La obra de portentos o maravillas, en una exposición desordenada, deja paso a la
sistemática consideración de aspectos definidos, que pueden ser ordenados en sus caracteres, que pueden ser comparados. Traslucen las nuevas mentalidades de la modernidad científica. Los componentes definidos como objeto de la geografía daban a esta un perfil propio. Integraba las tradicionales cosmografía, corografía y geografía como partes de una geografía concebida como sistema. Utilizaba términos de apariencia moderna, para identificar sus campos. La modernidad se esboza en su obra en el tratamiento de sus elementos, influido ya por las nuevas actitudes y conocimientos científicos. Así se advierte al abordar los rasgos físicos de la superficie terrestre, que anticipa el perfil de la geografía física moderna, como lo resaltara, mas tarde, A. de Humboldt. Representa un esfuerzo intelectual por establecer los principios de un método de exposición, más que de análisis. Su carácter renovador y su vinculación con el esfuerzo de racionalización, que acompaña la aparición de la ciencia moderna, queda ilustrado en el interés de Isaac Newton por su obra. El sabio ingles la publico en Inglaterra en 1672. El aire de modernidad, la sensibilidad para las nuevas corrientes intelectuales, que prefiguran la ciencia moderna, establecen una clara frontera entre la obra de Varenio y las de la mayor parte de los considerados geógrafos, coetáneos e, incluso, posteriores. La obra de Varenio hay que entenderla como una excepcional y aislada reflexión en el marco de la renovación intelectual, racionalista, del siglo XVII. Representa un ejemplo ilustrativo de la efervescencia intelectual de la modernidad. No obstante, no constituye un antecedente ni forma parte de una genealogía de la geografía moderna. Varenio pertenece a una tradición milenaria.
4.2. KANT Y LA GEOGRAFÍA: UN MARCO EPISTEMOL6GICO
En la historia de la geografía moderna, la referencia a I. Kant, el gran filósofo
aleman del siglo XVIII, es habitual. Para algunos autores, con una significación equiparable a la de Varenio y como un puntal decisivo en el desarrollo de la disciplina. La razón de esta consideración proviene de su condición de profesor de Geografía y de sus textos geográficos. La actividad geográfica de Kant se inicia con un breve opúsculo, en 1757, en que trata la naturaleza de los vientos del Oeste y su condición húmeda, relacionada con el tránsito por el océano. Se desarrolla con mayor amplitud en la Physische Geographic, con casi 300 páginas, en que se plasman sus enseñanzas, recogidas por uno de sus alumnos y colaboradores, Fiedrich Theodor Rink. Fue publicada en 1802, a instancias del propio Kant que, al parecer, había perdido sus propios cuadernos sobre la materia. Rink completo, en parte, la obra. Lo esencial del texto debe corresponder, no obstante, con lecciones impartidas por Kant con anterioridad a 1780. La concepción de Kant de la geografía no representa ninguna innovación. La Geografía física de Kant abordaba los aspectos físicos, pero tam-