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Historias de las 3 "Cecas" o casas de la moneda del

Cusco
- abril 03, 2017
Este blog nació con la intensión ante todo de compartir y difundir los conocimientos e
historias sobre el Cusco antiguo y colonial dándole además el aporte de mi afición por
la fotografía, un ambicioso proyecto personal que intentaba dar información de los 23
templos coloniales del Cusco documentados con información sobre su historia, su
arquitectura y numerosas fotografías de los mismos, pero como todo en la vida pues
llega un momento en que todo maravillosamente se desborda para bien.

Es así que el actual enfoque del blog es el de compartir información y material gráfico
y fotográfico propio de la arquitectura colonial del Cusco dentro del universo hispano y
su aporte a nuestra historia colonial, así como empezar a compartir también partes de
su historia incaica, ambas como dos grandes fuerzas creadoras del Cusco
contemporáneo y mestizo como mestizas son sus calles con cimiento de palacios y
kanchas Incas y sus balcones y construcciones españolas fruto del esplendor y
efervescencia de del barroco europeo que llegó a las Américas.

Bueno es para mi un lujo el poder compartir material tan especializado y de tanta


calidad como el que a continuación quiero presentar.

El trabajo a continuación presentado pertenece al historiador Edurado Dargent


Chamot historiador y ha sido motivo de una tesis de Doctorado acerca de las "Cecas"
de mi querida ciudad del Cusco en periodos que comprenden el colonial y siguieron
hasta la temprana edad de la república peruana, quedo muy agradecido de poder
compartirlo humildemente por este medio.

Dentro de lo que más sabemos de la historia de la numismática en la colonia se ha


mencionado siempre a la mítica casa de la moneda de Potosí donde se acuñaron las
toneladas de plata del Cerro Rico de Potosí y la ceca de Lima pero lo que quizá poco
se sabe o se ha difundido es sobre las 3 Cecas que han funcionado en nuestra
ciudad. A solicitud del autor se ha de publicar en primer lugar información sobre la
segunda y tercera cecas del Cusco para en una segunda publicación compartir
información sobre la Ceca de Oro la primera que funcionó en la ciudad imperial.

2.- La ceca realista del Cusco y su continuación republicana

En junio de 1823 las tropas Realista del general Canterac ocuparon Lima y
permanecieron en la capital casi un mes. El 16 de julio, pocos días antes de
cumplirse los dos años de la jura de la independencia, el ejército español salió de la
vieja Ciudad de los Reyes y se encaminó a la sierra llevando consigo cuanto de valor
pecuniario e industrial pudo cargar. La Casa de Moneda fue desmantelada
sistemáticamente y a lomo de bestia se trasladó el herramental y la maquinaria que
por sus características podía ser transportado. El resto de la ceca se entregó a las
llamas. Acompañaron también la marcha hacia la sierra algunos de los oficiales y
empleados de la fábrica: El superintendente Pablo Terón, el ensayador y contador
Tomás Panizo y Talamantes; el guarda cuños Fernando Gonzales de Varea; el
contador de moneda Domingo Arriaga; el portero marcador de la sala de libranzas
José Zapata y el guarda vista de la fundición Antonio Imperial Cárcamo.
Al día siguiente de la partida de Lima, el 17 de julio, informó el general José Canterac
al virrey La Serna que durante la ocupación de la ciudad había logrado producir
200,000 pesos con el busto de su Majestad y la fecha de 1823. Algunas de estas
monedas fueron acuñadas usando como cospeles las piezas de "Perú Libre" de San
Martín producidas ese mismo año y en el anterior.

Llegadas las máquinas y herramientas de la ceca a Huancayo quedó encargado el


Teniente Coronel Manuel Vigil de su traslado hasta la nueva capital española en el
Cusco.
Por concepto de los gastos del traslado Vigil recibió, entre el 14 de enero y el 31 de
marzo de 1824 la suma de 3,121 pesos y cuatro reales. El viaje debió ser difícil y
lleno de problemas, pues habiendo salido de Lima el 16 de julio, los empleados y
maquinaria se encontraban en Huamanga recién entre el 18 y el 23 de noviembre, y
sólo un mes más tarde, el 19 de diciembre, los documentos informan de la llegada al
Cusco.
Un legajo sobre sueldos habla de la falta de pagos y de la enfermedad del guardia
vista Cárcamo, quien por su delicado estado de salud tuvo que permanecer en
Andahuailas donde falleció poco después.
Mientras Vigil cumplía su misión, el virrey había ordenado el 28 de noviembre de 1823
que el tesorero de la Casa de Moneda de Potosí, Manuel Solares se trasladase al
Cusco a fin de encargarse de la nueva ceca.
Solares, acatando la superior orden viajó al Cusco y llevó como acompañantes al
contador de la ceca altoperuana Juan Bautista de la Roca y al ensayador Gregorio
Carril.
Uno de los problemas que debía enfrentar la administración española respecto a la
ceca era la ubicación de un local aparente donde establecerla. Las circunstancias
actuaron favorablemente, ya que por ese tiempo los religiosos del convento y hospital
de San Juan de Dios habían desalojado sus instalaciones con el proyecto de
venderlas: Como el local de los religiosos era adecuado para los fines que se
requerían, se optó por establecer en él la Casa de Moneda.

Para una lista completa de gobernantes del Perú colonial, véase Anexo:Lista de virreyes y
gobernadores del Perú colonial.
Blasco Núñez Vela, 1.er virrey del Perú.

El virrey (antes visorrey) era el representante personal del rey de España en el Virreinato del
Perú: su “alter ego”, es decir, “su otro yo”. Como suprema autoridad del virreinato fue el
encargado de impartir justicia, administrar el tesoro público y velar por la propagación
del catolicismo y la evangelización de los indios. Durante la existencia del virreinato del
Perú gobernaron cuarenta virreyes.

Índice

 1Generalidades
 2Lista de virreyes del Perú
o 2.1Del siglo XVI
o 2.2Del siglo XVII
o 2.3Del siglo XVIII
o 2.4Del siglo XIX
 3Estadísticas
 4Véase también
 5Referencias

Generalidades[editar]
El virrey era nombrado por el rey a propuesta del Consejo de Indias, aunque muchas veces
fue el mismo rey quien se encargaba de revisar los nombres de los posibles virreyes. El virrey
del Perú residía en la ciudad de Lima, en el suntuoso Palacio de los virreyes, rodeado de una
brillante corte, en medio de gran lujo y riquezas y resguardado por una guardia de honor.
El primer virrey así nombrado, Blasco Núñez de Vela, llegó al Virreinato del Perú en 1544. Sin
embargo, como autoridad delegada del rey, fue precedido por el gobernador Cristóbal Vaca de
Castro, que ejerció sus funciones entre 1541 y 1544, sucediendo a Francisco Pizarro y Diego
de Almagro el Mozo (gobernador de hecho por corto periodo, que había sucedido a Pizarro
por muerte). A partir de entonces, los virreyes gobernarían el Perú hasta 1824, exactamente
el 9 de diciembre de 1824, día que es derrotado el último virrey Teniente General José de La
Serna en la Batalla de Ayacucho.
Muchos virreyes del Perú habían ocupado el mismo cargo en el Virreinato de Nueva España, y
el traslado de México a Lima era el premio más codiciado por las autoridades coloniales.
El virrey recibía un sueldo como tal y como presidente de la Audiencia. Además, percibía
dinero para la manutención de una guardia. Los sueldos fueron aumentados a medida que se
asentó la dominación española. Un virrey mexicano recibía 27.000 pesos anuales, mientras
que uno peruano cobraba 41.000 pesos anuales.
Bajo los Borbones, ambos virreyes recibían 60.000 pesos anuales y en algunos casos aún
más, lo que se explica por la devaluación de la moneda. Tanto en el posterior Virreinato de
Nueva Granada como en el Virreinato del Río de la Plata los virreyes recibían 40.000 pesos
anuales.
Para el virrey del Perú no fue tarea fácil administrar un territorio tan vasto. El gobierno de Lima
tuvo una carga fuerte, pues era responsable por cada una de las audiencias establecidas en
América del Sur: Panamá, Nueva Granada, Quito, Lima, Charcas, Santiago de Chile y Buenos
Aires. El virrey tuvo dos campos de acción bien definidos: fue la máxima autoridad en la
administración pública (que incluía el manejo del tesoro público y el nombramiento de
autoridades) y el principal responsable de la defensa del territorio, pues en su cargo de
Capitán General y Gobernador debía resguardar el virreinato de los ataques de corsarios y
piratas, y de las agresiones internas, producto de revueltas o insurrecciones populares
(aunque éstas no ocurrieron significativamente sino hasta el siglo XVIII). El virrey era
igualmente el principal responsable de propagar la fe católica y de evangelizar a los indios.
Con las reformas borbónicas el enorme Virreinato del Perú perdió mucho de su inicial territorio
al crearse el Virreinato de Nueva Granada y el Virreinato del Río de la Plata.
Los virreyes en el Perú ostentaron distintos títulos: Lugarteniente, Gobernador y Capitán
General de los Reinos del Perú, Tierra Firme y Chile, Presidente de la Real Audiencia,
Presidente de la Junta Superior de la Real Hacienda, Presidente del Tribunal y Audiencia Real
de Cuentas, Superintendente del Juzgado de Policía, Capitán General de los distritos y
Gobernador de las Provincias, Visitador de los Castillos y Fortalezas, Vice patrono
Eclesiástico, General de la Armada del Mar del Sur.
En un principio el mandato de los virreyes no debía exceder los tres años. Sin embargo,
debido al extenuante, prolongado y peligroso viaje que representaba llegar a América y
también tomando en cuenta el tiempo que tardaban en ponerse al corriente de la situación
administrativa, el Consejo de Indias amplió su estancia a cinco años. Aun así, la mayoría de
virreyes se quedaron en el cargo mucho más tiempo que el asignado. El virrey fue el
presidente de la Audiencia de Lima, máxima entidad administradora de justicia en el virreinato
peruano. Al concluir su período de mandato, los virreyes debían rendir cuentas ante
el Consejo de Indias a través del Juicio de Residencia, en el cual todos los súbditos del
virreinato podían intervenir, estando facultados para denunciar los delitos, las faltas o los
errores cometidos por el virrey
Para controlar las acciones de los virreyes, el Consejo de Indias creó leyes específicas para
ellos. Las principales leyes versaban principalmente en el terreno personal: no podían contraer
matrimonio con alguna mujer perteneciente a la jurisdicción que administraba, así como
tampoco podían ejercer comercio alguno; sin embargo, muchas veces estas leyes no fueron
acatadas. Desde 1613 todos los virreyes estaban obligados a elaborar una memoria para
informar a su sucesor y al rey sobre sus actividades en el Perú. Estas memorias fueron de
gran utilidad para los virreyes sucesores, pues le otorgaban un panorama general del
virreinato, tanto en lo administrativo, judicial y económico, como en lo social.

Lista de virreyes del Perú[editar]


Los virreyes del Perú fueron 40, aunque tras la salida del último virrey José de la Serna fue
nombrado en su reemplazo Pío Tristán, que renunció poco después sin haber hecho efectivo
su poder, por lo que no se le incluye en la lista.
En ciertos casos (trece en total) asumió el poder virreinal de manera interina, el Oidor decano
que ejercía de Presidente de la Real Audiencia de Lima en reemplazo del virrey saliente. En
dos casos asumieron eclesiásticos: Diego Ladrón de Guevara, obispo de Quito, de 1710 a
1716; y Diego Morcillo Rubio de Auñón, arzobispo de Charcas y luego de Lima, en 1716
(interino) y de 1720 a 1724.
La lista de los virreyes del Perú de 1544 a 1824 es

la siguiente:

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