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Delirios, cultura y pru ebas de_ realidad:

psiqu iatría y antro pología en confluencia


Josep Maria Fericgla (antropólogo)

Delirium, culture and reality proofs: a conver­ ces have different meaning and importance in ce; in fact, those experiences are for this people
gence of psychiatry and anthropology. FERI­ different cultures. In the same way, the reality reality proofs, used to organize the quotidian
CGLA JM. proofs are different too depending of the cultu­ life. The individual life of a shuar have a
Keywords: delirium, anthropology, psychiatry ral background. development according with the visions expe­
English Abstract: The autbor analyzes, from For the shuar, a people of Amazon in Ecua­ rimented. On the contrary, the occidental cul­
a cultural antlu·opology approacb, the delirium dor, the delirium, visions and dreams have ture is more restrictive about permissiveness of
and visions problem. These kind of experien- more importan ce than ordinary vi gil experien- action of i�ternal messages.

I enfermizos, etc.); o bien se orienta hacia mo mental porque sufría alguna desvia­
El tema del delirio lleva forzosamente a la prevención de las enfermedades por el ción en su percepción de la realidad, y,
reflexionar sobre los límites de la norma bien del propio sujeto y para evitar ries­ por tanto, significaba un peligro público:
cultural en la que se da el delirio, la cual gos a terceros (infecciones, agresiones no era previsible cómo podía reaccionar
(y en último término) lo encuadra. Desde de perturbados mentales, etc.). En este aquel individuo ante situaciones diver­
la antropología cultural, el delirio es un sentido, la Medicina (hablando en térmi­ sas. Esta proyección de los valores domi­
ámbito muy poco tratado por lo resbala­ nos genéricos) actúa de acuerdo a unos nantes de un colectivo a través de toda
dizo del tema. No obstante, se puede preconceptos aceptados por el/la médi­ praxis profesional y cotidiana es actuada
afirmar que tan sólo el propio discurso co, que a la vez le son insistentemente de forma inconsciente por la mayoría de
social de un colectivo es el que marca qué requeridos por los presuntos pacientes, personas, y no deja de acontecer en todo
es y qué no es delirio, y a menudo lo lo que no significa que actúe en función momento de la historia.
marca por medio de lindes casi imper­ de unos intereses objetivos ni globales. A En este sentido pues, si la Psiquiatría
ceptibles. Esta es la razón por la que este respecto tan sólo quiero apuntar los orienta su interés hacia el delirio para una
desde fuera del propio marco cultural cambios epistemológicos que han mar­ posterior aplicación terapéutica de los
resulte extremadamente difícil verificar" cado la historia de la Medicina occiden­ conocimientos obtenidos; para la Antro­
lo, de acuerdo a las pruebas de realidad tal, y la diversidad de síntomas necesita­ pología, en cambio, el interés hacia el
que cada sociedad adecua a su momento dos de actuación médica vigentes en de­ delirio se orienta en el sentido de buscar
y contexto. terminadas épocas de acuerdo con la indicativos culturales que permitan, a la
Por este motivo, cabe establecer de cosmovisión imperante en cada momen­ larga, diseñar la gran teoría que explique
entrada una separación, muy poco fre­ to. Recordemos, y para poner sólo una la cultura, y el propio ser humano en
cuente desde la óptica clínica, según creo, ilustración, cómo después de la Revolu­ tanto que animal cultural.
entre el delirio en tanto que discurso ción de los Soviets
patológico y el délirio en tanto que dis­ en el año 1 9 17, todo
curso no patológico. En este sentido, aquel que no pensa­
parecería indudable que en una primera ba en el mismo senti­
instancia, los elementos que orientan la do del Comité Supre­
Medicina, en cualquiera de sus ramas, mo del Partido Co­
lÍ.acia el interés por el ddirio distan mu­ munista ruso era til­
cho de los intereses de la Antropología dado de e nfermo
cultural. mental, ya que de
La Medicina se mueve dentro de un aquel órgano repre­
ámbito fijado por la terapia, es decir, la sentante del pueblo
readecuación de un sujeto a una norma salía la verdad abso­
global que a menudo se ha fij ado estadís­ luta y quien no pu­
ticamente intentando aligerar la enfer­ diese reconocerla y
medad (dolor, disfunciones biológicas o aceptarla era diag­
mentales, malformaciones o procesos nosticado de enfer-

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Siguiendo con esta aclaración de posi­ una patología no es una actuación reduc­ de imaginería mental, de elaboraciones
ciones distantes (para mí indeseables, ya cionista para el psiquiatra que se mueve perceptuales de la realidad carentes de
que concibo el ideal científico en forma dentro de un marco contextual y cultural referente objetivo, de fosfenos, etc. Pero,
de sistema dinámico con totales inter­ que le indica, implícita y/o explícitamen­ repito, en cualquier caso se trataría de
conexiones), hay que reconocer también te, cuáles son los límites de normalidad complementos que acompañan el tras­
otro sesgo que la misma praxis profesio­ de la propia sociedad. Para un antropólo­ tomo de pensamiento, no de la naturale­
nal conlleva en cada uno de los ámbitos go a menudo resulta difícil aceptar estos za propiamente dicha del delirio.
profesionales y científicos citados. límites, precisamente porque la praxis En este sentido, pues, hablar de pensa­
En los últimos años he tenido la suerte ideativa debe trascender los propios lí­ miento y de procesuación del pensamien­
de poder discutir frecuentemente con mites para poder alcanzar otros. De aquí to comporta hablar de patrones cultura­
una persona íntima, profesional de la las frecuentes discusiones con la persona les, de estructuras cognitivas socialmen­
Psiquiatría, sobre el tema que nos ocupa. mencionada. te entrenadas, de pruebas de realidad, de
Uno de mis campos de especialización es No obstante esta diferencia epistemo­ sentido autocrítico, etc. Es decir, de todo
la Antropología Cognitiva, y específica_ lógica, hay un campo de interés común aquello, en esencia relativo, que la An­
mente el uso de substancias enteógenas o que relaciona ambas disciplinas y permi­ tropología Cognitiva tiene por objeto de
alucinógenas en los pueblos primitivos; te el enriquecimiento mutuo, y en él me estudio, y que varía de una sociedad a
y la relación biológica y cultural que hay voy a moyer. Me refiero al delirio como otra.
entre esta práctica y los mitos y símbolos trastorno del pensamiento, manifestado Al hilo de todo lo anterior, trataré
profundos que ordenan cada sociedad. A de acuerdo y dentro de determinadas ahora de situarme en un ficticio trabajo
raíz de ello, el tema de las visiones y del pautas culturales. de campo y plantear una situación vero­
consumo de substancias alucinógenas Por tanto, intentaré comenzar por la símil: un individuo shuar posee suficien­
(más que el tema del delirio propiamente esencia misma del fenómeno, indepen­ te inteligencia y sentido crítico como
dicho) han sido objeto habitual de discu­ dientemente que sea o no patológico en para elaborar un discurso coherente y
sión, y ello me ha llevado a reconocer que un determinado contexto, y después pa­ sólido sobre su propio pueblo, hecho en
al margen de la racionalidad subyacente saré a interpretar las pruebas de realidad principio normal; yo soy un etnógrafo
a éada una de las pqsturas que hemos utilizadas en un patrón cultural diferente que está estudiando los patrones cultura­
defendido en nuestras discusiones (casi del nuestro, concretamente entre el pue­ les de los shuar y me encuentro con este
siempre opuestas), había una actitud blo shuar de la gran Nación Jíbaro que informante que es incluso capaz de reali­
también opuesta producto de la diferente habita la Amazonia ecuatoriana oriental, zar una exégesis de su propia valoración
orientación profesional: mientras que la con el fin de indicar (con toda la traduc­ de la realidad, y me explica detallada­
otra persona ve a diario patologías men­ ción cultural y conceptual que sea nece­ mente que su abuelo (fallecido hace ya
tales, extremos enfermizos del compor­ saria y posible) cual es la naturaleza del unos años) acaba de traspasarle el poder,
tamiento humano, y puede valorar empí­ discurso delirante allá, en contraste con concepto intraducible al castellano y que
ricamente el peligro que comporta un el occidental. los shuar conocen por Arútam. Es un
paranoico o la angustia incontrolada e poder para actuar mentalmente a través
indeseada de un brote de esquizofrenia, del imaginario por encima de y sobre los
II
yo intento buscar la racionalidad sumer­ demás humanos, y también para modifi­
gida en el comportamiento individual o En principio e s correcto afirmar que el car a voluntad elementos de la N aturale­
colectivo de pueblos muy diferentes al delirio es un discurso, no una fenome­ za. Me comenta también, el informante,
nuestro, en los que las pautas de conducta nología puntual como podría serlo una que debe mantenerse en constante alerta
y la razón explicativa de sus actitudes alucinación espontánea. Y también que porque hay un iwishín (un chamán o
son a primera vista incomprensibles para la coherencia y solidez de un discurso brujo) que quiere inducirle un mal temi­
nosotros y basadas, en cambio, en la delirante varían de un sujeto .a otro en la ble y que por esto el abuelo le ha otorgado
imaginería mental obtenida por medio misma proporción que la inteligencia del el mismo poder del cual él había disfru­
del consumo consensuado de substan­ sujeto, el sentido crítico, el nivel y estilo tado en vida, para que se defienda y,
cias enteógenas (psicodislépticas) y/o a cultural, la imaginación, etc. Una perso­ llegado el caso, contraataque. Además,
través de los sueños. na de pensamiento empobrecido mani­ me invita insistentemente a participar en
Por tal motivo, voy a partir de una festará delirios inco-
premisa básica que está relacionada con herentes aquí y en el
la ideación de cultura en el sentido holís­ resto del mundo, y
tico que le da la Antropología. Es decir, viceversa. Así pues,
por cultura voy a entender una actividad si aceptamos que el
que actúa sobre el ser humano y al mismo delirio es un discur­
tiempo es actuada por él, lo cual trascien­ so, debemos aceptar
de los énfasis reduccionistas en cual­ también que tiene
quier sentido, y el hecho de etiquetar que ver con los pro­
determinadas razones justificativas de cesos de pensamien­
un comportamiento (o el comportamien­ to de las personas, no
to mismo) de patológicos, apriorística­ con los aparatos per_
mente se convierte ya en un acto reducti­ ceptivos. Lo que no
vo, a pesar de que tenga sus explicacio­ significa que el pro­
nes en el marco cultural que lo rodea. ceso delirante vaya
Sin embargo, el acto de diagnosticar siempre acompañado

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una ceremonia de ingestión de substan­ comida enlatada a una organización be­ mos que aceptados y valorados como no
cias embriagantes que me permitirán al­ néfica de ayuda al Tercer Mundo, ya que patológicos per se, tienen la misma es­
canzar un estado mental mediante el cual ese año ha sido declarado por la UNESCO tructura que un delirio patológico de los
contactaré con sus seres míticos (que año de solidaridad con los pueblos indí­ que nuestros psiquiatras ven a menudo:
pueden aparecer en forma de boa, j aguar, genas. Cuando el investigador foráneo le gozan de coherencia interna y sólo se
figura humana o de trueno y relámpago, pregunta si cada día recibe la misma por. distinguen de la realidad empírica por la
pero que no son nada de esto), los cuales ción de suerte, el europeo responde que falta de referentes externos que les otor­
indirectamente le ayudarán a vengarse no; algunos días tiene poca, otros mucha guen la carta de credibilidad.
de otra persona que utilizó los servicios (como ese día), y otros nada, o incluso ¿Cómo se distingue un delirio patoló­
de un segundo iwishín o brujo para enfer­ puede tener días de "mala suerte". gico expresado a través de un discurso
mar a su hijo pequeño. El investigador foráneo sigue interro­ coherente, de las narraciones que acabo
Este discurso, puesto en boca de un gando, y le pregunta por qúé no va cada de hacer? Creo que el discurso en sí
shuar amazónico puede despertarnos a día a llevar aquella bolsa de comida que mismo no puede distinguirse, sino que
todos ·curiosidad intelectual, tal vez tam­ le ha proporcionado la suerte, dado que nuestros psiquiatras se atienen a otros
bién alg"una duda acerca de nuestros pro­ parece desearla tanto, y le pide también hechos o síntomas marginales que les
pios referentes de la realidad, o risas y que le enseñe la suerte, ya que ese día la permiten reconocer lo que es un delirio
desprecio por las supersticiones que pue­ tiene; le pregunta si puede darle o ven­ de lo que no lo es (ansiedad anormal,
den atribuírsele. No obstante, este mis­ derle una parte para el Museo Etnológico frialdad afectiva, reacciones extrañas,
mo discurso en boca de un sujeto euro­ . de Ganímedes . El europeo se muestra insistencia obsesiva, alucinaciones). N o
peo es tildado de delirio inmediatamen­ sorprendido y le explica que la suerte no obstante, ninguno de estos síntomas mar­
te, y en especial si lo mantiene durante un es nada visible, ni tangible, ni medible, ginales es el delirio en sí, ni siquiera es
tiempo que vaya más allá del que puede que la suerte no es nada. "¿Cómo puede intrínseco del delirio.
durar una broma. decir entonces que unos días tiene mucha En este sentido, pues, es necesario
Ahora quiero fabular con la situación y otros poca?" se pregunta el foráneo. disponer de pruebas de realidad que sean
a la inversa. Viene a visitarnos y a estu­ "¿De qué está hablando el informante eficaces para distinguir un hecho enfer­
diarnos el que sería el equivalente a un europeo al referirse a esto que denomina mizo de otro que no lo es. Y las pruebas
etnólogo nuestro, pero proveniente de suerte, si después de afirmar que la tiene, de realidad siempre son arbitrarias en sí,
una realidad lej arra, pongamos de la cons­ que la da, que la recibe, sigue afirmando y relativas dentro de un orden sistémico
telación Ganímedes (de donde dicen que que la suerte no es nada?". Cuando deja y cultural en el que están inmersas. Por
provienen los extraterrestres). Pongamos al informante, el investigador de Ga­ ejemplo, y según creo, una praxis habi­
también que lo único que este etnólogo nímedes topa con una caravana de ca­ tual entre nosotros para distinguir un
domina de nuestro contexto cultural es el mioneros que están vertiendo toneladas discurso normal de un delirio patológico
idioma (situación, repito, equivalente al de comida buena en la calle, a la que es la de escuchar al presunto paciente,
quehacer de nuestros antropólogos). En­ después prenden fuego para que nadie esperando encontrar fallas argumenta­
tabla conversación con cualquier sujeto pueda aprovecharla, como protesta ante les. Sin embargo, tampoco se trata de un
europeo (catalán, danés o andaluz) y éste el libre mercado de productos agrícolas camino unívoco: una de las metas de
le explica como hecho muy importante y entre países europeos. Y vuelve a pre­ todo etnólogo cuando hace trabaj o de
representativo de lá sociedad en la que guntarse, "¿Por qué me ha dicho que la campo en una sociedad diferente a la
vive y que aquel investigador ha escogi­ comida es signo de solidaridad y tremen­ propia es la de conseguir aislar, recono­
do para estudiar, que se siente orgulloso damente necesaria para su vida, si estos cer e interpretar la racionalidad subya­
por la recientemente inaugurada Unión la están quemando a toneladas? ¿Me ha cente de la vida cotidiana de los infor­
Europea, deseo largamente acariciado engañado al decirme que todo el mundo mantes. Es decir, busca encontrar aque­
por los habitantes de este continente, y está orgulloso de la situación de unidad llo que da el sentido a cada uno de los
también le explica que tiene un día con europea cuando éstos, más numerosos, la actos de los miembros de la sociedad que
suerte porque acaba de tocarle la lotería; rechazan tan violentamente?" está intentando comprender. Lo cierto,
y que esta suerte la tiene como conse­ Al hilo de las dos situaciones narradas es que el fracaso acompaña la mayor
cuencia de haber donado una bolsa de aparece la referencia a las grandes metá­ parte del trabajo, y muy a menudo el
foras culturales, dis­ antropólogo tiene que comprenderlo a
cursos simbólicos de base de hacer inferencias de otros hechos
difícil comprensión y explicaciones. Diría que es un camino
para los individuos estructuralmente similar al que sigue el
que no pertenecen a reconocimiento de un delirio manifesta­
la propia cultura que do en un discurso bien organizado: se
los ha generado, in­ diagnostica gracias a elementos no in­
cluso para muchos trínsecos al hecho en sí.
individuos encultura­
dos en la misma so­
III
ciedad ("yo no creo
en la suerte" es una Llegados a este punto, s e puede afirmar
frase que no suena que la normativa cultural fij a los límites
extraña en nuestros de la realidad, y determina cuáles serán
oídos). Con todo, es­ las pruebas de realidad. Y dado que la
tos discursos, diga- cultura es una actividad viva que cambia

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constantemente, incluso se encarga de enlazan la orientación de las ciencias mesurada, el de persecución, ver gusa­
borrar de la memoria aquellos paráme­ médicas y la de las ciencias antropo­ nos, creerse dios, etc.)
tros válidos en un momento de la historia lógicas. Fijando la mirada en los pueblos pri­
que podrían contradecir a otros que serán El mito es un universal de la especie mitivos y en sus delirios, observamos
válidos en un momento posterior: Así, se humana y hay que entender su significa­ que la cultura los tiene mucho más inte­
puede inferir que las pruebas de realidad ción estrechamente vinculada con las grados que entre nosotros, que la gente
también varían de un momento a otro y experiencias etiológicas de la cultura, a los conoce y reconoce como propios cuan­
de una cultura a otra. Los moldes cultu- · pesar de la gran diversificación temática do se habla de ellos, y, en definitiva, se
rales en los que se mueve todo individuo en materia de contenidos y de formas, hace mucho más obvio por la simplici­
humano le fijan las normas y los límites pero no de estructuras (FERICGLA, 1 989). dad que tienen, que la cultura misma es
para convivir con otros, le enseñan a En el fondo de las mitologías encontra­ un delirio adaptativo propiamente dicho,
descargar o manifestar las pulsiones bio­ mos una fuerte tendencia de los grupos que funciona como realidad y que es
lógicas (incluso las más violentas) de humanos a historiar su pasado, propor­ capaz de integrar todos aquellos deliríos
acuerdo a un determinado orden, etc. cionando un hilo conectador con los orí­ individuales que entre nosotros recibi­
Estos moldes cumplen también otra la­ genes nebulosos tanto del conocimiento rían la categoría de patológicos.
bor: enmarcan el proceso cognitivo de como de la sociedad. El hecho de que los Hay diversos investigadores que han
los individuos en unos engramas que mitos reconozcan e incluyan en su dis­ trabajado en este sentido, desde el clási­
conducirán de determinada manera el curso explicativo y descriptivo hechos co y recuperado C.'G. Jung hasta los
contenido del pensamiento. Así, en An­ fantásticos, incluso alegóricos, constitu­ contemporáneos R. Bastide, G. Duran­
tropología cultural se distingue entre di­ ye para el código interpretativo habitual do, M. Perrin, entre otros.
ferentes estilos cognitivos, de los que los un elemento de confusión intelectiva que
más importantes son el estilo cognitivo ha llevado durante años a abandonar el
IV
folclórico, propio de los pueblos primiti­ estudio de estas manifestaciones de la
vos, y el estilo cognitivo formal que mente humana tildadas de producto de Como ilustración etnográfica de todo lo
correspondería a nuestras pautas cosmo­ escaso valor salido de la imaginación expuesto hasta ahora, trataré de hacer
gónicas altamente formalizadas por la fantástica. No obstante, los mitos y los una descripción rápida del sistema edu­
lógica racional. delirios tienen mucho en común, y espe­ cativo de los shuar, por medio del cual y
En este mismo sentido, pues, cabe cialmente cuando van acompañados de de forma predominante, se enseña a los
decir que no hay una única racionalidad alucinaciones, ya que éstas pueden estu­ adolescentes (se los encultura) a incor­
explicativa o justificativa de los hechos y diarse de acuerdo con la finalidad o fun­ porar .a su vida y a su ideación de reali­
de las cosas humanas, sino que las perso­ ción psicológica y social que reciben en dad, y por tanto a decodificar, las imáge­
nas disponemos de una amplia gama de diferentes culturas. No hay que olvidar nes no pertenecientes al mundo física­
razones (por ejemplo, la razón afectiva, que el 89% de los pueblos de la Tierra mente verificable y percibible, aunque
la razón mística o religiosa, la razón descritos por la etnografía consumen al­ no por ello son tenidas en un lugar secun­
lógica, incluso podríamos hablar de la gún tipo de substancia visionaria o enteó­ dario en su sistema de referentes, sino
razón musical, estética y otras). Y cada gena con diversas finalidades religiosas todo lo contrario. Este entrenamiento y
patrón cultural escoge cual o cuales de y/o adaptativas, y que del l l % restante, conocimientos les sirven para entender y
estas razones serán las que mejor se ade­ la mayoría realiza tradicionalmente al­ moverse en lo que podríamos denominar
cuarán a la explicación que dará de la gún tipo de práctica con la misma orien­ discurso delirante culturalmente consen­
realidad, en definitiva: para justificar su tación: modificar el contenido del pensa­ suado, y (hecho importante) la decodifi­
discurso delirante. miento, y probablemente también el pro­ cación les sirve tanto para ser aplicada a
Retomemos ahora un hecho citado ceso de creación de la realidad. las visiones enteogénicas que provienen
hace un momento: el delirio (especial­ En este tema en concreto es en el que del consumo de substancias embriagan­
mente el paranoico) sólo se refiere al actualmente estoy investigando: en los tes, como para entender los sueños y
contenido del pensamiento, ni siquiera al términos del presente texto podría decir­ otras imágenes y percepciones espontá­
proceso de elaboración de este pensa­ se que busco los límites (entendidos en neas que son igualmente usadas para
miento. Es decir, se refiere a un pensa­ un sentido procesual) a partir de los cua­ organizar la realidad cotidiana.
miento cuyo contenido no respeta lQs les un sistema mítico, recuperado viven­ Los shuar, un pueblo amazónico for­
límites de la realidad ni responde a las cialmente a través de los delirios no pato­ mado por unas 43.000 a48 .000 personas,
pruebas de realidad que se le puedan lógicos inducidos por el consumo con­ constituyen la más numerosa y fuerte de
poner por delante. Todavía más: el indi­ sensuado de substancias enteógenas, está las cuatro etnias que forman la gran fami­
viduo puede llegar a buscar aquellos ele­ inextricablemente ligado a la biología lia cultural jíbara o Nación Jíbaro. Habi­
mentos empíricos que le servirán de prue­ humana, y a partir de qué límite se trata tan en la selvática vertiente oriental de
bas materiales para justificar el pensa­ de algo culturalmente aprendido. Cabe los Andes, entre los grandes ríos amazó­
miento delirante, y j ustificarlo así en los apuntar aquí que en todas las sociedades nicos Paastás (Pastaza) y Santiago. Ocu­
mismos términos de realidad socialmen­ hay delirios patológicos que están social­ pan buena parte del Ecuador meridional,
te consensuados que sabe que se le exigí­ mente aceptados, incluso han pasado a y también un pequeño territorio septen­
rán para ser creído. formar parte de las rrianifestaciont:<S tra­ trional del Perú, a pesar de que para los
Por otra parte, el mismo discurso deli­ dicionales de aquel pueblo (novelas, his­ shuar y sus vecinos más próximos, los
rante puede convertirse en un sistema de toria oral, iconografía), en tanto que otros �chuaras, las fronteras estatales no tie­
mitos para el propio individuo que le delirios no gozan de tal prestigio (en la nen mucha importancia.
expliquen su origen, su situación con­ nuestra y por citar los más conocidos, el Hablar, aunque sea muy esquemática­
temporánea, etc. Y es aquí donde se delirio licantrópico, el de grandeza des- mente, del proceso de socialización y del

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sus numerosos hijos, casi olvidado ya en que se mienta, y la mentira es una cons­
nuestras sociedades industrializadas. Las tante entre los jóvenes y entre los adultos
familias tradicionalmente son poligíni­ shuar).
cas y tienen entre siete y quince hijos o Haciendo una radiografía rápida de la
más. Los hombres pueden estar casados vida de un shuar hasta la adolescencia
con varias mujeres a la vez y cada una de podré poner de relieve la aplicación de
ellas mantener vivos un número de hijos tales principios y los mecanismos de
que nunca baja de cinco. Por tanto, el incorporación del discurso delirante (para
número de niños/as de diversas edades nosotros) como referente válido y con­
escalonadas que hay en cualquier choza sensuado de su realidad. Pero no me
familiar es considerable. Las chozas extenderé aquí en análisis del sistema
shuar, hechas de la fuertísima madera de educativo shuar: sólo pretendo hacer de
chonta (Bactis sp.), suelen tener uno o él una descripción esquemática con la
dos compartimentos internos, sin ningu­ finalidad ilustrativa antedicha.
na otra división espacial, y los habitantes Cuando nacen, los niños shuar son
están en constante contacto visual, sqno­ amamantados enseguida por la madre,
ro y físico, ya que el único mobiliario que normalmente hasta los dos años: Cuando
elaboran son entablados horizontales de se les quiere retirar el pecho, único ali­
caña de unos 1 80 por 1 20 centímetros, mento que han tomado en la mayoría de
colocados alrededor de las paredes de la los casos hasta entonces, hay diversas
choza y elevados unos so·centímetros del maneras de hacerlo, pero la más habitual
suelo, que sirven para dormir, de mesas, es darle caldo de alguna gallinácea y
para sentarse durante el día, etc. carne previamente masticada por la ma­
ámbito vital de los shuar implica referir­ A pesar de todo, los padres shuar no dre hasta que el niño queda satisfecho;
se a la vida dentro de la selva de un necesitan ser autoritarios, en el sentido entonces se le ofrece el pecho materno.
pueblo cazadorrecolector, al consumo occidental, para mantener el orden. Casi Al segundo día se hace lo mismo, y al
habitual de diversas substancias enteó­ nunca se ve a un padre enfadado con tercer día ya no se le da de mamar des­
genas, al coraje, a la resistencia física y al alguno de los hijos, y menos aún proyec­ pués de comer. Cuando se da el caso de
autocontrol como valores sociales cen­ tándoles estados de malhumor personal, que la madre de una criatura no tiene
trales, a la práctica ausencia de castigos violencia o castigos. Los padres nunca leche propia, los shuarpagan a otra mujer
(en la lengua shuar no hay ningún verbo manifiestan su malestar, excepto cuando para que haga de nodriza. En ocasiones,
ni sustantivo abstractos equivalentes a falta comida. Y tampoco se ve nunca a si la familia está cerca de los límites de la
"castigar" o "castigo"); y también impli­ los niños molestando a los adultos, ni frontera de la selva con algún pueblo de
ca hablar de un riguroso respeto a los gritando o jugando dentro de la choza. colonos, consiguen leche embotellada
padres, a los hermanos, y a estar balan­ Cuando llega una visita adulta, todos los para dar a los niños, pero intentan evitar­
ceándose entre tres referentes de identi­ hijos (aproximadamente de entre 3 y 1 8 lo porque, según ellos, si los alimentan
dad demasiado distantes como para con­ años) se sientan alrededor del padre y de esta manera los niños crecen tontos .
cebir una cultura cerrada en sí misma, en escuchan la conversación con respeto y Pocos días después del nacimiento de
especial los shuar que viven más cerca­ curiosidad. El padre, o la madre, les dan un niño, los padres le dan el preparado
nos a los límites de la selva. En su sistema órdenes para que sirvan chicha y agua a llamado natema, más conocido por ay­
de valores y referentes intervienen: a) los adultos, ofrezcan comida, o presten ahuasca, pócima líquida preparada en
Los misioneros cristianos y todo lo que cualquier otro servicio. Si no tienen que base a la liana enteógena Banisteriopsis
comportan, que son pocos en número hacer nada, los jóvenes se mantienen caapi y a otras plantas que siempre se le
pero que disponen de un desmesurado y callados y escuchando. Sin embargo, no añaden antes de hervir. Actualmente la
desequilibrado poder económico, cultu­ hay ninguna reglamentación rígida: si se ayahuasca está siendo muy difundida y
ral y político. b) Los colonos, que son el cansan de estar con los adultos, sencilla­ estudiada por los potenciales visionarios
peligro material inmediato y dinámico mente salen fuera de la choza ajugar, o se que produce en el ser humano, ya que
para los shuar, ya que deforestan el eco­ ponen a dormir en alguno de los entabli­ esta liana y los efectos mentales que
sistema del bosque húmedo tropical en el llado-camastros. produce es uno de los puntales de la
que los indígenas viven perfectamente El hecho más evidente es que todos, cultura shuar, de la mayoría de pueblos
adaptados, para ir convirtiendo la selva adultos y jóvenes, responden a unos pa­ amazónicos y también de muchos pue­
en potreros donde criar vacas, mal ayu­ trones ideales de comportamiento claros, blos andinos (LUNA, 1 99 1 ; FERICGLA
dados por el gobierno; no obstante, al y cuando se produce alguna falta todo el 1 997). Los padres shuar esperan que to­
mismo tiempo los colonos representan el mundo sabe las consecuencias o el tipo mando este preparado visionario, el re­
modelo cultural y económico ideal para de corrección que hay que aplicar. Ade­ cién nacido aprenda a distinguir entre el
los shuar que quieren abandonar la vida más, dada la falta de intimidad y reserva, mundo real, el que se conoce a través de
cada vez más precaria de cazadores-re­ nadie puede esconderse o mentir. Repito, las visiones, y el mundo de artificio o
colectores. e) Su propia tradición cultu­ la educación de todo niño o niña shuar aspecto físico de la realidad. Más adelan­
ral, muy viva y fuerte. está principalmente basada en el sentido te, a los seis o siete meses, la madre dará
La primera cosa que puede sorprender del valor y el autocontrol: las normas otra planta enteógena, el potentísimo uchi
a cualquier occidental que lleve una tem­ sociales y las pautas están claras, sólo maikiwáo brugmansia de los niños (Brug­
porada conviviendo con los shuar, es el hay que cumplirlas, y esto debe hacerse mansia sp.); se trata de las antiguas datu­
orden permanente que se observa entre con coraje (ello no quita, no obstante, ras arbóreas; los shuar usan cinco tipos

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distintos deBrugmansia, para que el niño (mucho más potente:
empiece a andar. A los dos o tres días de el efecto de la ay­
haber tenido el efecto visionario de la ahuasca dura unas
planta, los niños se tienen de pie y cami­ horas, pero el de cual­
nan. quier B rugmansia
El hecho que proporciona una idea puede durar días) y
más clara de la cosmovisión subyacente los chicos beben un
en la educación de los adolescentes, y su vaso tras otro mien­
relación con lo que en nuestra cultura tras pueden contro­
llamaríamos delirio, tiene lugar a los larse. Saben que si
siete u ocho años de vida. En un momen­ tienen suerte verán el
to determinado, el wea o patriarca fami­ Arútam, y si además
liar propone a los niños, (y en este caso tienen el valor de to­
sólo a los niños) que en un día fijado por carlo, a pesar del as­
él vayan a buscar el Arútam. La ideación pecto tetTorífico que
de lo que representa. el Arútam para los presentará, habrán
shuar es de muy difícil traducción, a "obtenido" el poder del Arútam. Si el rísticas del sistema de valores educacio­
pesar de que en la literatura especial izada joven sabe aprovecharlo se convertirá de nales de los shuar: el niño no es obligado
se hable a menudo y erróneamente de él por vida en un buen guerrero, en un buen ni castigado a tomar ayahuasca, sino que
como de la "divinidad shuar". No se trata padre de familia, responsable, valiente, él decide libremente hacerlo. Si obtiene
de una entidad personificada: más bien etc. el poder del Arútam puede tener suerte y
es el poder impersonal y terrorífico de la Antes de beber los 20 a 30 centímetros valentía el resto de la vida, pero deberá
Naturaleza, aunque durante las visiones cúbicos de cada ingestión de ayahuasca, cuidar el poder obtenido a través de man­
se presenta formalizado como serpiente el tipo de pensamientos que tienen los tener vivo el discurso (para el mundo
gigantesca, enorme ave depredadora, in­ niños y que el patriarca les repite son del cultural occidental) del irante durante el
cluso como persona o elementos natura­ estilo de: shinki katswa ajasrnij ("que mi resto de la vida (deberá estar constante­
les como los truenos. Los adolescentes vida sea tan dura como la madera de mente alimentando los paradigmas en
(un niño o niña de diez a doce años es chonta"); netémataj ! katswartarin tiajtai que se basa su realidad, como sucede con
entre los shuar el equivalente a un ado­ ("voy a tomar ayahuasca para intentar todos los demás patrones culturales, in­
lescente occidental) que libremente quie­ conseguir una larga vida"). El anciano cluido el nuestro, por supuesto). Si no lo
ren, deciden tomar ayahuasca o uno de que guía el rito de paso les repite: jíntia hace se ahorrará tener que pasar por los
los tipos de Brugmansia para intentar aintiuta ("ve a buscar tu camino en la tres o cuatro días de ayuno, por el miedo
"obtener el poder del Arútam". Se inter­ vida"). Para ellos la fuerza del pensa­ ante el posible encuentro con el Arútam,
nan en la selva en un grupo de 4 ó 5 miento y del imaginario son la base para etc. pero no gozará de la suerte. El valor
jóvenes (hermanos, primos, cuñados). controlar y prefigurar la realidad física dentro de las visiones es la acción más
Para comer sólo llevan consigo un poco en el sentido más literal. preciada.
de kukai, o yuka seca, un tubérculo seco Vienen los efectos de la ayahuasca, y Por otra parte, cuando un joven se
ahumado (Dioscorea tr�fzda) para cada si el niño es valiente aguantará las visio­ comporta de forma inadecuada dentro de
uno, que guarda el patriarca que los guía, nes terroríficas del poder de la Naturale­ los parámetros shuar, el padre lo castiga
el wea. Comienzan a caminar a las 5 o la za, y tal vez oirá una voz que le dirá: dándole suerte mediante las plantas en­
6 de la mañana después de haber tomado nekás áisman géitme, awáktukmámue teógenas. Los adultos saben que a un
agua y un poco de zumo de tabaco silves­ ("en verdad eres un hombre fuerte, me joven maleducado, indiscriminadamen­
tre, uno de los narcóticos naturales más has ganado"). Sin embargo, no todos los te violento, gandul, etc. hay que corregir­
potentes. No deben manifestar hambre ni neófitos tienen visiones a pesar de seguir le el comportamiento. Después de avi�
· frío, ni tampoco cansancio. Después de el mismo proceso, ni todos los que han sarle en repetidas ocasiones, y si no hay
bastantes horas de andar llegan al paraje tenido una visión han sido valientes para adecuación por pm·te del chico o la chica,
virgen en el que se encuentra una tuna, aguantarla y tocar el Arútam con un en un día determinado le dicen que debe­
chorrera o salto de agua, previamente bastoncito que previamente han prepara­ rá tomar maikiwá (Brugmansia sp.),
seleccionada por el patriarca, donde vive do. Los que han visto y tocado el poder de arbusto cuya savia mantendrá durante
el Arútam. La chorrera debe ser virgen en la Naturaleza, nunca lo dicen. Si lo hacen dos o tres días un profundo estado modi­
el sentido de que nunca haya ido antes público, perderían el poder que han ga­ ficado de consciencia en el sujeto, el cual
nadie a obtener su Arútam allí, puesto nado. El resto de la comunidad,_ sin em­ queda con aspecto de inconsciente. El
que después queda estéril y es un salto de bargo, sabe si alguien ha obtenido el joven llora pero lo acepta siempre, sabe
agua sin poder. Una vez en las cercanías Arútam porque al cabo de poco tiempo, que es por su bien. El padre le da el zumo
de la tuna o salto de agua, los jóvenes según los shuar, el afortunado o los afor­ crudo de esta planta, y él lo toma después
shuar construyen una pequeña choza, tunados cambian la voz, empiezan a ser de acercar el vaso a la columna de made­
cazan pájaros que ahuman y guardan más valientes y responsables, etc. Se ra de chonta que sostiene la choza y
para llevar a casa de la familia, y descan­ hacen adultos más deprisa que el resto de pedirle su fortaleza. Son obvias las con­
san. Sólo toman zumo de tabaco. Nor­ jóvenes de su grupo de edad. Un hecho es notaciones de magia simpática. Durante
malmente caminan entre 5 y 6 días entre fundamental: para tener una l arga vida las visiones que tendrá el joven, se verá a
la ida y la vuelta. Al segundo día el hay que haber tenido visiones. sí mismo de adulto, con esposa e hijos, o
patriarca les prepara la ayahuasca visio­ En este proceso, aquí resumido, se muerto en manos de otra persona, etc.
naria o el zumo crudo de Brugmansia pueden entrever algunas de las cm·acte- Según la ideación shuar de la realidad,

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entre los integrantes del pueblo shuar (jíbaros),
habitantes de la Amazonia ecuatoriana. Uno de
los principales problemas metodológicos que
. hemos hallado ha sido la elaboración de una
herramienta fiable para recoger la información.
En un conocido cuestionario, aceptado por la
OMS, uno de los primeros ítems que se plantean
es el de si el sujeto tiene visiones u oye voces.
Entre los shuar, la vida cotidiana se organiza
justamente a partir de mensajes oníricos y visio­
.nes espontáneas u obtenidas mediante el consu­
mo consensuado de plantas entógenas o psicodis­
lépticas. Por ello, si a cualquier shuar adulto se le
pregunta llanamente "¿tiene visiones?", sin duda
responderá con una afirmación, sin embargo sería
del todo absurdo deducir que la práctica totalidad
de los miembros de este pueblo amazónico mile­
nario sufren de esquizofrenia. Para más informa­
ción sobre este aspecto concreto, ver el artículo
FERICGLA, 1 993. Para más información general
·
sobre los shuar, ver la monografía clásica de
HARNER, 1 978.

Entre los años 1 992 y 1 993 un equipo de inves­


tigadores formado por los psiquiatras J. Obiols y
J. Atala; el etnomusicólogo J. Martí; el psico­
estas visiones son las que configuran la Por tanto el "castigo" que recibe el neurólogo, músico y matemático J.M. Berenguer;
propia realidad futura. Es decir, no es que adolescente consiste en fij ar/facilitar un el bioquímico J. Callaway y yo mismo, realizó
·
diversas pruebas experimentales entre informan­
el individuo vea un futuro que ya ha sido modelo ideal de vida futura que depende­
tes shuars bajo el efecto de ayahuasca -EEG,
predeterminado por la divinidad, por el rá de forma inmediata de su acción del
pinturas, grabaciones- que actualmente están en
destino o por la entidad que fuere en un presente. Si el joven no lleva una vida fase de análisis. Con posterioridad se han realiza­
sentido de determinismo existencial, sino actual correcta (coraje, autocontrol, dis­ do pruebas similares en Europa, con voluntarios
que lo que ve bajo los efectos del enteó­ ciplina, respeto, etc.) no obtendrá visio­ occidentales, y los resultados de los EEG dan las
geno es lo que ocurrirá j ustamente por­ nes buenas, y no se prefigurará un buen mismas interesantes muestras de actividad eléc­
que lo ha visto. Y si tiene malas visiones destino. trica inusual con ambos grupos de experimenta­
(matanzas, miseria, enfermedades) el Así pues los shuar construyen un deli­ ción. Este fenómeno sería un tema importante a
investigar, que tal vez aportaría rayos de luz a las
joven querrá tomar de nuevo el zumo de rio cultural aceptado por todos y en base
actuales teorías y trabajos aplicados relacionados
la planta en una segunda ocasión para a parámetros perceptuales distintos a los
con la terapia sistémica.
tratar de tener buenas visiones que inva­ nuestros, pero no por ello se desvían del Este texto conesponde a una ponencia en el
liden las malas. Este punto es de una ethos de su propia cultura ni generan marco de la jornada Deliri en l 'Adolescent, Idees
importancia central; para un o una shuar conflictos ; por el contrario es el delirio el Delirants, organizada por la Societat Catalana de
la imaginería obtenida por medio de plan­ que marca sus propias pruebas de reali­ Psiquiatría Infantil ( 1 993). Es una lástima no
tas enteógenas (no siempre obtiene vi­ dad para asegurar su permanencia, y sir­ poder reproducir, por razones obvias, el intere­
siones de este modo), por medio de los ve en tanto estrategia adaptativa válida sante coloquio que siguió.
sueños naturales o por medio de imagi­ que asegure la supervivencia de los hu­
nería mental espontánea, no le permite manos que lo creen y lo siguen.
ver el futuro, una situación lejana en el Sin embargo, y para j ustificar final­ BIBLIOGRAFÍA
espacio, resolver un conflicto inter o in­ mente la función contrastante que siem­ BASTIDE, Roger, 1 976, El sueño, el trance y la
tra grupal, etc. en el mismo sentido en el pre se atribuye a la Antropología, sí hay locura, Ed. Amorrortu, B uenos Aires.
que una persona occidental que recurre a una diferencia: en su mundo se aceptan DURAND, Gilbert, 1 992, Les structures an­
cualquier sistema oracular (cartas de ta­ varios discursos distintos (unos prove­ thropologiques de l ' imaginaire. Ed. Dunod, Pa­
rot, astrología) . Para un o una shuar el nientes del uso de enteógenos o de los rís.
FERICGLA, Josep M", 1 989, Los estados alte­
futuro es como una hoj a de papel blanca sueños, otros no contienen ningún ele­
rados de consciencia y la cultura como sistema
y vacía, que se llena con el devenir diario; mento visionario u onírico, etc .), en tanto dinámico. Cuadernos de Antropología, 9, An­
cuando tiene visiones lo que acontece es que nuestro discurso delirante, nuestra thropos, Barcelona.
que llena una parte de esa hoj a blanca que cultura, en definitiva, es más estrecha en FERICGLA, Josep M", 1 993, "Apunts sobre el
es distinta de la parte que está ocupando · cuanto a la permisividad de actuación de sistema educatiu shuar". Sergi. Revista de Peda­
con el presente físico; los eventos acaeci­ mensajes interiores. O gogía Social, no de invierno/primavera 93; pág. 9-
dos en las visiones ya los hallará el pro­ 1 1 , Fundació Servei Gironí de Pedagogía Social,
pio sujeto al transitar por aquella parte de Girona.
FERICGLA, Josep M", 1 997, Al trasluz de·la
la hoj a que ha ocupado (sea él o sea un Para conespondencia con el autor: Institut de
ayahuasca. Antropología cognitiva, oniromancia
descendiente suyo, ya que la hoj a es Prospectiva Antropologica. M.G.S. Universitat
y consciencias alternativas. Ed. Libros de la Lie­
como la naturaleza cuyo proceso de cam­ de B arcelona. Apartado 222 1 9. 08080 B arcelona. bre de Marzo, B arcelona.
bio en absoluto se limita a una genera­ En la actualidad el Dr. J. Obiols y el autor de este HARNER, Michael l, 1 978, Shuar. Pueblo de
ción). Es decir, las visiones por sí mis­ artículo estamos organizando una campaña de las cascadas sagradas. Ed. Mundo Shuar, Quito.
mas tienen carta de realidad, tanto o más investigación etnoepidemiológica para tratar de LUNA, Luís E., 1 99 1 , Ayahuasca visions. Ed.
que cualquier evento físico. medir la prevalencia de disfunciones mentales North Atlantic Books, Berkeley, California.

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