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Esta obra de Kant consta de un Prólogo y de tres capítulos.

Inicia Kant el prólogo de

su obra estableciendo las diferentes divisiones del saber filosófico, buscando por medio

del ancestral método de la división, ir descubriendo, cartesianamente hablando, la

definición clara y distinta de lo que él llamó la metafísica de las costumbres. Kant

sostiene que la filosofía o conocimiento racional puede ser de dos tipos: material (si

considera algún objeto, como por ejemplo la física que considera la naturaleza, y la

ética que considera la libertad) y formal (no considera ningún objeto en especial y

estudia la razón en sí misma y las reglas universales del pensar: esta filosofía formal

es la lógica).

Pero también se puede dividir la filosofía de otra forma: hay una filosofía

empírica (que se funda en la experiencia), y una filosofía pura (que se funda en

principios a priori, independientes de la experiencia).

Las dos clasificaciones de filosofía se entrecruzan entre sí, por ejemplo la

filosofía material llamada ética, si la entendemos como filosofía empírica la

llamaremos “antropología práctica, y si la entendemos como filosofía pura la

llamaremos “metafísica de las costumbres”.

En este libro Kant muestra cómo se puede fundamentar una metafísica de las

costumbres, o sea una ética, una moral que no se funde en la experiencia sino en

principio a priori independientes de la experiencia. Esta última es la verdadera moral,

para Kant. Para el filósofo no obra bien quien actúa de acuerdo a situaciones o

circunstancias contingentes de la experiencia (por ejemplo, por conveniencia). Y si

obra bien quien actúa de acuerdo a principios prácticos que se encuentran en nuestra
razón a priori, o sea independientemente de la experiencia. O sea que el obrar

debe fundarse en la razón pura práctica.

Capítulo I.

Tránsito del conocimiento moral vulgar de la razón al conocimiento filosófico.

Comienza este primer capítulo con la frase “No es posible pensar nada dentro del

mundo, ni después de todo fuera de sí mismo, que pueda ser tenido por bueno sin

restricción alguna salvo una buena voluntad.”, (Kant, 2005, A1) en tal sentido uno de

los puntos capitales de este primer capítulo y de la obra en general es la buena voluntad,

definición que pretendemos abordar.

Intentaremos abordar el término de voluntad en el ámbito filosófico,

remontándonos a la filosofía clásica la voluntad es la apetencia racional o conforme a

la razón, y es claramente diferente al deseo que es la apetencia sensible, en tal sentido

la voluntad está asociada a la razón, según Aristóteles, obrar en conformidad con lo

racional.

Ahora bien, desde Kant, la voluntad, es buena, en tanto valor absoluto, buena

en sí misma, con total independencia de los resultados obtenidos, una voluntad buena

o voluntad pura es tal cuando no está fundada en motivos empíricos. Cuando

racionalmente se actúa conforme al deber.

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