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En cuanto a la otra pregunta, relativa al debido proceso, hay que señalar que
la Constitución, en su artículo 139.3 ha establecido que, entre otros, son principios y
derechos de la función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. El C.P.C., en el artículo 4, parte tercera, entiende por tutela procesal
efectiva el libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e
igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni
sometido a procesos distintos, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a
acceder a los medios impugnatorios, entre otros derechos igualmente importantes.
II
¿Cuál es, entonces, el punto medular de la sentencia del Tribunal
Constitucional? Tres son los aspectos fundamentales de la sentencia:
“(24), que la sanción impuesta por la Universidad resulta desproporcionada y sin una
base objetiva que la sustente, violando el principio de razonabilidad con el que se
debe actuar en uso de sus facultades discrecionales;
(30) ...el principio de legalidad está reconocido en el inciso D), numeral 24, del artículo
2do. de la Constitución Política, y exige que una sanción sea esta de índole penal o
administrativa, cumpla con tres requisitos: (i) la existencia de una ley; (ii) que la ley sea
anterior al hecho sancionado; y, (iii) que la ley describa un supuesto de hecho
estrictamente determinado.
III
La tipicidad ha sido estudiada en extenso en el Derecho Penal. Se la puede
definir como la identificación precisa de una conducta en la norma legal y sirve de eje
en el proceso de interpretación y determinación de responsabilidades. En ese sentido es
una garantía porque nadie podrá ser sometido a juzgamiento por acto no tipificado. La
tipicidad, conjuntamente con la acción, la antijuricidad y la culpabilidad son
considerados como elementos del delito. O como diría Donna, “la ley penal debe
determinar la acción contraria a la norma” (1996: 18).
Y la más importante de todas las garantías materiales, para Pérez Royo, era
el principio de tipicidad ... para reducir al mismo tiempo el arbitrio del juez al aplicar la
norma. (2000: 518). Estas ideas fueron remitidas al Congreso en el proceso político que
se me instauró, pero no fueron tomadas en cuenta a pesar de las claras referencias del
autor español al derecho penal y administrativo.
Baca Calderón, (2004: 97 y sgts.), por su parte señala cuáles son estos
principios en el Perú, que configuran el sistema sancionador en el derecho
administrativo: el principio de legalidad, el principio de razonabilidad y
proporcionalidad y el principio acusatorio.
IV
Entonces no sólo es una exigencia a los jueces sino que lo es para la validez
del acto administrativo que está a cargo de los Funcionarios Públicos. Y si el
Congresista ejerce función pública, por excelencia, ¿puede exceptuare de ese deber? Y
además, si esta es una obligación para Jueces y Administradores Públicos, cuya
finalidad escencial es impedir el abuso, la arbitrariedad, el absurdo, en las decisiones,
¿porqué esa obligación no se extiende a las instituciones particulares que emiten
sanciones drásticas que encierra, la más de las veces, un gran daño moral ¿Ellas también
están liberadas de justificar racionalmente, coherentemente, sus decisiones?
Estas son sólo dos citas del extenso trabajo de Colomer, el que aborda temas
como los Fines de la Motivación, Los requisitos de la Motivación, Alcance y Extensión
de la Obligación de Motivación. En el Capítulo II precisa, además, la exigencia de
racionalidad y coherencia, a la que distingue de la razonabilidad. ¿pero, sólo son
exigibles estos requisitos a las decisiones judiciales? Hemos respondido que no. Que
también alcanzan al área del Derecho Administrativo y se debe extender en las
instituciones privadas.
Picó i Junoy recuerda que las sentencias deben ser motivadas y congruentes
(1997:60). Una aplicación, advierte, de la legalidad, que sea arbitraria, manifiestamente
irrazonada e irrazonable, no puede considerarse fundada en derecho (1997:61) Y
precisa las finalidades de la motivación: permite el control de la actividad jurisdiccional,
hace patente el sometimiento del juez a la ley, logra el convencimiento de las partes y
garantiza la posibilidad de control de la resolución. (1997: 64)
4. Donna, Edgardo Alberto. Teoría del Delito y de la Pena, Astrea. Buenos Aires,
1996.
8. Picó i Junoy, Joan. Las Garantías Constitucionales del Proceso. J.M. Bosch
Editor. Barcelona, 1997.
10. Sar, Omar A. Código Procesal Constitucional. Nomos & Thesis. Lima, 2006.
EL DERECHO SANCIONADOR
Alfredo Quispe Correa
En cuanto a la otra pregunta, relativa al debido proceso, hay que señalar que
la Constitución, en su artículo 139.3 ha establecido que, entre otros, son principios y
derechos de la función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. El C.P.C., en el artículo 4, parte tercera, entiende por tutela procesal
efectiva el libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e
igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni
sometido a procesos distintos, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a
acceder a los medios impugnatorios, entre otros derechos igualmente importantes.
II
¿Cuál es, entonces, el punto medular de la sentencia del Tribunal
Constitucional? Tres son los aspectos fundamentales de la sentencia:
“(24), que la sanción impuesta por la Universidad resulta desproporcionada y sin una
base objetiva que la sustente, violando el principio de razonabilidad con el que se
debe actuar en uso de sus facultades discrecionales;
(30) ...el principio de legalidad está reconocido en el inciso D), numeral 24, del artículo
2do. de la Constitución Política, y exige que una sanción sea esta de índole penal o
administrativa, cumpla con tres requisitos: (i) la existencia de una ley; (ii) que la ley sea
anterior al hecho sancionado; y, (iii) que la ley describa un supuesto de hecho
estrictamente determinado.
III
La tipicidad ha sido estudiada en extenso en el Derecho Penal. Se la puede
definir como la identificación precisa de una conducta en la norma legal y sirve de eje
en el proceso de interpretación y determinación de responsabilidades. En ese sentido es
una garantía porque nadie podrá ser sometido a juzgamiento por acto no tipificado. La
tipicidad, conjuntamente con la acción, la antijuricidad y la culpabilidad son
considerados como elementos del delito. O como diría Donna, “la ley penal debe
determinar la acción contraria a la norma” (1996: 18).
Y la más importante de todas las garantías materiales, para Pérez Royo, era
el principio de tipicidad ... para reducir al mismo tiempo el arbitrio del juez al aplicar la
norma. (2000: 518). Estas ideas fueron remitidas al Congreso en el proceso político que
se me instauró, pero no fueron tomadas en cuenta a pesar de las claras referencias del
autor español al derecho penal y administrativo.
Baca Calderón, (2004: 97 y sgts.), por su parte señala cuáles son estos
principios en el Perú, que configuran el sistema sancionador en el derecho
administrativo: el principio de legalidad, el principio de razonabilidad y
proporcionalidad y el principio acusatorio.
IV
Entonces no sólo es una exigencia a los jueces sino que lo es para la validez
del acto administrativo que está a cargo de los Funcionarios Públicos. Y si el
Congresista ejerce función pública, por excelencia, ¿puede exceptuare de ese deber? Y
además, si esta es una obligación para Jueces y Administradores Públicos, cuya
finalidad escencial es impedir el abuso, la arbitrariedad, el absurdo, en las decisiones,
¿porqué esa obligación no se extiende a las instituciones particulares que emiten
sanciones drásticas que encierra, la más de las veces, un gran daño moral ¿Ellas también
están liberadas de justificar racionalmente, coherentemente, sus decisiones?
Estas son sólo dos citas del extenso trabajo de Colomer, el que aborda temas
como los Fines de la Motivación, Los requisitos de la Motivación, Alcance y Extensión
de la Obligación de Motivación. En el Capítulo II precisa, además, la exigencia de
racionalidad y coherencia, a la que distingue de la razonabilidad. ¿pero, sólo son
exigibles estos requisitos a las decisiones judiciales? Hemos respondido que no. Que
también alcanzan al área del Derecho Administrativo y se debe extender en las
instituciones privadas.
Picó i Junoy recuerda que las sentencias deben ser motivadas y congruentes
(1997:60). Una aplicación, advierte, de la legalidad, que sea arbitraria, manifiestamente
irrazonada e irrazonable, no puede considerarse fundada en derecho (1997:61) Y
precisa las finalidades de la motivación: permite el control de la actividad jurisdiccional,
hace patente el sometimiento del juez a la ley, logra el convencimiento de las partes y
garantiza la posibilidad de control de la resolución. (1997: 64)
4. Donna, Edgardo Alberto. Teoría del Delito y de la Pena, Astrea. Buenos Aires,
1996.
8. Picó i Junoy, Joan. Las Garantías Constitucionales del Proceso. J.M. Bosch
Editor. Barcelona, 1997.
10. Sar, Omar A. Código Procesal Constitucional. Nomos & Thesis. Lima, 2006.
EL DERECHO SANCIONADOR
Alfredo Quispe Correa
En cuanto a la otra pregunta, relativa al debido proceso, hay que señalar que
la Constitución, en su artículo 139.3 ha establecido que, entre otros, son principios y
derechos de la función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. El C.P.C., en el artículo 4, parte tercera, entiende por tutela procesal
efectiva el libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e
igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni
sometido a procesos distintos, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a
acceder a los medios impugnatorios, entre otros derechos igualmente importantes.
II
¿Cuál es, entonces, el punto medular de la sentencia del Tribunal
Constitucional? Tres son los aspectos fundamentales de la sentencia:
“(24), que la sanción impuesta por la Universidad resulta desproporcionada y sin una
base objetiva que la sustente, violando el principio de razonabilidad con el que se
debe actuar en uso de sus facultades discrecionales;
(30) ...el principio de legalidad está reconocido en el inciso D), numeral 24, del artículo
2do. de la Constitución Política, y exige que una sanción sea esta de índole penal o
administrativa, cumpla con tres requisitos: (i) la existencia de una ley; (ii) que la ley sea
anterior al hecho sancionado; y, (iii) que la ley describa un supuesto de hecho
estrictamente determinado.
III
La tipicidad ha sido estudiada en extenso en el Derecho Penal. Se la puede
definir como la identificación precisa de una conducta en la norma legal y sirve de eje
en el proceso de interpretación y determinación de responsabilidades. En ese sentido es
una garantía porque nadie podrá ser sometido a juzgamiento por acto no tipificado. La
tipicidad, conjuntamente con la acción, la antijuricidad y la culpabilidad son
considerados como elementos del delito. O como diría Donna, “la ley penal debe
determinar la acción contraria a la norma” (1996: 18).
Y la más importante de todas las garantías materiales, para Pérez Royo, era
el principio de tipicidad ... para reducir al mismo tiempo el arbitrio del juez al aplicar la
norma. (2000: 518). Estas ideas fueron remitidas al Congreso en el proceso político que
se me instauró, pero no fueron tomadas en cuenta a pesar de las claras referencias del
autor español al derecho penal y administrativo.
Baca Calderón, (2004: 97 y sgts.), por su parte señala cuáles son estos
principios en el Perú, que configuran el sistema sancionador en el derecho
administrativo: el principio de legalidad, el principio de razonabilidad y
proporcionalidad y el principio acusatorio.
IV
Entonces no sólo es una exigencia a los jueces sino que lo es para la validez
del acto administrativo que está a cargo de los Funcionarios Públicos. Y si el
Congresista ejerce función pública, por excelencia, ¿puede exceptuare de ese deber? Y
además, si esta es una obligación para Jueces y Administradores Públicos, cuya
finalidad escencial es impedir el abuso, la arbitrariedad, el absurdo, en las decisiones,
¿porqué esa obligación no se extiende a las instituciones particulares que emiten
sanciones drásticas que encierra, la más de las veces, un gran daño moral ¿Ellas también
están liberadas de justificar racionalmente, coherentemente, sus decisiones?
Estas son sólo dos citas del extenso trabajo de Colomer, el que aborda temas
como los Fines de la Motivación, Los requisitos de la Motivación, Alcance y Extensión
de la Obligación de Motivación. En el Capítulo II precisa, además, la exigencia de
racionalidad y coherencia, a la que distingue de la razonabilidad. ¿pero, sólo son
exigibles estos requisitos a las decisiones judiciales? Hemos respondido que no. Que
también alcanzan al área del Derecho Administrativo y se debe extender en las
instituciones privadas.
Picó i Junoy recuerda que las sentencias deben ser motivadas y congruentes
(1997:60). Una aplicación, advierte, de la legalidad, que sea arbitraria, manifiestamente
irrazonada e irrazonable, no puede considerarse fundada en derecho (1997:61) Y
precisa las finalidades de la motivación: permite el control de la actividad jurisdiccional,
hace patente el sometimiento del juez a la ley, logra el convencimiento de las partes y
garantiza la posibilidad de control de la resolución. (1997: 64)
4. Donna, Edgardo Alberto. Teoría del Delito y de la Pena, Astrea. Buenos Aires,
1996.
8. Picó i Junoy, Joan. Las Garantías Constitucionales del Proceso. J.M. Bosch
Editor. Barcelona, 1997.
10. Sar, Omar A. Código Procesal Constitucional. Nomos & Thesis. Lima, 2006.
EL DERECHO SANCIONADOR
Alfredo Quispe Correa
En cuanto a la otra pregunta, relativa al debido proceso, hay que señalar que
la Constitución, en su artículo 139.3 ha establecido que, entre otros, son principios y
derechos de la función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. El C.P.C., en el artículo 4, parte tercera, entiende por tutela procesal
efectiva el libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e
igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni
sometido a procesos distintos, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a
acceder a los medios impugnatorios, entre otros derechos igualmente importantes.
II
¿Cuál es, entonces, el punto medular de la sentencia del Tribunal
Constitucional? Tres son los aspectos fundamentales de la sentencia:
“(24), que la sanción impuesta por la Universidad resulta desproporcionada y sin una
base objetiva que la sustente, violando el principio de razonabilidad con el que se
debe actuar en uso de sus facultades discrecionales;
(30) ...el principio de legalidad está reconocido en el inciso D), numeral 24, del artículo
2do. de la Constitución Política, y exige que una sanción sea esta de índole penal o
administrativa, cumpla con tres requisitos: (i) la existencia de una ley; (ii) que la ley sea
anterior al hecho sancionado; y, (iii) que la ley describa un supuesto de hecho
estrictamente determinado.
III
La tipicidad ha sido estudiada en extenso en el Derecho Penal. Se la puede
definir como la identificación precisa de una conducta en la norma legal y sirve de eje
en el proceso de interpretación y determinación de responsabilidades. En ese sentido es
una garantía porque nadie podrá ser sometido a juzgamiento por acto no tipificado. La
tipicidad, conjuntamente con la acción, la antijuricidad y la culpabilidad son
considerados como elementos del delito. O como diría Donna, “la ley penal debe
determinar la acción contraria a la norma” (1996: 18).
Y la más importante de todas las garantías materiales, para Pérez Royo, era
el principio de tipicidad ... para reducir al mismo tiempo el arbitrio del juez al aplicar la
norma. (2000: 518). Estas ideas fueron remitidas al Congreso en el proceso político que
se me instauró, pero no fueron tomadas en cuenta a pesar de las claras referencias del
autor español al derecho penal y administrativo.
Baca Calderón, (2004: 97 y sgts.), por su parte señala cuáles son estos
principios en el Perú, que configuran el sistema sancionador en el derecho
administrativo: el principio de legalidad, el principio de razonabilidad y
proporcionalidad y el principio acusatorio.
IV
Entonces no sólo es una exigencia a los jueces sino que lo es para la validez
del acto administrativo que está a cargo de los Funcionarios Públicos. Y si el
Congresista ejerce función pública, por excelencia, ¿puede exceptuare de ese deber? Y
además, si esta es una obligación para Jueces y Administradores Públicos, cuya
finalidad escencial es impedir el abuso, la arbitrariedad, el absurdo, en las decisiones,
¿porqué esa obligación no se extiende a las instituciones particulares que emiten
sanciones drásticas que encierra, la más de las veces, un gran daño moral ¿Ellas también
están liberadas de justificar racionalmente, coherentemente, sus decisiones?
Estas son sólo dos citas del extenso trabajo de Colomer, el que aborda temas
como los Fines de la Motivación, Los requisitos de la Motivación, Alcance y Extensión
de la Obligación de Motivación. En el Capítulo II precisa, además, la exigencia de
racionalidad y coherencia, a la que distingue de la razonabilidad. ¿pero, sólo son
exigibles estos requisitos a las decisiones judiciales? Hemos respondido que no. Que
también alcanzan al área del Derecho Administrativo y se debe extender en las
instituciones privadas.
Picó i Junoy recuerda que las sentencias deben ser motivadas y congruentes
(1997:60). Una aplicación, advierte, de la legalidad, que sea arbitraria, manifiestamente
irrazonada e irrazonable, no puede considerarse fundada en derecho (1997:61) Y
precisa las finalidades de la motivación: permite el control de la actividad jurisdiccional,
hace patente el sometimiento del juez a la ley, logra el convencimiento de las partes y
garantiza la posibilidad de control de la resolución. (1997: 64)
4. Donna, Edgardo Alberto. Teoría del Delito y de la Pena, Astrea. Buenos Aires,
1996.
8. Picó i Junoy, Joan. Las Garantías Constitucionales del Proceso. J.M. Bosch
Editor. Barcelona, 1997.
10. Sar, Omar A. Código Procesal Constitucional. Nomos & Thesis. Lima, 2006.