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J er SÁNCHEZ MERAZ
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Omnia Vincit Amor
Et Nos Cedamus AMori

JAVIER SÁNCHEZ MERAZ

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Dedicado:

A LA LUNA QUE ME CONTEMPLO AL ESCRIBIR CASI CADA


PALABRA DE ESTE COMPENDIO ,A LA MUSA INSPIRADORA DE
ELLAS, QUE AHORA SÉ ES REAL (ANYV) Y AL POETA ROMANO
VIRGILIO DE QUIEN TOMÉ LA FRASE PARA EL TÍTULO Y LA CUÁL
SIEMPRE FUE INSPIRADORA, A MI MADRE POR SU INSISTENCIA
CONSTANTE POR LA LECTURA Y LA POESÍA, A MI QUERIDA
AMIGA CLAUDIA QUE SE TOMO EL TIEMPO DE REVISARLO Y
BRINDARME SUS PALABRAS PARA EL PRÓLOGO, Y AL AMOR QUE
SIN SU EXISTENCIA SERIAMOS SOLO BESTIAS

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Prólogo:

TODO SER HUMANO, EN SU CONSTANTE DEVENIR, DEAMBULA


POR ESTE MUNDO CON LA NECESIDAD DE TRASCENDER.

EXISTEN QUIENES LO LOGRAN, OTROS MÁS, QUE REALIZAN


ESFUERZOS PARA VER CUMPLIDOS SUS MÁS GRANDES ANHELOS
Y QUIENES JAMÁS LOGRAN COLMAR ESA NECESIDAD.

DURANTE NUESTRAS LARGAS CONVERSACIONES,


COMPONIENDO Y DESCOMPONIENDO AL MUNDO, APURANDO
TAZAS DE CAFÉ, JAVIER INSISTÍA EN QUE EL AMOR, SIEMPRE
VENCERÁ, ANTE MI CONSTANTE OBSTINACIÓN EN NEGAR AL
AMOR, ALEGANDO QUE EL EGOÍSMO PURO DEL SER HUMANO,
SIEMPRE ESTARÍA POR ENCIMA DEL AMOR, Y, AUNQUE CON SU
LARGO DEBATIR Y SUS HERMOSOS POEMAS NO HA LOGRADO
CAMBIAR MI OPINIÓN, AHORA PUEDO DECIR QUE VALE LA
PENA INTENTARLO, NO CEJAR NUNCA EN LA INTENSA
BÚSQUEDA PARA ENCONTRARLO, PUES EL AMOR, SIEMPRE
ESTARÁ PRESENTE EN NUESTRAS VIDAS, AUNQUE SEA POR UN
LEVE INSTANTE.

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NUESTRO AUTOR, EN ESTA COMPILACIÓN A LA QUE
ACERTADAMENTE INTITULA “OMNIA VINCIT AMOR” NOS LLEVA
DESDE LA MÁS PROFUNDA SOLEDAD, DE ALMA Y ESPÍRITU, CON
LA ÚNICA COMPAÑÍA DE LAS SOMBRAS, LOS RECUERDOS –
ALGUNOS BELLOS, OTROS AMARGOS Y DESESPERADOS --, EL
SILENCIO Y, POR SUPUESTO, NUESTRA AMANTE LUNA, AL
TRIUNFO DEL AMOR POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS, AMOR
QUE ENCUENTRA DESPUÉS DE UN EXTENSO SUFRIMIENTO.

EN SU LARGO DEAMBULAR POR ESA INTENSA BÚSQUEDA,


BÚSQUEDA QUE TODOS NOSOTROS HEMOS EMPRENDIDO --
ALGUNOS TRIUNFANTES Y OTROS VENCIDOS --, POR
ENCONTRAR EL AMOR EN NUESTRAS VIDAS, PALADEA EL SABOR
AMARGO DE LA TRISTEZA, DEL ABANDONO, DE LA PROFUNDA
DESESPERACIÓN DE SABER AL SER AMADO PERDIDO; DELIMITA
LA IDEA DEL AMOR, GLORIFICA LA VENTURA DE ENCONTRARLO,
AUNQUE SEA POR UN FUGAZ INSTANTE, DEJÁNDONOS EL
DULCE SABOR DE LAS CARICIAS DEL SER AMADO, DE SU SIMPLE
PRESENCIA, DE LA EVOCACIÓN DE SU RECUERDO, DEL
TEMBLOR ANHELANTE DE ESPERAR SU COMPAÑÍA,
SUTILMENTE, NOS LLEVA A ANSIAR CAMINAR EN SUS ZAPATOS,
SENTIR ESA

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NECESIDAD POR TENER EL AMOR EN NUESTRA VIDA, POR
LLENARSE DEL CALOR QUE IRRADIA EN EL CORAZÓN Y EN LA
MENTE, CUANDO EL AMOR INUNDA TU SER, ASÍ PUES, NO ME
QUEDA MÁS QUE INVITARLOS A ACOMPAÑARNOS EN LA
LECTURA DE ESTE COMPENDIO, A SUMERGIRSE JUNTO CON
NOSOTROS EN LA GAMA DE SENTIMIENTOS QUE RODEAN AL
MÁS PURO SENTIMIENTO: EL ANHELADO AMOR.

CLAUDIA PATRICIA GONZÁLEZ COBOS

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I

Inicia la noche y con ella un gran alivio


recorre mi ser, la brisa que corre a través del
viento me conforta y empiezo a mirar las
estrellas en mi andar, esas inseparables
amigas nocturnas, destellando como un
danzar de hadas en el bosque; la luna, mi
amante silenciosa que me acoge con su luz
abrigadora que da calor a mi ser en noches de
agonía, que me escucha y da claridad a mi
pensar, a mi sentir, a mi vivir, he de vivir cada
noche y sobrevivir los días, pero bien vale el
sufrimiento diurno, para disfrutar después del
sueño y la ilusión nocturna, con la compañía
de mi soledad y el charlar de mi silencio...

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II

¿Puedes esta noche imaginar la vida sin mí?


¿Puedes olvidar la calidez de mi amor?
¿Puedes cerrar tus ojos y traer a tu ser el
descanso que otorga el sueño? Pero aun así
mi pensar se adentra más en cada
sentimiento que me embarga, ¿podrás
arrancarte de mí ser? He visto tantas lunas
anunciantes de agonía, he visto las estrellas
vagando por el firmamento, he compartido su
llanto cuándo la luna se va, así se llenaría de
tristeza el corazón mío al imaginar una vida
sin ti, frío y desolado me sentiría como una
noche sin luna y sin estrellas, si la calidez de
tu amor no pudiera recordar y gasto mis
noches discutiendo con insomnios que me

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agobian y llenan de palabras, mi razón, mi
ser; pero ahora son ellos

los que el descanso alcanzar no pueden


porque mis palabras los alejan y mi corazón,
lleno de luz al recordar cada sonrisa que me
diste , no necesita más descanso que aquél
que mora en tu mirada, he de lograr en tu
corazón reposo encontrar y al lograrlo,
obtener un lugar en la inmortalidad del
universo que habita en el amor.

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III

Puedo vivir de ti y tu de mí, puedes ver la


sombra de ser cobijando al tuyo podemos ser
uno y reír como mil, podemos vernos en los
ojos los elíseos del ama nuestra. Solo si
supieras lo que siento... pero no es así y te
veo desde lejos como quien un amanecer
contempla, como quien estira los brazos a la
luna esperando que ella los abriera también.
Pero no, soy un cobarde tal vez un loco... o
simplemente un enamorado más, como
cualquier otro mortal como otro hijo de Adán
que sucumbe como el padre, a la tentación
del prohibido.

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IV

La noche apacible llena el horizonte con su


manto protector, la luna, que magnificente
ilumina el andar de los caminantes que,
solitarios, recorren los senderos de la noche.
Y yo como ellos una vez los recorrí pero ahora
perdido en la penumbra en un resquicio de la
noche que parece estar ahí para mí, dejo que
mi corazón en su dilema llore la desventura
de un amor efímero, que una penumbra más
oscura que la actual nos ha dejado, en un
mundo indiferente, confuso y de olvido.

¿Podrá llamarse vida a solo deambular por


ahí? ¿Podrá llamarse vida a sonreír sin
sentir?, solo porque mi corazón no ríe de
hipocresía… ¿muerto estará? solo porque el
regocijo de mi ser en la penumbra se

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encuentra, porque la belleza que a mis ojos
llega los baña la luna con su luz. En este
mundo sombrío y no por la noche y sus
estrellas, no por cementerios y su olvido, no
por sombras y su frio sino por aquellos
moradores de su tierra, que la matan y
envenenan, que sonríen al hermano y matan
al vecino, que lloran lágrimas de Channel y no
perlas del alma. Esta gente ha asesinado al
amor verdadero, lo ha empaquetado y lo
vende al mayoreo, lo ultraja, lo derrocha, lo
envenena y luego lo tira. Si ese es el amor
que tu buscáis como rosa de vitrina, que
nunca conoció la adversidad ni la imagina,
que vuestras espinas son ornato y olvidaste
como hincarlas. Si buscáis en mi la piel y el
plástico como uno solo, si reis con la
mascarada del mundo y no de ella. Solo he
encontrarme en este andar hasta que mi
senda una rosa de verdad no de vitrina ni de
ornato, llene con su esencia su color y su

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sonrisa del alma mi existir y comparta
conmigo la belleza incomparable del mundo
que vive, que llora, canta y nos regocija con
pinturas sin pincel y canticos sin altavoz, en
una opereta incomparable que es la vida.

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V

Bella, bella como la luna radiante te vi, eras la


visión más hermosa de un futuro feliz, pero
todo en un instante se desvanece he tenido
tu rostro junto al mío he podido ver la
sinceridad de la mirada tuya y no me canso
de hacerlo ¿cómo podría hacerlo? alegre
como el trinar de un ave sincera, como el
agua del rio, bella como una diosa y apacible
como un lago por la noche. No puedo
describirte más, ni menos no puedo decir de
ti, ni sin ti, cada día que pasa te siento más
cerca más cálida, más hermosa. que decir,
que hablar, que imaginar, que soñar contigo y
que terrible vivir sin ti. No puedo más que
sonreír en tu ausencia, aferrado al corazón
que late por tu ser y frente a ti, perderme en

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la luz de tus ojos, el resplandor de tus labios,
como un lobo que la luna mira y le grita y le
llora pero alcanzarla no puede. La pena es
infinita sin ti, hoy que sé que existes y a mi
lado no estás, pero más infinita lo fue
pensando que nula era tu existencia y mi
andar inútil por la vida. No descansare hasta
verte entre mis brazos y llenar tu corazón del
amor mío, del más noble y puro sentimiento,
de lo más profundo de mi ser, del latir de mi
corazón y la oscuridad de mi alma. Hasta
entonces luna, mi cielo, seré tu guardián del
sueño esperando con un beso despertar tu
amor...

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VI

Implacable y torrencial como la lluvia Abril así


fue como llegaste a mi vida, en un instante,
en un sueño de un instante eterno donde
parecí vivir a tu lado por centurias, donde las
alas de tu ser parecían rodear con su belleza y
su paz a mi oscuro corazón. Pero ahora que
ese instante terminó, que he vuelto de la
ilusión de los polvos de arenero, todo queda
claro ya, no es el sueño lo que anhelaba ni lo
que en él existía como una realidad que
parecía ser perfecta, no, No, No era!! era el
despertar y saber que puedo vivir a tu lado,
que puedo morir por ti y junto a ti envejecer.
La realidad es el sufrir de cada día, el llorar y
reír es el cantar a la vida cada mañana pero es
hacerlo sabiendo que estás ahí sin importar

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cuan distante de mi o cuánto tiempo sin ti he
de recorrer o esperar o caminar entre las
sombras; ya antes lo he hecho, solo que hoy,
a diferencia de ayer, he vuelto hacer llorar de
felicidad a mi corazón, aquel que seco se
sentía y solo grietas de dolor en él a diario
sentía ¡ya no más!, tengo el camino de frente
y hoy se lo que ayer desconocía… el amor es
un reflejo de lo más profundo y aberrante de
nuestro ser y es contra ese sentimiento que
hay que luchar y contra nadie más, ya que
podemos creer que solos vamos en esta
senda que nadie más peleara por tomar el
amor nuestro o al menos aquel que tanto
deseamos, el sentir que la vida se va sin la
existencia de otro no es amar a la persona: es
atarla, el sentir que la sangre se enciende
como magma de los avernos al ver que
alguien se acerca al amor tuyo, no es más que
la prueba fehaciente que tuyo no lo es y por
eso sufrimos y por eso lloramos por que

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como humanos no entendemos el amarnos
de verdad sin velos ni limitantes, sin ataduras
y con el alma desnuda. El día que logramos
ver más allá de lo que nuestros ojos ven, el
día que entendamos el hablar del otro, el
sentir y el respirar, el vivir y disfrutar un amor
intenso completo y sincero... florecerá como
lirio de abril, libre flotando sobre problema
alguno y con un aroma tan hermoso y tan
fuerte, que será capaz de protegernos como
uno y así el camino frente a dos uno se
vuelva.

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VII

Cuando quieres que el amor se quede,


cuando intentas llenar el ambiente con él,
cuando te ves en el espejo y solo ves su
rostro, cuando ríes a los demás y lloras su
ausencia, cuando sientes que tu ser no tiene
sombra, cuando no sabes que hacer... En este
punto no queda más que escuchar al corazón
y sentir lo que nos dice, dejarlo que nos llene
con las palabras de amor que emanan de él
mientras el corazón no escuchemos, nuestra
soledad no entenderemos y aún más solos y
vacíos nos sentiremos; debemos llenarnos de
valor, estirar nuestras manos y tratar de
alcanzarlo, de alcanzar el amor que
queremos, de agarrarlo con las manos y no
soltarlo jamás. Dejar que la vida pase

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mientras llenamos nuestro ser con la
sabiduría de nuestro corazón y así poco a
poco lograr que nuestras manos al amor de
nuestros sueños alcancen y no se separen
jamás.

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VIII

En donde la noche me hace llorar, donde las


golondrinas llenan su regazo con muerte,
donde la noche disminuye la vida y te hace
sentir como una minúscula partícula de nada,
donde en el día pasas como un segundo al
reloj, donde los gregorianos son nuestros
amos y guías, donde la vida te llena con aire
las ganas y con nada los sueños, donde Buda
duerme con la mano cerrada dejando al
mono bailando con un organillero, donde la
luna te da la espalda y esconde detrás del sol.
Hoy mi ira abarca el firmamento con sus luces
rojas trayendo el invierno y no me basta y no
me llena una explicación, donde los
proverbios se vuelven cero y el firmamento se
nuble hoy, si hoy he tomado una decisión y

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no la tome de la nada sino del tiempo, de
aquella infinita esencia interminable, infinita
como dije anteriormente. Ha de sobrarme la
vida para morir luchando. solo que hoy, solo
hoy y tal vez hoy, he dejado de lado los
consejos y las frases banales que suelen decir
cuando te enfermas, cuando caes y todos
creen que no te levantas, donde lloras y todos
ven en tus ojos la pena infinita que solo es el
reflejo de vuestros corazones.

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IX

Hoy he vuelto del rincón de los olvidos donde


no hay más que la sombra que cobija mis pies
y el latido de mi aún moribundo corazón. He
vuelto porque aun ansío el momento donde
pueda, sin morir en mi agonía, robar de tu ser
la dicha del pensamiento tuyo cada amanecer
Aquel que noche con noche mi ser suspira y
llora por tu lejanía, donde mis pensamientos
viajan cual gaviotas buscando el puerto de tu
corazón. Pero sé que el trayecto es largo, tu
corazón es distante tanto como lo es el Dios
de los hombres, pero tan cierto y tan real
como la muerte que vendrá por nuestras
almas. La oscuridad de tus días... clamaría por
compartirla, por sentarnos en las sombras
como un par de lápidas que inertes esperan

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visita doliente de Magdalena alguna mientras
en la oscuridad de la noche susurran
mutuamente las dolencias que dentro de su
ser habitan. Pero que a pesar de muertas
ambas llevan un corazón en su interior, uno
que grita abominablemente por la luna
admirar entre tus brazos y un día, solo un día
más, en tu regazo suspirar y para siempre
esta tumba con mármol coronada poder
abandonar y a tu lado... a tu lado superar la
eternidad.

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X

Los días vuelan a mi alrededor como hojas


que el viento arranca en su último suspiro de
existencia contemplo el día como algo gris
como una noche sin estrellas; el sol, me
arrebata la vida y hace que cuenta me de mi
humanidad, mi fragilidad y mi mortalidad...
No he podido en senda alguna fin encontrar,
no he visto mis sueños morir al abrazar la
gloria. He llorado más lágrimas de las que un
árbol en otoño podría derramar, lenta y
continuamente, poco a poco siento morir mi
corazón y mi alma se desprende de mi ser día
con día y con la sutileza de un atardecer, que
minuto a minuto se pierde entre el magenta y
carmesí de la paleta del divino. ¿Dónde
empieza mi vida y termina mi sueño? ¿Dónde

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termina el olvido de mi corazón y comienza la
dicha? ¿Dónde la lluvia despierta del letargo
de su sueño metamórfico y aparece en este
mundo, como el sufrimiento de una nube que
llora su partida? ¿Dónde puedo encontrar el
fin de mi vida y despertar en mi sueño? Pero
si sueño habita en mi corazón... ¿Al morir éste
morirá mi sueño también? He de abrazar mi
alma y aceptar que la muerte, día con día, me
cobre los minutos que camino y en cada
respirar, se ha de llevar una parte de mi ser
que se irá ... para ya no volver jamás.

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XI

¿Has visto la noche brillar?

¿Has contemplado la negrura espesa del


amanecer?

¿Has escuchado la sonrisa de tu corazón


mientras te llena de un cumulo de encanto?

¿Y puedes escuchar que su sonrisa canta?

Yo si... y me duele el alma de pensarlo, de


recordarlo y no dejarlo ir, de abrazarme a un
sentimiento tal, que no puedo contener entre
mis brazos.

Cómo entre la ceguera de la humanidad,


entre sus cólicos y sus dolencias, entre sus
muertes y su decadencia, ¿puedes ver la luz

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de una nova moribunda sin cegarte en medio
de la noche como cualquier otro mortal?

Como puede mi ser reprimido de años de


dolor y de angustia reconocer del firmamento
inmenso que mis ojos entender sus
dimensiones no pueden, a tu luz... Aquella
distante y tenue como un murmullo esa que
aunque tiritante, fácilmente podría cubrirse
con el manto oscuro iluminado por sus
semejantes y que aunque semejantes,
NUNCA IGUALES. He visto que el resplandor
tuyo es más fuerte que una estrella que se va,
que se aleja mientras muere dejando una
estela indescriptible de luz y sufrimiento.

Es aquel tan intenso y a la vez tan hermoso


como el cantar de la luna en mi ventana,
aquel que baja y toca mis mejillas, mientras la
belleza tuya la sonroja.

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Oh maestros y arcanos de los tiempos, decir
a este mortal lo que su sabiduría le expresa
que la dicha no es más grande cuando el
sentimiento aflora sino cuando espera ver la
luz por vez primera.

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XIII

He visto la luz del sol bañar con sus rayos los


campos. He visto las estrellas iluminando la
más oscura de las noches, mas a pesar de
ello, mi vida solo ha sido sombras y
penumbra, hasta hoy , donde tu ser con su luz
y candor iluminó mi camino, donde mi senda
de sombras disipó y con pétalos de luz la
cubrió, una sonrisa tuya contemplar y
eternamente en tus ojos morar como la dicha
de una ninfa que su bosque majestuoso no
abandonaría jamás.

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XIV

Te vi, entre tantos, entre susurros y alaridos,


en el constante cambiar de la vida y fue así...
fue así como caí; te vi radiante, hermosa, una
musa inspiradora que llenó de versos mi
pensar, tu sonrisa que radiante bañaba con su
luz las tinieblas más oscuras, como lluvia
celeste en el manto de la noche; tu larga
cabellera, majestuosa , como una cascada en
verano fluía tu cabello en el aire, como un
corcel indomable que conquista la llanura,
pero no solo mis ojos se colmaron de dicha
aquel día, cuando tu voz... no!, cuando la
danza de palabras que de tu boca fluían hasta
mi ser, un estruendo a mi alma recorrió,
como si las olas del mar azotaran las rocas de
la playa, cual meteoro que se impacta

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fuertemente en esta tierra así fue como sintió
mi ser cuando encontré sentido en tus
palabras, cuando vi que el pensamiento de
esta diosa, era tan grande como la belleza de
su ser; utópica amalgama en un mortal,
¿ángel será?, ¿demonio quizá?, no lo sé, pero
algo a mi corazón le queda claro, qué si del
cielo venid, o en el infierno morar, nada ha de
importar porque mi corazón a donde vayas te
seguirá.

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XV

Fénix
Me pierdo entre el deseo perdido de los
moribundos, vengo de donde tu voluntad
murió y el olvido te cubrió, mis alas son los
huesos de los muertos sin retorno, mi fuego
es el odio de miles que su venganza lograr no
pudieron es la voluntad de los caídos y la
pasión de los amantes muertos. Renaceré
cada vez que mi fuego se apague, cada vez mi
llamado respondan mis cenizas. Soy el
constructor de sueños soy la esperanza
encarnada, soy el presente de los que ayer lo
perdieron, soy la oportunidad de volver Soy el
Ave Fénix.

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XVI

Donde Van....

He oído a la noche llorar cuando la luna se va


y sus lágrimas bañan los campos y estos
florecen de su llanto para arrancarle la
tristeza que le embriaga.

He visto el sufrimiento de la luna cuando el


sol la arranca de los brazos de la noche y esta
se aleja más y más , pero siempre le deja la
eterna promesa del nocturno rencuentro.

He sentido mi ser estremecerse, con las


memorias del ayer con el recuerdo que toca
mi cara y me susurra al oído y como una
gentil briza otoñal, se despide de mí con un
beso.

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He tenido en mis manos la fortuna y la he
visto volar de ellas, como una hoja que el
viento con su furia la desprende de los brazos
del árbol que observa partir y que no puede
hacer nada más que ver como gira y se eleva
y se va y se pierde en el horizonte mientras su
llanto es como el réquiem y con él dice adiós.

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XVII

Hoy no hay risas solo lágrimas

Hoy se van las risas y dejan un espacio vacío.


Hoy la vida vuelve a tornarse gris.

Hoy termina el miedo de morir.

Hoy es el último día que la vida gira y sigue.


Hoy, hoy seguiré el llamado.

Mañana volveré de entre los muertos.


Mañana sanarán las heridas que se abrieron
al morir.

Mañana volverá la luna a habitar sobre mi


pecho. Mañana… Mañana empieza y no
habrá vuelta atrás.

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Así que este fino hilo del que mi vida pende,
saludare mi muerte y despediré mi vida y así,
en esta transición donde la media noche
junta el hoy y el mañana los pone frente a
frente se saludan y se van

Regresan las alas de fuego al cielo surgiendo


desde la muerte que dejó mi ser.

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XVIII

Penumbra Desolada

De los rincones del olvido donde el desecho


de sentimientos se acumula como el salitre
en la humedad, es el lugar al que llamo hogar,
la penumbra desolada Ahí donde la noche es
borrosa y el día nunca llegará en un agujero
negro donde los corazones mueren y la
agonía florece, de ahí viene vuestra merced.
Si deseas vuestra alma compartir y en este
lugar morar la vida debes olvidar, pero no el
dolor y la frialdad la agonía y la maldad,
porque esos serán tu comida tu vestido y tu
mañana y la penumbra, tu casero amable que
velará ninguno falte.

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XIX

Recuerdos de un ayer

Cuando contemplo tus ojos me pierdo en un


paraíso, cuando escucho tu voz mi alma vuela
junto a tus palabras dulces como la ambrosia.

Tú, inmaculada como una diosa que libre


vuela entre los cielos como una estrella que
brilla a lo lejos inalcanzable para un mortal,
para un ser que siente en su pecho el palpitar
incesante de un corazón que clama por tu risa
por tu mirada y en la osadía... por tu amor.

Pero triste y soñadora es la vida de los seres


que sienten palpitar su corazón después de
cegarse con la sonrisa tuya, con esa mirada

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que purifica el alma puesto que somos seres
mundanos, terréanos y en ocasiones oscuros.

Como le pides a una diosa que los cielos


abandone, como le pides abriendo los brazos
que extienda los suyos no...no puede ser la
vida de un mortal pasa por tus ojos como un
parpadeo efímero, banal, irreal pero un solo
beso tuyo valdría mil días de agonía y mil
noches de soledad, porque un corazón que
siente el tuyo, solo no se encontrara jamás
Oh! diosa de mis sueños, moradora de las
visones de la noche tu que con tu encanto
sonrojas a la luna y nos dejas al astro Selene y
a mi corazón ahogados en un suspiro no
dejéis tu corazón entorpecerse por
banalidades y personas frías, por seres vacíos
y mezquinos que arrancar tu corazón es su
misión y solo llanto en tu rostro dejar.

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Vive en la hermosa realidad, en esta que nos
llena como el sol que brilla y calienta en esta
donde tu mirada es privilegio para quien su
corazón te entrega y se vuelve tu eterno
enamorado.

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XX

"Donde un instante se vuelve eterno"

Donde la memoria no existe y donde el olvido


ha muerto en lugar más sublime, donde el
sentimiento se vuelve indomable, ahí donde
tus besos me llevan cada noche, ahí donde la
dicha me arranca el alma y cura del cor mis
heridas.

Donde no importa el hoy y el mañana, donde


el principio son tus labios y el sentimiento el
Infinito, donde moraría cono ermitaño en mi
soledad y viviría como dios en la delicia de tus
labios.

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El potente sentimiento y la fuerza de mil
ángeles, que uno a uno me invaden y de
gloria embriagan a mí ser.

El inolvidable sentimiento de fuego que no


quema pero hace galopar mi corazón por las
llanuras de su ser desnudo ¿Dónde vivirá mi
dicha si mis labios separo de ti? ¿Donde mi
corazón gritará el sentimiento más puro?,
¿Donde he de sentir que el mismo rayo de
Zeus es un chispazo más qué estremece a mi
ser, si tus labios con los míos ya no están? He
de recordar cada infinito momento de mi
gloria, he de suplicar a cada fibra que a mi ser
responde, a cada memoria de la mente mía, a
cada resquicio de mi ser que clama por tus
labios que atesoren la dicha del recuerdo
aquella que a mi corazón latiendo mantendrá,
porque si el olvido carcome las entrañas del
sentimiento mío... ese día mi ser morirá y
sucumbirá ante la putrefacción de la soledad

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y el olvido y mis versos plañirán ante el terror
de la agonía. Solo un instante, un eterno
instante... donde tus labios y los míos logren
llegar al corazón y de un golpe despertarlo de
su necrada cripta del olvido.

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XXI

En la Soledad Infinita

Se han cansado mis huesos de llevar mis pies.

Me encuentro perdido en el desierto de la


soledad, donde mis demonios internos roen
mis entrañas buscando salir donde cada paso
es un suplicio sin regreso.

La lluvia que cae del cielo es como aceite


hirviendo para mi ser y mi alma y el dolor no
nace en mi piel, llega de lo más profundo de
mi corazón naciendo de mi alma, como si
cada lagrima de este cielo muerto y olvidado
no tocara más que las fibras más profundas
del alma mía.

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Tengo que salir, pero son tantas las visiones
tantas alucinaciones que me llaman y rozan
con sus afiladas garras a mi piel desnuda y yo,
embelesado por lo que mis ojos ven y que mi
alma sumergida en el letargo que dejó el
olvido se niega a mirar más allá del velo que
la cubre.

He de maldecir mi ser y envenenar mi alma


con la esperanza de ver florecer este infértil
lugar creyendo que el sol puede bridar la luz
de la esperanza que las nubes bañen con las
lágrimas del olvido y la tierra logre revivir
para poder así dejar de ser este lugar de
olvido y penumbra, de soles vividos y lluvias
ardientes que solo brindan al viajero el más
profundo dolor sobre sus penas.

El vicio del amor es el más grande de los


vicios porque una vez tenido y abandonado o
perdido, te lleva por esta senda donde no
veras más que la tierra caliente sobre tus pies

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y los cadáveres de otros que levantarse no
pudieron y sus cuerpos pútridos y necrados
del cáncer del amor y del olvido que no
pudieron extirpar les destrozó no solo el
cuerpo sino también el espíritu.

50
XXII

La Soledad y Yo

¿Donde el camino dejé de buscar?

¿Dónde mis sueños nacieron muertos?


¿Dónde la vida me dio la espalda? y hoy solo
la Muerte me saluda.

En este recóndito lugar donde solo mi ser


existe aquí en donde el tiempo no existe,
donde el abismo oscuro de la duda de cierne
sobre mí no sé si existo o si he partido, o si
partí hace mucho tiempo y hoy solo soy el
recuerdo efímero de un ser inexistente.

He de mantenerme en pie mientras mis


piernas me sostengan, mientras exista esta
débil luz en el camino con voces distantes

51
pero conocidas que me llaman, que claman
por mi andar acelerar. He de buscar en este
mundo la vida donde se junte mi ser con mi
existencia y pueda nuevamente abrazar la
vida como en algún soleado día de verano lo
hice alguna vez.

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XXIII

Ai Shite Iru

Perdido ante la inmensa oscuridad de la


noche mi mente vaga en el regocijo de las
estrellas, aquel que asemeja el brillo de tu ser
y la profundidad de tus ojos, cada instante,
cada pausa de mi mente en el pensar es
ocupado por tu ser, como si tu nombre, tu
imagen y tu esencia hubiesen llevado de la
mano a mi existencia por centurias del
pasado y hasta el día de hoy donde tu amor
no es de ayer ni de hoy, sino de siempre,
colma de dicha mi alma y nos lleva para
siempre donde el tiempo no existe y el amor
nos une para ya no separarnos jamás.

53
XXIV

Donde la vida se libera

Donde la luna se muestra altiva en el


horizonte, donde la luz se pierde y la
penumbra reina en el oscuro reino de mi
corazón, donde la vida no pasaba y solo las
tinieblas recorrían mi ser como alimentando
mi cuerpo, como dándole vida, como si la
sangre hubiese partido y solo quedara la
necrada existencia del dolor que llena el
recipiente con forma humana.

Pero más allá de esto, encuentro la luz donde


Artemisa me cobija y me muestra la sonrisa
de los labios tuyos, aquella que puede ser tan
estremecedoramente bella como la ambrosia
jamás llego a serlo , aquella que trae paz a mi

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ser y me da la calma de centurias de tristeza y
ansiedad; de dolor y desesperar… y hoy, solo
queda tu sonrisa.

La existencia probada, existes como la verdad


más certera y más misteriosa que jamás
tendré, y hoy mi ser descansa el camino
recorrido con la insistencia del encuentro
llega a su fin y no es la muerte el final, sino lo
profundo de tus ojos para perderme en la
eternidad.

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XXV

Donde los límites se rompen

He visto nuevamente la luz de un camino


lleno de gozo, he visto la luz de tus ojos y la
dulzura de tu voz así como la tristeza recorría
mi cuerpo como tratando de llevarme y
perderme entre sus brazos, fueron tus ojos
como cristalinas gotas de lluvia que refrescan
el alma mía en una calurosa noche de verano
y tu sonrisa majestuosa que cimbra mi ser y
me deja en medio de un torbellino de
sentimientos que difícilmente volverán a la
normalidad esa sonrisa que logra que mis
penas se evaporen una a una y solo quede en
mi pensar tu ser.

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El que tengo frente a mis ojos y a cada
minuto en tú pensar el que logra opacar el
brillo celestial de la luna de octubre, el que
convierte mis sueños en un lugar sombrío a tu
lado, el que creía utópico, inexistente, etéreo,
pero que al fin en un recuento de los siglos
de mi alma que cada día envejecía más y solo
la mantenía viva la promesa de tu existencia.

Hoy nuevamente la jovialidad llena mi alma al


ver cumplida la promesa que el destino me
dejo. Hoy sé que existes...te he visto... y soy
feliz.

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XXVI

Por los escondidos caminos de esta vida, te


he encontrado esperando encontrarte en la
estación del tren, viéndote cada día en mis
nocturnas caminatas como si siguiera el
camino de un fantasma que deja un halo de
esperanza.

Esperanza que día a día fluctuaba como las


olas del mar, días de luz y una interminable
senda de sombras, pero esas noches donde la
apacible luna me abrazaba podía percibir tu
olor como una suave brisa que cubría la
noche y sentía tu dolor como mío y compartía
tu llanto; esas noches de sentirme vivo, de
saber que existe una esperanza, de creer con
todo el corazón que estas ahí afuera y habría
de encontrarte.

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Y las musas con su infinita paciencia llenaban
mi ser con tu imagen, con tu voz, tu aroma y
tu amor y letras llenas del fulgor de mi sentir
se plasmaban una a una sobre el frio papel
que las acogía como suyas y le daban el calor
que las líneas vacías no brindan.

Hoy he visto tu rostro, he visto como mis


palabras cobran vida, como el sentimiento te
pertenece, como cada parte de las letras que
traían las musas y dejaban en mi mente, no
eran otra cosa que tu ser descrito en mis
humildes rimas.

He de retomar mi existencia que ahora vibra


como el sonido del universo para vivirla en el
camino que ahora y para siempre uno será.

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XXVII

Tsuki Dakara Suki

Si pudieras ver a través de mis sueños si


pudieras ver con mi ojos el mundo si tus
manos pudieran sentir lo que las mías cuando
las tocas... Verías que mi sueño más grande
eres tú, que al mundo le sonrío por que estas
en él, que mis manos vibran con tu sola
presencia, que mi ser se estremece con tu
sonrisa. Por eso hoy quiero hacerte sentir
todo lo que logras en mí, que vibres con mi
sonrisa que es tuya, que tu mundo sea uno
con el mío y que tus sueños se vuelvan una
realidad a mi lado.

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XXVIII

El Encuentro con la Luna

La luna que siempre ha velado por mí hoy me


ha visto sonreír, ha visto la ilusión en mis
ojos, ha visto la dicha y el amor, me ha visto
resplandecer como ella ilumina la noche pero
lo que indudablemente nubla mis días y
eclipsa mis noches, es el poder de tus ojos
clavados en los míos y Artemisa me sonríe al
ver que me pierdo en el hechizo de tu ser, es
mi cómplice silente, es mi gran musa que me
trae tu recuerdo cada noche y cada noche así
sueño contigo.

61
He deseado la dicha la he soñado, la he
anhelado y hoy que la tengo frente a mí, no
puede más que emerger una sonrisa de lo
más profundo del sentimiento de mi ser.

Hoy sonrío, la luna me acompaña y comparte


mi dicha y cada noche me trae tu recuerdo, tu
imagen y tu voz, como celestina del amor
perdido nuevamente encontrado por tantos
siglos.

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XXIX

Donde el sentimiento se vuelve realidad

La quietud, la felicidad que toca tu rostro


como una brisa matinal de otoño; suave,
fresca y reanimadora.

Así has llegado a mi vida tan repentina, tan


sincera y tan real como la pureza de la lluvia
de abril.

Hoy, hoy las mañanas son más claras, sonrío


mientras Apolo me baña con su luz que en un
momento insoportable fue a mi ser luz que
odiaba y de la cual renegaba.

Pero así como has llenado mi ser, así has


equilibrado mi vida y entre la luz del

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sentimiento y la oscuridad del corazón, puedo
vivir plenamente.

A tu lado entre la luz y las sombras, con gusto


y con los dioses por testigos, mi vida te
ofrezco, para ya no separarnos jamás.

64
XXX

Parando el Tiempo

¿Cómo puedo resistir mi ser a la dulce y


excitante esencia del tuyo?

¿Cómo puedo mantenerme lejos de ti


sabiendo que tu cuerpo llama al mío?

¿Cómo puede la luna alejarse de su amante el


mar, que apacible le espera y al reunirse
explota en un cúmulo de sentimientos
mientras las olas, ráfagas de su amor
consumado, se estrellan entre peñascos de la
orilla?

¿Cómo pueden mis labios detenerse y no


recorrer los caminos de tu cuerpo, si tu piel
los hipnotiza y los hace perderse en ti?

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Bebernos la noche lentamente mientras los
astros nos contemplan y la luna eleva las
pasiones que envuelven nuestros cuerpos
mientras se funden una caricia eternamente

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XXXI

Entre tu mundo y el mío

Desde el firmamento gris donde solía vagar,


donde las ideas solían nacer y morir en un
suspiro, donde la noche eterna no era
apacible, sino lúgubre, triste y desolada;
donde la llama de mis alas no podían arder y
el deseo de volar postrado ante mi como un
cadáver con el rostro desencajado
contemplaba mi sufrir... Y ahí, en un
cementerio olvidado donde los Fénix sin fe
van a morir, mi cuerpo yacía inerte mirando
el infinito, esperando que la muerte diera fin
a mi sufrir.

Pero no... La luna, abofeteando mi ignorancia


y mi falta de fe como una madre que

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reprende a su hijo buscando que madure, en
el andar me llevo al camino donde hoy estás
tú.

El camino sangro mis pies y cargo mi espalda


con penas y tristeza, el mismo del que
renegué.

El mismo que me hizo yacer y olvidar quien


soy es el mismo que hoy me llevo a ti. Y
nuevamente las alas arderán y el vuelo entre
tu mundo y el mío que ahora es un solo cielo
podre libremente surcar y ahí donde la noche
nos une y la luna nos protege con su luz
nuestro amor será más grande que la
sabiduría de los eones de la tierra.

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XXXII

Enfrentando la Adversidad

De los momentos donde uno piensa que la


vida es dura, donde las ilusiones no llegan a
ser más que sueños lejanos, donde la vida
cambiante y oscura nos trata de hacer
retroceder.

Cuándo el peso de mil rayos que libera una


tormenta que somete nuestro ser ante el
temor de su castigo y cada estruendo se
siente retumbando en nuestros huesos.

Es ahí donde el camino hay que seguir, donde


el paso hay que apretar y la frente bien en
alto hay que tener, los temores más grandes
surgen de nuestros demonios internos

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nublando nuestro ser y alejándonos del
camino.

Así frente a la adversidad debemos ser


osados y valientes y gritarle frente a frente
mirándolo a los ojos ¡TU NÓ ME VENCERAS!
porque soy más fuerte que el miedo que me
siembras, porque mi meta es más grande que
todos los problemas que me puedas dar,
porque mis sueños serán mis aliados en este
duro andar y la pasión, el amor y tu sonrisa,
serán el motor que alimentado con mi fuerza
mi valor y mis férreas ganas de luchar,
lograran vencer a la tormenta de la
adversidad.

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XXXIII

Ayer

¿Dónde podemos encontrar la fe?

¿Dónde podemos llenar el corazón?

¿Dónde la vida toma el sentido o donde se


pierde por completo?

¿Cómo puedo sonreírle a la vida? aquella que


me ha herido, aquella que me ha
traicionado…

¿Cómo puedo confiar en el mañana?

¿Cómo puedo vivir el presente, sin el temor


latente sobre mí? sin esa sombra que me
acecha, hoy, hoy seré la luz y las tinieblas, hoy
te llevare de la mano por dos sendas y por

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ellas eternamente te amaré. Y alejare los
demonios de la duda y los temores del ayer,
que cuál fantasmas vagan en tu mente y
horrorizan a tu corazón.

Te daré mi amor en un beso y la eternidad en


una caricia, donde el amor nos vuelva uno y
solo la luz de tu sonrisa ilumine el camino del
mañana.

Luchare cada día... día a día, hasta liberar tu


corazón del yugo de la razón y del temor,
para amarnos como nunca y como siempre,
como las olas del mar que acarician con su
espuma a la playa, que cada día la espera
como las estrellas que engalanan las noches
más oscuras así brillara el amor nuestro
iluminando nuestras vidas.

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