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TEMA 1: LA CORPOREIDAD.
José Mª Pazos Couto; Ana Rey Cao
Piensa
Comunica
Siente
Hace Quiere
Evolución del Ser Humano
CORPOREIDAD
SER HUMANO
Estres,
prisas,
Producción.
Tener más,
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Y seguimos hablando de la persona, esa persona que vive, siente, piensa, hace
cosas, se mueve, se relaciona con el medio, los objetos, las personas, en definitiva: con
el mundo que la rodea. Si en verdad vive todas estas cosas, entonces podremos hablar
de su cuerpo, de su corporeidad, su movimiento, su motricidad, su educación, sus
formas de vida y de cual es el camino que sigue el hombre, hacia donde se dirige. A
veces, parece que todo está muy bien pensado, y que la incertidumbre sólo existe para
unos pocos despistados que se paran a mirar en exceso lo que pasa a su alrededor y
fuera de ellos mismos.
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El hombre como ser viviente se halla entre cosas internas y externas que le
mantienen en actividad constante y primaria. Instalado y situado en un espacio y en un
tiempo, a diferencia de los animales, que perciben estímulos interpretados por el sistema
nervioso con una sensibilidad difusa (sentiscencia); para el hombre el estímulo no es
sólo estimulante, sino realidad estimulante. Esto es el sentimiento. El hombre se hace
cargo de la realidad cuando no le basta con sentir, la propia la inteligencia está basada
en la sensibilidad. Es la “inteligencia sentiente” (Zubiri, 1998).
Pero no siempre fue la misma concepción holística del hombre la que existió
entre los pensadores y hombres de ciencia, pues en algún tiempo (Souza de Oliveira,
1998) el saber corpóreo y los sentidos fueron considerados engañosos, convirtiendo al
cuerpo en instrumentos, integrando el cuerpo en la visión dualista del universo. Sobre el
dualismo del cuerpo y la mente ya se manifestaba Ortega y Gasset (1959) haciendo
referencia al cuerpo y alma, cosas que nos hemos encontrado al encontrarnos viviendo.
Así decir que somos materia ó espíritu es expresar mitos, o como mucho hipótesis, pero
nada más. Cuando hablamos del “yo”, éste no es materia ni es espíritu, pues es algo
previo a esas respuestas teóricas: el “yo” es sencillamente el que tiene que vivir una
cierta vida. Ahí está, queramos o no tenemos que ser. El “yo” es un proyecto de vida
(intentar ser de hecho lo que somos en proyecto, eso es la vida).
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Leibniz, etc.). Y otros hablan del hombre como un ser que es elemento del mundo
(Nietzsche, Marx, Freud, etc.)
Lain Entralgo (1995) en uno de sus comentarios sobre la naturaleza del hombre,
afirma que el hombre actual tiene que verse a sí mismo como titular de una vida en cuya
trama de alguna manera perduran modos de vivir iniciados por los hómines hábiles que
hace 30.000 siglos tallaban piedras para cazar y defenderse. El cuerpo del hombre es el
hombre mismo, y a él pertenecen la conciencia de la autoposesión y la capacidad para la
autoexpresión. El cuerpo ha llegado a ser lo que es como el resultado de un proceso
ontogenético (inmediato) y filogenético (remoto).
Ahora vamos a tratar con los conceptos, pero no con los conceptos aislados. Los
conceptos de cuerpo, corporeidad y motricidad, se necesitan unos a otros cuando nos
referimos al ser humano. Sergio (1986) nos habla de las dimensiones de la persona
haciendo referencia a términos cómo corporeidad, motricidad, comunicación y
cooperación, historicidad, libertad, noosfera y transcendencia. Destacando que la
motricidad emerge de la corporeidad. Está en el mundo como señal de un proyecto.
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Estamos hablando de lo que nos dicen los estudiosos, y eso no está mal. Si nos
paramos un momento a ver como nosotros podríamos identificar todos estos conceptos
dentro de nuestra persona, ¿sería factible?. Seguro qué si. Si miramos un momento en
nuestro interior, nos daremos cuanta de situaciones que nos estaban implicando de tal
manera que seríamos capaces de identificar todas las sensaciones que teníamos en ese
momento. Pero lo más curioso, es que en la mayoría de las situaciones teníamos un reto
por delante…, o una situación que nos implicaba junto a otras personas y nos obligaba
en cierta manera a ser nosotros mismos.
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Chirpaz (1969, citado por Gomes de Freitas, 1998) afirma que no podemos
comprender un acto corporal sin referirnos al hombre. Y no podemos referirnos al
hombre sin referirnos a su corporeidad, pues hablamos de un hombre corporal en el
mundo. El cuerpo es corporeidad, y por ello no termina en los límites anatómicos y
fisiológicos. La corporeidad se extiende a través de la cultura, las ropas, instrumentos
creados por el hombre…, el cuerpo les da significado y su uso pasa por un proceso de
aprendizaje (Gomes de Freitas, 1998).
Según Merleau Ponty (1945, citado por Gomes de Freitas, 1998) “el cuerpo se
caracteriza por una motricidad particular, en dirección a un movimiento abstracto,
superando al concreto del animal, creando una zona de reflexión, de subjetividad”.
Pues el hombre no es un sistema cerrado, y demuestra infinidad de posibilidades de
movimiento a la hora de realizar las tareas que se propone (excepto en el deporte
reglado), esta es una de las facetas que le distingue del resto de animales.
Ludomotricidad. Las acciones provenientes de actividades que realiza el ser humano sin
ningún fin fuera de ellas mismas. Se relaciona con la teoría del ocio (Trigo, 1990) y
como tal no sirven para nada útil. Son las acciones más lúdicas, aquéllas que se llevan a
cabo por puro placer, por expresarse o por agonismo. Su fin, nace y muere en sí
mismas.
Ergomotricidad. Acciones relacionadas con el mundo laboral. Pero, según la teoría que
venimos defendiendo, no todas las acciones laborales son motricidad. Solamente
aquéllas que permitan a la persona que las realiza ser más humano, seguir creciendo en
su proceso de humanización. Las acciones del mundo del trabajo que no cumplan estas
características son meros movimientos y, por ello, no constituyen nuestro objeto de
estudio.
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Pero, por lo mismo apuntado más arriba, sólo constituye “motricidad” cuando la
persona que las realizan está toda ella en acción. No es motricidad, sino simple
movimiento las acciones repetitivas de un entrenamiento deportivo o de danza que no
impliquen el pensamiento criti-creativo, la afectividad y voluntad del sujeto.
Christofoletti (1998) nos dice que buscar nuestra corporeidad implica participar
de una forma de vida que ocupa todos los momentos y todos los lugares. Se concretiza
en una actitud que prima por rescatar la alegría de la participación, de la creación, de la
contemplación; el placer de hacer o no las cosas, de conocerse y expresarse.
Wey Moreira (1998) nos dice que la tecnología, que aliena y nos aleja de los
hombres dificulta el entendimiento y la acción de asumir y vivenciar el concepto de
corporeidad. A veces parece que perdemos la noción sobre el verdadero valor de
nuestro cuerpo. Csikzentmihalyi (1997) nos lo recuerda, destacando que el valor del
mismo es el hecho de que sin él no viviríamos ninguna experiencia, sería como ponerle
precio a la vida. Las experiencias de flujo las vivimos con el cuerpo, y así podemos
alcanzar la felicidad. Pero el flujo no es producido por el cuerpo, por su movimiento,
sino que implica la participación de la mente, pues el disfrute tiene lugar en la mente.
Los momentos de felicidad están en el ser humano.
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A la par de este hombre lúdico, que parece cada vez trabajará más en el propio
hogar, existe un desarrollo tecnológico espectacular. Esta afirmación se torna peligrosa
cuando estamos en el medio de una revolución de las dimensiones de esta, pues al ritmo
que van los cambios tecnológicos, lo que hoy es revolucionario mañana es obsoleto…,
Ha llegado o está llegando la sociedad de la comunicación, podríamos estar
construyendo casi sin querer un mundo donde la comunicación humana a distancia es
más fácil y económica, pero corriendo el riesgo de alienarnos en nuestro entorno. ¿No
estará llegando la hora de cambiar también el sentido de la educación e ir preparándonos
para esa sociedad? Si el tiempo dedicado al ocio y la forma de vivirlo, se van a
modificar, ¿no tendríamos que prepararnos para asumir ese cambio? Quizás ya lo
estemos haciendo…
ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
TEMA 1: LA CORPOREIDAD
1. Resumen del día anterior.
2. La profesora escribe en el encerado las palabras:
cuerpo - corporeidad - movimiento - motricidad
3. Formación de grupos. Discusión sobre estas palabras.
4. Lectura en grupo del capítulo “I cuerpo y mente, pgs. 21-26” (Dychtwaldyken, 1993:
Cuerpo -mente. Hacia el pleno conocimiento de uno mismo. Madrid: Temas de Hoy.
• ideas que se extraen del texto;
• interpretación de los conceptos anteriores;
5. Diferencias - semejanzas entre cuerpo / corporeidad.
a) los alumnos comentan en voz alta los resultados de su discusión;
b) la profesora explica el concepto de “psicosocioafectivocognitivomotricio” =
corporeidad = ser humano;
6. Ejemplificación:
a) Combate de Judo.
b) Combate de Lucha Extrema.
• Pregunta: ¿las dos situaciones son motricidad?
7. trabajo para casa:
a) reflexión sobre el ejemplo;
b) buscar en la/s biblioteca/s todo lo que se encuentre sobre las palabras escritas en la
pizarra. Realizar una completa revisión bibliográfica, anotando las definiciones de los
diferentes autores y tomando nota del campo de procedencia del autor;
c) exponer una definición personal de “motricidad”.
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Sin embargo, darle un significado cuando nos movemos para conseguir algún
objetivo en concreto estamos hablando de motricidad.
Cuerpo
Corporeidad
Movimientos Motricidad
(Alex González, César Crende, Antonio Liste, Pablo Fadeville, Juan Fernández,
Daniel Campanero; curso 1999-200
4. Bibliografía específica.
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