cran “demasiado numeroses para el encierro", ahora se
revelan “demasiado pobres para la deuda”, ¥ Jo que os
atin peor: en grado y proporciin erecientes. Se estima
«que en 1750, cuando el mundo comenzabe la violenta
aventura de la industrializacion, la diferencia econémi-
ca entre los paises mas ricas y los més pobres era de
‘cinco a une. Datos del ato 2000 muestran que la bre-
cha se ha ensanchado 390 veces, y nada indica que ese
brutal movimiento centrfugo vaya a detenersc
De modo que lejos de menguar sus efectos, la viru:
Tencia de los dispositivos de exclusién socioeconémica
‘esta en aumento, mientras el marketing e transforma
«en un poderoso instrumento de control socal y forma
“Ia raza impsdica de nuestros amos". En este contexto,
Jos métodos tradicionales de lucha politica han perdi-
do eficacia Por eso, el propio Deleuze insté a la bus
‘queda de nuevas armas en su articulo de 1990: hesra-
‘mientas politics innovadoras, que sean capaces de
‘estremecer los crcuitos integrades de este nuevo régi-
‘men de poder, abriendo el horizonte a otras posibili-
dads. Como bien concluia el fildsofo, corresponde a
log j6venes descubrir ‘para qué se los usa", asi como
sus bravos antecesores delataron “no sin esfuerz0” los
crucles mecanismos de Ta sociedad industrial.
Gilles Deleuze, op. cit, p. 23.
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2. Tecnociencia
El hombre postorginico:
un proyecto faustico
Mientras Fausto expone sus planes, advert
aque el Dishlo esti aturdido, exhausto. For
luna vez no tiene nada que dedi, Hace
mucho, Mefisto hizo surgi la visin de un
coche veloz como paradigma de la forma de
{que un hombre se mucva por él mundo.
‘Ahora su protegido lo ha sobrepasodo:
Fausta quiere mover el propio mundo,
[MARSHALL BERMAN!
Cuando se propuso realizar una “genealogia de las
relaciones de poder’, Foucault estudis los distintos
tipos de sociedades como configuraciones histéricas,
momentos dindmices en los cuales igen determina-
dos dispositivos de poder y ciertas formas de saber.
sas combinaciones de poder y saber son los contex-
tos en los cules vivims, hablamos ¥ pensamos; por
1 Marshall Berman, El Feusto de Goethe: la tagedia del
esarzllo"en Todo lo eid se desvanece ene are La exper
tncia de la Modernidad, Made, Siplo 200, 1988, p. 54.
al‘un lado, nos constituyen, pero, por otro lado, noso-
{tos también los constituimos permanentemente,
Superando la nocién convencional de “poder”, esas
redes de relaciones encarnan un complejo juego de
fuerzas, en lugar de una instancia unidireecional y pura-
mente negatva,cuyo objetiva seria reprimir o prohibis,
Forque las relaciones de poder son vectores praductivos
ue todo lo atraviesan, en lucha constante contra otras
fuerzas sociales que tambien estan tratando de impo-
ese y que sucten incitartransformaciones. En las flu
das interpenetraciones entre los cuerpos y la tecno-
ciencia contemporinea, esos juegos de poder revelan
claramente ou calided productiva (y no sélo negaciv),
4a que no pretenden despertar temores y causar dolor
wal menos, no exclusivamente-, sino que inducen al
Placer, ademas de engendrar diversas pricticas, discur-
s08 y saberes, que dan a luz nuevas formas de pense
vivir y sentir. En sintesis: nuevos modos de ser.
Esa articulacion entre poderes y saberes genera
diversas tdctices politica, frutos de una alimentacion
‘mutua que famés cesa, porque no podria haber rela-
cones de padersin la constituciin paralela de un deter-
‘minado campo de saber. Batallas y reacomodaciones
‘onstantes delimitan los conocimientos que se cons'-
dderan validos en cada momento histérico. Ademds, los
saberes asi producidos suelen reforzar los efectos de
poder. Portodo eso, para comprencler los tipos de cuey-
os y subjetividades que se estan conformando en
nuestra sociedad, con la imprescindible ayuda de la
2
teleinformitica y las biotecnologias, habré que sumer-
sirse en las bases filosificas de la tect
temporinea, Las verdades también son construidas,
Deleuze, cada época
tiene la verdad que se merece. Hacer que esa historia
hable y nos cuente sus verdades puede ayudarnos a
aptehender el presente
tienen una historia y, como di
‘¥oLUGIGR? Una respuesta posible apela a los estudios
el socislogo y epistemslogo portugués. Herminio
Martins, quien, se trata de una tecnocien-
cia de vocacjs fa meta consiste en superar
Ia condici6m so, en los saberes hegeméni-
0s contemporineos flguran cirtas tendencias Geo
rechazan el caricter orginico y material
jumano y pretenden superaro, buscando
sun ideal aséptico,arficial vrtal e inmortal, A conti-
‘nuacién, intentaremos profundizar estas ideas, con el
fin de detectar algunas caracteristicas de ls saberes que
nutren nuestros Cuerpas y almas
Son varios les mites que expresan, en la wradiciéa
‘occidental, la mezcla de fascinacién y terror causada por
Ins posibilidades de la tecnologia y del conocimiento (9,
‘también, por sus limitaciones}. Desde los relatos bibi-
cos de Adin y Eva y la Torre de Babel, pasando por la
leyenda judia del Golem, hasta el famoso Frankenstein
yy ct aprendiz de brujo, aquel muchacho que sabia lo
Bsuficiente de magia como para iniciar un proceso pero
no tanto como para interrumpitlo cuando fuera necess-
rio. Entre fos griegos se destac el elisico Prometeo, un
titin que proporcioné 2 los hombres el fuego -y junto
con dl la téenica~y abtuvo a cambio el mas severo cas-
Lugo de los dioses. Ese mito denuncia la arrogancis de la
hhumanidad, cn su intento de usurpar las prerogativas
dlivinas mediante artimatias y saberes terrenales, Fausto
es otro de esos personajes miticos. De orien incieto y
remot su historia fe contads en diferentes versiones a
lo largo de ls siglos. En todas ella, segin el andliss de
“Marshall Berman, “la tragedia o la comedia se produce
cuando Feusto pierde el control de las energies de su
mente, que entonces pasen a adquirr vide propia, diné-
mica y altamente explosive"? Animado por una volun-
tad de crecimiento infnito y atizado por el deseo de
superar sus propias posbilidades, Fausto firma un pacto
con el Diablo y asume el riesgo de desatr las potencias
infernales.
Herm rea esas dos figuras miticas
de ba calturd Fausto y Prometeo, para anali-
zar las bases de nuestra tecnociencia. La tradicin pro™
metcica y la tradicion faustia constituyen dos lineas de
pensamiento scbre la técnica que pueden rastrearse en
los textos de teéricos y cientificos de los silos XIX y
20%. Tas un felevamiento minucioso, Martins concluye
que la filosofia de la tecnociencia contemporanea se
2 Marshall Berman, op cit, p28
4
Jnscibe en la segunda de esas dos tendencias Sus carac-
teristicas Fusticas pueden inferirse de los diversos pro-
yectos, investigaciones y descubrimientos que brotan
ten la prolifica agende teenocientfica de nuestros dis
Vale acarar que se tata de una aproximacion meta-
forica: la alusién a esos mites pretende nombrar dos
tendencias idenificables en la base filosfica de a tec-
rociencia de distintas épocas, pero. no constituyen
recesatiamente una dicotomis. Las dos linea perma-
necen en perpetua tensién: ambas inckinaciones pue~
den convivir en un mismo periodo histdrco y en Tos
tentos de un determinado autor Sin embargo, clrtos
rasgos caracteristicos subyacen en Ta produccién de
‘onocimientos del periodo industrial y de la actuali-
dad, y permiten comprender los juegos de saberes ¥
poderes que marcan los cucrpos y contsbuyen activay
sente a la construccién de mundos
5 LIRA PORTERS pretende doblegartécni
camente a la naturaleza, lo hace apuntando al “bie
omiin’ de ls humanidad y a la emancipacion de I
specie, sobre todo de las “clases oprimidas"
‘Apostando al papel lberador del conocimiento cien-
tifco, este tipo de saber anhela mejorar Iss condi
nes de vida através de la tecnologta, El dessrollo gra
dual de ese tipo de saber llevara ala construccién de
‘una sociedad racional, asentada en una sélida base
Gentifico-industrial capaz de erradicar Ja miserta
humana, Con una firme confianzs en el progreso 10s
nto en [a cencia como
prometeicos ponen el ac
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