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Tras la sanción de la Ley de Educación Técnico Profesional Nro. 26.058 en el año 2005
esta modalidad de enseñanza cobró un nuevo impulso. Aumentó la carga horaria de clases en
el taller y se destinó mayor financiamiento para la compra de equipamiento y la actualización
tecnológica de las escuelas de modalidad técnicai.
Entre los principales objetivos de la ley se encontraban desarrollar oportunidades de
formación específica y contribuir a la inserción laboral de sus egresados en el marco de una
demanda creciente (e insatisfechaii) de trabajadores calificados.
Habiendo transcurrido 10 años de la sanción de la Ley que regula la ETP, nos proponemos
presentar algunos datos relevantes en relación a la evolución de la matrícula y a la
inserción laboral y educativa de los egresados con el fin de responder a algunos interrogantes
generales.
Para ello nos basaremos en datos del Seguimiento de Egresados realizado por el Instituto
Nacional de Educación Tecnológica (INET) y del Relevamiento anual realizado por la
DINIECE del Ministerio de Educación de la Nación.
La matrícula de modalidad técnica de nivel secundario creció en un 25% entre los años 2003
y 2014. Los datos disponibles más recientesiii muestran que en todo el país hay 623.331
alumnos cursando en escuelas secundarias técnicas, de los cuales el 90% cursa en
establecimientos de gestión estatal.
Si bien la matrícula continúa siendo mayoritariamente masculina, dado que cerca del 70% de
los alumnos son varones, en los últimos años la matrícula femenina aumentó más que la
masculina1 (Ver Gráfico Nro. 1).
600.000
500.000
400.000
300.000
200.000
100.000
0
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Fuente: Elaboración propia en base a Relevamientos Anuales 2003-2014. DINIECE. Ministerio de Educación.
1
Entre 2003 y 2014, la matrícula masculina en ETP aumentó 23% y la femenina 30%. Fuente: DINIECE.
En cuanto a las orientaciones, dentro de las escuelas técnicas, las especialidades con mayor
cantidad de alumnos son electromecánica (25%), agropecuario (14%), construcción (11%) e
informática (10%).
Fuente: Elaboración propia en base a INET, Encuesta Nacional de Trayectoria de Egresados 2013 e INDEC,
Encuesta Permanente de Hogares 2013 tercer trimestre.
En cuanto a las carreras de nivel superior que eligen los egresados de ETP, la mayoría (70%)
continúa estudios vinculados a la educación secundaria técnica recibida. Las carreras más
elegidas se relacionan a Informática y comunicación, Construcciones y Administración. La
mayor parte de los egresados ETP (70%) opta por inscribirse en instituciones de nivel
universitario y más del 80% lo hace en establecimientos de gestión estatal (INET, 2011).
¿Cuántos trabajan?
En relación al empleo, los Jóvenes egresados de ETP muestran un alto grado de participación
en el mercado de trabajo ya que el 77% pertenecen a la población económicamente activa.
En cuanto a su condición de actividad, a 4 años de haber finalizado el secundario la mayoría
de los egresados ETP se encuentran ocupados (66%).
Esta información cobra relevancia al compararla con el conjunto de jóvenes egresados de
nivel secundario ya que mientras que el 66% de los Jóvenes ETP se encuentran ocupados,
solo el 57% de los Jóvenes EPH se encuentra en esa situación.
Puede observarse que el porcentaje de desocupación es similar en ambos grupos y el mayor
nivel de ocupación entre los egresados de ETP se relaciona con un menor nivel de inactividad
entre los egresados de ETP (Ver Grafico Nro. 3).
Fuente: Elaboración propia en base a INET, Encuesta Nacional de Trayectoria de Egresados 2013 e INDEC,
Encuesta Permanente de Hogares 2013 tercer trimestre.
¿Cómo combinan estudio y trabajo?
Entre los egresados ETP, resulta significativa la proporción de jóvenes que estudian y trabajan
simultáneamente (34%).
Al igual que en los indicadores analizados anteriormente, al comparar la situación de los
egresados ETP con el conjunto de egresados de nivel secundario se advierten diferencias
significativas. Mientras que el 34% de los Jóvenes ETP estudian y trabajan simultáneamente,
solo el 21% de los Jóvenes EPH lo hace.
Asimismo, se verifica que entre los Jóvenes ETP es menor el grupo de jóvenes que no
estudian y no trabajanvi, solo el 6% no estudia y no trabaja, mientras que dentro del conjunto
de jóvenes el 15% no realiza ninguna de estas actividades (Ver Grafico Nro. 4).
Al respecto, resulta importante señalar que, la categoría No estudia y no trabaja (también
conocida como NI-NI), puede dar lugar a interpretaciones superficiales y erróneas si es
analizada a la ligera. Por ello, cabe señalar que la condición de los jóvenes en relación al
estudio y el trabajo se encuentra estrechamente ligada al sexo y al origen social. El hecho de
ser varón o mujer, pobre o rico incide significativamente en el marco de una sociedad que aun
conserva una fuerte división sexual de roles (Bottinelli y Feijoó, 2014). Asimismo es
sustantivo subrayar que la generalizada referencia a los jóvenes como NI-NI muchas veces
supone que se encuentran en dicha situación por una decisión de carácter personal, cuando
dicha situación se encuentra determinada mayormente por los ciclos de obligatoriedad escolar
de los países, las condiciones socio-económicas, la demanda de trabajadores y las necesidades
propias del joven y de su hogar (Feijoó, 2015). Un ejemplo de esto, se observa al construir la
categoría No estudia y no trabaja en base a la EPH. Fundamentalmente se observa que, dentro
de los clasificados como NI-NI el 70% son mujeresvii cuya condición de inactividad laboral y
educativa se encuentra relacionada al desarrollo de actividades vinculadas con la maternidad
y/o el cuidado de familiares (CIPPEC, 2014).
Entre los egresados ocupados, los Jóvenes ETP poseen ventajas frente a los Jóvenes EPH en
relación a la calificación de los puestos de trabajo y la calidad del empleo.
En cuanto a la calificación de los puestos de trabajo, el 82% de los Jóvenes ETP se
desempeña en el marco de puestos de trabajo calificados, mientras que entre el conjunto de
jóvenes con secundario completo, el 69% de los jóvenes se encuentran en esa situación.
Si además consideramos a los jóvenes del mismo tramo de edad que no han finalizado el nivel
secundario, puede observarse que en este grupo la proporción de jóvenes ocupados como
trabajadores calificados disminuye sensiblemente (58%).
De esta forma, se advierte que los egresados de ETP tienen mayor probabilidad de insertarse
en puestos de trabajo calificados que los jóvenes EPH con secundario completo y que los
jóvenes que no finalizaron el secundario. Las diferencias con estos últimos dos grupos son
importantes (Ver Gráfico Nro. 5).
Por último, en relación a la calidad del empleo, considerando la cobertura social (medida a
partir de la percepción de beneficios tales como cobertura de salud, vacaciones pagas, días
pagos por enfermedad, aguinaldo, etc.) el 65% de los Jóvenes ETP ocupados posee al menos
uno de esos beneficios, mientras que, en el caso de los Jóvenes EPH lo percibe el 61,7%.
En este caso, todos los jóvenes con secundario completo (tanto considerándolos en su
conjunto como a los ETP) poseen niveles de cobertura social bastante similares, pero
muestran considerables diferencias respecto a los jóvenes que no concluyeron el nivel
secundario. Entre los jóvenes sin secundario sólo el 39,6% de los que están ocupados se
encuentra en empleos con cobertura social (Ver Grafico Nro. 6).
G.6: Jóvenes por titulación secundaria según cobertura
de beneficios sociales en el empleo. Argentina, 2013.
100,0%
90,0%
80,0% 35,0% 38,3%
70,0% 60,4%
60,0%
Carece de todos los
50,0%
beneficios sociales
40,0%
30,0% 65,0% 61,7% Tiene beneficios sociales
20,0% 39,6%
10,0%
0,0%
Jovenes ETP Jovenes EPH Jovenes SIN
secundario
Fuente: INET, 2013.
Nota: Considerando Beneficios sociales como bienes remunerativos y no remunerativos que se aplican a
trabajadores en relación de dependencia: aguinaldo, vacaciones pagas, días por enfermedad y obra social. La
categoría “Tiene beneficios sociales” indica la percepción de, al menos, un beneficio (Fuente: INET, 2013).
Reflexiones finales
A modo de síntesis, puede señalarse que a partir del 2005 tuvieron lugar cambios
significativos respecto a la década anterior en lo que respecta al sistema educativo en general
y a la educación técnico-profesional en particular.
La obligatoriedad del nivel secundario planteada por ley en 2006 dio lugar a la expansión de
la matrícula en el nivel medio. Por su parte, la nueva ley de ETP sancionada en 2005 supuso
un nuevo impulso a la educación técnica y se verificó un significativo crecimiento de la
matricula en escuelas de esta modalidad.
En este marco, a partir de los datos analizados, puede señalarse que la obtención del titulo
secundario permite a los jóvenes el acceso a inserciones educativas y laborales mas estables
respecto a aquellos jóvenes que no finalizan el nivel secundario (quienes mas frecuentemente
se encuentran sin trabajar y alejados del sistema educativo) (Álvarez, et al., 2015).
A partir de la comparación entre los Jóvenes ETP (egresados de secundarias técnicas) y
Jóvenes EPH (conjunto de jóvenes egresados de todas las modalidades del nivel secundario),
puede señalarse que los egresados de técnica poseen una vinculación particular con el mundo
del trabajo y presentan ciertas ventajas en relación a la inserción laboral y educativa.
Una de las diferencias más notorias entre ambos grupos de jóvenes aquí analizados se observa
en cuanto a la continuidad educativa ya que casi la mitad de los Jóvenes EPH continúa
estudiando alguna carrera de nivel superior, mientras que entre los Jóvenes ETP el 63% lo
hace.
Por ultimo, entre los egresados ETP también es mayor la proporción de ocupados en puestos
de trabajo calificados y de mayor calidad en cuanto a la cobertura social.
Señaladas las diferencias entre el conjunto de jóvenes egresados del nivel secundario y los
egresados de ETP, resulta importante destacar que la inserción laboral no solamente se ve
influida por la terminalidad educativa y por el tipo de estudios sino también por la demanda
laboral de las distintas ramas de actividad en función de sus necesidades y las características
de su evolución, las cuales se enmarcan en el proceso de desarrollo económico.
Bibliografía
Álvarez, Gustavo; Attianese, Inés; Boerr, Inés; Lucarini, Ariel; Luro, Vanesa; Pereyra León,
Mariana; Rapoport, Ana; Triano, Soledad; Vazquez, Eva (2015) Encuesta Nacional de
Trayectoria de Egresados 2013. Resultados Definitivos. Instituto Nacional de Educación
Tecnológica, Ministerio de Educación.
Bottinelli, Leandro; Feijoó, María del Carmen (2014) ¿Quiénes son los jóvenes "ni-ni"?
UNIPE Cuadernos de Discusión.
Feijoó, María del Carmen (2015) “Los ni-ni: una visión mitológica de los jóvenes
latinoamericanos” Revista Voces del Fénix. Juventud. Feos, sucios y malos. Año 5, Nro. 51.
Disponible en:
http://www.vocesenelfenix.com/content/los-ni-ni-una-visi%C3%B3n-mitol%C3%B3gica-de-
los-j%C3%B3venes-latinoamericanos (consultada 31/03/2016)
INET (2011) Serie Notas Breves sobre Egresados de ETP. Inserción en educación superior:
¿Quiénes son los egresados de ETP que continúan estudiando? Instituto Nacional de
Educación Tecnológica, Ministerio de Educación.
Sosa, Mariana Lucía (2015) “¿Los jóvenes egresados de escuelas técnicas se insertan mejor
en el mercado laboral que el resto de los graduados de secundario en la Argentina actual?” 12º
Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. 5 al 7 de agosto en la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de Buenos Aires.ISBN: 978-987-98870-8-0. Disponible en:
http://www.aset.org.ar/2015/ponencias/7_Sosa.pdf (consultado 31/03/2016)
Fuentes de Información:
Notas:
i
Entre los años 2006 y 2014 el Estado argentino (a través del Fondo Nacional de Mejora Contínua para la
Educación Técnico Profesional) invirtió $5.841.545.106. Dicha inversión se destinó en un 48,8% a Planes de
mejora institucionales, 39,2% a Planes de mejora jurisdiccionales y 11,9% a Programas federales. Fuente: INET-
ME , Unidad de Gestión de Planeamiento.
ii
Según datos del INDEC, en el año 2005, la mayor parte de las empresas con demanda laboral insatisfecha
(62,7%), requerían trabajadores de calificación Técnica y Profesional.
iii
Datos correspondientes al año 2014.
iv
Considerando a los alumnos del segundo ciclo del nivel secundario (ciclo orientado).
v
Tasa de Promoción: porcentaje de alumnos que pasan de un año de estudio al siguiente.
Tasa de Repitencia: porcentaje de alumnos que no cumplen con los requisitos para pasar al ciclo lectivo
siguiente.
Tasa de Abandono Interanual: porcentaje de alumnos que no se matriculan en el año lectivo siguiente.
Tasa de Egreso: porcentaje de alumnos que finaliza el nivel sin importar la cantidad de repeticiones posibles.
vi
La categoría NI-NI pertenece al grupo de indicadores que refieren a la relación entre escolarización y mercado
de trabajo en jóvenes. Refiere a los jóvenes que ni estudian ni trabajan y permite analizar la relación entre la
permanencia en el sistema educativo y la inserción en el mercado laboral. La formulación operativa varía según
la fuente. Un primer grupo de fuentes considera únicamente a los inactivos laboralmente (SITEAL, CIPPEC,
etc.), mientras que un segundo grupo incluye (además de los inactivos) a los activos desempleados en la
formulación del indicador (OIT, INDEC). Es decir: Opción 1: NI-NI = No estudia + Inactivo económicamente.
Opción 2: NI-NI = No estudia + Inactivo económicamente + Desempleado. Fuente: Bottinelli y Feijó, 2014. En
este trabajo utilizamos la segunda opción operativa.
vii
A priori podríamos suponer que el sexo representa una variable de importancia en relación a los contrastes
sobre inserción laboral y educativa de los grupos de jóvenes aquí analizados debido a la diferente composición
de los mismos. Mientras que el grupo de Jóvenes EPH está distribuido casi equitativamente entre hombres y
mujeres (52% hombres, 48% mujeres), en el grupo de Jóvenes ETP la participación masculina es mucho mayor:
siete de cada diez son varones (INDEC, 2013; INET, 2009).