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A muy grandes rasgos se describe a continuación el trámite de una sucesión a fin de conocer las distintas etapas que se tienen

que

cumplir para la entrega de una herencia.

El patrimonio de una persona que ha fallecido se puede transmitir a través de dos formas. La primera se denomina sucesión

legítima y es cuando la persona que fallece no deja dispuesto el destino de su patrimonio, por lo que los bienes deben transmitirse

conforme a las reglas establecidas en el Código Civil de cada entidad federativa.

La segunda es la sucesión testamentaria que es cuando la voluntad del fallecido ha quedado expresada en el testamento, debiendo

ajustarse la transmisión de los bienes a lo ordenado en ese documento.

En la sucesión testamentaria, el proceso sucesorio se compone de cuatro etapas o secciones: la primera sección que se denomina

sucesión, que es la etapa en donde se reconocen los derechos sucesorios de cada heredero o legatario.

La segunda se denomina inventario en el que se realiza una lista y descripción de los bienes y se realiza un avalúo de los mismos.

La tercera, de administración, en la que se conservan los bienes y se da cumplimiento a las obligaciones que derivan de ello

mientras se reparten.

La cuarta, de partición y aplicación de los bienes, que se refiere a la distribución de los bienes.

Cada una de estas secciones debe iniciarse simultáneamente si no existe algún impedimento y el procedimiento puede llevarse ante

el juez o un notario si no existe controversia.

El procedimiento se inicia presentando ante el juez el acta de defunción y el testamento y el juez convoca a los interesados a una

junta para que, si hubiere albacea nombrado en el testamento, se les dé a conocer, y, si no lo hubiere, procedan a elegirlo.

Para establecer la fecha de la junta, el juez tomará en cuenta el lugar de residencia de los interesados para fijarla. En su caso

también asistirán los representantes legítimos de los menores.

También se deberán girar los oficios correspondientes al Archivo Judicial del Tribunal Superior de Justicia y en el Archivo General

de Notarías, siendo esta última dependencia la encargada de solicitar la información al Registro Nacional de Avisos de Testamento,

para que informen si existe o no otro testamento en otras entidades federativas.

Si no existe oposición o impugnación se reconocerá a los herederos en las porciones que les correspondan. La oposición o

impugnación se tramitará sin suspender la sucesión, sino hasta la adjudicación de los bienes.

Una vez precisados los herederos, se determina qué bienes constituyen la herencia, para lo cual se realiza el avalúo e inventario de

los mismos.

El albacea es quien debe realizar el avalúo e inventario, una vez aceptado el cargo.
En una reunión, con los que concurran, el albacea hará la descripción de los bienes con toda claridad y precisión por el orden

siguiente: dinero, alhajas, efectos de comercio o industria, semovientes (animales), frutos, muebles, raíces, créditos, documentos y

papeles de importancia, bienes ajenos que tenía en su poder el finado en comodato, depósito, prenda o bajo cualquier otro título,

expresándose éste. La diligencia será firmada por todos los asistentes y en ella se expresará cualquier inconformidad. Pero el

albacea puede también presentar por sí mismo el inventario, mismo que quedará sujeto a revisión por parte de los interesados.

Para el avalúo los herederos deben designar un perito valuador. El perito designado valuará todos los bienes inventariados, salvo

los títulos y acciones que se coticen en la bolsa de comercio que podrán valuarse por informes de la misma. No será necesario tasar

los bienes cuyos precios consten en instrumento público, cuya fecha esté comprendida dentro del año inmediato anterior.

Si no hay oposiciones se aprobará el inventario y el avalúo. Las oposiciones se tramitan a través de un incidente.

La administración de los bienes corresponde en principio al albacea, sin embargo, la administración de los bienes de la sociedad

conyugal corresponde al cónyuge que sobrevive. El albacea y el cónyuge deben rendir un informe de su cargo mensual y

anualmente.

Aprobada la cuenta de administración, el albacea presentará el proyecto de partición o se designará a un partidor. Aprobado el

proyecto, sin existir oposición, se entregarán los bienes a cada interesado según hayan sido aplicados con los títulos de propiedad

correspondientes.

Cuando el proceso se lleva ante notario, el notario publica dos veces la declaración de los herederos que aceptan la herencia y se

reconocen sus derechos hereditarios y el nombre del albacea que realizará el inventario.

Practicado el inventario por el albacea, el notario deberá protocolizarlo. También protocolizará el proyecto de partición de la

herencia.

En este caso el notario deberá suspender su intervención siempre que exista oposición de algún interesado.

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