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¿HAY DUELOS EN LA POSMODERNIDAD?


La posmodernidad ofrece una vida soft, emociones light, todo debe desplazarse
suavemente, sin dolor, sin drama, sobrevolando la realidad. Es lícito entonces
preguntarse si, dentro de ese marco, hay lugar para los duelos en la medida en que éstos
son dolorosos, implican una crisis seria, tristeza, esfuerzo psíquico para superarlos.

Consideremos cada uno de los duelos postulados en su momento por Arminda


Aberastury como procesos inherentes al pasaje por la adolescencia:

A. EL DUELO POR EL CUERPO PERDIDO

El adolescente de la modernidad se encontraba perdiendo el idealizado y mimado


cuerpo de la infancia, teniendo en perspectiva un período glorioso de juventud y lejos
aún de lograr un cuerpo con características claramente adultas. El bebé, el niño eran
modelos estéticos, se los pintaba, esculpía, grababa, para no perder ese momento de
máximo esplendor, esa cercanía con la belleza angelical. El adulto joven constituía el
ideal estético por excelencia y el adulto maduro por su parte alcanzaba un cuerpo con
características claramente definidas: las mujeres debían tener un cuerpo redondeado, un
poco pesado, matronal, que daba cuenta de su capacidad de procrear y su dedicación a
la casa y crianza de sus hijos. Iría luciendo con los años canas, arrugas y kilos, no como
vergüenza sino por el contrario como muestra de honorabilidad y fuente de respeto. Por
su parte los hombres también adquirían kilos, abdomen o ambos, lentes, arrugas,
calvicie, bigotes o barbas canas que les darían un aspecto digno de la admiración de las
generaciones más jóvenes.

En ese contexto el adolescente lucía un aspecto desgraciado. Nada se encontraba en él


de admirable, estéticamente rescatable. Es cierto que aún hoy nadie postula como
admirable la cara cubierta de acné ni los largos brazos o piernas alterando las
proporciones, pero también es cierto que la mirada que cae hoy en día sobre el
adolescente es muy diferente. Su cuerpo ha pasado a idealizarse ya que constituye el
momento en el cual se logra cierta perfección que habrá que mantener todo el tiempo
posible. Modelos de 12, 14 ó 15 años muestran el ideal de la piel fresca, sin marcas, el
cabello abundante y brillante, un cuerpo fuerte pero magro, tostado al sol, ágil, en gran
estado atlético, en la plenitud sexual, un modelo actual que no responde al ideal infantil
ni adulto típico de la modernidad.

Si, clásicamente, la juventud fue un "divino tesoro" porque duraba poco, ahora se
intenta conservar ese tesoro el mayor tiempo posible. Mucha ciencia y mucha
tecnología apuntan sus cañones sobre este objetivo. Cirugía plástica, regímenes
adelgazantes y conservadores de la salud, técnicas gimnásticas, transplantes de cabello,
lentes de contacto, masajes e incluso técnicas que desde lo psíquico prometen
mantenerse joven en cuerpo y alma.
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Cuando la técnica no puede más, el cuerpo cae abruptamente de la adolescencia,


supuestamente eterna, en la vejez sin solución de continuidad. Cae en la vergüenza, en
la decadencia, en el fracaso de un ideal de eternidad. Podemos entonces preguntarnos:
¿qué ha pasado con el duelo por el cuerpo de la infancia que hacía el adolescente
moderno, adolescente que sólo era un pasaje desde la niñez aun ideal adulto? El
adolescente posmoderno deja el cuerpo de la niñez pero para ingresar de por sí en un
estado socialmente declarado ideal. Pasa a ser poseedor del cuerpo que hay que tener,
que sus padres (¿y abuelos?) desean mantener, es dueño de un tesoro.

Si tomamos como metáfora el cuerpo arquitectónico de la ciudad, y el reciclaje


posmoderno en vez de la piqueta, la mezcla de lo viejo con lo nuevo, a nivel de la
persona adolescente resulta que el cuerpo infantil no es totalmente reemplazado por un
cuerpo adulto, hay una mezcla y modificación parcial de ciertas características. Por la
tanto no habrá una idea neta de duelo, de sufrir intensamente la pérdida del cuerpo de la
infancia. ¿Puede haber un duelo por el cuerpo perdido o "no hay drama"?

B. EL DUELO POR LOS PADRES DE LA INFANCIA

Los padres de la infancia son quizás los únicos "adultos" en estado puro que se
encuentran a lo largo de la vida. Se los ve como tales, sin fisuras. Ir creciendo significa,
en cambio, descubrir que detrás de cada adulto subsisten algunos aspectos inmaduros,
impotencia, errores. La imagen de los padres de la infancia es producto de la
idealización que el niño impotente ante la realidad que lo rodea y débil ante ellos
desarrolla como mecanismo de defensa. A menudo esa idealización es promovida por
los mismos padres quienes obtienen satisfacción de ser admirados incondicionalmente
por ese público cautivo a quien también pueden someter autoritariamente.

Ir creciendo, convertirse en adulto significa desidealizar, confrontar las imágenes


infantiles con lo real, rearmar internamente las figuras paternas, tolerar sentirse
huérfano durante un período y ser hijo de un simple ser humano de allí en más. Pero
este proceso también ha sufrido diferencias. Los padres de los adolescentes actuales
crecieron en los años, incorporaron un modo de relacionarse con sus hijos diferentes del
que planteaban los modelos clásicos, desarrollaron para sí un estilo muy distinto del de
sus padres. ¿En qué residen esas diferencias?

En lo referente a sí mismos estos padres buscan como objetivo ser jóvenes el mayor
tiempo posible, desdibujan al hacerlo el modelo de adulto que consideraba la
modernidad. Si ellos fueron educados como pequeños adultos, vistiendo en talles
pequeños ropas incómodas para remedar a los adultos, ahora se visten como sus hijos
adolescentes. Si recibieron pautas rígidas de conducta, comunes por entonces a toda una
generación, al educar a sus hijos renuncian a ellas, pero no generan otras nuevas muy
claras, o por la menos cada pareja de padres improvisa, en la medida en que la
necesidad la impone, alguna pauta, a veces tardíamente. Si fueron considerados por sus
padres incapaces de pensar y tomar decisiones, ellos han pasado a creer que la
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verdadera sabiduría está en sus hijos sin necesidad de agregados, y que su tarea es dejar
que la creatividad y el saber surjan sin interferencias. Si sus padres fueron distantes,
ellos borran la distancia y se declaran compinches de sus hijos, intercambiando
confidencias.

A medida que fue creciendo, el niño de estos padres no incorporó una imagen de adulto
claramente diferenciada, separada de sí por la brecha generacional y cuando llega a la
adolescencia se encuentra con alguien que tiene sus mismas dudas, no mantiene valores
claros, comparte sus mismos conflictos. Ese adolescente no tiene que elaborar la pérdida
de la figura de los padres de la infancia como lo hacía el de otras épocas. Al llegar a la
adolescencia está más cerca que nunca de sus padres, incluso puede idealizarlos en este
período más que antes. Aquí difícilmente haya duelo y paradójicamente se fomenta más
la dependencia que la independencia en un mundo que busca mayores libertades.

C. EL DUELO POR EL ROL Y LA IDENTIDAD INFANTILES

¿Qué significa ser niño? Ser dependiente, refugiarse en la fantasía en vez que afrontar la
realidad, buscar logros que satisfagan deseos primitivos y que se obtienen rápidamente,
jugar en vez que hacer esfuerzo. Si describimos al niño en edad de incorporarse a un
jardín de infantes, nos encontramos con alguien que se cree capaz de logros que en su
mayoría no le son posibles y ante los cuales sufre heridas muy fuertes en su autoestima,
una personita incapaz de esperar para lograr lo que quiere y un ser humano a quien no le
importan demasiado los otros miembros de su especie en la medida en que no es capaz
de compartir nada con los demás.

Llegados a este punto parece imprescindible diferenciar dos conceptos psicoanalíticos


que suelen confundirse: el de yo ideal y el de ideal del yo. Ante una imagen de sí mismo
real poco satisfactoria, muy impotente, el niño pequeño desarrolla una imagen ideal, un
yo ideal en el cual refugiarse. Esta estructura se organiza sobre la imagen omnipotente
de los padres y ante una realidad frustrante que promueve esa imagen todopoderosa de
sí mismo confeccionada a imagen y semejanza de sus mayores, la cual le permite
descansar, juntar fuerzas y probar de nuevo ante un error. En los desarrollos normales
ese yo ideal se va acotando a medida que la realidad le muestra sus límites.

Dice Freud: "La observación del adulto normal muestra amortiguado el delirio de
grandeza que una vez tuvo, y borrados los caracteres psíquicos desde los cuales hemos
discernido su narcisismo infantil”

Si pensamos cuáles son los valores que lo identifican, el yo ideal es: omnipotente (el
delirio de grandeza mencionado por Freud), no puede esperar para satisfacer sus deseos
y no es capaz de considerar a otro. Hace sentir al niño que es el centro del mundo, es la
expresión de un narcisismo que no admite a otros. Un mundo que se tira al suelo
haciendo un berrinche porque quiere ahora y sólo ahora un caramelo, que si puede se lo
roba a su amiguito y que está seguro de poder treparse a la mesa sin ningún peligro es el
ejemplo de esta etapa. Cuando se cae de la mesa, cuando la madre lo levanta en brazos a
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pesar de las patadas y los gritos para pasar por delante del kiosco, cuando le sacan el
botín robado para devolverlo a su legítimo dueño, se siente mal por el golpe o por lo
que perdió, pero ante todo se siente mal por su yo ideal maltratado. Un niño que tiene
un hermanito también sufre un duro golpe a su narcisismo, a su necesidad de obtenerlo
todo para sí y lo más rápido posible.

Los padres primero y los maestros después tienen la difícil tarea de provocar la
introyección de otra estructura, el ideal del yo. Este aspecto del superyo es un modelo
ideal producido por los mayores para él, es el modelo de niño que los demás esperan
que sea. Si el yo ideal es lo que él desea ser, el ideal del yo es lo que debe ser y a quien
le cuesta muy a menudo parecerse. Ese ideal del yo también manifiesta sus propios
valores: esfuerzo, reconocimiento y consideración hacia el otro, así como postergación
de los logros. Tradicionalmente este trípode ha sido la base de la educación preescolar.

¿Qué ocurre con el adolescente? En esa época de la vida se termina de consolidar el


ideal del yo, para ello confluyen los padres, los docentes y la sociedad en su conjunto.
Pero ¿qué ocurrirá si la sociedad no mantiene los valores del ideal del yo, si en cambio
pone al nivel de modelo los valores del yo ideal? Pensemos en lo que los medios
difunden constantemente: aprendizaje, dietas, gimnasia sin el menor esfuerzo; tarjetas
de crédito, facilidades, compra telefónica para no postergar ningún deseo, artículos
únicos, lugares exclusivos, competencia laboral que significa eliminar al otro. Estos son
los valores del o ideal que en otras épocas podían que en la fantasía pero no ser
consagrados socialmente.

La sociedad moderna consagraba los valores de un ideal del yo: la idea de progreso en
base al esfuerzo, el amor como consideración hacia el otro, capacidad de espera para
lograr lo deseado. Sin duda los valores del yo ideal también existían pero eran
inadmisibles para ser propagados socialmente. En la sociedad posmoderna los medios
divulgan justamente los valores del yo ideal, es decir que allí donde estaba el ideal del
yo está el yo ideal y hay que atenerse a las consecuencias. Si se acepta este planteo, de
él se deduce que los valores primitivos de la infancia no sólo no se abandonan sino que
se sostienen socialmente, por lo tanto no parece muy claro que haya que abandonar
ningún rol de esa etapa al llegar a la adolescencia Se podrá seguir actuando y deseando
como cuando se era niño, aquí tampoco habrá un duelo claramente establecido.

Por otra parte, se sostenía que la identidad infantil perdida daba paso a la definitiva en
un largo proceso de rebeldía, enfrentamiento y recomposición durante la adolescencia.
El concepto de pastiche posmoderno parece modificar esta idea. La identidad se
establecería no por un mecanismo revolucionario que volteara las viejas estructuras sino
por el plagio que conforme el pastiche sin mayor violencia, sin cambios radicales. La
nueva identidad se estructura ría sin que apareciera la idea neta de un duelo, en tanto no
habría una pérdida conflictiva que lo provocara.

“El día que no haya jóvenes que sueñen


se apagarán las estrellas
y no habrá más amaneceres
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para celebrar la vida.


Si los jóvenes se acomodan
en la mezquindad del egoísmo y del placer,
y no son capaces de descubrir
que el mundo es una tarea responsable
y no un regalo para disfrutar gratuitamente,
nunca sabrán de la alegría más honda.
La de saberse siempre creadores
de ese mundo mejor donde sea posible,
un poco más posible,
la dignidad y la alegría de todos,
el respeto por la vida y la libertad
de todos”.
J.C. Labaké

ADOLESCENCIA Y ESCUELA
La adolescencia, una etapa llena de oportunidades para los niños y las niñas, exige
nuestro compromiso con su desarrollo durante la primera década de sus vidas, para
ayudarles a superar los peligros y las vulnerabilidades, y prepararlos para alcanzar todo
su potencial.

Nuestro planeta es el hogar de 1.200 millones de personas que tienen entre 10 y 19


años. Todas ellas han vivido siempre, o la mayor parte de sus vidas, al amparo de la
Declaración del Milenio, el pacto mundial sin precedentes que, desde el año 2000, se ha
propuesto construir un mundo mejor para todos. Innumerables adolescentes se han
beneficiado de los progresos en materia de supervivencia infantil, educación, acceso a
agua potable, y otros ámbitos del desarrollo en los cuales se han registrado vances hacia
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), las metas sobre desarrollo humano que
constituyen el núcleo de la Declaración.

Sin embargo, han llegado a un momento crucial de sus vidas, del mismo modo en que el
mundo está afrontando un momento crucial en este nuevo milenio. En apenas tres años,
la confianza en la economía mundial se ha desplomado. El desempleo se ha
incrementado notablemente y los ingresos reales de las familias han disminuido o han
dejado de crecer. En el momento de escribir este informe –a finales de 2010–, las
perspectivas económicas mundiales siguen siendo en extremo inciertas, y hay una gran
preocupación ante la posibilidad de que el malestar económico se prolongue, con las
consiguientes repercusiones para el progreso económico y social de muchos países,
tanto industrializados como en desarrollo.

Desarrollar las capacidades y los valores de los adolescentes mediante la educación


puede facilitar que toda una generación sea económicamente independiente y realice
aportaciones positivas a la sociedad. Invertir en la educación y la formación de
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adolescentes y los jóvenes es tal vez la medida más prometedora por sí sola para
erradicar la pobreza extrema en esta década.

La educación secundaria tiene repercusiones considerables sobre los ingresos


individuales y el crecimiento económico general. Un mercado laboral cada vez más
tecnológico exige una mayor capacitación y una educación avanzada para ampliar la
productividad y estimular la inversión de capital. Un análisis de 100 países descubrió
una correlación positiva significativa entre el promedio de los años en los que varones
adultos rinden con éxito en la escuela secundaria y el crecimiento económico entre 1960
y 1995. (UNICEF)

Abordar la cuestión de las nuevas problemáticas de los adolescentes en el contexto


actual y el acompañamiento que puede realizar la escuela en su formación, demanda
situar la cuestión en un marco amplio de problemas que nos permitirán abordar mejor su
tratamiento.

Los adolescentes constituyen, por su propia vulnerabilidad, un interesante referente para


analizar la sociedad a la que pertenecen, de la cual se constituyen en verdaderos espejos.
En los tiempos posmodernos, los adolescentes y jóvenes encuentran un “eco perfecto”:
su propia realidad interna se ve reflejada y emparentada con la realidad externa: una se
espeja en la otra.

Veamos algunos datos que expresan esta situación:

En el contexto actual, la adolescencia se postula como un modelo social. Por lo tanto,


está dejando de ser considerada como una etapa en el desarrollo vital para convertirse en
un modo de ser y hacer válido como referencia para el conjunto de la sociedad.

La brecha generacional entre padres e hijos se ha acortado. En la mayoría de las


situaciones el adolescente no encuentra una imagen claramente diferenciada en sus
padres, sino que a menudo descubre en ellos sus mismas dudas y conflictos personales.
Muchos padres buscan, incluso, asemejar su imagen a la de los hijos. Los adultos dejan
de ser, entonces, un sólido frontón para con-frontar y no dan espacio al adolescente para
confirmarse y autoafirmarse.

Existe un fuerte desencuentro entre dos culturas, la adolescente juvenil y la


institucional escolar adulta, desencuentro que Esther Díaz expresa de este modo: “Se
vive realmente en una escuela moderna que atiende a adolescentes posmodernos” 2 .
Este conflicto se evidencia sobre todo en el nivel medio, tal como lo señala Juan Carlos
Tedesco: “Hace ya mucho tiempo que los diagnósticos, tanto cualitativos como
cuantitativos, han señalado que en la enseñanza media se concentran la mayor densidad
de problemas o, desde el punto de vista de las políticas de educación, existe la menor
cantidad de soluciones y respuestas”
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A pesar del escepticismo que parece marcar la época actual, sentimos vivamente y
estamos convencidas de que la escuela es un espacio donde se pueden estimular
cambios en la conducta del adolescente, y que el docente es su principal promotor. Es
tiempo de encontrar caminos alternativos de solución.

LA ESCUELA:
RECEPTORA DE LA PROBLEMÁTICA
ADOLESCENTE

¿Cuál es el lugar que debe ocupar la escuela como contenedora del alumno y promotora
del cambio?

a) LA ESCUELA: PUNTO DE RE-ENCUENTRO

Consideramos a la familia y la escuela el núcleo central de reencuentro con la


posmodernidad y el taller donde poco a poco vamos preparando a nuestros jóvenes,
para que se integren con confianza en la época que les toca vivir. Educar implica
realizar un proceso de enseñanza – aprendizaje cuya función principal es la integración
al mundo de la cultura. Si la escuela tiene, en parte, como misión la transmisión de la
cultura, resulta evidente que la estructura sobre la que se asienta su organización es
débil, debido a su incapacidad de dar respuestas a las demandas sociales, su tarea de
construir el futuro queda relegada. Más aún si permanece anclada en el pasado cuando
sus miembros exigen vivir el presente.

La escuela debe hacer conocer el pasado, pero no puede perder en el presente la


perspectiva de crear un futuro diferenciado. Parece que la escuela tal como está
planteada es una institución inconciliable con la propuesta social actual. Se vive en
constante cambio, mientras los valores y conocimientos transmitidos desde la escuela
no pueden modificarse con igual prontitud. Estudiar y profundizar los contenidos
requiere tiempo, dedicación y disciplina, pero el afuera acorta los plazos y nos mantiene
desorientados en la tarea de enseñar y aprender.

El sistema educativo debe transformarse profundamente desde sus raíces para responder
a las demandas de los jóvenes, sin renunciar al deber ser de la escuela. Significa,
“acercarme a él y demostrarle que me interesa su realidad”. Muchos chicos sostienen
que la escuela les aburre sobremanera y que, si se lo permitieran, la abandonarían.
Rescatan como positivo el vínculo que establecen con los compañeros, el conocer a
algún profesor que “les hace pensar” y “los escucha”, y algunas charlas informales
sobre temas de actualidad. Rechazan de plano el excesivo formalismo escolar y el hecho
de estar muchas horas por día escuchando contenidos que hasta los mismos profesores
creen perimidos y donde se alienta la repetición y la memoria sobre la información que,
por otra parte, se puede obtener fácilmente de una máquina con sólo apretar un botón.

LOS ADOLESCENTES POSMODERNOS


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NECESITAN UNA ESCUELA:

 Que resulte punto de encuentro y re-encuentro entre adolescentes y adultos.


 Que brinde una mirada diferente frente al desaliento y descreimiento de una
sociedad que supone un futuro desdibujado.
 Que proponga una cultura del esfuerzo, que parta del aprendizaje del “oficio de
aprender”: apostar al trabajo bien realizado, a las horas dedicadas al estudio, a la
resolución de diferentes situaciones para la formación del pensamiento, el
carácter y la voluntad.
 Que forme para la cultura del proyecto por sobre la del suceso, donde la
esperanza y el progreso aún son posibles.
 Que se arraigue en valores que se trasluzcan en la tarea cotidiana. El
adolescente ve contradicciones en la cultura adulta, valores proclamados pero no
practicados (como expresa Telma Barreiro, una “vidriera axiológica”: la que se
muestra y se proclama; y por otro lado “la trastienda axiológica”: los tejes y
manejes de sectores de poder que no coincide con los valores que se predican).
Consensuar discursos con testimonios, es tarea fundamental de la escuela y sus
actores.
 Con apertura a la sociedad en la que se encuentra, a través de la participación
en proyectos de trabajo, actividades culturales y de responsabilidad pública; y
también flexible a los cambios.
 Que promueva el verdadero “ocio creativo”, valorando el uso del tiempo de
estudio y trabajo, pero también el tiempo libre y recreativo.
 Que estimule el compromiso con la vocación personal de sus alumnos y
contribuya a la construcción del proyecto de vida de cada uno.
 Que cultive, construya y reconstruya los vínculos entre sus miembros y con sus
alumnos. Sólo se aprende y se crece en interacción con otros. En el intercambio
con el otro enriquezco mi mundo interno.

¿QUÉ PRECEPTORES NECESITAMOS?

Los preceptores y docentes son colaboradores principales en el proceso educativo. Van


irradiando con sus actitudes un fuerte mensaje de valores.

El preceptor debe ser un LÍDER TESTIMONIAL.


Veamos:

 El término LIDER implica un estado de “ser” y no del hacer.


 Asume la decisión de servir.
 Ve en los otros un mundo de posibilidades y contribuye a liberarlas.
 Inspira a sus alumnos, los mueve, los anima e incita porque ve en cada uno no
el que es, sino “el que puede llegar a ser”.
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 Confía en cada uno de ellos y respeta los tiempos y estilos. A su vez, promueve
la confianza entre ellos como grupo y los lleva a que vivan con profundidad la
sinergia grupal (diversidad – unidad)
 Cuida a sus alumnos, advierte sobre los riesgos, pero les infunde el coraje
necesario para el cambio.
 Promueve cambios: tiene una visión; elabora los caminos y estrategias
sostenido en el entusiasmo interior que contagia (mística).
 Sabe gerenciar: ordena, sistematiza, distribuye, planifica.
 Supera y remueve obstáculos: conoce dónde está la resistencia; entiende que
los cambios son buenos; involucra a los otros.
 Cultiva la creatividad permanente.
 Tiene una actitud de apertura al diálogo. Sabe escuchar.
 Reconoce que es él quien primero tiene que cambiar.
 Se ocupa de:
- conocerse a sí mismo: fortalezas y debilidades
- cultivar la humildad: reconoce y acepta las propias limitaciones
 Está convencido que cada uno es artesano de su propio destino.

El término TESTIMONIAL, refiere a asumir en la acción personal la actitud del


espíritu: No educo con las palabras sino con mis acciones”. Esto implica autenticidad y
coherencia: “si quiero educar al otro en el amor, la honestidad, la solidaridad, tengo que
tener en mi corazón “amor”, “honestidad” y “solidaridad” porque lo que yo tengo es lo
que voy a dar en mis encuentros con los otros”.

Como señala Gabriel Castellá, “una respuesta con autoridad implica una actitud íntima
y externa de solícita firmeza, de generoso vigor, de persuasivo poder, de recta
tolerancia, de receptiva humildad, de respetuosa comprensión, de humana cooperación,
de auténtica convicción, de amorosa justicia y de fraternal encuentro. Porque el que
tiene el don genuino de autoridad es un experto estratega en el manejo de los vínculos
humanos. Primero, en el vínculo con sí mismo: ha enriquecido su autoconocimiento.
Luego, en el vínculo con los otros: ha cultivado, intuitiva y/o volitivamente, el
conocimiento de sus semejantes”.

DEBEMOS PROMOVER UNA ESCUELA EN


LA QUE SUS MIEMBROS PUEDAN:

 expresarse,
 hacerse comprender,
 escuchar y dejar expresar al otro,
 defender un punto de vista,
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 trabajar en equipo,
 compartir la tarea,
 organizar y animar la vida de un grupo,
 tomar decisiones conjuntas,
 interesarse en los problemas de todos procurando su resolución,
 comprometerse con la tarea,
 asumir responsabilidades,
 ser protagonista del proceso de auto – socio – construcción del conocimiento.

SERÁ NECESARIO, ENTONCES:

Proponer actividades diversas mediante estrategias y técnicas participativas,


disponiendo de los materiales básicos que permitan la internalización de los
conocimientos de una manera diferente facilitando el procedimiento de apropiación y de
transferencia: “Un aula pobre en estímulos personales y materiales y donde se reitera y
mecaniza un solo tipo de actividades, no ofrecerá oportunidades para los aprendizajes
deseados” (Secretaría de Programación y Evaluación Educativa, En el aula, N° 3).

Disponer de espacios flexibles en el aula (biblioteca, video, audio, mapoteca, trabajo


grupal, etc.) que permitan a los actores elegir y / o construir el lugar adecuado para el
desarrollo del proceso educativo.

Fomentar la interacción con fuentes de información (gráfica, audiovisual,


testimonial).
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Pensar el aula como un espacio abierto conectado con el exterior y vinculado con el
contexto. Esto significa que su accionar tendrá que trascender los propios límites y aún
los institucionales para favorecer la comprensión de la realidad social, valorarla y
transformarla en la medida de sus posibilidades, por lo tanto, se deberá:

 armar estrategias que propicien interacciones con otras personas que no


pertenezcan al mismo grado o curso (de diferentes edades, intereses,
características socioculturales, etc., que estén en la escuela o sean convocados
para compartir actividades).
 interrelacionarse también con diferentes contextos: institucionales (aula,
laboratorio, talleres, rincones, bibliotecas, cine, gabinetes, etc.) o comunitarios
(paseos, plaza, hospitales, empresas, sindicatos, fábricas, etc.).

UN CUENTO PARA REFLEXIONAR:


LA ESCUELA DE LOS ANIMALES
Había una vez unos animales que decidieron hace algo heroico para responder a los
problemas de “un mundo nuevo”. Entonces organizaron una escuela. Adoptaron un
programa de actividades que consistía en correr, trepar, nadar y volar. Para que todo
resultara más fácil de manejar, todos los animales cursaban todas las materias.

El pato era excelente nadando, en realidad mucho mejor que su instructor, pero apenas
se sacaba aprobado en volar y era muy malo en las carreras. Como era lento para correr,
tenía que quedarse después de clase y también dejar de nadar para hacer prácticas de
carrera. Esto siguió así hasta que sus patas palmeadas se arruinaron y apenas aprobaba
en natación. Pero aprobar era aceptable en la escuela, de modo que nadie se preocupaba,
excepto el pato.

Corriendo el conejo empezó al frente de la clase, pero tuvo un colapso nervioso debido
al intenso trabajo de entrenamiento para natación. La ardilla era excelente trepando
hasta que se frustró en la clase de vuelo donde su maestro la hizo arrancar desde el
suelo, en lugar de hacerlo desde la copa del árbol. Así es que tuvo un calambre por
exceso de ejercicio y se sacó muy malas notas en trepar y correr. El águila era
problemática y la disciplinaron severamente. Cuando se trataba de trepar a los árboles,
les ganaba a todos los compañeros de la clase, pero insistía en usar su propia forma de
llegar.

Al final del año, una lechuza anormal, que podía nadar asombrosamente bien, y también
corría, trepaba y volaba un poco, tuvo el promedio más alto y pronunció el discurso de
despedida.
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Las marmotas de las praderas se quedaron fuera de la escuela y se opusieron a la


recaudación fiscal porque el gobierno no quería agregar al programa cavar y esconderse.
Pusieron a sus hijos a aprender con un tejón y más tarde se unieron las marmotas
americanas y las tortugas de la tierra para iniciar una buena escuela privada.

George H. Reavis Chocolate caliente para el alma, pág. 104-105

¿Tiene alguna moraleja esta fábula?

POR ESTO ES NECESARIO…


Que asumamos nuestra tarea desde un auténtico “amor pedagógico”, un amor basado
en:
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 La aceptación: “Te acepto como sos y reconozco lo bueno y no tan bueno que
hay en vos”.
 La alegría: “Me alegro y disfruto porque puedo acompañarte en este camino”.
 La comprensión empática: “Iré descubriendo tu tesoro con conciencia de tus
limitaciones”.
 La paciencia: “Soy paciente, respeto tu ritmo y estilo”.
 El amor enaltecedor: “Confío en tus posibilidades, en el que podés llegar a
ser”.
 El amor exigente: “Te exijo porque creo en ti y en tu potencial de ampliar tus
horizontes”.

Un amor basado en la inspiración que despierta en el alumno un comienzo, siembra


caminos, abre direcciones. Invita, evoca. Suscita direcciones y promueve búsquedas.

Un amor testimonial que se juega en ese lugar vivo, experiencial, productivo que es el
aula, la escuela, sus pasillos y trasciende las paredes.

EDUCAS CUANDO...

 Suscitas convicciones personales, no cuando impones tus convicciones.


 Propones valores que motivan, no cuando impone conductas.
 Enseñas a caminar, no cuando impones caminos.
 Despiertas el coraje de ser libres, no cuando impones el sometimiento.
 Fomentas la capacidad de pensar, no cuando impones tus ideas.
 Liberas el amor que acerca y comunica, no cuando impones el temor que aisla.
 Respetas la originalidad, no cuando impones uniformidad.
 Enseñas a buscar la verdad honestamente, no cuando la impones.
 Formas personas responsables, no cuando impones disciplinas.
 Ganas el respeto, no cuando lo impones autoritariamente.
 Estimulas la participación, no cuando impones el miedo que paraliza.
 Muestras el sentido de la vida, no cuando impones información de memoria.

EL IMPACTO DE LA PUBLICIDAD EN
LOS ADOLESCENTES

Históricamente y a través de estadísticas se ha comprobado la eficacia de la publicidad


en la acción comercial de la empresa, sobre todo los efectos de ésta en función de la
demanda de productos; pero la publicidad, lejos del carácter estrictamente cuantitativo,
nos permite sobrepasar del análisis meramente económico y percibirla como un
fenómeno social íntimamente ligado a las sociedades capitalistas, con importantes
repercusiones sobre la forma de comportamiento de los individuos.
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La publicidad influye en la vida cotidiana de todos, en especial en los adolescentes ya


que son más vulnerables a ésta.

Publicitar es hacer público un mensaje sobre algo o alguien con carácter comercial. Sus
principales objetivos son atención, interés, deseo y acción por parte de quien esté
recibiendo la publicidad.

Se calcula que los individuos reciben al cabo del día alrededor de 250 impactos
publicitarios.

Existen diferentes tipos de anuncios algunos se caracterizan por la suavidad con la que
emiten sus mensajes, mientras que otros apelan al imperativo, o apela a los sentidos, la
razón, la emoción. Algunos utilizan la imagen como principal elemento, mientras que
otros utilizan el texto. Pero todos tienen algo en común, todos presentan algo (un
producto, un servicio, una idea) que quieren que el consumidor adquiera a cambio de un
precio.

La idea es persuadir al consumidor y no tienen en cuenta que en muchos casos los


futuros consumidores pueden ser adolescentes. O que es peor lo tiene en cuenta y saben
que son los más fáciles de convencer. Por esto dan mensajes confusos y muchas veces
hasta con un doble sentido.

En el mundo globalizado y consumista que se vive actualmente, la publicidad se torna


inconscientemente, una imponedora de costumbres, cultura, generadora de materialismo
y discriminación.

Pero detrás de esto, hay un estudio cauteloso descubriendo los deseos de las personas,
los medios que consumen y sus hábitos de vida. Seguidamente procesan un mensaje
para su público objetivo y de esta manera conllevan a los mismos a que consuman su
marca y logren ser fieles a esta.

El uso del tabaco, alcohol y el sexo son algunos de los temas que más preocupan y se
hace hincapié en las publicidades actuales. Si bien la industria del tabaco asegura que el
propósito exclusivo de la publicidad es mantener y aumentar las cuotas potenciales de
mercado entre las personas adultas ya consumidoras.

Sin embargo en las publicidades que aparecen asiduamente en los medios masivos de
comunicación no aparentan lo mismo. Ya que dan a entender que si no se consume
tabaco, 'no perteneces'. Como es el caso de la marca Marlboro que organiza una vez por
año una fiesta electrónica (Mextronica) donde se aclara que es un evento únicamente
para fumadores.

Eligen un marketing del entretenimiento para atraer más público sin medir que los
adolescentes empiecen a consumir cigarrillos por el simple hecho de poder participar
del evento, y así luego se conviertan en futuros fumadores.
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Si bien la publicidad del tabaco no tiene como objetivo principal llegar al público joven
se hace inevitable que esto suceda. Lo mismos sucede con el alcohol, ambos tipos de
anuncios aclaran los riesgos del fumar por ejemplo, ya que está avalado por una ley, y
también sucede con el consumo de bebidas alcohólicas en menores de 18 años. Sin
embargo este mensaje siempre es opacado por el tipo de difusión que realizan.

Hace unos años la marca Schneider lanzo un slogan que decía 'lo que importa es la
cerveza' y la firma Quilmes mantuvo su slogan de 'el sabor del encuentro' ambos planes
de marketing han generado ganancias y cambios positivos en las empresas.

Por supuesto no es adjudicado a los adolescentes no quiere decir que solo ellos
consuman la bebida sino con esto queremos decir que los mensajes son ambiguos y
confusos para los jóvenes, ya que una marca muestra que lo más importante es la
cerveza, tomar alcohol y la otra denota que para reunirte con amigos/as es más divertido
tener un vaso de cerveza, los encuentros no son lo mismo sin Quilmes.

Piaget señala que, para adquirir una cultura común, los jóvenes se comunican entre sí a
través de un lenguaje general. Sin un lenguaje común, no puede existir un significado
compartido y de esta forma no se cumpliría una verdadera comunicación. Para
comunicarse los encargados de publicitar un producto o servicio destinado a los
jóvenes, deben percatarse y usar símbolos apropiados para transmitirles las imágenes
deseadas del producto o servicio, y sus características.

Como es el caso del erotismo y a la mujer como objeto sexual, utilizando modelos
atractivos o también símbolos sexuales, como el desnudo. La sexualidad se considera
una de las herramientas de mayor alcance en el marketing y particularmente de la
publicidad.

Puede ser utilizado explícitamente o sutilmente. El problema es que es expuesto de la


misma manera que los demás anuncios, sin restricciones ni horarios, para todo el
público.

Una de las mayores preocupaciones que existen en la relación entre la publicidad y los
adolescentes son los modelos de referencia que se utilizan para mostrar los anuncios, en
los productos que se quieren vender. La identificación presente en la relación de los
jóvenes con los líderes de opinión, está íntimamente relacionada con la búsqueda de una
identidad y el proceso de desasimiento de la figura parental.

La gran mayoría de publicidades muestra que para tener éxito, ser alguien deseado,
reconocido o incluso para obtener 'ese producto' hay que ser casi perfecto estéticamente.
Esto se ve con total naturalidad en nuestra sociedad ya que son modelos las que
generalmente realizan publicidades productos o marcas famosas.
”A medida que el marketing y la publicidad crecen en complejidad y sofisticación,
ponen en evidencia que los consumidores, en este caso adolescentes, no solo compran
productos y servicios sino que además, y fundamentalmente, consumen las imágenes y
los valores que otorgan y están vinculadas con dichos objetos”, cita Romina Aprile. Sin
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darse cuanta provoca, sobre todo en las chicas, una necesidad de ser como las modelos
que aparecen en los anuncios. Esto va llevando a que se obsesionen y muchas veces
lleve a los trastornos en la alimentación antes mencionados.

Los productos Light aparecen cada vez más en el mercado y utilizan la promoción de
los mismos, en todos los medios, dominando también a las mujeres y causando la
culpabilidad de las mismas a la hora de elegir productos que no sean bajos en calorías.
Estos anuncios muestran mujeres esbeltas y bonitas donde se denota que si se consume
esos productos el final de este proceso lleva a que el consumidor termine de la misma
manera que la modelo.

”Su mensaje transmite no solamente las características de un producto o servicio sino


que lo muestra dentro de un determinado ámbito, indica como se lo debe consumir y
crea en torno a este todo un contexto simbólico y cultural donde se identifica un
producto esto da la posibilidad al adolescente de identificarse dentro de un estilo y un
grupo de pertenencia a la hora de consumir un bien”, cuenta la Licenciada Aprile.

Por supuesto no de todos los males que existen, o todos los problemas que tienen los
adolescentes es consecuencia de la publicidad. Sin lugar a duda, llegar a todos los
públicos por igual, sin restricción alguna, se hace difícil muchas veces que los jóvenes
puedan diferenciar entre lo que es bueno o malo o lo que es sano o enfermo.

Las marcas han dado un giro importante en los últimos años, algunas han optado por
mostrar gente 'común' dejando de lado los estereotipos, o que es peor, gente fea para que
nadie se sienta menos: narigones, gordos, gente de más edad, etc.

Al hablar de la problemática que muchas veces se manifiesta en la adolescencia como


son los trastornos de la alimentación, anorexia y bulimia, es a veces inevitable unir
enfermedades como éstas a la publicidad entre otros factores sociales desencadenantes.
Si bien los posibles factores desencadenantes se centran fundamentalmente en
elementos de tipo personal, familiar y social. Podemos decir que la moda, la publicidad,
la información de adelgazamiento y belleza, ayudan a que este inconveniente crezca
cada día más.

“La publicidad genera motivación, lo cual esta se transforma en la principal acción,


siendo una fuerza interna la cual estimula a una respuesta de comportamiento. Es por
esta razón, que un consumidor adolescente no compra productos por su valor utilitario,
sino que compra satisfacciones a sus motivos o soluciones a un problema determinado”,
afirma Imposa, M. Mercedes.

En la publicidad es necesario buscar otros caminos alternativos que estén menos


gastados, novedosos y que causen un gran impacto en los públicos receptores. Dove
realizó una campaña titulada 'mujeres reales' donde muestra la belleza desde otro lado,
gracias a esto se ha posicionado en el mercado y además la empresa queda como buena,
comprensiva y tolerante.
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“Fundamentalmente, lo que hay que entender, es que en publicidad no todo es lo que


parece. Por eso, cuando Dove 'abre el juego' a la belleza real, cuando Reebok elige a
setentones/as para mostrar sus productos, cuando en Inglaterra, Bacardi pone gente
decididamente fea (según los criterios de la vieja publicidad) en sus spots o cuando en
Brasil, la línea de belleza Natura elige a una mujer ciega para una de sus piezas gráficas,
más que en corrección política, nobleza de fines y derribo de estereotipos precedentes,
lo que habrá que ver es nuevas necesidades comerciales, creatividad aplicada a esas
necesidades y búsqueda de nuevos estereotipos, menos gastados” afirma Luis María
Hermida para el Diario Clarín.

La publicidad sin lugar a dudas también fomenta al consumismo, es un término que se


utiliza para describir los efectos de igualar la felicidad personal a la compra de bienes y
servicios o al consumo en general. “Todos los días recibimos a través de distintos
medios miles de mensajes incitándonos a comprar bienes que ni siquiera necesitamos.
De este modo, sin que nos demos cuenta, los medios nos crean una necesidad de
consumo 'artificial' que nos impide vivir mejor, porque nos hacen vivir con la angustia
permanente de no poder tener 'eso' que está en el periódico, televisión, radio, o como
sea”.

Hoy día los adolescentes tienen esa necesidad de poder adquirir todo lo que las
publicidades nos muestran. Cada vez desde más chicos se nos inculca que si no tenemos
tal o cual cosa, 'no pertenecemos'.

Al ser una edad difícil donde uno más inseguro se siente, es ideal para el publicista
convencer de que es lo que se hay tener y de que marca. Por ejemplo el caso de los
teléfonos celulares hace ya unos años que se hace indispensable para todos los jóvenes
obtener uno, antes era con el solo fin de poder comunicarse, ahora tienen que tener
cámara, internet, ringtones, etc.

Los adolescentes de todo el mundo comparten gustos por las mismas marcas. Cuando
compran un refresco prefieren Coca-Cola, cuando de hamburguesas se trata prefieren
McDonald’s, si son zapatillas quieren Nike y si son móviles prefieren Nokia. Así lo
revela un estudio internacional sobre hábitos de consumo de los jóvenes.

Este problema se agrava cada vez más ya que al estar tan expuestos a la cantidad de
avisos que existen, marcas que aparecen, productos que se lanzan. La cuestión es cómo
es posible tener todo lo que vemos y queremos. Muchas veces a los chicos les genera
mucha angustia y problemas en su vida personal el no poder tener lo que sus amigos
disfrutan, se sienten discriminados. O simplemente sienten que no pueden vivir sin su I-
Pod, su celular, su Laptop, ropa de marca, etc.

Lamentablemente en esta sociedad de consumo, tienen éxitos solo aquellos que tienen la
habilidad de hacernos creer que necesitamos lo que ellos ofrecen, y la publicidad es la
mayor herramienta para generar esto.
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Con todo esto queremos dejar en claro que nadie dice que la publicidad es mala sino al
contrario es necesaria y sumamente importante, pero es un arma de doble filo, al cual
debemos tener cuidado, y sobre todo cuando de adolescentes se trata ya que puede
generar muchos inconvenientes. Desde, violencia, consumo excesivo, hasta
enfermedades.

La publicidad es un hecho incuestionable que forma parte de nuestro universo socio-


cultural, y que es imposible ignorarla. Y menos en épocas actuales donde los medios de
comunicación juegan un rol fundamental.

Entonces se puede decir que la evolución de la publicidad fue atravesando los límites
hasta llegar a ser lo que es hoy: transmisora y parte de la cultura adolescente. Esta
cultura muchas veces es peligrosa y riesgosa para los jóvenes, pero a su vez es
inevitable que estar inmersas en ella, ya que como mencionamos antes la publicidad esta
en todos lados y su objetivo fundamental es vender a cualquier precio.

Dirié, Leonela; Molfese, José en Ensayos Contemporáneos. Edición I. Escritos de


estudiantes. Primer Cuatrimestre 2008 Año V, Vol. 20, Febrero 2009, Buenos Aires,
Argentina | 83 páginas

PUBLICIDADES

http://www.youtube.com/watch?v=gOBJsBcs45I&feature=fvwrel
http://www.youtube.com/watch?v=KBKHl33xLjY
http://www.youtube.com/watch?v=xlqyWKAMefI

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