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MEMORIA
DE LOS LLANOS
2 Héctor David Gatica
Memoria de Los Llanos 3
MEMORIA
DE LOS LLANOS
EDICION Nº 16
4 Héctor David Gatica
Año 1961
10 Héctor David Gatica
Año 1963
Memoria de Los Llanos 11
Año 1964
12 Héctor David Gatica
Año 1965
Memoria de Los Llanos 13
Año 1967
14 Héctor David Gatica
Año 1983
Memoria de Los Llanos 15
Año 1992
16 Héctor David Gatica
Año 1993
Memoria de Los Llanos 17
Año 1996
18 Héctor David Gatica
Año 2006
Memoria de Los Llanos 19
Año 2012
20 Héctor David Gatica
Año 2017
Memoria de Los Llanos 21
MEMORIA
DE LOS LLANOS
- Edición Nº 15 -
Otras reediciones:
5 ediciones ..........Himnos Farisaicos
6 ediciones...........Los Días del Amor, País Desvelado y
Los Días Insólitos
8 ediciones...........Cantata Riojana (entre libro, poema y
discos)
8 ediciones ......... Los Fundadores del Olvido
16 ediciones.........Memoria de Los Llanos
22 Héctor David Gatica
Memoria de Los Llanos 23
BREVE CONSIDERACION
Este libro fue creciendo tras sus distintas ediciones, nunca iguales
una a otra, corregidas y aumentadas, bajo las nominaciones de "El
Cantor·", "Memoria de los Llanos" y "Hay Un Mundo".
Las correcciones han ido surgiendo de los recitales que fui dando
por el país, los cuales me permitieron vivirlo nuevamente y retocar lo
que encontraba perfectible.
Y no sólo en los auditorios de la ciudad; cuántas veces los dije
también en los campos de Villa Nidia, para las sendas, los pastos, los
montes; para los pájaros, el silencio, el viento, la soledad.
Cuando hice la impresión de 1983 - gracias al premio obtenido
con el cuento "Las muertes de Pedro Berón" - estaba convencido de
que ésa sería la última entrega que en vida podría entregar de esta
obra. Felizmente me equivoqué.
Ni bien tuve entre mis manos la edición aquella, corrí hacia mi
tierra para ir entregando un libro en cada casa de los distintos puestos
que conforman Villa Nidia.
Se trataba de una deuda moral y debía saldarla; ellos eran los
inspiradores, los padres de MEMORIA DE LOS LLANOS, y así se
los dije aquella noche de 1990, cuando mi pueblo me regaló un cálido
homenaje, con la presencia de más de seiscientas personas reunidas
bajo la luna de octubre, llegadas del sur riojano, del norte puntano, de
la ciudad de La Rioja, Córdoba, Bs. As., etc.
24 Héctor David Gatica
H. D. G.
Memoria de Los Llanos 25
RECONOCIMIENTO
H. D. G.
28 Héctor David Gatica
Memoria de Los Llanos 29
PRIMERA PARTE
- El Cantor -
SEGUNDA PARTE
- Memoria de Los Llanos -
Animal
como son los de los campos de El Aromo
cavo cuevas en mi sombra
y es esa mi guarida entre churcales.
Y en épocas de otoño
cuando cae la sombra de las tuscas
yo vuelvo a mis raices
TROPERO
¡Aquí voy
con el grito sobre el tiempo
imitando el relincho de los llanos
crin de pasto en el cuello de la tierra.
Aquí estoy
enterrando las espuelas
en el cuerpo cansado de los días.
CANCION DE AGOSTO
(Al cumplirse las bodas de oro de la Escuela Nº 112 de Villa Nidia)
II
Era la escuela
en el país del puma y de la cabra:
Corral de Isaac, Bajo Hondo, Tello,
Nueva Esperanza, San Isidro, El Abra(1).
BURRO
Lento trote
que monta garrotazos por leguas en la nuca.
II
III
La cadena a la cincha
le atarán al regreso y por las sendas
Memoria de Los Llanos 39
IV
CABALLO(1)
Tiempos briosos
Leguas zainas que hallaron una forma
y un tropel y una vida es mi caballo.
¡Qué son todas las leguas de los llanos
si no un potro sediento y desbocado!
La vejez
Solo el tiempo te ha ganado la carrera
y has venido a pararte junto al rancho.
Te tirita en el lomo la amistad...
Memoria de Los Llanos 41
PERRO
SOMBRAS(1)
1- Las manos del hachero tanto como las del alambrador, tienen la
dureza de la corteza de un quebracho.
44 Héctor David Gatica
ALAMBRADOR
Tenazas callosas
las manos de los Flores
tiranteando las cuerdas del potrero
hasta darle el sonido de una larga guitarra
con trastes de postes y varillas...
Un destino de músico y peón.
II
Tenazas callosas
las manos de los Flores
46 Héctor David Gatica
EL CAMPO DE LA ESTRELLA(1)
A Pepe Vega (2)
Corazón de malezas
en mi vida cruzada por las ramas;
hombre y pájaro y flor
entre lo mío.
RIOJA ESCONDIDA(1)
Rioja,
escondida en el pecho de la piedra famatina,
déjame que te explote con mis versos
para encontrar tu corazón minero.
Rioja,
blanco ajuar en los naranjos florecidos,
déjame descender a tus entrañas
que en el alba pulposa de los valles
quiero entrar a morir como semilla
por subir al perfume del azahar.
Rioja,
luna norte de aceite allá en Arauco,
déjame que te beba
el canto del arroyo
y me bañe en sus aguas aceitunas
hasta darme el color de los olivos.
Rioja,
canto tinto de un racimo cortado en Vichigasta,
52 Héctor David Gatica
Rioja,
espinuda en los dedos de tu suelo quebrachero,
no me arrees esclavo a los asfaltos;
déjame aquí, salvaje, entre los árboles y el viento
con los ojos perdidos en el cielo.
Quiero verme clavado en tus dolores,
en la sed empacada de los llanos
y asomar en el cactus de mi canto espinudo
con la blanca sonrisa de la flor del cardón.
SEGUNDA PARTE
56 Héctor David Gatica
II
Trajo unos postes, puso la roldana;
pidió una pala, un noque y una soga
y fue cavando, entrándose en la tierra
donde la tosca es golpe que se ahoga.
Memoria de Los Llanos 59
AGUSTIN ALDECO
HACHERO
Salía de la terminal de ómnibus por la calle que me honra llevando
mi nombre, cuando alguien que controlaba los vehículos me salu-
daba pronunciando mi nombre.
- Y de dónde me conoce Ud.?
- Nos sabía contar mamá que Ud. nos nombra en un libro suyo,
yo soy de los Machuca que pasaron por Villa Nydia y Corral de
Issac buscando monte para hachar.
I
Andan buscando trabajo Los Morán y Los Llanos.
Se está acabando el monte
y hay que llevar las ollas a otra parte.
Brillarán sus cinturas en un charco de sal
cuando la piel entregue los sudores
al golpe de la siesta que voltearán sus brazos.
De Córdoba han llegado los Machuca y los Vera
traen niños y perros
y cuentas que pagar.
Por la corteza herida del quebracho
se adelgaza la tarde en Pozo de Piedra
para pintar de acero los insectos del pecho.
Alfredo Palma crece
cuando derriba un monte de diez metros de leña.
En las ramas más altas
se cimbra su potencia.
Memoria de Los Llanos 65
II
Les quebró los pulmones la insistencia del obraje
a Rosario Quintero y sus hermanos.
Aguaceros de soles recogieron en la espalda.
Cuando debieron parar porque el hacha los volteó
también a ellos
no tenían ni un árbol guardado en los bolsillos.
Y cortando un acceso de vómito y de tos
fue hasta la vida el golpe
tumbando la plegaria del alma de un hachero.
CARBONERO
En sus últimos días, fui a visitar a Don Luis Fernández, que vivía
en medio del campo, en un ranchito, que no era suyo. A él no le
quedaba nada más que su risa -nunca tuvo más a pesar que vivió
trabajando-. Me vio a la distancia, salió al patio, pegó una risota-
da y me gritó:
- Ya sé que Ud. me ha sacado en sus libros como carbonero.
II
III
Ha quemado en El Retamo
-como ocho mil hectáreas de quebracho-
en La Gloria, en San Pedro, en todas partes.
Le queda solamente carbonilla
y cisco
hasta en el alma
y unas ganas ardientes y encimadas
de abrazar más mujer y menos leños.
Ver «La risa oscura del carbón» (Los Fundadores del Olvido).
Memoria de Los Llanos 69
CARRERO
II
III
A mitad de camino
vitrola a cuerda
tonada y vals
el amor de la niña de la aguada
entre sábanas de lienzo sueña huellas.
IV
Y el recado
le ha reventado el lomo a la sillera.
---Tengo aceite quemado "pa" curarla.---
Al último el varero, siempre al último
recién después le toca a usted.
Desate don Facundo su ilusión:
"Cadenero de mano" es su querer.
CAMPERO
- Manda decir Doña Vicenta
que le busque las cabras.
- Habrá que colgar los días
de los rastros.
Hacia la madrugada
majadas de vigilias
cuidarán los pastores por los
campos lejanos. Berna Miranda
apenas si habrá
cursado el segundo
- Los ijares de mi sed y mi caballo o tercer grado de la
voltean alambrados a la siesta.. escuela rural prima-
ria.
Los últimos días de
Mi destino es andar mordiendo soles su vida, en su lecho
o bajando pellones a la luna. de enfermo, leía
diariamente Memoria
- Dónde estarán sus gritos atajados de Los Llanos, y
guardaba el libro
Berna Miranda bajo la almohada.
rumiándose el silencio de este pasto
que le crece en la boca.
CHUCARO
Por último
bajo el rocío de los dedos de Alfonso el domador
todo vendrá a rendirse por las lonjas y el morral
que amansarán el miedo de las grupas.
Memoria de Los Llanos 77
GUITARRA
LA SEQUIA
II
LA LLUVIA
Larga sequía
que fue apurando un parto de callos en las manos
sacando agua del pozo
noque a noque
día a día
vuelta y silbido largo
roldana y soga.
¡Lluvia!
¡Luvia!
¡Lluvia! (1)
Al fin llegó la lluvia a Villa Nidia...
Y el hombre de la tierra que yo canto
quedó mirando el agua rescatada
para el panal de soles de su puño
decidor de lagartos y tranqueras
sombra algarrobal.
Saltó la verde risa
masticando su elástico de espera..
¡Cómo se pone nueva la distancia
cuando respira el suelo por las breas!
- Hoy no tendrás que abrir la boca al pozo balde
para que venga el día desde abajo.
1- En oportunidad de inaugurar el salón del Concejo Deliberante de
Aimogasta, decía yo este poema y justo cuando invocaba ¡Lluvia! ¡Lluvia!
¡Lluvia! se descolgó un semejante aguacero, lloviéndose por todos lados
el techo del flamante edificio.
Memoria de Los Llanos 83
CUATRO AUSENCIAS
PRIMERA AUSENCIA
ADIOS A MI MADRE
(1971)
Roto el cristal
nos queda su perfume.
Madreselva y laurel
.
86 Héctor David Gatica
SEGUNDA AUSENCIA
ELEGIA A MI PADRE
(1973)
Padre nuestro
padre de Villa Nidia.
la roldana
-- rechinante canción del pozo balde --
el pluviómetro
-- para medir la lluvia de días sin su nombre --
el amado patio que le dio a nuestra infrancia
estos aguaribayes
y aquellos tamarindos
que a pesar de las largas sequías y calores
usted plantaba en nuestros corazones.
TERCERA AUSENCIA
LA VIEJA GUITARRA
(1981)
espesas y pesadas.
Venían de sostener la mancera en las aradas
y le tapaban la boca redonda a la guitarra vieja
más vieja por las cosas lejanas que le sacaba a ratos.
Tata los llamaba: Paisanos, y sabía decir: Paisano no es aquel que nació en el
mismo pago, sino el que sabe llevar su paisaje adentro. Después, consideran-
do las generales del asunto, explicaba que hay muchísima gente nacida en el
mismo pago de uno, pero que para nada representa, ni ostenta ni honra la tierra
de uno.
Bueno, ya algo sabía de usted por comentarios de algunos amigos.
Hizo bien arrimarme el poema suyo escrito para Leyes. Es un trabajo pensado
con el corazón, tierno, expresador de una linda firmeza interior.
Estoy seguro de que eso mismo, burilado con entendimiento poético, le
hubiera resultado quizás más breve, y algunos rumbos más definidos como
concepto o como símbolo, aún a costa de sacrificar detalles. Pero es buen
asunto así, como usted lo ha sentido y escrito. Y amén.
Me permito acercarle algo sobre la Guitarra, ya que ella es nuestro
confesionario de los crepúsculos a lo largo del tiempo.
En verdad, don Gatica, amo su país riojano, algo lo he caminado y
mucho lo he pensado. A menudo lo evoco porque me hace bien recordarlo,
porque en algo se parece el destino de mi existencia, tan llena de largos otoños
y primaveras cortitas
Le acerco también los apuntes de «Aires indios», resumen de charlas y
glosas realizadas hace más de cuarenta años en Liceos y Colegios de todas las
provincias, mientras la mano interrogaba a la guitarra.
Alguna vez amigo, saludaremos a la luna en Cochangasta. Mientras
tanto, le digo hasta siempre, don Rioja. Atahualpa Yupanqui.- PARÍS, julio de
1983.
Memoria de Los Llanos 93
CUARTA AUSENCIA
DESPUES PARTAMOS
(1984)
Si en este instante
tuviéramos que subir a un escenario como ayer
esta vez para representar la voz de la amistad
yo haría el papel de un hombre que está solo y en
silencio
y vos el de un silencio que habla y habla.
¿Recuerdas la lomada
aquella donde íbamos en búsqueda de piedra
hasta ponerle de templo el corazón a Dios?
Es de noche
el viento arrastra miedo
y por entre las ramas de un quebracho
puede verse... una estrella.
Aquí es donde nuestros nombres se van a separar
uno al sur
al norte el otro
y el tercero hacia esa estrella
que vemos por entre las ramas del quebracho.
Después partamos.
Esta última parte ha quedado escrita en las paredes de un salón cultural que el
poeta de San Luis, Miguel Bustos, construyó con sus propias manos.
96 Héctor David Gatica
Teníamos arreglado que una noche de luna nos juntaríamos para decir poemas
bajo el quebracho que lleva el nombre de Arturo Leyes. Son tres los quebrachos
bautizados en homenaje a tres amigos muy queridos: Felipe Cabáñez, Arturo
Leyes y Eudé Cabáñez.
Felipe Cabañez
TERCERA PARTE
CANTATA A MI INFANCIA
EN VILLA NIDIA
- HAY UN MUNDO -
- De la infancia -
Con todos estos datos, le será muy fácil ubicar y llegarse hasta
la Villa Nidia de mi infancia.
Ah, me olvidaba: No la busque en el mapa, los cartógrafos se
olvidaron. Un pequeño descuido.
Si algún día alguien hace el mapa de la poesía, tal vez ahí consi-
gamos que le den un lugarcito a Villa Nidia.
Memoria de Los Llanos 103
ESE MUNDO
Un mundo
y penetrar en ese espacio
que habita entre la raíz y más allá de las hojas
lindando con el fuego.
LA COSECHA
LOS TROMPOS
LA ABUELA
Lo más lejano en mí
no es aquella casa encantada de Santa Ana
si no el modo de sus trenzas
formadas de nacimientos y despedidas.
Un día vi a mi madre
viajar sin mí a Santa Ana
volver y acostarse.
De esa cama ya se levantó con la cabeza blanca
y el paso de luto.
CAZANDO
Años después
a mi hermano lo llevó su ingeniero a la ciudad,
ése que ya le apuntaba en los tobillos
y que le dio un rostro de dos pisos.
tanto
como a la tierra fina que echaba sobre las trampas.
CAYETANO(1)
Caneta
--Cayetano Pimpignano--
era alto
casi tan alto como el saludo de doña Berta
--aquella buena mujer que lo amparó en su casa--
con una espalda de espiga desgranada.
Se quedó en La Rioja
se quedó en la leña que acarreaba por las tardes
se quedó en el rancho de don Sinencio y doña Berta
Las noches
las de aquel invierno
nos unieron el campo
y su alto y mi bajo se igualaron de andar juntos.
Tarde
muy tarde
prendíamos el fuego casi al fondo del campo;
su calor junto a las estrellas se me quedó en la manta.
Me hablaba de Buenos Aires
de la televisión
de los subterráneos.
Todo alargaba mi nariz de pasto
y las llamas le pegaban en el rostro lejano
el rostro sin caricias de Caneta.
Cuando callábamos
atendíamos la noche
mirábamos el monte oscuro
los perros.
El cielo echaba helada sobre nuestras cabezas.
A deshoras volvíamos
él a sus lonas
yo a mis pensamientos.
Mi amigo Caneta
tan muchacho y tan alto.
Le quería la boina.
Memoria de Los Llanos 113
¿Y Caneta?
--Cayetano Pimpignano--...
otros dijeron que no
que estaba vivo.
No sé.
Nunca más supe de su espalda sin pasado.
JUGANDO
MI MADRE
Delia Durán.
Su nombre me resulta total.
La mano bondadosa que me ayudó a crecer
los pilares de la tarde
la oración de las cenizas del fogón
las visitas de los parientes
el mesón del comedor
en especial eso
el mesón su cabecera
o la cotorrita verde-manso
que una vez
saltó de su hombro dormido
al fuego desvelado de los gatos.
LA PANCHA
LOS CABALLOS
DON DIEGO
Un verano el maíz
me vistió de madrugadas.
Aparecía el sol
y me golpeaba sobre los hombros.
Pero la comida era más sabrosa al mediodía
porque en mis pasos
se iba nutriendo de sudor el puchero.
Lo que antes quería por antojo
supe que era sed
que me empezaba a doler
en los azotes que le pegaba don Diego a su tabaco.
Antonio Miranda,
Sinencio Fernández,
Natividad Maldonado:
Duchos aradores
pacientes del cencerro, la mancera y el morral.
RETORNO
No sé porque
las calles me tiraron con motores, zapatos y corbatas.
Tal vez porque yo venía de la espina.
VIENTO
Eso es
llegando agosto todos los años
justo para la época del viento.
Quién es más puntual
¿agosto?
No.
El viento.
II
LA CASA
Sentada en un sillón
en aquella galería del verano
mi hermana leía entre pilares.
Cada viento
el agua del molino subía a los duraznos
se enredaba en la parra.
Todo se nos secaba
mas mi padre volvía sobre los mismos hoyos
renovando su fe de agua y estaca
pasión de aguaribay y tamarindo
padre siembra de frutales y maíz
padre flor del paraíso
que colocó un racimo azul a mis memorias
tras un lejano ventanal de avispas.
Ahora
si hay que dar algún nombre para el tiempo de
entonces
132 Héctor David Gatica
Maldonado me llaman
Natividad Maldonado digo
arriero del aroma y el rocío
pocero y gran peón.
TESTIMONIOS
He gozado con tus poemas, son muy frescos, muy lindos y muy perso-
nales. Me traes un sabor limpio y temprano, sabor y recuerdo de lo que no
conozco y ya conozco.
136 Héctor David Gatica
Querido David:
donde las figuras de los peones se alternan con algunas formas animales o, a
través del idioma de lo objetivo, surreal.
Las cosas por consiguiente hablan un lirismo complejo y una pintura
elaborada y aun ansiosa de verdad, con los candelabros y con la ausencia
sedienta (poemas "Hachero" y "La sequía").
Rápidamente, con este motivo y tónica del quehacer de los hombres y
de los animales sobre su comarca y bajo la amplitud del cielo, se apodera de
improviso el poeta y refunde largos temas de su arte - a simple vista popular,
ingenuo, objetivamente - con su subjetivismo concentrado, absorbido y una
linea típicamente surrealista.
Cuando habla al carrero, el poeta Gatica transita realismo, dureza y por
un final se deriva una pintura monocorde, mientras por el otro reverbera con
los horizontes.
El realismo, más que el pesimismo, le da pureza al sentido de la participa-
ción intensa del hombre y del animal en la misma oscuridad de su destino
"Carrero", "Chúcaro".
Cantar, exprimir y vivir. Esto nos obliga a decir finalmente, el lirismo por
la guitarra del poeta. En tal realidad fugitiva pero persuasiva, de continua
renovación, todas las cosas recobran un significado para nosotros y por sí
mismo la certeza de ser. Prof. Carlos Gentile, ITALIA.
Estimado amigo:
Me es grato dirigirme a usted con el fin de acercarle algunos ejemplares
de su libro incluído en la colección NADIR que el Servicio Cultural de la Emba-
jada Argentina en Francia publica.
Creo que usted es un poeta de una calidad infinita que representa fiel-
mente nuestro interior del país, estamos orgullosos de haber podido concluir
esta empresa de edición de su libro que no ha sido nada fácil.
El mismo, sin valor comercial, será distribuído por todas las Universida-
des y diversas Instituciones de Francia.
Sin otro particular y siempre a sus órdenes lo saludo atentamente.
París, 4 de Agosto de 1992. Leopoldo Torres Agüero, FRANCIA.
Minis. Relac. Culturales y de Coordinación.
Memoria de Los Llanos 139
Para Héctor David Gatica / que en los llanos de La Rioja / con el viento
quebrachero / su canto salado moja / cuando en los parche llaneros / viene
latiendo la aloja. Jaime Dávalos, 1958 (Salta).
He leído uno por uno, sin apuro, sus relatos. Hasta cuando seguiremos
ignorando a escritores como usted y batiéndole el parche a tanto arribista. (...).
Marco Denevi (Buenos Aires).
sino también por la actitud militante frente a la cultura p`ropia que te llevó a
acometer tan ardua empresa. Adolfo Colombres (Tucumán).
He gozado con tus poemas, son muy frescos, muy lindos y muy perso-
nales. Me traen un sabor limpio y temprano, sabor y recuerdo de lo que no
conozco y ya conozco. ¿Cuándo vendrás por estas tierras? (...). Yolanda
Bredegal (Bolivia).
... Pero la nota fundamental del poeta Gatica, no se extingue en esta área
de sombras, de viento y de destino. Su lenguaje poético es consumado y
eficaz, aún para una visión mental (cerebral) de las cosas que a veces hace
contrastar, a veces armoniza con las intensas xilografías de Pedro Molina (...).
Prof. Carlos Gentile (Italia).
142 Héctor David Gatica
Creo que usted es un poeta de una calidad infinita que representa fiel-
mente muestro interior del país, estamos orgullosos de haber podido concluir
esta empresa de edición de su libro. El mismo será distribuido por todas las
Universidades y diversas instituciones de Francia. Leopoldo Torres Agüero
(Francia).