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“Santa Olaja de acero” se basa en la época de adolescencia del autor, ya que parte de
la mayor parte de sus obras literarias se desarrolla durante el periodo de 1949 y
1969, en aquellos años los ferrocarriles nacionales experimentan una mejora, donde se
empieza a darle mayor detalle al material rodante y las infraestructuras que fueron
devastadas por la guerra. Su cuento relata la serie de dificultades por las que atravesó
un convoy de mercancías que se encontraba remolcado por una locomotora de vapor,
la cual pierde el control y está a punto de descarrilarse.
Aldecoa inicia el relato con la inclusión del día de Higinio, donde el relato empieza con
un símil que ubica al lector con los detalles que se presentara en la obra, “la claridad
de humo blanco de la locomotora del amanecer” (Aldecoa, 9). En esta símil, apenas se
inicia el relato, lector puede identificar los detalles que el escritor le brinda al texto,
donde las primeras líneas narran la importancia que tiene para el autor la locomotora.
En la continuidad de la obra, Aldecoa presenta al lector al protagonista de la historia,
describiéndolo de una manera tan especifica que alude a la psiquis del lector, “Todos
los días fijaba la mirada por un momento en el nombre de la locomotora de una placa
atornillada al costado: Santa Olaja I (Aldecoa, 10).
Aldecoa muestra una connotación positiva en todo el tramo de la obra por medio de
sus personajes, quienes confían en la “señora” que siempre les va salvaguardar de
todo mal y que gracias a su estructura de modelo de material de antes podrá
sobrellevar cualquier vicisitud, “Ahora me gusta la máquina-comento alguno” (Aldecoa,
10). En cuanto al ambiente, es triste, oscuro, decadente, crepuscular y lluvioso, como
si el escritor quisiera darnos las pautas del triste final de “la señora”, ya que los
diálogos de los compañeros de “Olaja” siempre están orientados a la descripción de los
paisajes que observan, “A ambos lados de la vía se extendían los campos negros y
tensos” (Aldecoa, 11).
Es así, que Aldecoa tiene como objetivo proponer el realismo social, diseñando un
estilo narrativo donde se trata de mirar con objetividad la realidad, la misma que es
perceptible mediante el discurso literario, donde se brinda la oportunidad de
representar la autenticidad de la vida mediante aspectos cotidianos, mismo que a su
vez permitirán transformar a la sociedad y a su vez le darán al lector la posibilidad de
conocer las injusticias que se dieron después de la guerra. Esta representación de la
vida tal y como es, permite moldearla según la perspectiva del escritor, en este caso
Aldecoa muestra el fin de la utilidad de las locomotoras antiguas mediante un presente
temporal, donde da a conocer el último triunfo de lo antiguo y como de cierta manera
percibe que el cambio no será beneficioso para la sociedad.
Bibliografía
MARTÍNEZ SALAZAR, A. (1996): Ignacio Aldecoa. El joven que sabía contar historias.
Diputación foral de Álava, Vítoria.