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LOS PROBLEMAS

En los últimos veinte años, el Estado y las ONG estuvieron comprometidos en


diversos tipos de proyectos de riego, predominando aquellos denominados de corte
infraestructuralista, como se mencionó anteriormente, bajo una visión de la oferta,
donde las obras físicas se convirtieron en el centro exclusivo de la preocupación
institucional, contraria a la visión que exige la solución de la problemática actual de
los recursos hídricos, bajo una visión de la demanda.

Gran parte de los sistemas de riego poco tiempo después de construidos mostraban
ya signos de abandono, sub utilización y deterioro.

Si bien es cierto que cada región y localidad presenta problemas particulares, varios
de ellos fueron mencionados reiterativamente en los diversos eventos: la forma
vertical de intervención de un sector de instituciones relacionadas con el riego; la
limitada participación de las organizaciones comunales o de riego en la
identificación, diseño, ejecución y puesta en operación de los sistemas; la falta de
capacitación de los usuarios; la influencia de grupos de poder en la distribución del
agua y su repercusión en el deficiente y no equitativo reparto y mantenimiento,
generando conflictos entre los usuarios y la autoridad de aguas.

Operación, Mantenimiento y Rehabilitación de la. Infraestructura de


Riego
La vida útil de los sistemas de riego tiene relación directa con la calidad de su
mantenimiento, dejado de lado muchas veces, pues una vez culminadas las obras y
puestas en funcionamiento, no fueron acompañadas de acciones permanentes que
garantizaran su operación y mantenimiento y disminuyeran las inversiones en su
rehabilitación.

En la Costa Norte, las estructuras y equipos de las irrigaciones Chira - Piura,


CHAVIMOCHIC, Chancay - Lambayeque y Jequetepeque, están parcial o
totalmente deteriorados. A esto se añade la presencia de contaminantes minerales
en el agua que corroen las estructuras metálicas y las obras de concreto, afectan
los cultivos y a las poblaciones.

En la Sierra Norte, como son los casos de Cajamarca, La Libertad y Lambayeque,


operan sistemas menores. Aquí son frecuentes los problemas de disminución de la
cobertura de riego, gran infiltración de agua en los canales de riego, distribución
inoportuna a las áreas de riego, interrupción de la dotación de agua a los usuarios,
incumplimiento de los turnos y de robo de este recurso entre los mismos
agricultores.
En la Sierra Central, la situación difiere según el tamaño del sistema. En áreas de
menor desarrollo, los usuarios operan micros y pequeños sistemas de riego bajo
formas de organización ancestrales. En áreas de mayor desarrollo, como el valle del
Mantaro, se cuenta con sistemas mayores, y son operados por personal asalariado
en cantidad insuficiente dada la magnitud de las instalaciones y las demandas.

En la Sierra Sur, uno de los problemas más agudos lo constituye la disminución de


la disponibilidad de agua, causada básicamente por pérdidas por conducción y la
reducción de los volúmenes de producción de agua en la cuenca alta. En esta labor,
las dificultades no sólo se presentan por escasez de agua que es lo más frecuente
si no también por superávit del recurso, ya que su mal manejo causa erosión y
disminuye la productividad.

En general, en la sierra los "cuellos de botella" están asociados a dos aspectos


interrelacionados. De un lado, con el propio diseño y las condiciones topográficas
irregulares y geológicas inestables del medio natural. De otro, con los factores
sociales, esto es, con la forma de intervención de las instituciones que trabajan en
el campo y con la débil participación y organización de los usuarios.

En la Selva Alta del Huallaga Central y Bajo Mayo prevalece la falta de una
adecuada infraestructura de riego al interior de las parcelas, lo que contribuye a la
erosión, mal drenaje, salinización, lixiviación y acidificación de los suelos.

En esta región amazónica, la investigación sobre técnicas de riego es inexistente,


así como falta inversión para que los usuarios puedan mejorar su infraestructura.

A pesar de que la distribución es un aspecto crítico en la operación de los sistemas


de riego, ésta no se puede mejorar sin una adecuada cultura de riego. Falta
capacitación para internalizar el rol e importancia del uso óptimo del agua.

Por último, se planteó en el debate de los Seminarios-taller regionales que muchos


dispositivos legales resultan inaplicables para la operación, mantenimiento y
rehabilitación de los sistemas de riego por no existir las condiciones mínimas;
aspecto que genera desconcierto entre los usuarios.

Tecnificación del Riego y Manejo del Agua al Nivel de Parcelas


La heterogeneidad geográfica, social, cultural y de control de los recursos, hace que
las opciones de tecnificación del riego entre los agricultores sean distintas y las
tecnologías de aplicación de agua en las parcelas difieran unas de otras en forma
abismal.

En los grandes sistemas de riego de la Costa, se constata eficiencias de aplicación


bastante bajas. Las técnicas de riego utilizadas generan pérdidas del agua por
percolación profunda y evaporación; en algunos lugares hasta del 80 %

Una de las causas atribuibles a casi todos los problemas de orden técnico, y de
aplicación del agua en las áreas de cultivo, tiene su origen en la ausencia o escasa
capacitación de los agricultores en el manejo eficiente del recurso hidrico otorgado.
En la Sierra, la persistencia de tecnologías ancestrales de riego que emplean los
campesinos y las comunidades resulta un problema irresuelto, en particular, en
Cajamarca, encontrándose en general bajas eficiencias en la aplicación del agua.

En general, las prácticas tradicionales del campesino andino sobre el uso del agua
son racionales para sus propios sistemas de riego, empero cuando se introducen
nuevas cédulas de cultivo surgen problemas porque sus sistemas de riego se
tornan incompatibles, no se adaptan a los cambios.

Entre las dificultades para la tecnificación del riego en nuestra serranía sobresalen:
los altos costos de acondicionamiento de la infraestructura de riego; la baja
eficiencia de conducción y distribución debido a problemas de filtración, la alta
escorrentía superficial, el uso inapropiado de los canales y excesiva parcelación de
las tierras agrícolas; la baja eficiencia de aplicación del agua, por desconocimiento
de los métodos de riego eficientes y del requerimiento de agua por cultivo; la débil
organización comunal y la poca participación de los usuarios.

Finalmente, la tendencia a una parcelación, cada vez mayor, de las unidades


agropecuarias. - mas elevada en la sierra que en las otras regiones - se convierte
en una seria limitante para la tecnificación del riego, porque los costos de
transacción son crecientes y la posibilidad de organización se tornan más difíciles.

En el caso de la Selva Alta predomina un uso indiscriminado del recurso hídrico al


nivel de parcela. Ello origina problemas de mal drenaje y acidificación de los suelos.
Como se puede apreciar, este problema es una constante en todas las regiones.

Organización y Administración de Sistemas de Riego


Las organizaciones de usuarios, en una considerable parte del territorio nacional,
muestran grandes debilidades, sin un conocimiento claro de funciones, carentes de
herramientas e instrumentos de gestión, con escasa participación de sus miembros
y sin liderazgos convincentes. Este es el panorama presentado en prácticamente
todos los Seminarios-taller.

En las Juntas de Usuarios de Agua de la Costa Norfe, por lo general, sólo participan
las Comisiones de Regantes de los grandes sistemas que ocupan la parte baja de
la cuenca, no siendo incluidas las organizaciones de regantes de las partes altas.

En la Sierra Norfe, parte de las dificultades institucionales de las organizaciones de


usuarios tienen su origen en las distintas estrategias de intervención, algunas
totalmente verticalistas y otras excesivamente paternalistas de las entidades de
desarrollo.

En la Sierra Central, los problemas relativos a la organización adquieren


características de acuerdo al tamaño de los sistemas de riego. Los del valle del
Mantaro, sistema mayor, están organizados en juntas de usuarios y múltiples
comisiones de regantes, empero se trata de organizaciones frágiles y formales con
baja identificación y participación de sus miembros.
En ámbitos fuera del valle del Mantaro, la organización se ve atrapada en una
suerte de dualidad, ya que en varias comunidades campesinas, la administración
del agua de riego se halla regida por un comité de canales que no depende de
ninguna Comisión de Regantes, menos de una Junta de Usuarios, más sólo de la
Comunidad Campesina. Este caso es muy común en la Sierra del País.

Cabe también resaltar la falta de coordinación y unificación de criterios entre las


instituciones de desarrollo del valle del Mantaro, Huancavelica, Cerro de Pasco y
Huánuco.

En la Sierra Sur, el principal inconveniente para la organización, administración y


gestión de los sistemas de riego radica de forma similar en la presencia de
organizaciones débiles, que han perdido el principio de autoridad.

En los debates surgieron posiciones encontradas en cuanto a si la cultura


tradicional era un obstáculo o no para una gestión eficiente de los sistemas de
riego. La primera posición asumía que sí en cuanto a cambios e innovaciones. La
segunda posición consideraba que "nadie conoce mejor su casa que el campesino".

En cuanto a la intervención de la mujer en el riego, a pesar de tener una


participación poco reconocida en el manejo de agua a escala parcelaria, no es
promovida en la gestión del riego con fines agrarios; esto se manifestó en los
Seminarios-taller del Cusco y Chiclayo.

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