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Rezando el rosario con María en adoración junto al Santísimo queremos meditar la vida
de Jesús y de la Virgen para aprender a vivir como ellos los misterios de gozo, dolor y
gloria de nuestra propia vida.
En Europa, según una antigua tradición, cuando quería pedirse una gracia a la Virgen se
acostumbraba a ofrecerle mil avemarías en una fiesta mariana o en la víspera.
Fueron tan grandes los frutos y las gracias recibidas que a partir de entonces las "mil
avemarías en Adoración" se propagaron rápidamente a los distintos lugares donde
fueron llegando las imágenes peregrinas de la Campaña del Rosario.
El Papa invita a toda la Iglesia a emprender con renovado ardor una nueva
evangelización del mundo. A "generar una corriente viva de misión y santidad".
La Campaña del Rosario quiere llegar a todos para invitarlos a unirse en oración con
María ante Jesús Sacramentado.
Que en todas las iglesias y capillas, en los barrios y en los campos, en todos los rincones
del mundo, se eleve al cielo la oración del Rosario rezando en adoración pidiendo al
Espíritu Santo que derrame sobre la iglesia sus dones para que pueda darse un nuevo
Pentecostés para una nueva Evangelización.
Las 1000 avemarías:
Al servicio de la Iglesia
MODELO DE CARTELERA
(20 Rosarios)
1ra. Hora
2da. Hora
3ra. Hora
4ta. Hora
5ta. Hora
6ta. Hora
7ma. Hora
Por eso al terminar las 1000 avemarías se acostumbra coronar a la Virgen colocando
sobre su imagen un rosario que simboliza la entrega a Ella de nuestra oración y de
nuestro anhelo por vivir cada día los misterios del evangelio que hemos contemplado en
el Rosario.