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Heroína de Alozaina.
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Apodo con el que se nos llama a los habitantes de Alozaina y que posiblemente arranca del s. XVI
Entre las defensoras estaba María Sagredo o Sagrario Domínguez,
que al igual que la mujer actual busca que no la priven de su libertad, que
lucha sola frente a la vida y el suceder de los acontecimientos, sola, aunque
a veces y tarde, reciba la ayuda de los demás y las instituciones. Una mujer
fuerte, trabajadora, madre, esposa, hija, hermana, en fin amor femenino que
embellece y da vida a todo lo que la rodea. Un ejemplo de que podemos
conseguir muchas cosas en los diferentes planos de nuestra vida si
luchamos por ello y no nos dejamos llevar por la pasividad y la desidia.2
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Blas Infante no dejó un mensaje similar en nuestra bandera andaluza en los dos leones de nuestro escudo
y lo que representan.
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MARMOL CARVAJAL, L.: Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada.
Málaga 1600.
Lorenzo Alfaquí, y el Jubeli, sus caudillos, aguardando al Galipe, hermano
de Abeen Aboo, con cuya presencia esperaban hacer mayores daños.
Luego como se entendió que eran moros los que entraban por el
lugar, comenzaron a tocar arma y a repicar las campanas; y acudiendo
dos escuderos que estaban con sus caballos en el campo, porque otros
ocho, de diez que allí había de presidio, se habían ido con su capitán a
Coín, el uno partió de vuelta a Álora a dar a rebato, y el otro, llamado
Ginés Martín, entro en el lugar; y rompiendo una y más veces por el
escuadrón de los moros, pasó animosamente adelante; y si, como era uno
solo, fueran los diez que allí estaban de presidio, hicieran mucho efecto;
más el hizo harto en recoger la gente hacia el castillo.
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Jurol es una palabra árabe, “Juroz”, y significa “huertas”.
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Nombre actual de los terrenos en que está el cementerio de Alozaina (fines del s. XIX), no el actual
propiedad de la Hermandad del Santísimo Sacramento de Alozaina, sino el cementerio municipal que
estaba abajo del Depósito de agua del pueblo y que se usó hasta hace unos 30 años.
Es Alozaina lugar abierto, y tiene un castillo antiguo y mal
reparado, donde está la iglesia y algunas casas, y allí se pudieron recoger
tumultuosamente las mujeres y niños, llevándolas por delante D. Iñigo
Manrique6, vecino de Málaga, que se halló allí ese día. También se halló
allí el bachiller Julián Fernández, beneficiado7 de Casarabonela, que
servía el beneficio de Alozaina aquel año; el cual acudió luego a su iglesia
para consumir el Santísimo Sacramento si los enemigos entrasen dentro,
porque no había en el lugar más de siete hombres.
Fue tanta la turbación de las pobres mujeres este día, que yendo una
mujer al castillo con un niño en los brazos, y un moro de a caballo tras ella
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Familiar del Alcaide y Gobernador de Málaga. Heredero de los latifundios de los Manrique de Lara,
dueños de Alozaina desde 1.489 en que se les otorgó la “Torre de Alozaina”, origen de la actual villa.
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Beneficiado = cura o párroco. Los beneficiados de Casarabonela (eran 4 en sl s. XVII) servían el curato
de Alozaina por término de dos años cada uno, disfrutando de los bienes de la parroquia en ese tiempo.
Alozaina empezó a llevar los papeles de su parroquia: muertes, nacimiento y bodas desde 1.560. Es decir,
quien quiera conocer sus antepasados y origen pechero tiene sus actas en el Archivo Parroquial de
Casarabonela, milagrosamente conservado.
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Alozaina tenía dos puertas: las de acceso de carros por la calle Solana, el Altillo, etc. Otra por la calle
Hoya de caminantes y caballos. La última desde la Plaza actual o ejido del castillo, que subía a la “Plaza
del burgo o pueblo”.
para captivarla, se metió en una casa, y en un poco de estiércol que allí
había escondió al niño; y como tirasen desde el castillo una saeta al moro
y le pasasen el muslo, se hubo de retirar, y la mujer tuvo lugar de volver
por su hijo y ponerse en cobro.
Otra mujer tenía una niña de tres meses en la cuna, y turbada, tomó
un lío de paños en los brazos, entendiendo que llevaba a su hija, y se fue
huyendo al castillo; y entrando un moro en la casa, halló la niña en la
cuna, y la tomó por los pies para dar con ella en una pared; y como otro
moro, que era amigo su padre, se la quitase de las manos, la arrojó en el
suelo; y cuando la mujer volvió a buscar su hija, siendo ya idos los moros,
la halló viva.
Llegó el socorro de los lugares aquel mismo día, aunque tarde para
poder hacer algún efecto. De Casarabonela llegó el beneficiado Juan
Antonio de Leguizamo con cuarenta hombres que envió don Cristóbal de
Córdoba; de Alhaurín, don Luis Manrique con mucha gente de a caballo, y
dende a un cuarto de hora llegó la gente de Álora, y luego los de Coín. Y
estando toda esta gente junta, y sabiendo el camino que los moros
llevaban, se trató de ir en su seguimiento; más como eran muchas cabezas,
no se conformaron. Y otro día a las nueve de la mañana llegó Arévalo de
Zuazo con la gente de Málaga, y dejando algunos soldados de presidio, se
volvió a la ciudad.”
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La actual iglesia se construyó por necesidad entre 1770 y 1.774.
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Siempre ha sido “costumbre” que un pueblo conquistador aprovechase o reutilizase los edificios útiles
de sus predecesores para usarlo en su beneficio bien civil o religioso. Esto ocurrió con romanos, fenicios,
griegos, árabes, cristianos, etc.
Actualmente y en la versión popular de este hecho histórico real se
menciona una frase en nombre de los moros o moriscos atacantes y unas
colmenas iguales a las que adornan el actual escudo de Alozaina y que
decía “¡María: cómo pican las moscas de tu tierra!”. Esta leyenda es del s.
XVIII, y la recoge en 1773 el cronista malagueño Medina Conde en su
diccionario:
El autor añade que fueron unos 600 moriscos y que ella sola los
expulsó. La tradición popular añade que los moros iban diciendo al ritmo
de las picaduras de las abejas, que además con el calor del verano tenían el
veneno más dispuesto a salir: “María, cómo pican las moscas de tu terra”.
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Tradicionalmente se la asocia al torreón que queda a la entrada de la calle Villa.
Sin embargo, ¡cuánta hermosura, cuánta fuerza, destreza, lucha por
la supervivencia, por la libertad de ser, sin imposiciones ninguna, por
encima de cualquier circunstancia opresora, sólo con la ayuda de Dios y su
fuerza personal!
María tiene hoy una calle y una plazuela en el lugar que luchó, pero
su nombre ha sido cantado en estos últimos casi 500 años por decenas de
historiadores de Málaga y España, también ha tenido nombres de equipos
de fútbol, baile, revistas, etc.