actual organiza-
diatez, y que la renuncia al contexto ción económica mundial: nace el Banco Mun-
convertía a la vida política y social dial –BM, el Fondo Monetario Internacional
en una convivencia de conformistas, –FMI, y lo que sería la actual Organización
Mundial del Comercio –OMC. Nacieron en

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Estados Unidos para regular la economía y siempre a Estados Unidos. Ahora, la crisis
financiar la reconstrucción de Europa. Desde del 73 es sólo la consumación de la iniciada
ese momento EE.UU. se convirtió en la po- pocos años antes. En Europa decae el em-
tencia económica mundial, crecimiento que pleo, disminuyen los salarios o no cumplen
sólo le disputó, por lo menos hasta los años las expectativas para el consumo, desmejora
sesenta, la Unión Soviética. Ese período que la vida de la clase trabajadora que cada día
va entre 1945 y 1973 es lo que se conoce era más absorbida por el sistema capitalista,
como los “años dorados”. Durante este tiem- eliminando de esta manera la oposición po-
po, Europa crece económicamente, en espe- lítica, etc. Aquí los treinta años dorados del
cial Alemania en la era de Konrad Adenauer capitalismo entraban de nuevo en crisis. Es
y el conocido “milagro alemán” (1949-1963), a partir de 1973 cuando emerge con fuerza el
lo mismo sucede en Francia. En este período neoliberalismo, el cual tuvo sus impulsos en
se formó una verdadera economía global, la Inglaterra con Margaret Tatcher, en EE.UU.
industria eliminó gran parte del campesinado, con Ronald Reagan y en América Latina a
crecieron las ciudades (ese mismo proceso partir del Consenso de Washington formulado
se dio en América Latina entre 1930 y 1970, por Jhon Williamson en 1989.
según José Luis Romero), tomaron auge las
profesiones técnicas y especializadas para Hay un tercer elemento que es importante
responder a las nuevas exigencias del merca- señalar para este período. En Historia del
do, creció la enseñanza superior, aumentó la siglo XX, se sostiene: “La edad de oro perdió
alfabetización, ingresó la mujer al mercado su brillo. No obstante había empezado y, de
laboral (Hobsbawn, 2006: 313). Por este hecho, había llevado a cabo en gran medida,
motivo varios autores hablaron en la época la revolución más drástica, rápida y profunda
de “la aldea global” (Marshall McLuhan), en los asuntos humanos de la que se tenga
“la sociedad opulenta” (Kenneth Galbraith), constancia histórica” (Hobsbawn 2006:
la “sociedad industrial avanzada” (Marcuse) 289). Y ¿en qué consistía esa revolución? El
y otras expresiones aún más proféticas y que asunto es bien sabido: a todas las transfor-
hoy son una realidad innegable: “la sociedad maciones económicas, políticas, sociales y
del espectáculo” (Guy Debord). Todas estas culturales. El mundo cambió para siempre. Es
expresiones denotaban los cambios produci- la época de la revolución social y cultural de
dos y aludían a la nueva realidad. los años sesenta: la aparición de la juventud
en el escenario social, la cual creó un imagi-
En segundo lugar, hay que aclarar que esta nario que hoy se manifiesta por doquier: la
época si bien presenta transformaciones loa a la belleza, el miedo a la vejez. Desde ese
económicas, no es precisamente el inicio entonces “la juventud pasó a verse no como
del neoliberalismo, pero si su antecedente. un paso para la vida adulta, sino, en cierto
En este período se da el auge de la social- sentido, como la fase culminante del pleno
democracia (ese anfibio entre capitalismo y desarrollo humano…la vida iba claramente
socialismo), del Estado intervencionista, de cuesta abajo a partir de los 30 años” (2006:
la “planificación económica” o la tecnocracia 327). Desde luego, lo joven es lo nuevo, lo
de la economía, que contienen caracterís- que surge y estremece. A la par la juventud
ticas no compatibles del todo con el actual tiene su irrupción en el espacio social, exte-
sistema neoliberal. El neoliberalismo surge, rioriza conductas consideradas inaceptables
en estricto orden, a partir de 1973 con la en público, crea un nuevo mercado de la
crisis del petróleo y del patrón de conversión moda, de los viajes, vive ávida de experien-
dólar-oro, que valga decir de paso, benefició cias. A esto se le suma la revolución sexual,
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su liberalización, la minifalda, la droga, el ejercicio o la toma del poder” (Nancy, 2009:


rock. En pocas palabras, el quiebre y la ero- 24; 61 y ss). Es decir, Mayo del 68, con su
sión de los viejos valores, de las tradiciones. espontaneidad, derribó muchas viejas doc-
De ahí el cuestionamiento a la familia, a la trinas, viejas nociones y viejos ídolos. Sin
autoridad de los padres, la escuela y su pe- embargo, para autores como Hobsbawn ese
dagogía; la disminución del matrimonio, el movimiento tuvo más significación cultural
aumento de las uniones libres, aumento de que otra cosa, no política4.
los divorcios, de los hijos “ilegítimos”; auge
de las comunas, las congregaciones hippie. Por otro lado, autores como Luc Ferry y Alain
Igualmente, el surgimiento del feminismo, el Renaut se han constituido en duros críticos
antirracismo en Estados Unidos, el ambienta- de ese movimiento, pero sobre todo, para lo
lismo, la reivindicación de los derechos de los que interesa aquí, cabe resaltar lo que ellos
homosexuales y el fin de los imperialismos evidencian en su famoso y polémico libro
en África y Asia, la descolonización del mal El pensamiento del 68. Ensayo sobre el an-
llamado Tercer Mundo. Esto le permite decir tihumanismo contemporáneo (1985) y otras
a Hobsbawn: “la liberación personal y la li- obras, donde relacionan todos estos hechos
beración social iban, pues, de la mano, y las con la publicación de los libros de autores
formas más evidentes de romper las ataduras como Foucault, Deleuze y Derrida (Tobar,
del poder, las leyes y las normas del estado, 2004: 170-171). En pocas palabras, los
de los padres y de los vecinos, eran el sexo y grandes motivos de estas obras, tales como
las drogas” (2006: 334). la crítica de la razón, la crítica de la verdad,
su abandono o rechazo, así como la “actitud
Todos estos fenómenos tomaron cuerpo en de sospecha” o “voluntad de deconstrucción”
Mayo del 68, año en el que según Antonio que llevó al cuestionamiento de todos los
Negri terminó el siglo XX (2007: 23). Ese discursos filosóficos, las teorías, las ciencias
suceso que influyó profundamente en Europa humanas, de donde surgió la moda de hacer
y sobre este significado la academia no se ha genealogía, archivística, arqueología, etc.,
puesto aún de acuerdo, por ejemplo, entre se corresponden con el fenómeno cultural de
quienes lo consideran una revolución y quie- Mayo del 68, es decir, para situarnos en lo que
nes no; o de quienes piensan que fue sólo un venimos tratando, de la revolución cultural y
movimiento esporádico, contra la autoridad social producidos después de 1945 en los 30
de la familia, el Estado y el consumismo y años dorados del capitalismo de la posguerra.
otros valores de la sociedad capitalista vigen-
te. Aquí sólo basta citar la defensa que hace,
4 En nuestro medio, por ejemplo, el profesor
por ejemplo, Jean-Luc Nancy, al poner de
Carlos Antonio Aguirre ha mostrado que Mayo
presente cómo es un movimiento que expresa del 68 cuestionó los tres pilares fundamentales
su descontento, cómo en éste confluyeron de la producción y la reproducción de la cultu-
los estudiantes, los ferroviarios, los obreros ra de la vieja sociedad anterior al 68: la familia,
(no el partido comunista) y los intelectuales. la escuela y los medios de comunicación. Enfa-
Mayo del 68 mostró un nuevo ethos: no se tiza la manera cómo esa revolución, que debe
vincularse a la Revolución China, la Primavera
hace la revolución con grandes cuerpos doc-
de Praga, México en 1968, etc., transformó la
trinarios, ni concepciones o ideologías, era historia, en especial, la noción de totalidad
un abandono de la “era de la historia”, fue un social, y produjo una verdadera eclosión de
ethos con desconfianza de la representación formas, enfoques, intereses, temas de investi-
de los partidos que tendía a “desvincular la gación, fomentó la interdisciplinariedad, etc., lo
acción política del marco convenido para el cual representaba justamente esa nueva forma
de ver la realidad social (2010: cap. IV).

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De tal manera que los finales de los años estabilización de la sociedad capitalista, sólo
sesenta es una época de “la impugnación del se llegó a que la “oposición se reduce entonces
saber”, contra la “certeza de lo verdadero” y al consumo de las obras de arte posmodernas,
una “lucha contra todas las opresiones locali- cuyos autores buscan encarnar en ellas este
zadas” (Vermeren, 1995: 89) en relación con tipo de pensamiento” (1998: 320); asimismo,
su pasado inmediato. “escuchar, en un estilo adornado con la apa-
rente profundidad y autentica oscuridad de la
Alex Callinicos, por su parte, ha expuesto retórica” que no se puede cambiar el mundo”
en su libro Contra el postmodernismo. Una (1998: 320). De este modo la posmodernidad
crítica marxista, que el auge del discurso se vuelve afirmativa, alimenta el conformis-
posmoderno se debe a los sueños fallidos de mo y el automatismo tal como Gutiérrez lo
la utopía del 68 (también para Agnes Heller expuso al referirse a los “suspiros filosóficos”
quien sitúa el posmodernismo a partir de ese y políticos de Popper.
año), al desencanto de ciertos intelectuales
que se habían comprometido con los movi- Es en este contexto donde se inscriben los
mientos (como Lyotard y su “peregrinación” comentarios de Gutiérrez Girardot sobre la
por el grupo “Socialismo o barbarie”, D. P.), posmodernidad y la relación de ésta con el
a la desbandada de la izquierda y al creci- neoliberalismo de la posguerra. Por lo demás,
miento de la clase media que se acomodó al Gutiérrez calificó a Mayo del 68 como un
consumismo de la nueva era del capitalismo. movimiento complejo y confuso, sostenien-
Esa clase media promocionó la ampliación do, como Luc Ferry y Renaut, por ejemplo,
de un modelo de vida que parecía al alcan- que la filosofía de Foucault estaba relacionada
ce de todos, ilustrando esa nueva vida con con ese movimiento.
el individualismo, el hedonismo, la apatía
política. De esta manera se dio la ilusión de -II-
una libertad sin límites, pero como ya habían
mostrado Adorno y Marcuse, se trataba sólo La posmodernidad, Nietzsche y
de una “libertad organizada”, de “una falsa Foucault
libertad” que producía una “conciencia feliz”,
tal como Marcuse lo había comprobado con La poesía de Nietzsche es, como su pensa-
antelación en 1964 en su libro El hombre miento, una danza en hielo resbaloso, que
unidimensional (1981: 114). Resumiendo dice por eso no sólo se mueve entre los giros
Callinicos: “Esta coyuntura, –la prosperidad de la contradicción sino se sustrae a toda
de la nueva clase media, combinada con la captación lógica y a toda comprensión
desilusión política de muchos de sus más unificadora.
destacados integrantes– suministra el contexto
de la proliferación de los discursos sobre el Rafael Gutiérrez Girardot
postmodernismo”5 (1998: 317). Pero con la (2002: 154)

5 Hay que decir, además, que con la caída del mismas (Fukuyama, 1992). Es decir, Fukuyama
Muro de Berlín el discurso posmoderno se mostraba que la historia, con la derrota del
fortalece. Eso fue lo que llevó, de manera comunismo, daba la razón a lo plantado como
entusiasta, a Francis Fukuyama a plantear el muerte de los metarrelatos, las utopías y las
fin de la historia y el triunfo definitivo de la ideologías. Desde ese momento, no parecía
democracia liberal y el capitalismo, con lo posible otro mundo distinto al capitalista. Este
cual se producía el “reconocimiento” universal sentimiento se ha naturalizado hoy en la gente
gracias al mercado y así se acabarían las guerras y en los gobiernos del mundo.
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En su libro Heterodoxias (2004) al referirse a honradez, su sinceridad su sentido


Antonio Machado sostiene Gutiérrez Girardot del rigor el desafió de no dejarse
que el poeta “no cabe en esa impaciencia his- seducir por ninguna de estas modas
tórica y pretenciosamente norteamericana que y cuestionarlas (Gutiérrez, 2009: 8).
engendraron algunos arquitectos del Imperio
y que expresa la palabra postmodernidad” En esta respuesta hay varios puntos que ya
(2004: 206). Es claro que aquí se refiere al podemos comprender fácilmente: la relación
arquitecto norteamericano Robert Venturi y de la posmodernidad con el neoliberalismo
al inglés James Sterling “quienes por primera (“reproducción del darwinismo más absurdo”)
vez introdujeron el término postmoderno en y la alusión a la “falsa oferta de varias posi-
su uso popular” (Callinicos, 1998: 21). La bilidades”, esto es, a la “libertad organizada”
posmodernidad es un término tomado de los mencionada arriba que lleva a la adaptación a
Estados Unidos, de la arquitectura, y fue de la sociedad, al conformismo y al automatismo.
allí precisamente desde donde se amplió a las Pero, ¿a qué se refiere el crítico colombia-
otras áreas del saber y del mundo social, ad- no cuando alude a que la posmodernidad
quiriendo popularidad con La condición pos- considera “no necesitar la inteligencia”? La
moderna de Lyotard en 1979. Por lo demás, la respuesta la da el propio Gutiérrez: a la crítica
alusión a la “impaciencia histórica” que hace al intelectual que hicieron los filósofos fran-
Gutiérrez se debe a esa no asunción del pasado ceses: no se trataba de ser un Sartre tratando
después de 1945, por eso la posmodernidad es de recuperar el sujeto de la praxis, sino que,
“una venganza del pasado no asimilado”, a lo entre otras cosas, el sujeto ya no era centro
cual se debe, según él, también el éxito de la de actos, y el intelectual no debía asumir una
filosofía de Habermas en Alemania. posición especial para pretender ilustrar a las
masas, ni mucho menos para representarlas y
En una entrevista, y frente a la pregunta ¿cuál pretender ser la conciencia de las mismas. La
es la tarea del intelectual en medio de las crítica la realizó Foucault hasta la saciedad:
llamadas corrientes de la posmodernidad?, “Los intelectuales han descubierto, después
el filósofo colombiano respondió: de las recientes luchas que las masas no los
necesitan para saber: ellas saben perfecta-
Yo creo que la llamada posmoderni- mente, claramente, mucho mejor que ellos; y
dad es una especie de acompañante además lo dicen muy bien” (Foucault, 2008:
del neoliberalismo. El neoliberalis- 25)6. Pues bien, la respuesta de Foucault no
mo es una falsa libertad, una falsa sólo muestra un cambio en la perspectiva de
oferta de varias posibilidades. Los
posmodernismos son un acompañan- 6 Foucault decía que el intelectual no debía mode-
te ideológico de un anacronismo que lar la conciencia de las masas, pero sí ayudar a
considera no necesitar la inteligencia. formar voluntad política, así como luchar desde
Incluso para los filósofos posmoder- adentro contra el poder. Sin embargo, hay que
nos más radicales los intelectuales aceptar que hay cosas que el intelectual sabe y
que las masas no, por ejemplo, asuntos técnicos
no existen, no tienen sentido. Si una y complejos sobre la economía, la legislación,
tarea del intelectual es la crítica y las relaciones internacionales, etc., esto es,
ya todo es válido por sólo existir aspectos que pueden estar directamente relacio-
¿entonces para qué intelectuales? nados con la situación de opresión de las masas
La posmodernidad ha suprimido el y sobre los cuáles estas no están en capacidad
pensamiento. Esto hace más fuerte de dilucidar por sí mismas. Sólo saben lo que
les pasa en formas muy concretas y visibles de
la necesidad del intelectual: su poder que las afecta.

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la praxis política (muestra también la forma fragmentario, heterogéneo y plural de la


como se alinea con su amigo Deleuze, con realidad, negaron al pensamiento humano la
quien mantuvo una complicidad de elogios capacidad de alcanzar una explicación obje-
mutuos), sino que pone de presente que los tiva de esa realidad y redujeron al portador de
viejos esquemas donde un partido dirige la ese pensamiento, el sujeto, a un incoherente
revolución representando a las masas obreras revoltijo de impulsos…” (1998, p. 22). Pues
ya no es posible, es decir, hay una alusión al bien, esa renuncia a la pretensión de totali-
fracaso del marxismo. En ese sentido, ese dad y de objetividad y la acentuación de lo
rechazo a los intelectuales se puede interpre- efímero, lo ligero, los hechos, lo fragmenta-
tar como parte de ese desencanto frente a la rio, lo heterogéneo, la eclosión de mónadas
revolución y su práctica política. dispersas -en pocas palabras, lo que anunció
Popper-, llevó a la renuncia del “esfuerzo del
Por otro lado, si no se “necesita la inteligen- concepto”, para decirlo con Hegel, al esfuerzo
cia” el hecho se debe a las nuevas dinámicas de encontrar los nexos entre los fenómenos,
que ha tomado la sociedad “pomposamente sus interrelaciones. Por eso este volcamiento
trivial”, esto es, a lo que Agnes Heller llamó implica una “supresión del pensamiento”.
el “todo vale”.
Desde luego, esa renuncia al esfuerzo del
El todo vale puede interpretarse de la concepto está relacionada con el fin de los
siguiente forma: tú puedes rebelarte metarrelatos anunciado por Lyotard. También
contra lo que te apetezca, pero dé- por la crisis del sistema en filosofía que antes
jame a mí rebelarme contra algo en que Nietzsche ya había atacado el acongojado
particular contra lo que quiero rebe- Kierkegaard cuando decía claramente atacando
larme. Y también está la alternativa: a Hegel que él no era un filósofo y que “no
Permíteme que no me rebele contra escribe sistemas, ni promesas de sistemas”.
nada porque me siento totalmente a Por lo demás, el danés comprendía muy bien
gusto (Heller, 1994: 130). el proceso de secularización de la sociedad que,
en últimas, llevó a la debacle de los metarre-
Es decir, todo da igual, es indiferente. Aquí se latos. Eso es claro cuando afirma que vive en
sintetiza lo que Gutiérrez sostiene: “todo es “una época en que la pasión se borra de un trazo
válido por sólo existir”. Y si esto es así, quiere para beneficio de la ciencia” (2008: 10). Y esa
decir que todo está legitimado. Y si todo es secularización que llevó al nihilismo y que se
aceptado con sus derechos, no puede existir acentuó después de la posguerra no sólo llevó
criterio alguno para delimitar, separar y juzgar al descrédito los metarrelatos y las utopías,
nada. En pocas palabras, el intelectual no tiene sino también al derribe del papel fundante del
nada que decir, ni nada que discriminar o lo pensamiento, de la filosofía, es decir, atacó la
que es lo mismo, la posmodernidad ha abo- “filosofía primera” en nombre del pluralismo
lido la crítica y la reflexión. Y dentro de esas cultural del mundo, de las variadas cosmovisio-
posibilidades está aceptar el mundo tal como nes, del relativismo y la diversidad epistémica
es, sin esperanza de cambiarlo pues también se que desembocó en la interdisciplinariedad. Y
tiene el derecho de no rebelarse contra “nada así se llegó a lo que Gianni Vattimo ha llamado
porque me siento totalmente a gusto”. sugestivamente: “la secularización de la filoso-
fía” (1991: 37-53). Si antes la secularización
Alex Callinicos ha sostenido que Derrida, significaba sociológicamente la ausencia de
Foucault y Deleuze “enfatizaron el carácter la religión en la sociedad, su no injerencia
CRÍTICA DE LA POSMODERNIDAD EN RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT... 107

en las instituciones sociales, la educación, la En Nietzsche y la filología clásica Gutiérrez


vida política, con Vattimo la “secularización” Girardot se refiera al libro Nietzsche y la
en la filosofía destierra la “filosofía primera” filosofía de Deleuze de 1962 afirmando que
del pensamiento pues precisamente el mundo “el texto es un pretexto para posmodernizar
se encuentra en una edad “posmetafísica” que a Nietzsche y referirlo, involuntariamente, a
hace imposible una explicación unitaria de la espectáculos: Lacancan y Derridada” (2002:
realidad. Y es, precisamente, ese rechazo al 198). El libro de Gutiérrez es un estudio
intento de explicar la realidad7, de captar los clásico sobre la relación de Nietzsche con la
nexos entre los fenómenos lo que lleva a la filología de su época, de su crítica a esa filo-
afirmación de “lo dado”. logía y esclarece muy bien los antecedentes
de El nacimiento de la tragedia (1872). Ese
Son los motivos anteriores los que están en la libro se publicó en Argentina en 1966 y se
base de las alusiones críticas de Gutiérrez al reeditó en Colombia. Es una buena pieza que
posmodernismo, si bien, como ya he puesto muestra al Gutiérrez filósofo y filólogo. Para
de presente, no hay mención directa ni dete- Gutiérrez, los posmodernos no entendieron
nida a la mayoría de los autores posmodernos la “lucha cuerpo a cuerpo con la filología
que he citado en este ensayo. En su obra se clásica” que hizo Nietzsche. Ellos “que
alude a ellos genéricamente, y sólo nombra a nombran a Nietzsche precursor o pontífice
unos pocos: Derrida, Lyotard, Lacan, Bache- de la posmodernidad”, y que se beneficiaron
lard, de quienes no cita ninguno de sus libros. de su crítica y de la de Heidegger a la filo-
Este no es el tratamiento que da a Foucault, sofía occidental, lo rebajaron a “ídolo de sus
como veremos más adelante. convulsivas y pretenciosas insuficiencias”,
obviando, “como tantas advertencias seme-
*** jantes”, que Nietzsche no quería ídolos como
él mismo lo dice en Ecce Homo.
En su libro El arte de la vida Zygmunt Bau-
man sostiene: “Nuestra época es la de la re- El descuerdo de Gutiérrez frente a la pos-
surrección de Nietzsche” (2009a: 146). Pues modernización de Nietzsche lo podemos
bien, ¿qué pensaba Gutiérrez Girardot sobre comprender mejor si tenemos presente que el
esa euforia actual por Nietzsche?8, veamos. alemán dice en Homero y la filología clásica
(1869):
7 Al final de la Carta sobre el humanismo Heide-
gger sostiene: “Lo que hace falta en la miseria Con ello ha de manifestarse que
universal de ahora: menos filosofía, pero más toda y cualquier actividad filológica
atención al pensar […]. El pensar futuro ya no debe estar cercada y vallada por una
es filosofía, porque piensa más original, que la visión filosófica del mundo en la que
metafísica, nombre, que dice lo mismo” (1997:
329). Esta es otra muerte más de la filosofía
todo lo singular y lo aislado se eva-
-en el sentido en que Heidegger la equipara pore y sólo se mantenga la totalidad
con la metafísica-, por eso muchos en la época y lo unitario (Nietzsche, 2002: 222).
hablaron sobre el fin de la filosofía. Con todo,
cabe la pregunta: ¿no se mantuvo Heidegger
Esta cita de Nietzsche es fundamental para
en una filosofía primera?
entender el malestar de Gutiérrez por el tra-
8 Una lectura de Nietzsche, que tal vez muchos tamiento posmoderno del filósofo alemán.
puedan considerar conservadora, pero que a mi
juicio, nos previene contra los excesos de las
interpretaciones posmodernas, se encuentra en el 240). Igualmente, la interpretación que Zygmunt
libro Aprender a vivir de Luc Ferry (2007: 181- Bauman realiza en El arte de la vida (2009a).

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Aclarando que Gutiérrez es consciente de que dos de subjetivación”, que de acuerdo con
Nietzsche “se sustrae a toda captación lógica Gilles Deleuze, no es un “retorno al sujeto”
y a toda comprensión unificadora” y anotan- (2006: 170), Gutiérrez podría confirmar que
do, además, que el colombiano deja de lado Foucault es “aparentemente” nietzscheano,
al viejo Nietzsche. ¿Por qué es importante pues de acuerdo con Fredéric Gross, gran
la crítica de Nietzsche a la filología clásica? conocedor de la obra de Foucault y editor del
¿Por qué los posmodernos obvian esta crítica? mencionado curso, “al retornar con Sócrates
La respuesta es sencilla, Nietzsche no renun- a las raíces mismas de la filosofía, Foucault
cia a una “visión filosófica del mundo en la decide inscribir en ella la totalidad de su obra
que todo lo singular y lo aislado se evapore y crítica” (2010: 351)9. Es decir, Foucault sería
sólo se mantenga la totalidad y lo unitario”. aparentemente nietzscheano pues al final de
Nietzsche habla de una visión integradora del su vida apoyó su filosofía en Sócrates, el
mundo que debe construir la filología clásica, primer enemigo de Nietzsche, el corruptor
habla de lo aislado, de mantener la “totalidad de la juventud antigua, el destructor de la
y lo unitario”. Esto mismo expresó Gutiérrez vitalidad griega.
al citar una carta de Nietzsche de 1867: “Pues
no vamos a negar que a la mayoría de los filó- Una vez atados muchos cabos en las suge-
logos les falta aquella sublime visión total de rencias de Gutiérrez sobre la posmodernidad
la Antigüedad, porque se colocan demasiado -lazos que he armado y cuyo sentido compar-
cerca del cuadro e investigan una mancha de to en gran parte, y con cierta complicidad-,
aceite en vez de admirar –y lo que es más– de centrémonos en la crítica que el polemista
gozar los grandes y audaces rasgos de todo el colombiano hizo a Foucault en un ensayo
cuadro” (citado en Gutiérrez, 1998: 61). De
nuevo Nietzsche hablando de “visión total de 9 Aunque en realidad, a favor de Foucault, hay
la Antigüedad”, criticando la miopía especia- que aclarar aquí que la última etapa, aquella
lista, llamando a tener una visión de “todo el donde hay que hacer de la vida una obra de
cuadro”, esto es, “una visión filosófica del arte es, realmente nietzscheana. Incluso en
mundo”, completa, compleja. ella hay cierto vitalismo en Foucault, al decir
de Deleuze. El problema de la autocreación es
una herencia de Nietzsche a los posmodernos
Es claro que ese Nietzsche, el de la crítica a como bien lo ha señalado Alex Callinicos. Pero
la filología clásica, le hubiera hecho rasgar las en realidad, la estetización de la vida, de la
vestiduras a todos aquellos posmodernos que existencia, es un postulado formulado por Frie-
renunciaban al “esfuerzo del concepto”, al drich Schlegel, expuesto en el contexto de la
intento de una explicación integradora de los Alemania grecofílica de finales del siglo XVIII
y comienzos del siglo XIX. Hay que decir,
fenómenos sociales; a quienes habían recha-
además, que esa propuesta de la vida como una
zado la historia total y el sentido, es decir, a un “obra de arte” es una utopía deseable, atractiva,
Foucault, por ejemplo. Por eso Gutiérrez en pero parece hecha para ciertos ciudadanos de
otro libro se refiere a La arqueología del sa- primera, pues ¿a quién se le ocurriría decirle
ber como una obra de “estirpe aparentemente a un inmigrante rumano, árabe, chino, turco, o
nietzscheana” (1976: 291). “Aparentemente” a los llamados afro, indígenas desplazados en
las grandes ciudades de América Latina, que
porque para Gutiérrez eso no es Nietzsche
hagan de su vida, de su existencia, una obra
o, mejor, es antinietzscheano. Y habría que de arte? Esto quiere decir que un cambio en el
agregar que hoy, tras la aparición del último futuro debe incluir necesariamente una distri-
curso que Foucault dio en Francia en 1984, bución de la riqueza, su desconcentración. Esa
titulado “El coraje de la verdad”, en el cual es la razón por la cual no se puede descuidar el
profundiza su tercera etapa, la de los “mo- factor económico, al cual, desde luego, no se
reducen las demandas sociales actuales.
CRÍTICA DE LA POSMODERNIDAD EN RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT... 109

intitulado: “Michel Foucault: los laberintos pertenecen a eso que se ha dado en


del estructuralismo” publicado en 1975. llamar ciencias humanas pero lo
verdaderamente característico es que
Se podría comenzar preguntando: ¿por todas esas búsquedas borran no sólo
qué “los laberintos del estructuralismo” si la imagen tradicional que se tenía
Foucault dijo en innumerables ocasiones que del hombre, sino que, a mi juicio,
él no era estructuralista? No hay que olvidar tiendes todas a convertir en inútil,
que el libro sobre el cual se centra la crítica para la investigación y para el pen-
es La arqueología del saber de 1969, época samiento, la idea misma del hombre.
para la cual Foucault ya ha publicado Historia La herencia más gravosa que hemos
de la locura en la época clásica (1961), El recibido del siglo XIX –y de la que
nacimiento de la clínica (1963), Las pala- ya es hora de desembarazarse– es el
bras y las cosas (1966), entre sus obras más humanismo (1991: 34).
importantes. Es decir, según lo ha expuesto
Deleuze, es la etapa donde Foucault se inte- En esa época Foucault recibió la herencia de
resa por el saber, los enunciados, etc., pues los estructuralistas -Lacan, Levi-Strauss, etc.-
su tránsito y su interés hacia el poder se dan y en ellos fundamenta su antihumanismo,
con Vigilar y castigar (1975). Dice Deleuze así como la crítica a las ciencias humanas.
-y téngase en cuenta lo dicho arriba entre Frente a esto, lo que afirma Gutiérrez es la
la relación de Mayo del 68 con la filosofía cercanía de Foucault a ese estructuralismo,
posmoderna-: “el 68 puso al descubierto todas pero no lo vincula directamente a ese movi-
las relaciones de poder allí donde se ejercían, miento, sin embargo sostiene que mantiene
es decir, en todas partes. Hasta entonces su vocabulario o que sus categorías son las
Foucault había analizado las formas, mientras del “estructuralismo”.
que ahora pasa a ocuparse de las relaciones
de fuerza que subyacen a esas formas. Da un Lo otro que definitivamente molestó al filóso-
salto hacia lo informe, hacia un elemento que fo colombiano es la crítica al humanismo que
él mismo llama microfísico” (2006: 169). Si planteó Foucault; la posición según la cual el
nos atenemos a esto, comprendemos que la humanismo es un conjunto de buenos deseos,
crítica de Gutiérrez abarca la primera etapa. mistificaciones, que moralmente quieren sal-
Y fue, precisamente, en esa etapa donde se var al hombre y que Foucault, como Althus-
ha mostrado más la cercanía de Foucault ser, denunciaban en la época (1991: 35). Dice
con el estructuralismo. En el ensayo, dice Foucault: “Lo que me irrita del humanismo
Gutiérrez, que “Michel Foucault abandonó el es que es además el parapeto tras el que se
frente del variado estructuralismo francés, al refugia el pensamiento más reaccionario, el
que ciertamente, sólo había pertenecido muy espacio en el que se asientan alianzas mons-
casual y marginalmente” (1976: 291), sin truosas” (1991: 36). Esa crítica al humanismo
embargo, líneas más abajo sostiene que “pese no la compartió Gutiérrez, no porque fuera
a la novedad de su terminología”, ésta es la marxista -ya que no lo fue-, sino porque,
del estructuralismo. Tal vez la crítica tenga entre otras cosas, Foucault parece decir que
fundamento si miramos que, por ejemplo, en las monstruosidades del siglo XX se han co-
1966, tras aparecer Las palabras y las cosas, metido con la complicidad del humanismo, es
Foucault sostiene en una entrevista: decir, y esto es algo que cabría para muchos
críticos del humanismo, en esa época aso-
…los descubrimientos de Levi- ciaron fascismo, nazismo, estalinismo, con
Strauss, de Lacan, de Dumézil, esas reivindicaciones por el hombre que han

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existido desde la Antigüedad. El argumento de Foucault, y de los posmodernos en general,


sería más o menos: el humanismo mató al como ya ilustramos con anterioridad:
hombre, lo cual parece una simplificación del
concepto de humanismo y, correlativamente, La discontinuidad consiste en la
una paradoja. Aclarando, además, que ese negación de la continuidad, en qué
rechazo, esa “muerte del hombre”, parece consiste la historia, y del sentido, en
estar basada únicamente en la experiencia qué consiste la filosofía, es una ex-
soviética y en la tergiversación que en la presión de una actitud de posguerra:
URSS hicieron de Marx, tergiversaciones comencemos de nuevo, ignoremos
que mostró detalladamente Herbert Marcuse el pasado. El mundo comienza con
–víctima y duro crítico de los fascismos– en nosotros (Gutiérrez, 1976: 294).
su libro El marxismo soviético (1958); Mar-
cuse, que valga decir de paso, influyó tanto Y agrega que el libro de Foucault, que
en el movimiento estudiantil de la época Gutiérrez leyó en versión francesa, “es de
en Estados Unidos y desde luego, en Mayo 1969, un año después del 68 parisiense, que
del 68. Es decir, y es algo que comparto, la reclamaba con justicia la inversión de todos
tergiversación, mutilación y uso ideológico valores. El libro de Foucault recoge y refleja
de las teorías de Marx en Rusia, le sirvieron esa ruptura” (1976: 294). Pero lo grave de que
de apoyo a la crítica francesa al humanismo “el mundo comienza con nosotros” es, para el
-también debido a Heidegger de donde los colombiano, que lo mismo sucede para ellos
franceses tienen sus primeras inspiraciones, con la filosofía: ésta comienza con nosotros.
y gracias a la pregunta de Jean Baufret que A eso se debe el “aventurerismo teórico”, el
da origen a la Carta sobre el humanismo y arbitrismo, y el hecho de que los posmoder-
cuyos ecos encontramos hoy en el “indefini- nos quieran llenar los presuntos “déficit de
ble” Peter Sloterdijk-. A fortalecer esa crítica teoría” con “inflamaciones terminológicas” o
del humanismo contribuyó el justo rechazo a con las “grandes revoluciones verbales”. Es
la política soviética, a su violencia, a su de- decir, a eso se debe la exuberancia verbal de
gradación del hombre, que, entre otras cosas, los posmodernos. De ahí proviene también el
Albert Camus denunciaba con ahínco años hecho de que Foucault pretenda mostrar como
antes de la llamada Revolución cultural de los nuevo lo que en realidad ya es viejo, lo que en
años sesenta y que encontramos, por ejemplo, realidad ya se ha tratado en la filosofía tradi-
en su famoso libro El hombre rebelde (1951). cional que él, y otros posmodernos, quieren
destruir. Eso es lo que pasa, por ejemplo, con
Todos los motivos anteriores se encuentran en
el concepto de “campo discursivo”.
la base del “antihumanismo” francés, lo cual
sólo se entiende, especialmente en estos paí- Foucault define cómo debe ser el análisis del
ses, con una detenida historia intelectual de “campo discursivo”:
la época, labor difícil en un tiempo donde la
modorra mental conspira precisamente contra
…se trata de asir el enunciado en
el seguimiento de los procesos históricos, y
la estrechez y la singularidad de su
donde reina el desinterés por el pasado, lo
acontecimiento, de determinar las
viejo o la tradición.
condiciones de su existencia, de fijar
Y es en este rechazo al pasado donde Rafael más justamente los límites de ésta, de
Gutiérrez Girardot ubica los motivos de obra establecer sus correlaciones de otros
enunciados que pueden ser ligados a
CRÍTICA DE LA POSMODERNIDAD EN RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT... 111

aquél, de mostrar qué otras formas de sorprendente que él hable de un


enunciación excluye […]. Se trata de “sistema de dispersión” […] lo Otro
mostrar por qué no puede ser diferente se ha vuelto, de nuevo, sistema, una
de lo que era, en que es exclusivo nueva continuidad (1976: 295).
frente a los demás, cómo ocupa en
medios de otros y por relación con Pero en realidad, concluye Gutiérrez, esa
otros un puesto que ningún otro podría “novedad es verbal e impracticable” a pesar
ocupar (Foucault, citado en Gutiérrez, de que las teorías de Foucault puedan
1976: 292).
…fascinar y sin duda han fascina-
Frente a este concepto de La arqueología do”, además de que resulta “para-
del saber, el crítico colombiano sostiene que dójico que quien niega la unidad en
“sorprende que lo que considera como nuevo qué consiste un libro, se esfuerce en
análisis no es en realidad otra cosa que la escribir un libro, publicarlo, darle
descripción de un principio fundamental de la sentido, situarlo en el marco gené-
filosofía especulativa y sistemática del siglo rico del ensayo (no cita sus fuentes)
pasado, un principio además que es el de la para demostrar la insensatez de eso
continuidad que [Foucault] pretende destruir” que lo otros llaman libro […] demos-
(1976: 292). Es decir, para el colombiano, trando con ello su propia insensatez.
lo que contiene esa descripción ya estaba en También niega la “obra”, aunque no
Hegel, en Fichte, Schelling, y en ellos eso dejan de ser frecuentes en el libro las
era la “demostración de la necesidad de todo vanidosas referencias autointerpre-
enunciado”: “llegar a enunciados que no pue- tativas a su propia obra (1976: 295).
den ser diferentes de lo que eran, que ocupan
un puesto que no puede ocupar ningún otro. Son todos esos problemas los que Gutiérrez
El nuevo análisis, pues, es muy viejo”. Ahora, refiere como “los laberintos del estructura-
aquí se trata también de la continuidad, pues lismo”. Personalmente creo que si bien la
¿qué quiere decir, por ejemplo, relacionar un filosofía consiste en crear conceptos como
enunciado con otro, de fijar los límites de la sostienen Deleuze y Guatari –cuando esto
existencia de un enunciado?, ¿qué es esto, es realmente necesario–, la filosofía francesa
sino continuidad? Lo mismo cabe decir, por parece abusar de tal principio, cayendo en
otro lado, del análisis que Foucault hace de una buena cantidad de contradicciones, de
los discursos, su relación con otros, la de- laberintos. Sabemos que la obra de Deleuze
terminación de lo que pueden o no pueden está llena de metáforas, por ejemplo, los
decir, de cómo se conservan y se reproducen, conceptos de rizoma, máquinas de guerra,
“su correlación con otros sucesos anteriores aparatos de captura, máquinas deseantes, etc.,
o simultáneos, discursivos o no” (Foucault, sin embargo, él sostiene que las metáforas
1991: 57). son inútiles y fastidiosas (Deleuze, 2006: 49).
Otras afirmaciones son realmente sorpren-
Es este análisis el que lleva a Gutiérrez a
dentes: “la filosofía no es comunicativa, ni
afirmar:
tampoco contemplativa o reflexiva” (1976:
217). Resulta curioso además que diga: “Para
Foucault se ve obligado a definir la mí el constructivismo sustituye la reflexión
discontinuidad y lo Otro en general y lo que sustituye a la comunicación es una
con el lenguaje del sentido y de especie de expresionismo” (1976: 234). De
la continuidad. No resulta por eso

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tal manera que la filosofía no es discusión, sin identidades, de la que se ha ocupado el


reflexión, ni comunicación, sino más bien, italiano Giorgio Agamben, influenciado y en
constructivismo y expresionismo, esto es, diálogo con los franceses –y cuya obra tiene
tiene las características de dos de los movi- el mérito de poner de presente, complemen-
mientos de la vanguardia donde, en el caso tando a Foucault, que la biopolítica viene
del constructivismo ruso de Vladimir Tatlin, desde la Antigüedad– (2006: 69-71). Es todo
la obra de arte es un conjunto de agregados esto lo que se ha llamado “los trapecismos
de piezas metálicas o elementos de uso coti- verbales, los juegos de palabras que nos
diano: uno sobre otro o al menos un collage. lanzan en un escarceo puramente retórico”
¿Son eso –sin que se les reste su valor y sus (Botero, 2001: 131) o la “demagogia teórica”
aportes10– los libros de Deleuze y Guatari? y “cierta voluntad muy francesa de origina-
Aquí estamos ante el deseo consciente de lidad”, como sostuvo en su época Estanislao
innovar, de transgredir, de chocar la tradición. Zuleta (2004: 274).
En fin, algo muy Mayo del 68. Por lo demás,
innovar no está mal, es necesario para termi- Volviendo al tema de Gutiérrez y Foucault,
nar con la esclerosis y el anquilosamiento, en una entrevista con Numas Armando Gil,
pero cuando se excede en las arandelas, en el filósofo colombiano, de forma excesiva,
el afán de impresionar, deslumbrar y des- sostuvo que Foucault era como un Ortega y
concertar, el resultado parece impostado. Es Gasset, lo que francamente me parece des-
este mismo ánimo el que lleva, por ejemplo, acertado, sobre todo si tenemos en cuenta
a Jean-Luc Nancy a proponer una “democra- que sobre Ortega Gutiérrez dijo que era un
cia sin principios”, como si el atrevimiento simulador, estafador, torero, conejo, que se
tuviera alguna vez una posibilidad de ser plas- saltaba y capoteaba toda la tradición filosófi-
mado en una constitución política de algún ca, y que quería ponerse en el pináculo de la
Estado (2009) o la llamada “comunidad”11 sin filosofía moderna, tal como ya lo he expuesto
lazos, conformada por individuos sin nexos, detalladamente en el libro La concepción de
Hispanoamérica en Rafael Gutiérrez Girar-
dot (2010a: 71 y ss.). A juzgar por las obras de
10 Por ejemplo, la descripción del modus operandi
del capitalismo de las últimas décadas y su re- Ortega y Foucault, cabría decir que el español
lación con el “sujeto”, la teoría de la “sociedad careció del rigor del francés y que el francés
de control” que tanto ha influido, por ejemplo, careció del “genio destellante” del español.
en Antonio Negri y Michael Hardt. Si bien el Por lo demás, tal vez su único puente es la
pensamiento de Deleuze es enrevesado, no irreverencia y en parte el estilo, en el cual
podría tildarse de cómplice del capitalismo.
Ortega fue un maestro de la retórica.
11 También llama la atención en la actualidad la
vuelta a temas que se creían superados. El de la Para finalizar esta segunda parte, Gutiérrez
comunidad es uno de ellos. De éste se han ocu-
en los años posteriores no cambió su valora-
pado Nancy y Agamben, entre otros. Lo mismo
sucede con el tema de la teología política, la ción sobre Foucault. En un artículo póstumo,
secularización y más recientemente, con el publicado en el 2008, titulado “Problemas
problema de la ideología, este último retomado de la filosofía en Colombia”, sostuvo: “El
por Zygmunt Bauman en su libro En busca de ecléctico Foucault, que puede considerarse
la política (2009b: 119-139) y por Slavoj Zizek como medio representante a medias del
en El espectro de la ideología. (Mejía, 2009:
383 y ss.). Cabría la irónica pregunta: ¿están
estructuralismo francés y de la filosofía
resucitando los muertos a quienes Lyotard, analítica inglesa, por ejemplo, “elabora”
Fukuyama y otros apresuradamente les habían una teoría del documento, que no sólo ya
dado el certificado de defunción? se encontraba en la Historik de Droysen (de
CRÍTICA DE LA POSMODERNIDAD EN RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT... 113

1862 a 1879), sino que además se hallaba allí -III-


mejor formulada que en Foucault. El mismo
Foucault, asegura en su Historia de la sexua- Apreciaciones finales
lidad, de 1976, que hasta ahora no se ha hecho
cosa semejante, lo cual sorprende o tiene que Si bien en la obra de Rafael Gutiérrez Girar-
sorprender si se tiene en cuenta que ya en dot no encontramos una crítica detallada a los
1909 el “coleccionista e historiador” Eduard autores posmodernos, ni una discusión de tú a
Fuchs, como lo llama Walter Benjamín, había tú, como solía decir, con una obra de los mis-
publicado una muy documentada historia de mos; así como su crítica a los posmodernos
las costumbres, que en realidad no era otra se vale sólo del primer Nietzsche y su crítica
cosa que una historia de la sexualidad desde a Foucault no abarca parte de la segunda y
el Renacimiento. Cierto es que no todas las la última etapa del pensador francés, a pesar,
tendencias “metodológicas” y “cientificistas” repito, de estas inconsistencias, en su libros
y “estructuralistas” cometen las ligerezas de encontramos una buena cantidad de referen-
Foucault. Muchas de ellas, como lo apunta cias, de dardos, cargados de sugerencias que
el ya citado Apel, desarrollaron de manera me han permitido en este ensayo reconstruir
amplia y de modo eficaz los problemas de esa crítica con algún detalle. También ha
las “fenomenologías” o, más exactamente, intervenido en esa “reconstrucción” cierta
planteados por esa y otras corrientes afines. complicidad y mi afinidad (aunque con las
Pero a todas ellas les es común, especialmente discrepancias con el autor que he expuesto
en sus seguidores, no siempre en sus funda- en La concepción de Hispanoamérica en
dores, la ruptura con la historia propia, que Rafael Gutiérrez Girardot, en el sentido de
en algunos casos, como en el de Von Wright, que si bien no desconozco algunos aportes
vuelve a introducirse en el tratamiento nuevo valiosos del pensamiento posmoderno para
de algún problema viejo. Esa ruptura con la el análisis del complejo y caótico mundo
historia propia resultó favorable a una forma actual, tales como su apuesta por la diferen-
terca del escolasticismo y de los hábitos cia, la diversidad, el pluralismo, la crítica de
intelectuales hispánicos: la de orientarse por las filosofías de la historia, sus aportes para
la última autoridad o por la última de que se el análisis de los medios de comunicación,
tiene noticia en esos países12 (2008: 59-70). cierta sociología de las generaciones actua-
les, no comparto en términos generales su
12 Este problema señalado por Gutiérrez Girardot, crítica de la utopía, la manera como termina
el de que en Hispanoamérica se tiene el hábito haciéndole juego al capitalismo al renunciar
de “orientarse por la última autoridad o por la a una explicación integral, a una visión total
última de que se tiene noticia”, es francamen- “del cuadro” (Nietzsche) donde se relacionen
te notorio entre nosotros. Gran parte de los todos los fenómenos, los hechos, los discur-
filósofos colombianos adoptan un pensador de
sos, las prácticas, las mentalidades y se los
Europa o de Norteamérica y asumen sus obras,
conceptos, metáforas, imágenes, ideas (y en conecten con los múltiples contextos que los
algunos casos hasta sus poses) y se convierten hacen posibles y los producen. Es decir, para
en los ventrílocuos de ellos. Ya no hablan por sí decirlo con Deleuze, mientras no se conecte
mismos, sino de su boca sale el vocabulario, los lo molecular con lo molar, la microfísica
motivos, los temas, de sus ídolos. Se adoptan del poder con la macrofísica. No se trata
sin una discusión seria, sin una confrontación
de sus teorías con la tradición filosófica. Esto
de que esa explicación integral del cuadro,
atenta, realmente, contra una buena recepción
del pensamiento europeo, lo cual es funda- subalternidad mental. Eso es lo que sucede
mental, y sólo fomenta la muy denunciada cuando se asimila la crítica con la adulación.

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su comprensión, absorba a esos fenómenos un delito prescrito legalmente. Por lo demás,


dictatorialmente y los remita a una “filosofía mientras haya historia, esto es, mientras
primera” o a una teoría general o a una sola exista el hombre que la hace y la padece, ya
cosmovisión hermética del mundo; se trata, que éste es el único que tiene “conciencia de
más bien, de abogar por una construcción vida”, será deseable pensar el tipo de humano
paciente, detenida, rigurosa, que alumbre un que con su ciencia, sus saberes, sus modos
horizonte que nos permita seguir en la bús- de vida y todas las transformaciones, que a
queda de un mundo mejor. Es decir, rechazo la vez lo autotransforman, habitará el desco-
el “posmodernismo celebratorio” del que nocido futuro. De tal manera que hablar de
habla Boaventura de Sousa Santos (2009: un poshumanismo como lo hace el erudito y
339-365) y la apuesta por una transformación muy actual Peter Sloterdijk en Reglas para
radical de nuestra vida actual, lo que requiere el parque humano (1999) es por ahora sólo
tener en cuenta los nuevos movimientos, una propuesta más del gran mercado de ideas
actores y demandas sociales –feminismo, –buenas y malas– circulantes, a menos que el
ecologistas, ambientalistas, movimientos hombre –o lo que quede de él, de su “esen-
antirracistas, etc.–, cuyas peticiones no se cia” y “dignidad”– perezca definitivamente y
reducen a reivindicaciones económicas. este mundo pase a ser gobernado por robots
u otras inteligencias, es decir, cuando ya no
Tampoco comparto la crítica al humanismo, quede ni un vestigio de eso que alguna vez
como se esbozó en la segunda parte. ¿Por se llamó “ser humano” y gracias a su inexis-
qué?, porque cuando los posmodernos re- tencia no necesite ninguna reivindicación.
chazan el humanismo evidencian una clara Sin embargo, mientras haya destrucción de
miopía: desconocen que no ha habido un la vida biológica, empobrecimiento de la
solo humanismo, lo cual puso de presente el vida material y espiritual, problemas que
mismo Heidegger en la Carta sobre el huma- tienden a acentuarse en un mundo que ha
nismo13; que éste corresponde a cada época hecho de la “multiplicación de la cantidad
histórica donde se reivindica un tipo determi- por la cantidad su afán infinito”, es decir,
nado de hombre y que no siempre ha sido un la multiplicación del sinsentido, ¿por qué
engendro macabro que no ha aportado nada rendirse ante lo real tal como es?, ¿por qué
positivo a la humanización del hombre –así no encarnar las ideas en prácticas que desde
cada día aparezca una nueva barbarie–. Esa adentro desborden, resistan y redireccionen
crítica tiene el mismo defecto de esa ma- el mundo existente, ideas que hay que crear
nera de negar (valorar) los avances de las y someter al devenir y a las circunstancias,
reformas penales del siglo XVIII, como si ideas que emerjan desde el corazón de la
fuera mejor que el rey decrete por voluntad necesidad histórica particular que nos atañe?
la muerte de alguien a quien se le juzga por En fin, ¿por qué no desear evitar la “muerte
del hombre”, su extinción?
13 En la Carta sobre el humanismo Heidegger
sostiene: “Todo humanismo está basado en Asimismo, no comparto la crítica al intelec-
una metafísica, o el mismo se hace fundamento tual. Aquí, como en otros casos señalados,
de una. Toda determinación de la esencia del el asunto es un juego de palabras, pues los
hombre, que ya presupone la interpretación de posmodernos critican al intelectual tomando
los existente sin la pregunta por la verdad del
ser, sea con saber, sea sin saber, es metafísica”
como referente al intelectual marxista –lo
(1997: 294). Según esto, para Heidegger el mismo que en su crítica al humanismo–, es
humanismo es un “metarrelato”, tal como se decir, aquél que desde afuera hacía entrar
interpretará después.
CRÍTICA DE LA POSMODERNIDAD EN RAFAEL GUTIÉRREZ GIRARDOT... 115

en conciencia al proletariado o pretendía que me tilden de marxista ortodoxo, mesiá-


representarlos o formar una visión única y nico e ingenuo, obviando y desconociendo
definitiva del mundo. Pero es que el intelec- que ni siquiera soy marxista, pero que no
tual en la historia ha sido algo más que eso, desconozco esos aportes. En realidad, no se
ha luchado contra la injusticia, el poder, el trata de una incomprensión. Lo que está de
racismo y lo ha hecho desde adentro, de ma- fondo es la posibilidad de seguir reivindican-
nera franca, sincera, con coraje, arriesgando do el humanismo –así el ismo les moleste–,
la vida, esto es, ha hecho lo que Foucault, su la utopía, la crítica, el papel del intelectual;
crítico, expone en sus últimas lecciones pu- reivindicar la necesidad de una articulación
blicadas con el título “El coraje de la verdad” de los movimientos sociales, las filosofías,
al referir la parrhesía de los cínicos (2010: las ciencias humanas en general, para trans-
243 ss), o, sino, ¿qué fue lo que hicieron formar consciente y solidariamente el mundo
Anatole France, Emil Zola y Marcel Proust que habitamos, partiendo del trabajo micro-
en el “Manifiesto de los intelectuales” frente tópico, en una lucha día a día, sin esquemas
al caso Dreyfuss en 1898, justamente cuando a priori. Eso es así porque la dispersión no
la categoría de “intelectual” surge para la lleva a nada. Se trata de no claudicar ante
sociología del saber? la historia sacrificial, ni de rendirse ante la
catástrofe, con el fin de buscar un mundo
Por otro lado, es posible que alguien que donde sea posible lo que he llamado una
lea la crítica de la posmodernidad planteada “forma-vida-orgánica”, esbozada apenas
aquí sostenga que quien escribe no entiende en el ensayo “Crítica y redefinición de la
el mundo actual, que vive añorando una re- categoría de progreso” (Pachón, 2010b: 131-
volución que nunca fue; que no comprende 154). Se confiesa esto con coraje, sinceridad
el “plano de la inmanencia” y la destradicio- y franqueza y recordando con Nietzsche que
nalización de las sociedades actuales, o las hay que evitar el mal gusto de querer estar de
transformaciones que las comunicaciones, acuerdo con un gran número de gentes, esto
el consumismo, etc., han producido; que no es, con aquellos que no comprenden que la
reconozca los aportes de Foucault –a quien inconformidad con la realidad que se tiene
valoro altamente14– o, en el peor de los casos, parece pertenecer inevitablemente al hom-
bre que la habita, sobre todo en momentos
14 Hoy una comprensión de la modernidad y el pro-
extremos o de crisis.
blema del Estado no se comprende cabalmente
sin el aporte que hizo Foucault de la “guber- Para concluir es necesario decir que un in-
namentalidad”, así como no se comprende sin telectual bien formado como Gutiérrez en
los análisis de Marx, Max Weber, parte de la filosofía, derecho, sociología, crítica literaria;
obra de Lukács y la Escuela de Frankfurt. Así conocedor de la literatura hispanoamericana,
sean notorias las diferencias entre ellos. Por lo
demás, lo más valioso de la obra de Foucault- a
desde la Patagonia hasta España; conocedor
mi juicio- está en los aportes de la primera y de la filosofía, la literatura alemanas; cono-
la segunda etapa (la del saber y la del poder), cedor en fin, de la historia y de los procesos
pues la tercera es la reivindicación de lo que hoy de la “era del capital” o de la “unificación
se llama “vida filosófica”, lo cual era un haber del mundo”, rechaza el posmodernismo, en-
común de la antigüedad, haber que él mismo ha tre otras cosas, porque creía en la utopía de
ayudado a mostrar junto con otros como Pierre
Hadot y Michel Onfray. Esa vida está somati-
Bolívar y Martí y el papel que el intelectual
zada, por así decirlo, en Epicuro, sugerida en
Séneca, y en el siglo XX en María Zambrano, tercera etapa se resalta el papel político que da
para sólo mencionar algunos ejemplos. De esa Foucault al cuidado de sí y a la parrhesía (2010).

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tenía en ese “proyecto”. Gutiérrez creyó y Referencias


reivindicó la dignidad de América. Por lo
demás, la posmodernidad para él no era nada Adorno, T. y Horkheimer, M. (2009). Dialé-
nuevo, pues la “modernidad es, esencial- ctica de la Ilustración. Madrid: Editorial
mente, la variación histórica, contradictoria Trotta.
y polémica de la concepción ilustrada de
Agamben, G. (2006). La comunidad que
la crítica” (2004: 207). Y hay que decirlo:
viene. Valencia: Editorial Pre-textos.
hoy nadie ha renunciado a la libertad y a la
igualdad, ni tampoco a la crítica –todos estos Aguirre, C. (2010). La historiografía en el
principios son parte del proyecto moderno, siglo XX. Bogotá: Ediciones desde Abajo.
aunque hoy se entiendan de manera distinta–,
pues la llamada posmodernidad ha sido tam- Bauman, Z. (2009). El arte de la vida. De
bién eso: una “autocrítica” de la modernidad, la vida como obra de arte. Barcelona:
tal como lo ha sostenido el propio Santiago Ediciones Paidós.
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México: Fondo de Cultura Económica.
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deseo de libertad e igualdad no cesan, el hom-
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bre sigue buscando tener una mejor vida y una
Universidad Nacional de Colombia.
mejor relación con su medio y sus congéne-
res; cuando el hambre y la pobreza cunden y Callinicos, A. (1998). Contra el postmoder-
el planeta parece marchar hacia un “desierto nismo. Una crítica marxista. Bogotá: El
superpoblado” como decía Ernesto Sábato; Áncora Editores.
hoy, precisamente, cuando el mundo es más
complejo, más caótico, –más “transparente” Deleuze, G. (2006). Conversaciones. Valen-
en el sentido de Vattimo– Como sostiene un cia: Editorial Pre-textos.
gran sociólogo de nuestra época:
Ferry, L. (2007). Aprender a vivir. México:
Editorial Taurus.
… nunca antes había sido tan fuerte
ni se había sentido de forma tan Foucault, M. (1991). Saber y verdad. Madrid:
dolorosa la necesidad de puntos de Ediciones de La Piqueta.
orientación y guías de ayuda. Sin
embargo, nunca antes había habido Foucault, M. (2008). Nacimiento de la
tan pocos puntos de orientación biopolítica. México: Fondo de Cultura
firmes y fiables y guías fidedignas Económica.
(al menos con el volumen y la in-
Foucault, M. (2008). Un diálogo sobre el
tensidad de la necesidad) (Bauman,
poder y otras conversaciones. Madrid:
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Creo que construir esos puntos, esas guías, Foucault, M. (2010). El coraje de la verdad.
es la responsabilidad de las generaciones México: Fondo de Cultura Económica.
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