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Diez años enfriando bebés contra el daño

cerebral
NEUROMEDICINA
Una técnica pionera desarrolada en un hospital de Cádiz

o LAURA GARÓFANO
o Cádiz

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 26 dic. 2018 10:21

Los neonatólogos Isabel Benavente y Simón Lubián en el Hospital Puerta del Mar de
Cádiz. CATA ZAMBRANO
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Bebés que vuelven a nacer

La meca española del tratamiento contra el daño neuronal en neonatos se encuentra en


Cádiz
Se denomina Programa de Neuroprotección mediante Hipotermia en la Encefalopatía
Hipoxicoísquémica Perinatal. Sí, también le suena a chino a los padres cuando lo oyen,
pero ellos están en estado de shock: instantes antes acaban de enterarse de que a su
bebé, que acaba de nacer, le ha faltado oxígeno y sangre al cerebro, y está seriamente
afectado. En España, la hipoxia afecta a entre uno y tres de cada mil recién nacidos
y es causa de mortalidad, porque puede provocar daños irreversibles en los órganos
internos... y en el mejor de los casos, una discapacidad permanente de carácter grave.

Detrás de esas diez palabras hay un tratamiento que sólo en el Hospital Puerta del Mar
(Cádiz) han recibido en una década a 142 bebés que han sufrido falta de oxígeno y
sangre al cerebro durante el parto. Son hijos de madres que han tenido embarazos
normales y felices que, a última hora, se complican. Los bebés presentan síntomas:
están letárgicos, incluso en coma, necesitan reanimación, no responden a estímulos,
presentan convulsiones... Se trata de una encefalopatía cuyo grado puede ir de
moderada a grave. Es entonces cuando, normalmente el padre -la madre suele estar
recuperándose de una cesárea de urgencia- escucha el significado de esas diez palabras
que podrían salvar al recién nacido de las fatales secuelas de la parálisis cerebral: hay
que enfriarlo.

Les pasó a los padres de Enrique, el primer bebé 'enfriado'. Se hizo de manera
experimental. Simón Lubián y Isabel Benavente son los dos neonatólogos andaluces
que importaron el tratamiento a España desde Bristol. ¿Y cómo está hoy Enrique?
"Estupendamente. La única secuela que tiene se le nota cuando corre: no levanta un
pie tanto como el otro".

Posiblemente, los dos son de los que más saben de España de Neurología Neonatal, una
especialidad que solo existe hoy en Madrid, Barcelona y Burgos, además del de la
capital gaditana, que es el único hospital de Andalucía con especialistas en esta área.
Unidad de Cuidados Neurocríticos Neonatales del Hospital Puerta del Mar (Cádiz).
CATA ZAMBRANO

La técnica llegó a España hace diez años a dos hospitales: el Puerta del Mar, en Cádiz y
el Hospital de La Paz de Madrid. Trabajaban casi en paralelo y sin saberlo para
implantar un tratamiento que se había revelado como exitoso hacía relativamente poco
en otros países. Recuerda Simón Lubián que, en La Paz, "al enterarse de que aquí ya
trabajábamos en implantar el tratamiento, se preguntaron: '¿En Cádiz? ¿Quién está en
Cádiz? ¿Y por qué no hemos sido nosotros?'". Hoy, ambos equipos médicos pilotan la
Fundación NeNe, una organización sin ánimo de lucro que desde 2015 forma, investiga
y trabaja sobre los problemas neurológicos del recién nacido en España. Está presidida
por Alfredo García-Alix, el neonatólogo del Hospital de La Paz de Madrid, y tiene
como vicepresidente a Simón Lubián.

En esta historia sobre frío, bebés, y triunfo de la ciencia hay más anécdotas. Estando en
Bristol preparándose Simón e Isabel vieron que la máquina que usaban para enfriar les
sonaba. "Era muy parecida a una que ya teníamos, que funcionaba la inversa: la que
existe para calentar el nido de los prematuros". Así, al llegar a Cádiz, tras el periodo
formativo del personal que debía colaborar en la vigilancia constante del tratamiento,
esperaron al primer bebé. Y entonces tiraron de ingenio. Porque la máquina de enfriar
cuesta entre 30 y 40 mil euros y la que ya tenían, entre 10 y 15 mil... "Así que para el
primer tratamiento, que era experimental, programamos la nuestra al revés. Sonaba una
alarma, pero la apagábamos", recuerdan ambos pediatras del tratamiento de ese primer
niño que hoy puede correr y lleva una vida normal.
Enfriar bebés suele dar buenos resultados: hay casos en los que no quedan secuelas, y
otros alguna. Pero nada comparado a la nula alternativa que había antes. "Cuando
tratamos a Enrique, y continuamos, lo primero que nos preguntamos, como médicos,
fue que por qué la ciencia no había dado con esta técnica antes", explica Isabel.

Pero hay reglas. El programa tan sólo es efectivo en las seis horas siguientes al parto. El
daño cerebral de estos bebés durante el parto es inevitable, pero luego hay margen. Seis
horas en las que a nivel cerebral "se produce una fase silente, que efectivamente
dura unas seis horas, y luego hay una tercera, donde las células ya no mueren por la
falta de oxígeno, sino que se suicidan, en algo que se denomina apoptosis", explica
Simón Lubián. Esa fase silente, esas seis horas, son preciosas para que el cerebro se
'resetee' con frío. Y multiplicar las posibilidades de que no haya secuelas.

Durante 72 horas los recién nacidos permanecen en letargo, en sus nidos, a una
temperatura de 33,5 grados centígrados. Rodeados de cables. Están cubiertos por una
especie traje por el que circula agua a esa temperatura. A su vez, el traje está conectado
a una máquina que mantiene esos grados centígrados que marcan esa diferencia vital.
También lleva un casco especial, y el colchón sobre el que se acuestan también tiene la
misma temperatura. Los controles, durante el proceso, son constantes y exhaustivos:
encefalograma de la actividad cerebral, estudios de imagen Doppler y llegado el caso,
incluso del análisis del líquido encefalorraquídeo mediante punción lumbar. Pasadas las
72 horas, el tratamiento continúa seis horas más, pero elevando la temperatura poco a
poco, a razón de 0,5 grados centígrados por hora, hasta alcanzar los 36,5-37 grados.
Posteriormente a los bebés se les realiza un seguimiento durante dos años. El primer año
es cada tres meses, y el segundo, cada seis.

La última niña 'enfriada' en la UCI de Neonatos del Puerta del Mar es una bebé de un
embarazo gemelar. Nació en segundo lugar. "Ha respondido muy bien al
tratamiento", augura Isabel Benavente, mientras la observa en la Unidad de Vigilancia
Intensiva de Neonatos (UVIN). Viene de Gibraltar, en virtud de un acuerdo en el que el
Servicio Andaluz de Salud se entiende con el seguro de la familia. También ha llegado a
la UCIN un bebé procedente de Ceuta. Sus padres son marroquíes y al tratarse de un
embarazo que no ha tenido ningún tipo de control, la madre dio a luz en Ceuta. No ha
llegado a tiempo.

Para poner en marcha el programa que está cambiando la vida de muchas familias hubo
un arduo trabajo previo de profesionalización de todo el personal de la UCI pediátrica, y
de los equipos de las UCI pediátricas todos los hospitales que iban a derivar a bebés al
Puerta del Mar. Desde enfermeras a auxiliares, además de los neonatólogos. Duró dos
años. "Se les enseñó a como identificar a los bebés candidatos, como transportarlos,
cómo enfriarlos de manera pasiva para prepararlos..." cuenta Isabel Benavente, que
acaba de regresar de Toronto (Canadá). Ha estado un año -y se ha llevado a toda su
familia- trabajando e investigando sobre la neuroimagen en prematuros, a las órdenes
del doctor Steven P. Miller, que lidera a nivel mundial las investigaciones de bebés con
lesiones cerebrales.
Los neonatólogos Isabel Benavente y Simón Lubián en el Hospital Puerta del Mar de
Cádiz. CATA ZAMBRANO

En 2018 han vuelto a ser pioneros tras poner en marcha la primera Unidad de Cuidados
Neurocríticos Neonatales de España, donde tratar las malformaciones congénitas del
sistema nervioso, patologías derivadas de la falta de oxígeno en el parto, convulsiones,
hemorragias cerebrales y las patologías cerebrales que derivan de nacer prematuro.
Además de un equipo de altísima cualificación, compuesto por 17 profesionales,
cuentan con tecnología punta, como un sistema de videoelectroencefalografía y un
monitor de saturación cerebral de oxígeno para valorar la actividad eléctrica del cerebro
de los bebés y el flujo sanguíneo.

Mientras, ambos siguen trabajando, y viajando, para difundir el Programa de


Neuroprotección mediante Hipotermia en la Encefalopatía Hipoxicoísquémica perinatal
en varios países iberoamericanos "donde la natalidad es mucho mayor que en Europa"
como por ejemplo, en el Hospital de Lima, en Perú. "En ese hospital hay 25.000
nacimientos al año. Los bebés afectados se multiplican por diez. De cada mil
nacimientos, hay entre 20 y 30 bebés con hipoxia", detalla Simón Lubián.

Han pasado diez años y ambos recuerdan todavía a la madre que, pese al shock, les
planteó las preguntas más exhaustivas e incisas sobre el Programa. La primera de ellas,
"por qué iba a funcionar con mi hija". La madre se llamaba Lucía. "Luego nos
enteramos que era periodista", cuenta Isabel Benavente con una sonrisa. Hoy la hija de
Lucía tiene seis años y es una niña normal y feliz. "A mi hoy Simón Lubián me dice que
me tire por un barranco y yo le pregunto que a qué hora", resume agradecida, mientras
mira a su hija correr por el parque.
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