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El discurso neoliberal se basa en la economía de mercado y democracia en los términos de

derechos individuales y representación política. Son conocidos los efectos de la redistribución


regresiva de los recursos que han producido las políticas económicas basadas en estas
concepciones. La disminución del empleo, aumento de la pobreza y la exclusión social, altos
niveles de concentración del capital y pérdida de derechos laborales y sociales como
consecuencia del neoliberalismo.

La época neoliberal en México va desde 1982 donde, la mujer comenzó a tener una
participación cada vez más activa en actividades laborales dentro como fuera del hogar pero,
esta participación femenina en la economía de México implicaba de alguna manera mayor
explotación y opresión que los hombres. Por otra parte, esta integración de la mujer en la
productividad del país, así como en los partidos políticos y sindicatos no existía la conciencia
aún que sus nuevas actividades implican con respecto a la emancipación de la mujer mexicana.

Las políticas neoliberales han producido un doble impacto en la sociedad mexicana y por ende
en las mujeres. Primero, la apertura neoliberal ha incrementado el carácter periférico de la
economía mexicana, situación que ha ayudado al creciente deterioro de la situación socio-
económica de las mayorías en México y por lo tanto, de las familias y sus mujeres. Pero, de la
misma manera ha favorecido la capacidad de las mujeres para organizarse y luchar, es decir la
expansión y el fortalecimiento del movimiento feminista.

Los movimientos sociales de las mujeres ya no están solamente relacionados con incrementar
el bienestar de las mujeres, sino que cada día están más destinados a promover intereses de
seguridad individual y colectivos de mujeres, ya no son catalogadas sólo en función de madres
y esposas sino como individuos, profesionales y proveedores económicas y sin dejar de lado su
autodeterminación sexual.

Sobre el hombre recae la obligación de ser quien provee los recursos económicos y por lo
tanto, se supone que es él quien debe participar en el mercado de trabajo. En México las
mujeres se incorporan más a la actividad económicamente remunerada, dentro y fuera del
hogar. La incorporación de la mujer a las actividades remuneradas, sin tener en cuenta los
trabajos informales sobre los que no existe información oficial, es notable un crecimiento a
pesar que los hombres siguen ganando más sueldo que el de las mujeres; actualmente cada
vez más hombres y mujeres realizan actividades que tradicionalmente les han sido asignadas al
otro sexo.

En cuanto a la participación política, la intervención de las mujeres sobre todo en los sindicatos
ha sido muy poco estudiada mientras que, la participación como candidatas a senadoras y a
diputadas está representada alrededor de un tercio del total mientras que el otros dos tercios
corresponde a los hombres.

El feminismo ha entendido que el capitalismo neoliberal en alianza con el patriarcado está


privando de los derechos conquistados a las mujeres y articulando nuevos espacios de
subordinación, incrementando la explotación y feminizando la pobreza. El resultado es un
creciente aumento de la violencia contra las mujeres con el objetivo de que acepten su nuevo
rol en las sociedades capitalistas y patriarcales.
Las estrategias feministas deben estar ligadas en torno al trabajo y empleo debido a su
carácter fuertemente opresivo para las mujeres. Y, además, esta estrategia desembocará en la
construcción de diferentes espacios de encuentro entre las feministas y las mujeres que no se
encuentran dentro del movimiento. Las políticas neoliberales y patriarcales deben convertirse
en uno de los objetivos de la lucha feminista porque se han convertido en la causa
fundamental de la feminización de la pobreza.

Por una parte siguen las desigualdades por ejemplo en los salarios y en la participación política
pero por otra parte, se perciben cambios que anuncian un futuro más prometedor.

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